Takahiro entró en la habitación donde estaba ingresado su hermano menor, su rostro reflejaba mucha preocupación.
Pero aún se preocupó más al encontrar a su hermano totalmente tapado y encogido en si mismo, no sabía cual era su estado de salud ni como se encontraba.
- ¿Misaki? - preguntó Takahiro acercándose despacio pues no sabía si se encontraba despierto o dormido
El joven castaño no respondió, no tenía ni ganas ni ánimos de hablar con nadie, solo quería estar solo, sumergido en sus propios pensamientos.
- ¿Misaki? - volvió a llamarlo Takahiro que se encontraba ya al lado de la cama de Misaki
Takahiro intentó levantar la manta que lo cubría completamente y fue entonces cuando vio el rostro lloroso de Misaki con los ojos cerrados con fuerza.
- ¡Misaki! ¿estás bien? - Takahiro intentó acariciar el cabello castaño del joven pero este evitó el contacto con su hermano
Misaki no hablaba, solo lloraba y lloraba, se volvió a cubrir la cabeza con esa pequeña manta del hospital, solo quería ver a su esposo, poder disculparse y pedirle perdón, porque aunque al final resultara ser él la victima se sentía culpable y sentía que su esposo era el único inocente, por eso se sentía en la obligación de disculparse.
- Solo dime que es lo que deseas e intentare ayudarte, pero yo puedo hacerme una idea de que deseas ver a tu esposo – hizo crujir los dientes pues estaba enojado con su amigo por tratar mal a su hermano y hacerlo sentir el único culpable
- ¡¡no le hagas nada!! ¡¡no le hagas daño!! - gritó casi histérico Misaki destapándose completamente
Takahiro se asustó por un momento pero se preocupó, no deseaba alterar demasiado a su hermano, quería complacerlo en aquel momento, no necesitaba más nervios después de un aborto.
- no quiero ni deseo hacerle daño, solo quiero que te calmes un poco – Takahiro no sabía si acercarse o no pues temía ser rechazado nuevamente por su hermano
- ¡¡quiero ver a mi esposo!! ¡¡quiero ver a Usagi-san!! - Misaki no podía hablar con normalidad solo podía manifestar sus deseos a trabes de gritos
- Misaki, si no te calmas y tranquilizas tendré que llamar a un doctor para que te ayude a calmarte – le dijo Takahiro intentando hacer entrar en razón a Misaki
Misaki respiró hondo e intentó calmarse un poco, no quería ver a más doctores a su alrededor, solo deseaba ver a Akihiko, solo eso, no entendía porque su hermano no iba a buscar a su esposo y lo convencía de verlo, se sentía tan solo y solo podría calmar aquel dolor Akihiko, su querido y preciado marido.
Takahiro salió de la habitación y dejó solo a su hermano de nuevo, pensó en un momento en llamar a Akihiko y pedirle que viniera al hospital, pero prefirió enfrentarlo cara a cara, de otra forma su amigo podría negar a coger el teléfono o incluso colgarle la conversación y negarse a hablar con él.
Tomó un taxi y se dirigió al pent-house de su amigo.
Al llegar se bajó del taxi y subió hasta el ático que ocupaba el esposo de su hermano, llamó un par de veces pero no recibió respuesta, volvió a llamar dos veces más hasta que al final Akihiko se asomó pero al ver a Takahiko se imagino porque había venido, así que intentó cerrar la puerta pero su amigo lo evitó.
- necesito hablar contigo – le pidió Takahiro casi al borde del nerviosismo
- no necesito hablar sobre mi esposo o mi hijo en estos momentos – le respondió su amigo
- estas herido y lo entiendo, pero no es un buen lugar hablar aquí, dejame entrar, por favor, solo sera un momento
- …. entra – al fin, Akihiko autorizó a entrar a su amigo haciéndose a un lado y comenzando a caminar hasta el salón
Takahiro se sentó en el cómodo sofá y comenzó hablar primero sin esperar a que amigo le imitara en ese gesto y también se sentara en el sofá.
- Misaki está muy mal, no sabes cuan culpable se siente, quiere disculparse contigo, debes darle una oportunidad, él también ha sufrido y mucho, deben arreglar sus diferencias, se siente solo, por favor, sé que en el fondo tu también te sientes culpable y quizás por eso no te atrevas a mirarlo a los ojos, pero debes aceptar sus disculpas – Takahiro esperaba poder convencer a su tozudo amigo
- Takahiro....no sabes cuanto lo siento, Misaki lo está pasando mal y no estoy a su lado, pero es que...mi pequeño, ese bebe era toda mi ilusión, esa ilusión la compartía con mi esposo pero ahora ya no existe tal ilusión, está muerto, tu tienes a tu hijo, tu esposa pero yo ahora no tengo ni hijo y mi esposo se siente herido y culpable ¿que puedo hacer yo para no lastimarlo aún más? Fui cruel pero es que en aquel momento todo lo que podía pensar era en mi pequeño hijo muerto en el vientre de Misaki, eso me lastimó como el filo de un puñal y le dije cosas muy fuertes que ahora me arrepiento, quiero a mi hijo, pero es absurdo pedirlo de regreso ya que nunca volverá – Akihiko se desahogó con su viejo amigo comenzando a llorar
- lo siento, quizás sea mejor que ambos estén separados durante algún tiempo o unos días, pero también sé que Misaki sufre mucho sin poder verte – Takahiro quería intentar hasta lo imposible para que Akihiko aceptara ver a su hermano
- de acuerdo, pero hoy no lo veré, solo deseo que se recupere y se calme un poco – Akihiko aceptó ver a su esposo – mañana por la mañana lo visitare, pero dile que lo amo, que lo sigo amando, solo dile esto ¿de acuerdo?
