Capítulo I
Hades de Tártaro era un caballero, un hombre bien dispuesto en todos los sentidos que había velado con especial afecto y atención por su pequeño hijo (bueno, años atrás lo era al menos pero ya había crecido), inteligente, seguro, dedicado, además de todo elegante y aun apuesto a pesar del paso de los años. Lo más importante en su vida como se puede esperar continuaba siendo su hijo, ya un joven, una encantadora criatura de nombre Shun, quien se había graduado y había llegado días antes con una noticia importante, del tipo que conmociona a las familias sin importar su tamaño.
—Quiero que conozcas a mi novio—dijo.
Definitivamente su padre se sintió sorprendido, había notado todas las señales en ese tiempo, hablaba tanto de ese joven con el que estaba saliendo, unos años mayor que él pero sin duda un hombre que era especial o al menos por su descripción lo era, notó antes de poder decir nada la amplia sonrisa en la cara de su pequeño, eso inclinó la balanza de su opinión a un solo lado de inmediato.
—Mi hijito quiere traer un chico a casa—respondió.
—Tienes que conocerlo—decía el jovencito refiriéndose a su compañero—Estoy ansioso porque se conozcan, seré muy feliz cuando sea así.
Después de esa conversación se hicieron los planes correspondientes, Hades se dispuso como en todo a hacer las cosas de la mejor manera, como las consideraba, así que para conocer al compañero de su hijo buscó que hubiera una buena cena, la casa estuviera impecable y si no bastaba que hubiera invitados, quería que el novio en cuestión se sintiera cómodo o lo más cómodo posible al menos. Haciendo honor a ese sentimiento el caballero que era Hades se dispuso a comunicarse con un amigo de su hijo, un amigo de la infancia, con quien compartía ciertas similitudes ya que estaba viviendo con su compañero, un hombre. Así que se dijo que haría más sencillo tener a un amigo ahí y que no se sintiera tan descolocado porque sería otra pareja gay la que los acompañara.
Cuando llegó la fecha señalada Hades tenía todo en orden en su casa, el sitio estaba inmaculado, la cena que había ordenado a un restaurante estaba lista, la mesa bien puesta y los primeros invitados llegaron antes que su hijo.
—Gracias por invitarnos señor—decía el joven Mime.
—Gracias a ustedes por venir—fue la respuesta del caballero—Bienvenido Siegfried.
—Muchas gracias, es un placer verlo de nuevo—fue la respuesta del otro joven.
Mime era un bonito joven rubio de sonrisa abierta, su compañero era un guapo chico castaño, Siegfried, ambos habían pasado por una etapa un poco penosa en los años anteriores, cuando sus familias no vieron nada bien su unión, entonces Hades, quien supo la historia, les mostró su apoyo, un caballero como él ayudó a limar las asperezas en sus familias y finalmente se logró una relación más tranquila. Ambos muchachos le estaban reconocidos por ello y no tenían problemas con asistir a una reunión a favor de Shun, quien había sido y aún era, muy amigo de ese joven de cabellos rubios.
—No esperaba escuchar que Shun traería a un chico—comentaba Mime—Apenas está terminando su carrera, debe querer mucho a su novio.
—Así parece—fue la respuesta de Hades—También me sorprendió pero no deseo interferir en este tema, si se siente contento yo solo quiero que mi hijo sea feliz.
—Es una pena que no todos los padres sean como usted.
Hades no era solo un caballero, a su edad seguía siendo un hombre bien plantado, apuesto con sus cabellos negros y los ojos glaucos, atractivo en su madurez y era sabido que también era completamente heterosexual, pero eso no interfirió en su cariño por su retoño, había apoyado a su hijo con su cariño cuando le dijo que era gay, su relación no se vio afectada de ninguna manera, eran muy cercanos de hecho.
—El postre está en la nevera—anunciaba Siegfried reapareciendo de la cocina—Espero que les guste el pastel helado.
—Nos encantará, muchas gracias—decía el caballero.
En ese momento vio la hora, su hijo y su novio no debían tardar en aparecer y de hecho no pasó más que un par de minutos cuando se escuchó que abrían la puerta y hacía su entrada un muchacho de ojos y cabellos verdes, muy hermoso y muy sonriente, quien de inmediato fue al lado de Hades.
— ¡Papá!—dijo con alegría abrazándolo.
—Qué bueno que llegas hijo—decía el caballero recibiéndolo.
