Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bobería por zion no bara

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es una historia sencilla de esta pareja que he usado poco pero creo que les iba a ellos dos.

 

Notas del capitulo:

Espero que les guste, es la primera parte.

 

 

 

Capítulo I

 

Una escuela como Santuario era una institución reconocida, sus egresados eran personajes que se notaban, y como en muchas escuelas tenían a ese grupo de jóvenes que eran las estrellas, aunque era diferente de muchas otras instituciones, eso lo supo uno de sus estudiantes con menos tiempo en el plantel.

—Ikki de Fénix—lo nombraban.

Al escuchar su nombre el joven de cabellos azules y ojos grises se adelantó y quedó de pie ante el resto de la clase, todos los jóvenes estaban erguidos en sus asientos y con sus uniformes inmaculados, era un ambiente demasiado rígido a primera vista.

—Toma tu lugar—le señalaron.

A pesar de no verse de manera abierta el joven recién llegado sabía que lo seguían con la mirada, como si se peguntaran porque estaba ahí, cómo podía tomar uno de esos sitios, aunque en ese momento no le dio demasiada importancia, para él una escuela era como otra, los cambios en su vida familiar lo habían llevado a ese momento.

La primera clase era de literatura, pudo pasarla sin mayores inconvenientes, la segunda de química, algo que no terminaba de dominar pero pudo sobrellevarla, la tercera fue historia, aunque no se dirigieron a él, sin embargo la verdad fue que al ver su nombre se daban una idea de quien era, más o menos las cosas iban de esa manera hasta que llegaron a la cuarta clase, matemáticas, donde el profesor no parecía una persona especialmente amable. Se llamaba Hades de Tártaro, y podía imponer demasiado, incluso a alguien como el muchacho recién llegado de los ojos grises.

—Buenos días—saludó.

Sin más indicaciones el caballero que era de ojos verdes y cabellos oscuros comenzó a escribir en la pizarra de vidrio lo que parecía un problema, los demás seguían con atención la escritura pero sinceramente Ikki no entendía nada; el profesor terminó de escribir y volteó a ver a sus estudiantes.

—Tienen diez minutos.

Aparentemente todos sabían el método de trabajo pues estaban en ello de inmediato, el de cabellos azules solo atinó a copiar cada símbolo pero jamás había visto algo así, cuando se cumplieron los diez minutos todos dejaron de trabajar y el maestro observaba en silencio hasta que pareció convencido de algo.

— ¿Quiénes tienen la respuesta?—preguntó.

La verdad era que solo unas cuantas manos se levantaron pero eso fue dejado de lado por el de Tártaro.

—Comencemos—dijo con la voz  calma—Ikki de Fénix.

El de ojos grises no tenía ni idea de cómo era justamente su nombre el que estaba siendo mencionado.

—Ikki de Fénix, pase al frente, explíquenos el problema.

—Yo no lo resolví—admitió el joven.

—Le dije que lo explicara no que lo resolviera.

Todas las miradas estaban  sobre el joven, tenía que ser honesto aunque no lo enorgullecía pero esperaba un cierto grado de comprensión dada su calidad de recién llegado.

—No comprendí el problema.

Hubo unas risitas, ciertas miradas y movimientos de cabeza, todo eso no era nuevo para él, digamos que no era un estudiante de excelentes notas pero estaba entrando a una escuela que no funcionaba como las otras en las que había estado.

—Viene a mi clase Ikki de Fénix, ocupa un lugar, desperdicia mi tiempo y hace que sus compañeros se atrasen—decía el profesor— ¿Cuál de esos sucesos le parece adecuado para un estudiante de esta institución?

—Soy nuevo, aun no conozco el programa y…

—Guárdese sus excusas para quien esté interesado en ellas, sé quién es usted, y quien es su madre y quien es su abuelo, es por eso que está aquí, ocupando un lugar que muchos estudiantes no desaprovecharían.

—Yo no…

—No le pedí una excusa—lo cortó de inmediato y con el mismo tono helado en la voz continuó—Alberich de Megrez.

Un joven de cabellos rosados con una especie de luces rojizas se puso de pie de inmediato.

— ¿Puede explicar el problema en la pizarra?

—Sí señor.

— ¿Puede darnos la solución?

—Sí señor.

— ¿Está aquí por su familia?

—No señor.

— ¿Ikki de Fénix debe quedarse a ocupar un sitio que no se ha ganado en esta clase?

Solo entonces dirigió su mirada al de cabellos azules, tenía unos ojos verdes brillantes, casi podría pasar por guapo, pero había algo en él que hizo que el de Fénix quisiera patearle el trasero de inmediato.

—No señor.

El tonito que empleó no le gustó nada pero veía que estaba en completa desventaja en ese sitio.

—Ikki de Fénix, retírese de mi salón.

