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¿Por qué amarte está prohibido? por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Jeje bueno, les dejo la primera parte del capitulo, mañana subiré la siguiente, mientras tanto disfruten

Prov. Ichiru


-¡Zero! Que bien que llegaste, hay algo que quiero decirte...-grité y me acerqué a abrazarlo.


-Dime-me respondió sonriendo.


-¿Recuerdas a Takuma?-su sonrisa se desvaneció y fue sustituida por una mueca de desagrado-Me ofreció empleo en la tienda de mascotas. Lo acepté para ayudarte con los gastos de la casa mientras esté aquí y porque dijo que podría servirme para cuidar bien de Sakurai.


-¡Vaya! ¡Por fin elegiste nombre para el gato!


-Takuma lo sugirió y como me pareció lindo decidí dejarle ese nombre.


Nuevamente hizo una mueca de desagrado, no entiendo el porqué de su reacción, siempre sonríe a todo lo que le digo pero con esto fue diferente.


-Pero bueno, ¿Qué tal te fue hoy?-pregunté para romper el ambiente tenso que se había creado.


-Bien supongo, no hubo muchos clientes así que fue un día tranquilo-caminó hacia la cocina con varias bolsas, me quedé mirando esperando que dijera algo más pues se veía triste, al parecer algo no le salió bien-Por cierto-salió de la cocina y volteó a verme-Invité a Yuuki a comer, así puedes conocerla; te aseguro que te caerá bien-me sonrió.


-¿Te ayudo en algo?


-Claro, será divertido preparar algo juntos de nuevo; solo esperemos que no resulte un caos como esa vez...-rió.


Pensé que lo había olvidado, eramos muy pequeños cuando eso pasó pero para mi significó mucho


Flash back


-Vamos Ichiru, ayudaremos a mamá a preparar galletas-sonrió y tomo mi mano.


-¡Sí! ¡Galletas!-apreté su mano y caminamos a la cocina.


Mamá dejó todo preparado y nos dijo lo que debíamos hacer.


-¿De acuerdo?-preguntó, Zero y yo asentimos y comenzamos a preparar la mezcla.


Seguimos tomados de las manos mientras mezclabamos los ingredientes, pero no consideramos que estando así podíamos tirar algo o atorarnos.


Ocurrió lo que era de esperarse, tiramos la mezcla aún sin terminar, quedamos cubiertos con ella y mamá se molesto; nos mandó a limpiarnos y decidió que lo mejor era que la ayudaramos en otra ocasión.


-Lo siento-dije-Si hubiera hecho lo que decías esto no hubiera pasado. Siempre te meto en problemas, no es la primera vez-lo miré arrepentido.


-No te preocupes por eso, ya habrá otro momento para hornear galletas.


Agaché la mirada, me sentía mal porque siempre afectaba a Zero aunque no fuera mi intención. Por mi culpa no podía salir a jugar o ir al parque, siempre se quedaba a hacerme compañía.


-¡Lamento que no puedas hacer muchas cosas gracias a mi!-dije entre sollozos.


-Ichiru, yo te quiero, por eso es que no me quiero alejar de ti-me dio un pequeño beso en los labios y me abrazó.


Fin flasback.


En ese momento no lo noté, no reaccioné de ningún modo porque no entendía lo que pasaba; pero tiempo después, al recordarlo, me di cuenta de que fue la más grande prueba de que me amaba.


-Exacto, me amabas...-suspiré tristemente.


-¿Qué dices Ichiru?


-Nada-esbocé una fingida sonrisa-preparemos la comida... Y yo aún te amo, pero dudo que tu lo hagas, han pasado varios años y hasta ahora intentaste buscarme; yo lo intenté muchas veces, por eso estaba en ese internado, para que pudieran vigilarme y evitar que regresara contigo. Zero, si supieras cuanta falta me has hecho... Pero lo sabía antes de volver, olvidaste que dije que te amaba y que quería estar contigo siempre; solo yo fui tan tonto como para creer que seguirías sintiendo lo mismo. Aún así, por estar contigo una vez más, decidí no recordarte lo que siempre he sentido-pensé.


 


Prov. Zero


-No tengo idea de que planea Yuuki, dijo que me ayudaría pero no entiendo como. Además está ese chico... Aunque me duela aceptarlo Ichiru es feliz con él, es solo mi hermano...-sacudí la cabeza para borrar esa idea-Yuuki tiene razón, me anamoré aún sabiendo que es mi hermano, solo debo pensar en lo que siento.


-Zero... ¿Cómo dijiste que debo hacer esto?-la voz de ichiru me sacó de mis pensamientos.


-Es fácil-me acerqué a él-Solo debes hacer esto-comencé a explicarle de nuevo.


-Te volviste muy bueno en la cocina-sonrió.


-No tenía muchas opciones, vivo solo casi desde que nos separamos. De vez en cuando papá venía y traía las compras o me llevaba a la escuela pero insitía en que pronto haría todo por mi mismo. Lo agradezco a pesar de todo, fue divertido aprender a cocinar y cuidarme yo solo, me ayudó a madurar-suspiré.


-¿Me enseñarás a cocinar verdad?


-Claro, así podríamos cocinar juntos siempre-se sonrojó y desvió la mirada-Anda, sigue con eso que ya casi es hora de la comida.


Aunque lo disimulara estaba nervioso, no tenía razón para estarlo porque de todos modos había decidido decirle varios días después para aclarar bien mis sentimientos.


Terminamos de preparar la comida, arreglamos la cocina y pusimos la mesa.


-Esta vez salió todo bien-lo tomé de las manos y lo miré a los ojos, él se sonrojo un poco; lo tomé de la barbilla para besarlo cuando oímos el sonido de un cascabel.


-¡Mira quien despertó!-dijo Ichiru acercándose a Sakurai.


-¿Por qué tiene un cascabel?


-Es su placa ¿Ves?-lo cargó y me enseñó el cascabel que tenía atado al cuello-Takuma dijo que a Sakurai le gustan los cascabeles, por eso pensé que sería buena idea ponerle uno con sus datos.


Le dí la espalda, no podía soportar que hablara de él; me llenaba de celos pensar que estuviera enamorado de él y que, como fue mientras estuvo enamorado de mi, por eso hiciera caso a todo lo que decía.


-¿Te sientes bien?-preguntó intrigado, bajando a Sakurai y acercándose a mi.


-Claro que estoy bien-voltee a verlo con una sonrisa fingida.


-¿Qué tienes? Actuas raro desde hace unos días-acercó su rostro al mio, acarició mi mejilla y me miró confundido. Acaricié su mano y la aparté de mi rostro, entrelazando sus dedos con los míos.


-Ichiru... Yo... Te... Te...-aceruqé lentamente mis labios a los suyos, tembló un poco y se sonrojó en exceso.


Estaba a punto de besarlo cuando el timbre sonó, haciendo que me separara rápidamente de él.


-Debe ser Yuuki, iré a abrir-solté su mano y caminé tan rápido como pude hasta la puerta de entrada.


Mi hermano agachó la mirada, tocando su pecho con una mano y cerrando los ojos.


Me sentía mal, pero no podía hacerlo, no en ese momento; debía esperar que llegara el indicado, esperar hasta que ambos estuvieramos listos.


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