Se unieron en un fuerte y profundo abrazo, el tipo de cariño que se manifestaban con absoluta libertad siempre que estaban juntos, en todos sus años de vida jamás tuvieron una discusión violenta, el jovencito jamás había corrido a su habitación gritando algo como Tú no me entiendes, no dejaban de hablarse, no permitían que el enfado los dominara, se querían demasiado para eso. Y estaban verdaderamente felices cuando volvían a verse. Cuando el jovencito se fue a estudiar a la universidad las cosas dieron un cambio significativo, ya no vivirían juntos, pero el caballero de cabellos negros entendía que así debían ser, su hijo tenía que hacerse de su propia vida, era el orden normal de las cosas.
—Papá—decía dulcemente su hijo separándose un poco y mirándolo a los ojos—Quiero que conozcas a mi novio.
—Y yo quiero conocerlo.
Mirando hacia atrás, donde un hombre de cabellos azules y ojos glaucos aguardaba respetuosamente de pie, el de cabellos verdes le tendió la mano para que se acercara y así lo hizo el otro, parecía inteligente, con unos años más que su prometido pero sin duda se entendían bien a pesar de eso o no estarían juntos.
—Papá—decía Shun sonriendo—él es Saga de Géminis, mi compañero. Saga, te presento a mi padre, Hades de Tártaro.
—Es un placer—dijo el caballero de inmediato—Espero que te sientas bienvenido con nosotros Saga.
—Mucho gusto y muchas gracias—dijo con amabilidad el recién llegado.
—Pasen, los estamos esperando.
— ¿Estamos? ¿Quiénes?—preguntaba su hijo.
Apenas llegaron a la sala y se dejaron escuchar unas voces más por lo que representaba ese encuentro.
— ¡Mime, Siegfried!
— ¡Bienvenido Shuny!
Los dos amigos se abrazaron de inmediato, cuando pequeños habían sido como hermanos y con el paso de los años su amistad no había menguado, tan solo habían añadido al castaño
Siegfried quien estaba igualmente contento de ver a ese joven de nuevo. No tardaron en abrazarse y comentar algunas cuestiones, entre ellas la más importante en ese instante pues era el motivo de reunirse.
—Entonces tú eres el famoso Saga—decía con amistad el rubio—Shuny me contó que eras su tutor en la universidad.
—Así fue como nos conocimos—decía el de cabello azul.
Los amigos conversaban y hacían algo de charla invitando al de cabellos azules a participar, no estaba nada mal, al menos Hades al observarlos se dijo que todo parecía estar bien, la reunión se pronosticaba como buena.
En el tiempo que siguió escuchó como los cuatro convidados se comunicaban, compartían algunas historias, supo más de la relación de su hijo con Saga, claro que había escuchado mucho de él en ese tiempo, se había dado cuenta que su hijo estaba enamorado pero no imaginaba hasta donde llegaban las cosas entre los dos. Saga por otra parte parecía un buen hombre, decente, digno, venía de una situación complicada desde su infancia, solo le quedaba su hermano quien además era su gemelo, pocas oportunidades para sobresalir, se había abierto su propio camino en la vida, nadie le había regalado nada, todo lo obtuvo por su propio esfuerzo y se notaba en su mirada cuanto quería a su joven compañero.
Bueno, en resumen la reunión era un asunto formal pero estaba marchando muy bien para los convidados.
Además como era natural el joven Shun se mostraba sonriente y su compañero Saga un tanto ansioso y a pesar de toda su seguridad y aplomo buscaba agradarle al padre de su novio, quien no dejaba de observarlo y sopesando lo que escuchaba aunque intentaba no preguntar demasiado, no quería parecer un interrogador de la policía o algo semejante.
—La ingeniería biomédica no es una carrera que se escuche con frecuencia—comentaba Hades a la mesa.
Todos estaban probando la cena, la comida era muy buena, no había quejas, pero en ese momento la charla recaía sobre el trabajo del de cabellos azules, pues ya sabían que había sido tutor del de cabellos verdes y por eso se habían conocido, el joven en cuestión había terminado con sus estudios, tenían un buen empleo, prometía bastante en su campo laboral. Claro que como padre Hades deseaba saber todo lo posible de ese hombre, después de todo su hijo lo era todo para él, apenas estaba terminando su propia carrera en ciencias de la salud, una relación formal podía implicar algo abrumador. Pero resultaba que el convidado aparte de buen trabajador, era deportista, sin vicios, se mostraba centrado en su futuro y por encima de todo se notaba que amaba a Shun.
