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Hatori Yoshiyuki x Kisa Shouta por KaoruYukiMori

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Notas del fanfic:

Aviso: Este fanfic es totalmente propiedad de mi imaginación, nada que ver con la auténtica historia de Sekaiichi Hatsukoi, ni nada que ver con los respectivos personajes. No quiero ningún tipo de reproche, solo espero que les guste y eso. 
Quedan avisad@s. :3

Se lo dedico a mi amiga Valery, de Argentina. <3 (Ella tuvo la genial idea xD)

Notas del capitulo:

¡Valery! <3

Era una mañana bastante agotadora. Se había acumulado el trabajo en la oficina y Takano-San estaba irritante. No hace mucho que empecé a trabajar en esta editorial... No llevo ni dos meses, y aún me costaba acostumbrarme como editor.


Soy Hatori Yoshiyuki, tengo 24 años, y estoy estresado.

Miré el reloj, ya era de noche y no había nadie en la oficina. Estaba solo, recogiendo mis cosas para marcharme a casa. Me acomodé la corbata antes de salir, deseaba salir de aquí para poder relajarme. Pero... me di cuenta de que en realidad no estaba solo, pensando yo que sí...

Mi compañero de trabajo, o mejor dicho, mi sempai Kisa Shouta, acababa de entrar para recoger sus cosas también. Le saludé debidamente.

-Buen trabajo Kisa-san.

Me sonrió y se me quedó observando largo tiempo, yo por el contrario me preguntaba por qué me miraba así y aparté la mirada.

-Me voy a casa.
-Te noto tenso, ¿te cuesta seguir el ritmo de trabajo?
-Hm... Lo llevo mejor de lo que esperaba. -Dije de manera seria para sonar convencido-.
-Puedes consultarme cualquier cosa, Hatori-san.

Volvió a mirarme de aquella forma... ¿Por qué miraba tanto mi cara?

-Gracias... Ahora sí, debo irme.

Empecé a caminar hacia la salida, hasta que noté que sujetaba mi brazo con una de sus manos. Kisa-san era bastante más bajo que yo, por lo que tuve que mirar hacia abajo para mirarle. Noté su mirada más intensa sobre la mía.

-¿De verdad tienes que irte? Podríamos ir a tomar algo. Ya que soy tu sempai... -Encogió uno de sus hombros y sonrió de medio lado. Me atrevería a decir que se me estaba insinuando...-.

Pero la verdad no me vendría nada mal un par de cervezas, necesitaba relajarme de alguna manera...

Y así fue como salimos del edificio y nos acercamos a un izakaya. Había muchísima gente a esas horas, por lo que pedimos una habitación privada, y nos sentamos uno frente al otro. Pedimos una cerveza bien fría cada uno, y brindamos.

-¡Kampai! -Exclamó Kisa-san.
-Kampai.

Tomé un trago y miré distraído la mesa. O quizás solo estaba evitando mirarle...

-¿Por qué elegiste ser editor, Hatori-san? -Me preguntó con curiosad Kisa-san.

Rápidamente me vino a la cabeza la imagen de Chiaki. Pero no podía dar mis verdaderas razones...

-Siempre quise hacer algo así... -Terminé por decir, bebiendo nuevamente de mi cerveza.
Pasamos largo rato así, tomando una cerveza tras otra. Kisa-San terminó sentado a mi lado, y apoyó un codo sobre la mesa, a la vez que sujetaba su mejilla con la palma de su mano, mirándome de nuevo a los ojos.

-Neee... Hatori-saaan... Es usted muy guapo...
Yo también había bebido de más y cuando bebía era algo insoportable y un poco violento. Por no decir que también perdía el control sobre mí mismo...

-Veo que estás más relajado, ¿ah? Hatori-Saan... -Su mano terminó sobre una de mis rodillas, y yo solo le miré con una de mis cejas alzadas.

Aflojé el nudo de mi corbata, y respiré relajado, mirándole con el ceño fruncido. También estaba acalorado.

