Capítulo 18: El Demonio y el profesor
-Kirihara Ayaka -el tono de advertencia de Yanagi Reiji fue bastante claro, congelando en su lugar al chico de cabellos negros en forma de alga deteniendo su huida. Kirihara se dio la vuelta con las manos en la espalda y poniendo su mejor sonrisa angelical.
-Sempai -saludó. Yanagi no se tragó ni por un momento esa sonrisa “inocente”.
-¿Ibas a algún lado? -preguntó el data-man irónicamente.
-Para nada, sólo iba a tomar un poco de agua -sonrió Kirihara aunque Yanagi no le creyó.
-Te acompaño -le dijo Yanagi con una sonrisa falsa, no iba a dejar que Kirihara se escapara de las tareas de limpieza. Las tareas habían sido rifadas por Kanata y Oni y se supone que les tocaban uniformemente a todos. Hoy le tocaban a él, a Kirihara a Inui, a Kaoru, a Ryoma y a Fuji.
Kirihara puso mala cara, pero no pudo más que seguir con la mentira e ir a tomar agua con Yanagi a su lado.
-¿Listo? -le preguntó Yanagi con una sonrisa burlona haciendo una señal a la cancha donde las redes tenían que ser recogidas.
-Claro -dijo Kirihara con una sonrisa falsa y una mueca de fastidio por la tarea. Yanagi contuvo la risa y volvieron. Juntos terminaron pronto sus tareas, Inui y Kaoru se fueron juntos, seguidos de Ryoma y Fuji y por ultimo sólo quedaron ellos dos.
-¿No se va, sempai? -preguntó Kirihara incómodo.
-Te espero -dijo con la mochila en su hombro debía cerrar los vestuarios dado que Sanada le había confiado la tarea cuando se había ido para acompañar a Seichii a su casa y Tezuka no había ido a la escuela ese día.
-No es necesario -dijo Kirihara incomodo-. Váyase usted primero.
-Aunque quisiera no puedo irme -le dijo Yanagi encarnando una ceja.
-¿Por qué? -preguntó Kirihara sin entender.
-Porque tengo que cerrar los vestuarios, pequeño tonto -le dijo mostrándole las llaves en su mano.
-Oh -susurro Kirihara mirando el suelo incómodo. Yanagi alzó una ceja, pero Kirihara no dijo más sólo tomó su mochila y se fue arrastrando los pies. Yanagi tenía una mala sensación así que se apresuró a cerrar los vestuarios omegas, los alfas ya los había cerrado y se apresuró a darle alcance al chico demonio, deteniéndose a una distancia prudencial y siguiéndolo. Para algunos se podía considerar acoso, pero Yanagi no era un acosador… ni un chismoso, sólo seguía su instinto alfa.
Miró extrañado al omega entrar a un solitario parque mirando a todos lados, Yanagi se apresuró a esconderse de los ojitos negros que sondearon todo el parque hasta estar seguro que estaba sólo antes de dejar la mochila en un banquito y echarse encima de este acostando su cabeza en la mochila. Yanagi pensó que el chico a lo mejor sólo se tomaba un descanso… un imprudente descanso en un parque solitario donde cualquiera podía llegar y hacerle algo malo, pero sólo un descanso, así que se sentó con la espalda apoyada en el árbol tras el que se ocultaba esperando a que el chico decidiera irse, pero cuando el sol empezó a bajar entendió que Kirihara no iría a ningún lado.
-¿Es que piensa quedarse a dormir en un sitio como este? -se preguntó el data-master en shock, cuando procesó el hecho de que era así salió a zancadas de su lugar acercándose al chico sin que este lo notara y tomándolo a la fuerza, Kirihara gritó y forcejeó tratando de escapar, pero Yanagi no lo dejó demostrándole lo estúpido que era al tomarlo a la fuerza y acostándolo en el suelo y el quedándose sobre el chico- Y así mismo cualquier otro alfa o incluso cualquier estúpido beta podía llegar y tomarte a la fuerza sin que pudieras hacer nada -le dijo con voz dura mientras Kirihara lo miraba con sus dos manos atrapadas en una sola del alfa sobre su cabeza y sus ojos abiertos de espanto mientras respiraba agitadamente.
-¿Yanagi sempai? -preguntó algo más tranquilo al reconocerlo aunque su corazón aun latía desboscado pensó que era algún pervertido que lo violaría.
-Sí, yo -dijo levantándose y soltándolo-. Camina -le ordenó tomando la mochila del omega y empezando a caminar arrastrándolo de un brazo.
