El sol acaba de hacer su aparición, señalando así que un nuevo día iba a dar comienza en la academia de música más famosa de todo Seúl; un internado donde aquellos niños con talento para el baile o el canto eran instruidos desde pequeños para así explotar al máximo sus facultades. La institución recibía el nombre de Super Junior, y solo los hijos de familias adineradas o aquellos con verdadero talento a los que se les otorgaba una beca eran capaces de entrar en ese selecto lugar, que era el sueño de muchos jóvenes y el temor de muchos padres. Y es que una vez que entrabas en esa academia, debías olvidarte casi por completo de que tenías una familia en el exterior. Las reglas eran muy claras, y una de ellas era que los alumnos solo saldrían de la academia durante un mes de “permiso”, como unas vacaciones, y en días y ocasiones puntuales. La academia Super Junior era ahora su residencia, donde todos convivían en más o menos cierta armonía.
Pero esa cierta armonía no se atribuía a las dos bandas más temidas de toda la escuela. Nadie sabía por qué, o cómo es que habían surgido, pero lo cierto era que los mejores alumnos de toda la academia habían constituido dos grupos entre los cuales se podía respirar un odio casi a muerte. Sus luchas dentro y fuera del escenario eran bien conocidas por los demás alumnos, que evitaban en todo momento meterse en miedo para no arriesgarse a sufrir las consecuencias. Y aunque no se sabe a ciencia cierta a raíz de que viene tanto odio, sí se conocen muy bien las características que diferencian a ambos grupos.
Por un lado, nos encontrábamos al grupo al que todo el mundo llamaba “Silver Boys”. Todos ellos eran niños ricos, que habían entrado ahí gracias al dinero de sus padres, pero que al contrario que muchos otros poseían además de ese dinero un enorme talento, lo que les convertía en unos seres doblemente egocéntricos y presuntuosos, que siempre miraban a los demás por encima del hombro. Su líder era Lee Hyukjae, conocido también como Eunhyuk dentro del grupo. Era sin lugar a dudas el mejor alumno de toda la escuela. Verlo bailar era una auténtica obra de arte, al igual que verlo a secas. De contextura delgada, pero musculosa, su pálida piel y su cabello rubio parecían brillar con luz propia bajo la luz del sol. Y luego estaban esos ojos con esa intensa mirada y esa sonrisa burlona siempre en su rostro.
Junto a él, en el mismo grupo, se encontraba Hangeng, al que todo el mundo conocía por “El Chino” debido a que nació y vivió en ese país antes de mudarse a Corea. Era, al igual que Hyukjae, uno de los tres mejores bailarines de toda la academia. Luego estaba Kim Jongwoon, más conocido como Yesung, que no destacaba por sus habilidades de baile sino más bien por poseer la mejor voz de todo el lugar. Era una persona tan extraña que incluso había más de una leyenda urbana rodeándole, y la gente afirmaba que era asexual, debido a que todas las chicas y chicos que se le habían declarado (y no habían sido pocos, ya que este joven de cabellos azabaches y profunda mirada de ojos negros parecía ir despertando pasiones por ahí por donde pasaba) habían sido rechazados con un simple gesto de su mano, o en el mejor de los casos con un “no”. Y los últimos dos miembros de este grupo eran Cho Kyuhyun (también llamado “maknae” por ser el menor), con una voz que si bien no superaba a la de Yesung, bien podría estar considerada en el mismo nivel, y con mejores habilidades para el baile que su extraño compañero. Y por último estaba Kim Youngwoon, más conocido como Kangin, al que los alumnos afirmaban que tenían en el grupo porque les hacía de “guardaespaldas”.
Por otro lado, se encontraba el grupo contrario, que se hacía llamar “Sapphire Blue Dream”. Se cree que una de las razones de que haya tanto odio entre estos dos grupos es que los chicos pertenecientes a este grupo son, a diferencia de los de Silver Boys, de familias que no poseen muchos recursos económicos, por lo que se encuentran en la academia gracias a que poseen un enorme talento, lo que hace que les sean concedidas becas para poder mantenerse en el curso. El líder del grupo es Lee Donghae, un joven que a pesar de tener casi veinticinco años seguía teniendo el rostro adorable de un niño, lo que hacía juego con su personalidad también un tanto infantil. Y si bien Yesung era considerando un asexual por rechazar todas las proposiciones amorosas de forma tan fría, Donghae estaba considerada la persona más tímida y vergonzosa de toda la academia Super Junior, además de ser llamado “Fish” por la mayoría de sus compañeros debido a que comparaban sus grandes ojos oscuros con los de ese animal. Sin duda, él estaba también entre los tres mejores bailarines de la academia y su voz, aunque no fuese una de las mejores técnicamente, tenía un timbre que hacía casi imposible que no gustase.
