Prov. Ichiru
-¡Vamos Sakurai! Es hora de irnos-me agaché a buscarlo bajo la cama.
-¿Qué haces?
-Esto... No encuentro a Sakurai y no quiero que regrese y no haya nadie que lo acompañe o lo alimente-respondí sin levantarme.
-Por si te interesa, está en la cocina-volteé a verlo rápidamente-Le dí de desayunar antes de irnos, se veía hambriento ¡Y como no si ya es hora de su comida! Tienes que concentrarte.
-¡Zero!-mis ojos se iluminaron y corrí a abrazarlo-Eres grandioso, no podría vivir sin ti.
-Vamos, tomas las cosas y sígueme. Ya es hora de irnos.
Salimos y fuimos a casa de Takuma.
-Recuerda portarte bien, haz todo lo que él te diga ¿De acuerdo?
Sakurai solo maullaba dando a entender que se portaría bien.
-No tienes de que preocuparte, sólo estaremos fuera un día y él es muy obediente-acarició al gato.
-Es aquí-nos detuvimos.
-Haz lo que tengas que hacer y vámonos, te espero allá-caminó hacia la esquina.
Toque la puerta y tras unos minutos Takuma salió, estaba aún despeinado y aún traía puesta la ropa con la que acostumbra dormir.
-Lamento despertarte-lo miré sonrojado.
-Ni lo menciones-bostezó y se estiró-Te dije que algún día me verías recién levantado.
-No creí que hablaras en serio... Te ves bonito-susurré y miré al suelo para evitar su mirada.
-¡Mira quien habla de verse bonito!-pellizco mis mejillas.
-Esto... Bueno... Yo...
-No tienes porqué reaccionar así-sonrió-Sabes que lo pensé desde que te conocí.
-Em... Aquí está Sakurai, creo que no necesito explicarte lo que hay que hacer, lo sabes mejor que yo-me sonrojé todavía más.
-Claro no te preocupes, lo cuidaré bien.
-Gracias-le dí algunas cosas y cargó a Sakurai-Volveré mañana como a esta hora-me despedí y caminé hacia Zero.
-Cuídate, nos vemos mañana-sacudió una patita del gato a manera de despedida.
Prov. Zero
No había dejado de verlo ni un segundo, se suponía que sólo le dejaría a Sakurai y volvería, no entiendo porque tarda tanto y lo que definitivamente no soporto es que lo toque con tanta confianza; Ichiru siempre ha sido muy ingenuo e inocente, hay muchas cosas de las que no se da cuenta...
Debería tener más cuidado, acciones así pueden malinterpretarse.
-¿Listo?-lo miré entregado cuando regresó porque estaba totalmente sonrojado, asintió y seguimos nuestro camino-¿Te sientes bien? Estás todo rojo.
-No es nada, sólo que fue extraño ¿Sabes?-me miró confundido-Takuma ya me había contado como se ve al despertar e incluso una vez me dijo que lo vería recién levantado y él a mi-dio un profundo suspiro-Pero no creí que pudiera pasar.
No respondí, lo que acababa de decir me paralizaba; esperaba que sólo fuera que estaba malinterpretando la situación y no fuera lo que imaginaba...
El pensar que un día se despertaran juntos me encelaba, no podía considerar la posibilidad de que estuviera con alguien más y menos aún ahora que tenía todo preparado para declararme y hacer una vida junto a él.
Cuando llegamos los ojos de Ichiru se iluminaron, aún no entendía muy bien que lo emocionaba tanto.
-Desde que sugerí que vinieramos te noto feliz... ¿Por qué?
-¿No lo recuerdas?-respondió un poco desanimado-Un día salimos con mamá y papá de paseo, nos llevaron a muchos juegos y tu quisiste ir a uno, era la casa de los sustos ¿Recuerdas?
Flash back
-¡Vamos a entrar Ichiru!-me miró un poco asustado-Todo estará bien, confía en mi-le extendí la mano.
-Está bien, vamos-tomó mi mano.
