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Entre el otoño por giossel

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Notas del fanfic:

No esperen mucho, es un reto que me hicieron para probar cuanto puedo escribir en tres horas, pero no quiere decir que sea malo. Es algo romántico, disfruten.

Notas del capitulo: No esperen mucho, es un reto que me hicieron para probar cuanto puedo escribir en tres horas, pero no quiere decir que sea malo. Es algo romántico, disfruten.
-Dicen que las flores y las hojas de los arboles caen cinco centímetros por segundo, son arrastradas como una fina lluvia por el viento… hasta que caen al suelo y se marchitan.

-¡increíble Draco!- un Harry de seis años lamio el helado de pistacho que tenia sobre la mano mientras veía como las hojas caían con elegancia de los arboles del parque; sin embargo no antes de ser arrastradas por el viento como dijo Draco- tu los sabes todo, no Draco?- su rubio amigo solo asintió sonrojado.

Las filas arboles lucían hermosos con sus hojas rojas, amarillas, cafés y naranjas, como en una fiesta de colores cálidos. Las bancas blancas de madera gastada y tornillos oxidados revelaban lo viejas que estaban; sin embargo todo era hermoso, sin mencionar el atrayente roble delo alto de una casa y el lago junto a la banca más alejada donde descansaban abrazados dos pequeños. Uno de ellos era Harry Potter, un pequeño de sueños dulces y todos con su amigo de siempre, Draco Malfoy, quizás un poco sabelotodo pero una excelente persona.

Harry no recuerda cual fue la primera vez que visito ese parque, porque ha sido parte de él siempre, al igual que Draco. Juntos se enamoraron de ese lugar, de esos árboles y bancas viejas, como ese lago tan perfecto para las épocas calurosas, como el verano. No está lejos de sus casas hací que van siempre, cada tarde entre risas, helados y abrazos. Y quería pensar que todo seguiría hací.

-¿sabes porque se caen las hojas Draco?- el rubio solo sonrió, hacía tiempo que esperaba esa pregunta a la cual siempre variaba su respuesta.

-supongo que todo debe terminar, todo tiene el tiempo justo para existir, un día todo tiene que irse.

-hablas como un grande (adulto)- Draco se sonrojo de nuevo y Harry se paro para votar en un pequeño basurero la servilleta con la que una vez sostuvo su helado y corrió a acurrucarse contra su amigo- tu nunca te irás, verdad Draco?

-si…- asintió abrazándolo con fuerza y ocultando su expresión de tristeza en el cuello de este- yo nunca me iré Harry.

Para Draco los abrazos de Harry siempre habían sido algo reconfortante, tanto como la forma cariñosa en la que le ven sus grandes y hermosos ojos verdes esmeralda. Harry siempre estuvo con y para Draco, en las buenas, en las malas y era el protagonista de los momentos más felices de su vida. Es increíble como una sonrisa, una mirada y un simple gesto de cariño del pelinegro llegan a llenarlo de alegría; sin embargo ahora que se iba no sabía como decírselo, porque tampoco sabía la razón por la que tenía que irse, ni como podía irse… porque simplemente no quería, el solo quería estar así con Harry, su sustento hacia la alegría.

“Nos vamos a separar” habían dicho sus padres; sin embargo el no entendía del todo porque tenía que irse si quería quedarse. Marcharse era decisión de su madre… no suya. “Tienes que tomar tus propias decisiones” le avía dicho el abuelo Abraxas cuando estaba vivo. Quería hacerlo, deseaba hacerlo… pero no podía, “un día lo entenderás” le avía gritado su padre tras una de sus rabietas; pero él no quería entenderlo.

-Estas cayado, ¿te sucede algo malo?- cierto… también era eso, esa perfecta inocencia palpable llena de curiosidad y preocupación en esos ojos verdes. Era lo que más le gustaba de él.

-no…-susurro con un nudo en la garganta, de pronto quería llorar abrazado a Harry.

-mentiroso- le recrimino acariciándole es cabello- lo sé- se separo de Harry como si quemara.

-¿Qué sabes?- pregunto dudoso.

-que te vas… supongo, aunque debes en cuando es mejor mentir, aunque implique mentirse a uno mismo.

-¿Quién habla como un grande ahora?- sonrió esperando ver la sonrisa de Harry que nunca llego-¿Cómo… lo sabes?- pregunto con seriedad.

