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El ejército de dios. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

HOLA! Aquí la entrega No. 17 (como el sexy androide, como me gusta el tipo :D ) que lo disfruten!!!! 

Pasaron dos semanas, en las cuales los chicos seguían entrenado día y… bueno, en realidad solo de día. Las semillas del ermitaño correspondientes a Broly y Vegeta seguían bajo el poder de Kakaroto, pues no habían hecho falta, los chicos ya se medían más en sus combates. Para mala suerte de Kyou, sus amigos se contenían para golpearlo, generándole daños menores y de absoluta irrelevancia, aun si él no tenía consideración contra ellos. Por otro lado, las relaciones entre ellos se estaban viendo cada día más enredadas y confusas, las dudas, celos, secretos, y desconfianza, estaban agobiando a los chicos.
-ya van estos dos otra vez…- dijo Krazack a su hermano escuchando desde la sala a Droxx gritarle cosas sin sentido a Broly, quien por supuesto, no se quedaba de brazos cruzados.
-me estoy hartando de esto… pero al menos ellos hacen cosas diferentes, ¿en serio Raditz y Turles no hacen otra cosa?- contestó Kyou tapándose la cabeza con un cojín del sillón para evitar escuchar los quejidos de esos muchachos.
-maldición… ¿no podemos irnos de aquí? A donde sea que quede lejos de estos tipos, no conocen el silencio- se quejó el menor subiendo inútilmente el volumen de las chicas en la TV.
-no, no podemos irnos, y menos ahora, ese estúpido Kakaroto tiene que descuidar las semillas, o debe de hacer algo, en cinco días iremos por más, no puedo esperar para poder eliminar a todos estos imbéciles de una vez…- respondió Kyou apretando la almohada contra su rostro.
-¡maldita sea! ¡¿Cuándo vas a madurar siquiera un poco?! - se escuchó la voz de Broly regañar a Droxx por alguna estupidez de las que solía decir el chico.
-¿sabes qué? Prefiero quedarme “inmaduro” como tú dices, hablas de esas cosas ñoñas, pero no cumples con ninguna sola regla de las que impones ¡eres un maldito loco pervertido mentiroso!- contestó Droxx intentando escapar por la puerta.
-¡maldición, ¿Por qué todo tienes que tomártelo a mal?!- exclamó el otro chico desde adentro de la recamara.
-¡púdrete! ¡Me caías mejor cuando eras mi amigo! ¡Antes de que admitieras que eras una maldita perra gay!- contestó Droxx bajando las escaleras bastante furioso.
-¡mira quién lo dice!- alcanzó a decir Broly antes de azotar la puerta donde casi la rompe.
-¡hijo de…! Que no soy gay…- contestó para sí mismo y caminó hasta los hermanos Miki.
-si claro, y yo no soy peli-azul natural…- se burló Krazack y Droxx se sobresaltó, pues no creyó que lo escucharan.
-¿y ahora que pasó? – preguntó Kyou sin dejar de ver la pantalla.
-¡pues el idiota de Broly es un enfermo pervertido con todos!- respondió el chico alocando sentándose a un lado interesado en las mujeres provocativas del televisor.
-eso ya lo sé, ¿pero por qué lo dices esta vez? -  reiteró el castaño mirándolo de reojo.
-fuimos con el inútil de Kakaroto, con unos de sus inútiles amigos, y uno llamado Yamcha, comenzó a charlar con la perra de Broly, pero este tarado intentó besarlo… ¡en mis narices! ¡¿Qué le pasa?!- gritó enojándose otra vez a modo de respuesta. Krazack y Kyoy se aguantaron la risa ante eso, la escena debió haber sido muy divertida, Broly sí que ya estaba muy mal.
-sabes Droxx… también me caías mejor antes de que admitieras que eres una maldita perra gay…- dijo Kyou muy seriamente seguido de un suspiro. Droxx se quedó fijo en el suelo sin contestar a nada, era claro que él también había visto un cabio radical en su comportamiento, ahora actuaba tan… gay.
-sí, ahora eres una adolecente celosa…- agregó Krazack recargándose en el sofá.
-maldición…- susurró Droxx sabiendo que eso era cierto, se puso de pie y caminó hasta el refrigerador sacando una cerveza, era un aparato nuevo que la linda Bulma se encargó de regalárselos, pero los huecos en las paredes seguían ahí, no parecía incomodar a nadie.
- solo digo que deberías ser menos directo…- escucharon la voz de Kakaroto a unas millas de ahí.
-para acabarla…- dijo Kyou quejándose y Droxx solo levantó una ceja sin entender de lo que hablaban.
-¿para qué? ¿De qué sirve que les mienta diciendo que son fuertes o estupideces por el estilo? ¡Son unos insectos!- contestó Vegeta ya un poco más cerca.
-¡pero son mis amigos!- exclamó Kakaroto y Krazack rio ante eso.
-si hasta nosotros nos considera basura, ¿Qué no va a pensar de los débiles terrícolas?- comentó ante las palabras de Vegeta riendo al igual que Kyou, pero para Droxx que estaba al lado, sus palabras no parecían tener sentido, pues solo decían comentarios al azar.
- pues no le veo el caso a eso, son unas ratas inservibles, débiles e inservibles…- contestó el príncipe con ese tono supremo que resaltaba su voz.
- ¡que no les llames así!- gruño Kakaroto furioso.
-¿acaso eres idiota y no te das cuenta de sus habilidades?- atacó Vegeta en ese tono burlón y sarcástico que usaba siempre.
-¿Qué dijiste?- Kakaroto apretó los puños conteniendo la rabia inminente, sosteniendo un rugido apretando la quijada fuertemente.
-¿aparte de idiota eres sordo?- preguntó el príncipe sonriendo con maldad,  justo cuando aterrizaron en la cocina entando a través de la pared destruida.
-Vegeta… no se puede racionalizar contigo… a veces pareces una bestia…- musitó Kakaroto intentando tranquilizarse ante las miradas extrañadas de sus tres compañeros sobre el sofá.
-si lo sabes, entonces deja de intentarlo…-respondió aun en tono de burla subiendo las escaleras despreocupadamente.
-maldita sea…- dijo el joven comandante para sí mismo avanzando hacia sus amigos y sentándose a un lado de Droxx.
-y el premio a la escena más patética es para…- dijo Kyou con voz burlona imitando a los presentadores de la televisión, silenciando como para esperar que un letrero gigante apareciera frente a todos con el nombre del victorioso.
-ya cállate imbécil…- contestó Droxx con seriedad, pues parecía que el nombre en su imaginación era suyo.
-… Droxx… siento lo de Yamcha…- se disculpó Kakaroto recordando que el chico salió volando muy enojado del lugar después que Broly hiciera otra de las suyas.
-no te preocupes… el chico no tiene la culpa… es más, hasta intentó zafarse…- respondió Droxx apretando el puño, pues fingía total calma y normalidad.
-no eres al único al que le ha ido mal hoy…- comentó el comandante hablando en un tono casi imperceptible para su amigo, pero aun así asintió ante sus palabras.
-mierda… voy a dar una vuelta…- anunció Droxx levantándose, Kyou se levantó al instante caminando detrás de él, Droxx lo miró de reojo, quería estar solo, pero también quería hablar, así que esperó a su compañero hasta que ambos avanzaron a la par.
-sube el volumen…- ordenó Kakaroto a Krazack y este obedeció de inmediato. Pasaron unos minutos en donde realmente ninguno de los dos estaba observando las imágenes sobre la pantalla, ambos impacientes por desahogarse y entablar una conversación, solo que por motivos muy diferentes. Kakaroto no tenía amigos ahora, Broly y Droxx ya no eran opción, y sus dos familiares, siempre se tomaban a mal todo; en cambio Krazack se estaba volviendo loco con el sonido de las semillas producido cada vez que el pecho de su comandante subía y bajaba conforme su respiración.
-oye…- dijeron al mismo tiempo y callaron dándole la palabra al otro.
-lo siento… habla…- susurró Kakaroto mirando al chico.
-en realidad iba a decirte que me contaras lo sucedido… bueno si quieres claro…- ofertó Krazack y Kakaroto suspiró pensativo, miró a las escaleras un tanto nervioso y se acercó al muchacho con miedo de ser escuchado por su príncipe. –No te preocupes, está ocupado maldiciendo a alguien…-dijo Krazack escuchando como Vegeta no paraba de insultar a una mujer con bastante recelo “-estúpida mujer, es una engreída… ¡¿Cómo se atreve a hablarme así?! ¡Es una insolente!-”.
-¿Cómo dices eso? ¿Acaso alcanzas a escucharlo?- preguntó el otro muchacho mirando nuevamente a las escaleras a su lado derecho.
-ammm… si recuerda, nuestro oído es como el de un Namek… son casi susurros para mí, pero estoy seguro que no podrá escucharnos…- aseguró y Kakaroto asintió levemente con la cabeza. Se quedó fijo en el suelo y dejó escapar otro suspiro lleno de desesperación.
-no sé qué le pasa… -comenzó y junto las manos al frente apoyado en sus rodillas. –Él no era así…- Krazack rio ligeramente ante eso.
-sí, él si era así…- contestó el chico muy seguro de sí mismo. Kakaroto se sobresaltó ante eso abriendo los ojos grandes.
-¿Por qué dices eso?- el ceño del comandante se frunció notablemente, al parecer la respuesta del chico le molesto por alguna razón.
-por qué es la verdad, él era así solo que tú no te dabas cuenta…-contestó el más joven con seriedad en la mirada y remarcando cada palabra.
-no, él era diferente, ahora parece otra persona…- insistió el otro chico y Krazack soltó un suspiro buscando una clara respuesta para eso, el amor estaba cegando a su comandante.
-explícame en que es diferente…- indicó el Metirol y Kakaroto volvió a su rostro serio y pensativo, ordenando las razones en su mente.
-es un engreído prepotente…-
-eso ya lo era…-
-es un egoísta déspota…-
-también ya lo tenía…-
-es un necio caprichoso…-
-desde siempre…-
-no desea nada más que su propio beneficio y hacerse más fuerte que todos…-
-ya lo sabía…-
-no le importa nada ni nadie, actúa como si en verdad nada en él universo le mereciera…-
-eso es evidente…-
-actúa frío y distante todo el tiempo…-
-eso lo sabe hasta el gran patriarca en Namek…-
-¡¿Cómo es que no me di cuenta antes?!- gritó Kakaroto bastante molesto, pues el chico actuaba con normalidad recalcando la actitud de Vegeta, para él era algo que acababa de descubrir, pero Krazack encontraba evidente cada una de sus características.
-por qué no lo conocías, no lo suficiente, me sorprende que hasta yo sepa más de él que tú, se supone es tu novio, deberías saberlo todo sobre él…- explicó el peli-azul y Kakaroto lo miró con desconcierto, repasando en su mente cada instante que había compartido con el príncipe. –Ahora te das cuenta porque pasas todo el día con él, aunque le frecuentaras en Vegita, no eras testigo de sus berrinches y caprichos, actuaban como novios, ahora eres tú el que carga con todos sus deseos y necedades de príncipe…- añadió Krazack y el otro joven frunció nuevamente el entrecejo, pero en esta ocasión, la furia se mezclaba con sorpresa, pero más que nada, con la cruda cara de la realidad. Si bien, lo que decía el chico era muy cierto, Vegeta tenía servidumbre que se encargaba de su comida, sus platillos eran los más suculentos en el universo, su cuarto era más grande que toda la casa donde ahora vivían ocho sujetos, su poder y palabra eran absolutos; ahora solo se quejaba de la porquería de tener que cazar su comida, de su reducido espacio personal, de tener que aguantar a esos sujetos, de que ya no le obedecieran, de que su planeta era añicos, de que él era un  sangre pura y no debía estar jugando al niño bueno escondiéndose como cobarde detrás de una muerte falsa y que los asquerosos terrícolas solo estorbaban en su plan, que exterminarlos sería un modo de entrenamiento.
