Pov Len
Suspiro.
Las calles se encontraban vacías a pesar de que mañana iba a ser navidad, siempre estaban llenas por las compras de las chicas pero este año estaban vacías, era extraño pero que he de hacer, pocas personas eran las que pasaban, todas ellas eran hombres.
Me sentía solo sin mi hermana aquí.
Rin Kagamine, es una cantante pop muy famosa, justo ahora se encontraba en una gira mundial, nuestros padres querían que uno de nosotros estuviera a cargo de la empresa de la familia, podría no ser mi sueño pero es cercano a ello, ya que yo cuando era pequeño quería ser modelo y cantante, y mi hermana solo quería ser cantante, así yo me quede a cargo del negocio. Éramos y somos la empresa más famosa del mundo del modelaje, al principio era muy difícil controlar todo el lugar pero luego de una semana agarre la costumbre y ya nada es complicado. El edificio de la empresa era lujo y su interior mucho peor (N/H: No le gusta el lujo… Ah~ Que no daríamos nosotros por ello), el piso era de mármol pulido diariamente, las paredes eran rojo vivo con una línea dorada en medio de esta, miles de cuadros de los modelos más famosos del mundo, varias mesas con floreros, en el medio del lugar estaba la recepción y junto a este un ascensor.
—Buenas noches Kagamine-Sama—Dijo la recepcionista con una reverencia
—Buenas noches—Respondí con una leve sonrisa, odiaba mi día a día, porque todo el tiempo era lo mismo, con pesar llame al ascensor y espere a que llegara.
—Buenas noches Len-Sama, se ve bien con ese traje—Adulo una de las chicas que pasaba por ahí, no sé qué tenía de especial mi ropa, solo vestía una camisa blanca con una línea amarilla que comenzaba desde el inicio de la manga (N/H: Aunque no tenga mangas), hasta el término de la camisa, donde agarraba un mp3 cada línea, unos pantalones negros con bordeado amarillo, unas mangas parecidas a los pantalones, que se ajustaban un poco más arriba del codo y tenía puesto unos audífonos blanco con negro puesto, su cabello estaba recogido en una colita, traía unas media negras hasta un poco más debajo de la rodilla y unos zapatos blancos.
—Buenas noches—Respondí en un susurro, para luego adentrarme en el ascensor al abrir sus puertas, marque el último piso e hice que se cerraran las puertas, en el ascensor se podía oír claramente “Clair de Lune” pero en mis audífonos se podía escuchar “Romeo x Cinderella”, una canción que Rin y yo cantamos cuando teníamos 15, el ascensor volvió a abrir sus puertas y yo salí por ella, este piso era un simple pasillo que terminaba en una pequeña recepción, donde estaba mi recepcionista personal y frente a ella la puerta de mi oficina, avance hacia la recepcionista y ella se puso de pie y me hizo una reverencia.
—Buenas noches señor Len, aquí está su chocolate, su periódico, tiene dos llamadas de la señora Rin y una cita pendiente para el día de hoy—Anuncio la chica entregándome mi bebida y el periódico, le agradecí con una sonrisa para luego entrar a mi oficina, cerré la puerta y me acerque a mi escritorio, dejando allí el chocolate, le eche un vistazo al periódico, para luego tirarlo en el escritorio y bajar la mirada con tristeza, camine hasta la ventana que había detrás de mi escritorio, aparte de ser una ventana también era una entrada al balcón, contemplando el cielo nocturno.
