Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Voz de mi Silencio por Anako chan

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La voz de mi silencio

Capítulo II

El mensaje de Kitazawa

 

Otra vez en casa, junto con una tonelada de calmantes y analgésicos corriendo por sus venas y acumulados sobre su mesa de noche. Se sentía mucho más inútil que de costumbre, ya que se encontraba somnoliento la mayor parte del tiempo. Lo único rescatable era que su cuerpo dolía cada vez menos.

Estaba tan aburrido, y tan solo, quería hablar con Hiro… necesitaba a su mejor amigo con él. Tenía las ventanas de su habitación abiertas, era de noche y podía ver gustosamente el cielo estrellado y despejado.

Suspiró pesadamente y buscó en un cajón un lápiz y un papel, quería escribir algo, decirle al papel lo que sentía, pero no sabía como empezar. Cerró los ojos para concentrarse y de inmediato aparecieron unos ojos dorados en su mente. No necesitó nada más y automáticamente su mano empezó a trazar.

(1)

"Doushite doushite suki nan darou

(¿Por qué tengo que amarte tanto?)
konna ni namida afureteru

(mis lágrimas se desbordan de esta manera)

Ano koro wa ushinau mono ga oosugite nani mo utaenakatta

(Volviendo a esos tiempos, tenía tanto que perder, que no podía cantar)
sukoshi hanareta basho soko ga watashi no ibasho datta

(En un lugar a unas calles, ahí estaba yo)

Kimi no hitomi no oku ni ano hi samishisa o mitsuketa

(Ese día, vi la soledad en lo más profundo de tus ojos)

futari niteru no kana fuu

(¿Realmente nos parecemos?)

kitsukeba itsu mo tonari ni ite kureta
(Si me hubiera dado cuenta, hubieses estado siempre a mi lado)


Doushite konna ni suki nan darou

(¿Por qué tengo que amarte tanto?)


kimi no koe kanashii hodo hibiiteru yo

(Tu voz resuena tanto en mi interior que me entristece)


Ima made nani ga sasae datta ka

(Sólo eso era lo que me apoyaba tanto)

tooku hanarete wakatta yo
(Y ahora es que me doy cuenta)

Naki nagara sagashi tsuzuketa

(Desde lejos, lo asimilo ahora)

maigo no kodomo no you ni

(Como un niño perdido, llorando y buscando)

kedo soko ni wa eien nante aru wake nakute

(Pero no había nada como siempre)

Dare mo shinjinakereba iin da yo tsubuyaita ne
("Está bien si no crees en nadie", murmurabas)

futari niteta no kana fuu

(¿Realmente nos parecíamos?)

ano toki kimi wo mamoru to kimeta no ni
(Y desde entonces decidí protegerte)

Doushite omoide ni dekinain darou

(¿Por qué no puedo convertir esto en recuerdos?)

Toosugite chikasugite todokanai yo

(Eres inalcanzable y a la vez estas tan cerca de alcanzar)

wasureyotte omoeba omou hodo

(Mientras más me repito que olvidaré todo)
kimi ga ookiku natteku yo
(Más emerges en mis pensamientos)

Doushite konna ni suki nan darou

(¿Por qué tengo que amarte tanto?)
ima made nani ga sasae datta ka

(Sólo eso era lo que me apoyaba tanto)

tooku hanarete wakatta yo
(Y ahora es que me doy cuenta)


Doushite kimi wo suki ni nattan darou
(¿Por qué tengo que amarte tanto?)

kantan sugite kotae ni naranai

(Es tan fácil que ni si quiera puedo responder)"

Dejó de escribir. Aquella confesión se había transformado en una triste canción, sintiendo como su alma era carcomida por el dolor de ya no poder cantar, de no poder expresarse libremente como solía hacerlo desde que tenía raciocinio, de no tener a Yuki a su lado para apoyarlo. Estaba harto de sentirse una carga para él, y ahora luego de esto, de haber pasado por esa tortura sólo por amarlo y estar a su lado, sin siquiera haber reciprocidad, tomó la determinación de no volver a verlo.

Lo amaba con cada partícula de su ser, pero ya el límite estaba sobreexcedido y por mucho. Shuichi era una persona muy alegre antes de conocer a Yuki, y quiso contagiarle su alegría por un tiempo, pero luego el novelista comenzó a cerrarse de nuevo, absorbiéndole toda la alegría y dándole a cambio más frialdad, que terminaba pareciendo desprecio.

— ¡¡¡¡¡¡Shuichi, Shuichi, Shuichi, Shuichi, Shuichi, Shuichiiiiii!!!!!!

