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¿Hasta dónde llegas por amor? por Akemi Hikari

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Notas del fanfic:

Parejas: Akihiko-Misaki Miyagi-Shinobu Nowaki-Hiroki 

Notas del capitulo:

Junjou Romantica pertenece a la maravillosa Shungiku Nakamura-sensei, al igual que los personajes principales. 

Yo solo juego con la trama y los personajes. ^.^ 

*Sábado por la mañana.

Me despierto lentamente al escuchar como mi querido Misaki me grita que baje a desayunar, cierro los ojos nuevamente, abrazo a Suzuki-san y empujo las sabanas ya que hace calor. No tengo fuerza como para levantarme, aún es temprano y anoche me quede hasta tarde terminando un manuscrito para Aikawa.

Necesito recárgame, un sonrisa se forma en mis labios al pensar en lo que hare con mi castaño hoy. Sé que tal vez lo que hago se pueda llamar violación pero no es así. Aunque se niegue e intente escapar, se que Misaki lo disfruta, sé que me ama tanto como yo a él, aunque no lo diga, pues lo veo claramente en sus profundos e inocentes ojos verdes cada vez que me mira, cuando nos besamos, cuando unimos nuestros cuerpos…

-¡Asqueroso bastardo! ¡Levántate de una maldita vez!

La puerta se abre de de golpe, dejando ver a un furioso castaño, mí furioso castaño. Ni siquiera le presto atención, se que así se me acercara y lo tendré a mi merced con solo un movimiento.

-Vamos Usagi-san, tienes que desayunar y terminar el manuscrito. Aikawa-san vendrá pronto, acaba de llamar diciendo que te asesinara si no cumples con el plazo.

Me río para mis adentros manteniendo mi rostro inexpresivo y como si durmiera profundamente.

Aikawa es para mí una amiga, una loca y peligrosa amiga que he llegado a querer a través de los años. Es incluso divertido verla en su típica faceta psicópata y homicida cuando me retraso en la entrega de los manuscritos o novelas aunque claro, no debo pasarme de la raya pues hay veces que verdaderamente me llega a dar ¿miedo? No estoy seguro pero es una emoción que me hace querer desaparecer para no tener que enfrentarla. Claro que obviamente es una parte mía que oculto en su totalidad, alguien como yo no puede mostrarse así…

Cuando dejo de divagar sobre las posibles formas de sacar de quicio a Aikawa, Misaki está ya está muy cerca de mí, ¡Es mi oportunidad! Increíble que él se entregue así: en bandeja de plata y luego se queje sabiendo que yo no logro controlarme cuando se trata de él.

-¡Usagi-san! –grita, jalándome el brazo, ¡Perfecto!

Rápidamente lo tomo del brazo con el que me jala y lo lanzo sobre la cama, me posiciono entre sus piernas y sujeto sus brazos para que no pueda moverse.

-Necesito recargar… -susurro mientras beso su cuello lentamente aspirando su aroma. Él se tensa, me grita lo de siempre con intención de detenerme, cosa que es en vano así que lo silencio con un beso demandante pero lleno del amor que siento por él. Se relaja y me corresponde a su manera, tan tierna que me hace derretir. Deslizo mi mano bajo su camiseta, recorriendo su bien formado abdomen.

Sigo recorriendo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna. Esta muy mojado, lo que me hace sonreír pero hay otra cosa que me hizo soltar un gemido ronco. Una gran erección destaca en sus pantalones, comienzo a tocarla por sobre la ropa, luego la acaricio lentamente sintiendo cada vez mas mojada la zona.

-¿Dónde… estas…? ¡Ah…! ¿Dónde estás poniendo tus… tus manos? ¡Ah! ¡Asqueroso pervertido! –me dice sonrojado y molesto Misaki entre gemidos.

-Sobre lo que me pertenece… -susurro en su oído haciéndolo estremecer y le quito la ropa lanzándola al suelo. Ambos estamos solo en bóxers, lo acaricio por sobre la tela mientras lo beso apasionadamente, a estas alturas Misaki ya no se resiste y enreda sus manos en mi cabello profundizando el beso.

Le quito la última prenda que le queda y me separo de él para admirar su cuerpo desnudo. Él se sonroja y cubre su rostro con una almohada la cual lanzo lejos al instante.

-No ocultes tu rostro, Misaki… -le susurro en el oído de forma seductora y muerdo el lóbulo de su oreja.

Me mira con algo de vergüenza y yo solo atino a besarlo salvajemente, jugueteo con sus labios hasta que están rojos y algo hinchados; seguimos con una guerra de lenguas, exploro toda su boca y él la mía.

¡Ya no lo soporto más! Siento como mi miembro, ya más que erecto, es aprisionado por los bóxers deseoso por poseer a Misaki tras una semana de completa abstinencia por trabajo; y aunque sea sádico, quiero penetrar a Misaki y… No, lo que quiero ahora es hacerle el amor de forma completamente salvaje y escuchar sus gemidos y gritos pidiendo por mas y mas. Quiero romperlo, que después ni caminar pueda…

-¡Usagi-san…! ¡Ah…ah…! Esto es mucho… para tan temprano.

