Capítulo 19: El caballero y el imitador
-Gracias por ofrecerte a ayudarme con la limpieza, Hiroshi kun -sonrió Masaharu mientras barría el aula. Con una escoba en su mano limpiando el otro lado del aula, el mencionado Yagiu Hiroshi le miró mal. Él no se había ofrecido, Masaharu había falsificado una nota a su nombre en la que se ofrecía a ayudar en las tareas de limpieza de ese día, que era el día en que le tocaba a Masaharu. Se había quedado pasmado cuando la profesora lo felicitó frente a todo el salón por ser tan buen chico y no había podido negarse mientras Niou sonreía triunfante.
-Eres una rata traidora -gruñó Hiroshi por lo bajo.
-Oye, esa no es forma de hablarle a un omega -susurró Masaharu mirando abatido al suelo y con el labio interior temblándole, Hiroshi se sonrojó sintiéndose como una basura por hablarle así al omega de cabello blanco.
-Sólo bromeaba, no lo decía en serio -dijo incomodo sonrojándose y acercándose al omega.
-¿En realidad piensas tan mal de mí? -preguntó sin levantar la cabeza con la voz estrangulada.
¡Oh, cielos, el peliblanco iba a llorar! pensó Hiroshi con pánico mirando a todos lados sin saber qué hacer.
-No no pienso mal de ti, creo que eres travieso, a veces alguien imprudente y… -un suave sollozo le dijo a Hiroshi que no estaba diciendo lo adecuado, puso una mano con suavidad en el hombro del peliblanco-, pero creo también que eres divertido a veces y muy hermoso -dijo y se sobresaltó cuando Masaharu levantó la cabeza sonriendo y sin rastro de lagrimas.
-¿De verdad? -pregunto sonriente- Yo también creo que tú eres muy guapo -aseguró envolviendo con sus brazos el cuello del de espejuelos-. No me molestaría nada pasar mi próximo celo contigo -le dijo coquetamente viendo como Hiroshi se ponía tan rojo como un semáforo lo que le arrancó una carcajada profunda echándose hacia atrás-. Eres tan inocente, te sonrojas adorablemente -dijo con una sonrisa divertida.
A Hiroshi se le marcó una vena en la frente ahora sonrojándose de rabia al ser burlado por el omega.
-Eres de lo peor, Masaharu Niou -dijo tirando la escoba al suelo para no estrangular al omega y saliendo a zancadas del salón importándole poco recibir un regaño después por dejar todo a medias.
La risa de Masaharu le acompañó mientras se alejaba por el pasillo.
-Ahhh, Hiro-chan, eres mío sólo que aún no lo sabes -sonrió sentándose sobre uno de los escritorios-. Así que mejor ve acostumbrándote a mi forma de ser, puede que nuestros hijos salgan a mí -se dijo a si mismo Masaharu, había elegido al alfa que quería para sí y como hijo único estaba acostumbrado a tener siempre lo que quería y él quería a Yagyu Hiroshi, así que lo tendría.
***
-¿Por qué esa cara de malas pulgas? -le preguntó Tachibana mientras peloteaba un poco con Hiroshi. Su amigo lo había llamado para un partido callejero y así liberar tenciones.
-Te juro que a veces quiero retorcer su cuello entre mis dedos -gruñó Hiroshi pegándole a la pelota de tenis tan fuerte que Tachibana la dejó pasar a su lado sin tratar de ir por ella, Hiroshi no tenía que decirle de quien hablaba, ya se imaginaba de quien era, Masaharu Niou había dejado muy claro que Hiroshi era “de su propiedad” y si alguien trataba de arrebatárselo lo haría picadillo, era el omega más atípico que Tachibana hubiese visto alguna vez.
-¿Pero…? -le animó Tachibana a hablar sabiendo que su amigo no lo había dicho todo.
-Pero a veces tengo ganas de tirarlos sobre la superficie plana más cercana y follarlo hasta que solo huela a mí…. Me gusta -confesó con un suspiro bajando la raqueta-. Soy un tipo de masoquista ¿verdad? -preguntó desanimado.
-En realidad creo que ustedes pegan y se compenetran. Masaharu necesita a alguien serio como tú que le ponga un alto de vez en cuando y tú necesitas a alguien alegre como Masaharu que te saque ese palo de hiero del culo de vez en cuando -opinó Tachibana.
-Claro, para ti es fácil decirlo, el omega que te gusta es dulce, bien portado y correcto, el omega que a mí me gusta ha de ser el omega más raro del mundo -suspiró sentándose en la cancha, Tachibana caminó hasta su lado y se sentó junto a él.
-¿Quién nos dice que es normal y que no? -le preguntó- Masaharu es diferente, es cierto, pero es divertido, estudiar con tantos omegas ha hecho algo por mí mostrarme que todos los omegas son diferentes a lo que nos imaginábamos, todos son tan distintos como los colores, hay de todas formas y con todos los caracteres imaginables y por imaginar, pero eso es bueno, creo que es mejor que el idea que teníamos… ¿No te parece? -le preguntó Tachibana con una sonrisa paciente.
-No tengo idea de qué hacer con él y con sus trastadas. ¿Qué debería hacer? -suspiró Hiroshi.
-¿Por qué no empiezas por pedirle salir? Es bastante obvio que te gusta -dijo divertido.
-Siento que si lo hago, el ganaría, a amenazado a todos los omegas y advertido a todos los alfas que yo le “pertenezco” si le pido que salgamos… el habrá ganado.
-Y si no lo haces…. Alguien más lo hará… y abras perdido a Masaharu.
-Es una situación de perder o perder ¿eh?
-Sólo que una de las derrotas se escucha más entretenida que la otra ¿no? -le preguntó Tachibana con una sonrisa divertida y Hiroshi también sonrió, sí, eso era verdad, una se escuchaba más divertida que la otra.
-Supongo que tienes razón -admitió. Suponía que le pediría a Masaharu salir. Ahora sólo tenía que reunir el valor.
Continuará…