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Nymphetamine por Luna Shinigami

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NYMPHETAMINE
CAPITULO I


Nota: los personajes de Yu GI – Oh no pertenecen, este fic es sin animó de lucro.


**************

Todo Domino City estaba conmocionada por el torneo nacional de duelo de monstruos que se daría allí mismo, muchos de los mejores duelistas estaban invitados, tanto novatos como antiguos, ya que habían sido seleccionados especialmente por el mismo presidente de la corporación Kaiba.

Y hablando del mismísimo Seto Kaiba, el dueño absoluto de Kaiba Corp, este había preparado aquel torneo para demostrar como siempre que era el mejor del mundo pero sobre todo quería incentivar a aquella persona que amaba y que se había escondido debajo de las mismas piedras para que él no lo encontrara.

**************

Caminaba despacio entre la gente, el viento jugaba con sus desordenados mechones rubios, mientras que las gafas de sol impedía a cualquiera ver aquellos hermosos ojos ambarinos. Traía puesto un pantalón negro, un buzo de cuello alto blanco y una gabardina que le llegaba hasta los talones de color negro.

En una mano llevaba su equipaje, en la otra una manito pálida lo retenía cerca.

-¿Qué te parece?- pregunto el rubio a su acompañante.

-bonito…- respondió la pequeña.

-Se que estas cansada, pero debo ir donde un amigo… ¿me acompañas?

-Hai… pero… arriba- dijo la pequeñita, que tenia un abrigo azul oscuro y unas pequeñas gafas, mientras le alzaba las manos, para que el rubio la alzara.

Se acomodo la pequeña en los hombros y la niña se agarro levemente del cabello del mayor. Ambos rostros tenían una espectacular sonrisa.

Caminaron… bueno, camino el mayor durante una hora, mostrándole a la pequeña el lugar que alguna vez había sido su hogar, la niña miraba todo con fascinación, aunque había sitios más bonitos como aquel triangulo de metal grandototote, (la torre Eifel ^^U) o aquella pared echa en piedra y muy, muy larga (La muralla china ^^U), pero aquel sitio también era… mmmmmm… agradable.

El rubio se detuvo cuando estuvo en frente de una tienda de juegos, estaba tal y como lo recordaba, con aquel letrero vistoso y seguramente vendiendo cosas difíciles de conseguir en toda la ciudad, cosas tan antiguas como el mismo faraón. Miro el lugar de reojo sin soltar la niña, lo habían invitado a participar al torneo, no quería, al principio… pero tenía una razón de peso, así que había llamado desde Hong – Kong a Yugi y hoy se verían de nuevo todos los del combo de la amistad… o sea Yugi y compañía.

- Konichiwa¡¡¡¡- saludo el rubio al tendero.

-Joey¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- grito el ojilila, mientras se tiraba casi encima de su amigo, que gracias a Ra, era más fuerte y sostuvo en su peso a Yugi y a su pequeña carga, que jalo un poco sus cabellos al sentir la inseguridad e la gravedad.

-Oye, tranquilo Yugi- trato de reír el rubio, aun con pequeñas lagrimitas, al sentir las pequeñas manitas tratando de aferrarse a su rubio cabello.

-CHICOS, AQUÍ ESTA JOEY¡¡¡¡¡¡- Grito el ojilila a sus compañeros, mientras hacia que el rubio entrara y pasara al segundo piso, tal era su emoción que aun no veía la pequeña que el rubio traía en sus hombros. (Partida de cegatones )

Cuando llego al segundo piso puso ver a sus amigos, aquellos que hace tres años había dejado atrás… Yami, Tea, Tristan, Duke, May, Bakura y Serenity. El tiempo en ellos no había transcurrido, se veía igual de niños, él en cambio tenía una expresión más serena y calmada, muy diferente a la que alguna vez tuvo, pero debía admitirlo aun todos eran unos niños y eso lo incluía a él, apenas tenían 19 años, menos su hermana que ya tenia unos 17, ¿tanto tiempo había pasado?

-AMIGO¡¡¡¡ HERMANO¡¡¡¡¡- Todos fueron a abrazarlo, todos menos Yami, que se había fijado de la niña que traía Joey consigo, algo que los demás no habían notado, claro que para él esa niña tenia lago en especial, sobre todo su mueca de enfado al sentirse rodeada de gente.

-¿Quién es la pequeña?- se atrevió a preguntar Yami cuando todo el mundo estuvo más calmado, los demás se sonrojaron por pasar inadvertida a la pequeña.

