Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My little beast por bibi

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Dejaré una alerta(?): Seguramente todos ustedes pensarán que soy la personificación de una criatura angelical enviada por dios sin una pizca de vulgaridad en mí -Ay si, ay si-, pero en realidad vengo de las profundidades de una zanja, y mi boca no es más que por donde expuso los gases fétidos de mi alma en putrefacción. Así que este one shot será un intento de desquite y la plasmación de una parte de mi perversión interior, pero don güorri, trataré de no excederme... -(?)-.


*NOTA: sigan mi main ff(?) Sugarless. <3

Notas del capitulo:

Hice un KaiHyun en un arrebato de locura en el medio de una clase de filosofía, pero me esperé todo este tiempo para publicarlo(?). 

Espero que les guste,.. -Guiños, guiños, guiños(??)- HUEHUEHUEHEUH...

 Esta es la historia de Kim JongIn. Un guapo chico de veinte años completamente normal. Era feliz, realmente feliz, y no había nada que pudiera interrumpir el perfecto curso actual de su vida. Tenía la casa ideal, el trabajo perfecto, una pareja estable, era inteligente, guapo, y sobre todo, feliz.

 -¡KAI!

  Era un chico completamente normal. Lo único que lo diferenciaba del resto era su moreno color de piel, y el hecho de ser el esclavo sexual de un maniático sadomasoquista con cara de inocente.

 -¿Qué pasa, cariño?- preguntó suavemente el mencionado, al tiempo que se levantaba ligeramente de su silla del escritorio y encaraba al Baekhyun que se acercaba rápidamente hecho una fiera. El mayor, una vez frente al moreno, no hizo más que estirar su mano, y darle al otro una fuerte y sonora nalgada que resonó por toda la casa- ¡Por la puta, Baekhyun! ¡Eso dolió!- exclamó en un grito el menor, mientras se sobaba el trasero desesperadamente en una forma de mitigar el dolor.

-Cállate negro, y llévame a la cama- replicó Baekhyun, al tiempo que tiraba del cuello ajeno con brusquedad y estampaba sus finos labios con los gruesos contrarios. JongIn ahogó una risa por la habitual actitud ruda de su novio, y se inclinó para tomarlo de las piernas, subírselo a horcajadas sobre él, y luego emprender rumbo a la habitación.

 

 JongIn era un joven normal. Aunque muchas personas le tuvieran miedo por su actitud fría y su semblante duro, en realidad era un chico amable y cariñoso. Solo había que conocerlo a fondo; tal y como lo hacía Baekhyun...

 Siendo sinceros, en realidad JongIn era la representación humana de una gallina, la cual no podía oponerse a la voluntad de su novio maniático.
 Todo el mundo creía que Baekhyun era un ángel, un pan de dios, la dulzura personificada… Y JongIn no iba a negar que así era. En efecto, fue una de las cosas por las que se enamoró del mayor. Su dulzura y su cariño no tenían competencia. Pero lo que lo conquistó irremediablemente, fue su lado sadomasoquista que adoptaba cuando estaba caliente.

 Aunque suene gracioso, así como lo veían de tierno y adorable, Baekhyun era toda una fiera en la cama; gemía y se movía como si le fuera la vida en ello, y eso a JongIn le volaba la cordura y lo ponía duro como un tronco prehistórico. No lo malinterpreten, que los roles de dominante y sometido no cambiaban nunca, y al sexualmente sediento de Baekhyun se lo veía complacido en demasía en ser el que recibiera el juguete que el semental incansable de JongIn tenía para ofrecerle.