-me lo dijo mi mami- se removió en el asiento nervioso- lo estábamos pasando como si nada, ¿Por qué tuve que recordarlo?- Harry se llevo una mano a su ojo izquierdo tratando de controlar las lagrimas que se avecinaban.

Draco siempre había odiado todo lo que hacía llorar a su amigo y en esos instantes entre lágrimas se odio así mismo.

o0o

Para Harry la partida de Draco había sido un duro golpe, supongo que es lo que se siente cuando algo que nos complementa se va y desaparece dejando un vacío que no se puede llenar. Y era justamente lo que Harry sentía, y estaba seguro que Draco también lo sentía, estaba seguro.

Solo el día cuando su madre dijo que había una carta de su amigo fue cuando las sonrisas volvieron a su rostro, no tan grandes como antes, pero allí estaban. En las cartas Draco le decía lo difícil que era estar sin él, sin el viejo parque, sin sus abrazos, cosa que siempre hacia sonrojar a Harry. El también solía escribirle lo mucho que extrañaba de su compañía, de sus cometarios inteligentes y sus constantes sonrojos.

En muchas cartas Harry le había mencionado que deseaba verlo; sin embargo Draco vivía muy lejos y su madre no querría volver; además Draco era muy joven para viajar solo. Harry lo entendía pero lo consideraba muy injusto.

Con el tiempo las cartas fueron cambiando, ya no habían “te extraño o deseo verte”; simplemente contaban sus rutinas, de sus nuevos amigos, el futbol, música. También la intensidad de las cartas fueron cambiando, llano eran semanales no quincenales, sino mensuales. A Harry le entristecía de cierta forma el cambio de su amigo porque pensaba que había dejado de quererlo, de ser el único; sin embargo Draco jamás había salido de su mente y guardaba como un tesoro la fotografías de dos de niños, abrazados en una banca en el lago, y esperaba con ansias cada carta de él, como si fuesen el mejor regalo del mundo. Lentamente al pasar los años y para pesar de Harry se fueron volviendo tan rútiales que casi dejaron de existir. Ya no escribía que le quería porque estaba convencido que él no sentía lo mismo, y le ería verse remplazado, dolía mucho.

Casi se acercaba el quinceavo cumpleaños de Harry y hacia cuatro meses que no recibió contestación de su carta, y avía perdido la esperanza de tenerla cuando una carta llego. No esperaba mucho de esa carta, quizá ya sabía que contenía, tantos años con las mismas palabras que se le habían grabado en la memoria. Al final no había sido lo que había esperado, Draco quería verlo el día de su cumpleaños. Salto, grito, corrió de la emoción, ¿desde hacia cuanto no se sentía tan vivo?… feliz… era extraño sentir nuevamente esas mariposas nerviosas por solo pensar en Draco.

-“Draco… anisaba tanto tu regreso”

o0o

Harry se movió nervioso en el asiento de plástico, veía constante mente el reloj sintiéndose desesperado porque las manecillas avanzaban lentas. Las estación de tren estaba llena, cientos de personas bajaban y sabían, otras como el simplemente esperaban, aunque seguramente el se veía mas ansioso que los demás.

Cuando las manecillas llegaron a las 7:30 pm, sus dudas de que algo andaba mal se confirmaron, se suponía que Draco llegaría a las 6:00 pm y se sentía preocupado. Quizá el tren se había retrasado o no se había acordado del día de su cumpleaños o simplemente se avía olvidado de todo. Se sentía triste pero no quiso marcharse.

Cuando el reloj marco las 10:00 pm casi no quedaban personas y hacia algo de frio, se frotaba las manos constante mente tratando de calentarlas. Sabía que tendría que haberse ido a casa, pero no quería, no aun.

A las 11:45 las esperanzas se habían ido como todo la gente en la estación, todo estaba vacío, Draco no había llegado, quizá no debió haber venido, ahora Draco era un mentiroso, no lo quería… ya no. Pequeñas lagrimas se formaron es sus ojos mientras se levantaba del incomodo asiento de plástico y dejaba gran parte de su corazón en el.

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Draco suspiro nervioso mientras veía el reloj, 11:46 era demasiado tarde, lo sabía; sin embargo guardaba la esperanza que Harry estuviera esperándole, sabía que era egoísta pero era lo que más deseaba… y si tan solo el tren no se hubiese descompuesto el habría llegado a tiempo.