Joey la bajo de sus hombros y la coloco en el suelo, mientras con suavidad le retiraba el abrigo azul y dejaba caer una cascada de mechones castaños y rubios (si Yugi puede tener tres tipos de colores, ella también), le arreglo el vestidito azul claro que llevaba y le termino de amarrar los zapatos blancos.

-ella es Kaede…es mi hija…- respondió el rubio sonriendo.

Todos tuvieron que hacer acopio de sus fuerzas para no desmayarse ante la revelación. Después de un rato todos tomaron asiento, mientras el rubio sostenía en sus piernas a la pequeña, que parecía asustada, ya que no se había atrevido a hablar, bueno eso era lo que pensaban ellos, que la niña debía estar asustada al estar con todos esos adultos.

-mira Koneko-chan (1), la castaña de allá se llama Tea… es una gran amiga…- dijo el rubio señalando a la chica.

-mucho gusto, Kaede…- Tea hizo una ligera reverencia y la niña respondió con un japonés fluido.

-“Doodzo yoroshiku Tea-san, Watashi Kaede desu”. (Encantada, Tea. Soy Kaede), hay esta niña tiene el coeficiente intelectual de un genio. ^^.

El rubio siguió con la presentación…- aquellos que parecen gemelos, el más grande es Yami Atemu y el más bajito es Yugi…son novios, bebé…-

Tanto Yugi como Yami se sonrojaron hasta la punta de la nariz, para luego reaccionar, se hicieron las mismas reverencias, aunque Yami no despegaba los ojos de aquella niña que era muy bien educada a pesar de su obvia edad, que no pasa de los tres añitos, el mismo tiempo en el que el rubio Wheeler había desaparecido.

-el de cabello negro es Duke, el peliblanco Bakura y el de cabello castaño es Tristan-

-mucho gusto- respondieron los tres a coro y la niño hizo otra pequeña reverencia.

-la rubia es May Valantaine…- Joey no había terminado de hablar cuando la rubia despampanante se acerco a la niña con una sonrisa fingida.

-tan linda…- murmuro entre dientes para acariciar la cabecita de la niña, lo cual no le causo ni la más minina gracia a la pequeña, que por alguna extraña razón aquella mujer no le había gustado en lo absoluto, hizo un seño de disgusto que no paso desapercibido para el faraón, ni para la rubia.

-y ella… es mi hermana Serenity…- Joey acerco a la niña y le tendió la mano a su hermana.

-Tía?- pregunto la niña viendo a su padre, aquello no le gustaba la pequeña, siempre habían sido ellos dos, ahora había un montón de extraños haciéndose los divertidos con ella solo por acercarse a su rubio padre, odiaba eso, aun a su pequeña edad, Kaede era una celosa compulsiva.

-si amor, tía Serenity…- dijo suavemente mientras sostenía a su hija, una sonrisa tan distante y tan diferente a las sonrisas antiguas que solía dar.

Kaede retiro las gafas que había tenido puestas y miro con fiereza a la bola de inútiles “amigos” de su padre.

Todos sostuvieron la respiración, los ojos de la niña eran de un azul oscuro, fieros, casi calculadores para una inocente niña, esos ojos eran los gemelos de… imposible.

-sueño… papi…- bostezo la niña. Aja¡¡ su padre no se podía negar. Kaede era una niña muy manipuladora, sabia que antes que a esa banda de tontos, toda una vida la preferiría a ella y realmente ya estaba cansada de esos intrusos (valla deducción para una niña de tres años o_O)

-Yugi… me prestarías una habitación para recostar a Kaede, no durmió nada de Hong Kong, hasta aquí y debe estar rendida… ¿verdad, Koneko?…-

La niña solo asintió fuertemente mientras se acomodaba más en el regazo de su rubio padre y sus mechones castaños tapaban de manera curiosa aquellos escasos mechones rubios que aun tenia.

-claro amigo… ya sabes, en la que tú te quedabas…- respondió Yugi al ver bostezar a la pequeña.

-gracias… vamos princesa…- el rubio se retiro con la pequeña en brazos.

Todos quedaron callados por un momento, mientras veía como el rubio de su amigo desaparecía con la niña en brazos, a decir verdad aun estaban perplejos por lo acontecido en tan poco tiempo. No sabían nada del rubio, excepto por sus breves cartas o las llamadas que desde alguna parte del globo le hacia a Yugi.

-simpática la criatura…- dijo Deblin como para disipar la tensión.

-pero vieron sus ojos, parece que no le caímos muy bien a la pequeña…- arguyo Tristan.

