No podía dejar las cosas así. No cuando lo amo demasiado.
Suspiré echándome un último vistazo al espejo.
Ridículo~
Escuché la puerta principal abrirse. Me asomé para comprobar si era el. Tenía un par de maletas en sus manos. Se sentó en la pequeña sala.
Era ahora o nunca. Tenía planeado como robar sus besos. Que mi sensación le quedara grabada y nunca olvide mi boca.
Suspiré y salí escaleras abajo.
-Volviste -susurré quedo. Esperaba que notara mi estúpido atuendo. Volteó la cara hacia mí. Esto era lo que quería. Sabía como hacerle para provocarlo.
Traía puesta solo una bata transparente. Mis cabellos rubios estaban peinados detrás de mi oreja y me había colocado un poco del perfume que tanto le gustaba.
Sonreí para mis adentros, observando como se quedaba atónito. No sentía mis piernas, mi cerebro no las obligaba a moverse. Siempre era así cuando su miraba se posaba en mi, dejándome en trance, maravillado por la suave y dulce mirada que sus hermosos ojos transmitían, derritiendo mi interior.
-Yo...olvidé un par de cosas en el armario. - me escaneaba con la mirada. Quizá pensando en lo tonto que lucía. Sonrió.
O pensaba en las miles de cosas que quería hacerme en ese momento.
Mis mejillas enrojecieron, sentí mi cuerpo acalorarse. Con el, siempre me sentía cálido, sumiso y apenado. Porque para mí, el era mi pequeña perfección. Y eso me recordaba el porque estaba a punto de hacer lo que iba a hacer.
Hace un mes, le ofrecieron trabajo en Japón como el nuevo compositor en una gran empresa. Al principio me alegré, con la idea de ir junto con el a un nuevo país.
Pero la estúpida de la encargada, se empeñó en dejarnos en claro que solo lo aceptarían si iba solo. Como si no hubiera notado las intenciones que esa zorra tenía con el.
Entonces, el tenía que elegir entre un buen trabajo y yo. Yo y nuestros 3 años de relación. Yo y mis ridículos momentos cuando lo besaba. Yo y nuestros bellos recuerdos. Yo y mi amor incondicional.
El prometió que luego de un tiempo volvería y me llevaría con el. Pero lo conozco mas de lo que piensa. Y se que sería difícil que no se distraiga y olvide todo el tiempo que pasamos juntos. Que luego de estar entre las piernas de cualquiera, se olvide de que mi corazón lo tiene el.
Porque tenía miedo. Miedo a perderle, a haber dado mi vida por esta relación y que el la desechara como si hubiera sido nada.
Y esta noche, me iba a vestir de azúcar, sacar mis vergüenzas y hacerle lo que nadie jamás le hizo.
Dejarme llevar y convencerlo que su lugar era aquí conmigo.
¿Egoísta? Ambos teníamos un buen trabajo, un lindo apartamento, una vida de ensueño, la felicidad necesaria.
Este era el acto perfecto para retenerlo, lejos de mis miedos y mis penas. Me acerqué despacio hasta topar mi pecho con el suyo.
-Kibum yo... -posé un dedo sobre sus labios.
-Jjong, se que piensas que esto no va a convencerte de quedarte conmigo, pero al menos déjame intentarlo. -lo tomé de la cintura, abrazándolo y comenzando a moverme como si estuviéramos bailando la más suave de las baladas.
-¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué utilizas esto como tu arma? -sentí sus brazos amoldarse a mis caderas, sintiendo el tacto de su morena piel
.
Era cierto. Le estaba dando en bandeja de plata mi preciada virginidad.
-Porque, esta es mi forma de decirte que no te vayas. Que soy capaz de arriesgarme y entregarme a ti solo porque no te quiero lejos. -posé mi mentón sobre su hombro. Si bien me había convencido que esto no era la gran cosa para el, quería al menos que supiera cuanto valía esto para mi.
Te quiero Jonghyun y por ti soy capaz de más.
-Key he tomado una decisión y la sabes.
-déjame intentarlo - lo iba a hacer. Y luego lo dejaría escoger de nuevo.
Tomé sus manos y las dirigí hasta mi trasero, dándole la oportunidad de estrujarlo y tocarlo a su antojo. Soltó un gruñido cerca de mi oído.
Esto es lo que quiero. Es a ti a quien quiero.
Con cuidado deshice el nudo de la bata, dejando que la tela cayera con lentitud sobre mi piel. Sentí su mirada sobre mí.
Sabía que esto era lo que el mas anhelaba de mí. Había sido paciente desde el momento en que le dije que no estaba listo. Dos años y tres meses de abstinencias, donde solo dejaba que me tocara sin llegar a algo más íntimo.
Donde nunca me fue infiel, siempre esperando por mi, por esto.
Tomé preso su labio inferior, comenzando a succionar y cerrando mis ojos, intentando darme fuerzas y no salir corriendo por no estar listo.
Sentí sus toscas manos recorriendo toda mi espalda, impaciente. Me sentía deseado entre sus manos, mi pecho apresado entre su cuerpo. Mi ser se inundaba de ese sentimiento de felicidad.
