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Lunes, Miércoles, Viernes. por Pequinessa

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Notas del capitulo:

I´m back! Así es, no les di tiempo de extrañarme--

Esta historia no me pertenece, pertenece a ichigosama quien de buena manera accedió a que la tradujera.

Link historia original : http://www.asianfanfics.com/story/view/362390/1/monday-wednesday-friday-2min-fluff-minho-romance-shinee-taemin

Esta vez en un one-shot ^^

Desde ahora quiero advertirles que tuve que realizar minimos cambios en la traduccíon para poder adaptarla al español, así que espero que haya quedado lo mas fiel posible  a su forma original.

Sin más, dsifruten por favor--


Arándano 

-Aquí tienes, ¡que tengas un buen día en  la escuela!-

 

Jinki, Kibum y Jonghyung miraban a su jefe quien sonreía cordialmente a su cliente, sus ojos brillando con algo que jamás habían visto antes en ellos. Era extraño, para no decir menos, que su jefe y cajero quien usualmente forzaba sus sonrisas a los otros clientes, era todo sonrisas por este universitario de cabello castaño y piel blanca. Estaba sonriendo tanto que pensaban que su cara debía de doler.

 

-Gracias señor Choi- La delgada belleza contestó igual de cordial con una pequeña reverencia, antes de tomar su muffin de arándano y café de la mesada. El cliente sin nombre ajustó la tira de su bolso a su hombre, y Jinki, Kibum y Jonghyung observaron como Minho miraba al chico como si fuera algún tipo de arte móvil. La mirada suave en sus ojos…era algo aterradora. Pero eso tal vez era porque sus ojos eran enormes, como los de una rana.

 

Cuando el chico se fue, Jinki el  chef pastelero, corrió inmediatamente de su puesto hacia el mostrador.  Pico con su dedo fuertemente a su jefe para sacarlo de su  ensimismamiento.

 

-Yah, Minho. ¿Porque no solo le preguntas su nombre y dejas de adivinar?-

 

-Sí, - Kibum el barista se metió- Ha estado viniendo aquí por meses. Solo empieza una conversación de forma casual mientras le sirves el desayuno.-

 

Minho suspiro pesadamente, siendo exitosamente expulsado del trance en la que la hermosa persona lo había dejado.

 

-No puedo chicos. Es un estudiante, ¡lo que significa que solo tiene 18! Va a pensar que soy un raro si pregunto su nombre.-

 

-Y tu solo tienes 25, ¿cuál es el problema?- Jonghyung el mozo dijo, inclinándose sobre la mesada que mostraba su deliciosa pastelería.

 

-Me llama señor Choi, lo que significa que me encuentra viejo. Como un ahjusshi- Replicó miserablemente Minho, mientras distraídamente limpiaba la tierra invisible del mostrador con un trapo limpio.

 

-Eso es porque tu etiqueta dice “Choi” y no tu primer nombre como el nuestro- dijo Kibum apuntando a la etiqueta verde de su jefe. –Por lo menos no te llama ahjussi todavía.-

 

-Y eres perfectamente soltero, atractivo y alto. Por lo que se ve, probablemente el también es gay- Razono Jinki, respaldando totalmente la idea de conseguirle una vida amorosa a su jefe para lograr que se callara sobre el cliente sin nombre durante todos los tiempos libres.

 

El alto de pelo negro como cuervo suspiro nuevamente, como el enfermo de amor que era. Miro a los ojos a cada uno de sus empleados.

 

-De verdad, ¿creen que deba ir por él?-

 

-Si.- Respondieron todo al unísono.

 

 -Todos están ansiosos de deshacerse de mí, ¿uh?- Reprochó Minho

-No, solo queremos que dejes de mirarlo como si fueras algún tipo de violador de menores que sonríe como el gato de Cheshire cada vez que está aquí- Señalo Jinki sonriendo dulcemente.

Minho frunció el ceño, ¿de verdad hacia eso? 

-Bueno, pero ustedes deben ayudarme con esto- Se rindió Minho- Primero deben ayudarme a conseguir su nombre.-

 -¿Por que no solo podemos preguntar por el nombre de los clientes cada vez que piden café?- Sugirió Jinki.

-O- Interrumpió Kibum- ¿Por qué no puedespreguntarle directamente?