-a mi personalmente me gustaría saber quien es la madre…- decía malhumorada May, con un sentimiento verdaderamente horrible en la boca del estomago –digo, porque la criatura ha de tener madre, además porque Joey no nos contó nada, eso no se le puede perdonar al rubio presumido-

Yami seguía callado, solo él se había dado cuenta de aquella pequeña, de la expresión entre alegre y triste del rubio, sintió una mano que lo tomaba fuertemente y al voltear vio el rostro de Yugi.

-que pasa?- le susurro bajito.

-nada… nada, Shujin(2), calmate, además… tenemos y debemos contarles a ellos los nuevos acontecimientos ¿ne?…-trato de sonreír aunque en aquel momento no fuera posible por la tensión que habitaba en su cuerpo.

Yugi al instante se sonrojo, mientras miraba con cariño extralimitado a Yami.

************

Joey intentaba dormir a la niña, pero esta labor se estaba volviendo titánica, ya que la pequeña se movía entre sus brazos como una pequeña gatita y no dejaba de murmurar cosas inteligibles para el rubio, ya que mezclaba palabras en francés, japonés, chino y hasta ingles, para que no la entendiera su padre

-que pasa?,¿Por qué estas extraña?... dime por favor Koneko-chan…-

Kaede se dio la vuelta para ver los ojos ambarinos de su rubio padre… sonrió un poco.

-no gustan… no gustan nada a Koneko-chan… menos rubia tonta….-

El rubio sonrió dándole un beso en la frente –nunca, por nada y por nadie te dejare sola, mi princesa… lo sabes… menos por la rubia tonta…jijijijijiji…- dijo aquel padre abnegado.

-jijijijiji… me abrazas???- pregunto la pequeña, mientras se acurrucaba en el regazo de su padre.

-siempre…- respondió quedándose él dormido junto con la pequeña en brazos, con aquella que había sido su luz en la oscuridad.

*******************

En la lujosa oficina de Seto Kaiba, el castaño se hallaba revisando personalmente la lista de los participantes del torneo, aquellos que mañana se iban a presentar, pasaba rápidamente las inscripciones y características de cada duelista hasta que se detuvo en la imagen austera de un rubio.

La foto era muy distinta a lo que él chico había sido hace tres años, parecía más serio, más maduro, toco la pantalla como queriendo acariciar a aquel muchacho, se retiro las gafas y paso sus dedos en las marcas que su nariz.

-valió la pena… volviste cachorro- dijo quedamente, para después pasar impávida su vista azulada por los contornos de aquella imagen – aunque solo fuera por el dinero, valió la pena que volvieras-

********************

La casa de los Motou, estaba congestionada, Yugi corría de un lado al otro dentro de la cocina, estaba preparando un delicioso desayuno para su koi, para Joey y Kaede, que se habían quedado a dormir. Era hermoso tener de nuevo al rubio, aunque muchas de sus preguntas quedaron en el aire, de pronto… pensó… que Joey se había cansado de la mala vida que le daba el alcohólico de su padre y finalmente se había escapado de casa, yéndose ha vivir con alguna señorita y el fruto de aquello era Kaede…aunque… ¿Dónde estaría la madre de la niña?

Yugi sintió un pequeño mareo y trastabillo un poco pero los brazos gentiles del rubio lo sostuvieron antes de que cayera.

-deberías cuidarte más, Yugi…- dijo seriamente el rubio, bastante raro.

-no te preocupes, solo se me movió un poco el planeta… y ¿la niña?...- pregunto el ojilila moviendo la cabeza en todas la direcciones sin ver a Kaede, por lo poco que había visto, esa niña era un huracán con pies.

-ella, esta jugando con mi deck… ahorita viene…- el rubio se sentó cerca de la mesa.

-perdón?... jugando con tu deck?- el ojilila tenia una gotota en la cabeza.

-si…Yugi ¿tu vas a participar en el torneo?-

-claro amigo, junto con Yami… el dinero nos haria un favor…-

-no deberías hacerlo, en tu condición no deberías exponerte, deja que Yami solo participe…-

Yugi se puso completamente rojo a las palabras de su amigo –pero como?-

Pero no alcanzo a decir nada más porque Yami venia completamente serio con una Kaede sonriendo. El rubio enarco una ceja mirando a la niña y al faraón.

-que hiciste Koneko-chan?-

-Kaede inocente…- decía la niña mientras le alzaba los brazos a su padre que la colocaba en una silla y la peinaba.

-aja… ¿Cómo quieres la moña?- dijo sin creerle una sola palabra a su hija.

-una trenza-

Yugi también pudo ver la seriedad de su koi… y sonrió un poco pudo escuchar murmurar al mayor.

