Ambos sabíamos que estábamos cometiendo pecado, pero no podíamos esperar más, también teníamos miedo de ser descubiertos en pleno acto, así que decidimos alejarnos lo más posible de la reunión familiar. Llegamos a un claro un tanto lejos del parque, buscamos una buena sombra y nos sentamos, nos miramos a los ojos sabiendo que nuestra travesura apenas comenzaba.
-¿Nervioso?- Manuel, mi hermano gemelo, al que tanto admiraba me veía con sus brillantes ojos café claro.
-No, bueno tal vez un poco- conteste con sinceridad.
El sonrió pícaramente mientras se acercaba a mi oído para susurrarme algo.
-No estés nervioso, tal vez sea bueno contigo- dijo en un tono burlón.
Los colores se me subieron al rostro y esto solo provoco más risas de mi gemelo.
-¿Quién comienza?- pregunte un tanto ingenuo.
-te parece si lo decidimos a piedra, papel o tijera- asentí ante la idea de mi hermano. – Unos dos tres,- dijimos ambos al tiempo para que yo pusiera papel y el, la tijera. –Perdiste, vas primero
Solo pude suspirar resignado.
-No seas cobarde Javier- dijo mi hermano mientras se sentaba a la sombra del árbol.
Volví a suspirar y mire a mi hermano mayor, realmente lo admiraba pero en estos momentos me preguntaba si era lo correcto.
-No es nada malo, es algo normal- lo oí decir mientras me miraba y trataba de animarme.
Le sonreí y me acerque hasta el, me arrodille enfrente de él y acerque mis manos a mi objetivo, quitando la molesta envoltura que lo tapaba. Sonreí con lujuria.
-Es muy grande- dije
-¿verdad? Te lo dije- dijo con orgullo mi hermano
Asentí, lleve mi boca y comencé a lamer la punta con gran deleite, no aguate mas y lo engullí todo, mi lengua rodeaba todo, quería saborear todo al mismo tiempo, lo sostenía con mis dos manos, como si se fuera a escapar de mi boca, subía y bajaba para tratar de terminar rápido, y solo sentía placer en mi paladar, finalmente comencé a sentir un liquido caliente por mi lengua y que estaba saliendo por la comisura de mis labios. No quería sacarlo de mi boca, mire de reojo a mi hermano que estaba un poco sonrojado.
-¿Te gusta?- me pregunto
Yo sentí mientras volvía a mi trabajo de seguir saboreando, no quería dejarlo, lo quería más profundo, así que profundice, mordí y mi lengua seguía lamiendo todo alrededor, hasta que trague todo aquel liquido.
-Delicioso- exclame feliz, como niño pequeño que había realizado bien su travesura.
-Ahora es mi turno- el parecía ansioso
Sin decir más bajo lo que le impedía saborear su objetivo, al tenerlo afuera sonrió con demasiada lujuria, más de la que podría describir. Sin pensárselo mucho, lo metió todo en su boca y comenzó a saborearlo, se notaba que lo disfrutaba bastante.
En eso el sonido de unos arbusto moverse nos alerto.
-A sí que ahí están chamacos del demonio que creen que esta,,…an.. ha..haciendo-
Demonios, habíamos sido descubiertos.
-Par de ladronzuelos, claramente les dije que esas paletas heladas eran para el final del picnic- nuestra tía, molesta nos tomo bruscamente del brazo jalándonos de nuevo al parque del picnic familiar.
-Jajaja, nos han pillado- decía divertido mi hermano-Lo bueno es que lo disfrutamos ¿no?
-Sí pero ahora nos castigaran- dije al ver a lo lejos a nuestra madre molesta.
¿FIN?