-además, debo admitir que si cambio, pero solo contigo, ahora te muestra su cara verdadera, te trata como al resto, como a uno más…- esas palabras lograron atravesar el rostro endurecido del comandante, estaba diciendo que para Vegeta, ¿él ya era solo uno más?
-el me ama, lo se…- contestó a la defensiva, Krazack lo miró incrédulo ante sus palabras, lo decía tan seguro, pero en el fondo, sabía que desconfiaba de su misma afirmación.
-no lo dudo… pero así son las cosas, no cambió, solo se mostró como es, se quitó su ridícula mascara…- reiteró el muchacho y Kakaroto sintió otro golpe en el pecho, como si se quedara sin aliento repentinamente, invadido por la rabia y desconfianza a sus mismas ideas.
-no, no te creo… no es verdad…- La voz del chico, cortada por el nudo el garganta, demostraban la mayor inseguridad posible, como si quisiera convencerse a sí mismo de que las cosas no podían ser así. Krazack miró a través de los cristalizados ojos del chico, estaba sumergiéndose en sus propios engaños y desesperación, vendado y negándose a ver la realidad tal como era, por la sencilla razón de creer vilmente en sus sentimientos; respiró profundo y sintió una herida en su corazón, como si la situación de su amigo se asimilara a la de él mismo hace unos años, negándose ante lo evidente y aferrándose a un amor incierto.
-dime una cosa… ¿sabes por qué todos aquí odiamos a Vegeta?- preguntó y los ojos de Kakaroto se sobresaltaron ante esa pregunta, sabia de sobra que todos sentían una clase de resentimiento hacía él, pero a veces llegaba a pensar que ese sentimiento estaba lejos del odio. Recapituló muchas escenas en sus pensamientos, ¿Por qué lo odiaban?, no sabía si esa pregunta no tenía respuesta, o si eran demasiadas que no pudo enumerarlas. Los desprecios, humillaciones, insultos, desplantes, todos esas palabras que dedicó a su pelotón incontables veces, se repetían ahora con gran detalle, como si volvieran a pasar frente a sus ojos. Entonces creía que Vegeta llegaba a estar “jugando” cuando decía algo como eso, pero esa idea era quizá algo que él mismo imaginó para hacerse sentir más envuelto en sus mentiras; para sus compañeros, definitivamente ni una sola palabra que dedicó su príncipe a ellos, era alguna clase de “juego” era obvio que todas y cada una de ellas lastimaron su orgullo haciéndolos sentir rebajados, y aun con eso, su escuadrón seguía respetándole y tolerando sus más recientes muestras de desprecio. Vegeta no se inmutaba con nada de eso, no se arrepentía, al contrario, su nivel de egocentrismo aumentaba considerablemente, entonces, lo que pasaba ahora, no era más que la verdadera personalidad y pensamientos de Vegeta que estuvo negándose el mismo. Sí, en efecto, Vegeta si era el mismo de antes, pero admitirlo le dolía demasiado.
-¿entonces por qué ahora se muestra así conmigo?- preguntó dando por contestada la cuestión anterior, pues ahora su mirada demostraba a Krazack que la verdad y realidad recaía sobre el chico aplastándole.
-porque ya no hay razón para seguir ocultándose, al contrario, se muestra más a si mismo recalcando su realidad, ya no posee un reino, pero su ego insiste en querer ser superior al resto. Te trataba bien porque estaba dentro de sus posibilidades, y por qué tampoco te conocía lo suficiente…- eso ultimó logró que Kakaroto cerrara la quijada con fuerza, al igual que los puños que apretó duramente, la idea no le entraba en la cabeza, ¿estaba diciendo que por ser como es Vegeta ya no lo quería igual?
-¿Qué hay de malo conmigo?- preguntó bastante molesto, conservando la poca cordura que aún había dentro de él.
-nada, precisamente eso es lo que exaspera a Vegeta… piensa un poco “comandante” ¿Por qué el príncipe era tan considerado contigo? Eso que ahora ya no necesitas y a él le cuesta aceptar, le cuesta creer que seas el mismo, por que parecen dos personas diferentes también…- respondió Krazack con suma tranquilidad, cosa que ahora Kakaroto comenzaba a necesitar. “¿Por qué era considerado conmigo?” pensó indagando en su cerebro para formular una respuesta, recordó entonces las veces que iban a conquistar planetas juntos, donde eran las pocas oportunidades que tenían para cruzar palabra, pero a decir verdad, sus conversaciones eran cortas y carecían de información, se basaban en obsoletas adulaciones a sus ataques. Su pensamiento se quedó frío ante eso último que atravesó sus recuerdos, cambiando incluso su expresión, ¿era su manera de destrucción y combate lo que deleitaban al príncipe saiyajin? Meditó esa idea unos segundos, la sonrisa malévola y fría no desaparecía del rostro de Vegeta ni un segundo cuando destazaban personas y criaturas del espacio, era claro que el príncipe disfrutaba mucho esos enfrentamientos, al príncipe le encantaba la crueldad y violencia. “¿En verdad no lo conocía?” formuló esa pregunta convencido de la idea de sobre la personalidad de Vegeta, ¿entonces matar y destruir era la razón por la que el príncipe estaba embelecado con el chico? Su mirada pareció perderse en la nada, ahora que ya no veía más razón para seguir aniquilando, Vegeta se había mostrado diferente, entonces era verdad. La claridad iluminó su mente, el Príncipe se lo dijo una vez “¡no seas tan considerado con el mundo! ¡Ser amable no te servirá de nada!” recordó esas palabras en aquel planeta donde le perdonó la vida a un grupo de niños de piel blanca, unos que al final terminó pulverizándolos el príncipe. En esa ocasión Vegeta se mostró molesto ante la idea de la piedad de Kakaroto, si bien, Vegeta era alguien que disfrutaba de la muerte, un guerrero frío y sanguinario.
-¿Qué debo hacer ahora?- cuestionó el chico mientras una telaraña de ideas y sentimientos se mezclaban entrelazándose en sus pensamientos, ante una verdad que sabía desde el principio, pero que nunca quiso admitir, pero ahora la vida le había jugado una mala treta, viéndose expuesto ante una situación que nunca imaginó, ante algo que parecía estarlo llevando al abismo con cada segundo.
-eso no lo sé, es algo que deberías descubrir tú mismo… si esto que tienen va a seguir funcionando o no…- Kakaroto no se esperaba esa respuesta, pero la idea se pegó a sus pensamientos irremediablemente, Krazack parecía ser demasiado sabio, y eso lo molestó un poco, el peli-azul era un año menor que él, y aun así, llegaba a pensar que seguía siendo un niño aferrándose ante algo inalcanzable. “¿esto seguirá funcionando?” pensó seguido de un suspiro deseando poder asfixiarse en el vacío del mismo, sus puños se cerraron con fuerza ante la idea, se negaba a un fin, definitivamente no permitiría que las cosas acabasen sin antes haber luchado con todo lo que tenía… “¿acaso en verdad esto debía terminar?” se dijo a si mismo después de procesar un poco el asunto, ellos dos, eran realmente diferentes.
-¿y que hay con Broly?- preguntó Krazack haciendo que Kakaroto lo mirara con desconcierto, ¿Qué tenía que ver él ahora?
-¿a qué te refieres?- preguntó con el tono máximo de desinterés en la voz.
-¿Por qué terminaron? ¿Qué había de malo en él?- La pregunta le llegó como punzada al pecho, Krazack había estado ahí ese día, entonces ¿Por qué le preguntaba eso? Estaba  punto de contestar algo, pero su mente fue invadida de buenos recuerdos, su pura sonrisa, esos juegos que duraban horas y horas, sus absurdas bromas, sus profundos ojos mirar alegres alumbrando todo, sus palabras llenas de motivación que ocupaba cuando lo entrenaba, esos entrenamientos que los hacía parecer divertidos con su carisma; recordó las duras clases de Broly para que él y Droxx aprendieran a leer y escribir, si se equivocaban, les dedicaba un golpe en la cabeza, pero siempre era más considerado con él, sellando su secreto al guiñarle un ojo discretamente. Su niñez entera pasó dentro de su mente, y ese rostro alargado y bromista eliminó unos segundos el rostro enfurecido de Vegeta, fue Broly quien le enseño a luchar, pero le inculcó los valores de un guerrero, fue su mentor, padre, hermano, amigo… el mejor de todos. Le cargó en brazos cuando le necesito, le curo heridas cuando las hubo, y juró solemnemente que le protegería de todos y todo. Fue él quien le acompañó todo el tiempo, sin protestar, sin quejarse, sin maldecir si quiera un segundo que pasaron juntos, actuando felizmente ante todo… incluso después que Kakaroto le mintió y lastimó tanto. Ese primer beso dulce que probaron sus labios fue de ese mismo muchacho, la sensación de su piel contra la cálida espalda de Broly volvió a su mente agitando su corazón, sus brazos rodeándolo, eso era algo que aun extrañaba, quizá más de lo que quería admitir su corazón, todas esas noches arrastrado por sus anhelos de sentirse cerca de su compañero, nunca, nada, lo ha hecho sentir igual de seguro y protegido. La imagen seria de ese muchacho se dibujó en sus pensamientos, mirándole profundamente y luego, con ese sentido espontaneo y cálido, formó una sonrisa en sus labios, una sonrisa que siempre tenía lista para mostrar a pesar de toda clase de adversidad. Era la persona que lo conocía más en la vida, incluso más que su propio hermano, e indudablemente, también era a quien él… conocía mejor.
-recuerdo que fue por Vegeta… dime… ¿ha valido la pena?- atacó Krazack nuevamente ante el silencio del otro chico. “¿Qué si ha valido la pena?” se preguntó él mismo buscando respuesta a eso, una buena razón para decir que si no llegó, pero alguna otra para decir que no, tampoco apareció en sus pensamientos. En verdad no conocía a Vegeta, Krazack tenía razón, aunque le frecuentara en Vegita no fue suficiente, para ninguno, en cambio, con Broly pasó cada día desde que llegó a su planeta. Sus pensamientos se frenaron ante la clara comparación entre los muchachos, eso no estaba bien, no podía compararlos, no era correcto, si Vegeta era su pareja actual no debía hacerlo, si lo hacía, entonces nada funcionaria.
-he pasado muy buenos momentos…- contestó finalmente, pero sin decir una respuesta clara en realidad.
-eso creo… dime… ¿Por qué amas al “príncipe”? ¿Cómo te enamoraste de él?- por alguna razón, eso era una estrategia para los planes de Krazack, pero para Kakaroto ese tema de verdad lo estaba lastimando.
-bueno… él… era tan admirable…- respondió pero se frenó antes de seguir diciendo más cosas que solo lo harían parecer aún más estúpido, no quería que Krazack utilizara otra cosa más para hacerlo dudar, pero fue traicionado por su cerebro. “Entonces no era amor, era admiración” pensó y de inmediato negó con la cabeza para sacarse esas palabras tan detestables.
-continua… solo quiero escucharte, no diré nada más si así lo deseas…- motivó el peli-azul consiente de que eso era una notable debilidad que no dudaría en usar cuando le hiciera falta.
-ese aplomo y rectitud que llevaba a todos lados, esa seriedad… era algo digno de ver, su firmeza ante todo, esos profundos ojos negros me cautivaban, me atrapó de inmediato con solo verlo…- hizo una pausa para soltar un suspiro cargado de recuerdos, recuerdos que venía capturando de años atrás. – Cuando se dirigía a nosotros, siempre me miraba, de esa manera fría que lo hace… me llenaba de miedo, pero de algo más, algo que sentía él me transmitía. No sabía si era mi imaginación, pero su imagen se arrastraba a mis pensamientos a cada momento, me agradaba mirarlo, le admiraba, le respetaba. Era tan fuerte, tan único… - pasó una mano hasta su rostro para evitar que las lágrimas salieran, respirando hondo para frenar los sentimientos mezclados con rabia y confusión que atravesaban su pecho. –la primera vez que me invitó a acompañarle a una misión, sentía que no era digno de su presencia, me ponía nervioso a su lado, me sentía inferior ante su absoluta preponderancia. Llegué a considerar que eran los mejores momentos de mi vida por el simple hecho de estar a su lado… pero ahora parecen recuerdos vacíos…- susurró eso ultimo cubriéndose incluso la boca con la mano que aún permanecía sobre su rostro, pero a Krazack ni una palabra se le escapaba a su agudo oído, donde percibía igualmente la conversación de su hermano y Droxx, la charla de la familia incesto y de la rabia presente en palabras de Vegeta.