-esa niña es un demonio….- respondía el espíritu del rompecabezas, mientras también tomaba una posición en la cocina, para poder comer.

Los cuatro se sentaron a comer tranquilamente, la niña sonrió un poco mientras tomaba chocolate.

-papi… Kaede va tener un amigo…- dijo el pequeño angelito… (Ja ¡ eso ni yo me lo creo)

El rubio miro a su hija – como así que Kaede va a tener un amigo?-

-no se, Kaede va tener amigo o amiga… que es señor Yugi, nene o nena?-

Yugi y Yami se atragantaron literalmente con lo que fuera que estuvieran comiendo y se colocaron como tomates.

-Kaede¡¡¡¡¡- reprendió el rubio – no te metas en lo que no te llaman, princesa…-

-jijijijijijiji….- sonrió bajito la niña, mientras miraba con esos ojos azules penetrantes a Yami, como retándole con la mirada, recordándole al faraón a cierto ricachon presumido.

El faraón se puso serio y miro a Joey retadoramente – No vas a decir nada…-

-No se, que tal…"Felicitaciones", pero debo decirte algo –Suspiro mirando a la pareja - eres un irresponsable, en sus condiciones Yugi no debería batallar y ¿si le llega a pasar algo a él o al bebe por culpa de tu estupida imprudencia?-

Ok, esa reacción dejo en Shock a la pareja, su respuesta era la que menos esperaban del rubio o de cualquiera de sus amigos, por su estado completamente antinatural, pero el rubio lo tomaba con mucha calma, es más, estaba preocupado por la salud de su amigo.

-Joey… no te importa mi condición?- pregunto algo apenado y asustado por la reacción de su amigo.

-cual condición?, Yugi, ni porque tuvieras lepra –el chico de ojos mieles se levanto de su silla y se arrodillo frente a Yugi mientras pasaba una mano por el vientre un poco abultado de su amigo, que por las ropas que vestía claramente no se notaba –solo que tienes que cuidarte y por eso no debes estar en el torneo, creo que Yami por si solo podrá hacer un buen trabajo…- termino diciendo sin dejar de acariciar el vientre del menor.

Kaede había pegado un pequeño salto y se acerco a su padre junto con su amigo y coloco su pequeña mano en el vientre del chico…

-hola bebe…soy tu primita Kaede- dijo pasito, haciendo que los tres hombres sonrieran.

Yami miro fijamente a Yugi – No vas a participar… yo te lo había dicho, espero que con lo que te dijo Joey te convenzas…se lo he dicho hasta el cansancio pero no me hace caso…-

-deberías imponerte Yami… fuiste muy machito para hacerle un hijo, ahora cuida de él, incluso si Yugi no quiere…- dijo sonriendo, poniendo al faraón completamente rojo.

-pero…- trato de reponer Yugi que si quería entrar al torneo.

-además Yugi, mientras yo batallo, me puedes hacer el favor de cuidar a Kaede, los muchachos no le cayeron muy en gracia y no puedo hacer nada con ella en mis hombros… y como pudiste ver, esta Neko hace como por quince y no esta ni dos minutos quieta- dijo mirando a su amigo, con ojitos de cachorro.

El pequeño se resigno a ser niñero permanente…-Ok…-

Salieron de la casa, mientras Joey se trepaba de nuevo a la niña sobre sus hombros y esta se colocaba unos lentes y tomaba de nuevo unos mechones rubios de su padre para sujetarse.

Mientras caminaban entablaban una conversación.

-¿por ella escapaste hace tres años de tu casa?- pregunto Yugi que tenia tomado de la mano a Yami.

-Si… no podía permitir que mi padre le hiciera algo, aun era menor de edad…- decía el rubio, mientras sostenía a su pequeña en brazos, que tenia un vestidito blanco, con figuritas de dragones y su cabello largo atado en una trenza.

-debiste habernos dicho algo… pero y la mamá?…- dijo Yami mientras divisaban la corporación Kaiba a lo lejos.

-papi y Kaede, solos- la niña fue la que respondió sin siquiera mirar a los hombres.

-ya la escuchaste Yami, papi y Kaede solos, ella y yo, nadie más…no importa… la mamá…-

Yugi miro a la niña, aquel porte altanero, una elegancia innata en esa pequeña, se le hacia conocida.

-Kaede, preciosa, ¿Por qué siempre llevas lentes?- pregunto el menor de los hombres.

-Kaede quiere ser como papi y papi siempre esconde sus ojos en los duelos, aunque no se porque si son bonitos ¿ne?, petite puppy…(¿verdad?, pequeño cachorro) -dijo sonriendo y de nuevo mezclando las palabras.