Draco deseaba ver a Harry, necesitaba verlo y el motivo del cumpleaños de Harry fue solo una escusa para poder justificar su regreso, aunque sabía que no había necesidad de eso el no encontraba las palabras para decirle a Harry que deseaba verlo, no después de tantos años llevando a cabo el distanciamiento del cual él era el más culpable.

No se había dado cuenta de eso hasta que vio la fotografía de los dos cuando niños abrasados en aquella vieja banca cuatro meses antes, y volvió a sentir esa sensación de estar completo y de había dedicado a leer cada carta enviada por Harry, sorprendiéndose que se le habían perdido muchas de ellas. Las primeras cartas habían sido tiernas, hasta que lentamente se volvieron frías, sin sentimientos, solo eran palabras en un orden correcto, palabras que se habían podido utilizar con cualquier desconocido, y todo había sido su culpa, por esa razón necesitaba de vuelta al Harry que había conocido. Y ahora se encontraba allí, desesperado por verlo de nuevo, porque estuviese esperándole.

12:00 am. Cuando las puertas se abrieron sintió como si la adrenalina lo hubiese invadido de pronto, su respiración se había vuelto acelerada. Cuando bajo del tren pudo sentir el frio y se maldijo por no haber llegado antes.

Cuando llego a la sala de espera se congelo, no había nadie y se sintió como un estúpido; era tarde y hacia frio, por supuesto que todos se habían marchado ya.

Se sentó en una de las sillas, no sabía qué hacer, tenía que marcharse mañana a primera hora y llegar antes de que su madre llegara de su trabajo de dos días fuera de casa, no quería que supiera de su ausencia “pequeña escapada” porque de seguro no le dejaría escribirle más cartas a Harry. Por otro lado deseaba ver a su amigo… pero era de mala educación llegar a altas horas de visita donde de seguro, todos estarían durmiendo.

Resignado se levanto de la banca, iría a dar un paseo, iría al viejo parque, era un nuevo otoño y las hojas caían nuevamente, justo como la vez que dejo ese lugar… y a Harry.

Cuando llego comprobó que todo seguía igual y se sintió como un niño de nuevo, podía imaginarse corriendo por cada rincón de ese lugar tomado de la mano con Harry… que le sonreía como solo él solía hacerlo.

Cuando estaba a punto de llegar a la banca en la que compartió tantos momentos felices, diviso una cabellera negra y el corazón se le congelo. Era el estaba seguro, estaba envuelto en una manta negra y veía hacia el lago, más seguro al reflejo de la luna, a él siempre le gusto la luna.

Se acercó lentamente sin hacer ruido, sentía como las manos le comenzaban a sudar y su corazón bombeaba nuevamente con fuerza. El “crack” al romper una rama seca con sus zapatos lo delato y Harry se volvió en su dirección. Ese no era el Harry que él conocía, este Harry no tenía una sonría pintada en los labios y las profundas ojeras en sus ojos revelaban sus constantes desvelos, además parecía triste. A Draco jamás le gusto ver esa expresión en su amigo, pero al parecer el poseía la habilidad para entristecerlo.

-estoy soñando de nuevo- susurro ese Harry tan desconocido para él, eso fue como un balde de agua para y se sintió tremendamente culpable.

- no… no sueñas- miro como la expresión de Harry cambiaba del asombro al terror, un adorable sonrojo teñía sus mejillas, quizá por la vergüenza de verse descubierto.

El silencio se hiso incomodo, Draco se sentó en la banca a unos centímetros de Harry, la banca era ahora más pequeña, no, el era ahora más grande. Por la cercanía podía sentir el dulce olor que siempre caracterizo a su amigo y noto que el también sentía el suyo, de pronto todo se relajo un poco; sin embargo tenía tantas cosas que decirle, cosas que había pensado decir pero ahora simplemente no podía.

-co… como estas?- cierto, Harry siempre fue más valiente que el.

-Bien- susurro encogiéndose en la banca, nuevamente sentía frio y sintió como Harry estiraba la cobija negra y se la pasaba con timidez por los hombros- y tu como estas?- con cada minuto transcurrido se sentía más estúpido.

-bien.

