No quería moverme, sabia por lo que decían mis compañeras de clase que la primera vez duele y teniendo en cuenta que el que hizo el rol de mujer fui yo, me duele, pero ya no tanto como cuando entro por primera vez, fue desgarrador, sentí que ardía que me rompería por la mitad haciéndome añicos y no es como si en este momento no me sintiera de la misma forma, ese maldito bastardo se llevo mi primera vez y mi primer beso… ¿Por qué siento mis rostro arder al pensar en eso? como lo odio estuvo sonriendo todo el tiempo mientras me tomaba, maldito, maldito, ¡Mil veces maldito desgraciado!, aunque supongo que pudo haberme tratado peor, ¡No por supuesto que no!, tuve el peor de los tratos, ese sujeto me violo, porque lo tengo que reconocer para poder asimilarlo y seguir con mi vida… aunque yo me corrí a pesar del dolor ¿Me gusto? Ese gemido hasta me sorprendió a mi mismo, no puedo creer que se me haya salido un sonido tan obsceno como ese y más en esa situación, tal vez si sea una ramera… ¡Por Dios! ¡¿Qué se supone que estoy pensando de mi mismo?! No puedo derrumbarme por esto aunque ganas no me falten, ese sujeto se burlo de mí como si no le interesase…. Por favor por supuesto que no le intereso solo está jugando conmigo cuando se aburra… cuando se aburra ¿Qué pasara conmigo? Tengo que salir de aquí, quiero volver a mi casa… ¿Casa? ¿Qué casa Daika? Yo no tengo a donde volver… ¿Sería mejor quedarme aquí? ¡¿Qué demonios de pregunta es esa?! ¡Por supuesto que me voy de aquí! quien sabe si a ese sujeto le da por violarme otra vez, lo odio maldito bastardo espero que te ahogues con agua.
Tenía que irme de ahí, pero tenía miedo de moverme y sentir dolor, me arme de valor y pensé en la medicina sistémica “El dolor se cura con dolor” si me duele al caminar después de un rato se quitara, estoy seguro de que se quitara, me incorpore lentamente con los ojos bien cerrados esperando sentir el dolor pero… nunca llego ¿Por qué? ¿Será que soy inmune a este tipo de arrebatos? Luego baje la mirada y vi la mancha de sangre y semen seca, sentí como de mis glúteos se deslizaban aquellos líquidos tan distintos y una impotencia sofocante me golpeo, nuevamente comencé a llorar, ese maldito se había venido dentro, tome la almohada y la golpee con toda mi fuerza para desatar frustración, después la lance al suelo, aun llorando me puse de pie y fui a el baño tratando de no manchar el suelo, entre y evite verme al espejo, lo último que quería era ver en qué condiciones me había dejado ese sujeto, aun podía sentir sus manos recorriendo mi cuerpo, su lengua caliente y sus dientes dolorosos, entonces recordé sus palabras: “Es estúpido pero te ves hermoso” ¿Qué quiso decir con eso? ¿Es alguna clase de sádico? ¡Por supuesto que lo es! y de los peores, pero lo que más odio es el hecho de que esas palabras me gustaron… ¿Soy una espacie de masoquista o qué? No pude evitar bufar ante ese pensamiento, era estúpido pero me habían gustado esas palabras y ese beso… me lleve una mano a los labios tocándolos e imaginando de nuevo la sensación de ese acalorado contacto y luego voltee hacia el espejo… estaba sonrojado-Soy un imbécil… a él yo no le intereso, solo lo hizo por diversión… y para torturarme-
Abrí la regadera y entre, ya me encontraba desnudo, cortesía de ese sujeto, tome el jabón y comencé a deslizarlo por mi cuerpo luego vi mis condiciones físicas, las heridas ya estaban casi cicatrizadas y parecía que faltaba poco para culminar su regeneramiento ¿Por qué? Hace menos de dos horas que me las habían hecho, ¿Qué ocurría con mi cuerpo? Se supone que deberían de dolerme sobre todo el trasero por culpa de la violación, curioso me lleve un dedo a mi entrada y lo metí sin ningún miramiento, el dolor punzocortante que sentí me hizo caer en el suelo de baño, si sentía dolor pero solo si tocaba bruscamente las zonas afectadas, baje la mirada y vi el agua mezclada con sangre y ese liquido blancuzco, ese desgraciado ¡¿Cuánto se supone que se había corrido dentro de mí?! El semen seguía saliendo hasta que paro, por fin había terminado de bañarme y solo cerré la regadera quedándome allí.