Todo parecía ir bien, pero sin importar cuan tranquilo se mostrara Hades con ese pretendiente de su hijo no dejaba de notar lo demás, y en ese caso era ver que la pareja de Mime y Siegfried murmuraban algo sin dejar de mirar con tanta discreción como podían a ese caballero del otro lado de la mesa.
— ¿Es él? ¡Es él!
No podían seguir de esa forma por lo que el caballero de los cabellos negros tomó cartas en el asunto para entender que era todo eso, se levantó de la mesa y con calma dijo lo que tenía en mente.
—La cena ha sido buena pero espero que dejaran espacio para el postre—mirando a la otra pareja los convido a seguirlo—Espero que me ayuden a servirlo, fueron Mime y Siegfried quienes lo trajeron, vamos a la cocina.
Con esas palabras los tres se pusieron de pie dejando a la pareja a solas por unos momentos, en un primer momento Hades no dijo nada, solo sacó el postre de la nevera y puso unos bonitos platos de porcelana para postre sobre la mesita del desayunador, los otros dos no decían nada así que fue directo.
—Muy bien ¿Qué es lo que está sucediendo con ustedes dos?—les preguntó sin aguardar— ¿Qué es todo ese asunto de es él? ¿Quién es él y porqué es importante?
Los otros dos se miraron primero entre sí pero reflejaron de inmediato en sus rostros que se sentían algo apurados por dar una respuesta, sin embargo el de los cabellos negros se cruzó de brazos, de ahí no iban a salir sin que supiera lo que estaba ocurriendo. Tuvieron que decir la verdad, el anfitrión los escuchó sin decir nada y cuando sirvieron el postre parecía que todo seguía igual pero no lo estaba y una noticia no iba a ayudar a hacer más sencillas las cosas para el señor de la casa.
Hades se comportaba como hasta ese momento, disimulaba perfectamente que terminaba de escuchar algo que no le agradaba saber, pero mientras comían el postre no dejó de ser el educado y atento anfitrión que había mostrado hasta entonces. Sin el postre podían hacer algo más y en ese caso fue Shun quien eligió descubrir lo que lo mantenía tan contento, miro a su padre y le dijo lo que estaba ocurriendo.
—Papá, hay algo que debes saber.
—Claro hijo ¿Qué…?
— ¡Me voy a casar!—dijo exultante.
Hades ni siquiera pudo decir una palabra, solo vio cómo su hijo tomaba de la mano a Saga y sin dejar de mostrarse dichoso anunciaba todo lo que había sucedido.
—Saga y yo nos amamos y no queremos esperar, me pidió que nos casáramos y yo acepté, nunca había sido tan feliz en mi vida.
De inmediato la pareja se dio un beso con dicha en su expresión, tanta que la otra pareja estaba a su lado felicitándolos, e Hades tuvo que esforzarse para volver a hablar.
—Hijo, claro que me alegra escuchar esto pero eres muy joven y…
—Lo amo papá—interrumpió el de cabellos verdes—Lo amo tanto.
Esa mirada de adoración en el rostro de su pequeño lo hizo callar, no podía decir nada en ese momento y aunque abrazó a Saga para felicitarlo no pudo dejar ir una pregunta ¿Quién era realmente Saga de Géminis?
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Hades era un caballero que amaba profundamente a su hijo Shun, cuando enviudó todos sus esfuerzos y desvelos se dirigieron con amor a su pequeño, y nada en el mundo cambiaría que continuara amándolo y protegiéndolo de todo lo que pudiera afectarle, así que el que apareciera alguien en su vida y pudiera convertirse en su compañero era un asunto muy serio para él. Al perder a su amada compañera Sasha se convirtió en un hombre de tipo austero que no dejaba ir las cosas y todo lo que correspondiera a su hijo no iba a quedarse como si nada, sobre todo después de la conversación que sostuviera con sus invitados Mime y Siegfried en la cocina durante la cena.
—Muy bien ¿Qué es lo que está sucediendo con ustedes dos?—les había preguntado— ¿Qué es todo ese asunto de es él? ¿Quién es él y porque es importante?