Joey sonrió ante la inocencia con la que sonó eso y sobre todo ante el apodo que comúnmente le llamaba su pequeña hija, además estaba pensando que a su pequeña no le hacia ningún bien viajar tanto, debería en definitiva radicarse en algún lado… lejos de Domino City. A lo lejos divisaron a sus amigos, pero antes de llegar los tres hombres escucharon los murmullos ofuscados de la niña.

“bola de inútiles”… Yugi sonrió, definitivamente, si no fuera imposible, improbable, inimaginable y completamente ridículo, eso seria digno de un Kaiba.

**************

Dentro de la corporación Kaiba, todo estaba preparado, los duelistas iban de un lado a otro, caminando o mirando, revisando sus deck o simplemente por allí, admirando las maravillas tecnológicas de la cual era dueño el ceo.

La pandillita de Yugi, caminaba lentamente, hablando de cualquier cosa, pero había alguien que se encontraba de mal humor, la rubia Valantaine, miraba seriamente a aquella niña, aquella criatura que interfería entre ella y Joey, aquella criatura por la que Joey se había alejado de ellos… por su cabeza pasaban miles de preguntas ¿Quien seria la madre de aquella niña? ¿Cómo conoció a Joey?, ya que hasta donde ella sabia con la única persona con la que el rubio hubiera podido establecer una relación era ella misma.

Hizo una mueca de desagrado, si quería a Joey de regreso debía aguantarse a la mocosa estupida un tiempo, uno en el que convencería a Joey de mandarla a un internado o algo…ya vería que hacer con esa maldita interferencia, si antes el rubio se escapo de sus garras, ahora no lo haria, además ¿por algo no había traído a la madre de la mocosa?

De pronto la voz regia de un promotor se hizo presente.

“con ustedes, el anfitrión de los duelos el Señor Kaiba” dijo un hombre vestido de negro, encima de una tarima.

El castaño se paro seriamente en un especie de cubícalo alto, dejando ver la posición alta y superior en la que se encontraba, desde allí veía toda la plazoleta repleta de inútiles duelistas, desde su altura con cuidado buscaba con insistencia el rubio cabello del cachorro y allí lo diviso, pero hizo una mueca de desagrado al ver que estaba con la estupida rubia de Valantaine y con una niña en sus hombros.

“estupido cachorro” murmuro bajito, mientras por las venas, no le cruzaba sangre sino lava hervida.

-bienvenidos al torneo de duelo de monstruos, que gane el mejor, este torneo tendrá pequeñas diferencias, es a muerte súbita y el ganador recibirá los cuatro millones de dólares del premio- se alejo sin más de aquel cubícalo, mientras se retiraba echando fuego por la boca, asustando a cualquiera que se entrometiera en su camino.

Se prendieron unas pantallas y miraron la tablilla de los duelos en una pantalla digital, Joey vs. Rex Raptor… eran uno de los primeros duelos.

-tiempo sin verte, Wheeler… estas preparado para perder…jajajajaja…- decía fantochemente el dueño de los raptores. (Perdón? Cuantas veces le gano mi rubio? Ja ja)

Joey simplemente lo ignoro, lo que a sus amigos les pareció extraño e incluso al mismo Rex, lo que en otrora hubiera significado que el rubio se le hubiera lanzado encima ahora lo tomaba seriamente. Coloco sobre sus ojos unos lentes que tenia en la solapa de la gabardina mientras bajaba a Kaede.

-princesa, mi deck…-

-hai… papi… toma…yo la arregle… Gambatte kudasai Otousan ("Has tu mejor esfuerzo, por favor, padre"… no les decía yo que esta niña tiene un alto coeficiente intelectual…jijijiji)- decía la niña mientras veía como su papá, tomaba el deck en sus manos y lo colocaba en el disco de duelos.

May lo miro fijamente, cuando Joey se dirigía hacia Rex y colocaba el deck sin siquiera haberlo revisado. –Joey, revisa tu deck…-

El rubio no le respondió, simplemente se le quedo viendo por un segundo y siguió caminando con un aire de misterio, mientras su gabardina se alzaba en cuanto caminaba.

Kaede miraba furicamente a la rubia tonta, ella siempre había arreglado el deck de su papá y nunca había perdido un duelo, se quito las gafas y la miro fijamente, Yami y Serenity se dieron cuenta de aquella mirada marca Seto Kaiba.