-¿y cómo llegaste a amarle?- inquirió Krazack después de unos momentos que su compañero permaneció en silenció rememorando en sus recuerdos cada instante.
-cuando la admiración se volvió amor…- contestó tomando aire. – quizá desde un principio, desde el momento que me sentí atraído hacia él, desde el día que se volvió mi ídolo irremplazable, el amor creció dentro de mi ser. Pero no fue hasta que la comunicación entre ambos se hizo presente, fue ahí cuando estuve seguro de lo que sentía, que para mí era más que un príncipe a quien idolatrar, quizá no lo conozco como tal, pero se lo suficiente como para estar seguro de que lo amo…- Krazack abrió los ojos grandes al escuchar su tan repentina manera de cambiar de parecer, pues segundos atrás parecía que terminaría por decir que no amaba a Vegeta, pero Kakaroto era alguien perseverante, alguien que solía ser fiel a sus ideales.
-entonces lucharás por ello…- dijo Krazack a modo de resumen, y también para disimular un poco su asombro.
-hasta el último segundo…- respondió el chico con voz segura, presionando los labios y mirando al frente con dureza, definitivamente, no se rendiría tan fácilmente.
“-estúpida y bella mujer-” escuchó la agria voz de Vegeta musitar en su habitación en tono lleno de falso desprecio. “-Tal vez, no todos están luchando por ello como tú lo haces Kakaroto-” pensó Krazack soltando una sonrisa de lado imperceptible para su comandante. “-quizá, deberías darte por vencido ahora…”

-en verdad que no sé qué voy a hacer, si algo no me salva ahora… terminaré por volverme loco…- se quejó Droxx seguido de un largo suspiro.
-si las cosas son como me dices, entonces solo acaba con esta estupidez de una buena vez, sabes que desde el principio no fue buena idea…-dijo Kyou sin esconder su disgusto por el tema.
-lo sé, odio todo esto, ya no soporto nada, ya no puedo ni conmigo mismo, extraño Vegita, extraño mi litera, extraño a mi mejor amigo que me miraba sin ganas de querer violarme…- siguió el muchacho golpeado el suelo con desesperación.
-maldición Droxx, de verdad… pensé que eras estúpido, pero no tanto, creí que al menos sabias proteger tus ideales… dejarte llevar por algo horrible solo porque “querías ver que se sentía” es una completa estupidez. ¡Acaba con esta estúpida y asquerosa situación!- bramó Kyou llenó de rabia, sin saber cómo su amigo soportaba tantas cosas locas y fuera de lugar. Droxx se quedó en silencio dejando apreciar a Kyou un sonido muy a lo lejos, la respiración de su hermano, otra respiración al lado que era la de su comandante seguramente, las chicas de la TV haciendo ejercicio y… ese sonido de las semillas dentro del saco.
-Krazack… las semillas…- susurró moviendo casi solo los labios. Por supuesto, su hermano que estaba atento a todo apreció su mensaje asintiendo con la cabeza aun sabiendo que su hermano no podía verlo.
-oye Kakaroto… ¿Cuántas semillas te quedan?- preguntó fingiendo absoluta demencia, después de un prudente lapso de silencio.
-amm… dos… ¿Por qué?- contestó sacando las mismas de entre su traje.
-bueno… es que ya casi se cumplen los quince días… y pues, pienso que deberíamos usarlas todas, si me entiendes… ¿no?- dijo embelecado hacía las semillas color verde que ahora yacían en la mano de su compañero.
-mmm… creo que si… tienes razón…- respondió Kakaroto volviéndolas a guardar entre sus ropas. -¡si es cierto! ¡No tenemos tiempo que perder! ¡Debemos golpearnos hasta sangrar, debemos hacernos fuertes!- exclamó con entusiasmo en la voz, además de que en realidad odiaba estar sentado sin hacer nada.
-cierto… hay que comenzar con el entrenamiento de hoy, ya es bastante tarde y no hemos logrado hacer nada…- motivó Krazack poniéndose de pie.
-hay que llamar a todos… ve por tu hermano y Droxx…- ordenó el comandante mientras se aproximaba a las escaleras.
-ellos ya vienen en camino, mejor ve por el resto, esperaremos aquí afuera…- contestó el chico apresurándose a la salida.
-Kyou… ¿estás listo?- preguntó a modo de susurro desde la casa a su compañero de cabellos marrones, quien sonrió de lado gustoso con la idea.
Ya todos afuera, se podía sentir una leve tensión en el aire, pero naturalmente, todos actuaban con suma tranquilidad.
-bien… hay que hacer buen uso de las semillas, así que tendremos un combate en serio…- comenzó a decir Kakaroto y hubo una que otra sonrisa sarcástica entre los saiyan.
-¿Por qué no combatimos todos contra todos?- propuso Kyou al notar que las cosas se tornaban complicadas para obtenerlas. –Krazack… debías robarlas pedazo de idiota…- lo regaño en un susurro imperceptible para el resto.
-¿Qué? Pues me lo hubieras dicho antes… no soy adivino…- contestó el hermano con la misma discreción y volumen de voz.
-te repetí el plan cinco veces… ¿Qué parte de eso no entendiste?-
-la parte donde debía robarlas…-
-… sabía que si quería que las cosas salieran bien, debía haberlas hecho yo mismo…- finalizó Kyou esperando la respuesta de Kakaroto, quien se la estaba pensando mucho.
-no, si más de dos resultan muy lastimados podría ser peligroso…- contestó el comandante y Kyou frunció el entrecejo molesto.
-Krazack… ¿no serás el hermano de Droxx? O solamente se te pegó su estupidez…- musitó desde el otro extremo al peli-azul, para recalcar nuevamente su evidente error.
-bueno, está bien… ¿Quién con quién?- preguntó Krazack en voz alta pensando en que quizá Kyou podía quedar en el combate y perder a propósito.
-mmm… pues las semillas corresponden a Vegeta y a Broly… - contestó el chico y Kyou resopló cansado.
-sabias que eso no funcionaria, para ellos nosotros no somos de utilidad, si nos dañamos y recuperamos no nos hacemos más fuertes… bueno, eso es lo que ellos creen… era obvio que yo no sería considerado en sus juegos- explicó Kyou a su hermano menor cubriendo sus labios para que no notaran que susurraba algo.
-así que considero que lo mejor sería que ellos las ocuparan…- completó el comandante su frase mirando a los dos muchachos.
-pero Broly es muy…- dijo Krazack para hacer desistir a su líder, dando a entender que el poder del chico era gigantesco, y que sin duda pulverizaría a Vegeta.
-¡insolente! ¡¿Acaso crees que no puedo contra este insecto?!- bramó el príncipe molestándose rápidamente, pues su ego y orgullo fueron golpeados con ese comentario, considerarlo inferior a un soldado cualquiera era un total desprestigio para él.
-entonces… ¿seguro que quieres pelear contra Broly?- preguntó el comandante para estar seguro.
-¡por supuesto que sí! ¡Yo puedo contra él!- fanfarroneó y Turles casi se orina de la risa.
-¡¿puedes contra él?! ¡Si él es casi la “leyenda dorada” en vida!- se burló el chico diciendo con tono sarcástico lo del súper saiyajin, pues no terminaba de creer en ese cuento, y mucho menos imaginar que Vegeta podría contra su amigo.
-¡por supuesto que sí!- gritó endureciendo su expresión, a pesar de estar consiente que no le causaría daño alguno si no ponía todo de sí mismo.
-esta noche cenaremos papilla de Vegeta…- se burló Droxx entrando en la discusión.
-tú no te metas soldado, que aquí eres el peor insulto saiyajin, tu poder es casi tan bajo como el de un sucio terrícola…- obviamente Vegeta exageró el asunto, pero el chico se enfureció de igual manera, suficiente tenía con saber que únicamente era más fuerte que Kyou y Krazack, y ellos ni si quieran saiyajin, como para que Vegeta tuviera que recordárselo aplastándolo contra su cara.
-¡¿tan seguro estas de tu fuerza?!- atacó Turles nuevamente al percatarse de que su amigo había sido dañado moralmente. Vegeta rio sarcástico frente a eso, mirando al mayor de todos de reojo.
-tan seguro que se podría acabar contigo usando una sola de mis manos…- amenazó levantando su brazo en puño, Turles reaccionó ante eso, pero Raditz intervino de inmediato.
-¿no podemos pasar un solo día sin pelear? ¡No es momento para sus absurdos berrinches! ¡Así que los dos piensen con claridad!- los regañó el chico y ambos silenciaron aun refunfuñando un poco.
-mamá al rescate…- susurró Droxx creando una leve sonrisa en los rostros de sus amigos, pues hacía días que no bromeaban de nuevo con eso.
-Vegeta… sabes que Broly es fuerte…- intentó hacerlo entrar en razón, pero el príncipe era el ser más necio y orgulloso sobre todo el universo.
-eso lo se… por eso mismo debemos hacerlo pelear…- contestó suspirando volviendo con la seriedad del asunto, se giró hasta mirar de frente a Broly, quien observaba de brazos cruzados muy atento. –Cuando un saiyajin se convierte en Ozaru, pasa por un proceso de formación…- hizo una pausa para rememorar ordenando las ideas en su cabeza. –En Vegita, cuando estábamos bajo las órdenes de Cold, los soldados eran sometidos a pruebas, veían la luna convirtiéndose en esas bestias indomables… aparentemente. Existían dos clases, las que conservaban la razón de su persona, y las que solo eran un mono gigante destruyendo sin control…- explicó acercándose a Broly, pero con una distancia prudente para evitarse “problemas” antes ocurridos. –eres fuerte soldado, eso te hace valioso, pero cuando pierdes el control de tu ser, te vuelves como esas bestias sin cerebro, diseñado solo para matar… sin importar a quien…- esas palabras hicieron pensar un poco a Kakaroto, pues en ocasiones, el príncipe parecía esa bestia irracional de la que en ese momento hablaba, destruyendo y eliminando sin importarle a quien.
-estoy seguro que eres el más próximo de todos nosotros a alcanzar e súper saiyajin…- eso le costó admitirlo, pues siempre quiso ser él el más fuerte. –Pero debemos “domarte”- Broly lo miró entre enojado y risueño, ¿quería decir que era como un animal que debía ser “domado”? Vegeta se percató de eso pero continuó con su explicación con la misma seriedad posible.  -¿sabes que hacíamos cuando un Ozaru no reaccionaba?- preguntó y Turles sonrió de lado recordando, pues el mismo sufrió de ese problema, nunca pudo controlar su mente de bestia, conocía a la perfección lo que sucedía en esos casos.
-en realidad no, cuando llegué a la edad de esa prueba, Freezer destruyó nuestra luna, y nos prohibió crear una artificial en Vegita, pues solo las dejaba usar en planetas a conquistar…- respondió Broly con total seriedad en el asunto, a pesar de sentirse indirectamente, mono.
-eran desechados como guerreros, jamás alcanzarían un mejor puesto que miembros de pelotones, significaba que no eran de raza pura, incapaces de controlarse a sí mismos, eran unos débiles inservibles…- eso le dolió en el alma a Turles, aunque por azares del destino, una de esas leyes no aplicó en él, pues fue nombrado capitán improvisado el día que se unió a su ahora comandante.
-eso quiere decir…- dijo Broly como indicando que fuera de una vez al grano.
-que no te conviertas en débil inservible, debemos lograr que tengas conciencia mientras crece tu poder, si lo logramos seguramente serás el súper saiyajin, pero si no lo logras, serás desechado y marcado como débil de mente, pues serías incapaz de controlar tus propios actos…- no lo creyó pero en esta ocasión, las palabras de Vegeta habían tocado lo profundo de su alma, lo que decía era cierto, no podía dejarse controlar por ese imponente poder, debía luchar para manipular sus pensamientos, porque si de algo estaba seguro, es que no era débil.