—De noche en la fría ciudad el silencio reina y ha comenzado a nevar—Comencé a cantar, abrí la puerta que me llevaba al balcón—Extendí las manos para sentir esos copos de nieve cayendo y derritiéndose, y ahora entiendo—Cerré los ojos—Esta vida es tan corta, como nieve en mis manos y ése fue tu caso—No podía dejar de pensar en Rin—Con una sonrisa de dolor trato de consolarte pero ya no escuchas mi voz no puedes oír—Abrí los ojos y me fije en la luna, la —Dime qué te duele, por favor. Dime que me escuchas, por favor. Aquí a tu lado estoy. No pienso dejarte ir—Estaba al borde de las lágrimas pero aun así no pare—No me dejes solo, por favor. Pues no te podré seguir. Después de todo los dos somos almas gemelas, ¿no es así? La nieve apilándose consume lentamente tu figura y color. Y nada puedo hacer más que abrazarte con dolor. Si es posible, por favor quisiera volverte a escuchar. Una vez más (Sólo una vez...quiero oír tu voz~ otra vez) —Me pareció escuchar a alguien cantar junto a mí pero pensé que era mi imaginación—Llamándome… Tus ojos perdieron su color. Ya no brillan ni me miran. Se ven vacíos. En este instante inmóvil sólo la nieve sigue cayendo sobre los dos. Arrullándote. Tu piel va perdiendo su calor. Va desvaneciéndose tu voz. Tengo miedo de que no te pueda retener. Trata de escucharme, por favor. Quiero verte sonreír. Ya todas mis lágrimas perdí ¿Cómo voy a poder llorarte así? Si es posible, por favor pido a un poder divino que se lleve mi voz y se la otorgue a quien más amo, que te la de a ti. Este mundo no es igual sin ti y si es inevitable que lo tengas que dejar—La nieve no paraba de caer y yo tiritaba de frio pero no pensaba entrar al edificio, no quería parar
—Quisiera dejar~lo junto a ti—Canto alguien pero lo ignore
—Contigo llévame—Alce la voz en el canto
—Nevando aún...nevando aún...sobre los dos—La voz continúo su coro
—Si pudieras escuchar~ cuánto te amo pero ya no lo podrás oír. Y nuestro mundo tan perfecto se acerca a su fin. Y por más que grito, ni tu voz ni tu presencia volverán nunca más a mí—Proseguí—Ahhhhhhhhhhh—Grite—Te lo pido, por favor nieve, no dejes de caer y llévame también. El mundo es un lugar vacío y triste sin su voz. Esta miserable voz ya ha perdido su sonido desde que te... fuiste tú...—Finalice, mis lágrimas aun no paraba, tampoco quería que lo hicieran, quería saltar desde donde estaba parado, levante la mirada hacia el cielo, para luego secarme las lagrimas
—Terminaste?—Pregunto alguien detrás de mi
—Si… —Respondí en un suspiro—Tú eras el que estaba cantando no es así?—Pregunte sin siquiera voltear as mirarlo
—Si, por que no pasas, te vas a enfermar aquí fuera—Pidió aquella voz, baje la mi rada e hice lo que dijo, me sentía deprimido—Puedo saber por qué estas así Len—Mire el periódico con molestia, aquella persona al ver que yo no le respondía me hizo encararlo y con una de sus manos me tomo de la barbilla.
Aquella persona era un chico tal vez un poco mayor que yo de unos 20 años, chaleco largo de color blanco con detalles azules y unos pocos de amarillos, una bufanda larga de color azul, pantalón color café claro con un cinturón, zapatos blancos con detalles azules y amarillos, audífonos y su pelo es de color azul como el de sus ojos, ambos nos mirábamos directo a los ojos pero la desvié rápidamente al periódico, el chico me soltó y se acercó al motivo de que le mirara.
—“Terribles noticias para la los fans de la banda Vocaloid, los miembros de este grupo de fama mundial murieron el día de hoy a las cuatro de la tarde en una de las montañas de Suiza, el avión en el que viajaban se hubo estrellado en la base de una las montañas del lugar, no hubo sobrevivientes en este accidente, mandamos nuestro sentido pésame a los familiares y amigos de los miembros del grupo y el mayor de nuestros sentidos a Len Kagamine, hermano menor de Rin Kagamine, Q.E.P.D”—Leyó el chico
—…—Baje la cabeza con tristeza, escuche los pasos de aquella persona acercarse a mí, para luego abrazarme por la espalda, me sorprendí por su acto, mas no intente separarlo de mí, necesitaba de eso.
—En verdad me amas?—Pregunto de repente
—Ni siquiera te conozco—Me queje—A demás porque preguntas eso?—
— Si pudieras escuchar~ cuánto te amo pero ya no lo podrás oír—Dijo él una de las frases de la canción
—Cállate, eso no fue contigo—Exclame alejándolo de mi—Le diré a Sora que cancele mis citas—Murmure caminando a la salida
—No me digas que te molestaste—Dijo aquel chico tomándome del brazo atrayéndome hacia si—Te vez tan lindo molesto—Susurro en mi oído