Que se jodan todos ¿O será que yo soy el que esta jodido? no entiendo ó mejor dicho, no me entiendo, cuando vi a Daika en el salón por un momento olvide a Julia y me sentí ligero, sin ninguna preocupación, molestia o tristeza, era como si al ver al castaño encontrara paz y esa paz aumento cuando lo bese, fue tan raro que me separe de él reordenando mis ideas, recordando que hacia ahí y porque estaba ahí. Por un momento olvide todo y solo me concentre en sus labios que en ese instante me resultaron tan dulces.
Quise corroborar la sensación de paz por lo que le exigí que me besara y estaba en lo cierto, de nuevo, me sentía tan… no sé cómo explicarlo ¿Libre? ¿Aliviado? Con sosiego, tranquilo. Nunca me había sentido así, por lo general cuando estoy triste y beso a alguien lo único que siento es falsedad, con Daika es… distinto. ¿Qué lo hace distinto? ¿Cuál es la razón por la que me moleste tanto que Carlo le enseñe a defenderse?
En el combate cuerpo a cuerpo es obligatorio estar en contacto directo con tu oponente y aun así… me molestó tanto que tuve que salir de ahí para no matar a Carlo y castigar a Daika, es solo un entrenamiento, Daika es de mi propiedad, mío, pero aun así, no soy tan estúpido como para no poder entender cosas tan simples como esas. Que practique un deporte debería ¿Alegrarme? No cabrearme. Estoy confundido, vuelvo de nuevo al principio ¿Sera que el jodido soy yo y me estoy volviendo loco? No sería extraño, con todo lo que he vivido al menos unos traumas psicológicos debería de tener pero sigo siendo sano hasta donde recuerdo.
Saco un cigarrillo de la cajetilla y las imágenes de Daika se me vienen a la mente, evitando que consuma al asesino silencioso. Con solo pensar en su rostro me siento mejor, estoy loco.
Camino por los pasillos y llego al comedor, decidiendo qué comeré, supongo que ya me siento mucho mejor puesto que ya los demás no se alejan de mi ni me evitan, pido un filete de carne con papas fritas y refresco, me siento a degustar la comida y veo al viejo instalando una gran pantalla en todo el centro del comedor sujeta a la pared, creo que es un televisor pero algo me dice que tiene otra función. Termino mi comida y me acerco a ver que hace con tanto interés.
-Oye viejo-Voltea a mirarme-¿Para qué es esto?
-Es para las video llamadas, hijo, estamos en pleno siglo 21 y quiero probar la nueva tecnología-Se nota su entusiasmo y curiosidad-Con esta belleza-Señala la pantalla-Voy a poder verle la cara a todo el que llame para acá… -Se queda pensativo por un momento-Claro que la persona que llame necesita tener un teléfono muy moderno… pero aun así, quiero instalarlo además también voy a poder ver el juego de futbol con esta maravilla- Que emoción la suya.
-Pareciera como si nunca hubieras visto un televisor-
-Soy una persona ocupada-Me saca la lengua como un chiquillo-No tengo el privilegio de “otros”-Me señala, bastardo-Que si pueden andar por ahí sin hacer nada.
-¡Maldito Inmoral! ¿Cómo se te ocurre decir que no hago nada? Si cada vez que te escapas a la mazmo…-Me tapa la boca para que no continúe, me olvide de que estamos en el comedor rodeados de personas que no saben que el viejo es tan pervertido que tiene una mazmorra oculta, llena de juguetes sexuales donde se divierte con el pobre de Yun, su secretario. Viejo pervertido.
-¡HIJO! No digas eso en voz alta-
-Hijo de puta, interesado-Siseo por su mano casi asfixiándome- Suéltame y trágate tus palabras-Por la puerta entran los que deje hace un rato en la zona de entrenamiento, sudando y hablando amenamente, me molesta como le sonríe, a mí nunca me ha sonreído así.
-Estas molesto, dime de qué- Y ahí va con su curiosidad a millón, no le diré nada, me quedo en silencio y el viejo entiende que no le voy a responder, suspira y Yun aparece en la puerta con unos papeles en la mano pidiéndole a Lucifer que vaya con él para firmarlos, el viejo hace una de sus escenas por no querer ir a leer más cosas y me pide/exige que termine de instalar a su “belleza” de pantalla.