El joven pelirrosa escuchó una vocecita gritando su nombre desde afuera. Se levantó de su cama y se asomó a la ventana, cuando algo entró volando a través de ella y fue a parar al suelo. Al ver bien el objeto, eran unas orejitas de conejo de color rosa pálido, atadas a un cordón largo que se tensaba desde fuera de la ventana. Tomó las orejitas y sintió una presión, como si de una caña de pescar se tratase, lo que le hizo seguir halando hasta que algo grande saltó a su habitación y le arrojó algo en la cara. No le golpeó, era suave, era…

— ¿Kumagoro?

— ¡¡¡Shuichiiiiiiiiii!!!

Un hombre de cabellos castaños que sonreía con la alegría e inocencia de un niño pequeño cayó sobre Shindou, tumbándolo sobre la alfombra.

— ¿Ya mejoró Shu-chan, nanoda?

— Sa-Sakuma-san… —Shuichi trató de hablar pero sintió como si le estuvieran cortando la garganta.

La sonrisa se borró del rostro del invitado, transformándose en el de un hombre de mediana edad, totalmente serio, pero con un dejo de decepción en su expresión.

— Amigo Shuichi… no me digas… no me digas que aún está dañada tu hermosa voz.

El menor asintió con la cabeza, manteniendo la mirada fija en el suelo.

— ¿Y cuando dicen que vas a mejorar? —Preguntó el hombre nuevamente, mientras se agachaba para recoger el conejo de peluche rosado. Luego capturó la mirada castaña del joven, esperanzado esperando buenas noticias. Sin embargo, Shu ladeó la cabeza de un lado a otro y apretando sus ojos y puños con fuerza.

— Shuichi… podrás volver a cantar, ¿verdad?

Las lágrimas de Shuichi hablaron por él, y se lanzó a los brazos de Sakuma, abrazándose fuertemente a su ídolo y amigo.

— ¡No Shu-chan, pero tu voz es preciosísima! ¿Quién dañó tu voz? ¿Quién te quitó esas alas que te convertían en tan bello ángel? —lloraba el mayor también, lleno de impotencia— ¡¿Quién fue el desgraciado que te hizo esto?!

El pelirrosa se extrañó pot escuchar tales palabras de la boca de Ryuichi Sakuma, ésta era una de las contadas veces en las que el vocalista de Nittle Grasper se comportaba acorde con su edad. Shuichi sabía que él lo quería mucho, más que como a un rival y amigo. Y es que eso era tan cierto como el beso que Ryuichi le dio frente a Yuki hacía un año atrás.

A Ryu le dolía ver a su protegido tan apagado, callado y quieto, todo lo contrario a lo que solía ser, a lo que era cuando lo conoció y seguramente toda su vida había sido: un joven hiperactivo y alegre. Lo estrujó unos momentos más entre sus brazos y luego se desprendió del contacto.

— Ya verás, Shuichi, conseguiré a quien te hizo esto… y me aseguraré de hacerle lo mismo que te hizo a ti y mucho más —soltó en un tono bajo, serio y grave. Nada que ver con el alegre y alborotado cantante de siempre.

— Sakuma… san…

El aludido se fijó en la expresión preocupada de Shuichi y volvió a sonreír como un niño de 5 años, y de la nada sacó un par de gafas oscuras, una chaqueta y un sombrero negro, colocándoselas al instante:

— ¡Kumagoro y yo recuperaremos tu voz, Shu-chan! ¿No es así, Kuma-chan?

El pelirrosa rió por la cara de conejito payaso que tenía el otro cantante, y fue cuando se dio cuenta de que era primera vez que lo hacía en semanas. Rió aún más cuando vio que el peluche Kumagoro tenía también unas gafas oscuras y un sombrerito negro.

— Detectives Kumagoro, ¡en búsqueda del culpable! —gritó enérgicamente, para luego saltar por la ventana. Shu, sorprendido se asomó y vio al vocalista de Nittle Grasper despidiéndose de el desde la calle.

— ¡Matta ne, Shindou-san! ¡Pronto Kumagoro y yo te visitaremos de nuevo!

Shu sonrió de nuevo: al fin alguien había logrado subirle los ánimos.

— Gracias… Sakuma-san…


 

— Sensei…

Estaba sentado a la sombra de un árbol, escribiendo en su portátil otro capítulo de su más reciente novela, mientras Shuichi corría de un lado a otro con un cachorro.

— ¡¡¡Yukiiiii!!! ¡¡¡Ven con nosotros a jugar!!! ¡¡¡Yukiiiiii!!!

