Versión de Jinki: Es sólo para contagiarme
Si había algo que Jinki detestaba más que la gripe y todos sus molestos síntomas era el hecho de faltar a clases por su culpa, luego tendría que ponerse al día con las materias y ninguno de sus compañeros era lo suficientemente responsable como para tomar apuntes de todos los ramos, por lo que se perdería valiosa información y luego obtendría una mala calificación en el examen. Sin embargo a la mayoría de las personas no le importaría pasar por ese suplicio de mocos, fiebre, tos y dolores musculares con tal de saltarse unos días de escuela y eso, por supuesto, incluía a Jonghyun.
Técnicamente llevaba sólo 1 hora de inasistencia y Jonghyun ya sé había aparecido en su casa.
-Hyung, sabía que estarías enfermo. Tú nunca llegas tarde y mucho menos te saltas clases por nada, así que como el buen amigo que soy vine a verte enseguida – ese fue el discurso que dio Jonghyun cuando se encontró con Jinki sumergido en un mar de pañuelos desechables. Para cualquiera sería algo conmovedor pero Jinki conocía a Jonghyun y por ende sabía la verdadera razón de su visita.
-Si piensas que te dejare quedarte aquí para saltarte las clases, estás loco.
-¡Sólo estoy tratando de ser un buen amigo! – se defendió Jonghyun, haciendose el ofendido.
-La gripe no me convierte en un idiota Jonghyun. Ahora, vuelve a clases. – declaró el enfermo.
-Pero… – insistió Jonghyun siendo interrumpido enseguida.
-Vuelve a clases – repitió Jinki con voz firme y Jonghyun sin discutir más se fue como perro con la cola entre las patas, Jinki casi podía ver sus orejas agachadas por la decepción.
Durante la tarde el resto de sus amigos llegaron a visitarlo. Key llegó con unas gachas recién hecas que preparó con la ayuda de su madre, Taemin le regaló una de sus preciadas leches de banana diciendo que le faltaba calcio y Minho llegó con una munición de por vida de pañuelos desechables diciendo que era lo único que le sería útil en esos momentos.
Todos querían que se mejorara pronto.
Recibió cada obsequio con una débil sonrisa, ya que la fiebre volvía a hacer estragos en su cuerpo y luego de que todos le dieran ánimos y se marcharan se sumergio en el mundo de los sueños auspiciado por la fiebre.
Al día siguiente Jonghyun volvió a aparecer a primera hora en su casa, está vez Jinki se sentía demasiado débil para echarlo a sí que sólo lo dejo estar durante la mayor parte de la mañana en su habitación. Fingía que escuchaba lo que el menor le decía mientras sentía su cabeza a punto de estallar cada vez que limpiaba su nariz. Con suerte captó que Jonghyun hablaba sobre un video juego cuando empezó a imitar los ruidosos sonidos de los efectos especiales y ese fue su punto de ruptura. Todo ese asunto de estar enfermo conseguía ponerlo de muy mal humor y con Jonghyun siendo un desconsiderado no podía tratar.
- ¿Podrías tener un poco de consideración? ¡Estoy enfermo y tú sólo te mantienes haciendo ruido! – Gritó Jinki arrepintiéndose al instante por las dolorosas punciones que azotaron su cabeza y más que nada por la expresión herida en el rostro de Jonghyun – Lo siento... sólo guarda silencio ¿quieres? – se disculpó con calma, pero Jonghyun se sentó en el extremo más lejano de su cama pareciendo un niño recién regañado.
Jinki dio un largo suspiro e ignorando el hecho de que Jonghyun comenzó a beber el agua del vaso que hace poco el mismo había usado se volvió a dirigir a él.
- Jjong, sabes que me gusta tú voz. No quise gritarte es sólo que estar enfermo es un fastidio – trató de disculparse Jinki con voz suave.
- ¿De verdad te gusta mi voz? – preguntó Jonghyun con renovada confianza.
- Si –Respondió Jinki sintiéndose menos culpable por haberle gritado a Jonghyun.
- ¿Entonces quieres que te cante algo? – Jinki se lo pensó un poco antes de responder, por más que quisiera mejorar el humor del menor aun tenía un horrible dolor de cabeza que soportar.
- Por ahora, tararear está bien – respondió con una sonrisa.
- A cambio tienes que ayudarme con algo – declaró Jonghyun.
- Pero si tú eres el que quiere cantar... – replicó Jinki mirando a Jonghyun con desconfianza.
- Quiero que me contagies, necesito un descanso de la escuela – explicó Jonghyun, ignorado el reclamo del mayor.
-Pero si ya faltaste - replicó Jinki.
- Y cuando vuelva a clases tendré que tener una justificación por mi ausencia - respondió Jonghyun.
- ¿Por eso estabas bebiendo de mi vaso? – preguntó, más bien afirmo, Jinki mirándolo con el entrecejo fruncido.
- ¿No quieres escucharme cantar, hyung? Dijiste que te gustaba mi voz – preguntó Jonghyun con los ojos acuosos usando la técnica del gato con botas y esa era una táctica baja a la que Jinki no sé podía resistir.
- Está bien - confirmó él mayor sintiéndose derrotado.
En seguida Jonghyun se levantó de su rincón con una sonrisa de victoria y se acercó a la cama del mayor recostándose de lado junto a él, pasó su brazo por sobre él pecho del otro y sé acerco lo más que pudo, teniendo su rostro tan cerca que Jinki podía sentir su aliento rozar parte de su oído.
-Sólo es para contagiarme – aclaró Jonghyun antes de comenzar a tararear una canción de cuna.
Jinki había dicho la verdad cuando dijo que le gustaba la voz de Jonghyun, la encontraba tan poderosa y a la vez relajante, pero era incluso más relajante escucharlo tararear tan cerca de su oído y siendo abrazado por él, ni siquiera había llegado a escuchar él final de la canción cuando cayó dormido.
El tercer día Jonghyun llegó a su habitación quejándose de que estaba perfectamente sano y que tendría que tomar medidas drásticas para contagiarse, mientras lanzaba con enfado su mochila al suelo.
Y a pesar de que Jinki vio la sonrisa de malicia en su rostro cuando se recostó en la cama frente a él, no imaginó que terminaría siendo besado por el menor. A penas reaccionó cuando sintió su rostro enrojecer, abrió sus ojos como plato y empujó a Jonghyun alejándolo un poco. Lo único que hizo Jonghyun fue repetir lo dicho el día anterior. “Sólo es para contagiarme, hyung”.
Jinki mordiendo su labio inferior y con el entrecejo fruncido se dio la vuelta dándole la espalda a Jonghyun mientras trataba de controlar los frenéticos latidos de su corazón.
Jonghyun pasó su brazo por los hombros de Jinki disminuyendo la distancia entre ellos para volver a tararear una canción de cuna y como él día anterior Jinki se quedó dormido entre sus brazos.
Cuando despertó aún sentía el brazo de Jonghyun sobre sus hombros y se giró cuidadosamente para quedar nuevamente de frente al menor. Viendo que estaba dormido aprovechó de apegarse más a él y enterrar su rostro en el cálido pecho del menor ya que le encantaba sentir su calor. Claro que no se olvidó de susurrar “es sólo para contagiarte” ,por si acaso el otro estaba despierto. Una sonrisa traviesa se formó en su rostro porque Jinki aún tenía la gripe y Jonghyun todavía no conseguía contagiarse.