Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Sorpresa? por Jaegerjaquez

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

(Bueno, creo que no me hace falta indicar mucho en las notas. Esta es mi primera historia de Bleach. Si hay errores, es normal, porque voy todavía por el capítulo 113 de la serie. Y no, todavía no he visto a Grimmjow. Pero bien que lo interpreto, ¿ah?

Y he puesto a Ichigo de seme porque me encanta ver a nuestro querido pelirrojo de uke. No os preocupéis. Aquí no hay lemon. A no ser que se me pida, escribiré una secuela en todo caso. En fin, no creo que se necesite decir más... Disfrutar de la lectura.~ <3)

Hoy, resultaba ser mi cumpleaños. Como el de todo Shinigami que se precie, ¿no? La verdad, los de los capitanes se celebraban por todo lo alto. Pero, para los tenientes... Que les den. Si se acordaban, tenías suerte. Y pienso que yo era bastante querido por todo el mundo, ¿no? Creo que no me comporto tan mal con la gente de la Sociedad de Almas... Haciendo unas pequeñas excepciones, que incluía, obviamente a Ichigo. Ese tío era completamente idiota. ¿Por qué? Siempre me lo de mostraba, y mis teorías eran que, con cada día que pasaba, el fallo en su cerebro aumentaba. Tengo pruebas.

Era en mi propia habitación del Sexto Escuadrón, descansando en la cama con tranquilidad. La goma de pelo yacía en la mesa de noche que se encontraba a mi lado, y el cabello rojo se me desparramaba por las blancas sábanas al llevarlo suelto. Dormía a pierna suelta, por mucho que la luz se colara por la ventana y me alumbrara el rostro, indicando que ya pasaba de la madrugada, y que "supuestamente" debería estar despierto para atender mis recados. Pero, con los nervios que sufrí la noche anterior, me había pasado en vela la mayoría de las horas, y tenía tanto sueño que ni un balde de agua fría me despertaría. En mi ajetreada pesadilla, una persona me gritaba. No le veía el rostro, aunque se apreciaba que estaba enfadada por algo que no entendía. Por ello me revolví en el colchón, comenzando a perder la calma que tenía durmiendo. Y, de golpe, una cascada de agua fría me caía encima. Creía que era producto de mi imaginación. El tacto congelado con mi piel era demasiado real, por lo tanto... Acabé por incorporarme con rapidez, sorprendiéndome. Retiro lo pensado anteriormente con lo de que nadie me levantaría. Una ráfaga de aire terminó por hacerme apretar los dientes.

Parpadeé, y quité los mechones de pelo que me caían por la cara impidiéndome la visión. Al enfocar el bulto que tenía delante de mí, el enfado me recorrió las venas como veneno. Ese pelo naranja era irreconocible, y aquella cara de "me-creo-malote-y-más-guay" no daba a más dudas. Al tenerlo en MI cama, y al ser despertado de aquellas maneras, no me corté a la hora de darle una patada que lo mandó a la pared. Vi, con satisfacción interna, la forma en la cual se apoyaba en la superficie para mantenerse en pie de nuevo. Me miró con un cabreo del quince. El mío, no se quedaba atrás.

Imbécil, ¿a qué venías tirándome un cubo de agua fría?” Le grité, sin contenerme.

Tío, ¡no había quién te levantara! ¡Me había pasado media hora gritando, joder!”

Me importa una mierda.” Bajé mi tono, apartando las sábanas de mi cuerpo, revelando que solo dormía en ropa interior. “Y más en un día como es hoy.”

¿Cómo?” Se cruzó de brazos, inclinando su cuerpo hacia delante, queriendo escuchar mejor. “¿Día de qué? ¿Hay algo que me pierda?”

...” Lo miré a los ojos, de un tono marrón, y estuve así unos segundos. Hasta que, acabé por negar con la cabeza, de un lado a otro, y soltar un suspiro. En el momento que me apartaba de las suaves sábanas, cogía la goma para hacerme la típica coleta de siempre. “No, no es nada.”

Bien, como quieras.”