Al entrar no logramos ver nada, todo estaba oscuro y era lo más normal pero a Ichiru no le gustaba; también había música para ambientar, era como la de muchas películas de terror. Una ligera luz roja iluminó el camino, indicando que debíamos comenzar el recorrido.
Todo parecía estar cubierto de telarañas y animales que se usan para asustar; yo estaba emocionado pues siempre me ha gustado lo relacionado con el terror pero Ichiru caminaba muy despacio, con los ojos entrecerrados y apretaba fuerte mi mano.
De pronto una especie de monstruo apareció frente a nosotros haciendo sonidos extraños y amenazando con atraparnos; Ichiru me soltó y salió corriendo, lo seguí de inmediato y al encontrarlo estaba sentado en el suelo abrazando sus rodillas.
-¡No quiero estar aquí Zero! Vámonos por favor.
-Pero necesitamos terminar el recorrido para salir...-me coloqué a su altura, levanté su rostro y lo miré a los ojos-Todo va a estar bien, estás conmigo ¡No dejaré que nada te pase! Siempre te voy a proteger... Mientras estés a mi lado nada malo te pasará-lo besé dulcemente y lo abracé tan fuerte como pude.
Fin flashback
No dije nada, no sabía que responder; me era difícil comprender porqué muchos de los recuerdos que tenía los había olvidado y ahora que estaba de nuevo con él volvían a mi.
Después de un rato en silencio elegimos el primer juego al que iríamos: subimos a la montaña rusa y él era el más emocionado, desde que estábamos en la fila para subir saltaba de un lado a otro y durante el recorrido estuvo muy entusiasmado.
También fuimos a tirar dardos, a la casa de los espejos, a la rueda de la fortuna, al carrusel; comimos helado, algodón de azúcar y un montón de cosas que, de no haber sido por él, no hubiera comido pero en ese momento lo más importante para mi era complacerlo.
Antes del atardecer insistió en ir a una última atracción, para mi sorpresa la misma que la de nuestro recuerdo.
Prov. Ichiru
-¿Estás totalmente seguro de querer ir ahí?
-Zero, ya no soy un niño-le reproché-Además, prometiste cuidarme; dijiste que nada malo pasaría mientras estuviera a tu lado ¿No es cierto?
-Así es, siempre te protegeré-acarició suavemente mi mejilla.
Sabía que lo haría, el nunca rompe sus promesas, ha sido así desde que lo recuerdo y es una de las cualidades que más me gustan de él.
Cuando salimos me pidió que lo acompañara, fuimos a un lugar en el que había poca gente, la mayoría eran parejas que se abrazaban y besaban; no pude evitar sonrojarme, supuse que ir ahí tendría un significado especial y que sería un momento que nunca olvidaría.
-¿No te encanta la puesta de sol?-sonrió.
-Es hermosa-lo abracé por el cuello y recargué mi cabeza en su hombro.
-Cada que la veo pienso en ti: sólo puedes apreciarla durante unos cuantos instantes y después desaparece... Dura muy poco pero mientras la veo nada más importa.
Me sonrojé como nunca antes, acaso... ¿Estaba declarándome su amor? Eso parecía, nunca antes había sido tan feliz, definitivamente ese sería un día que no podría olvidar.
Fuimos a hospedarnos a un lugar cerca de allí, Zero fue a la recepción y pidió una habitación.
-¿Vamos a compartirla?-le pregunté sumamente emocionado.
-No hay ningún problema, somos hermanos después de todo.
Me sentí devastado, hasta antes de llegar ahí creí que Zero sentía lo mismo que yo y escucharlo decir eso, aunque fuera cierto, desvanecía todas mis esperanzas.
Caminé junto a Zero hasta la habitación completamente desanimado, él se veía igual que siempre y eso sólo me hizo sentir peor.
-Estoy cansado, me iré a dormir-dije con la voz un poco cortada.
-Claro, descansa-me miró confundido.
Me recosté en la cama sin siquiera cambiarme y por mis ojos comenzaron a brotar algunas lágrimas.
-¿Por qué? ¿Por qué justo ahora que era tan feliz debía volver a la realidad?-sollocé hasta quedarme dormido.