Junto a él en ese grupo se encontraba Kim Heechul, la “Diva” del lugar. Se metía con todo y con todos, y no le importaba quien fuese o cuál pudiese ser el resultado de esa acción. Esa actitud tan directa le había ocasionado más de un enfrentamiento, incluso dentro del grupo, y que fuese temido por los demás alumnos, que evitaban ser el centro de sus burlas cuando este no se encontraba de muy buen humor, a pesar de que muchos lo admiraban en secreto por su voz tan peculiar y característica. En este grupo se encontraba también Henry, un joven chino criado en Estados Unidos cuyo talento en el baile y con el violín le abrió paso hasta la academia. Luego estaba Park Jung Soo, conocido como Leeteuk, y que era el que se comportaba como la madre del grupo. Y por último, teníamos a Lee Sungmin, un joven que a simple vista parecía adorable a rabiar, pero que cuando se enfadaba era incapaz de controlarse y hacía gala de su gran conocimiento en artes marciales.
A simple vista, parece imposible entender verdaderamente por qué tanto odio entre ellos, si en el fondo no son tan diferentes… Quizá sea hora de intentar descubrirlo, y de que las cosas comiencen a cambiar en la academia Super Junior. Y hoy desde luego era un buen día para que intentasen tener lugar esos cambios. Donghae fue el primero en despertarse esa mañana, algo que no sucedía todos los días. Aunque lo más correcto habría sido decir que no había logrado pegar ojo en toda la noche. Ayer había recibido un aviso mediante la secretaria de que el señor Choi, el director quería verle para anunciarle una decisión que había tomado respecto a él, y eso lo tenía verdaderamente preocupado. Por más que le daba vueltas no encontraba un motivo por el cuál pudiese requerirlo el director, y solamente uno le parecía lo suficientemente importante como para que él en persona se molestase: que lo fueran a expulsar de la academia.
Comprobó que debería estar en el despacho del director dentro de dos horas, por lo que decidió ir a darse una rápida ducha antes de que Heechul, con quien compartía habitación, despertase y acaparase el baño, para luego vestirse con el pantalón negro, la camisa blanca y el chaleco rojo, uniforme de la escuela. Se calzó los zapatos, se peinó con la mano su cabello negro que tenía medianamente largo y, tras hacer algo de tiempo en su habitación y ser echado por Heechul antes de que agujerease el suelo por su nerviosismo, se dirigió al despacho del director. La hora había llegado, ahora la suerte ya estaba echada.
Con un leve temblor en su mano, producto de los nervios y del miedo a que sus peores presagios se hiciesen realidad, sujetó el pomo de la puerta y lo giró, ejerciendo sobre ella una leve presión para así abrirla y poder entrar en el iluminado y espacioso despacho. Donghae echó un vistazo a la habitación. El director se encontraba sentado en su cómoda butaca detrás de su escritorio de madera clara, frente a dos sillas, una de ellas ocupada en estos momentos por alguien que Donghae pudo reconocer a la perfección, y es que ese cabello rubio era inconfundible: Lee Hyukjae. ¿Qué narices estaba haciendo él aquí? ¿Es que acaso lo había vuelto a poner en problemas y por eso lo llamaba el director? Su ceño se frunció en un leve gesto de enfado y cerró la puerta una vez hubo entrado del todo en la sala, tomando asiento en la silla libre sin dirigirle ni la palabra ni la mirada a la última persona a la que quería ver en estos momentos.
- Donghae, me alegra que hayas recibido mi aviso. Tengo que comunicarte algo importante. En realidad, a los dos tengo que comunicaros algo importante –dijo Choi Siwon, el director de la academia, mientras alternaba su mirada entre los dos alumnos que tenía enfrente. Sabía que lo que estaba a punto de decir era como una bomba a punto de estallar, algo de lo que nadie sabía las consecuencias, pero no tenía otra opción. Dejó escapar un pequeño suspiro y tras dirigir una breve mirada al crucifijo que colgaba en una de las paredes de su despacho, decidió comenzar a hablar. – Donghae, Hyukjae, sois los mejores alumnos que esta academia ha tenido en mucho tiempo. De verdad os lo digo. Pero vuestro comportamiento se ha vuelto algo que no puedo seguir tolerando. Vuestros enfrentamientos son cada vez más numerosos, y cada vez hay más alumnos que temen porque un día de estos ellos se puedan ver involucrados. Como entenderéis, eso no otorga buena reputación a la academia, por lo que yo y los otros directivos hemos decidido tomar cartas en el asunto, y hemos llegado a una decisión. – dejó escapar otro suspiro y esta vez centró su atención en Donghae. – Donghae, a partir de ahora y durante el siguiente trimestre, se te ha asignado una nueva habitación. Cambiarás el cuarto con Hangeng, por lo que tu nuevo compañero será… Hyukjae.