Todos se arremolinaron cerca del rubio y para poder ver la batalla entre estos dos, sin que nadie se diera cuenta la niña se escabullo de la vista de los muchachos y se le dio por visitar Kaiba Corp. o_O

****************

Kaiba golpeo varias veces su escritorio, maldición…

Se sentó durante varios minutos viendo la pantalla de televisión que le mostraba varios de los duelos, pero sobre todo uno en especial, aquel donde estaba el cachorro de Wheeler, había algo en él que era diferente, tal vez la pose, o pasar inadvertidos las ofensas de Rex, giro varias veces la cabeza. Hasta que escucho cuando la puerta de su oficina se abrió, iba a gritarle a la persona que se había metido allí, pero no vio a nadie, así que tuvo que levantarse para saber quien era.

Vio a una niñita castaña y con unos graciosos mechones rubios con un vestido blanco, enarco una ceja, cuando la niña se sentó en el sillón, moviendo sus piecesitos de un lado a otro, ya que dada la altura quedaban bastante arriba del piso.

-hola- dijo la niña inocentemente.

-hola- respondió casi mecánicamente el castaño, aquello era tan subreal. ¿Qué demonios hacia una niña en el piso más alto de la corporación Kaiba? ¿Es más que hacia una niña tan pequeña en un encontró entre duelistas?

La niña volteo a ver la pantalla y sonrió como mil soles –Papi¡¡¡¡¡¡¡¡-

Seto ahogo un pequeño gemido de dolor, aquella niña señalaba al cachorro como su “papi”. Vio cuando la niña se bajo del sillón y se acerco a él.

-mire ese es mi papi….- dijo la niña frente al ceo.

-aja- respondió mirando por un momento aquella chiquilla con odio, vio en ella el motivo por el cual se había escapado del colegio, de la casa y de él, cuando Kaede se dio cuenta retiro las gafas de sus ojos y lo miro con igual fiereza.

Seto se quedo callado, aquellos ojos similares a los suyos…

-papi¡¡¡¡- volvió a decir la niña mientras se acercaba a la pantalla, para luego girar y ver a Seto de frente.-yo, Kaede y usted?-

-Seto…-

-Seto… Seto… Seto… bonito nombre…aunque Joey es más bonito- respondió la niña sonriendo.

El castaño sin pensarlo también sonrió –como llegaste acá, pequeña?- tanta ternura irradiaba esa niña.

-papi esta en un duelo, la bola de inútiles no prestaron atención y la rubia tonta me cae mal, así que me… esca…esca… escape- dijo difícilmente la ultima palabra (esta niña sabe varias palabras en otros idiomas y le queda difícil el español? )

-rubia tonta? May Valantaine?- por alguna extraña razón Seto se estaba haciendo a la idea de que Joey tenía una hija con esa…

-sip… rubia tonta… me mira feo y mira a mi papi y mi papi es mío…- dijo con una extraña simpleza y posesión.

El castaño volvió a sonreír, mientras se levantaba de su asiento y le acercaba las manos a Kaede y la alzaba en su regazo, aquella niña tenia una fragancia tan conocida, olía a vainilla, así olía su cachorro.

-creo que mejor te llevo con tu papá, no sea que se preocupe por que no estas…-

-si, el cachorrito se pone de mal genio y da miedo, jijijijijijiji-

Esta niña cada vez le caía mejor al ceo.

******************

El duelo había terminado y Joey era el ganador, Rex raptor estaba haciendo un show digno de un niño, pero el rubio no le respondió absolutamente nada, camino rápidamente hacia sus amigos, pero había algo que no cuadraba…¿Dónde estaba Kaede?

May se abalanzo contra el rubio, que la quito rudamente de su lado, girando la cabeza desesperado, mirando con los ojos mieles bien abiertos.

-donde esta Kaede?- dijo casi llorando a sus amigos, con los cuales había dejado a la niña.

Fue en ese momento que todos se dieron cuenta, que por estar enfrascados en el duelo, no habían cuidado a la niña, Duke, Tristan, Bakura y Tea, salieron corriendo por las instalaciones de Kaiba Corp, en búsqueda de la niña.

Joey quería salir corriendo pero Yami lo detuvo.

-tranquilo….- trato de tranquilizar el faraón al rubio desesperado. Mientras Yugi tenía cara de culpabilidad, él había prometido cuidar a la pequeña.

-TRANQUILO… COMO NO ES TU HIJA LA QUE SE PERDIO, DEMONIOS…-

-Papi¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- se escucho el grito de la niña de ojos azules y Joey como un rayo se apresuro a buscarla, sin siquiera ver en brazos de quien estaba, la arrebato y comenzó a besarla, casi llorando.

-nunca más, nunca más me vuelvas a hacer algo así….- decía mientras sostenía a la niña.