No iba a quedarse sin respuestas y los otros dos lo miraron con cierto embarazo, pero también sabían que el de cabellos negros no iba a quedarse sin respuestas, lo mejor era ceder y contarle lo que estaba ocurriendo.
—Tuvimos una noche de pareja hace un par de días—le contaba el rubio—Y vimos unas cosas en internet, solo para animarnos un poco.
— ¿Animarse?—preguntaba el de ojos verdes— ¿Animarse a qué?
—A ponernos cariñosos.
—Solo sigan—dijo Hades sin querer entrar en detalles.
—Vimos algunos videos—continuaba el castaño—Y uno de los actores que salieron en una compilación se parece a Saga.
— ¿Qué?
—Se parece mucho a uno de ellos, estaba en una película pornográfica.
Hades solo los miraba sin terminar de saber cómo actuar desde ese momento, no sabía qué decir, pero se recuperó y supo que debía continuar.
—No digan nada de esto—ordenó a la pareja—Volveremos al comedor y todos seguiremos actuando como si nada ¿entendido?
Con un movimiento de cabeza la pareja aceptó pero cuando terminaron con el postre y Hades aun pensaba en ese asunto su hijo, su querido Shun, le había dicho no solo que amaba a Saga, también que iba a casarse con él, necesitaba pensar en lo que iba a hacer desde ese momento y tendría que hacerlo pronto.
Una de las primeras medidas que tomó fue hablar con su hijo, con sutileza, no deseaba alarmarlo ni armar un escándalo, pero tal vez podría encontrar la manera de hablar con el muchacho de cabellos verdes para que la oportunidad de ser abierto se diera. De hecho si intentó hablar con Shun pero las cosas no fueron tan sencillas.
—Hay tanto que pensar para una boda—mencionaba el de cabellos verdes.
—Un matrimonio es un asunto importante hijo—intentaba decir Hades—Es por eso que se debe conocer bien a la otra persona, no apresurarnos, no sabes cuánto conoces a alguien en realidad hasta que sabes todo de su vida.
—Saga y yo queremos casarnos en un jardín—continuaba el jovencito—Dice que florezco como una hermosa flor.
—Si pero me preguntaba si conoces bien su vida, su pasado, su…
—Saga es tan maravilloso, jamás pensé que iba a conocer a alguien tan extraordinario como él, lo amo demasiado y él a mí.
La expresión de adoración continuaba ahí, Hades se daba cuenta que en ese estado su hijo no iba a escuchar nada, aun si intentara decirle lo que le dijeron a él, además que verlo tan dichoso y haciendo planes evitaba que se atreviera a externar sus dudas y de hecho pensó en algo más, quizás fuera buena idea saber algo en concreto sobre todo ese asunto, era muy posible que lo de esa dichosa película fuera solo una confusión.
Tuvo que dejar a su hijo con sus planes pero no estaba dispuesto a quedarse con dudas, se limitaría a comprobar que todo era un malentendido y para eso iría a la primera fuente de información.
—Debo saber la verdad de este asunto—decía.
— ¿Qué podemos hacer?—preguntaba Mime.
El de cabellos negros había ido a verlos a su departamento, sitio cómodo que bastaba para ellos dos, no estaba mal, se iban haciendo de sus propios sitios en la vida, él mismo los había ayudado a instalarse en su momento y tratándose de su hijo estaba muy dispuesto a hacerse valer en ese lugar.
—No quiero alarmar a nadie—decía Hades con formalidad—Lo único que quiero es saber dónde vieron a quien seguramente no es el prometido de mi hijo.
—Está bien—accedió la pareja.
Fueron a la computadora fija de la casa, tenía algo de tiempo pero aun la utilizaban, como en esa noche de pareja en que habían buscado algunas imágenes para mostrarse cariñosos, no era común pero tampoco inusual, los dos se gustaban y se querían y era algo que hacían juntos; al de cabellos oscuros por su parte solo le interesaba la verdad tras ese asunto. Cuando Siegfried terminó de revisar su historial de búsqueda estaba de nuevo en la página que visitaron esa noche y mirando la misma compilación, el título era bastante directo, Machos Calientes Acabando, bueno, lo importante era saber la verdad.
Las imágenes estaban sucediéndose, los primeros sonidos de sensuales voces masculinas parecieron no tener del todo cómodo al de cabellos oscuros que tan solo esperaba observar cuando llegaran a lo que quería saber, tuvieron que bajar el volumen, se notaba que el de mirada glauca no estaba muy complacido pero pensando en su hijo se mantenía en la misma habitación, hasta que llegaron al momento que necesitaban ver.
