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¿¡Dónde está el DS de Aiji!? por Untitled

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Notas del capitulo:

           Bueno, este fic es básicamente para hacerles reír, la idea se me ocurrió de repente puesto que Aiji es amante de los videojuegos y Maya siempre anda molestándole, pensé más o menos así xD.

           En fin, espero que lo disfruten.

                ‘‘Cuídalo, y que no le pase nada o ya verás’’ Sí, esas fueron las palabras de Aiji, y claro que haría eso al pie de la letra, no despegaría mis cinco sentidos de aquella consola, por supuesto que no. O al menos eso pensaba…

— ¡Aaah! ¡No está, no está por ningún lado! —grité mientras que lanzaba los cojines del sofá por todos lados, levanté la alfombra, revisé la mesa, escritorio, rincones, pero por más que busqué ¡no estaba el DS de Aiji! Entré en pánico, si se perdía Senpai  se enojaría sobremanera conmigo.

—Calma, Maa-tan —habló NomNom—. Debe estar por algún lado, no creo que haya desaparecido del estudio

—¿No saliste de acá desde que Mizui-san te dio el DS, verdad? —inquirió Sassy.

—En realidad sí salí de acá —respondí.

                Suspiré un tanto frustrado, pero intentaba calmarme. Me levanté del suelo, que era donde me encontraba en ese momento, y me senté sobre el sofá, tratando de recordar lo que había hecho ese día. Estaba decidido a encontrar ese maldito aparato, ya que si no lo hacía Senpai me dejaría de hablar por meses ¡o peor! Me odiaría, la banda se disolvería, y debería empezar una nueva carrera como solista, fracasaría y todo se iría por el drena…— ¡Un momento! Estoy exagerando demasiado.

‘‘Bien, cálmate maya, cálmate’’ Me repetía mentalmente.

—Dinos lo que has hecho hoy, así quizás podamos ayudar —opinó Mackaz.

—¡Es una excelente idea! —exclamó NomNom, asintiendo varias veces.

—¡Qué buena idea! —afirmé—. Bien, empezaré… desperté porque recibí una llamada de Aiji-senpai, sonaba un poco irritado porque iba tarde al trabajo. Me levanté de la cama y fui al baño, no sabía si usar el jabón azul o el jabón rosado, así que…

—Me refería a lo que hiciste luego de que Shinji te diera el DS… —interrumpió Mackaz, teniendo una expresión desinterés ante todo aquello.

—…usé el verde… —murmuré apenitas, viendo como los otros dos que estaban en la sala reían. Recibí un zape por parte de Denkiman—. ¡Oye! Bien… aquí voy.

                »Estaba revisando ciertas cosas sobre el nuevo álbum, bueno, realmente sólo estaba haciendo avioncitos de papel con algunas hojas que estaban cerca de ahí, dibujando algún que otro muñeco, hasta que Aiji-senpai entró a la sala. Me miró con algo de curiosidad, pero como siempre mantuvo aquel semblante serio.

—Veo que estás haciendo algo útil, por fin —murmuró, pero luego su expresión cambió al ver lo que realmente hacía—, ¿¡pero qué!? ¡Masahito! Deberías estar haciendo tu trabajo.

—Lo sé, lo sé, lo siento —me excusé, suspirando luego.

                »Realmente Shinji-senpai tenía cambios de humor muy raros, pero tenía cierta razón en lo de hacer mi trabajo, debía dejar de andarme de perezoso. ¡Pero es tan difícil! En fin, luego de eso, como a los minutos, él se acercó nuevamente a mí y me tendió su preciado, amado y adorado DS. Me quedé un poco asombrado, él jamás dejaba que tocara sus consolas, ni sus celulares, mp3’s, nada…

—¿¡Me lo prestas!? —exclamé un tanto emocionado.

—No, idiota —respondió con tono serio. Adiós a mis ilusiones—. Quiero que lo cuides, no tengo bolsillos y no quiero salir con esto en manos a la calle. Me encargaré de algunos asuntos y regreso, cuídalo, y que no le pase nada o ya verás.

—¡Está bien! Lo cuidaré.

                »Él soltó un suspiro de largo, casi pude adivinar sus pensamientos: ‘‘Iré reuniendo para comprar otro nuevo’’. Fruncí el ceño, definitivamente iba a cuidar esa consola, estaba decidido a demostrarle que sí podía hacerlo, o al menos… intentarlo.

                »En fin, una vez él se fue me quedé a solas nuevamente, el aparato estaba sobre el escritorio, frente a mí, parecía como si se burlara, duré un rato observándolo fijamente, vigilando que no le pasara nada, que nadie llegara y lo fuera a tomar o que se fuera a ir volando, o que desapareciera —de acuerdo, admito que soy exagerado a veces—, pero comencé a aburrirme sobremanera, y senpai no aparecía por ningún lado, comenzaba a desesperarme un poco. Comencé a tomar en cuenta las veces en que Aiji-san dice que soy algo ‘‘intenso’’ cuando me aburro.

                »Pasó una, dos, tres horas y no veía ni rastro de mi guitarrista. Llegó un momento en el que ya no recordaba qué hacía allí. Entonces recibí un mensaje de Denkiman invitándome a comer, sentí tanta emoción que salí de inmediato de la sala, sin tomar el DS, pues me moría de hambre igual. Me encontré con él en un McDonald’s cercano, y ahí comimos hasta decir ‘‘basta’’.