Se encogió de hombros con despreocupación, y se sobó la espalda, (que habría salido dañada con el golpe de antes) recostándose en la puerta cerrada, mirándome. Parecía que no se iría hasta que me cambiara. Irritado, abrí el armario y empecé a sacar el uniforme estándar para ponerme. El muy idiota lo hacía tan fijamente que me ponía nervioso. Sabía que lo hacía de manera intencionada, porque perfectamente podría haberse quedado esperando fuera en el pasillo, como solía hacer cada vez que se atrevía a meterse en mi habitación. Eran contadas esas veces, ya que siempre acababa con algún golpe de más en su cuerpo. Gruñí.

Largo.”

No.”

¿No lo entiendes, verdad? FUERA.”

Me tengo que asegurar de que vengas conmigo y no salgas por la ventana intentando escaquearte.” Ante su pobre excusa, chasqueé la lengua, poniéndome la ropa.

¿Cuántas veces he hecho yo eso? Sería más acertada para ti, ya que los tontos son los que hacen tonterías.” Lancé, sonriendo de medio lado, y atando el pañuelo con fuerza a mi cabeza.

Cabrón...”

Fresa idiota.”

Mi sonrisa se hizo mayor, y su puñetazo fue bastante predecible. Lo paré con una mano, y le agarré de la otra muñeca antes de que volviera a intentarlo. Apretándole con fuerza hasta tal punto de hacerle retorcerse de dolor, le solté. Él se cogía las zonas rojas por la presión ejercida, y yo pasé elegantemente por su lado, mirándolo de reojo, ya que corría detrás mía ante mis grandes zancadas. Se puso a mi altura, estableciendo contacto visual levantando algo el mentón, demostrando que no le intimidaba. Ladeé la cabeza para admirarlo, porque tenía unas interrogantes en mi cabeza que todavía no habían sido resueltas.

¿A dónde me tenías que llevar?”

Quería entrenar contigo.” Confesó con una sonrisa.

¿Pretendías eso todo el momento? Algo tan... ¿Mínimo?” Mi voz mostró incredulidad, haciendo que Ichigo afilara la mirada.

¿Acaso no te atreves, cobarde?” Me retó, y eso era algo que no aceptaba. Ni de broma. Le haría tragarse sus palabras. Nadie me ofrecía combatir y salía impune. No con Abarai Renji.

Dejé que el de cabellos naranjas fuera delante, porque obviamente, los débiles iban primero. Manos en los bolsillos, andando con aparente calma, aunque en el interior estaba ardiendo de emoción ante un buen enfrentamiento. Hacía tiempo que no calentaba a Zabimaru con nadie, y Zangestsu, por mucho que me costara admitirlo, era un buen oponente. Por lo tanto, no presté demasiada atención hacia dónde nos dirigíamos, ya que por mi mente volaron los recuerdos de nuestro primer encuentro serio. Por esto mismo, cuando se paró, por poco choco contra él por la espalda. Suerte que me paré a tiempo, no me hubieran gustado incidentes de ese tipo. Que luego se malinterpretaba... Y digamos, que había mucha gente cotilla. Analicé el campo de batalla. Consistía en un bosque, donde en mi época de aprendizaje, entrenaba con Hinamori, o Kira si se atrevía. Entrecerré la mirada. ¿Por qué allí, y no uno más abierto? Las armas chocarían con los árboles y sería todo un incordio... Presentí la sonrisa que llevaría Kurosaki pintada en la cara. Desenvainé.

Bonito lugar que elegiste.”

¿Verdad? Pensé que te gustaría.” Decía, ya teniendo a Zangestsu a mano.

No nos hacía falta hablar más. En un combate, sobraban palabras. Por primera vez en mucho tiempo, ambos filos chocaron entre ellos, desprendiendo chispas al igual que nuestras miradas. Al no acabarse ahí, continuamos intentando herir al contrario. De vez en cuando, cortábamos ramas que se cruzaban en nuestro camino. Dejando muescas en los troncos de ese estrecho paraje. Sabía que la meta que teníamos los dos era hacerle un mínimo rasguño al otro. Dejarnos agotados, hasta que no pudiéramos movernos. No se pretendía herir de muerte al contrario. Solo, una pequeña diversión. Aparte, no me apetecía quedarme inválido el día de mi cumpleaños. Por eso puse todo mi empeño en ganar aquello. Detuve una estocada que se suponía que iba a ir a mi cabeza. Tuve que parpadear, ya que los ojos se me quedaban secos, y en ese pequeño descuido, el de cabellos naranjas desapareció de mi visión. Utilizó el shunpo, supongo. Apareció detrás mía, y antes de que me girara para enfrentarlo (el muy imbécil se creía que no me había percatado de sus movimientos) me agarró del brazo donde sostenía a Zabimaru, y colocó el filo de Zangestsu en mi cuello, pegándome a su cuerpo. Rechiné de dientes. En el momento que me hizo el corte en la piel de la zona, yo cambié el arma de sitio y rápidamente, realicé otro en su mejilla. Dibujé una sonrisa con un punto sádico, viéndole la sangre descender de su cuello.