—Este es—dijo el rubio.
Solo entonces Hades miró la escena, procuró evitar mirar toda la imagen, de cómo un hombre embestía con fuerza a otro en medio del clímax, se centraba en el rostro del muchacho de cabellos azules que estaba ahí, se parecía definitivamente, el color del cabello, los ojos glaucos, las facciones del rostro, aunque más joven, menos sofisticado, algo menos delineado del físico pero sin duda se podría decir que era Saga de Géminis.
Hades dudaba, era cierto, solo por eso volvió a hablar.
— ¿Creen que es él?—le preguntaba a la pareja.
—Es difícil asegurarlo—comentó Siegfried.
—Podría ser cualquiera—comentó Mime.
—Pero los dos pensaron que era él—continuaba el de cabellos negros sin ceder.
Los otros dos jóvenes tenían una expresión que indicaba que si creían que era Saga pero no se atrevían a asegurarlo, eso no ayudó a tranquilizar al caballero.
— ¿Cómo puedo obtener el nombre del actor?—preguntaba sin esperar.
—Es solo una imagen, no son más de veinte segundos—declaraba el rubio—En estas compilaciones ni siquiera ponen los títulos de la película, es todo lo que sabemos.
El de cabellos negros guardó silencio por tres segundos exactamente pero en su mente hacía planes y terminó por decidirse.
—Gracias por su ayuda.
Sin más se retiró pero mientras se dirigía a su propia casa ya llevaba un nuevo plan en mente, no podía detenerse, no pensaba hacerlo, no iba a quedarse con dudas cuando se trataba de su amado hijo.
Siendo así dio inicio una investigación muy seria por parte de Hades, quien era el tipo de hombre que jamás iniciaba nada que no pensara terminar.
El primer paso había sido dado pero el segundo tendría que ser más firme para definir la situación, siendo así Hades, quien solo utilizaba la información de la red para hacer compras o confirmar envíos en ese instante estaba buscando otro tipo de datos. Con la dirección de la página que había visto se dispuso a averiguar, nada quedaba oculto en el internet y suponía que alguien debería saber algo de lo que buscaba. Visitando la página en cuestión, Traseros Apretados, supo que para acceder a más información o solicitarla necesitaba crear una cuenta personal. Lo pensó pero a final de cuentas necesitaba los datos y terminó por crear una, podría darse el nombre que deseara, llenó los datos que le solicitaban y le informaron que en un plazo de doce horas contaría con una contraseña y podría acceder a la página.
—Necesito descansar—dijo Hades.
Por una horas al menos no podría saber nada más, era mejor que durmiera un poco, pero antes de acostarse a dormir le llegó un mensaje a su teléfono, se trataba de su hijo.
“Solo es para saludar, no te preocupes por responder, estaré ocupado mañana, Saga y yo buscamos jardines para la boda ¿no es hermoso casarse así? Descansa bien, te llamaré después. Shun”
Rogaba por estar haciendo lo correcto, pero no podía dejar ir que Saga tal vez no fuera el hombre que su hijo pensaba ¿Qué pasaría si estaba en lo correcto?
Mientras tanto la pareja estaba en el automóvil del de cabellos azules, habían ido a cenar y se mostraban dispuestos a irse a descansar.
— ¿Tu papá está bien?
—Debe estar bien—respondió el de cabellos verdes—Solo quería escribirle para que sepa lo que hago, que no se sienta preocupado.
—Ustedes dos son muy unidos.
—Mi papá y yo a veces parecíamos más cómplices que padre e hijo, pero jamás olvidó que su deber era ayudarme a hacerme un adulto, y aun con eso siempre me he sentido protegido a su lado, me quiere mucho y yo a él.
—Te aseguro que yo no te quiero menos Shun—decía sonriendo su compañero.
—Lo sé, te quiero de la misma manera Saga.
Con esas palabras no esperaron para comenzar a besarse, besos suaves que les permitían ser una pareja que compartía su cariño, no estaba mal, iban a iniciar una vida juntos y mostrarse unidos era solo una parte de todo ello. Los besos dieron paso a un poco más, a ese tipo de caricias que pueden encender una hoguera, pero antes de llegar a eso el de cabellos verdes se separó suavemente.
—Por favor, llévame a casa—le pedía al otro.