— …

— ¡¡¡Onegai Yuki!!! ¡Vamos!

— Calla…

— ¡Pero Yukiiiiiiii!

— ¡¡¡¡SILENCIO IDIOTA!!!!

De pronto Shuichi quedó paralizado, mirándolo con ahogo. Luego estalló en mil pedazos como si de una estatua de cristal se tratase.

— ¿No te importo…?

Escuchó la voz del pelirrosa en el aire, luego de su desaparición.

Yuki preocupado, buscó a Shuichi por todo el lugar donde se encontraba, que parecía ser un parque. Mientras trataba de encontrar a su pareja, vio a un hombre de cabellos castaños, recostado de una cerca y mirándolo maliciosamente.

— ¿Buscas al niño? ¿Para qué? ¿Para matarlo por fin? Eres un asesino, Eiri… ¡eres tú quien comete todos esos atentados en su contra, eres tú quien hace infeliz a ese niño! ¡No eres capaz de querer a nadie!

El escritor no contestó, ignoró al sujeto y continuó buscando a Shuichi.

— ¡Mocoso, termina de aparecer y deja de jugar!

De pronto todo se volvió negro y había solamente una puerta banca delante de él. Caminó hasta ella y la abrió, entrando a una habitación de hospital. Se preguntó qué significaba todo eso, hasta que se acercó y vio a Shuichi en la camilla, pálido y al parecer, sedado, ya que tenía los ojos entrecerrados.

— ¿Shuichi? ¿Qué es esto?

— ... —el joven lo miró a los ojos y abrió la boca como para tratar de hablar pero no logró emitir ningún sonido. Se volvió dándole la espalda, y cuando Yuki se le acercó para hablarle de nuevo, el sujeto habló, sentado en una silla cercana a la puerta.

— Lo mandabas a callar hasta el cansancio, ¿qué no estás contento ahora?

— Shuichi… ¡¿Shuichi, qué pasa?!

— Eiri…

— ¡¡¡SHUICHI!!! —Un sudor frío recorría su frente, y su corazón latía a mil. No tenía idea de lo que pasaba hasta que vio a su hermano observándolo preocupado. Parpadeó un par de veces: estaba sobre su laptop y todo lo anterior había sido un sueño.

— ¿Tú soñando con Shindou-kun, hermano?

Eiri no contestó, ocultó su frente entre sus manos, tratando de aclarar su mente.

Estás así por mí… —pensaba— Estoy seguro de que el subnormal ése quiso repetir su hazaña para molestarme. Pero esta vez no me dirigiré a sus estúpidos amigos… cuando tenga las pruebas, esta vez pienso acabar con él.

— ¿Hermano? —Tatsuha sintió un escalofrió al ver la mirada de su hermano, por lo que decidió retirarse— ¡Bueno hermano, no me asesines por haber entrado a tu casa sin permiso! ¿Sabes qué? Ya me voy, regreso luego. ¡Adiosito!

El joven se fue rápidamente, dejando a Yuki observando la foto del purikura donde aparecía con su Shu.

— Sensei… ¿realmente buscas castigarme? —murmuró levantándose y yendo a la cocina— No lo vas a lograr. Voy a recuperar a ese baka…


Cerca de la disquera NG Records, se encontraba Ryuichi Sakuma, caminando a ver a su querido amigo Seguchi, sin embargo se distrajo con una conversación telefónica que sostenía un joven de cabellos negros, en una cabina sucia.

— Si, esto me ha costado mucho dinero… ¡pero me he enterado de que ya no podrá volver a cantar, jamás en su vida! —decía en voz baja— Estoy en este momento cerca de la disquera, ahora es mi oportunidad para ser la estrella de NG de nuevo, porque su adorado Shuichi Shindou no regresará y yo al fin recuperaré el brillo que ese imbécil me quitó. ¿No estás feliz, Kaori?

Ryu no podía creer lo que escuchaba, pero se sentía feliz en parte por haber ubicado tan rápidamente al culpable de todo. Tomó la determinación de quedarse cerca y cuando el individuo saliera, le mostraría sus encantos.

Detectives Kumagoro… misión iniciada… Primer paso: Convertir al enemigo en tu amigo… No sabes en lo que te metiste, maldito envidioso…

 

Notas finales:

(1) Canción: Myself, de Changin' My Life, mi banda de Jmusic favorita. La traduccion no es exacta porque quise adaptarla un poco mas al contexto pero solo le unos detallitos no más. 
Es una hermosa canción, se las recomiendo ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).