Minho sacudió su cabeza

-No sabría cómo-

-Jeez, tienes 25 malditos años. ¿Cómo es posible que no sepas como ligar con alguien apropiadamente?- Jonghyung se exasperó.

 Y Kibum se metió

-Y es por eso que todavía estás soltero, viviendo solo en un apartamento con un gato gordo llamado James, pasando tus fines de semana comiendo enfrente de la TV.-

  -¡Yah! ¿No es eso lo que los solteros hacen normalmente?-

-No, los solteros normales buscan a alguien para poder cambiar su estado marital- Dice Jinki en un tono de as-sobre-la-materia. – Y probablemente tienen una vida sexual más sana que la tuya.-

 

-Sí, ¿cuándo fue la última vez que tuviste sexo, hyung? 

 Minho levanto sus manos en protesta, sintiéndose repentinamente acorralado por los idiotas que había contratado.

 

-Woah, eso es personal chicos. Además, ¿por qué están hablando sobre sexo ahora? ¡Ni siquiera sé el nombre del chico!

 

-Oh, entonces si quieres llevarte a la cama a esa pequeña ricura- Los ojos de Kibum brillaron con pura maldad.

-¡No!-Gritó Minho, mientras un inusual tono de rojo teñía sus mejillas- Oh por dios, dejemos de hablar. La discusión de acabó, vuelvan todos a sus trabajos o tendré que despedirlos.

Los tres hicieron un puchero y gimotearon porque aparentemente la vida sexual de Minho era muy interesante para ellos, pero un torrente de clientes entró y no tuvieron otra opción más que volver a sus puestos. Jinki volvió a la cocina a hornear una bandeja nueva de postres; Jonghyung sirvió a los nuevos clientes hiperactivamente con una encantadora sonrisa; y Kibum preparó los cafés de la gente a la que Jonghyung le había tomado la orden. Mientras, Minho manejaba la mesada de los pedidos para llevar, deseando en el fondo de su mente que el cliente sin nombre viniese más de tres veces a la semana.

Y el resto del día siguió su curso. 

  */*/*

 

-Pregúntale. Hazlo o eres un marica.- Kibum susurró en  el oído de su jefe.

Minho se sacudió al barista del hombro y lanzó una mirada más al hermoso ángel sentado cerca de la ventana.

El castaño se sentaba con las piernas cruzadas en una de las sillas de madera acolchonada, mientras leía una novela de cubierta azul, comiendo una dona de relleno de fresa. No era que siempre cenaba en la pastelería; usualmente tomaba su café y muffin para llevar antes de ir a clases—pero ahora, en un despejado atardecer de miércoles, Minho festejaba la hermosa vista sentada cerca de uno de los vidrios de su tienda, comiendo una de las famosas donas de Jinki.


No mucha gente venía durante ese tiempo. Generalmente venían a las cuatro o a la tarde a relajarse, así que Minho estuvo libre de dejarle la mesada a Kibum. Era libre de ir hasta allí y preguntar por el nombre del moreno, y después probablemente decirle que era la persona más hermosa que jamás había visto en toda su vida. Pero no. No podía. Simplemente no podía. 

-Solo pregunta su nombre idiota. No esperes a que salga por la puerta ¡Esta es una oportunidad de una sola vez en la vida!- Susurró nuevamente Kibum, pinchando uno de los costados de Minho con una cuchara para hacer que se moviera de su puesto en la caja registradora.

 

-¡No puedo!- El hombre alto se tambaleo, desviando sus ojos de la belleza sin nombre. –Solo pregúntale por mi ¡Voy a arruinarlo!-

-De ninguna manera- Kibum lo apuñalo de nuevo con la cuchara- Ve y hazlo tu mismo. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

 

Minho agachó su cabeza y le susurró al barista rubio

 

-Podría no hablarme nunca jamás. O, podría nunca volver porque cree que el dueño de la tienda es raro y quiere coquetear con él.-

 

-Bueno, no vas a ir a coquetear con él. Solo vas a ir a pedirle su nombre de manera amigable- Kibum razonó, poniendo las manos en sus caderas, de una manera muy Kibum. Minho retrocedió y pensó.

 

“¿Amigable, uh? Claro, pensara que quiero ser su amigo. Ese es un buen comienzo ¿cierto?”  Minho se enderezó y una mirada de determinación se apoderó de sus enormes ojos de rana. Era una buena idea. Asintió hacia Kibum, y sonrío.

