El chico subió al camión y pago su respectiva cuota desde la escuela hasta su casa, tomando asiento en el penúltimo lugar del camión del lado de la ventana, volteando su mirada inmediatamente hacia el paisaje fuera de este. Música a lo mas alto que sus audífonos le permitían.
Durante un tiempo estuvo pensando e imaginando miles de cosas y dejándose llevar por la música. Minutos después vio a alguien sentarse a su lado, no le tomo mucha importancia aunque esa cabellera castaña hubiera ganado un poco de su atención. Desvió de nuevo se cabeza hacia la ventana hasta sentir un peso sobre su lado derecho, no era precisamente mucho peso; pero bueno a quien no le molesta que lo usen de almohada y por alguien desconocido.
Volteo su cabeza a penas un poco con al intención de quitarse de encima a dueño de ese peso. Pero se encontró con unos rasgos de algo que creyó por un momento una chica y tampoco podía cerciorarse de que no lo fuera ya que entre sus brazos a la altura de su pecho abrazaba un mochila. Miro por un tiempo los finos rasgos de aquella persona que yacía en su hombro derecho completamente dormida.
Esos rasgos tan delicados lo dejaron hipnotizado y no podría decir por cuanto tiempo estuvo viendo a esa persona. Recorriendo con sus ojos cada centímetro de ese perfecto rostro, ese cabello cayendo con gracia, sus bellos y largos dedos posados sobre la mochila en su pecho. Su respiración entrecortada y su aroma tan fresco.
Con cuidado tomo la cabeza de la persona a su lado y lo acomodo de forma que no se fuera a lastimar el cuello y acomodándose también puso su cabeza sobre esta, quedándose dormido a los segundos. No sabia cuanto tiempo había pasado pero por el lugar podía decir que había recorrido un gran camino. Se iba a estirar, pero sintió todavía el peso sobre su hombro y sonrío volteando a ver que esa persona seguía dormida.
Estaba a punto de volver a acomodar su cabeza en la contraria cuando sintió algo golpeando su mano, bajo la mirada y vio la mano del contrario sobre la suya moviéndose un poco. Un mal sueño, dedujo antes de darle un pequeño apretón a la pequeña mano y mantenerla durante unos minutos hasta sentir que su respiración se estabilizaba. Su piel era realmente suave y tuvo la tentación de entrelazar sus dedos con aquella persona pero se detuvo. Solo se volvió a acostar, pero sin dormir, veía hacia el frente mientras se deleitaba con esa presencia a su lado.
Ya iba a llegar a su destino pero no quería separarse, sabia que no la volvería a ver. Eso era obvio, era solo una persona mas que había visto en el camión ese día. Suspiro y sintió a su contrario removerse debajo de el, recordó el lugar donde se posaba su mano y de inmediato la quito esperando que no se hubiera dado cuenta. Sintió sus mejillas un poco calientes en el momento en que levanto su cabeza para observar como la persona a su lado levantaba la suya y con su mano tallaba un poco sus ojos, quitando un poco del flequillo que había caído sobre ellos.
Voltearse hacia la ventana, eso es lo que debería de hacer, por que no es correcto observar a la gente. Pero se percato de que le dedicaron una sonrisa y una reverencia como disculpa por haberse quedado dormida encima de el, no pudo responder las palabras se atoraban en su garganta; así que hizo un pequeño movimiento con la cabeza esperando que su contrario comprendiera que todo estaba bien. Lo vio observar a los costados y parase minutos después poniéndose la mochila al hombro.
Parado era mucho mas bello de lo que hubiera pensado, pero era hombre. Lo estaba viendo y debatiéndose sobre lo tonto que era al gustarle una persona desconocida y encima de todo extraño, cuando el chico se quito de su vista y vio que estaba a punto de llegar a su destino. Tomo sus cosas y se levanto del asiento. Se posicionó detrás de el chico para bajar. Era tan pequeño y menudo, su forma de moverse era delicada pero segura. Tomo aire, no podía ser posible. Le gustaba un chico. Lo observo un momento de pies a cabeza para saber de donde era, pero llevaba ropa casual, mientras el mantenía su uniforme. Es mas pequeño, de dijo y vio la puerta abrirse. Bajo, viendo por el rabillo del ojo hacia donde se dirigía el chico. Hacia el otro lado. Suspiro y siguió su camino.
Quien diría que después de ese pequeño momento el se pudiera encontrar con ese chico meses después sabiendo que pasarían tiempo juntos y que esa persona seguiría siendo tan bella como la conoció.
Nunca pensó que realmente podría ser artista hasta que personal de la SM enterteinment lo encontró y le ofreció una plaza como trainer. No tardo mucho en aceptar y fue llevado a las instalaciones de la empresa para tomar un lugar. Ese mismo día le presentaron al que seria su compañero de cuarto.
Vio como la puerta de la que seria su nueva habitación era cerrada por un chico que se encontraba de espalda a el. Volteo con una hermosa y característica sonrisa en su rostro.
-Luhan- Luhan- el será tu compañero, se llama Sehun
-Mucho gusto - hizo un reverencia
-Mucho gusto, por favor cuida de mi
Era mas hermoso de lo que hubiera recordado, aun mantenía ese cabello castaño y había un peculiar brillo en sus ojos, que lo hacían ver aun mas inocente.
Entro viendo la habitación que compartiría por un tiempo con aquella persona y lo observo, era cuidadoso y ordenado. Tenia bueno modales y era alegre. Siempre sonriendo, siempre estando con las personas. Por esa razón cuando supo la edad que le pertenecía no lo podía creer pero lo que menos se hubiera imaginado era que después de tiempo fueran como uno y que siempre podría estar a su lado. Estaban destinados para estar juntos desde un principio, desde que lo vio por primera vez en ese camión. Aunque Luhan no lo recordara.