-¿y cómo haremos eso?- preguntó Raditz con bastante interés.
-como a los Ozaru, intentándolo muchas veces y estimulándolo a que reaccione… - contestó el príncipe y todos asintieron sorprendidos, pues en realidad los únicos que habían pasado por esa prueba era Vegeta y Turles, el príncipe, por supuesto reaccionó a la primera, pero Turles realizó más de ocho intentos controlados por su padre, fallando en cada uno de ellos.
-¿y tú piensas estimularlo?- preguntó Turles recordando que su padre lo estimulaba llamándole para que lo reconociera, defendiéndose y esquivándolo, pero en ningún momento dejaba de hablar con él como persona para lograr una clase de reacción que nunca obtuvo. –Broly es más fuerte que un Ozaru… si no lo logras corre peligro tu vida, además aquí no hay luna que pueda ocultarse tras las montañas, te atacará sea de noche, o sea de día…- advirtió el chico mayor tomando en cuenta que lo único que lo frenaba a él, era cuando el sol sobresalía del horizonte, pero esto era bastante diferente.
-lo intentaré, hablaré con él “sutilmente”… además… no me subestimes, puedo sobrevivir a él aunque no lo creas…- respondió con seguridad. –y aunque no tengamos al sol… contamos con Kakaroto como salva…- dijo con tono molesto mirando de reojo al joven, que al igual que todos, estaba muy sorprendido ante eso, era claro que el comandante parecía calmar la ira del chico.
-entonces lucharan… seriamente… ¿no hay ningún problema por ti?- preguntó Kakaroto a Broly y este sonrió a plenitud con una malicia que quizá ninguno se esperaba.
-absolutamente ninguno…- contestó tronándose los huesos de las manos y cuello de una manera bastante intimidante. Vegeta sonrió ante eso, le gustaba la idea de un oponente digno de sus habilidades, aunque debía admitir, que el fondo, una especie de miedo revoloteaba en su interior. Se colocaron uno frente al otro después de avanzar unos pasos para quedar en un lugar suficientemente despejado, y lejos de su casa pues esta ya estaba muy dañada. Broly se encorvó anchando los hombros y manteniendo la mirada fija en su oponente. Vegeta elevó su poder y colocó sus manos a modo de ataque con las palmas abiertas como si fuese a rasguñar, pero era una técnica de combate que aprendió de su padre años atrás.
-¿estás listo?- preguntó Vegeta con ese tono entre prepotente y burlón, esbozando esa sonrisa malévola en su rostro.
-no te contengas, no tendré compasión…-advirtió Broly con esa voz gruesa y profunda que lo acompaña, sonriendo de igual manera. Al paso de unos leves instantes estuvieron listos, y como era de esperarse, el príncipe fue quien atacó primero. Una ráfaga de ataques rápidos con las manos fue lo primero que lanzó, Broly los esquivó a todos y en su lugar fue el quien atinó un golpe justo en el rostro de Vegeta. Se echó para atrás unos pasos impulsado por el impacto, pero se recuperó de inmediato lanzando está vez diversas patadas que eran amortiguadas por el antebrazo del otro joven. Broly lanzó una, per el príncipe la evadió con algo de dificultad, pero gracias a ese descuido que lo distrajo pocos segundos, Broly lo golpeó con fuerza usando su otro pie. Ni siquiera hubo un instante en el que Vegeta tuviera que reaccionar, pues después de eso atinó su primer golpe directo a la quijada de Broly, pero como lo esperaba, eso ni siquiera le movió un cabello. Por su evidente sorpresa ante su débil ataque que él considero bastante bueno, fue pillado por el más alto, lo tomó por el cuello estrellándolo contra su rodilla, la espalda de Vegeta se dobló contra eso, dejándolo mareado por unos momentos, pero otro golpe, esta vez en la cara, lo despertó mandándolo a estrellar contra el suelo. Sin darle la oportunidad para nada Broly bajó a máxima velocidad pintando un golpe que fue rodeado por un aura poderosa, el príncipe se percató cuando estaba a poca distancia, pero giró sobre el suelo librándose por casi nada. Pero fue lento al no quitarse de ahí, pues Broly resorteo en el suelo golpeando a Vegeta con sus dos pies directo en el pecho, quien voló estrellándose contra una pequeña colina de un lado. Broly dudó unos momentos en lanzarse nuevamente, pero esa abertura le costó un golpe directo en la cara, pues el príncipe salió de entre las rocas polvorientas en cuestión de nada. Los dos reaccionaron plantándose un golpe en la cara al mismo tiempo, haciéndose avanzar hacia atrás la misma distancia.
-¡maldición!- gritó Vegeta con mucha furia en su voz escupiendo a un lado sangre que emergía de su labio. -¡pelea de verdad!- exigió y todos lo miraron sorprendidos.
-pero va a durar muy poco nuestro combate…- contestó Broly bastante confiado, pues luchaba al nivel de Vegeta a propósito, no usaba ni la mitad de su fuerza que lograba alcanzar hasta el momento.
-¡entiende! ¡Si no la sacas, no podremos controlarla! ¡Debes pelear con todo!- reiteró volviendo a su posición de pelea. Broly asintió con la cabeza y elevó su poder lentamente, un aura blanca se creó alrededor, su cabello se alborotaba mientras las rocas se desprendían del suelo, un grito acompaño su último aumento de fuerza, sus pupilas parecían perderse en lo blanco de sus ojos mientras rayos de luz dorada atravesaban su cuerpo. Un aura más fuerte lo envolvió en cuanto su poder llegó al nivel de aquella noche, su cabello se puso en punta mientras su grito se hacía más profundo, nunca antes había dejado fluir la energía de esa manera, era simplemente revitalizador poder hacerlo por voluntad propia, incrementando lo más que podía, dejando escapar esas ganas de sacar toda esa furia, apretando los puños con desesperación, tensando cada músculo de su cuerpo, dejando escapar todo el aire en sus pulmones, perdiendo la cordura otra vez; los árboles se agitaban alrededor, mientras las montañas de los alrededores se desgajaban volando por la simple fuerza, logrando que sus amigos cubrieran sus rostros del polvo que no les dejaba ver. El aura paró y Broly silenció bajando la mirada lentamente, una sonrisa cargada de maldad y locura invadió el lugar haciendo eco por la potencia de sus cuerdas bucales, estaba claro, Broly había perdido la razón.
-perfecto…- susurró el príncipe volviendo a su posición de pelea, no podía disimular el miedo que lo invadía en ese momento, pero aun así, mantuvo la seriedad.
-vamos a hacer esto rápido… ¿de acuerdo?- preguntó el enloquecido muchacho dejando escapar otra risa intimidante, que hizo temblar a todos, menos a Vegeta, él estaba tensando cada musculo de su cuerpo concentrando su poder. En un movimiento imperceptible para todos, la enorme criatura que había remplazado al chico, estaba posado frente a su oponente, los ojos oscuros del príncipe se abrieron grandes ante la impresión, y sin poder si quiera moverse un centímetro fue golpeado duramente en la barbilla volando sin razón a través de la extensión del terreno. Logró enderezar su vuelo y frenarse aterrizando de pie antes de estamparse contra el suelo, apretando los dientes soportando el increíble dolor. A penas tuvo tiempo para respirar y mirar de nuevo al frente cuando un codo lo golpeó directo en su espalda mandándolo contra el suelo, no hubo momento para pensar en algo, cuando Broly lo tomó de la melena y condujo una patada directo a su rostro liberándolo del cabello al mismo momento que salió volando a una gran distancia, intentó corregir su postura y amortiguar su caída, pero una luz se aproximó a él tan velozmente que apenas pudo cubrir su rostro con sus brazos que entrelazó al frente, sus ojos se apretaron al momento del impacto, sintiendo como ardía su piel. A penas abrió los ojos después de que la energía se desvaneciera de inmediato cuando la mirada enfurecida y loca del joven se aproximaba a toda velocidad sin borrar un solo segundo esa sonrisa de sus labios. Lo golpeó siendo evitado apenas, pero dejando poco tiempo para que el príncipe reaccionara y velozmente lo golpeó con ambas manos en la nuca lanzando al suelo.
-la basura… siempre será basura…- se burló Broly mirándolo unos momentos antes de lanzarse con furia. Vegeta tocó el suelo y lanzó un golpe, pero fue frenado sin problemas por el antebrazo de su oponente, quien colocó un rodillazo en el abdomen del príncipe, justo debajo de las costillas, sintió como el aire se le salía de los pulmones mientras la sangre brotaba de su boca, dolía como el infierno; pero no paró ahí, solo se detuvo unos instantes para deleitarse con la pintoresca escena, lanzando otra mientras sostuvo con fuerza la nuca de Vegeta, la pupila del príncipe se volvió blanca y difuminada por un momento mientras más de un hueso se quebraba dentro de él. Otro rodillazo fue lanzado al príncipe, pero en esta ocasión fue directo a su rostro, algo tronó, no supo si fue su quijada, su cráneo, o algo de eso, pues la sangre escurría de su nariz y boca, pero cuando Broly lo dejó caer al suelo, supo entonces que lo que tronó había sido su cuello, estaba totalmente partido en dos. Inevitablemente se estampo contra el piso dejando la marca de su cuerpo sobre el suelo, apenas y podía respirar mientras el dolor lo agobiaba y no percibía nada más que el olor a su propia sangre mezclado con la tierra de alrededor. Escuchó un fuerte sonido mientras su rostro era clavado contra la tierra, Broly había caído con ambos pies sobre su cabeza, creyó que ya no podía sentir más dolor, pero se equivocó, como un loco comenzó a golpear la espalda de Vegeta, quizá la partió en varios pedazos, pero no estaba seguro en cuantos lo hizo.
-¿Qué pasa príncipe? Me decepcionas… creí que eras un saijayin no Oji… un guerrero de “sangre pura” ¿Dónde está eso ahora?- bramó Broly parado a un lado cruzado de brazos ante la notable fragilidad del príncipe. Vegeta intentó articular palabra, no una que lo hiciera reaccionar, una que defendiera su orgullo de guerrero. Pero solo una especie de rugido emanó desde su garganta. El pie de Broly comenzó a menear su cabeza, Vegeta lo miraba con el único ojo que tenía libre en ese momento, el dolor nublaba la vista, pero aun así el rostro deseoso de destrucción estaba presente, no entendió que sucedía, las palabras de Broly parecían ser manipuladas, no parecía estar fuera de lugar, daba la impresión de que estaba consiente de todo. Comenzó a ejercer presión en la mandíbula con su pie, meneando su cabeza duramente de un lado a otro mientras la enterraba cada vez más profundo, sin descruzar sus brazos, sin dejar de sonreír. Un extraño sonido salió de entre los labios del príncipe, y su contrincante se frenó para escuchar claramente lo que tenía que decirle.
-idiota… ¿crees…crees que con eso… podrás vencerme?- articuló el príncipe jadeante con bastante dificultad, y pareció como si eso hubiera encendido algo dentro del otro muchacho. De una patada lo mando a volar lejos, aun en aire sin poder contener una próxima caída, pudo sentir y apreciar un incremento de fuerza en el Ki de Broly, manifestándose entre ese parpadeo de poder dorado. El suelo se agrietó en el momento en que el chico alzó el vuelo dejando una nube de polvo en el lugar donde momentos atrás permanecía parado, casi en un leve parpadeo se situó detrás de Vegeta antes de que este tuviera apenas oportunidad de aterrizar, sorprendiéndole a mitad del aire y regresándolo de una patada, su cuerpo inmóvil se estrelló contra una montaña, e incluso sintió felicidad al topar contra el suelo, pero se desvaneció cuando el chico lo golpeó de lleno en el rostro. Quedó tirado nuevamente sobre la tierra, mirando al cielo sin poder mover si quiera un dedo, la silueta de Broly apareció frente a él, sonriendo maliciosamente, mientras los rayos dorados subían y bajaban a lo largo de su cuerpo, esa aura dorada que golpeaba la tierra con rabia. Si hubiese podido, Vegeta habría formado una sonrisa ante la escena, estaba a nada de volverse el súper saijayin, por un momento se olvidó de que debía hacerlo entrar en razón, sintió la necesidad de verlo convertido en el guerrero legendario. Pero necesitaba más… “motivación”. Sintió que sus labios temblaron débilmente observando con un único ojo sangrante de un lado la escena.