-Ngh… ¡Ah-...! ¡Más! ¡Sí!- el mayor gemía y gritaba seductoramente fuerte de placer con la cabeza echada hacia atrás mientras cabalgaba desesperadamente al menor, quien a su vez tenía la suya hundida en la almohada, el ceño fruncido, sus dedos enterrados brutalmente en los muslos ajenos, y se mordía el labio inferior mientras miraba con lujuria descontrolada a su novio. Acompañó el movimiento de caderas del otro con las suyas propias, hasta que llegó hora de cambiar de posición, por lo que el mayor se retiró completamente de encima suyo, y se colocó en cuatro patas a su lado, mirándolo con su ya típica cara de actor porno- Dame duro, nene- canturreó seductoramente, mientras movía provocativamente su trasero en busca de su juguete. JongIn contempló el cuerpo ajeno bañado en sudor, su rostro ruborizado, y sus labios húmedos y rojos, aquellos que ejercían un magnetismo incontrolable sobre él. Como si ya fuera cosa de todos los días, su cuerpo se desconectó de su mente,  y se dejó controlar por la excitación y la pasión desenfrenada que sentía por su novio. Se incorporó rápidamente y se lanzó divertido sobre él, tomándolo de las caderas para mantener fijo su cuerpo, y lo embistió con brusquedad. Baekhyun, como siempre, gimió de placer y rogó por más.

 

 Hacía ya dos años que estaban juntos, y JongIn nunca se había sentido más dichoso en su vida. El tiempo compartido con Baekhyun había sido la cima de su vida. Era un hombre completo, verdaderamente, y no podía pedir más. Tenía dinero, casa, trabajo, familia, una vida sexualmente activa y alguien que lo hiciera feliz. Al principio, creía fuertemente que Baekhyun era algo así como bipolar, dado a que en público era todo un santo y de la casa para adentro era una bestia, una pequeña bestia, pero JongIn había aprendido a lidiar con ello desde el primer día que lo conoció.  Aún podía recordarlo como si hubiera sido ayer, aquel día, cuando se conocieron, hace casi tres años, en aquel bar, gracias a las influencias de su amigo LuHan…

 “¡Hola! Soy Byun Baekhyun. Eres tan sensual que me calientas, ¿quieres tener sexo?”.

 Después de eso, JongIn se lo llevó a su casa y se encerraron juntos por cuatro días.

 

 Pasó todo un año antes de que decidieran dejar atrás la situación de amantes-casi-casados, para pasar a formalizarse como novios exhibicionistas. De todas formas, aunque nunca hubieran dicho nada, los demás miembros del grupo de amigos ya sabía de qué iban esos dos: estaban todo el día pegados, desaparecían al mismo tiempo, y ya a lo último incluso se tocaban entre ellos frente a todos de lo calientes que se traían mutuamente. Era demasiado obvio.

 Era una atracción realmente apasionada, y el ochenta por ciento del tiempo se basaba en tener sexo, besarse, tocarse, o hacer todo tipo de cosas pervertidas. No es que ninguno de los dos se quejara, al contrario, se complementaban mutuamente y eran realmente felices juntos. Un día fue SeHun quien se había quejado de lo incómodo que era tener que verlos todo el día metiéndose mano, y justamente fue por eso que automáticamente se convirtió en el espectador VIP de ambos.

 Realmente se complementaban.

 

-Agh… S-Sí… Ngh… D-Déjame voltearme, Kai…- susurró el mayor entre jadeos, ya que sus piernas apenas podían sostenerlo de lo acalambrado que se sentía a causa de tanto placer y éxtasis.

-No quiero- respondió el otro, totalmente absorto en propinarle embestidas fuertes y certeras, cerrando los ojos en el proceso, moviéndose frenéticamente contra él. Cada vez que lo penetraba, tocaba aquel jugoso y delicado punto del mayor, arrancándole gemidos guturales de placer.

-Negro engreído, que me dejes voltearm-… ¡Ah¡- exclamó el sometido, siendo interrumpido por las oleadas de placer que lo azotaban sin piedad cada vez que su novio lo empotraba contra la cabecera de la cama. Se aferró con fuerza a las sábanas, intentando mantenerse en posición, mientras sentía como lentamente JongIn pegaba su duro pecho contra su suave espalda, acercando su rostro hasta su oreja y mordiendo provocativamente el lóbulo de ésta.

