-!Appa! -gritó una nena de cabellos cortos y rubios. -appa, Junghee me dijo que le cuentas historias de princesas. ¿Por qué a mi no? - la pequeña hizo un puchero, cosa que Jonghyun no resistió y palmeó el lugar vacío junto a el en la cama.
-De acuerdo baby, también puedes escuchar.
-umma no se molestará porque no la dejamos dormir ¿cierto? -Jonghyun hizo una pose de pensar.
-Creo que a umma le incomodan estas historias. Pero allá ella si no quiere compartir este momento familiar.
-¡Yo falto! ¡Yo falto! -.gritó la pequeña castaña. Jonghyun le movió la mano, en señal de que se les uniera.
-Veamos, ¿donde me he quedado? -Ah cierto...
~**
Al día siguiente, despertó entre las colchas más suaves que su cuerpo jamás haya sentido. Sonrió al recordar que tenía el trabajo, un cuarto propio y tres comidas más alguno que otro antojo.
-Buenos días~ -dijo para si mismo mientras se tallaba los ojos.
-Buenos días joven -se sorprendió al escuchar el singular tono dulce junto a su puerta.
-Disculpa...- con las sábanas se tapó pues siempre dormía en ropa interior y la chica no dejaba de verlo, lo cual era algo incómodo -¿quien eres?
Ella mostró una dulce sonrisa y se acercó hasta el borde de su cama. -Mi nombre es Jung So Yeon y curiosamente yo lo atenderé en todo lo que llegue a necesitar. -Jonghyun se confundió. Si el había pasado a ser un empleado ¿Acaso los empleados disponían de otros para hacer sus cosas?
-Uhm, pero comencé a trabajar aquí como el--
-El músico personal de la princesa, lo se. -soltó unas risitas -Lo siento, su alteza me dijo que era realmente guapo y no se equivocó -las mejillas de Jonghyun enrojecieron, pero por haberse enterado de que aquel comentario salía realmente de la linda princesa -En realidad es muy atractivo. Lástima que Jinki no me permita fijarme en los demás chicos.
-¿Jinki? -se atrevió a preguntar. La chica lo miró divertida.
-Es el sirviente personal de su majestad el Rey, el que tiene poder sobre nosotros los demás sirvientes. Si dice algo no podemos desobedecerlo -Jonghyun sonrió.
-Joven Jonghyun - el pequeño de ayer lo llamó -Su majestad quiere dar una vuelta por el jardín y requiere de su compañía
-¿Es por algo especial? -preguntó con la alegría inundándole el cuerpo.
-Pues cuando da paseos le gusta que alguien toque un poco y ese es su trabajo ¿no? -El mayor asintió. El pequeño sonrió y haciendo una venia se retiró.
-Bueno joven, en el armario hay ropa que pueda usar. Suerte -la chica inclinó la cabeza y se retiró dejando a Jonghyun con una sonrisa.
Corrió a cambiarse y tomando su guitarra, dejó que los demás sirvientes lo guiaran hacia el chico bonito.
-Pensé que seguía dormido.
Dios, estaba vestido de rosa. Quizá era el color o los suaves rayos de Sol de la mañana que lo hacían lucir resplandeciente y se veía tan perfecto y hermoso. Como la brisa chocaba contra su suave mejilla y estas se teñían de un suave rosa.
-Perdone su majestad, pero nadie me avisó que--
-No me llames así. Dime Kibum por favor. -Palmeó al lado de su asiento, indicándole que le hiciera compañía. El mayor sonrió y tomando su guitarra, se acomodó junto a el, con el nerviosismo en su cuerpo.
"Tan Lindo"
Y allí estaba Kibum brindándole una hermosa sonrisa, con esos labios divinos que Jonghyun tanta tentación tenía de besarlos. Aunque fuera solo un roce. Bajó la cabeza apenado. Jamás en su vida alguno de esos pensamientos habían surcado su cabeza.
El solía admirar la belleza de las mujeres, su sonrisa, su cabello largo ¿y por qué no? Incluso sus cuerpos.
Y luego aparecía ese chico, tirando de cabeza sus creencias y su buen gusto por las mujeres. -Ah no, eso seguía allí - pero con Kibum, tan lindo como un gatito bebé, tan frágil y maravilloso, espectacular y todo lo bueno de la vida.
Sin esperar a que se lo pidieran, sacó la guitarra de la funda, y posando sus dedos sobre los trastes correctos, comenzó a tocar la suave melodía.
Kibum se quedó en silencio. Admirando la concentración y armonía con la que Jonghyun tocaba. Sus ojos cerrados y su cara serena. Todo el era muy atractivo.