-imbécil… - apenas dijo eso, el rostro feliz de Broly se disipó y en su lugar una expresión furiosa y llena de rabia apareció, apretando el entrecejo y cerrando la mandíbula con fuerza, todas las veces que el príncipe le llamó así comenzaron a repetirse en automático agobiando su pensamiento, llenándolo de furia, llenándolo de incontables deseos de terminarlo de una vez. Pudo sentirlo, por solo unos instantes el cabello elevado a los lados de Broly brilló como el sol, mientras soltaba un grito lleno de rabia y resentimiento, sus ojos casi perdidos se aclararon volvieron verdes, esta vez no había duda, los flashazos de color eran más repetitivos conforme su aura dorada cargada de infinito poder agrietaba el suelo partiendo la tierra como si fragmentara el planeta en dos. Tomó a Vegeta por él cabello cuando aún vibraba todo su cuerpo sin borrar los truenos danzantes sobre su cuerpo, lo arrojó en el aire y se lanzó el después
-¡MUERE VEGETA!-  juntó ambas manos al frente y dejó escapar un ataque en forma de hilo, la velocidad e increíble poder lo hubiera pulverizado, pero la energía que aún conservaba el príncipe dentro de él, la utilizó para poder sobrevivir al ataque. La luz verde y brillante le atravesó el abdomen, el dolor fue increíble, pero cesó momentos después mientras todo lo de su alrededor se tornaba oscuro, la sangre salía a puñados de su boca y de su ahora agujerado cuerpo, marcando la trayectoria de su caída. Broly podía sentirlo, aún estaba vivo, acabaría con el de inmediato, ya no le quedaban más fuerzas. Extendió su mano creando una potente energía manifestada en una esfera brillante, apuntando en dirección a donde caería el príncipe, pero antes de que la lanzara, un dolor lo recorrió haciéndolo disipar el poder y doblándose al frente levemente. Alzó la mirada encogiendo los ojos llenos de ira, Kakaroto estaba frente a él, emanando su propia aura blanca llena de poder, su vista paseó rápidamente a la dirección donde Vegeta, pero este estaba siendo curado por los otros sujetos. Nuevamente su vista se fue contra su actual rival. Se irguió esbozando una sonrisa nuevamente, cargada con la misma malicia y locura, deseosa de sangre y muerte.
-¡ya basta Broly! ¡Despierta!- ordenó Kakaroto seriamente, pues había querido intervenir desde el principio. Solo hubo un incremento en la enloquecida sonrisa de Broly, dejando ver los dientes cerrados con fuerza en su totalidad, mantenía la vista fija en sus ojos, pero era una mirada incierta y aun enfurecida.
-no me hagas reír… Kakaroto…- contestó y casi logro hacer temblar al mencionado, lo reconocía, sabía quién era, y aun así, parecía no importarle. - ¿en serio crees que con un poder como ese lograras detenerme?- preguntó en un tono sarcástico con voz profunda, Kakaroto sintió miedo, pero en vez de expresarlo solo sonrió.
-en realidad no, pero al menos debo intentar detenerte…- contestó formando una pose de combate.
-¿intentar detenerme? ¿Acaso no deseas que sea el súper saiyajin?- los ojos, hasta ese momento, fruncidos de Kakaroto se abrieron al tope ante esas palabras, tan llenas de razón y claridad.
-¡Broly deja de jugar! ¡¿Por qué demonios actúas de esta forma?! ¡¿Por qué no admites que estás consiente?! ¡¿Qué ganas con vernos la cara?!- gritó enfureciéndose de igual manera, según lo que veía podía decir que su amigo no perdía la razón, al parecer actuaba su locura, pero no estaba seguro, aunque dudar ahora no le serviría de nada. ¿En verdad Broly era capaz de matarlos sin importarle nada? No, claro que no, él no era así, simplemente esa idea era inaceptable, odiaba contradecirse, pero lo estaba haciendo nuevamente en sus adentros, aunque se mantenía firme por fuera.
-¿tan rápido quieres que termine el juego? Que aburrido eres… - contestó evitando las preguntas anteriores, arqueando una ceja y conservando su frialdad anterior.
-¡contesta! ¡Dime si en verdad has dejado de ser tú!- reiteró el comandante y Broly volvió a sonreír.
-no sé de qué hablas… yo siempre he sido yo…- respondió cerrando sus puños a los lados. Sin más aviso se fue contra el comandante, pero este evitó su ataque saltando a un lado en el aire, Kakaroto le lanzó una ráfaga de patadas que hicieron retroceder al crecido muchacho un poco. Lanzó una más directo a su rostro atinando afortunadamente, pero se quedó en shock ampliando sus ojos cuando la cabeza de Broly no se movió ni un poco ante un ataque que él consideró, debió haberle roto la quijada por lo menos. La sonrisa sarcástica se hizo presente nuevamente, por la impresión no pudo leer el siguiente movimiento, y fue tomado por el tobillo y lanzado con fuerza directo a una montaña.
-¡¿Qué pasa Kakaroto?! ¡Te creí más fuerte!- exclamó mientras avanzaba enterrándose de igual manera en la tierra, lo tomó por el cuello acercándolo a él para golpearlo fuertemente con la cabeza. A Broly no pareció dolerle, pero Kakaroto se sintió desconcertado y abrumado, mientras un hilo de sangre avanzaba desde su frente.
-¡Broly por favor! ¡Yo creo en ti! ¡¿Qué paso con las promesas que me hiciste?!- gritó el comandante con la vana ilusión de hacerlo reaccionar de la misma manera que la vez anterior, pero no fue así.
-se murieron… - respondió sin dudar de eso, y aumentando aún más su enojo. – ¡se murieron así como tú lo harás! – esta vez su visión demostraba un ser sanguinario y desquiciado. Kakaroto temió, pero ni siquiera tuvo tiempo para temblar, pues el joven lo tomó por los hombros sacándolo de entre los escombros para elevarlo en el aire. Lo golpeó en la cara y algo que Kakaroto no se esperaba apareció en el rostro de Broly.
-¡las maté como tú me mataste!- gritó y una lagrima recorrió su piel siendo arrancada de inmediato con su antebrazo. El  miedo seguía ahí, pero una fuerte culpa apareció de pronto.
-¡¿de qué hablas?!- preguntó el chico y solo logró hacer enfurecer más a su compañero.
-¡¿y yo soy el que no está consciente de lo que hace?!- contestó como un rugido lleno de rabia, pero su Ki comenzaba a descender lentamente mientras sus puños temblaban a los lados peleando por detenerse. Kakaroto sintió algo que consideró cercano a lastima, pero no estaba seguro de ello, puesto que una sensación de tristeza y arrepentimiento floreció en su pecho.
-Broly… yo… lo siento…- apenas pudo formular esa disculpa, pues la imagen atrofiada de su compañero parecía silenciarle.
-¡no te disculpes! ¡Eso no arregla nada ahora! ¡Me mentiste y luego te burlaste de mí!- reclamó apretando los ojos como deseando poder frenar las lágrimas.
-en verdad lo siento, pero yo no me he burlado nunca de ti, en realidad nunca quise mentirte ni lastimarte…-
-¡PERO LO HICISTE!- explotó junto contra onda de poder, que desistió de hacerlo volver a la normalidad. -¡me usaste cuando te hacía falta… y luego me botaste como basura! ¡COMO SI NO VALIERA NADA! ¡COMO SI LO QUE HUBIÉRAMOS PASADO HUBIERA SIGNIFICADO POCO PARA TI!-pareció perder la cordura, pero su cerebro sabía que estaba reaccionando.
-¡no digas eso! ¡Yo jamás pensaría así!- insistió el joven mirando como el aura dorada aparecía nuevamente.
-¡no te creo! ¡Ya no creo nada de ti! ¡Me dijiste que me amabas! ¡PERO SOLO PENSABAS EN EL MALDITO BASTARDO DE VEGETA!- recalcó haciendo evidente su furia.
-¡claro que no! ¡Cuando lo dije era porque lo sentía!- mintió sintiendo más culpa aun, pero lo vio necesario para tratar de cesar su furia, pero su mentira no ayudó en nada.
-¡NO ME MIENTAS! ¡NO SOY TAN ESTÚPIDO COMO CREES!- Gritó y se giró a donde sus compañeros. -¡el problema siempre fue Vegeta, él estaba interviniendo siempre entre los dos… él es el culpable de que lo nuestro terminara… ENTONCES TERMINARÉ CON ÉL!- se lanzó contra el grupo de muchachos en el suelo, quienes observaban sorprendidos. Vegeta ya estaba recuperado gracias a una semilla, su poder ascendió al doble, colocándose listo para pelear, pero en el fondo sabía que no sería suficiente, al parecer Broly había aumentado su poder en segundos. Kakaroto intentó frenarlo, a diferencia de sus amigos que solo retrocedieron para no intervenir, algo dentro de ellos deseaba ver a Vegeta hecho pedazos.
-¡anda maldito insecto! ¡Estoy listo!- retó el príncipe justo cuando el primer ataque se hizo presente, el cual esquivó con facilidad, hubo otro, pero en esta ocasión no tuvo suerte y le golpeó en la cara haciéndolo avanzar hacia atrás, su sangre comenzó a hervir en total rabia y furia, también quería ser fuerte, también quería combatir. Vegeta elevó su Ki con bastante dificultad, apretando sus puños seguido de un rugido, Broly esperó esos segundos ansioso por una nueva batalla, con algo que de seguro alargaría pocos segundos su diversión.
-esta vez… te mataré…- masculló Broly dirigiéndose a él brutalmente, le tomó por el cuello, pero Vegeta plantó una patada en su pecho, logrando que aflojara su ataque inconscientemente. Vegeta se liberó y tomándolo desprevenido lo golpeó en la quijada, esta vez, Broly retrocedió unos pasos aturdido, y sorprendido por el incremento de fuerza de su príncipe. Vegeta confió un poco en sí mismo lanzando una dura parada al rostro del otro chico, pero fue sorprendido y lo frenó en el aire tomándolo de la pierna, lo jaló hacía él y lo golpeó en la cara con fuerza, otra vez la nariz del príncipe se quebró marcándose de sangre.
-no está mal… para un imbécil…- provocó el príncipe y Broly lo golpeó en la cara lanzándole contra una roca, su cuerpo tronó, pero era más resistente esta vez. Se limpió la sangre de la boca con el guante y miró al enfurecido muchacho frente a él mientras permanecía de rodillas en el suelo. Se aproximaba emanando un aura maligna. “Un poco más…” pensó el príncipe deseoso por apreciar al guerrero dorado. Su vista tintineó a un lado mirando a través de la orilla de su ojo a Kakaroto observando asustado comprimiendo los puños a un costado deseoso por entrar en acción. “lo tengo…” dijo para sus adentros poniéndose de pie, formó una sonrisa en su rostro y se cruzó de brazos muy confiado.
-admítelo soldado… al final resultaras perdiendo, así como perdiste a tu “amado”…- parecían ser palabras más poderosas que cualquier otro ataque, pues punzaron en el pecho de Broly logrando frenar su marcha para quedarse fijo en la nada con los ojos al tope por la impresión, mientras la furia y frustración aumentaron sin manifestarse. – terminarás perdiendo ante mi… te venceré aunque no quieras… soy mejor que tu… pero eso es algo que seguramente ya te has dado cuenta…- sus puños se apretaron haciendo sangrar sus propias palmas por la rabia, había comprendido la indirecta, y eso culminó con su cordura, olvidando en esta ocasión hasta su mismo nombre. Finalmente, otro grito desgarrador salió de entre la boca de Broly, un poder inimaginable saltó acompañado de un sonido que dirigía la onda al rodearlo, hasta el cielo pareció oscurecerse formando un remolino de nubes sobre la cabeza del chico por arriba de su cabello en punta, mientras el suelo se partía avanzando en una cuarteadura hasta los pies de Vegeta. Las rocas levitaron alrededor al mismo tiempo que el suelo crujía levantando el polvo y la intensa luz dorada los cegaba arrojándolos hacía atrás por la increíble potencia. Un ultimó aire salió enfurecido del chico y ahí estaba, frente a todos, la persona que ahora media casi el doble que su compañero, frente a sus ojos estaba sorprendentemente el tan esperado… Guerrero Legendario.