No le seguiría dando vueltas al asunto de las heridas y el dolor, si se curaban y dentro de poco ya no sentiría más dolor era mucho mejor para mi ¿Cierto? Y pensándolo bien ya las heridas del arrollamiento se habían convertido en cardenales y ronchas que fácilmente se podían conseguir en una pelea callejera, esto era extraño, no es como si yo fuese medico ni nada por el estilo pero… las heridas tardaban más tiempo en sanar ¿No?
-Ahh…-Bufe con fastidio por estar dándole tantas vueltas al tonto asunto ese-Estoy perfecto y es lo único que importa…ahora-Dije viendo a mi alrededor-Tengo que salir de aquí-
Salí de la ducha y tome una toalla que estaba allí, me seque el cuerpo lentamente y salí del baño, lo primero que vi fue la mancha carmesí que se encontraba en la camilla, desvié la mirada hacia el único mueble que se encontraba en la sala, el mismo de donde ese sujeto había sacado la cinta, camine hacia él y cuando lo abrí vi mi ropa limpia y doblada en una cesta pero aun estaba rota, comencé a vestirme pero cuando terminaba de colocarme la camisa mi estomago gruño, tenía hambre, ahora tenía que idear un buen plan para salir de ahí y encontrar comida en el proceso. Pero no podía irme y dejar ese desastre en la habitación, tome la cesta donde anteriormente estaba mi ropa, ese mueble sí que era útil, comencé a quitar la sabana de la camilla, cuando solo faltaba una esquina tuve que apoyarme de la camilla y esta rechino, todo después de eso fueron recuerdos de lo que me habían hecho, el ruido metálico de la camilla cada vez que él me embestía, el chapoteo de nuestras intimidades al juntarse, su lengua húmeda y caliente recorriendo mi cuerpo, sus dientes dolorosos, sus leves jadeos y gemidos, sus ojos… esos ojos tan oscuro como un mar negro, definitivamente no podía dejar que ese hombre me tomara de nuevo si lo hacía yo… ¡No! tenía que salir de ahí a como diera lugar, no debía pensar en él de nuevo, debía borrarlo y hacer mi vida de nuevo como debí haberlo hecho desde hace ya hace mucho tiempo.
Termine de doblar la sabana y con cuidado la puse en la cesta, me puse de cuclillas para tomar la almohada pero un dolor en mi espalda baja y el recto me hicieron llorar, aun dolía, tenía que hacer notas mentales para evitar el dolor, numero 1: No te toques el trasero si no quieres llorar como nena y numero 2: Cero cuclillas si no quieres lo mismo que la anterior, como pude tome la almohada y la devolví a su sitio, el sonido de mi estomago se hacía cada vez mas alto y molesto tome la cesta y me dirigí a la puerta abriéndola lo más silencioso que pude para llegar un corredor deshabitado, comencé a moverme pero no me estaba yendo tan bien como hubiese querido, no lograba entender los carteles que habían en los pasillos y eso se debía únicamente a que todavía no sabía leer muy bien, pero eso no importa, ahora mi primera parada sin duda era deshacerme de las prendas que llevaba en la cesta, entonces el cielo me sonrió encontré un conducto que llevaba a un contenedor de basura sin esperar camine hacia él, tenía miedo de correr y que doliese de nuevo, jale la puertita metálica pero esta rechino horrible, eso no me detuvo deje caer la cesta con todo su contenido por allí y solté la puertita la cual estúpida como ella sola volvió a sonar, me dieron ganas de patearla pero decidí ignorarla y seguir mi camino, ya había acabado la primera parte de mi plan vi a mi alrededor y note un reloj el cual marcaba las 3: 30 am, tenía que apresurarme a las 4: 30 am las enfermeras harían una ronda para chequear a los pacientes, tenía que salir de ahí antes de que llegaran a mi habitación y que le avisaran a él, si él se llegaba a enterar yo… Mente positiva Daika, mente positiva, no pasara nada malo, él no se enterara, encontrare comida (segunda parte de mi plan) y saldré victorioso del hospital (tercera parte) comencé a buscar un lugar más poblado ya que donde me encontraba no había ni un alma, subí una escaleras que me parecieron interminables y llegue a un pasillo con una gran puerta de metal, con un letrero de letras rojas y mayúsculas, ignore campante el letrero lo primero que se me había venido a la mente fue “cafetería”, me acerque a la puerta y la abrí lentamente me alegre de que no sonara como aquella estúpida puertita de basura pero al ver el interior de la sala me congele, habían tres camillas la cuales estaban ocupadas pero… las personas en las camillas no…estaban vivas, dos de ellos estaban cubiertos por una tela blanca pero el restante estaba abierto y cuando digo abierto es porque literalmente podía ver todos los órganos, músculos, costillas, tendones, cartílago y la sangre tal parece que nunca faltaba mientras goteaba del cuerpo, todo el suelo de allí estaba cubierto de rojo, el olor a sangre rancia me golpeo directamente y sentí unas inmensas nauseas, me tape la boca con la mano di media vuelta y Salí de ahí, camine a paso veloz por los pasillo sin saber a dónde me dirigía, baje las escaleras unas veces, no estoy seguro de cuantas fueron y me detuve recostándome de una pared con los ojos cerrados los abrí y vi un bote de basura, sin esperar más vomite ahí, aun podía sentir la sensación y el olor de ese lugar, definitivamente no volvería a ese lugar ni siquiera por accidente, camine un poco y note que el pasillo donde estaba era mucho más colorido y tenía un gran vidrio incrustado en una de las paredes, camine por curiosidad hacia el cristal y lo que vi me alegro un poco la noche… había llegado a la maternidad y frente a mí se encontraban todos los bebes recién nacidos, camine hacia atrás procurando no hacer ningún ruido y al final lo logre encontrándome de nuevo con un pasillo deshabitado.