No soy electricista ni nada por el estilo pero se defenderme, es solo poner unos cables, sintonizar, arreglar y voilà, termine. Me doy la vuelta para comer de nuevo, si, hoy tengo mucha hambre y el televisor comienza a zumbar haciendo sonar la música que le instale para saber que era una llamada entrante, ¿Qué más? Soy el que está más cerca, así que me doy media vuelta y presiono en el panel de control el botón verde para aceptar la llamada. Miro la pantalla y es… ¿Dominic?
-¿Qué onda huevón? ¿Llegaste entero?-Me pregunta y yo lo visualizo un poco más, que buena resolución tiene la pantalla, veo el paisaje oscuro detrás de él, sus ojeras remarcadas alrededor de sus ojos, esta despeinado y con toda la confianza del mundo puedo decir que hasta un poco borracho y drogado, me da mala espina.
-Yo si estoy entero ¿Y tú?- Me siento encima de una mesa para ver mejor la pantalla, se ríe sin gracia y ya sé por dónde va este asunto.
-¿Yo? Yo estoy bien, llamaba para ver si ya Lucy (el viejo, así lo llama) instalo la pantalla, se ve bien compadre, todos parecen hormiguitas desde mi teléfono-
Bufo.
-Si eres marica…-Veo detrás de mí y la mayoría se ha reunido para escuchar nuestra conversación, soy un bastardo pero no tanto como para mencionar el tema de Julia y hacer sentir a Diminic impotente frente a todos los aquí presentes, sería un golpe a su orgullo y como yo soy igual a él sé que sería terrible, mejor hablo de algo mas-¿Qué estas consumiendo?
Todos se me quedan mirando con cara de sorprendidos y Dominic se carcajea en la pantalla… maldición, sí esta drogado.
-Muy bueno-se calma para poder hablar-¿Tanto se me nota?-Pregunta y yo respondo con un más o menos-Ya sé por qué a los drogadictos les gusta tanto la cocaína, marihuana, éxtasis y me falta probar las demás, saben bien cabrón-Vuelve a reírse y de pronto se pone serio con la mirada perdida…vacía, me mira y sé que va a decir algo que a mí también me va a flagelar el alma-Nos vemos en ese bar dentro de un mes-Se acaba la llamada y siento como una tonelada de ladrillos me cayeron encima… en un mes, solo le queda un mes.
Un frio me recorre la espalda, se me trancan las vías respiratorias y tomo mi cabeza con ambas manos sin saber qué hacer, mierda, un sudor frio me ataca, me dan arcadas y vomito lo que comí hace menos 20 minutos, siento un vacio impresionante en el estomago, algo dentro de mi arde, no, por favor, no quiero que Julia… muera.
Me duele la cabeza.
Estoy desorientado.
Saco un cigarro y lo enciendo, la nicotina no logra calmarme, lo lanzo al suelo y comienzo a pisarlo, la impotencia me ataca, todos en el comedor me miran fijamente y yo les devuelvo la mirada, no saben por qué estoy así y tampoco se los diré, no necesitan entristecerse junto conmigo, tomo bocanadas tratando de calmarme y me revuelvo el cabellos con las manos, siento un escozor en mis ojos… no… no quiero llorar.
Comienzo a hacerme paso entre ellos, me preguntan de qué hablamos puesto que no entendieron la corta conversacion.
No respondo.
No quiero hablar.
Necesito llegar a mi habitación y encerrarme para que no vean como patéticamente su hermano mayor derrama lagrimas por una puta enfermedad, quiero llorar por Julia pero también me duele el recuerdo de mi madre y su enfermedad, que no la mataba pero si hería a todos sus seres queridos por falta de memoria, ahora odio el Cáncer y al Alzhéimer.
Llego y me desplomo en la cama, las lágrimas no salen porque sé cómo controlarlas, no es la primera vez que aguanto las ganas de llorar, cuando por fin sale la primera, la puerta se abre tímidamente y por los pasos vacilantes sé quién es.
-Kai-
Me llama la tierna voz de Daika, con ese de tono de preocupación, no me muevo, no quiero que me vea así, tan destrozado pero en el fondo quiero que sea él el que me cure las heridas como lo hizo hace días, tan cuidadosamente y con tanta concentración que decidí no hacerle nada porque no lo merecía, Daika no merece el trato que le doy, se merece algo mejor.
Es increíble como un estado de ánimo puede cambiarme tanto, soy un imbécil.