Se perdía en los acordes que tocaba, la facilidad con la que hacía sonar las cuerdas. La precisión y creación de esos nuevos sonidos. la melodía tranquila que adormecía sus sentidos.
Cerró también los ojos dejándose acunar por la suave canción, imaginando cosas alegres y que lo hacían quedar en paz.
Terminada la canción, abrió los ojos, encontrándose con un chico casi adormecido.
Adorable.
¿Aun era pronto para decir que le gustaba?
-Kibummie~ -susurró cerca de el. Los ojos gatunos poco a poco fueron abriéndose, moviendo sus pestañas un poco.
-¿Uhm? -se restregó los ojos, y observando que Jonghyun estaba muy cerca de su persona. Se sintió apenado, porque podía observar con más detalle la cara tan varonil, que le gustaba.
¿Le gustaba?
Echó una mirada un tanto discreta
-¿Te gusta lo que ves? -Bueno, no tan discreta.
Sip, le gustaba.
Sonrió mientras negaba.- No creas, hay ,mejores que tú -a Jonghyun se le borró la sonrisa de la cara. Bajó su cabeza y miró para otro lado, tratando de sacar el ambiente tenso.
~
-¿Donde está mi bebé? -Preguntó el rey, mientras bebía de su copa. Un chico de ojos finos y cabello castaño se acercó hasta el.
-Taemin me dijo que estaba afuera con el nuevo músico. -El señor dejó de beber inmediatamente y lo miró serio.
-¿De qué estás hablando? -preguntó más molesto. El joven se tensó un poco.
-El...ayer contrató a un nuevo músico y Taemin me informó que su majestad deseaba dar una vuelta por el jardín mientras escuchaba un poco de música.
-Entonces, ¿has permitido que MI pequeño tesoro saliera de su cuarto? ¡ Contéstame Jinki! -el mencionado saltó en su lugar, tratando de buscar una buena excusa -¿Es atractivo?
-Yo supongo señor, las chicas no dejan de hablar de el.
-Mierda... -se rascó la gruesa barba mientras pensaba -ruega que no quiera intentar nada con mi pequeño, o no se que soy capaz de hacerle- Jinki suspiró. El rey jamás dejaría de ser tan sobre protector.
-Le juro mi señor que estaré al pendiente y no dejaré que ese chico siquiera respire junto al joven príncipe.
~
-¿Por qué me besaste? -Preguntó apenado el rubio, tocándose los labios.
-¿Me creerías si te dijera que llevo esperando el momento en poder probarlos? -las mejillas de Kibum enrojecieron.
-Pero... -hizo un adorable puchero, fijando su vista hacia otro lado -ese...ha sido mi primer beso -Jonghyun se sorprendió de aquel comentario. Kibum se sentía avergonzado, pero feliz.
-Yo... lo siento. - acarició las cuerdas de su guitarra intentando encontrar las palabras exactas -supongo que esperabas el beso de un verdadero príncipe.
La imagen se repetía precisa una y otra vez en su mente
"tus labios parecen un par de fresas"
y de repente, sintió los labios esponjosos encima de los suyos.
-¿E..eh? No, es solo que... -Bien, no podría decir que estaba contento. Sabía que eso traería problemas. -no me molesta -le sonrió.
Silencio incómodo~
-¿Puedo...? -Kibum hizo cara de confusión -¿Puedo probarlos de nuevo? -Las mejillas del menor se encendieron en un adorable tono carmín. Sin poder controlar sus impulsos, asintió.
Jonghyun se acercó lentamente, tomándose el tiempo de admirar el perfecto rostro, con la piel blanca y suave, y los labios rojizos en su espera.
Deshizo toda distancia entre sus bocas, chocando sus labios y sintiendo el cálido y delicioso sabor que esos labios le brindaban.
Con una suave fricción, movía sus labios encima de los contrarios, suave, preciso y lento.
Por inercia, el rubio posó ambos brazos alrededor del cuerpo del mayor, acercándose solo un poco más.
El tiempo pasaba lento, como si se detuviera a observar el bonito sentimiento que nacía de entre ellos.
-Me gustas~ -susurró contra su boca, haciéndole sentir su aliento fresco y cálido.
-A mi también - ambos sonrieron.
El amor comenzaba a albergar sus corazones.
**~
-Aigoo appa esa historia es muy -bostezo -bonita~
-Bueno mis princesas, es hora de dormir. -sin ser tan brusco, las levantó en brazos y las dirigió hacia su habitación. -A dormir bellezas~