-¡¡Por Dios esto es un hospital debería de haber aunque sea una persona!!- Me dije exasperado por la falta de población y rece internamente para que nadie hubiese escuchado ese grito de frustración que se me había escapado, camine un poco mas y encontré otro reloj, parece que en este lugar hay mas relojes que gente, pero ahora la desolación del hospital era el menor problema que tenia, ya eran las 4:00 am, tendría que olvidar la segunda parte de mi plan aunque me urgiese mucho y saltar directamente a la tercera fase.
Seguí caminando, este plan ya me estaba hartando y llegue a un pasillo con varias puestas a cada lado, entre a la primera y era un lugar lleno de casilleros, Salí y fui a la segunda era uno de esos lugares donde guardan los productos y utensilios de limpieza, Salí y abrí la otra y me encontré con el cuarto de enfermeras las cuales seguían dormidas, entonces divise una pequeña lonchera rosa en una mesa, no me contuve y me aproxime a ella la abrí y de la emoción casi lloro, había encontrado una manzana la tome aunque me sentí un poco mal por estarle quitándole la comida a ellas pero tenía mucha hambre y ahora por fin había acabado con la segunda parte del plan que casi dejo de lado, lo que falta ahora es lo principal… salir de aquí, guarde la manzana entre mi ropa después la comería con más calma y me encamine a la salida, tarde unos minutos en encontrar unas escaleras y comencé a bajarlas en pocos minutos ya estaba en la recepción del hospital. Me puse en cuatro patas y comencé a gatear como un bebe, lo último que quería era que me descubrieran y me devolvieran a esa habitación… al final mi plan fue un éxito rotundo las puertas de vidrio se abrieron ante mí y comencé a caminar a un paso rápido, tenía miedo de correr.
-¡¡Sí!! Soy un genio, nadie puede mantenerme encerrado en un lugar por gusto-Me elogiaba a mi mismo mientras pasaba mis manos tras mi nuca y camine despreocupado llego un momento en el que cerré los ojos y luego los abrí recordando-Cierto-Busque en mi ropa-Mi manzana-Tenia la fruta en la mano y al momento de llevármela a la boca y morderla escuche una voz, voltee rápidamente a mi costado y me encontré con un vago.
-Oye chico- Dijo el indigente mientras se levantaba del suelo y tomaba rumbo hacia mí-Dame esa manzana-Elevando el brazo en señal de orden lo cual me molesto.
-¿Por qué? ¿Acaso es tuya para que me la pidas de esa manera?-
-Escúchame mocoso, dame la fruta o te rebanare en pedazos tan diminutos que ni tus padres te reconocerán- Saco una navaja vieja y oxidada de entre sus harapos y se acerco mucho más a mí, yo por mi parte me deprimí un poco con la sola mención de “Padres” y pose una sonrisa lastimera en mis labios mientras observaba el suelo y mi fleco cubría mis llorosos ojos ¿Padres? ¿Qué padres?
El vago arremetió contra mí, pero para ese momento yo ya había cerrado los ojos, si moría de esa manera o de una mucho peor en realidad no importa, a nadie le importaría o lloraría mi pérdida… no, si me llorarían los chicos y el director, ellos si lo harían… ¿Por qué no sentía dolor? Abrí los ojos y ahí estaba mi respuesta, era ese maldito de nuevo, estaba frente a mí en medio del vago y mi persona, al agudizar mi vista un poco más vi como ese maldito tenia sujetado al vago de la mano la cual era la misma donde estaba la navaja y entonces escuche un crujido junto a un quejido de parte del indigente y mi mente hizo “click” ese sujeto le estaba retorciendo la muñeca al vagabundo, me asuste por eso pero luego olvide todo al escuchar las palabras impregnadas de ira salir de la boca del cenizo.
-No te metas con mis pertenencias-
CONTUNUARA….