Me empujó para apartarme de su lado. Caí al suelo, aunque, como buen adversario, me tendió la mano para que me levantara. La acepté, viéndole la sonrisa a él también, y me sacudí el polvo de la ropa. Guardando los dos el arma, salimos de ahí. A paso lento, porque nos encontrábamos un poco cansados por lo que acabábamos de hacer. No hablé, porque llevaba en mente algo que me escamaba. Cuando quedé acorralado en el cuerpo de Kurosaki, en sus orbes marrones no vi esa chispa de victoria que suele aparecer, ni su sonrisa de autosuficiencia. En cambio... Había algo diferente. No sabía qué. Y, añadiendo que no se acordaba de mi cumpleaños, admitía que me dolía en cierto modo. Aunque, me mordí la lengua.

¿Empate?” Preguntó, sacándome de mis pensamientos.

Tómatelo de esa forma si te alegra.” Le dije para chincharlo.

Tsk.”

Hubo unos momentos de silencio donde ninguno de los dos dijo algo. El pelirrojo se paró, por lo tanto, me vi obligado a hacer lo mismo. Me quedé mirándolo expectante.

¿Ahora qué?”

Renji...” Mis pupilas se abrieron un poco. No solía utilizar mi nombre a menudo. Solo que, utilizaba sobrenombres para nada agradables. “Lo único que te pido, es que por mucho que te parezca extraño, no reacciones mal ni intentes pegarme, por favor.”

¿Para...?”

Solo calla y espera. Cierra los ojos.”

Sin comprender, y tampoco sin fiarme, hice lo que me pidió. Cerrando las manos en la espada de mi cinto, de manera inconsciente. Noté las manos de Ichigo coger el pañuelo que yo llevaba anudado a la frente, y deshaciendo el nudo, me lo bajó hasta ponerlo a la altura de mis ojos, ahora resultando que no podía ver absolutamente nada. La sensación era desagradable. La visión era lo que un Shinigami más utilizaba, y que ahora no pudiera... ¡Agh! Sus dedos me rozaron 'sin querer' la línea de la mandíbula, y se pararon en la herida que con anterioridad me había hecho en el cuello. Un escalofrío descendió por mi espina dorsal, sin quejarme. Luego, quitó las manos y cogió una de las mías con firmeza. Por mucho que me encontrara nervioso en el interior, no lo dejé mostrar por fuera, inclusive cuando comenzamos a andar. Ichigo podría haberme estampado contra algún pilar, pero, sorprendentemente, no lo hizo.

¿No pareceremos pareja con esto, verdad?” Pregunté, siendo respondido por una risa del otro.

Haber. Te preocupa que la gente nos vea como novios, pero no el lugar donde te voy a llevar con los ojos vendados.” Volvió a reírse. “Eres increíble.”

Algo de calor subió a mi rostro. No por el cumplido, si por la idiotez que había mostrado al dejar que esas palabras se escaparan de mi boca. Mi mente me pegó un zape. Me mantenía bien agarrado a la mano de mi compañero ese día, y él, seguramente esbozaría una sonrisa por lo indefenso que me veía con los ojos vendados. A veces soltaba comentarios jocosos que yo acababa respondiéndole con insultos. Y de esa forma se pasó el camino. Abrió una puerta, y el silencio era bastante notable en el ambiente. Me susurró de que me quedara quieto, y apartó la venda de mis ojos, dándomela a mí de nuevo. No pude evitar desencajar la mandíbula por lo que veía delante.