-Así es...
-¿Quieres sentirte mejor...? -Se acercó un poco más a mí-
-¿A qué te refieres? -Le miré algo confundido, esta vez no pude evitar no mirarle-

Sin decirme nada deslizó una mano hasta mi entrepierna por encima de la ropa, y me miró con media sonrisa de nuevo. Se le veía algo rojo por el alcohol y quien sabe, quizás también por el calor...

-¿Qué estás haciendo...? -Pregunté frío-.
-No te hagas el duro... Solo deja que te desestrese...

Aquella situación me calentaba... Mierda, odio mi autocontrol cuando bebe, a poco desaparece...

Su mano entraba en mi pantalón, se acercaba además a mí para lamer mi cuello con la punta de su lengua. Eso hizo que me estremeciera.

Cerré los ojos, lo extraño es que no me incomodaba que Kisa-san me tocara... Parecía tener manos expertas...

Me desabrochó el pantalón para tener más libertad de movimiento, además de apartar la tela de mi ropa interior para liberar mi miembro.

De pronto me vivo a la cabeza la imagen de Chiaki de nuevo... ¿Por qué en un momento así? ¿Era quizás porque es el amor de mi vida y no deseo otra cosa más que sea él quien me hiciera este tipo de cosas...? Ah, Chiaki... Dudo que eso pase... Es un amor imposible... Cerré los ojos y dejé que Kisa-san hiciera lo que quisiera con mi miembro. Ladeé mi cabeza levemente para dejarle más espacio en mi cuello, que me besara y lamiera ahí me excitaba, además de sentir su mano masturbándome... Aunque estuviese mal, imaginé que era Chiaki el que me hacía esas cosas sucias y pervertidas...

-Hatori-San... Estás muy duro aquí... -Rozó la punta de mi miembro con su dedo pulgar, y me sonrió antes de bajar para rozarlo esta vez con sus propios labios... Eso se sentía jodidamente bien.

Llevé mi mano a su nuca, y miré lo que me hacía, con un rostro serio y excitado... Pensaba para mí que el que me hacía eso era Chiaki... Yoshino... Aquel chico idiota y distraído del cual me enamoré, mi amigo de la infancia... Empujé mi miembro a la boca de ''Chiaki'', volviendo a cerrar los ojos.

''Chiaki'' lamía mi miembro de manera experta, lo hacía ordinariamente bien, succionaba, chupaba y lamía de tal manera que mi estúpida erección se calentaba más y más... Siguió trabajando con su boca, y mi mano libre estaba apoyada contra el suelo. Me había echado un poco hacia atrás a causa de la excitación, y además así podía verle mejor. Pero me di cuenta tristemente que no podía engañarme a mí mismo... El que me hacía tales cosas era mi sempai Kisa-San... Y no mi Chiaki...

Me mordí el labio enfadado conmigo mismo y enredé mi mano en el oscuro pelo de Kisa-San, empujándolo más contra mi miembro, sintiendo su húmeda y cálida boca. Por lo visto Kisa-San no se quejaba de lo violento que estaba siendo... Y sino se quejaba, mejor para mí.

Jadeé por culpa de su maldita y lasciva lengua, sabía usarla condenadamente bien. Eché mi cabeza hacía atrás mientras penetraba mi miembro más profundamente en su boca. Al rato terminé por correrme sin importarme nada.
Kisa-San me miró con la respiración agitada, con el cabello algo desordenado, mientras se relamía los labios, con una de sus manos tapando descuidadamente parte de su boca. Me miraba fijamente, pero esta vez de forma nada pasional...

Yo me limité a estar en silencio. Me coloqué la ropa despacio y al contrario que él, no me atrevía a mirarle directamente a los ojos. Me sentía mal por dentro.

Era un idiota que se enamoró de su amigo de la infancia, sabiendo que es un amor no correspondido. Y sabiendo que cosas como las que acaban de pasar, me hacen añicos por dentro, haciéndome sentir sucio y miserable.

-He de irme.

Fue lo único que dije, dejando parte del dinero de mis cervezas sobre la mesa, yéndome rápidamente de allí, sin mirar atrás ni una sola vez.

Mañana en la oficina iba a ser un día terrible.

Notas finales:

D:


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