Takahiro aceptó y se levantó, se dirigió a la puerta y por último le dijo.
- gracias Akihiko por amar a mi hermano, por un momento pensé que quizás lo habías dejado de amar, pero pude ver que eso no sucedió y me alegro, esta desgracia seguro que ambos la superan con el tiempo – abrió la puerta y se fue sin decir nada más
Akihiko subió a su habitación, se recostó en la cama y se desahogo también llorando, se sentía mal por haber culpado a su esposo, esperaba que al menos pudiera descansar hasta mañana. Deseaba tanto verlo.
Takahiro regresó al hospital, entró en la habitación de Misaki pero un doctor lo detuvo antes de que pudiera entrar.
- el paciente en estos momentos se encuentra descansando, espere en la sala de espera hasta que despierte y sí no despierta pasadas las horas de visita, regrese mañana, no podemos despertarlo y forzarlo, necesita descansar – le informó amablemente el doctor
- lo siento, yo solo deseo ver a mi hermano, pero si no es posible esperare en la sala de espera, no pasa nada, no deseo que lo despierten – Takahiro se retiró de la habitación y esperó en la sala de espera sin decir nada más
Esperó un buen rato hasta que llegó su esposa, Manami y su pequeño hijo Mahiro quien llegaba con un rostro de pánico.
- Misaki...¿ha perdido el bebe? - pregunto con temor de oír la respuesta
- sí, lo ha perdido, antes de llegar al hospital el pequeño ya casi estaba muerto – le respondió su esposo que todavía miraba al suelo
- lo siento....¿ahora se encuentra bien? - volvió a preguntar su esposa
- no, en absoluto, está destrozado pero está durmiendo, es lo mejor, así el tiempo pasara más rápido y podrá descansar un poco de semejante shock – Takahiro ni se levantó, solo quería estar sentado hasta que pudiera ver a su hermano nuevamente
Manami se sentó al lado de su esposo sin decir nada más, sabía que la situación no era nada agradable.
- Misaki...pobre, él tenía muchas esperanzas puestas en ese embarazo, es una lastima y una desgracia para su matrimonio – Takahiro tomó su cabeza con sus manos en un gesto de desesperación mientras sentía las manos de su querida esposa acariciando sus hombros
- lo sé, lo sé, pobre Misaki, es fuerte y Akihiko es muy inteligente, seguro que entre los dos podrán superarlo – Manami intentaba calmar los nervios de su amado esposo – pero nosotros no podemos hacer nada, es cosa de ellos
El matrimonio espero y espero, las horas pasaban lento, Misaki no despertaba y temían que la hora de visita terminara sin antes poder ver al castaño, estuvieron allí hasta que Takahiro no pudo aguantar ni soportar más estar sentado, se levantó y se dirigió a la habitación de su hermano, entró y se acercó a la cama, suavemente le susurró al oído.
- Akihiko vendrá mañana a visitarte, hoy descansa lo que resta de día, deseo que puedas superar esta desgracia que te ha tocado vivir – le besó el fleco del cabello y se retiró de la habitación esperando que su hermano haya podido escuchar eso que le acababa de decir
Takahiro se retiró nuevamente de la habitación, cuanto deseaba poder quedarse un poco más pero sabia que Misaki necesitaba descansar.
A la mañana siguiente Akihiko se presentó en el hospital, tenía ojeras y llevaba la misma ropa del día anterior, su aspecto era penoso.
Se acercó a la recepción del hospital y preguntó por su esposo, una enfermera se ofreció a guiarlo hasta la habitación de Misaki.
Al llegar a la habitación, le entró pánico, no sabía que decirle a Misaki, pero quería ver como se encontraba, necesitaba verlo.
Entró despacio pues no sabía sí aún dormía o no.
Lo encontró sentado en la cama acariciando su vientre y mirando en dirección a la ventana, quizás aún tenía la esperanza de que el bebe estaba en su interior, quizás aún no podía aceptar que su pequeño hijo había muerto.
A Akihiko le rompió el corazón verlo tan triste, se acercó aun sin decir nada y puso su mano encima de la mano de su esposo en su vientre.