-Kai-Vuelve a llamarme, esta vez, ya cerca de la cama, toca mi hombro con la mano temblorosa, de seguro, porque cree que lo atacare, no honey, no te hare daño, estoy tan mal que quiero… no… necesito estar contigo para olvidar, ya entendí que eres como una medicina o una droga, me siento bien contigo, es tan raro, nunca me había sentido así por alguien, nunca había necesitado así a alguien. Te tratare como lo mereces. Sweetheart.
Me doy vuelta y se que ve la marca de la lagrima en mi mejilla, acerca la mano y toca mi rostro limpiándola, me siento débil, pero es una debilidad que me gusta, me levanto un poco y le robo un beso, tan lento que me dejaba saborear por completo su pequeña boca, adentrándome y degustando todo a mi paso, su lengua se me une y compartimos un beso erótico pero este encuentro quiero que sea diferente al otro, aquella vez lo trate como mi amante, aun teniendo más lujuria que esa “otra cosa” que aun no sé cómo llamarla porque nunca la he sentido, esta vez quiero probar un poco mas de ese raro sentimiento que me hace querer tratarlo como porcelana, con mucho cuidado por tener miedo a dañarlo.
Me incorporo hasta quedar sentado con la espalda apoyada del cabezal de la cama, alzo la mano y toco su rostro, siento su piel, cálida y suave, hago que se acerque a mi hasta lograr, con mucho esfuerzo ya que a él lo apenaba tomar esa posición, que se siente en mi regazo con sus manos apoyadas en mis hombros, se ve increíble, sonrojado y tan delicado, no quiero que sea pasión, quiero que sea esa “otra cosa” que todavía no sé cómo nombrar. ¿Liebe? No, imposible, yo soy incapaz de sentir eso por Daika.
°°°°°°
No sé qué le pasa a Kai, me mira diferente y no sé si es consciente de que me sonríe suavemente, me gusta a pesar de que sea tan extraño. Nunca lo había visto así, me ve como si estuviera viendo algo que lo tiene hipnotizado. Me apena mucho, no sé qué pensar.
Estoy muy preocupado por él, desde que estaba con Carlo en la zona de entrenamiento se comporto raro pero luego creo que volvió a estar normal y después recibimos esa llamada de ese chico que no sé quién es, diciéndole algo que a Kai lo hizo vomitar y verse tan necesitado, se veía tan perdido como si buscara que alguien le tendiera una mano para sacarlo de su ensimismamiento. Me despedí rápidamente de Carlo, programando otro entrenamiento mañana y perseguía a Kai.
Creo que estaba llorando pero en vez de echarme de la habitación o gritarme algo me deja tocarlo para secar su lagrima, no tenía intención de que comenzáramos a besarnos pero ahora se ve mucho mejor, si lo que necesita es usarme para sentirse mejor yo dejare que se sacie, no sé, pero me duele mucho verlo tan vulnerable, quiero que se vea fuerte, como siempre. Sus manos me recorren pero no con la vulgaridad de siempre, son ligeros toques, caricias, me abraza acercándome hasta pegarme a su pecho y mete su rostro bajo mi cuello para besarlo tranquilamente. Nunca lo habíamos hecho así, es muy diferente.
°°°°°°
Comenzaba a ponerme duro y más por el hecho de que Daika estaba sentado sobre mi entrepierna aun vestida, tome su camisa para quitarla poco a poco y cuando logre sacarla vi los pequeños moretones que logro en el combate con Carlo, ya están casi invisibles por su habilidad adquirida. Su piel está un poco manchada pero no deja de ser perfecta, estoy pensando como un… ¿Enamorado? NO. Puede que sienta todo menos eso. Yo… no puedo sentir eso.
Lo tomo entre mis brazos y lo recuesto suavemente en la cama, acomodándome entre sus piernas, hoy, soy yo quien quiere mimarlo por ser lo que me está haciendo olvidar mi pesar, me apoyo con los brazos a los lados de su rostro y me agacho para comenzar a besar su pequeño pecho lampiño, voy a la clavícula y me dan ganas de morderlo pero sería demasiado salvaje y no se lo merece, él no merece mi salvajismo, pero tampoco sé qué se merece. ¿Cariño? Hasta ahora es lo único de lo que si estoy verdaderamente seguro.
Beso y dejo chupones por donde paso escuchando su voz celestial gimiendo, llego a su pezón para lamerlo y chuparlo como si fuera un caramelo, al sentir que lo dejo erecto repito lo mismo con el otro, siento como apoya su mano de mi cabeza y me hace alzar la vista para besar su boca suavemente, me separo y beso su frente.