-Oblígame- su extremadamente cálido aliento chocó contra la oreja de Baekhyun mientras pronunciaba aquellas palabras, estremeciéndolo de pies a cabeza. Casi instantáneamente, el mayor se hizo de fuerza y lo empujó con el cuerpo, provocando que el menor se retirara completamente de su interior y se sentara pesadamente en la cama. Acto seguido, Baekhyun se deslizó a gatas sobre la cama para treparse sobre su novio, sentándose sobre su regazo y por consecuente, rozando el duro miembro del moreno contra su formado trasero, excitándolo aún más si es que eso era posible. Se aferró a sus fuertes hombros mientras que con sus finas y delicadas piernas rodeaba la cintura contraria, al tiempo que JongIn lo agarraba por la cadera nuevamente, liderando la situación con su fuerza. Se miraban fijamente con las bocas entreabiertas, a escasos milímetros una de la otra, dejando salir los jadeos, sin amilanar el salvajismo de hace unos segundos, ya que el menor se estaba deslizando nuevamente dentro del otro, llenándolo con toda su intimidad.

 

 La convivencia con Baekhyun era realmente sencilla y cómoda. Dado que se complementaban, nunca tenían problemas al respecto. A pesar de que Baekhyun era tremendamente gruñón, y solía enojarse por tonterías casi todo el tiempo, a JongIn no le hacía mucho drama aquello, dado que su amor por el mayor era tal que soportaba cualquiera de sus muestras de violencia y su agudamente ensordecedor griterío; así que sin más lograba amilanarlo y calmar su enojo momentáneo. Era chillón, malhumorado, cargoso, gruñón y fácil de enfadar; pero también era cariñoso, comprensivo, delicado, divertido, adorable, simpático y, mierda, era realmente sexy.

 JongIn nunca se enteró en qué momento fue que se convirtió en lo que era, en qué momento se dejó dominar por el físicamente pequeño y no-tan-inocente Baekhyun, ­en qué momento lo amó tanto. Simplemente, era su esclavo, y con tal de complacerlo hacía todo lo que el mayor dictaba, sin una pizca de desobediencia.

 Salvo, claro está, cuando lo hacían. Le encantaba negarse a los deseos del mayor, y ver cómo este reaccionaba agresivamente. Dios, amaba esa faceta suya. Amaba ver a una fiera desesperada al momento de copular, cómo se guiaba sin vergüenza ni pudor por sus instintos salvajes en la cama. Cómo se movía, sus gestos, sus sonidos, las miradas… Todo eso eran complementos para volver loco al pobre de JongIn. Era tranquilo y medido, a comparación de lo que aparentaba, tenía un carácter manso y cariñoso; totalmente lo opuesto a Baekhyun, quien aparentaba ser delicado y suave, cuando en realidad era un bruto desesperado. Eran como el agua y el fuego, totalmente diferentes, pero aún así, casi iguales. Complementos. ¿Qué importaba realmente de todo aquello? Era simple: nada. Se amaban, y eso era fundamento único y necesario para superar todos sus problemas, sus diferencias, sus incompetencias…

 JongIn aún podía recordar aquel día en el que su amigo LuHan -quien muy amablemente se había tomado la molestia de presentarlos y unirlos como pareja- había expresado su ‘envidia’ por el hecho de que JongIn y Baekhyun fueran tan pegotes.

 

“-¿Mucho sexo? Te debe gustar mucho. Tienes suerte.
-Es agotador saciar completamente el apetito sexual de tu novio. Menos mal que me habías dicho era de carácter tranquilo- musité entre risas. Adoraba a Baekhyun, pero era una máquina de puro sexo descontrolado e insaciable que agotaba las pocas energías que me sobraban del estudio.

-Pero no pierden el tiempo- replicó LuHan, divertido, mientras se encontraban sentados en la terraza de su universidad. Era su primer año allí, y para su suerte, LuHan estudiaba literatura con él- SeHun no es tan… ‘lanzado’, sino más del tipo tradicional. ¿Te estás quejando o qué?

-Para nada.

-¿Lo amas?

-Demasiado.- respondí suavemente, cabizbajo, intentando ocultar la leve sonrisa que nacía junto con el sonrojo. LuHan también me miraba con una sonrisa, sincera, como solo las de él podían ser.

-Entonces, eso es lo que de verdad importa.”