Quizá pueda tener una oportunidad.
-Key...- no. Simplemente no quería escuchar que tenía que irse. Que iba a dejarme. Sin dejarlo hablar lo aventé hasta el sillón, sentándome a horcajadas sobre el.
Lo amaba. Con el había pasado los mejores momentos. El es la única persona con la que puedo ser feliz, donde puedo ser yo. Me sentía tan bien a su lado.
Y entonces lo recordé.
El había dado todo por mi. Había ido en contra de su propia familia, me había llevado consigo. Me ha amado todo este tiempo.
Era yo el egoísta.
Este era su sueño y estaba a punto de arrebatárselo.
Suspiré. Jonghyun debo amarte demasiado.
Con cuidado me levanté de su regazo, echándome al sillón individual, esperando por las primeras lágrimas que amenazaban con salir. Deseaba su felicidad. Y todo este tiempo creí que el estar a mi lado era su todo. Ya nada importaba.
Levanté mi vista para encontrarme con sus adorables ojos de cachorro demasiado cerca de mí.
-Jjong lo siento yo... -su mano acariciando mi mejilla. Posé la mía encima de la suya, tratando de entrelazar nuestros dedos. Correspondió besando nuestras manos unidas.
-Perdón. -sentí sus cálidos labios en mi frente y un pequeño beso en mi nariz.
Se levantó en busca de sus maletas, subiendo hasta nuestra habitación.
Bien, esta era la última vez que estaríamos juntos y tenía que terminar bien. Que pudiera recordarme.
Lo seguí escaleras arriba, observando como se perdía en el enorme closet.
-Jonghyun -susurré pegado a la puerta.
-Bummie yo... -me acerque quedando de frente a el, tratando de no temblar al acariciar su pecho.
-Si esta es nuestra última noche juntos, quiero que me tomes y me hagas tuyo. Así al menos tendré el recuerdo de tus caricias sobre mi piel -lo abracé no muy fuerte.
Si se iba, si lo perdía, al menos quería quedarme con una sonrisa.
Lo siguiente que noté fue mi cuerpo recostado sobre nuestra cama y el sobre mi cuerpo. Sus besos inundando mi cuello y mi piel llenándose de su tacto.
Era tan maravilloso, la forma en que me acariciaba. Como si tuviera miedo a romperme. Recorriéndome suavemente, aumentando mi temperatura corporal, haciéndome sentir dichoso de al menos haber sido afortunado de compartir un buen tiempo a su lado.
Lo iba a dejar sin aliento, lo amaría incluso más de lo que alguna vez le dije.
Como pude, mis dedos recorrieron la punta de su camiseta, tratando de subirla. Adiós a mis miedos e inseguridades.
-No~ -susurró en mi oído. Creí que había hecho algo mal, por lo que busqué su mirada. Me veía con ternura, con amor.
-¿que?
-Se que aun no estás listo. No quiero que por esto tengas una mala experiencia. -se paró dejándome con una brisa fría sobre mi cuerpo, y no solo por tener la bata abierta, si no que sentía que algo faltaba en mi.
Me acababa de rechazar. ¿Oyen eso? Era mi corazón rompiéndose lentamente.
-¿Eso quiere decir que no me deseas? ¿Te irás sin haber cumplido mi última petición? -Lo intentaba. En serio lo hacía pero las lágrimas no paraban de salir. Me sentía tonto. El no quería esto, no le importaba acostarse con un estúpido niño de 20 años que tenia miedo a su primera vez. Que no lo iba a satisfacer.
Mi pecho dolía, intentaba cubrirme con las frazadas y evitar el frío en mi cuerpo. Entonces sus brazos me rodearon. No quería su lástima pero en serio necesitaba la calidez de su cuerpo. Le correspondí como pude, cerrando mis brazos detrás de su cuello, llorando en su pecho.
-Jonghyun te amo~ -sollocé. No quería sonar débil pero quería que al menos supiera que lo amaba.
-También te amo -de nuevo mis ojos intentaban buscar los suyos.
Allí estaba él mirándome con ternura y amor.
-Y porque lo hago esperaré a que en verdad estés listo.
-Pero en Japón... no creo que te dejen regresar y aparte...- bajé la mirada -sería un poco tonto llamarte para decirte que estoy listo.
Sus besos que tanto me gustaban se sentía bien sobre mis labios.
-Es por eso que me quedaré aquí a tu lado, esperando por ese momento. -No se si era mi mente la que me jugaba una mala broma o el hecho de haber comido montones de helado de fresas que me hacía escuchar cosas absurdas.
-¿que? -Su cuerpo se amoldó al mío, rodeando mi desnuda cintura.
-Que me quedaré Key. En serio es mucho más importante el estar a tu lado que cualquier estúpido trabajo. Te amo y eso me importa más.
Sonreí. Esto no podía ser verdad. Tenía que ser un sueño, uno muy hermoso.
-Te amo Jonghyun -susurré besándolo.
Lo había logrado.
Me arriesgué, no morí y lo logré. El estaba a mi lado y para siempre~