-¿Estás seguro? –le susurro al oído mientras estimulo sus rosados pezones.

--¡Usagi-san…! ¡Métemelo…! ¡Ah… ahora! –casi gritó Misaki, completamente sonrojado y con la mirada llena de deseo.

-No sin prepararte antes. –logro decir con la poca cordura que me queda y dirijo mis dedos a su estrecha entrada. 

-Por favor, hazlo ahora. Te quiero adentro.

-Como tú digas…

Él me ayuda a quitarme la única prenda que me queda, me posiciono bien entre sus piernas y meto sin delicadeza alguna mi palpitante miembro.

-Te amo, Misaki. –prácticamente grité a la primera embestida. Una vez que los ojos de él me cercioraron de que el dolor se había esfumado dándole el paso al placer, comencé con un salvaje vaivén sin pausa alguna hasta que ambos nos corrimos.

-¡Te amo! –volví a gritar cuando llene su interior con mi esencia.

Su rostro ya recuperado por el torbellino de sensaciones y emociones, me muestro una tímida sonrisa y sus ojos adquirieron un brillo especial que he visto muy pocos veces. Titubea un poco, me besa tiernamente y dice:

-Yo… Te amo, Usagi-san.

¿Qué acaba de decir? <<Te amo…>> Una enorme felicidad se apodera de mí, es primera vez que me dice Te amo de esa forma, sin duda alguna, sin usarlo como pretexto para escaparse de mis recargas, de forma completamente consiente y seguro de lo que dice. Sin agregarle un tal vez…  

Una lágrima se escapa de mis ojos y resbala por mi mejilla con lentitud, la dejo caer, no quiero ocultarla pues es una lágrima de felicidad, de un momento muy especial que recordare por siempre.

-¿Usagi-san? ¿Qué ocurre? –Me pregunta.

Solo atino a abrazarlo como nunca, lo abrazo con todas mis fuerzas y acaricio su castaño cabello. Le doy un casto beso y lo miro a los ojos con una sonrisa.

-¿Qué te ocurre? Hoy estas raro. –dice con su habitual sonrojo.

-Este es uno de los momentos más felices de toda mi vida… Prométeme que siempre estarás a mi lado, Misaki.

-Prometido. –Dice con una sonrisa– Pero ahora… ¿Bajas a desayunar?

-En unos minutos.

Me dejo caer sobre su pequeño cuerpo y siento como una de sus manos acaricia mis plateados cabellos con lentitud. Tal vez, él, tenía razón; esto fue mucho para ser aun temprano pero no me importa, por algo mi apodo es Usagi*.

Una vez que ambos recuperamos energías nos vestimos y bajamos abrazados a desayunar. Nos sentamos a comer en silencio pero nos lanzamos miradas de cariño cada instante.

Cuando terminamos le abrasé por la espalda con intención de besarlo pero como muchas veces fuimos interrumpidos por el timbre.

-Déjalo, Misaki. Quien sea ya se ira.

-Pero Usagi-san, ¿y si es Aikawa-san?

No alcancé a responder cuando la puerta se abrió lentamente dejando ver a una pálida pelirroja con la mirada perdida y sujetando un sobre violeta entre sus manos.

-¿Aikawa-san? –pregunto Misaki acercándose a ella.

-Yo… vengo a buscar el manuscrito… Usami-sensei ¿Lo terminó? –dijo lentamente mi editora como si su mente no estuviera aquí.

-Iré a buscarlo… -dije extrañado, eso no es normal de ella, debería estar gritando desesperada zarandeándome en fase psicópata.

Cuando regrese a la entrada, Aikawa  seguía en el mismo lugar y Misaki intentaba hacerla reaccionar sin resultado alguno.

-¿Aikawa? Aquí tiene el manuscrito.

-Gracias, Usami-sensei… -se dio media vuelta y caminó a la puerta. Antes de irse dejo el sobre en una mesilla junto al sofá y salió sin decir más, dejándonos a mi uke y a mí realmente confundidos.

Me acerque al sobre, dentro tenía una hoja igualmente violeta doblada por la mitad, en uno de los lados puede notar que tenía un dibujo apenas visible, como si hubiera sido hecho con tinta traslucida: un extraño símbolo que no supe identificar.

¿Qué era esto? ¿Por qué me lo dio Aikawa? Y ¿Qué le ocurre a mi editora?

Sintiendo la mirada de Misaki sobre mí y la hoja en mis manos. Me decidí abrirla.

La desdoble, el otro lado era color blanco, y tenía en una esquina el mismo extraño símbolo que ya había visto, me parecía algo similar a una X, solo que cada punta terminaba en una extraña curva.

-Usagi-san, ¿Qué es eso? –preguntó Misaki, aun extrañado por la actitud de Aikawa.

Me quede callado, mi vista se concentro en el escrito de la hoja y mi semblante serio fue reemplazado por uno de sorpresa.

