Prov. Zero
Llevaba toda la noche despierto, a pesar de haber venido a dormir tarde y de estar cansado no lograba conciliar el sueño; miré el reloj y marcaba las tres de la mañana.
-¡Perfecto!-susurré con sarcasmo-En el mejor momento surge uno de esos episodios de insomnio... Nada podría ser mejor.
Me levanté y fui a la habitación de Ichiru, entré silenciosamente y se encontraba durmiendo tranquilamente con Sakurai a su lado.
-Este será un día especial-susurré a su oído y lo besé dulcemente en la frente.
Salí y fui directamente a preparar la bañera, seguramente después de eso podría dormir; en cuanto estuvo lista me sumergí en el agua caliente con miles de recuerdos y pensamientos en mente.
Pasé casi una hora dentro, intentando relajarme y despejarme de todo lo que me impedía dormir; el agua empezó a enfriarse y no tuve más remedio que salir.
Volví a mi habitación y me recosté en la cama, sólo habían pasado unos minutos después de las cinco. Aún tenía la esperanza de dormir aunque fuera un poco, hasta que los rayos del sol se abrieron paso por la ventana y el despertador sonó.
Repetí lo que había hecho horas antes y al salir del baño encontré a Ichiru.
Prov. Ichiru
-¡Buenos días Zero!-lo miré sorprendido, únicamente traía una toalla amarrada a la cintura-No deberías andar así...-me sonrojé-Podrías enfermarte.
-Estaré bien, no te preocupes-acarició dulcemente mi rostro y se dirigió a su habitación.
-¡Zero!-volteó a mirarme-Nada... ¡Olvídalo!-suspiré y él sólo sonrió y continuo con su camino-Son sólo ideas mías ¿Cierto?-levanté a Sakurai-Debió ser un sueño, no creo que eso en realidad haya pasado ¿O sí?-ronroneó y se restregó contra mi.
Regresé a mi habitación y comencé a arreglarme, al salir encontré a Zero preparando el desayuno.
-¿Te ayudo en algo?
-Claro, me vendría bien...
Cocinamos juntos y al terminar mientras él preparaba la mesa yo alimentaba a Sakurai que salió en cuanto terminó su comida. Zero se veía distraído, noté que algo lo tenía nervioso y por eso parecía ausente.
Terminado el desayuno se despidió de mi y salió, después de algunos minutos también salí; caminé muy despacio hasta la tienda pensando en Zero, nunca lo había visto así y estaba preocupado.
-Buen día Takuma-suspiré.
-¿Te encuentras bien?-asentí con una sonrisa fingida-Tus ojos dicen lo contrario-se acercó a mi.
-Estoy un poco preocupado, pero nada grave.
-¿Podría saber la razón?
-Yo también quisiera saberlo...
Me tomó de la barbilla y me miró fijamente, me sonrojé al instante, él sólo sonrió y me abrazó.
-Todo saldrá bien, estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. Confía en mi, te protegeré.
-Zero...-susurré muy bajo aferrándome a él.
Un cliente llegó y Takuma me soltó, levantó mi cabello, me besó en la frente y fue a atenderlo.
¿Por qué siempre me pasaba esto? ¿Por qué todo lo que Takuma hacía me recordaba tanto a Zero? ¿Por qué Takuma estaba tan pendiente de mi si a penas me conoce? Esto no está bien, todo a mi alrededor me llenaba de dudas y cada vez surgían más. Quería entender porqué me sentía así y necesitaba hablar con Takuma así que esperé hasta salir.
-¿Qué te motiva para cuidarme tanto?
-¿No te has dado cuenta?-rió ligeramente-Ichiru ¡Me gustas! Ha sido así desde el primer día de te vi.
-¡Takuma!-me sonrojé-No digas esas cosas...
-Es la verdad, me gustas.
-Bueno... Yo... No sé que decir-agaché la mirada-Lo cierto es que estoy enamorado de alguien más y no pudo corresponderte.
-Tranquilo, no tienes de qué disculparte-levantó mi rostro-Mis sentimientos no cambian la realidad; nosotros somos amigos y mientras lo desees eso no cambiará. No quise decírtelo para que no te sintieras comprometido.
-De momento creo que sería mejor seguir siendo amigos.
-Así será-besó mi frente-Y en verdad no te preocupes, que ahora lo sepas no tiene porqué modificar nuestra amistad. Cuídate, nos vemos la próxima semana-se alejó.
No lograba entenderlo, ¿Cómo podía estar tranquilo después de saber que no es correspondido? En su lugar estaría devastado, no soportaría saberlo.
Entre a casa y Zero ya estaba ahí, era extraño, siempre llego antes que él.
-¡Que bueno que llegas Ichiru! Quería pedirte un favor.
-Claro, lo que sea.
-Yuuki me pidió que la acompañara a un lugar pero tengo algunos pendientes y no puedo... ¿Irías con ella?
Accedí y fui a su casa a buscarla, me llevó a una plaza y fuimos a comer helado; yo sólo tomaba una pequeña porción y la observaba algunos minutos para después regresarla.
-¡Dilo de una vez!-sentenció.
-¿A qué te refieres?
-Zero y tu son casi idénticos, en su mirada puede verse cuando algo ronda su mente. Puedes decirme lo que sea, tal vez te haga sentir mejor.
-¡No entiendo el amor! ¿Cómo saber que estás enamorado? ¿Cómo evitar amar a quien no debes? ¿Cómo no sufrir si no eres correspondido?
-Para empezar no intentes entenderlo, no hay forma de saber que lo sientes; no hay síntomas ni nada por el estilo sólo lo sientes y nadie más que tu sabe si es real. Estos suena cursi pero el amor no es para sufrir... Si no siente lo mismo que tu no puedes forzarlo. Puedes esperar que surjan los sentimientos o estar satisfecho con la felicidad del otro-suspiró-Son muchas cosas y cada quien decide como llevarlas.
Conversamos un rato más y regresamos a casa, aún faltaba tiempo para el atardecer pero dijo que lo mejor era regresar.
-Gracias por acompañarme, y no lo pienses tanto... Di lo que sientes cuando lo sientes y como lo sientes, no pierdas ninguna oportunidad. Vida sólo hay una y debes vivirla al máximo-se despidió.
Lo que dijo me hizo reflexionar, siempre he pensado mucho las cosas antes de poder decirlas y en parte eso me alejó de Zero; pero ahora sería diferente, no volvería a ocultar mis sentimientos.