-¿Sempai? ¿A dónde vamos? -preguntó con algo de miedo.
-Hasta que muestras algo de cerebro -dijo satisfecho de que el chico se preocupara hacia el sitio donde lo llevaba-… a mi casa -le respondió-, donde tengo un papá omega con lo que puedes sentirte seguro -le dijo serio soltándolo y dejándolo caminar a su lado sabiendo que el otro no haría algo tonto como traer de huir o cualquier cosa que en ese momento su instinto alfa tomara como un reto de parte del omega- ¿Puedes explicarme que pensabas hacer quedándote a dormir en un parque?... Pensabas quedarte a dormir en los vestuarios -se dio cuenta-. Por eso esperabas que yo me fuera primero y cuando no lo hice… ¿Creíste que podías quedarte a dormir a la intemperie a merced de cualquier depredador en el parque? -preguntó frunciendo el entrecejo.
-Sí, bueno, cuando usted lo dice en voz alta se escucha bastante estúpido -susurró Kirihara mirando el suelo.
-Que yo sepa no eres huérfano, así que explícame por qué demonios no vuelves a tu casa -le ordenó.
-Yo… no pienso volver a mi casa hasta que mis padres olviden esa idiotez de buscarme un prometido -dijo tercamente cruzándose de brazos. Yanagi se llevó una mano a las cienes y se las masajeó.
-A ver si entiendo. Tus padres te quieren buscar un novio, a ti no te gusto la idea así que planeaste… ¿escapar de casa? -preguntó mirándolo como si Kirihara fuera idiota.
-Sí, bueno… cuando lo pensé se escuchaba más cool -admitió cuando sus tripas sonaron por el hambre. Yanagi suspiró mientras llegaban a su casa y le abría la puerta a Kirihara.
-Renji bebé -salió su papá omega a saludarle haciendo a Renji sonrojarse un poco, su papi siempre le llamaba bebé, pero que lo hiciera frente a Kirihara era mortificante, vio la sonrisa que pugnaba por salir de los labios del omega más joven y lo miró serio haciéndolo callar.
-Hola, Oka-san -saludó Renji.
-Oh -el omega mayor besó a su hijo y miró con curiosidad a Kirihara- ¿Es tu novio? -preguntó directamente haciendo ahogarse a su hijo y sonrojar a Kirihara- Es muy lindo -aprobó.
-¡Oka-san! -exclamó Renji frunciendo el entrecejo mortificado- No es mi novio, es un compañero de clase con un problema tonto, se llama Ayaka Kirihara.
-Hola Ayaka-kun -sonrió el omega mayor-. Puedes llamarme Oka-san -sonrió convencido de que era el noviecito de su hijo.
-Se llama Ichigo -presento a su oka-san interrumpiéndolo–. ¿Podrías darle de comer a Ayaka, mamá? Se está muriendo de hambre -le dijo Renji.
-Por supuesto, vengan, vengan, hay comida suficiente -sonrió llevándolos a la cocina. Renji sabía que a su papá gestante le gustaban las visitas dado que su padre alfa era piloto y pasaba mucho tiempo fuera.
El papá omega de Yanagi sempai era pelirrojo por lo que su nombre le pegaba mucho, pensó Kirihara, le recordaba a una fresa y era muy lindo, no como su amargado hijo.
-Uhmm… ¿Oka-san, podrías hablar con los papás de Kirihara para que se quedara aquí? -preguntó Renji incómodo. De la impresión a Ichigo se le cayó la cuchara de cocina al suelo con la boca abierta.
-¿Niños, no creen que es muy pronto para eso? -preguntó olfateando el aire, pero Kirihara no olía a pre-celo, dándose cuenta de lo que pensaba ichigo ambos jóvenes se sonrojaron. Renji y Kirihara se miraron, el omega más joven asintió y Yanagi le explicó la situación a su okaa-san que sonrió con ternura asintiendo y estándose junto a los jóvenes en la mesa de la cocina- ¿Le has dicho a tus papis cómo te sientes con la situación, Ayaka-chan? -le preguntó Ichigo.
-¿Para qué? No me van a escuchar -aseguró mirando a la mesa sin mirarlos a ellos. Ichigo le sonrió con ternura.