 

-Muy bien, lo haré.-

 

 -¡Por fin! ¡Ve, ve! Ve antes de que se vaya.- El chico mayor empujó a Minho fuera de la mesada, sacándolo exitosamente de su inamovible lugar. El alto tropezó ligeramente, pero volvió a enderezarse antes que pudiera avergonzarse a sí solo.

Mirando hacia atrás una vez más a Kibum, Minho caminó tan confiadamente como pudo hasta la ventana sin romper nada en el camino.

Como sea, cuando alcanzó la mesa del moreno, repentinamente su mente se puso en blanco.

Taemin levantó la vista de su libro una vez que algo grande y verde invadió su visión periférica. Divisó al dueño del lugar, con un delantal verde sobre su ropa y un peinado pulcro.

-H-hola, ¿puedo sentarme aquí por un momento?- El hombre por fin abrió la boca cuando un par de ojos almendrados se encontraron con su vista. Taemin asintió una vez, sonriendo cordialmente al dueño del lugar que le servía su desayuno cada vez que iba allí.

-Así que,- Comenzó Minho, mientras sus manos sudaban profusamente sobre su regazo.-¿Qué te trae por aquí esta vez? No sueles venir a esta hora.

Wow. Eso sonó nada-acosador. Idiota

 -Oh, las clases terminaron temprano y no quería ir a casa todavía.- Replicó, sus ojos convirtiéndose en medias lunas mientras sonreía.- Además, tuve un repentino deseo de comer donas, así que vine aquí. Tienen las mejores.-

-¿En serio? Entonces puedes elogiar a Jinki, por allí, es el chef principal aquí- Dijo Minho como cualquier ser humano normal sin tartamudear. Estaba tomándole el gusto rápidamente, impresionándose a si mismo mas que Kibum, quien estaba tras las caja registradora vigilando como un halcón con Jonghyung a su lado.

Hasta ahora, todo bien.

 Las cabezas de Kibum y Jonghyung estaban juntas mientras los miraban a los dos desde la lejanía. Jinki sacó la cabeza por la ventana que conectaba el mostrador con la cocina, mirando el episodio de cursi romanticismo por sí mismo.

-Entonces envíales mis respetos al chef por favor- Insistió Taemin lindamente.

Minho asintió enérgicamente, copiando la sonrisa de la cara del cliente.

-Lo haré, pero primero… ¿Cuál es tu nombre?

Ahí. Boom. Estalla la pregunta. Voy a matarme, eso sonó tan acosador. Debe pensar que soy un raro.

-Lee Taemin- Contestó el chico inmediatamente.- ¿Cuál es suyo, Choi-sshi?

Lee Taemin. Lee Taemin. Lee Taemin. Diablos Minho, mas te vale no olvidarlo.  El dueño de la tienda se dijo a si mismo antes de decir su propio nombre, no gustándole que suenara tan feo y aburrido en comparación con el de Taemin.

-¿Puede llamarte Minho-hyung, entonces?- Taemin preguntó brillantemente. Siempre le gustó tener hyungs. Lo hacía sentir seguro; que podría ir con alguno de ellos en cualquier oportunidad que tuviese un problema, como si se tratara de un hermano mayor. 

Minho lucho contra la urgencia de sonreír como un maniático. Que el hermoso moreno lo llamara por su nombre era bueno, pero que lo llamara hyung era incluso mejor. Sonaba como si hubiesen sido amigos cercanos desde el principio de los tiempos.

-Si por supuesto.- Se esforzó por no sonar demasiado ansioso-

-¿Cuántos años tienes hyung?- Taemin pregunto curiosamente mientras mordisqueaba lo último que quedaba de su dona. Minho aparentaba su edad, pero eso no era posible. Alguien de su edad no podría haber iniciado un negocio así de grande. 

-Veinticinco- Respondió Minho –Voy a cumplir veintiséis dentro de cuatro meses.- Y por favor no pienses que soy un pedófilo.

Desde el fondo Kibum le susurró a Jonghyun “Esperemos que le gusten los hombres mayores”

-Wow, pensé que tenías veinte o algo por el estilo. ¡Te ves tan joven! ¿Cuál es tu secreto hyung?- Preguntó Taemin con una risilla que sonó como si fuese una campana celestial. Minho, por un momento, se imagino a si mismo teniendo que escuchar esa risa todos los días, todas las noches antes de irse a dormir, cada vez que sorprendiera a Taemin con un beso.