—Si—aceptó.
Había cosas entre ellos que ya habían sido habladas y estaban conformes, el tema del sexo no había sido dejado aparte, por el momento lo mejor era descansar.
**********
Un nuevo día y todo parecía lo mismo para la vida de Hades, hacía sus cosas cotidianas, todo con normalidad, en su trabajo parecía que no dejaba de ser ese hombre que lo sabía y lo manejaba todo, aunque su asistente de largos cabellos plateados lo observaba, le daba la impresión que estaba algo pensativo, alejado, pero no dejaba de hacer su labor.
—Radamanthys de Wyvern viene hacia aquí—le decía el joven.
—Gracias Lune—le dijo al joven.
No pasó mucho tiempo para que el otro hombre llegara a la oficina, juntos habían hecho crecer ese negocio de importaciones, se habían apoyado mutuamente para fincar su peso en el mercado, se conocían desde jóvenes, eran amigos, por eso el caballero de cabellos y ojos dorados no se mostró muy ceremonioso al hablar.
—Eso de ser suegro parece no sentarte bien Hades—le dijo en broma—Pero admito que pensar que el pequeño Shun se va a casar parece imposible, recuerdo cuando te acompañé al hospital para llevarlos a casa, no imaginaba que llegaría este día.
—Si—fue la única respuesta.
—Tú ánimo me conmociona Hades ¿acaso no te gusta que tu hijo se case?
—Lo único que quiero es que mi hijo sea feliz.
—Debe serlo, una vez me encontré por casualidad a Shun con su novio, no quise decírtelo porque no sabía si tú estabas enterado, pero me pareció que era un buen hombre, se le notaba que quiere a Shun.
El de cabellos negros lo escuchaba pero prefirió no seguir con ese tema, en su lugar se mostraba como si trabajara muy arduamente, en ese instante se centraba en unos informes que le habían llegado, dejando que el de cabellos rubios se apoderara de su sitio en el escritorio frente a su computadora, que estaba abierta para recibir datos.
—Tienes una notificación—comentaba el de Wyvern viendo la pequeña alerta de la pantalla—Te enviaron un nuevo mensaje.
—Debe ser de los nuevos clientes—respondió descuidado el de ojos verdes.
— ¿Quieres que lo revise?
—Adelante, necesitamos saber sus términos cuanto antes.
El de mirada dorada con total confianza se dispuso a hacer lo que su amigo de tantos años le dijera pero en cuanto vio de lo que se trataba puso primero expresión de no comprender para después dirigirse algo suspicaz al de cabellos negros.
—Parece que nuestra cartera de clientes ha aumentado de manera interesante—lanzaba con algo de burla.
— ¿De qué estás hablando?
—Tu nuevo mensaje de Traseros Apretados dice que te da la bienvenida.
Hades sintió que casi saltaba en su sitio al escuchar esas palabras y lo primero que hizo fue observar al otro hombre quien solo lo contemplaba con una risita ahogada, de inmediato fue al escritorio y se adueñó de su sitio de nuevo aunque dando algo que parecía una mala excusa en lugar de una explicación.
—Solo es algo que estoy investigando Radamanthys.
—Sí, claro—decía el otro sin perder esa expresión de burla—Esas investigaciones que hacía con las chicas en la universidad ¿verdad?
El de ojos verdes prefirió ya no decir nada ante lo cual el rubio eligió darle un poco de espacio, aunque no sin decir algo más.
—Bueno Hades, te dejo, sigue con tus investigaciones.
Sin esperar por una respuesta se retiró pero no perdió la sonrisa, después de todo su amigo de cabellos negros no era tan puritano como pensaba, ya en la universidad a pesar que las chicas corrían tras él no avanzaba mucho hacia ellas, y cuando apareció Sasha mucho menos, sospechaba incluso que había sido la única mujer de su vida. Pero seguía siendo hombre que caray, no tenía por qué estar solo, bien podría rehacer su vida o por lo menos encontrar algo de entretenimiento mientras lo hacía.
En cuanto a Hades tan solo atinó a llamar a su asistente.
—Lune.
— ¿Si señor?—preguntaba el joven.
—Quiero un tiempo en privado, no estoy para nadie hasta que te lo indique.
—Muy bien señor.