-no te preocupes Seto me encontró….- dijo la niña haciendo que su padre alzara la mirada, para toparse con la mirada del ojiazul, que de inmediato lo hizo temblar de pies a cabeza.

-Seto?- pregunto temeroso – muchas gracias….Kaiba….-

-Kaiba?-pregunto la niña.

Seto solo asintió, pero aquella niña era una cajita de sorpresas, si señor.

-no Kaiba, papi, dile Seto, S.E.T.O….- la niña clavo sus ojos azules juguetones en los mieles de su padre.

-pero….- trataba de replicar el rubio – solo si él lo permite…- dijo derrotado el rubio, su pequeña hija tenia una terquedad heredada.

Kaede miro al ojiazul y este asintió, por dentro sonrió, aquella niña le estaba ayudando a acercarse de nuevo al cachorro, que por sus propias estupideces lo había perdido y ahora no le importaba por medio de quien llegaría, y allí se presentaba aquella niña, aunque antes debía averiguar muchas cosas.

-gracias… Seto…- respondió el rubio casi apenado.

-no… gafas… mis gafas…- dijo la niña casi llorando.

-¿Qué las hiciste, Koneko-chan?- pregunto su padre.

-oficina…-

Kaiba miro la niña –probablemente las dejo en mi oficina, si quieres las vamos a buscar- el fulgor de los ojos de Kaiba eran muy parecidos a los de la pequeña.

May se acerco al rubio, mientras lo sujetaba del brazo –Joey, cómprale otras afuera-

-no, papi, Kaede gafas…Kaede gafas… Snif…- manipuladora el angelito.

Joey no se podía resistir a esos ojos azules bonitos, miraba alternativamente a Kaiba y May y luego a su hija, suspiro cansado, obviamente ganaban el par de dragones a la dama águila.

-chicos esperenme en la tienda, voy en un rato…- dijo cansado, no quería quedarse solo con Kaiba, pero su hija extrañamente siempre lo convencía de cualquier cosa, incluso a la de enfrentarse a un ex enemigo y ex amante.

Yugi se acerco dándole un tierno beso de despedida al rubio y a la niña.

-no tardes, preparare algo bien rico para Kaede-chan…- el ojilila sonrió.

-Kaede… quiere Ramen… en Hong kong había Ramen… sippppp… Ramen…- los ojos que por lo general permanecían fríos mostraban un par de corazoncitos por solo escuchar su comida favorita "ramen". A los chicos les salio una gotota en sus cabeza, marca anime, pero sin embargo Yugi asintió complacido.

La rubia despampanante estaba furica, primero al mocosa y ahora Kaiba, fantástico¡¡¡¡.

Yami miro fijamente al que en otrora fue el sacerdote y luego a la niña, no sabia por que pero ese par tenían un aura similar, sobre todo el poder de manipular al rubio a su antojo.

-cuídate Joey¡¡¡¡- fue lo único que dijo, antes de tomar por la cintura a Yugi.

-avísenle a los muchachos que Kaede esta bien… Yami cuida a Yugi, adiós May…- dijo el rubio altamente y dándole la espalda a sus amigos, para salir lo más pronto posible de aquella corporación.

Kaede aun en brazos de su rubio padre, le tomo una mano a Seto y la aprisiono en sus manos pequeñitas. Joey se sonrojo por el acto de su pequeña, mientras caminaban para la oficina del castaño, muchos se les quedaron viendo, con cara de ¿WHAT?

La niña miro donde habían quedado los amigos de su padre, no sin antes enviarle una mirada de muerte a May, era lógico pensar que ella ganaría en el corazón del rubio de ojos miel y no ninguna oxigenada, acto seguido Kaiba también volteo a mirar de la misma forma a May.

Definitivamente ese par se parecía demasiado. El único que no se había dado cuenta era Wheeler.

****************

Los tres estaban muy callados dentro del ascensor, la niña no se movía mucho y miraba los ojos tristes de su padre, volteo un poco y miro al ojiazul que le había caído muy bien, estaba también triste.

Por fin las puertas se abrieron de par en par y dejaron ver la oficina de Kaiba, Joey se sorprendió de que no haya cambiado mucho desde la última vez que la había visto. Bajo a Kaede de sus brazos mientras la seguía de cerca.

-como llegaste aquí Koneko?- pregunto el rubio a su hijota que buscaba afanosamente sus gafas.

-caminando…- respondió secamente la criatura.

-sabias que me encantan tus respuestas…- dijo sarcásticamente. Seto no podía creer que el cachorro tratara a la pequeña como un adulto.

-Hn- fue lo único que se escucho como respuesta de Kaede.