Woah. Párele ahí, raro.

-Yo…¿como un montón de donas?- Dijo Minho en un intento de hacer reír a Taemin. Y funcionó, para su sorpresa. Generalmente era realmente malo para hacer chistes. Taemin dejo salir una corta pero hermosa risa que hizo que sus ojos  bizquearan y su puño se levantara instintivamente para cubrir su boca. ¿Cómo podía este Lee Taemin ser tan perfecto?

 

-Pero solo las de fresa- Siguió Minho- Así que debes seguir comiéndolas para ser joven por siempre.-

 

-Nah, me cansaría de las donas. Los muffins de arándano en cambio, ¡jamás me cansaría de ellos!- De repente los ojos brillantes y marrones de Taemin adoptaron una mirada de emoción- ¿Qué les ponen? ¿Polvo de hadas? Es que realmente, son tan buenos.-

-Si bueno, no polvo de hadas. No sé que hace Jinki con esos muffins sinceramente.- Rió Minho.- Pero veo porque las escoges todas las mañana. Tenemos otros sabores, ¿sabes?-

Oh por dios, estoy haciendo un trabajo tan genial. Estamos conversando como seres humanos. Minho no podía evitar querer darse una palmada en la espalda. Hablar con el ángel no era tan malo después de todo, no tartamudeaba o se avergonzaba a sí mismo como originalmente pensaba. Pensaba que si Taemin no fuese tan simpático, estaría haciendo exactamente eso.

Los dos hablaron mucho más sobre cualquier cosa. Muffins, las clases de Taemin, música, las películas que daban en los cines. Minho estaba teniendo el tiempo de su vida, su corazón se sentía como si en cualquier momento fuera a combustionar en confeti; hasta que se vio forzado a dejar la mesa de Taemin cuando la tarde llegó. El moreno termino su jugo de naranja y guardo todo, saludando a Minho con la mano mientras este trabaja en el mostrador.

 

Minho saludo de vuelta, permitiéndose sonreír mientras miraba como Taemin salía de su negocio. Mordió su labio tan fuerte que casi sangraba, pero todo valía mientras no se viera como un idiota solo por el hecho de que Taemin lo había saludado.

El dueño del negocio mantuvo la sonrisa en su rostro, un salto en su andar, y extra energía mientras le servía a los clientes el resto del feliz día. Probablemente el mejor día de su vida, hasta ahora.

Y ahora que Minho se había presentado apropiadamente a Lee Taemin, esperaba que más de esos días vinieran.  

 

*/*/*

El joven dueño de la tienda levanto su mirada cuando la alegre campana de la puerta resonó. Lo que vio no solo lo sorprendió a él, sino también al resto de sus empleado. Taemin entró y fue directamente al mostrador.

-¿Taemin? ¿Qué estás haciendo aquí?- Minho pregunto curiosamente, mientras sus ojos veían lo naturalmente espléndido que estaba Taemin esa mañana. No es que no se viera espléndido todo el tiempo—pero se veía especialmente espléndido cuando estaba frescamente bañado y vestido.

 El chico parecía sorprendido.

 -¿A qué te refieres?-

 -Es…es martes- Murmuró Minho- Nunca vienes más que los lunes, miércoles y viernes.-

 Una sonrisa genuina se apareció en los hermosos y sonrosados labios del chico.

 -Hice una regla conmigo mismo un tiempo atrás, que no puedo tomar mucho café comer muchos  dulces, así que me armé un itinerario para no volverme demasiado adicto. Pero ahora solamente…quería venir aquí. A leer un libro o algo.-

 

El chico comenzó a sonrojarse, y desde el área donde se preparaba el café, Kibum jadeó y miró a Jonghyung como preguntándole si también lo había captado.

 

Jonghyung, quien había estado limpiando las mesas pero se detuvo para escuchar a escondidas, asintió su cabeza hacia Kibum para confirmar.

Taemin había venido a ver a Minho.

El dueño de la tienda sonrío de vuelta, igual de cálido, e hizo un gesto hacia el asiento cerca de la ventana.

