Se encontraba acostado sobre su hamaca, pensando en cómo había terminado en un barco de piratas junto a tanta gente loca, gente admirable, gente considerada, amigable y aquella persona que habia robado su corazón, aquel cocinero con el cual innumerables veces se habia peleado a golpes, aquel con esas cejas tan raras pero a la vez encantadoras, ese con el cual habia soñado tantas noches, ese rubio fumador, ese...ese....mujeriego y ahí estaba el problemas Sanji jamás se fijaría en él, Sanji era un amante de las mujeres y Zoro era un hombre todo lo contrario a los gustos del ero-cook, pero Zoro no se daba por vencido tan fácilmente a pesar de saber que tenía todas las de perder pensó en arriesgarse, que tal si sutilmente comenzaba a seducir al cocinero, pero ¿cómo? nunca habia estado en esta situación o sea si pero su enamorada era una mujer muy diferente a su rubito, tendría que crear un buen plan, Sanji seria suyo costara lo que costara,
Habia pensado toda la noche en ello y creó un plan perfecto. Ahora si empezaba la verdadera aventura la cual muy cursimente Zoro habia nombrado "Conquista al Cejillas".
Se encontraban todos comiendo ya lo último de la comida que Sanji habia preparado, Luffy ya se iba porque se habia comido sus tres raciones, Nami dijo que iría a reposar, Ussop no quería mas se encontraba un poco mareado y el renito se habia llevado su comida a cubierta, Zoro por su parte comía con toda serenidad y lentitud, como si tuviera todo el tiempo del mundo.
-Hey marimo no piensas irte a entrenar?-
-pues si pero luego de comer esto, te quedo muy sabroso-
-aah!?- Sanji al escuchar aquello se descoloco, ¿Zoro alagándole? debía haber escuchado mal.
-que esta sabroso, ¿podrías darme más?- Zoro habia puesto el plato delante de la cara del cocinero
-a claro- tomo el plato torpemente y comenzó servirle un poco mas -toma aquí tienes-
-gracias- esta vez Zoro comió un poco más rápido y se levanto para ponerse adelante de Sanji que se encontraba sentado en una silla.
Sanji al ver a Zoro delante de el alzó la mirada y se topo con el rostro de Zoro a pocos centímetros del suyo -eeh!!?-
-Me encanta tu comida- se lamio los labios y salió de allí de lo más normal. La cara de Sanji era un poema y Zoro habia disfrutado de ella pero habia decidió irse antes de que Sanji se diera cuenta de su cara de satisfacción al ver que habia una esperanza, pequeña pero la habia.
Habían pasado ya varios días y Sanji aun seguía pensando que ocurría con Zoro o mejor dicho que ocurría con él, no podía sacar de su mente la imagen de Zoro lamiéndose los labios, el tono en que le había dicho “Me encanta tu comida”, todo todo no había podido despegar sus ojos de Zoro, cada vez que entrenaba iba muy despacio y lo espiaba, cuando era hora de la comida miraba como se servía su comida, y cuando sus ojos se topaban con los del peli-verde miraba hacia otra parte avergonzado, no estaba seguro o quizás si pero no quería aceptarlo, ese estúpido cabeza de alga le gustaba y mucho. Zoro por su parte se sentía inmensamente feliz por esas muestras de atención de parte del rubio, o sea se daba cuenta de todo como no si aquel rubito lo traía loco desde hace ya mucho, pero hacia como si no se diera cuenta quería estar seguro para ya seguir con su plan.
Estaba durmiendo en un rincón del Sunny cuando sintió unos pasos acercarse y por como sonaban debían ser de su ya conocido cocinero, ¿Qué querría?, se hizo el dormido, los pasos cada vez se sentían mas y mas cerca hasta que finalmente se detuvieron. Sanji se acerco para verlo mejor otra vez durmiendo es que ese idiota se la pasaba durmiendo se habia acercado para confirmar lo que sentía con cuidado se agacho y acaricio el rostro del marimo, joder ya no pensaba con claridad, se fue acercando mas y mas hasta que sus rostros estaban a solo centímetros podía sentir la respiración acompasada de Zoro y sin más preámbulos lo beso, fue solo un roce que movió hasta su ultima célula, al separarse abrió los ojos ¿Cuándo los había cerrado? Ya ni cuenta se daba de las acciones que realizaba, de lo que si se dio cuenta fue de cómo unos ojos lo miraban sorprendidos y brillosos, vio como el peliverde alzaba su brazo, estaba jodido cerró los ojos esperando el golpe pero lo único que sintió fue una cálida caricia, abrió sus ojos desmesuradamente y vio algo que nunca espero en su vida, Zoro le estaba sonriendo a él, ¡Solo a él! Hizo el ademan de levantarse
-a dónde vas?- Zoro le había tomado del brazo impidiendo que se levantara.
-…- no sabía que decir ni que hacer estaba en blanco -¡suéltame!- movió su brazo, se puso de pie y se fue corriendo.
-mierda- sonrió sin poder evitarlo –¡confirmado! Ese cocinerito será mío- puso sus brazos tras su nuca y cerró los ojos sonriendo.
Llego corriendo a la cocina en busca de refugio, con el corazón a punto de salir de su pecho, se escondió tras una silla del comedor, debía pensar ¿Qué habia hecho? Aunque mas importante ¿Qué habia sido esa sonrisa que Zoro le habia regalado?, se puso avergonzó hasta la punta del pelo cuando recordó el beso ¿Cómo miraría al espadachín ahora?