-En verdad te ves peor que ayer ¿Seguro que está bien?-preguntó muy preocupado Ryuzaki.
-Ya te lo dije-contestó casi como un susurro Light-No tengo na...
No pudo terminar la frase, pues en ese momento perdió el conocimiento y cayó desmayado.
-¡Light! ¡Light! ¡Despierta por favor!-comenzó a gritar muy asustado el ojinegro.
De inmediato lo llevo a la enfermería, estaba muy preocupado por su amante, sabía que algo le ocurría y quería ayudarlo.
-Necesitamos que despierte primero. ¿Qué fue lo que ocurrió?-preguntó la enfermera que lo recibió
-Yo, no lo sé. Desde hace varios días se ve débil pero nada pasado hasta hoy... Estabamos caminando y de repente cayó al suelo ¿Qué tiene Light? Se va a recuperar pronto ¿Verdad?-preguntó muy alterado Ryuzaki.
-Tranquilo, eso no puedo decírtelo aún, hasta después de revisarlo y hablar con él lo sabré-agregó la enfermera intentando calmarlo-Lo mejor será que esperes afuera mientras él despierta.
El ojinegro salió y se sentó en una banca.
-¿Qué le habrá pasado? ¿Estará bien? Si algo le llega a pasar no sabría que hacer...-se repetía una y otra vez-Si esto es culpa mía, jamás me lo perdonaré-una lágrima rodó por su mejilla.
La hora del almuerzo había terminado y aún no tenía noticias de Light.
-Será mejor que vayas a clase-dijo la enfermera.
-Pero...-respondió Ryuzaki.
-Estará bien, aún no despierta y tenemos que esperar. Si te hace sentir más tranquilo dime tu nombre y en cuanto sepamos que pasa te avisaré ¿De acuerdo?
Aún con dudas el ojinegro dejó a su amante, dio su nombre y grupo y pidió que en cuanto despertara le avisaran, quería estar con él en ese momento.
Ya en clase sus pensamientos eran los mismos.
-¿Qué es lo que le sucede? ¿Por qué no me dicen nada? ¿Y si es algo grave? ¿Y si fui yo quien lo provocó?
Las clases pasaban y seguía sin recibir noticias del castaño. No prestó atención a nada de lo que decían, no podía pensar en otra cosa que no fuera Light; esperaba que en cualquier momento alguien interrumpiera la clase y le avisara que por fin había despertado.
-Debo soportar solo una clase más. En cuanto termine podré ir a buscarlo...-pensó el ojinegro.
-Les deseo buen día, nos vemos la siguiente clase-se despidió la profesora saliendo del salón al terminar la clase.
Ryuzaki corrió tan rápido como pudo hasta la enfermería y al entrar gritó
-¿Ya despertó? ¿Cómo está?
-Llamamos a su casa y ya vinieron por él, tiene poco tiempo de haberse ido. Lamento no haberte avisado pero era necesario que fuera al hospital-respondió la enfermera .
-Gracias de todos modos-salió-¿Al hospital? Light... ¿Qué es lo que te ocurrió?-pensó.
Fue a sentarse bajo el árbol en el que siempre estaban juntos, aún preocupados por lo que podía tener.
-Si tan solo supiera que tiene podría haberlo ayudado desde mucho antes y esto no hubiera pasado-pensaba.
-¡Ryuzaki!-se oyó la voz de Misa.
-(De nuevo ella... Como si no fuera suficiente lo que está pasando) Light no está conmigo, debes saber...-dijo el ojinegro antes de ser interrumpido.
-Con el que quiero hablar es contigo, escúchame por favor-sentenció la rubia seriamente.
Ryuzaki se sorprendió, no entendía lo que ocurría; sus pensamientos estaban centrados en una sola cosa y pensaba que probablemente de lo único que quería hablar Misa era de lo que sentía por el castaño o de que lucharía por él o algún tema parecido.
-Misa...-respondió indiferente.
-Es sobre Light-agregó Misa.
La expresión del ojinegro cambió por completo, miró a la rubia muy interesado en lo que tenía que decir y atento a cada palabra que salía de su boca.
Ella le contó lo que sabía sobre las discusiones entre el castaño y su padre, y todas las dudas que estas le causaban.
-Cuando dije que quería a Light lo decía en serio. Me preocupa lo que le pueda pasar... Desafortunadamente yo no puedo hacer nada por él-dijo tristemente-¡Te necesita más que nunca! No le falles por favor. Mantente a su lado, demuestrale que cuenta contigo... Cuídalo.
-¡Gracias Misa!-la abrazó-Te prometo que no le voy a fallar, siempre voy a estar con él y lo voy a cuidar-corrió a la salida de la escuela.
La rubia quedó paralizada, no esperaba que Ryuzaki actuara de esa forma debido a que ya había notado los celos que sentía por ella.
-Light, tienes a alguien que te ama por sobre todo, aprovechenlo, luche por estar juntos-sonrió.
Ryuzaki corrió hasta casa del castaño tan rápido como pudo, esperando encontrar a alguien que le dijera donde estaba su amante.
Al llegar a la puerta tocó deseperadamente, Sayu salió y sorprendida dijo
-¿¡Ryuzaki!?
-¿Dónde está Light? ¡Necesito saberlo!-respondió rápidamente.
-Tranquilo por favor. Ya te doy la dirección del hospital-agregó Sayu entrando a la casa buscando un papel-Es esta, ve con cuidado.
El ojinegro agradeció y volvió a correr para llegar al hospital; estaba desesperado, se sentía culpable y la duda de saber si el castaño estaría bien le impedía pensar con claridad.
-Light, lamento haberte causado tanto daño... No pensé que esto pudiera llegar a pasar, lo que menos quería era lastimarte y fue lo que terminé haciendo. Pero te lo prometí, prometí que lo que viniera lo afrontaríamos juntos y que estaría contigo sin importar lo que pasara; pues este es el momento, ahora te demostraré que no mentía-pensó Ryuzaki mientras corría.