El aura más sorprendente y enfurecida, dorada y brillante haciendo que todo lo demás pareciera simple y sin valor. El simple sonido de su Ki los ensordecía retumbando al ritmo de la potencia de su poder, sus ojos, esos ojos que fueron brillantes puntos ennegrecidos, ahora lucían pálidos, brillantes, con un tono verde quizá considerado hermoso, pero no parecían mirar nada, no parecían incluso tener vida, demostrando un vacío repleto de dolor e ira, cargados de venganza. Su cabello levantado a los lados y extendiéndose a lo largo de su melena brillaba como si desprendiera luz por sí mismo, en un tono acercado a un reluciente metal brillante. Su rostro endurecido por la ira, un rostro que parecía haber cambiado con la transformación, pero que en realidad era el mismo, deformado por su muy profundo ceño fruncido y por su quijada rechinante que delineaba su quijada en su rostro. Todos miraban perplejos la escena, Vegeta intentaba mantener el aplomo, mirando con falso desagrado la escena, pero la conmoción y felicidad lo comían por dentro, se sentía emocionado con el hecho de saber que estaban salvados, que obtendrían su venganza, que acabarían con Freezer finalmente. Broly aflojó los puños, y con estos su rostro, levantando las cejas y formando una retorcida sonrisa sarcástica, mirando profundamente a Vegeta.
-siéntete feliz…- le dijo sin poder contener una leve risa. –Serás asesinado… por un súper saiyajin…- Vegeta no supo si sentirse afortunado, o sentir total y absoluto miedo. No tuvo tiempo para pensar más y fue golpeado en la el estómago, el dolor era indescriptible, era como si le quemara por dentro, dejándolo inmóvil por el dolor, sintiendo como las fuerzas se le escapaban al igual que el aire, la sangre salpicó nuevamente fuera de él, otro golpe fue hacía su cara mandado a volar por kilómetros lejos. Era el ataque más poderoso que jamás hubiera visto, sonrió con dificultad, pues su quijada estaba zafada, y aun no se recuperaba en lo absoluto del ataque anterior, viajando encorvado mientras sobrevolaba lo que parecía ser el mar. Lo sabía, estaba acabado. Broly pareció desvanecerse mezclándose en el aire, pues en menos de un segundo estaba esperando en la trayectoria del príncipe, quien ya no se inmutaba ni por recuperar su marcha y mucho menos por intentar atacar. Lo frenó bruscamente de una patada que fue directo a su abdomen nuevamente, vaciándolo de fuerza y de vida, lo sostuvo de la mata puntiaguda elevándolo al nivel de su cara, dedicando la mirada más cruel y despreciable de todas.
-¿Qué pasa príncipe? ¿No me digas que ya no puedes pelear? Que decepción… a penas y te toqué…- dijo desganado sin quitar esa satisfacción y placer de su rostro. Levantó el puño y apuntó a la cara del príncipe; Vegeta solo observó, mirándolo fijamente a los ojos, sin dudarlo sería capaz de derrotar al emperador y vengar a su raza, a su padre, a su honor, al mismo universo. Por un momento se sintió decepcionado de no poder estar ahí para verlo, pero con la idea de saberlo, al menos podía morir más tranquilo. No quiso cerrar los ojos ni siquiera, quería morir con la imagen del súper saiyajin en su mente, era real, era algo tangible, su poder era inigualable, sonrió de la manera que siempre lo hacía cuando el brazo del ahora guerrero dorado, comenzó  a avanzar, no sobreviviría a eso, las semillas no le salvarían en esta ocasión.
-¡¡¡NO TE ATREVAS!!!- una energía blanca y destellante se atravesó entre ambos, mandando al súper saiyajin un poco atrás. Vegeta cayó irremediablemente, pero Droxx lo sostuvo cargándole antes de que este pudiera si quiera tocar el agua. Por alguna razón fue el único que intervino, como si el resto de sus compañeros anhelaran verlo perderse en las profundidades del mar, o como si su vista se hubiese pegado al guerrero legendario, volteando apenas unos pocos segundos para declarar si estaba vivo o muerto. Kakaroto irradiaba una ira, muy lejana a la que su amigo experimento momentos atrás, pero la rabia también lo consumía. Broly bufó unos segundos y luego creó una sonrisa nuevamente, mientras su aura se calmaba dejándolo ver en un tono amarillo pálido.
-otro patético intento tuyo…- musitó con frialdad en sus palabras, y en la mirada que estaba fija en su comandante.
-tranquilízate por favor…- rogó el joven, pero obtuvo una risa malévola en respuesta.
-¡patético…!- bramó antes de salir disparado, Kakaroto comenzó a moverse torpemente a juicio de sus colegas, evadiendo únicamente e insistiendo en mantenerse cerca de Broly, era un demente.
-Broly… yo no te mentí…- dijo con algo de dificultad, pero al muchacho rubio parecía importarle poco lo que decía, pues estaba entretenido lanzando y atinando golpes. –Yo de verdad te amé…- agregó y Broly lo miró extrañado, como si no supiera de qué demonios estaba hablando. –en verdad me gustas… y lo siento tanto, jamás debí dejarte… soy un imbécil por eso, no valió la pena después de todo… ¡tú eras el indicado, soy un idiota!- gritó llenó de desesperación logrando que Broly se frenara unos segundos, momento que aprovechó para abalanzarse sobre de él, pero no lo golpeó como todos esperaban, al contrario, lo tomó por el cuello besándolo profundamente. Todos miraron perplejos la escena, abriendo sus ojos y bocas por la impresión, no lograban entender el porqué de eso, era algo que parecía broma. El rostro de Broly se paralizó con eso, su cerebro dio click y su aura se disipo al mismo tiempo que su cabello volvía a su forma apagando el color brillante para volverse opaco y ennegrecido. La sorpresa aumento en sus compañeros ante eso, comprendiendo de inmediato que había logrado la meta de su cometido. Los claros ojos del chico se tornaron azabaches nuevamente, dejando ver en ellos una luz natural. La cabeza le dio vueltas mareado por el asunto sin asentar aun sus ideas, el cuerpo lo sentía rígido mientras se volvía más pesado cada vez. La vista se le nublo y cayó inconsciente recogido hábilmente por Kakaroto en sus brazos.
-¡¿Qué demonios fue eso?!- exclamó Droxx con Vegeta en brazos. -¡ES LO MÁS LOCO E INCREÍBLE QUE NUNCA ANTES HAYA VISTO!- agregó abriendo los ojos con emoción y sorpresa.
-…volvamos a casa…- ordenó el comandante seguido de un suspiro avanzando en dirección a tierra firme. En cuestión de segundos aterrizaron en el “patio” de la casa, Kakaroto dejó a Broly suavemente y Droxx colocó a su príncipe sobre el suelo, Vegeta estaba consiente, pero adolorido, apenas y recuperaba fuerzas llevando su mano inconscientemente a su estómago.
-¿Dónde está la otra semilla?- preguntó Kakaroto a Krazack, pues había sido él a quien se las había entregado para salvar a Vegeta la primera vez.
-no… no lo sé…- contestó fingiendo revisar en su traje y en la bolsa marrón que ahora estaba vacía.
-¡maldición! ¿Cómo que no sabes?- dijo Kakaroto algo alterado frunciendo el entre cejo.
-déjalo… estoy bien…- jadeó Vegeta luchando por levantarse, el comandante intentó ayudarlo a ponerse de pie, pero el príncipe lo rechazó lanzando su mano a un lado bruscamente. Kakaroto entendió el mensaje y se quedó inmóvil mirándolo. Se recargó sobre una de sus rodillas incorporándose lentamente, se fue de lado y casi cae, pero Droxx se apresuró a tomarlo del hombro para ayudarle a caminar, Vegeta se tragó su orgullo y tomó el cuello de Droxx fuertemente sin soltar su abdomen con la otra mano. Nadie se atrevió a decir nada, mirando como el príncipe cruzaba la línea al interior de la casa.
-perdóname Vegeta…- dijo Broly despertando y poniéndose de pie después de tan solo unos minutos de inconciencia. El príncipe se frenó mirándolo por la borde de su ojo, formó una sonrisa en sus labios y miró al frente.
-no lo haces mal soldado, pero no te arrepientas nunca de lo que hagas, debiste haberme matado ahora que tuviste la oportunidad…- respondió con el mismo orgullo y despotismo de siempre, demostrando que se sentía mejor, y mostrando también en la expresión de su cara, que la felicidad inundaba su ser. Indicó a Droxx con la mirada que continuara avanzando, el chico obedeció adentrándose en la habitación. Los ojos incriminatorios se fueron sobre Broly, quien miró al suelo con vergüenza y asombro de sí mismo, más de lo segundo, pero igual estaba algo decepcionado de no haber podido controlarse.
-lo siento…- musitó y la expresión de sus compañeros cambió repentinamente.
-¡¿sentirlo?! ¡¿De qué demonios estás hablando?! ¡Estuviste increíble!- contestó Raditz con suma felicidad y emoción cerrando sus manos al frente.
-¡no creí que fuera real! ¡Pero lo eres Broly! ¡LO ERES! ¡ESTO ES INCREÍBLE, DE VERDAD EXISTE EL GUERRERO LEGENDARIO!- gritó Turles más emocionado, y sin poder aguantarse abrazó a su amigo. -¡ESTOY ORGULLOSO DE TI HIJO MÍO!- dijo con tono bromista, pero hablando muy en serio. Una sonrisa nerviosa se dibujó en los labios de Broly.
-con ese poder sin duda exterminarás a la lagartija de Freezer… sin dificultad… - motivó Kyou con una extraña y repentina felicidad.
-¡Broly eres muy poderoso! ¡Sin duda podrás con él!- exclamó Kakaroto sonriendo, pero se puso serio de inmediato. – Lo único malo es que si no logras reaccionar, terminaras por matarnos a todos sin pensarlo…- su voz se escuchó profunda, la culpa recayó sobre Broly haciéndolo sentir un imbécil rápidamente.
-¡YA DÉJALO EN PAZ TÚ Y TUS ÑOÑERÍAS!- pidió Droxx saliendo de la casa y aproximándose a sus amigos. -¡¿ACASO NO VIERON?! ¡¿POR QUÉ ESAS CARAS DE MARICAS?!- exclamó notando la seriedad del asunto. -¡¡¡ES EL SÚPER SAIYAJIN!!! ¡ES EL SER MÁS PODEROSO DEL UNIVERSO! ¡SE CHINGARA A FREEZER DE UN JODIDO GOLPE! ¡¿QUÉ MÁS QUIEREN, EN SERIO?!- gritó abrazando a Broly por el cuello.
-¡BRO, HERMANO! ¡YA CHIGASTE WEY! ¡EN SERIO ERES UNA V…! ¡ERES GENIAL! ¡INCREÍBLE! ¡EL MEJOR DE TODOS!- la expresión de todos ante eso cambio a alegría rotunda, alegría y sorpresa, incluso energía y lágrimas, pero aun no estaban listos; y Vegeta quien escuchaba todo el estruendo recostado sobre la cama de su habitación lo sabía, no era momento para festejar algo que aún se veía lejano. Tenían al súper saiyajin, pero no podían asegurar aún, si lucharía con ellos, o en su contra.