Con una impecable caligrafía y tinta negra, se presentaba la carta más extraña y misteriosa que había leído jamás:

Se supone que una carta debería iniciarse con un “buenos días” o algo por el estilo, pero como se dará cuenta este no es el caso.

Usami-san, sé que es usted quien lee esto y no Takahashi-san, confío en que mis cálculos fueron correctos.

Ahora, se preguntara a que viene esto ¿no? Pues la respuesta es: Una invitación. Si, como lee, esta es una invitación para que usted y Takahashi-san asistan a un viaje completamente gratuito a un bello resort.

Si no me equivoco, usted ya debe estar pensando en rechazar esto ¿verdad? Pues le advierto que no tiene más opción que asistir a menos que desee venir por las malas y créame que viajar varias horas dentro de un saco y atado de pies y manos no es nada agradable (o al menos eso me han dicho) y no creo que eso le guste a su amante.

Quiero que lea esto a Takahashi-san y que le pregunte su opinión aunque yo ya sé que dirá o al menos ya tengo una idea de lo probable. Una vez que tengan todo listo quiero que este lunes vayan a la siguiente dirección:

Patio sur de la universidad Mitsuhashi, frente al edificio de literatura.

Sé que no les será difícil llegar. Vayan solos, si me desobedecen… lo sabré.

Por último, de seguro que le pareció extraña la actitud de Aikawa-san. Vera, no le ocurrió nada grave, solo estaba en algo parecido a un trance. Necesitaba que alguien les llevara el sobre y pues, ella me pareció la indicada así que para que me obedeciera…

Como sea, esperando su cooperación.

Anónimo. 

Pd: Les recomiendo llevar cada uno dos mochilas con equipaje. No maletas o bolsos: ¡Mochilas! Ya entenderán el porqué. También les recomiendo que lleven ropas cómodas y de todo tipo.

Termine de leer sin saber qué hacer. Mire a Misaki, quien me observaba nervioso y pedía leer la carta.

Volví a dobla la hoja y la guarde en uno de mis bolsillos, me acerque a Misaki y despeine sus cabellos bajo sonrojos y protestas de su parte.

-Ve a tu habitación. –le ordene.

-¿Por qué? Yo también quiero ver esa carta.

-¡Has lo que te digo!

-Pero… Usagi-san, al menos dime que es lo que dice.  

-Que no. A tu habitación, Misaki.

Enfurruñando y dando pisotones, Misaki, se marcho a su habitación. Me recosté en el sofá y releí la carta varias veces. Revise el sobre violeta en busca de algo que me diera alguna pista sobre el remitente, ¡pero nada!

Lo recordé entonces, Aikawa fue quien me trajo el sobre, no creo que ella tenga algo que ver con todo esto pero al menos tiene que saber quien le pidió que lo trajera.

Rápidamente cogí mi celular para llamarle, pero al instante la pantalla se vio ocupada por el aviso:

Llamada entrante: Aikawa Eri.

Conteste de inmediato y pegue el celular a mi oreja.

-¡Moshi moshi! ¿Aikawa?

-¡Sensei! –su voz era estrangulada por agudos sollozos.

-¿Qué ocurre? –por alguna razón, le di prioridad a la razón de su llanto.

-Por favor… por favor… obedezca las instrucciones de la carta.

-¿Por qué?

-Usami-sensei, usted ama a Misaki-kun ¿no?

-Sí, con toda mi al…

-Entonces no permita que… que todo esto ocurra… Obedezca las órdenes de la carta y consérvela… guárdela con sumo cuidado siempre cerca de usted. Y por favor cuídese y también a Misaki-kun. Cuando estén allá no se aleje de él.

-Aikawa, ¿Qué ocurre? ¿Quién le dio el sobre?

Un nuevo sollozo se escucho desde el otro lado de la línea.

-Se hace tarde… deben preparar su equipaje. ¡Por favor cuídense! No permitan que…

-¿Qué no permitamos, que cosa?

Su voz se corto en un sollozo y lo siguiente que escuche fue el molesto pitido que indicaba que ella ya no estaba al teléfono.

Al parecer no me queda alternativa. Misaki y yo tendremos que ir a ese viaje por las buenas o por las malas. Y por el bien de Misaki, será mejor por las buenas.

Desde mi posición, podía ver de reojo la ventana y puede notar como el cielo se oscurecía y grises nubes hacían presencia, dándole a esta escena un toque similar a una película de terror.

Solo tenía una cosa clara: sin importar en que nos estemos metiendo, debía proteger a Misaki. 

Notas finales:

Hola!!!! 

Pues... soy nueva tanto en la pagina como en esto de escribir fanfics así que no sean muy crueles en los comentarios porfiss! 

¿Qué les pareció? Acepto todo tipo de criticas u opiniones!! nwn  

Actualizaré dentro de unas dos semanas, pues estoy muy ocupada con la escuela y todo eso... U.u 

Emmm... y no sé que mas poner aquí, así que: 

Saludos!! Bye!! 

Akemi Hikari! 

 


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