Sin más explicaciones el joven se retiró cerrando la puerta tras él, sabía bien el de ojos verdes que sus indicaciones serían seguidas, así que estaría a solas para revisar lo que necesitaba saber, por lo cual se puso de inmediato a revisar lo que buscaba en su computadora. El mensaje era sencillo, le daban la bienvenida, le informaban que había sido aceptado, su nombre de usuario, la contraseña y algunas políticas correspondientes a la página y otras de tipo similar a las que podría acceder de inmediato, todo estaba en orden.
—Muy bien—se dijo.
De inmediato estaba conectado a la página que necesitaba y buscó la compilación que había sido señalada, con su nombre de usuario, H123 (no pensó mucho en su nombre), se dispuso a dejar un mensaje en el video que había buscado.
“¿Alguien sabe quién es el actor de cabello azul del minuto 3:12?”
Tan solo le quedaba esperar que alguien supiera algo pues había intentado buscar más videos con ese mismo protagonista pero terminó sintiéndose terriblemente incómodo y sin respuesta, un paso directo tal vez le diera algo. Su amigo Radamanthys tenía razón, en cuestiones de sexo resultaba un puritano, solo había tenido a Sasha pero admitía que nunca sintió necesidad ni deseo de nadie en toda su vida, fue la única, su amor verdadero.
Como fuera el de cabellos negros estaba bastante atento a cualquier información que pudiera obtener, deseaba que alguien, quien fuera, supiera algo, por lo mismo apenas le llegaba una notificación de la página web no dudaba en revisar aunque generalmente solo era para proponerle nuevos videos y como sus búsquedas fueron para las categorías de gay y diversas posiciones relacionadas pues, bueno, los buscadores solo hacían su parte.
Finalmente una tarde después de hablar con su feliz hijo de cabellos verdes quien no dejaba de hacer planes obtuvo algo.
—Saga y yo hemos pensado en una ceremonia sencilla—decía Shun—No es que deseemos dejar a nadie fuera pero ambos somos más bien reservados.
—Claro, yo lo entiendo hijo—decía su padre.
—Te visitaré pronto papá, por ahora hemos estado ocupados.
—Lo entiendo, no te preocupes.
Dieron algunos parabienes y finalmente colgaron pero el jovencito de los cabellos verdes miraba a su prometido quien estaba a su lado.
— ¿Cómo se encuentra tu padre?—preguntaba Saga.
—Bien, aunque parece andar misterioso con algo, pero supongo que después me lo dirá.
—Tú y tu padre a veces me parecen más cómplices que padre e hijo.
—Tenemos algo de eso, pero contigo también tengo algo muy bueno.
De inmediato sonrieron y comenzaron a besarse, estaban felices de estar juntos y hacer sus planes para el futuro.
Aunque Hades no dejaba de hacerse preguntas ¿Qué iba a pasar si el prometido de su hijo no había sido honesto con él?
Justo mientras pensaba en eso el de cabellos negros recibió una notificación, había una respuesta a su comentario, de inmediato estaba leyendo lo escrito por alguien que se hacía llamar RonnyXXL, no era todo pero era algo.
“No sé quién es él pero es candente, cuando lo veo me hace venirme de inmediato. La película es Grandes Machos en Celo, la vi hace años pero la recuerdo bien.”
El de cabellos negros lo pensaba con tanta calma como podía ¿sería posible encontrar la película? Solo necesitaba un nombre, solo eso, necesitaba terminar con todas esas dudas, aunque aún no estaba seguro de cómo, solo quedaba seguir buscando. De inmediato volvió a la computadora, revisó la página y otras varias, pero no encontraba rastros, parecía que entre tantas cintas del género como existían esa no era de las más populares, había algunas referencias sueltas sobre haber sido la primera actuación de algunos actores que con los años se hicieron conocidos, incluso hubo varias secuelas que resultaban más accesibles, pero no encontraba nada de lo que él requería.
—Esto es un callejón sin salida.
El de mirada glauca hubiera seguido creyendo que era así hasta que una pequeña pista surgió, fue más bien un golpe de surte después de varias horas, pero prometía ser algo, la película en cuestión era mencionada en el inventario de un pequeño exhibidor de cine de su estado vecino, pudiera ser que la localizara finalmente.
—Tengo que encontrar esa película—se dijo.
Con la firme determinación de lograrlo se dispuso a hacer un nuevo recorrido, nada era suficiente si se trataba de encontrar la verdad para que su hijo fuera feliz.
**********
Continuará…