-Precioso-Daika se aleja y me ve molesto.
-No hagas eso otra vez-
-¿Qué cosa?-Me detengo para mirarlo, no entiendo su repentina molestia.
-La última vez hiciste lo mismo, llamándome por esos apodos bonitos, no quiero que los digas-Frunce el ceño y dice algo muy bajo pero que por el silencio de la habitación logro escuchar perfectamente-No lo digas sí no es cierto-
Sonrió suavemente ante su tonta confusión.
-Yo dije que se me hacían tontos los apodos y que si querías escucharlos los diría pero en ningún momento mentí Daika, todo lo que te dije la última vez y todo lo que te digo ahora, es cierto-Abrió los ojos como platos por lo que volví a sonreírle-Por lo que si te digo precioso, lindura, cariño, bebe…-Pare por un momento pensando en si agregar también “amor” pero luego deseche la idea-Créetelas porque son ciertas. No miento con respecto a tu belleza-Creo que lo que lo enojo fue que al final le aclarara la situación con respecto a los apodos, voy a dejar esa “otra cosa” para después, lo voy a tratar bien pero nuevamente con pasión.
Algo dentro de mí me grita que si lo trato diferente… algo va a cambiar y no estoy seguro de querer un cambio. Estoy seguro de nada.
-Además… te trate así por una razón, la conoces ¿Cierto?-Le pregunto y él se sonroja y busca ocultar la cara pero aun así veo como asiente con la cabeza-Dime… ¿Cuál es?-Quiero escucharlo decirlo, que me llene de nuevo de esa extraña satisfacción de saber que es…-
-Soy… solo tuyo-Mi pecho se siente caliente y mi pulso aumenta, no sé qué es esto pero me encanta.
No lo deje continuar hablando lo bese ahora con mas euforia, mis manos recorrieron su pecho para tomar con mis dedos su pezones y apretarlos un poco arrancándole por fin un gemido audible.
-Mmm-
-Qué lindo suena eso-Sus ojos se cristalizan por pasión y la vez vergüenza por el comentario-¿Por qué no me das una sinfonía?-Me mira totalmente rojo, era increíble, le hacía competencia a un tomate y estaba ganando.
-Pervertido-Se quejo pero no me negó mi petición.
-Siempre-Bajo mis manos y toco su miembro erecto bajo la tela del pantalón, sobando para que se excite mas, gime y me pide que deje de hacer eso y yo obedezco su petición, por un momento me ve confuso, de seguro creía que no me detendría, es muy gracioso confundirlo pero luego le doy una sonrisa gigante y sin que se dé cuenta abro el botón y la bragueta para luego quitarle el pantalón con un poco de calma para que no se asuste.
Bajo hasta tener su ropa interior frente a mí, la quito para dejar a la vista su joven hombría, erecta y goteante, me mira confundido y vuelvo a sonreír me acerco y paso mi lengua por la cabeza de su miembro jugando con la pequeña ranura.
-Ahh…mmm… Kai n-no-Lo ignoro, y con mi mano ocupo sus firmes y pequeños testículos sobando y sobando, llega un momento en el que quiero ver su reacción y me meto de golpe su miembro en mi boca-¡¡Aahh!!-Grita, se arquea y aprieta las sabanas en sus manos, sus piernas tiemblan un poco y trata de cerrarlas pero no importa, está disfrutando, igual que yo.
Sigo con la felación escuchando sus gemidos, el sonido sucio de su miembro entrando y saliendo, comienza a mover su propia cadera y me sorprende de qué sin saberlo me este follando la boca, si se lo digo de seguro se desmalla de la vergüenza. Abro el cajón de mi cómoda y saco el lubricante que ahora recuerdo, siempre a estado allí y lleno los dedos de mi mano desocupada para relajar su entrada.
Meto el primero y siento lo caliente y apretado que esta, mi miembro gotea liquido pre seminal por la anticipación de la sensación, chupo más para que se relaje y no se queje, pasa el tiempo y decido meter el segundo, gime y gime, mueve la cadera, busca mas placer. Me encanta.
-Kai… ya ¡Ahh!... Entra-Woo… eso si no me lo esperaba, me lo pide, quiero ser malo por este pequeño momento. Saco su miembro de mi boca con sonido de Plop muy audible.
