Todo empezó en la ciudad de Moix, este lugar un poco distinto a la realidad como la conocemos y aun así es un ambiente un poco pacifico con pocas personas conocedoras de aquel acto espantoso que sucedía todas las noches, una escena del crimen demasiado bien tramado y muy grotesco como para que una persona normal lo considerase apropiado o siquiera se le pasara por la mente que ocurriría.
No sabía cómo había llegado hasta ahí, esa sala de tortura donde el sueño de cada noche se me cumplía sin necesidad de mover un solo dedo. La sangre corría por todos lados, el lugar tenía un delicioso aroma a muerte y mutilación capaz de embriagarme en todos los sentidos posibles.
Un cuerpo mutilado descansaba sobre una mesa manchada de vomito con sangre y pequeñas marcas hechas con una cierra eléctrica o un cuchillo de mano, me acerque y empecé a tocar las partes hechas pedazos de donde salían aun pequeñas gotas de sangre e incluso órganos internos.
-Fin del Sueño-
Ahhhhh! Q-que carajos??
Empañada en sudor y con un bajón de presión tan grande que sentí que moriría en un solo instante. “3:00 am” era la hora que apuntaba el reloj digital en mi mesita de noche.
*Suena el móvil*
Miriam: hola?
Hiraki: Suzuki-chan! Es hora de que te arregles, no descanso demasiado después del trabajo?
Miriam: que trabajo?
Hiraki: lo volviste a olvidar? En la Murder Zone.
Miriam: ah… entonces no era solo un dulce sueño.
Hiraki: pero que dices? Claro que no… es hora de ir a terminar con el trabajo.
Miriam: no iré.
Corte el móvil después de decir eso y fue al lavabo que se encontraba en mi pequeño apartamento. Quien soy yo? Mi nombre es Suzuki Miriam, y mi ocupación es la de secuestrar personas y mutilar sus inservibles cuerpos.
Claro, una persona normal diría “como es que trabajas en ese tipo de negocios” pero esto es Moix, y aquí las personas de clase inferior son aniquilados por nosotros los Player’s.
Esta clase de vida que llevamos no es muy complaciente que digamos, lo que pasa es que la mayoría de nosotros estamos empeñados a vivir como las reglas de Moix lo indican y si naces como player, pues no te queda de otra, te toca cumplir con ese trabajo. Nosotros en este mundo estamos divididos por clases como cualquier otro, solo que para explicarme mejor… se podría decir que a cada clase se le asigna un trabajo diferente.
Los Murder’s son los de la clase más baja de todas, los distinguimos por el color de sus ojos, que son de color negro. Los que no son necesarios son aniquilados.
Los Player’s somos los que tenemos el trabajo de mercenarios, por así decirlo, nuestros ojos son de color carmesí, somos aliados de la clase mas alta.
Los Moix son la clase más alta de la sociedad, el color de los ojos de estos son verdes claro y dado el caso que sea de un linaje antiguo, son de color amarillo.
Cada Moix tiene como mínimo 2 player’s como aliados, dado que sus trabajos son en la sociedad como empresarios o algo así, nosotros nos encargamos de hacer el trabajo “sucio” de eliminar a los estorbos.
Mi Moix se llama Tanabe Lila y a pesar de ser clase alta es una buena persona, sin muchas ambiciones a diferencia de los demás Moix. A ella no le gusta mandar a asesinar personas, a menos que sea absolutamente necesario. En algunos casos solo los expulsa de la ciudad o les pone trabajos a cumplir, de manera que no sean un estorbo.
Lila me esperaba en su habitación a las 4:00 am, tome un baño y Salí de inmediato camino a su hogar. En el camino me encontré con Hiraki, ella es una player muy extraña, y como si fuera poco abusa de sus murder’s mujeres cuando le tocan trabajos de bien gusto. A fin y al cabo ella tampoco había ido a la Murder Zone a concluir con el trabajo o eso parecía.
Hiraki: Suzuki-chan!! Que bien encontrarnos aquí… tenía como tres hora que no te veía. Vas camino donde Tanabe?
Miriam: acertaste.
Hiraki: yo también, entonces vamos juntas?
Miriam: caminamos, no quiero ir en tu coche esta vez.
Hiraki: pero acabo de comprar uno nuevo? Mira es un “diablo” de primera clase.
Miriam: solo destruye esa cosa, llegaremos tarde.
Hiraki se dio la vuelta y camino hacia el coche, cuando ya estuvo frente a él, se quitó los lentes de sol que traía dejando ver sus lindos ojos color carmesí. Dirigió su mano con delicadeza hacia donde estaba su lindo coche nuevo y empezó a cerrar la mano hasta hacer un puño, haciendo que el coche se hiciera un pequeño cubo. Tomo el objeto en sus manos y camino lentamente hacia donde yo me encontraba.