-Sírvete tu mismo, ese es tu lugar favorito ¿verdad?-

Taemin siguió la mirada de Minho y vio que el hombre se había memorizado su lugar favorito en la tienda. Estaba cerca de la ventana que daba a la calle donde podía ver a la gente y los autos pasar, y los negocios del otro lado de la calle.

-Sí, gracias. Solo tomare un vaso de jugo de naranja, no puedo beber café hoy.-  Taemin dijo con una dulce sonrisa que parecía llevarla ventaja a cualquier otra sonrisa del mundo.

Se ajustó la tira de su bolso a su hombro y estuvo a punto de irse del mostrador, pero algo lo detuvo y de repente se giró para mirar a Minho.

En un instante, el chico estaba sonrojándose de nuevo.

-¿Te sentarías conmigo si es que no estás muy ocupado aquí?- Preguntó con voz tímida

Las bocas de Jonghyung y Kibum se abrieron. Jinki, quien también estaba escuchando a escondidas desde la cocina, casi tira su bandeja llena de galletas.

Minho asintió rápidamente, casi perdiendo su cabeza en el camino, sonriendo como si fuese el gato de Alicia en el país de las Maravillas. Sintió que tenía que cantar y bailar, pero adivino que eso asustaría a Taemin.

El estudiante esbozo una tímida sonrisa mientras asentía e iba a sentarse a su lugar usual. Sacó un libro (el cual ya había leído cientos de veces) y pretendió leer entre las líneas, cuando en realidad lo que estaba haciendo era esperar, anticipando que el dueño del lugar se le uniera.

Minho desvió su mirada del ángel castaño cerca de la ventana y se giró para encontrarse con que Kibum ya había preparado el jugo de naranja y se lo estaba tendiendo.

-Ve, no lo hagas esperar. Pensara que no estás interesado- Siseó Kibum, presionando el frio jugo contra la mano de Minho y apresurándolo para que saliera del mostrador.

Minho no necesitaba que se lo dijeran dos veces. Con su mano alrededor del vaso y su corazón latiendo locamente como si estuviese enamorado, se sentó enfrente de Taemin y la sonrisa que le dedicó el chico lo hizo olvidarse de cualquier otra cosa.

No le importaba que fuese un poco grande para Taemin. No le importaba que se viese como un soltero desesperado. No le importaba que sus manos estuviesen sudando a mares solo por estar  a seis centímetros de Taemin.

No le interesaba nada más que el chico que lo hacía sentir de esa manera. 

 

 */*/*

 

-Invítalo a salir. Hazlo o eres un marica.- Siseó Kibum en el oído de su jefe.

Era sábado, y tan inusual como era, Taemin estaba en el negocio comiendo un muffin de maíz y leyendo sus apuntes. Habían pasado semanas desde que Minho había descubierto el nombre del chico, y todos los días a partir de allí parecía siempre estar en su lengua. Realmente, le gustaba mucho Taemin…Y Minho quería invitarlo a salir.

-¿Crees que dirá que si?- Murmuro Minho inseguro

-Puedes despedirme si no lo hace.- Afirmó Kibum. –Le gustas. Dios, porque no puedes ser seguro por una vez en tu vida.-

-Bueno…si volvió más de tres veces a la semana.- El alto se mordió el labio, pensando.

-Vino todos los días esta semana Minho.- Kibum suspiró.- Es obvio que no viene solo por la comida.-

Minho miró en los felinos ojos de su amigo.

-Entonces, ¿qué crees que deba hacer?-

-Bueno…- El barista miro alrededor hasta que encontró un enorme y apetitoso muffin de arándano. Instantáneamente lo tomó del mostrador y lo coloco en un plato, luego tomo un pedazo de papel verde del anotador y le mostró los ítems a Minho.

-Mira, escribe tu pregunta en el papel y ponlo debajo del muffin. Es su favorito, e incluso aunque se esté comiendo uno, está obligado a comerse este.-

Minho tomo la lapicera de su bolsillo y suspiro. Pensó que era  mejor plan que tartamudear del nerviosísimo. Asintiendo, tomo el papel y escribió “¿Saldrías en una cita conmigo?” y luego lo puso debajo del muffin de arándano.

-Jonghyung- Minho llamó. El mesero apareció de la nada como un perro bien entrenado. –Dale esto a Taemin, dile que es de mi parte.-

-¿Qué lleva dentro? ¿Poción de amor?- Jonghyung bromeó.