-¿Estás seguro?-Aprovecho y le meto el tercer dedo, me duele como el demonio la verga, mi bóxer esta mojado y la presión me mata pero aun así, quiero escucharlo. Vamos nena, pídemelo. Toco su próstata otra vez.
-¡Mierda!... Si… Dios…entra mmm-Esta sonrojado, sus ojos cristalinos y sé que odia pedirme eso porque es muy vergonzoso pero a la vez quiere más placer y pedir es su solución.
-¿Mis dedos no son suficientes?-Le vuelvo a preguntar y se incorpora como puede para tomarme de la camisa y jalarme mirándome fijamente.
-Escúchame maldito...-Sonrió, que fiera-Tus estúpidos dedos no son suficiente, así que deja de hacerme decir estas cosas y ¡Métemelo de una vez!- Maravilloso, después de ese arranque de necesidad se puso rojo y tomo la almohada para cubrir su cara pero yo se la quite y la lance muy lejos, me levanto y quito la ropa hasta quedar desnudo, se acuesta en la cama y abre sus deliciosas piernas para mi mientras gateo hacia él para cumplir su deseo.
-¿Quieres algo más grande?-Sigo jodiendole la paciencia, no puedo parar. Que felicidad.
-Idiota, me hiciste decir lo otro, no pienso responderte-Me mira enfurruñado y me recuerda a un gatito.
-¿Qué tal si variamos la posición?-Antes de que me responda lo levanto y maniobro, mientras que lo acomodo en mi regazo yo me acuesto en la cama, quiero que me cabalgue-Vamos bebe, ya sabemos que perdiste la pena, si tanto lo quieres tómalo tu mismo.
Ya no es tan inocente y me entiende, perfecto, con mucha pero mucha pena toma mi miembro duro el cual ya he lubricado y posiciona la punta entre sus firmes nalgas. Va bajando y me maravillo de su expresión, su boca medio abierta, el suspiro entre cortado que se le escapa, sus ojos semi cerrados, su cara roja, la manera en que se estremece, el hecho de que quiera cubrirse porque le da pena que lo vea tan fijamente y de pronto siento esa presión que envuelve todo mi miembro, me vuelve loco, tan asfixiante, caliente, rico, amo su culo, esa es otra cosa de la que estoy seguro. Busca donde apoyar las manos y yo… no sé por qué, pero tomo sus manos y entrelazo nuestros dedos manteniéndolos juntos y dándole ese apoyo que necesita para comenzar el bamboleo, de alguna manera, esto es muy intimo.
-Ahh… Ka-Kai-
Comienza el ritmo lento… demasiado lento, yo diría que hasta desesperante, por lo que tengo que penetrarlo desde mi posición, hundiéndome en su pequeño agujerito rosado, gime más fuerte y hecha la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, creo que golpee su próstata, lo está gozando. En su mirada veo la necesidad y su miembro gotea como una cascada, comienza a moverse más rápido, balancea la cadera y su ritmo aumenta más, llega un momento en el que suelta mis manos y hecha su cuerpo hacia atrás apoyándose de mis piernas y me cabalga como todo un vaquero del Oeste, cuando se cansa apoya sus manos en mi pecho y yo tomo su cadera y lo ayudo a subir y bajar. Se corre y llena mi pecho de semen. Aun es un novato, me gusta la posición pero existen más.
Hago que se levante y lo pongo en cuatro, entro y gime de gozo nuevamente con su miembro volviendo a la vida para otra ronda.
-Ah… Dios, que rico-Sonrió por lo pervertido de ese comentario, creo que ni se da cuenta de lo que dice. Lo follo y grita-¡M-más! ¡Más duro!-Que felicidad tener a un ¿Esclavo? ¿Compañero de sexo? ¿Sumiso? No sé que es, no sé qué significa para mí pero es definitivo que me encanta, es mío y jamás va a dejar mi cama. Que rico es tenerte Daika. Estuvimos así por mucho tiempo, me corrí dentro varias veces y él muchas más en las sabanas, otra cosa de la que estoy seguro: A él encanta tener sexo conmigo. Lo delatan todas sus peticiones, al menos tenemos algo en común, no hace falta que lo amenace para conseguir placer.
Ese sentimiento que no logro nombrar se hace cada vez más grande, siento cálido el pecho y mi corazón palpita como loco, creo que es por el ejercicio pero es demasiado rápido, ni cuando salgo a correr me siento tan agitado ¿Sera que de verdad me estoy volviendo loco? Definitivamente tengo un montón de putas dudas.
CONTINUARA…