                »Luego de haber terminado de comer, salimos de aquel lugar y empezamos a caminar sin rumbo, observando nuestros alrededores y bromeando por la calle, recorrimos el centro de la ciudad, observamos tientas, etc. Sin darme cuenta se había hecho bien tarde, ya eran las 5:47 pm. Decidimos volver lo más rápido posible, puesto que estábamos bien lejos de la compañía. Una vez llegamos entré al estudio seguido por Denki, me di cuenta de que Senpai no había llegado aún, sin embargo, cuando revisé el escritorio ya no estaba el DS, ¡no estaba!

—¿Pero cómo? ¡No pudo haber desaparecido así como así!  —dijo NomNom.

—¡Waaah! ¡No sé qué haré! —exclamé con frustración.

—Deberíamos preguntar a las perso…

                En ese momento Mackaz se vio interrumpido cuando la puerta se abrió, era Aiji. Sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo, el temor se apoderó de mí. Volteé a ver a los demás… ¡¡Se habían ido!! ¡Me dejaron solo, esos cobardes! Sentí la mirada del guitarrista sobre mí, lo cual me dio aún más temor. Le observé, temeroso y a la vez avergonzado. No podía creer que hubiera sido tan descuidado.

                Se mantenía ahí, inmutable, viéndome con seriedad. Me ponía los nervios de punta, no decía nada, no expresaba ninguna emoción, sólo la frialdad de su mirada «que a veces era algo dolorosa». Fui incapaz de mantener aquel contacto visual, por lo que bajé mi rostro, no sabía ni qué decirle, estaba paralizado.

—¿Y bien? ¿Dónde está mi DS? —preguntó.

                Mi cuerpo tembló.

—Eh… bueno… yo… —rasqué mi nuca con timidez, elevando mi rostro para verle—, yo…

—¿Tú qué? —repuso en tono firme y serio, atemorizador.

—Tu DS… —me armé de valor, tomé aire y me dispuse a decir la verdad—, no sé dónde está. Yo salí a comer con Denki y me olvidé por completo de él, y cuando regresé ya no estaba ¡Lo siento mucho Senpai! —dije lo más rápido que pude, me levanté y me incliné ante él, pidiendo disculpas, realmente arrepentido.

                Esperé lo peor, el otro no decía nada, estaba realmente nervioso. Sin embargo, escuché unos muy débiles sollozos, ¿¡estaba llorando!? Elevé mi rostro y cuando le vi me quedé realmente confundido. No estaba sollozando ni nada por el estilo, ¡estaba aguantándose la risa! Pero no pudo hacerlo mucho tiempo, luego de unos segundos empezó a reír a carcajadas, yo realmente no sabía lo que pasaba

—¿S-Senpai…? ¿Estás bien...?

—¡D-Debiste ver tu cara! —Musitó apenas, entre risas—, ¡tu cara!

—¿¡E-Eh!?

                Estaba por completo confundido, ¿de qué se reía Aiji? ¿Acaso estaba bromeando? Pasaron unos minutos cuando el otro por fin se calmó y, para mi sorpresa, sacó del bolso que ahora cargaba al hombro la bendita consola. Quedé atónito.

—¿Eeeeh? ¿¡P-Pero  cómo es que…!?

—¡Realmente qué idiota eres! —exclamó—. Yo ya había llegado, cuando entré en el estudio no estabas ahí, pero mi DS sí. Sé que algo así podría pasar, así que no me sorprende.

                De alguna manera sentí un gran alivio, pero a la vez me sentí muy tonto por haber caído tan fácilmente en aquella broma. Suspiré pesadamente, viéndole con el ceño fruncido, pero no estaba molesto.

—¡Me asustaste, Senpai! —repliqué.

—Bien que te lo merecías —respondió en tono divertido, sonriendo de lado.

                Rodé los ojos, para luego acercarme a él y sin mucho esfuerzo le robé un beso. Moví mis labios sobre los ajenos, pude sentir como él quedaba paralizado ante mi acción, pero no por eso me alejé de él. A los pocos segundos el cedió, correspondiendo al lento movimiento que yo dirigía; lo acorralé contra la pared, para así apegarme por completo a él, quien me sujetó por la cintura.

                Entreabrió sus labios, aproveché a introducir mi lengua en aquella húmeda cavidad, la cual comencé a recorrer con pasión, jugando con la sinhueso ajena. Un pequeño gemidito provino de Aiji, lo cual me causó algo de gracia. Me separé de sus labios con lentitud cuando ya no pude resistir las ganas de respirar, noté como un pequeño hilo de saliva unía nuestras bocas. Dirigí mi mirada hacia él, quien estaba rojo como tomate.

                Bajó su rostro, avergonzado, yo reí bajito.

—¿P-Por qué hiciste eso…? —susurró apenas.

—Bien que te lo merecías —cité sus palabras, manteniendo mi sonrisa divertida.

                Noté como él bufó apenas, lo cual me causó aún más gracia. Tomé el mentón del más bajo y lo alcé con delicadeza, para luego darle otro pequeño beso a los labios y sonreírle, él rodó los ojos.

—Vamos, admite que te gustó —dije.

—De todas maneras, no te dejaré mi DS de nuevo, jamás —replicó, escapándose de entre mis brazos.

—Me lo temía —murmuré, para luego reír otro poco y salir del estudio junto con mi senpai, mi amado senpai.

Notas finales:

      Ya sé, está cortito, pero es que era una idea momentánea y debía aprovechar(?). En fin, espero les haya gustado~~.


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