-Vegeta… no te esfuerces demasiado… podrías lastimarte…- indicó Droxx entrando a la habitación después de mirar cómo se esforzaba por levantarse. Tomó a su príncipe del brazo para que este se recostara nuevamente en la cama, pero Vegeta se quitó el brazo del muchacho bruscamente de su cuerpo y gruñó con desagrado reclinándose sobre el colchón. –nada te va a hacer cambiar… ¿cierto?... después de todo conservas ese orgullo de príncipe…- comentó el muchacho sonriéndole, pero Vegeta lo ignoró girando su cabeza a un lado. Droxx se acercó sin miedo y suspiró algo cansado. -¿quieres que te traiga algo de comer?- preguntó con la misma tranquilidad y calma, incluso podría decirse que su voz contenía un toque de amabilidad. Vegeta resopló pero no contestó nada, tenía hambre, pero intentar llegar ahí sin ayuda era imposible, su metabolismo saiyajin no era tan veloz como para recuperarse de tan duros ataques tan fácilmente.
-no tienes por qué cuidar de mi…- bramó Vegeta en el tono más indiferentemente posible, sin siquiera mirar al muchacho.
-sí, eres mi príncipe…- contestó sonriendo como siempre. –y más que eso, eres mi compañero… eres mi amigo…- agregó y los ojos de Vegeta se angostaron ante semejante estupidez, su ceño se frunció y dejó escapar otro rugido molesto.
-no digas estupideces…- musitó Vegeta haciendo evidente su molestia ante el comentario. Droxx bajó un poco la mirada pero no se fue. Sus puños se apretaron un poco ante la arrogancia y despotismo de su compañero, pero mantuvo la calma, pues parecía que en ese momento, el príncipe no le importaba a nadie más que a él.
-cocinaré algo de lo mío, regreso en un momento…- respondió girándose a la puerta nuevamente, sin despegar la mirada del suelo manteniéndose firme ante su idea.
-Droxx…- llamó el príncipe frenando al muchacho en seco ya parado en la puerta. -¿Por qué no solo me odias como el resto?- preguntó con total y suma seriedad, quizá con algo de molestia, pero manteniéndose firme, mirándolo desde la orilla del ojo apoyando su cabeza sobre la almohada. Droxx le regresó la vista, pero sonrió ampliamente ante sus palabras, incluso levantó las cejas curvándolas más allá del contorno de sus ojos, mostrándose sumamente sorprendido.
-gracias Vegeta…- contestó y el príncipe deformó más su cara sin entender a que se debía eso, y más aún,  porque no había contestado a su pregunta. –Finalmente te aprendiste mi nombre…- agregó y se giró al frente mostrándose estúpidamente feliz. Abandonó la habitación cerrando la puerta delicadamente tras él; los ojos negro profundo de príncipe se clavaron contra el techo de la habitación, distinguiendo a penas el blanco entre la oscuridad del lugar. No lo entendió de momento, pero era claro que él muchacho le respetaba aun como su líder, que estúpido, ponerse feliz por el hecho tan simple de que recordará su nombre. Un detalle inundó sus pensamientos. –me llevó más de doce años aprenderlo…- dijo para él sonriendo levemente, ese soldado débil e indigno de ser saiyajin, aquel que reprendía y regañaba ante su absurda desobediencia, ese muchacho que consideraba solo basura, inservible a comparación del resto de los soldados, era ahora el único quien se mostraba considerado, fiel. Se sintió imbécil por un segundo, era verdad, al final no sabes quienes permanecerán fieles a ti, y sorprendentemente en esta ocasión, era quien menos se esperaba.

-¿Cómo esta Vegeta?- preguntó Kakaroto impaciente esperándolo en la parte inferior de las escaleras.
-enojado y herido… ¿Qué esperabas?- contestó Droxx un tanto indiferente, pero actuando con normalidad. Se aproximó a la cocina sin decir nada más, sus compañeros lo miraron discretamente sorprendidos y horrorizados ante la idea de que fuera considerado con Vegeta, a ojos de sus amigos, debió haber muerto ahogado o a manos de Broly. Kakaroto estaba sumamente preocupado, sintiéndose terriblemente mal, Vegeta fue testigo de las palabas que le dedicó al súper saiyajin, las cuales dijo solo para calmar su ira, pero hicieron disgustar claramente a su príncipe. El sonido de comida comenzar a cocerse llamó la atención de todos en la sala, ¿Droxx cocinando? Eso sí era algo nuevo, incluso más que el legendario guerrero. Raditz se acercó mirando de reojo los movimientos de su amigo, parecía arrojar estúpidamente todo al fuego, su compañero rio ante eso, pero observó discretamente recargado en la mesa. Una llama grande de fuego se hizo presente flameando un poco el rostro del loco muchacho asustándolo, logrando que este retrocediera.
-oye… Raditz… ¿me ayudas con esto?- pidió amablemente sonriendo, pero con una extraña seriedad. El mayor sonrió afirmando, de igual manera esperaba a que le dijera eso, y estaba ansioso por intervenir. Ambos muchachos comenzaron a mezclar y condimentar los alimentos. Droxx no estaba seguro de lo que preparaban, pero se veía especialmente bien, perfecto para la recuperación de Vegeta, pero obviamente, no se atrevió a decir que era para él, si lo decía, cualquiera de su escuadrón se reusaría a ayudarle, además de Kakaroto, pero él y nada era lo mismo, se tomaría considerado y exagerado, como cualquier actitud referente al príncipe. Finalmente un platillo exóticamente llamativo quedó listo frente a sus ojos.
-¡ya está! ¡Quedó genial!- dijo Raditz con éxito después de media hora de prepararlo.
-increíble, hay suficiente ¿quieres?- ofreció Droxx a modo de compensación.
-no gracias, me gusta hacerlo de todos modos…- contestó sonriendo agradablemente. Droxx le contestó la sonrisa y colocó todo en un plato bastante amplio. Miró a Raditz unos momentos más mientras este se reunía con sus compañeros en la sala.
-muchas gracias…- dijo Droxx a su amigo y este se volteó unos momentos ligeramente extrañado.
-no es nada, es un placer cocinar para ti…- contestó y eso ultimó hizo bailar la mirada de Droxx a un lado. Tomó la bandeja y se aproximó a la habitación pasando desapercibido para todos, pero Kyou lo miró detenidamente unos momentos antes de que desapareciera en las escaleras. Se detuvo en la puerta girando la manija levemente, bastante despacio a decir verdad. Entró y los ojos de Vegeta a penas lo observaron de reojo, la noche caía sobre la tierra, así que la habitación estaba bastante oscura, encendió la luz con una mano y cerró la puerta con delicadeza. Sin decir una palabra se acercó a la cama colocando el contenedor sobre un mueble el cual sostenía una lámpara.
-te dije que no era necesario…- nuevamente el orgullo de Vegeta se hizo presente, pero Droxx se mantuvo firme sonriendo aunque con nada de gracia realmente.
-claro que sí, debes recuperar energías…- contestó el muchacho y para sorpresa de Vegeta se sentó en una silla a un lado de la cama. –por favor come, puede que no esté tan bien, pero me he esforzado…- comentó y el príncipe soltó un suspiro algo frustrado por tener que ceder ante la idea. Se incorporó levemente sentándose en la orilla de la cama y con algo de calma comenzó a comer, mientras Droxx seguía fijo en el suelo.
-no es necesario que permanezcas aquí…- indicó queriendo decir: “lárgate”, pero uso esa extraña cortesía y arrogancia que sobresalían naturalmente de él.
-por favor… deja que me quede…- pidió el muchacho y su príncipe torció levemente los ojos, pero accedió sin decir nada más. Pasaron unos minutos en absoluto silencio, pero el más joven soltó unas palabras sin pensar.
-en verdad creí que Broly te mataría…- dijo haciendo disgustar a Vegeta, no le gustaba que le remarcasen sus debilidades, y menos que lo expusieran ante algo que sabía de sobra. Refunfuñó un poco, indicando que también se sintió cerca, pero que no hablaría en lo absoluto sobre ese tema. -¿Qué es lo que hay de malo con el súper saiyajin?- preguntó y esta vez el príncipe le dedicó una mirada de unos leves segundos.
-¿a qué te refieres?- preguntó casi sin interés, pero sorprendido en el fondo, pues jamás había visto actuar a Droxx tan serio.
-puedo leerlo, tos ojos me dicen que sabes algo más, algo que definitivamente no pinta en lo absoluto a nuestro favor…- era la primera vez que el chico hablaba como persona, era verdad, dentro de su cabeza yacía un cerebro pensante, y por un segundo sintió que no era el único con la innata capacidad del pensamiento.
-realmente pierde el control de sus actos…- contestó meneando aun la comida del plato. –pero no pierde la conciencia, solo deja de retener sus más oscuras intenciones… es manipulado por su subconsciente cargada de odio, de resentimiento, de sed de sangre…- Droxx permaneció serio arrugando un poco la frente manifestando su asombro.
-entonces solo muestra su otra cara… es como ¿su otra personalidad?- preguntó el chico reteniendo su ira al enroscar sus palmas formando apretadamente sus puños.
-puede ser… - dijo mirándolo levemente con la cabeza gacha. –una que nos odia a todos, una a quien no le importa en lo absoluto matarnos…- explicó y la inquietud se apoderó de los pensamientos de Droxx. –… es su esencia de guerrero…- agregó y volvió a su comida para ingerir un par de bocados más. Un silenció inundó la habitación unos instantes, pero la mirada temblorosa del más joven se posó interrogativa sobre su príncipe otra vez.
-entonces dices, que el problema con él…- no se atrevió a continuar, estaba hablando de su “hermano” como si fuese un monstruo o la peor bestia a cual temer.
-que probablemente no luchará a nuestro favor…- completó Vegeta en un tono frío y natural. Droxx contrajo sus músculos tensando su quijada, la idea de que su compañero podría convertirse en su enemigo lo llenó de pavor, Freezer parecía irrelevante ahora, una mosca a comparación de Broly, era ahora a él a quien debía temer.
-Kakaroto ya no podrá controlarlo más, cada vez la mente de Broly se vuelve más inmune…- soltó Droxx y la cuchara que sostenía Vegeta entre sus manos se deformó con solo haberla comprimido un poco más, era claro que ese tema le molestaría. Su mirada se quedó perdida unos instantes en la nada, pero asintió levemente, no hacía falta que se lo dijera, eso estaba claro para él.
-¿y tú vas a continuar con tu absurda actuación amorosa?- preguntó el príncipe sobresaltando a Droxx quien no se esperaba absolutamente nada de eso.
-¿Qué?- preguntó mirándolo con el rostro levemente sorprendido.
-eso solo alimenta su locura, y te consume a ti claro está, no necesito conocerte mucho para saber que no lo soportas más…- respondió Vegeta y Droxx se sintió descubierto, si bien Vegeta era alguien muy inteligente, intuitivo, sabio, pero jamás imagino que su mente fuese tan frágil como para ser evidenciado de esa manera.
-tienes razón, pero esa absurda falsedad ya ha finalizado para mí…- contestó mirando melancólicamente al frente, pero decidido y firme.
-pero para él no… termina con eso de una vez…- dijo casi a modo de orden, Droxx asintió y lo miró con respeto, quizá esta vez con el nivel máximo que antes lo hubiera hecho, esta vez tenía un motivo real para hacerlo. Vegeta apenas lo observó por la orilla de su ojo, sintiendo un ego nuevamente dentro de él, no había dejado de ser el príncipe. Al paso de unos minutos terminó con sus alimentos, Droxx tomó el plato sin que Vegeta tuviera que indicárselo.
-descansa…- susurró Droxx avanzando hacia afuera de la habitación. Vegeta se recostó en la cama y miró al techo perdido en su misterioso y profundo mundo.
-Droxx…- frenó nuevamente su marcha y casi sonrió al escuchar nuevamente mencionar su nombre. –la comida sabía bien…- agregó dando por finalizada la conversación. El muchacho esbozó una leve silueta en sus labios, mostrando su felicidad ante el alago que no debía ser dirigido hacía él. Se dio la vuelta y abandonó el cuarto dejando nuevamente la habitación en penumbras. Se detuvo justo afuera y sonrió más ampliamente mirando únicamente la nada, esa debía ser la forma de decir gracias para Vegeta, y aunque no fue directo, se sintió gratificado con ello.