Una sala, que se utilizaba para reuniones normalmente, estaba decorada (en su justa medida) y la gran mayoría de los capitanes con los tenientes estaban allí también. Sonriéndome, y alguno que otro llevaba un gorro que terminaba en punta. Rangiku, que siempre solía apuntarse a la fiesta fuera cual fuera, se me acercó y me puso una corona de estas de mentira, felicitándome, a la vez que todos los demás. No cabía en mí del gozo. Creía que todo el mundo se había olvidado de mí. Y, por lo que se veía, lo tuvieron bien planeado. Ichigo me distrajo luchando para que ellos pudieran preparar todo esto. Él era cómplice. Lo comprobé en el momento que me giré para mirarlo. Me guiñó un ojo.

¡Ren-chan!” Gritó una alegre Yachiru desde el hombro de su capitán. Al ver que el enorme hombretón no se movía, le tiró de uno de sus mechones con forma de pinchos, ganándose una queja. “Ken-chan, muévete...” Le dijo, teniendo un puchero en su rostro.

Hizo lo que le pidió la niña, soltando un suspiro. Se acercaron a mí, yo teniendo que levantar mucho el mentón para poder mirarlo a los ojos. Esbozó una sonrisa muy amplia, que en su cara se veía terrorífica. Tragué saliva, aguantándome el dolor que me provocó sus suaves palmadas en el hombro, después estrechándolo con firmeza.

Felicidades, cada día te haces más fuerte, Renji. Aunque eso no indica que me ganarás tan fácilmente.”

G...gracias, supongo.”

La teniente del onceavo escuadrón saltó y se apoyó en uno de mis hombros, para abrazarme la cabeza. Soltando una risa por primera vez en el día, correspondí gustosamente su abrazo como pude, después volviéndola a poner en el mismo de siempre, con una curvatura alegre que no me la quitaba nadie. Recibí bastantes felicitaciones, por parte de los de Gotei 13 y sus respectivos escuadrones, cada una siendo especial... A su manera. Inclusive estuvo allí Kuchiki-taichou. Mi capitán. El que odiaba cualquier tipo de alboroto, hizo su esfuerzo por mí y se presentó en la sala. Los minutos justos para hablarme un rato y después irse. Lo aprecié de sobremanera. Al igual que los demás, que en una mesa me habían dejado regalos. El día había dado un vuelco completamente, y no me arrepentía ahora de haber sido despertado con un balde de agua fría por parte de Ichigo. Hablando de la zanahoria... ¿Dónde estaba?

Me pincharon los costados, y por detrás asomó a la persona que pobló mis pensamientos. Indicándome con gestos que saliera unos segundos de allí (ya que la atención no estaba puesta en mí a esas alturas, todos estaban muy concentrados en el sake, o entretenerse bailando o hablando). Al hacerlo, pude ver, asomado desde esa terraza, el cielo oscuro, alumbrado desde las alturas por una luna llena. Hermosa. Quedándome unos segundos embobado mirándola, Ichigo habló.

¿Te gusta la fiesta, piña roja?”

Sí, hasta que tú la cagaste ahora mismo.” Lo dije de broma. No obstante, el otro pareció tomárselo en serio. 

¿Siempre la estoy cagando, verdad?”

Su tono de voz era fiero. Podría jurar sobre seguro que algo enfadado. Sin darme tiempo a reaccionar, puso la palma de su mano encima de mi pecho, y me hizo chocar contra la pared. Casi como yo le había hecho esta mañana con una patada, sólo que, esta vez, la situación era muy diferente. Balbuceé su nombre, sin entender nada. Él me acorraló poniendo las manos a ambos lados de mi cabeza, no tocándomela. Apegó su cuerpo al mío. Notaba su pulso, también el que yo poseía, latiendo frenético. Sus ojos marrones brillaban de una forma curiosa a la luz lunar. Y, sin más, me besó. Bueno, si se le podía llamar un beso... Era más bien chocar de dientes, ansia de una lengua entrelazarse con la otra. En un principio me mostré reacio a responder, porque no había tenido contacto de ese tipo desde hacía un buen tiempo. Y más con... Él. Aferró con fuerza mi cintura, mientras que yo agarré su cabello naranja, en un intento desesperado de pegarlo más. Cuando la falta de aire hizo su acto de presencia, nos separamos. Aunque, todavía tenía ganas de continuar. Sus labios descendieron por mi oreja, mordiendo la piel expuesta del cuello. Solté una especie de gemido y gruñido, intentando a duras penas que se separara de mi cuerpo.