Hiraki: listo!
Empezamos a caminar a paso lento a nuestro destino sin determinar mucho a las demás personas que pasaban a nuestro alrededor y miraban extrañadas al par de player’s que íbamos caminando por la calle como si nada. No fue mucho el tiempo de recorrido que tuvimos hasta llegar a la casa de Lila, ella nos estaba esperando en el gran salón como siempre, con 3 murder’s a cada lado suyo dejando una linda vista hacia sus ojos color amarillo.
Lila es una de las tres descendientes de las únicas 3 sangre pura en todo el mundo, su cabello es blanco y largo hasta la espalda baja, alta, piel blanca como la nieve, y llevaba puesto un vestido corto de color negro con unos zapatos del mismo olor y unas gafas finas de montura negra.
“Bienvenidas Ojou-sama” decían las murder’s que estaban a su par y hacían una pequeña reverencia. Todas estas eran lindas, tenían algo que las hacia únicas y claro no podía faltar viviendo en la casa de Lila, todas son tan bien portadas que si tú les decías “lame mis zapatos” ellas lo hacían sin rechistar.
Lila: Hiraki, Miriam bienvenidas.
Miriam: Lila, venimos a recoger un trabajo para hoy, no tenemos presupuesto.
Lila: nada de eso, hoy iremos de paseo –decía con una sonrisa en sus labios-
Hiraki: Tanabe, no podemos pagar eso ahora, como no terminamos el trabajo no recibimos la paga.
Lila: No has querido regresar? –decía viéndome con ojos tristes-
Miriam: no, no quiero volver ahí.
Había algo que Hiraki no sabía de mí, y era de esperarse, era algo de lo que solo Lila había podido detectar pues, ella es una sangre pura, y su poder es ver a través del corazón de la gente o ese es el del linaje que ella heredo. Nadie la había visto matar a nadie nunca, se creía que sus manos eran puras más sin embargo era algo que compartíamos las dos, en secreto.
-----Recuerdos-----
*Amor?* La chica de cabello blanco había empezado a juguetear con mis labios y a tocar mi rostro con delicadeza.
Cuando estuvo cerca de mí, me vio directo a los ojos, como si estuviera buscando en mi interior algo que le respondiera a sus preguntas. Quién eres? Por qué me miras? Que quieres hacerme? Tengo algo malo? O es algo bueno? Que quieres tocar? Como lo puedes hacer? Que pienso? Como lo hago? Si quiero… que?!
Había visto algo esa persona en mí, había podido ver a través de mí con solo unos minutos viéndome a los ojos y luego se percató de lo más importante de todo.
Lila: Tu eres un Moix
Miriam: No solo una Moix.
Lila: Una sangre pura?
Miriam: una de tu linaje.
Nunca hable más de lo necesario, pero si no quería hacer algo simplemente no lo hacia, había decidió llevar mi vida como player evadiendo el peligro que pudiera causarme ser una sangre pura solo con unas lentillas puestas que disminuían el color purpura de mis ojos.
-----Fin del Recuerdo-----
Lila: Hiraki, si quieres puedes tomarte el día libre, hoy tengo unas cosas que hacer en la casa, lo había olvidado…
Hiraki: entonces me voy, vamos Miriam?
Miriam: no, me quedare a ayudarle a Lila.
Hiraki: ok, entonces creo que me iré a hacer algún trabajo porque no tengo ni para comprarme un instantáneo y con eso desayunar.
Hiraki salió del lugar quedando solo Lila y Miriam ahí en la sala, la atmosfera se había tornado un poco pesada en comparación a como estaba antes, no sé exactamente si era porque ahora solo estaban los dos monstruos en una sala pequeña que anunciaba el apocalipsis, o era simplemente por el amor que se tenían esos dos corazones incomprendidos.
Tardaron un tiempo en notar que estaban siendo víctimas de la próxima sangre pura, que aún no sabía el secreto que había pactado su amor, las dos del mismo linaje de familia y por ende las dos en peligro de ser asesinadas…
Se acercaron lentamente la una a la otra y en un dulce beso, el más tierno del mundo, el que tenía todo su amor en él, sin decir ni una palabra confesaron su amor, ninguna de los dos sabía que moriría ese día, eso estaba más que claro, pero eso tampoco les importaba… una historia que no tenía un comienzo pero si tenía un fin, no tan feliz que digamos. Su inocencia murió, y junto a ella sus cuerpos…
Sus almas se hicieron una y recorrieron su camino al cielo
O al infierno… la cosa era que, donde
Quiera que fuese, SIEMPRE
Estarían juntas.