El sonido de la puerta abrirse interrumpió su descanso sobresaltándolo ligeramente, fijó su mirada en la puerta y a través de la luz que caía desde el pasillo percibió la silueta de Kakaroto detenido en la puerta, y su mirada fija sobre él, se giró al techo desinteresado mientras el chico entraba de lleno en la habitación.
-lo siento, no quería despertarte…- se disculpó el joven casi adolecente aproximándose al sillón, lugar donde decidió dormir por obvias razones. Vegeta no contestó, en realidad ni siquiera se movió, solo siguió fijo en la oscuridad de la habitación. –mañana iré por más semillas del ermitaño, Yajirobe prometió que estarían listas para estos días…- anunció Kakaroto, pero era claro que Vegeta no accedería a sus absurdos intentos por comenzar un tema de conversación, así que asintió con indiferencia. –Te ves mejor, eso me alegra…- musitó sentándose en el limitado espacio del sofá, mirando decepcionado de sí mismo el suelo. –Lo lamento…- agregó tumbándose sobre las almohadas y cubriéndose con una manta que había ahí mismo. Pasaron un par de minutos donde ambos estaban conscientes de que ninguno de los dos había podo conciliar el sueño.
-lo que dije no fue verdad…- pareció como si le hubiera hablado a la pared, pues Vegeta no mostró signo de algún interés. –Solo lo hice para calmar su ira…- aclaró y apenas un “hmmm” salió de entre la garganta del príncipe. Kakaroto suspiró chocado de sus últimas y repetitivas peleas, se estaba cansando también. –te juro que nada de eso era verdad…- por alguna razón, no pudo creerse ni él mismo, estaba claro que algo de eso si deseaba salir, pero no quería admitir la idea. Vegeta se movió en el colchón quedando de espaldas a Kakaroto.
-eso espero…- susurró en voz prácticamente inaudible, pero por el silencio y calma de la noche, su voz resonó en el cuarto. Los pensamientos de Kakaroto se alteraron ante eso, al parecer, Vegeta tampoco había creído en sus palabras.

-¿crees que ya sea lo suficientemente lejos?- preguntó Krazack a Kyou después de casi media hora de volar a toda velocidad hacía algún lado.
-sí, tal vez…- contestó su hermano y ambos descendieron en medio del bosque a mitad de la noche. Bajaron caminando entre la maleza y los arboles frenándose en un lugar ligeramente más despejado.
-ya no los escucho…- comentó Krazack concentrándose, Kyou asintió y comenzó a retorcer sus brazos y su cuello.
-todos están dormidos, espero no se percaten del aumento de tu Ki…- dijo Kyou y Krazack sonrió ácidamente sacando la semilla del ermitaño de entre sus ropas, esa que robó cuando su comandante deposito su confianza en el indicándole que salvaran a Vegeta antes de que este muriera por el agujero en su pecho.
-bien, comencemos…- indicó Kyou bajando su Ki casi a cero. Krazack al contrario elevó el suyo apretando con fuerza sus puños. Golpeó a Kyou en la cara fuertemente, uno y luego otro, pero al tercero Kyou le detuvo la mano con facilidad.
-¡golpéame bien! ¡Con todas tus fuerzas!- ordenó Kyou bastante molesto. -¡así jamás lograras herirme! ¡Golpéame como si fueras a matarme!- agregó y Krazack apretó más su cuerpo elevando aún más su fuerza. Golpeó a Kyou en el estómago, en la cara, dedicando patadas y ráfagas de golpes rápidos.
-¡¿a eso llamas golpear?! ¡Se lo hubiera pedido a una roca lo haría mejor!- gritó el mayor de los Miki golpeando el rostro de su hermano duramente, desesperado por su estúpida piedad y consideración. -¡estaré bien maldita sea! ¡Solo golpéame en serio!- exigió y Krazack se puso firme nuevamente, intentado ignorar el dolor palpitante en su rostro, lo golpeó en la cara esta vez más fuerte, logrando que Kyou retrocediera un poco, pero era inevitable no contenerse, sentía miedo, miedo que Kyou podía oler.
-¡estúpida basura! ¡¿Sabes lo que es golpear?! ¡No eres más que un sucio maricón!- atacó Kyou con la intención de golpear nuevamente al peli-azul, pero Krazack lo sorprendió antes lanzándolo lejos de un golpe aterrizando de espaldas contra el suelo, Kyou apenas abrió los ojos cuando miró a Krazack posarse sobre él, se le ocurrieron más insultos para hacer enfurecer a su hermano, pero otro golpe que le retorció la quijada lo silenció rápidamente, dejándole claro que el comentario anterior lo había sacado de quicios, pues ahora plantaba un golpe tras otro, cada vez más y más fuertes. La mirada frustrada de Krazack inundaba su ser, desahogándose y dejando fluir sus emociones, soltando la furia que había querido demostrar durante años, atacando en serio, motivado por esa última palabra “maricón”. En su mente corrían una serie de imágenes que lo tensaban aún más, orillado a revivir esos amargos y duros momentos años tras, cuando vivía con los suyos en la nave, cada golpe liberaba un poco su alma, su dolor, su desesperación, quería matar a Kyou. El cuerpo de su hermano saltaba cada vez menos con cada golpe, deformando ya en su totalidad su rostro, mostrando sus labios partidos, un ojo hinchado mientras el que siempre permanecía cubierto, derramaba un hilo de sangre en la orilla, donde el cabello aun impedía ver que herida había ocasionado abajo. Los golpes lo mareaban demasiado, dejándolo sentir el dolor que debía soportar, pero Krazack no disminuía, solo aumentaba metiendo en esta ocasión ambas manos. Kyou sintió desfallecerse, intentando articular palabra en el vaivén de su cabeza.
-espera… es suficiente…- ordenó pero Krazack rio malévolamente ante eso.
-no he acabado aun…- susurró clavando su pierna entre sus costillas, el hecho de tener el rostro destrozado lo había debilitado demasiado a pesar de no haber sido dañado del cuerpo. Krazack cambió en esta ocasión comenzando a golearlo en el estómago sin piedad mirando como la sangre se desparramaba de sus labios.
-¿Qué pasa hermano? ¿Qué dices? ¿Qué aun no es suficiente? Bueno, como quieras…- dijo Krazack imaginando una conversación que Kyou ni siquiera pudo articular, usando un tono sarcástico y burlón. Kyou no podía moverse, ni defenderse, mucho menos atacar, así que solo se aprovechó del asunto. Golpe tras golpe, parada sobre patada, estaba prácticamente destrozando a su hermano.
-¿aún no es suficiente para un maricón?- preguntó mofándose sabiendo que no podía contestar, pero Kyou parecía tranquilo, sabía que no podía confiar en Krazack el solía ser así, y ahora no podía hacer nada, pero conocía a la perfección los juegos de su hermano. -¿Qué tal si acabamos con eso aquí? No necesito un sucio saiyajin a mi lado…- sonrió secamente al mencionar esas palabras, Kyou odiaba que lo recordara el hecho de ser saiyajin, pero si hubiera podido, hubiera sonreído.
-jajajajaja… deberías ver tu cara…- dijo Krazack dando una última patada que mando a volar el cuerpo inerte de su hermano. Chocó contra un árbol y se quedó tendido en la misma posición. Krazack se acercó sonriente y metió la semilla en la boca de Kyou, quien la tragó en seguida.
-eres un cabrón Krazack…- dijo Kyou al haberse recuperado instantáneamente sentándose en el suelo. –En verdad me dolió mucho…- se sobó la cara a pesar de que ya no había dolor.
-tenías que ser muy dañado… solo hice lo que me pediste- contestó mostrando sus dientes en una sonrisa.
-¿y tenías que ponerte a jugar?- preguntó Kyou con falsa molestia.
-jajajaja debía hacerlo creíble… al menos dime que sentiste miedo…- respondió sentándose a un lado.
-no, eres demasiado maricón para decir algo así…- la palabra lo hizo enojar levemente, pero solo rio ante eso. –Que tiempos ¿no inservible Metirol?- agregó Kyoy recordando sus juegos de niños, donde se insultaban de esa manera, a modo de broma y juego.
-ja… no está mal para un sucio mono…- sonrió agriamente y se quedó serio. –No aumentaste mucho…- comentó mirándolo algo decepcionado.
-en realidad me fui casi al triple…- contestó Kyou consiente de su nuevo poder. –Pero aún estoy lejos del súper saiyajin, el poder de Broly es inmenso… - comentó y Krazack chasqueó la boca.
-mañana Kakaroto ira por las nuevas semillas, debemos apoderarnos de más, y entrenar más, sin mencionar que debemos alejarnos de Broly, solo representa un gran peligro…- dijo Krazack y Kyou asintió con la cabeza.
-vamos a casa… hay que descansar un poco…- indicó el mayor y ambos se pusieron de pie para volver de inmediato en absoluto silencio.

-¡Maestro Karin!- gritó Kakaroto en la entrada de la torre, era bastante temprano así que quizá aún no estaba despierto, avanzó un poco más, seguido por sus dos amigos, pues esta vez era acompañado  únicamente de Droxx y Broly. La presencia de Yajirobe apareció rápidamente subiendo las escaleras con una extraña y sorprendente rapidez.
-¡Goku! ¡Tómalas!- dijo lanzándoselas sin pensarlo nada. -¡el gato loco no te las quiere dar! ¡Anda vete ya!- indicó mientras un bastonazo se azotaba en su cabeza.
-¡insolente! ¡¿Cómo te atreves a desobedecerme?!- gruñó el maestro enfurecido y Goku dio un paso atrás asustado.
-¡disculpe Maestro Karin! ¡Pero en verdad las necesitamos!- se disculpó el saiyan caminando a la salida.
-¡tú cállate muchacho y devuélvemelas!- exigió pero fue ignorado.
-¡gracias y disculpe! ¡Nos vemos luego Yajirobe! ¡Gracias otra vez Maestro!- los tres muchachos se fueron volando de regreso a la casa, a la cual llegaron minutos después. Kakaroto fue acompañado por Droxx hasta la habitación donde se encontraba Vegeta, quien ya se veía mucho mejor, pero aun su condición estaba deteriorada. Abrieron la puerta y el joven príncipe estaba realizando ejercicios de calentamiento con algo de dificultad. Se detuvo en cuarto los notó en la puerta, y se giró a ellos, pero sin mirarlos directamente.
-Vegeta, ya las tengo… ten toma una…- dijo extendiéndole la mano, pero Vegeta la recibió con desagrado. Dudó un momento en consumirla o no, pero terminó por hacerlo de igual manera, la energía subió por su cuerpo, pero como lo esperaba, el incremento no fue tan grande como la vez anterior, le faltaba estar más herido. Se abrió paso entre los dos muchachos y salió del cuarto ansioso por probar su nuevo poder.
-andado, no tenemos todo el día…- ordenó y los dos muchachos asintieron con la cabeza. Se reunieron abajo y apenas terminaron con el desayuno se alistaron afuera de la casa realizando ejercicios de entrenamientos para calentar. Kyou estaba deseoso de practicar con su ahora nuevo límite de poder. En el aire se sentía una gran carga pesada de miradas frías llenas de rencor y odio de uno contra otro, con silencios profundos y dudosos más allá de cualquier calma normal, estaban tensos y frustrados, temerosos y desconfiados, parecía, como si todos fueran enemigos, listos para entrar en una nueva batalla.

Continuará…. 

Notas finales:

Otra vez… no llegué a donde quería… pero bueno, ¡ya tengo al menos al súper saiyajin! Wiiii… jajajaja, el sig capítulo espero sea largo, tal vez lo sea, quizá… demasiado, mmm… o tal vez lo parta en dos como es mi costumbre xDDD! Jajajajaja! En ese caso faltan tres más (otra vez, pero ahora si es neta xP) uff… bueno gracias por leer, nos vemos la sig semana, ya sea jueves o viernes, espero sus comentarios, me motivan, quiero saber que piensan y más cuando ya puedo saborear el final… jejejeje! Bueno suerte Bye! 


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