-Yo creo que debes hacerlo, no pierdes nada, que te parece si invito a tus papás aquí y les dices cómo te sientes con el tema, si insisten puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras -le aseguró. Kirihara dudo, pero extrañaba su casa y a sus papás y eso que no llevaba ni 24 horas fuera así que terminó asintiendo disfrutando de la caricia maternal que le regaló Ichigo en su cabello negro. Kirihara le dio el teléfono de su casa a Ichigo y este ordenó a Renji que le mostrara a Kirihara el baño para que se aseara y que le prestara algo de ropa.
Así terminó Kirihara con ropa de Renji que le quedaba grande por todos lados, vestido y bañado para cuando sus padres llegaron. Ichigo se los llevó a parte hablando primero con ellos, luego llamó a Yanagi que se les unió y les contó donde encontró a Kirihara y lo que sabía, Ayaka esperaba nervioso hasta que lo llamaron y cuando entro antes siquiera de que hablara sus padres se arrojaron sobre él abrasándolo y besándolo por toda la cara.
-Oh bebé, no sabíamos que te desagradaba tanto la idea, sólo pensamos que… fuimos estúpido, no nos asustes así -le ordenó su mamá con lágrimas en los ojos, los de Kirihara también se llenaron automáticamente de lágrimas al ver lo mucho que había asustado a sus padres.
-Lo siento -se disculpó conteniendo las lágrimas que se le escaparon cuando su papá también lo abrazó con fuerza.
-Es que, sólo pensamos que… bueno… queríamos que fueras feliz, bebé, si nos hubieses dicho que te desagradaba el chico lo hubiésemos descartado -le aseguró su papá.
-¿En serio? -preguntó mirándolo ansioso.
-Claro -le aseguró besando sus cabellos negros-. Vamos a casa, bebé, nos asustaste mucho, incluso llamamos a la policía cuando no llegabas pensamos lo peor -le dijo aliviado de que estuviera bien-. Gracias por cuidarlo -le dijo a Yanagi quien se había quedado en el parque y le había cuidado después de todo. El alfa más joven asintió ligeramente incómodo.
-Sí -asintió Kirihara abrasándose a su papá-. Gracias, sempai -le sonrió enormemente a Yanagi y su papá los miró pensativo, oh… tal vez por eso el otro chico no le gustaba a su hijo, pensó con una sonrisa.
-Vayan, vayan, espero que vuelvas a visitarme Ayaka-chan fue bueno conocerte -le dijo Ichigo besando sus mejillas. Kirihara asintió y le sonrió.
-Yo me alegro de conocerle también, Ichigo-san, sin usted a lo mejor hubiese hecho una tontería… y gracias… por salvarme de mi propia idiotez, sempai -le dijo a Yanagi sonrojado.
-Sólo no lo hagas costumbre, si tienes un problema háblalo, no hagas locura -le dijo Renji extendiendo una mano y regalándole una caricia en el cabello-. No me gustaría que te pasara algo malo -le confesó. Kirihara le sonrió tímidamente y Renji le devolvió la sonrisa tenuemente ambos olvidándose momentáneamente de los adultos hasta que estos carraspearon recordándoles su presencia.
Unas pocas palabras después se despedían y Kirihara salía con sus papás.
***
Al otro día Yanagi llegó temprano como siempre y se sentó junto a Inui ambos en silencio no tenían que hablar todo el tiempo para sentirse cómodos el uno con el otro, cuando la puerta se abrió y al mirar vieron a Kirihara parado en la puerta con las mejilla sonrojadas y un paquete en las manos. Buscó entre los pocos alumnos puntuales hasta dar con Yanagi y acercándose a él le entregó el paquete.
-Gracias, sempai -dijo sonrojado y casi corrió fuera del salón antes de que Yanagi pudiera responder, con curiosidad Inui miró dentro del paquete viendo ropa de Yanagi, oh sí la reconocía bien… ropa de Yanagi con el olor de Kirihara.
-Creo que tienes algo que contarme -dijo sin poder evitar una sonrisa ladina.
-No es lo que crees -dijo Yanagi sonrojándose incómodamente arrancándole el paquete y metiéndolo en su mochila para después acomodarse las gafas.
-Yo te conté lo de Kaoru así que cuéntame si seré el padrino de lo tuyo con Ayaka -le molestó sonriente.
-No tenemos nada -se defendió Yanagi.
-Estás enamorado -se rio de él Inui que lo conocía bien, mientras Yanagi trataba de negarlo inútilmente porque en el fondo sabía que desde el principio se preocupaba por Kirihara como no lo hacía por nadie, desde esa vez que jugaron tenis callejero, ese extraño chico de mal carácter se había vuelto… alguien interesante para él.
Continuará…