-debería no consentirte tanto Koneko…- suspiro cansado.

El castaño se recostó sobre el escritorio.

-porque no descansas un poco… siéntate… quieres algo de tomar…- trato de ser amable. ( se va a acabar el mundo….*o*)

-no muchas gracias…- respondió Joey no tan amable, esa oficina tenia recuerdos no muy agradables.

-tu hija es muy bella…-

-si, lastima que no se parezca a mí…- dijo resignado.

-debe parecerse a la madre, que por lo visto es castaña y de ojos azules…- a Kaiba se le veía el odio en los ojos, como deseaba desnudar al rubio, someterlo hasta escucharlo gritar, poseerlo hasta que la ultima hebra de cabello tuviera tatuado su nombre, pero no podía, debía ser paciente, aunque él no tuviera ninguna paciencia, acunado el hecho de la &%%$$ madre la niña.

-que observador Kaiba….- lo miro rudamente el de ojos mieles –Kaede…¿ya las encontraste?-

-nop…- respondió la pequeña, tratando de coger un deck que había cerca del escritorio de Kaiba.

El rubio vio a la pequeña y de inmediato la trajo hacia él –Kaede Wheeler, ni te atrevas…- regaño a la pequeña que bajo los ojos de inmediato, tratando de no llorar.

-pero, Kaede quiere ver el deck…-

-no lo harás… una cosa es que juegues con el mío, no con el de los demás…-dijo en un tono cada vez más serio.

-Midori (1) me dejaba jugar con el deck…- respondió la niña empezando a llorar –si ella estuviera, papi no regañaba a Kaede…- la niña rompió en sollozos y se dirigió a los brazos de un sorprendido Kaiba. La pequeña enterraba su pequeño rostro entre el pecho del castaño.

-no la debiste regañar…- dijo el castaño al rubio - ¿y quien es Midori?...- pregunto ofuscado y celoso.

-Midori es mamá Midori…- respondió la pequeña, aun llorando.

Joey solamente suspiro cansado, mientras tomaba a su hija de los brazos de Kaiba y se alejaba de la oficina antes de que el ojiazul explotara como solía hacerlo o como solía recordar que lo hacia el castaño, sabia plenamente que en el pensamiento errático y chovinista del castaño, él le pertenecía como le podía pertenecer perfectamente su portátil o su deck, pero el rubio había tenido la fortaleza de alejarse de esa relación tan masoquista que solo ellos dos podían experimentar, una que le había hecho partir el corazón en pedazos.

Salio como alma que llevaba el diablo no fuera que Seto se diera cuenta de la imprudencia de su hija y posiblemente lo mande a atrapar con sus guardaespaldas como lo había hecho en un pasado, salio de Kaiba Corp y tomo un taxi para ir a la casa de Yugi a como diera lugar.

El castaño en su lugar estaba echando chispas llegando al punto de destruir media oficina, "así que Midori se llama la madre de la niña", reflexionaba, el cachorro le conocía perfectamente y antes de que su pensamiento procesara había salido de Kaiba Corp, porque cuando levanto el teléfono para evitar que saliera del edificio, le habían dicho que ya había tomado un taxi.

-maldito cachorro, me conoces muy bien…- se le formo una media sonrisa, debía ser cuidadoso y mandar a eliminar de ser necesario a la madre de la niña, nadie más que él era su dueño y eso no iba cambiar así el rubio tuviera arrugas y su cabello rubio se le convirtiera en blanco.

Alzo el teléfono y mando a averiguar en su tono inflexible sobre el cachorro, esta vez no se le iba a escapar.


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Continuara
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Este fic va dedicado a Kaede Sakuragi… linda niña, ¿Qué te pareció tu alter ego????.... jijijijiji. El uno de arriba que señala a Midori… Ok, Midori Hiwatori, hermosa niña también te incluí….aunque creo que Kaiba te va a matar…. Niñas si quieren aparecer en el fic, me avisan y yo les doy un papelito.

Otra nota… ténganme paciencia, no he terminado el de Vermillion, que francamente no le queda mucho y the silence Cathedral me esta robando las neuronas y fuera de eso la universidad empezó, así que de pronto tarde un tin en actualizar…

Otra nota ()… el tema no tiene que ver en lo absoluto con el titulo, lo que pasa es que Nymphetamine es el nombre del ultimo sencillo de Cridle of filth… si ven el video, NO TIENE NADA QUE VER…. Solo…ok lo acepto no se me ocurrió un mejor nombre…

Espero que nos vemos pronto y hasta el próximo… Sweet Scene

Luna Shinigami.

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