-Solo llévale el maldito muffin Jjong.- Ladró Kibum, espantando al joven mesero con un cucharón.

-De acuerdo, jeez.- Jonghyung coloco cuidadosamente el pequeño plato en una bandeja y camino con  perfecta habilidad hacia el castaño.

-Hey, Taemin- Saludó- Aquí tienes un muffin de arándano para ti. Es de Minho, corre por la casa.-

Taemin levanto rápidamente su mirada de la novela que estaba tratando de leer, al escuchar el nombre del dueño del negocio. Se sonrojó y murmuro un pequeño “Gracias”, luego observó a Jonghyung posar en la mesa donde generalmente desayunaba un enorme muffin marrón y azul. Solo había probado el muffin de maíz porque Minho había insistido; era lo nuevo en el menú.

Pero nada podía vencer el sabor del muffin de arándano. Una vez que Jonghyung se fue, el muffin de maíz fue ignorado y Taemin inmediatamente tomó su favorito. Lo levanto para remover el papel encerado, pero algo verde y brillante llamó su atención.

Era una nota en el plato, escondida bajo el pastelito.

¿Saldrías en una cita conmigo?” estaba garabateado en un tembloroso Hangul.

Un inaudible jadeo se escapo de los labios entreabiertos de Taemin. Sus ojos se alzaron rápidamente para buscar a Minho, pero este estaba ocupado sirviendo un mocha frappe a una chica de secundaria. Sus mejillas estaban ardiendo, estaba seguro, y agradeció al cielo que Minho no estuviese viéndolo.

Desvió  su mirada del apuesto hombre de la caja registradora, todavía totalmente sonrojado como una adolescente, y lentamente llevó su muffin a su boca para mordisquearlo un poco. Pero pronto se dio cuenta de que no podía comer en ese momento, su corazón estaba latiendo demasiado rápido como permitirle tragar nada.

 

~

 

Una vez que la cola terminó y la línea de clientes desapareció, Minho suspiró y cerró el registro por enésima vez. Justos cuando estaba por tomar un descanso en uno de los taburetes del mostrador, recordó la nota que había escondido bajo el muffin de Taemin, y como el repentino amontonamiento de de clientes lo había hecho olvidarse de aquello.

 

Diablos Minho. Frenéticamente, poso sus ojos sobre el lugar donde Taemin siempre se sentaba—y su corazón se hundió cuando lo encontró vacio.

 

-Oh,no- Gimió Minho, cubriendo sus ojos con su mano.- Probablemente lo asusté. Mierda, ¿Cómo puedo ser tan idiota?-

 

-Minho, ¿Qué sucede?- Era Kibum. Minho descubrió sus ojos y vio como el mayor se limpiaba las manos con un trapo, sus ojos llenos de preocupación.

 

 -Se fue Kibum- Gruñó el jefe. –Probablemente se horrorizó. ¡No debí haberlo invitado a salir! Fui demasiado lejos y ustedes chicos me apoyaron tanto que pensé que iba bien encaminado y…-

 

-Woah, jefe.- Interrumpió Jonghyung, apareciendo repentinamente de ningún lado.- Antes de que te des una paliza, mira lo que tengo aquí.-

 

El perro sonriente sostenía un pedazo de papel verde, el mismo donde Minho había escrito.

 

- Taemin dejó esto en la mesa, bajo el plato.-

 

Como si su corazón se hubiese detenido, el pulso del corazón de Minho se aceleró nuevamente. Prácticamente le arrebato el papel a Jonghyung de la mano y lo acerco a su cara.

 

Lo que estaba escrito en él lo hizo sonrojarse como si ni fuese un hombre de veinticinco años.

 

Debajo de su fea escritura, Taemin había escrito con una pulcra y linda caligrafía.

 

“Me encantaría Minho-hyung <3”

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer ^^ Por favor dejen un comentario para saber que les pareció.

Personalmente Ichigosama es una de mis autoras favoritas en AFF, tiene una calidad de escritura inigualable y unas ideas hermosas. Si alguien tiene la oportunidad y pasan por su perfil, verán a lo que me refiero.

En estos momentos estoy traduciendo otro three-shot, un poco más largo y complicado, asi que les pido que esperen pacientemente.

Que tengan un hermoso día, y Taemin les baile bien sensual(?

-Peque-


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