Hn... Ichigo...” Con los ojos entrecerrados busqué sus orbes, que ahora contenían deseo acumulado. ¿Cómo habíamos pasado de odiarnos a esto? No comprendía nada.

Ya que no he puesto nada en la montaña de regalos... Ni sé que tú pondrás nada en mi cumpleaños... He decidido cobrarme el mío antes de tiempo. ¿Qué te parece?” Obviamente, mi reacción fue épica.

Cabrón. Ya decía que no había visto nada con tu nombre puesto...”

Ahora ya lo tienes escrito...” Y besó la misma zona del cuello que antes había mordido. “Aquí.”

Vete a la mierda, eso durará d...”

Y volvió a callarme con otro beso, en el cual le mordí la lengua. Ni con esas se me separó. Resignado, se lo continué por mucho de que estuviéramos al lado de un grupo de gente todavía de fiesta, en la sala contigua. Entonces, se escuchó una voz ligeramente chillona gritar nuestro nombre. Nos separamos como si nos hubiera dado una descarga eléctrica al rozarnos. ¿Habríamos sido vistos? ¿Delatarían este contacto pecaminoso que había establecido con Ichigo? Escrutando las sombras, vi llamear un cabello naranja, luego uno plateado. No tuve que machacarme la cabeza para saber de que eran tanto Rangiku como Gin, que la llevaba agarrándola de la cintura. Estaba borracha, él perfectamente cuerdo. Con sus ojos cerrados, su sonrisa era... Me daba escalofríos. Hizo un gesto con los dedos al despedirse, no sin antes decir algo.

Enviaré una mariposa infernal a los demás Escuadrones, avisándolos de vuestro nuevo noviazgo. ¡Pasároslo bien~!”

¡CARA ZORRO BASTARDO! ¡VEN AQUÍ! ¡¿CÓMO TE ATREVES...?!” Pensaba ir a darle su merecido, pero Ichigo me agarró del brazo con fuerza, impidiéndomelo. Me lo quedé mirando furibundo.

Oye, no es mala idea.”

¿Uh?”

Lo de ser pareja.”

Estás borracho, ¿verdad? Es eso.”

Borracho de ti.” Bromeó, ganándose un puñetazo en el hombro por mi parte.

Me di media vuelta con intenciones de irme a mi cuarto, y alejarme de todo ese alboroto. No obstante, él me seguía. No hice nada para detenerlo. No tenía ganas de pelea a esas horas de la noche, y más en ese día. El de pelo naranja no paraba de darme sorpresas. Esa manera tan peculiar de despertarme, mirarme, escrutarme al entrar en mi habitación, el empate en el bosque, luego la fiesta... Y, para rematar, el beso. ¿Me había gustado? Lo comprobé al agarrar el pomo de la puerta para entrar a 'descansar'. En vez de cerrarle en las narices, se la dejé entreabierta. Quitándome la goma, con ello el nudo que hacía en la cintura ese trozo de tela. Escuché que alguien la cerraba, una presencia aparte de la mía. Luego, dedos acariciando los mechones que me caían por la espalda. Y, al ver por enésima vez ese tono marrón con leche, confirmé que... Mi cabeza podía decir algo. Pero mi cuerpo, pedía otra cosa bien distinta. Y si esa era la forma de terminar de celebrar mi cumpleaños... ¿Por qué no?

 

FIN.

Notas finales:

 

G: ¡Lo sabía! Aquí todo el mundo es maricón, y más ese Ichigo, que ataca al pelo-piña porque no ha tenido sexo con nadie. Normal. 

Tú no te quites protagonismo, Sexta, que sé lo que sucedió un día cuando Gin le dio su vara (la de 'Arrancar Enciclopedia') a Nnoitra y éste se divirtió utilizándola en cierto minino metiéndosela por... 

G: *Tapa la boca a la user* ¡Cierra el pico! ¿No te conté que eso no deberías contárselo a nadie? Aparte. ¡No fue con-con! ¡Me violó! 

¿Ahora quién está dando detalles de más? Creo que te gustó, Kitty-Grimm. :3 Y no me dejas acabar con las notas finales, los pocos lectores se van a aburrir. D: 

G: ¿Conmigo? Jamás. Contigo sí. Heh. *Recibe capón* ¡Och! 

Nos leemos.~ <3

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).