Draco se volteo para mirar mejor a su amigo y se sorprendió al notar que este también lo veía; sin embargo no quito la vista. Harry estaba muy cambiado, su piel blanca avía adquirido un poco mas de color, estaba delgado, seguro pesaba unos kilos menos de su peso normal, sus manos eran pequeñas y ahora sus hermosos ojos verdes eran enmarcados por unas gafas redondas. No se parecía en nada a su Harry, hasta que le sonrió un poco, no era una sonrisa amplia, ni muy sincera pero era su sonrisa y eso la hacía especial, no era tan diferente a su Harry después de todo.

De pronto de encontró preguntándose si seguía siendo tan curioso como de niño, o si tenía esa mirada cómplice cuando hacia travesuras… si le seguía gustando el helado de pistacho y se dio cuenta de que no sabía nada acerca de este Harry pero lo quería descubrir.

-feliz cumpleaños, Harry- le dijo mientras se sacaba un pañuelo hecho a mano de su abrigo y se lo tendía. No había tenido suficiente dinero para compara el boleto del tren y un regalo, aunque le daba un poco de pena que su amigo conociera de sus habilidades en la costura.

-gracias… Draco- le sonrió con más amplitud esta vez, quizá no era tan diferente de cómo lo recordaba.

Las horas pasaron tan rápidas al lado de Harry, la plática era de lomas divertida, las sonrisas cada vez más sinceras departe de este. Harry había cambiado, pero desierta forma seguía siendo el mismo que estuvo con él todas esas tardes entre juegos, tampoco tenía nada que ver con el Harry que respondías sus cartas.

-Dicen que las hojas de los arboles caen cinco centímetros por segundo, son arrastradas como una por el viento… hasta que caen al suelo y se marchitan.

-enserio, Draco?

-no, estas verde Harry.

-baya…que tal hací, eres un sabelotodo, no Draco?

-mmm… no me convence.

Harry bostezo cansado y Draco miro su reloj, 5:55 am. Su tren de regreso partía a las 6:10 am. Draco miro atentamente como Harry estiraba los brazos y bostezaba con más ¿esmero?. Harry abrió los ojos y se encontró con los suyos, esa pequeña chispa de tristeza regreso.

-ya es hora, ¿cierto?- Draco simplemente asintió y Harry se levanto- vamos, te acompaño.

Cuando Draco se levanto se percato que era notablemente más alto que Harry y que este estaba mas delgado de lo que había pensado. Había planeado preguntarle la razón pero no le pareció correcto.

Cada paso que daba le hacía sentir más pesado, de nuevo esa sensación de no querer irse, se sentía tan cómodo allí, de nuevo con la persona a la que más quería, con esa persona que no paraba de sorprenderlo y hacerlo sentir cómodo.

Cuando llegaron a la estación Draco se comenzó a sentir nervioso, angustiado, no quería irse, realmente no quería. Miro de reojo a Harry que le sonreía como aquella vez de niños… como cuando el partió. El altavoz anuncio la llegada de su tren.

-adiós Draco- dijo Harry tendiéndole la mano.

-adiós… Harry- dijo aceptándola, cuando la soltó Harry se dio la vuelta dispuesto a irse. Draco sentía que le faltaba algo cuando miro a Harry avanzar con pasos cortos hacia la salida- Harry!- Draco corrió hacia él, necesitaba un abrazo, volverse a sentir envuelto por esos brazos.

Tan metido iba en sus pensamientos que no se percato que Harry se había detenido y volteado hacia él, no hasta que sintió un fuerte impacto y se encontró en el suelo con unos labios cálidos junto con los suyos. El contacto solo duro un poco ya que Draco se levanto y ayudo a Harry a ponerse de pie.

-lo siento… yo solo quería…-no pudo terminar la frase porque dos brazos fuertes lo abrazaron por la cintura y lo apretó con fuerza. Harry era muy cálido.

-yo también te extrañe Draco- Harry le beso la mejilla y retomo su camino hacia la salida.

-hasta… pronto- susurro Draco y se encamino hacia su tren y se percato de algo, había extrañado mas a Harry de lo que creía, se llevo una mano a los labios tratando de recordar la sensación cálida de los labios de Harry, tenía que volver más seguido, solo tenía que encontrar la forma de que su madre saliera mas seguido.
Notas finales: Gracias por leer, estoy pensando en reescribirlo y hacerlo mas largo, mas trama y sentido, pero no sé, que opinan?

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