- lo siento, siento que hayas pasado por esto tu solo – le dijo realmente arrepentido pero Misaki parecía ausente, como si no pudiera escuchar nada de este mundo
- lo sé, yo lo mate, fue mi descuido quien lo mató – le dijo pero sin dejar de ver en dirección a la pequeña ventana
- tu no tienes la culpa, la tenemos los dos, pero yo también soy culpable por alterarte – Akihiko masajeaba el vientre de Misaki
- fue mi culpa, yo no debía ponerme nervioso, fue mi culpa – Misaki por fin lo miró, pero sus ojos volvieron a humedecerse por culpa de las lagrimas
- podremos tener otro ¿cierto? - le intentó animar Akihiko
- no Usagi-san, no quiero pasar por lo mismo una y otra vez, no quiero más hijos, mi cuerpo no quiere más hijos – esas palabras atravesaron el corazón del adulto pero se contuvo de enojarse, ese no era ni el lugar ni el momento de hacerlo
- pero...ambos deseamos un hijo ¿cierto? - intentó insistir con sutileza y delicadeza
- yo quería a “ese” hijo no a otro – Misaki se había cerrado en banda y no cedía ante la petición de Akihiko
- ahora quizás no lo quieras porque te invade el miedo de perderlo nuevamente, pero con el tiempo quizás aceptes tener otro – Akihiko subió su mano hasta su cabello
- Usagi-san...entiende que eso no sucederá, ya pase por eso una vez – Misaki se limpió las lagrimas y miró a su esposo con seriedad
- Misaki, de todas formas, es algo que no podemos decidir hoy o ahora, solo puedes descansar en este momento hasta que estés recuperado, volver a la universidad, seguir estudiando y entonces, con el tiempo hablar del tema de nuevo – Akihiko le intentó sonreír en un vano intento pues el también comenzó a llorar abrazando al castaño
Misaki se sintió aún más culpable al ver a su esposo en semejante estado, no quería verlo así, era tan triste y desolador, quizás sí era cierto que en un futuro podrían formar una familia, una bonita familia con hijos, hermosos hijos, pero ahora debía concentrarse en otras cosas y aparcar ese tema a un lado, olvidarse por el momento de tener hijos y seguir estudiando.
El castaño acarició el cabello del adulto, sabía que Akihiko también necesitaba ser consolado, sabía que la persona que necesitaba más el adulto era a su amante y esposo, ese dolor lo debían superar juntos o solos terminarían con ese matrimonio y posiblemente con el divorcio.
- Usagi-san...Usa...Usagi-san – volvió a llamar Misaki para que le prestara atención – en un futuro...quizás, solo quizás, podamos tener una hermosa familia
- Misaki, gracias por animarme, pero no pienses en eso ahora, solo piensa en recuperarte, mi amor, todo volverá a la normalidad, volverás a hacer tu vida, no te presionare, no te culpare nuevamente por esta desgracia – Akihiko miró a su esposo y le besó la frente – te amo, te amo, te amo...
Misaki escuchaba aquellas palabras con una pequeña alegría en su corazón, se sentía bien poder oírlas, sabía que su esposo lo amaba y lo atesoraba con todo su corazón, pero aún así, esa dicha no era completa, le faltaba su hijo, la obsesión de querer tenerlo aún en su interior superaba a la dura realidad de que lo había perdido, abrazó a Akihiko con todas sus fuerzas ocultando su rostro en la curvatura del cuello del adulto.
- Usagi-san...- con solo decir su nombre se sentía protegido, todo lo que necesitaba en aquel momento y en el futuro era sentir a su esposo entre sus brazos, solo eso, con eso podría vivir toda una eternidad
No dijeron nada más, solo se quedaron en esa posición durante un largo rato, abrazándose y consolándose el uno al otro, con pequeñas y delicadas caricias.
Pasaron unos minutos hasta que el hermano de Misaki, Takahiro entró en la habitación encontrando esa escena, no sabía si retirarse o quedarse, él también deseaba consolar a su hermano, pero veía que Misaki necesitaba más a su esposo que a su propia familia.
- Misaki...- susurró muy bajito casi inaudible pero el castaño logró escuchar ese susurro
Misaki miró en dirección de donde provenía el susurro que lo había llamado y vio a su hermano en el marco de la puerta, parado e indeciso sin saber si entrar o esperar.
- hermano....entra – le permitió Misaki forzando una sonrisa pues no quería seguir preocupando a su familia
- Misaki...¿te encuentras mejor? - preguntó Takahiro aún indeciso y entrando despacio hasta quedar a los pies de la cama
- mmm....más o menos – fue su confusa respuesta – pero Akihiko ha venido y me encuentro un poco más tranquilo
- me alegro ¿desean que los deje solos? - Takahiro se sentía una molestia en aquel momento por romper la hermosa atmósfera que había entre los esposos
- puedes quedarte Takahiro, al fin y al cabo tu eres su hermano – Akihiko finalmente habló pero se notaba que le gustaría estar a solas con Misaki unos momentos más
- gracias Akihiko, pero de todas formas Manami aún sigue triste y Mahiro necesita que lo cuide, así que me retiro – Takahiro se arrepintió de haber nombrado el tema de los bebes en presencia de su hermano
Pero Misaki lejos de molestarse le sonrío con ternura y comprensión, sabía que tenía que aceptar que su hermano sí tenía un hijo, un precioso hijo al que cuidar y proteger, que su hermano no había dicho eso con masilia ni maldad, esa era la realidad y debía afrontarla de ahora en adelante.