El sol salió y unos rayos fueron a dar directamente a los ojos de Light. Él se despertó y hablo a su amado.
-Ryuzaki...-susurró a su oído.
-Buenos días-respondió el ojinegro-dedicándole una cálida sonrisa.
-Creo que es hora de que vaya a casa...-agregó el castaño.
-De acuerdo, de acuerdo... Ya te llevo-dijo entre bostezos Ryuzaki.
Al llegar a casa de Light toda su familia estaba reunida.
-Llegaron justo a tiempo-los recibió la madre del castaño-Estábamos a punto de desayunar. Prepárense para comer.
Una vez servido el desayuno todos se sentaron a la mesa. Light y Ryuzaki se sentaron juntos mientras el padre del castaño los miraba retadoramente.
El almuerzo acabó y después de un rato el ojinegro se despidió y regreso a casa.
Sayu platicó con su hermano sobre su cita esperando conocer todos los detalles. Los padres de ambos estaban en la cocina. Sayu volvió a su habitación y Light se acercó a la cocina.
-...de seguro no paso nada, solo estuvieron juntos una noche, no tienes porque ponerte así-se escuchó la dulce voz de su madre.
-¡Claro! ¡Defiéndelos!-refunfuñaba su padre-Si lo único que busca ese chico es estar a solas con Light y después de eso lo deja.
No era la primera vez que el castaño oía esas palabras de su padre, siempre optaba por ignorarlas pero esta vez no lo permitiría. Su amado ojinegro estaba primero y se lo demostraría.
-¿¡Como puedes hablar así de Ryuzaki papá!?-preguntó retadoramente Light-¿¡Por qué no puedes entender que en verdad me ama!?
-¡Te lo he dicho miles de veces! Él ¡NO TE QUIERE!-dio énfasis a esto último-¡Entiéndelo de una vez!-respondió su padre.
-No me importa si no quieres entenderlo... Mientras yo sepa que me ama lo que digas me da igual-concluyó el castaño saliendo de la cocina, dirigiéndose a su recámara y encerrándose ahí durante varias horas.
Estaba tumbado en la cama pensando en todas la veces que oyó a su padre decir lo mismo "...después de estar a solas con Light lo deja...".
-¿Y si tiene razón? Y sin en algún momento dejo de gustarle... ¿Realmente me dejará por eso?-se preguntaba a sí mismo-¡Definitivamente no! Me ha dicho que me ama, no puede estar mintiendo, si dice que me ama es porque así es. Pero... ¿Por qué sigo dudándolo?-abrazó fuertemente la almohada como esperando descargar todas sus emociones contenidas sobre ella.
Los días eran prácticamente iguales, su padre insistía en que era solo un juego y que no duraría. Decía cosas como "Pronto se aburrirá y terminará contigo" o "No falta mucho, en cualquier momento te dejará sin decir nada". Light respondía de forma agresiva con frases como "Nada de lo que digas hará que deje de amarlo y él a mi" o "Te guste o no estaremos juntos pase lo que pase".
Las peleas y discusiones se habían vuelto más constantes. No pasaba un día sin que discutieran sobre el mismo tema.
-Ya no puedo soportarlo. Siempre encuentra el pretexto perfecto para criticarlo-pensaba el castaño-Sin importar lo que haga o diga, mi padre sigue creyendo que es solo un juego.
Ryuzaki también sufría las consecuencias de las peleas, quisiera o no estaba relacionado con ellas; al fin de cuentas él era el motivo de que surgieran.
Cierto día mientras se encontraban juntos una conversación algo incómoda surgió.
-Ryuzaki, en verdad... ¿Me amas?-preguntó entre intrigado y triste.
-(¿De nuevo con lo mismo? ¿Qué a aún no lo entiende?)¡Tonto! Pero claro que te amo-respondió el ojinegro, que se acercó a abrazarlo tiernamente.
-¿No me estás mintiendo?-insistía el castaño.
Ryuzaki lo sujeto de las mejillas acercándolo hacia sí mirándolo directamente a los ojos.
-¿Qué tienes? Dilo de una vez-dijo seriamente.
-No tengo nada, es solo que (Temo que lo que papá dice sea cierto)...-respondió el castaño con la voz cortada, comenzó a llorar y abrazó a su amado tan fuerte como podía; quería sentirlo cerca y darse cuenta de que siempre estarían juntos.
El ojinegro correspondió el abrazo y para tranquilizar a su amante agregó
-Siempre estaré contigo, te lo prometí. No dudes nunca de lo que te digo.
-¡Temo perderte! No podría soportarlo-contestó Light-Temo que dejes de amarme y no pueda recuperarte...
-Algo te pasa y entiendo si no quieres decírmelo, pero si estuvieras bien no dirías cosas como esas-sentenció Ryuzaki-Te he dicho y demostrado muchas veces que lo que siento es real ¿Qué tengo que hacer para que dejes de dudarlo?-preguntó preocupado.
-Solo... ¡Abrázame y no me sueltes! Quiero sentirte junto a mi-respondió Light aún llorando.
El ojinegro hizo justo lo que su amado pedía y al mismo tiempo que lo abrazaba depositaba suaves y tiernos besos en su cabeza, demostrándole así que podía contar con él para todo.
-Sin importar que te tenga confundido te ayudaré a superarlo. Estaré contigo siempre que lo necesites-afirmó Ryuzaki
-Espero que solo sean ideas mias a causa de lo que mi padre dice. No quiero perderte-pensaba el castaño.