  Y vaya que lo amaba. Realmente, JongIn estaba loco por Baekhyun. Todo de él lo traía como idiota, tanto sus virtudes como los defectos, no tan defectos, según la definición de JongIn.

 

-Nngh… ¡Aah-..! ¡M-Más!- el mayor frunció el agarre alrededor del cuello ajeno. Sus piernas se ciñeron a las caderas de JongIn a medida que este ralentizaba sus fuertes y profundas embestidas, controladas y medidas, a causa del cosquilleo incesante en su vientre que lo retenía de un movimiento desesperado y salvaje. Baekhyun echó su cabeza hacia atrás, mientras que JongIn hundió la suya en el recoveco formado entre el cuello y el hombro del mayor, al mismo tiempo, mientras que dejaba salir su esencia dentro del delicado y refinado cuerpo ajeno.

-Mierda… Baekhyun…- dio una última embestida y acabó dentro, completamente, liberando también un grito de éxtasis y clímax. Baekhyun tiró de sus morenos cabellos, al mismo tiempo que contraía su entrada y apretaba el miembro ajeno dentro de él; la intimidad del mayor, que se encontraba en constante fricción entre ambos estómagos, también fue partícipe en liberar su esencia sin pudor. Entre gemidos y jadeos sonoros. Tomó cuidadosamente el rostro de JongIn y tiró de él, en señal de que elevara el rostro, para luego unir ambas bocas en un dulce y jugoso beso.

 

No podía evitar amar a Baekhyun con toda su alma. Él era todo lo que necesitaba, su mitad, quien lo entendía completamente, quien lo consolaba, lo cuidaba, lo amaba. ¿Cómo podría quejarse por minorías, teniendo a semejante persona a su lado? Para nada. Estaba realmente agradecido de que Baekhyun sea suyo, y solo suyo.

 Y vaya que lo amaba. En esos dos años, Baekhyun traía completamente loco y maleable al pobre moreno. Era un títere en sus manos, en sus finas y delicadas manos. Pero a JongIn eso no le importaba en lo más mínimo. Si era necesario, sería su títere hasta el fin del mundo.

 

-Te amo- susurró el mayor entre sus labios, mirándolo con todo el amor que era capaz de dar. Baekhyun era la representación pura del cariño, pensó JongIn. Lo acunó entre sus morenos brazos y los estrechó fuertemente en un cálido abrazo.

-Yo también te amo- musitó, contra su oreja, ganándose un ligero ronroneo de parte del mayor.

  

 

 

Esta es la historia de Kim JongIn. Un guapo chico de veinte años completamente normal. Era feliz, realmente feliz, y no había nada que pudiera interrumpir el perfecto curso actual de su vida. Tenía la casa ideal, el trabajo perfecto, una pareja estable, era inteligente, guapo, y sobre todo, feliz.

 -¡KAI!- gritó un Baekhyun enfurecido desde la sala. JongIn cerró el cuaderno que estaba escribiendo y se echó hacia atrás con su silla, poniéndose de pie, y caminando rumbo a su novio, quien lo esperaba a su vez en el sillón de la sala con las piernas cruzadas y una mirada juguetona- ¿Qué hacías?- preguntó divertido, al tiempo que el moreno se sentaba a su lado-.

 Era un chico completamente normal. Lo único que lo diferenciaba del resto era su moreno color de piel, y el hecho de ser el esclavo sexual de un maniático sadomasoquista con cara de inocente.

 -Escribía sobre ti- se arrimó contra el mayor y susurró en su oreja dulcemente.

 Pero justamente eso es lo que lo hacía inmensamente feliz.

Notas finales:

JEjEjEJJEEJjjEJEJEJeJ Soy una sucia.

Espero que les haya gustado 8D Es totalmente random y cliché, logic not found, pero se me vino a la mente y quise hacerlo <3 Era para... para despabilarme un poco, entiendan(?).

Nuevamente, muchas gracias por leerme <3
Espero que les haya gustado, y perdón por la falta de expresión en las notas, es que me estoy durmiendo(?).

¡Ya rugieron, nenas! -Huye-.

wink wink~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).