—Pero yo…

Se detuvo, si no lo quería ahí se iría, no le iba a rogar a ese imbécil, pero cuando se puso de pie para irse alguien más levantó la voz.

—Profesor.

Quien hablaba era un joven de largos cabellos negros y profundos ojos verdes, aparte de eso no parecía tener la expresión de conejo asustado de los demás, ni la de cretino de marca mayor de los otros.

— ¿Qué lo hace interrumpir Shiryu de Dragón?

—Le pide a un compañero que se retire por no estar listo en la clase—decía el joven con absoluta calma—Entonces debe pedirle a todos los que no estén listos que se vayan.

—Una interesante proposición ¿Por qué la hace?

—Porque dudo que estemos listos para esta clase.

Hubo murmullos, eso sí, pero al joven que hablaba no parecía importarle.

— ¿Dice que sus compañeros que resolvieron el problema no están listos?—preguntaba el profesor.

—No pudieron resolverlo.

Más murmullos y miradas no tan amables.

—Explíquese—dijo Hades.

—La ecuación está mal, si fuera español diría que está escrita con faltas de ortografía y gramaticales, nos hace pensar que es un problema pero en realidad es una trampa, no hay forma de resolverla.

Silencio absoluto y el chico que terminaba de hablar ni siquiera parecía inquieto, todos aguardaban por una respuesta.

— ¿Qué sugiere Shiryu de Dragón?

—Mi compañero es nuevo y no está al día, no puede estar preparado para su clase cuando la mayoría tampoco lo está, solo podrá ganarse su sitio aquí si se le permite probar sus capacidades y eso no lo hará fuera del salón.

El profesor de cabellos negros miró al joven que terminaba de hablar y al final dio una especie de sonrisa de satisfacción.

—Veo que al menos uno de ustedes entendió el problema. Continuemos con la clase.

Ikki no estaba seguro de si debía quedarse o irse pero el muchacho de cabellos negros lo observó y le hizo un leve gesto de asentimiento y con eso supo que debía quedarse, no entendió el resto de la hora pero se dijo que no podía ser peor lo que viniera.

Después de la clase de matemáticas tenía una hora de descanso y el de cabellos azules la aprovechó para dos cosas, la primera para acercarse al chico que había hablado a su favor, así que fue de inmediato hacia él.

—Hola—le dijo sin más.

El joven lo miró con amabilidad como si esperara por lo que iba decir así que el otro continuó.

—Gracias por lo que hiciste por mí, soy nuevo y no sé qué han visto, y la verdad es que las matemáticas y yo no nos llevamos bien.

—No te preocupes, no fue nada, si puedo ayudarte en algo con gusto Ikki.

—Te aprendiste mi nombre, Shiryu.

Le sonreía al hablar, al tenerlo ante él le parecía que era un chico atractivo pero antes de poder hacer nada un grupito ya estaba ahí, que incluía al pedante de cabellos rosas.

—Vámonos Shiryu, no podemos perder el tiempo.

—Fue un placer, y bienvenido Ikki.

Se iban juntos pero logró escuchar un fragmento de su charla.

— ¿Es que pretende hablarnos?

Vaya, era un creído y por la mirada de los otros se veían unos patanes pero no le interesó, era mejor hacer otras coas y con eso en mente se dirigió al área de actividades deportivas, lo que más le gustaba, y ciertamente era bueno para eso.

Santuario tenía un bien dispuesto sistema de entrenamiento y equipos para diversas actividades deportivas, veía a otros practicar en ese momento y no tardó en ser abordado por algunos de los que como él tenían tiempo libre.

—Oye, recién llegado—lo llamaron.

Se trataba de un muchacho de ojos pardos y cabellos castaños que parecía no poder dejar de sonreír.

—Hola—le dijo como si nada.

—Vaya escena la de hoy, Hades puede ser un maldito, casi siempre.

—Ya lo comprobé ¿Cuál es su problema? ¿Trae una astilla clavada en el trasero?

—No lo tomes a mal, su trabajo aquí incluye hacernos infelices y fastidiarnos todo lo que pueda hasta crearnos pesadillas—decía con tono casual—Mi nombre es Seiya de Pegaso.

—Ikki de Fénix.

Se estrecharon la mano, se entendieron bien desde el primer momento y bastó para que el de cabellos azules fuera llevado con un grupo de otros chicos que no tardaron en compartir sus historias de terror con sus profesores y muchas incluían al profesor de matemáticas.

—Solo procura mantenerte fuera de su radar y te dejará en paz—le recomendaba un joven rubio, Hyoga.

—Si, por lo general solo se ocupa de su grupito favorito y nos ignora a todos—agregaba uno de cabellos castaños claros, Jabú.

— ¿Su grupito favorito?—preguntaba Ikki— ¿Te refieres a ese payaso de cabellos rosas?

—Es uno de ellos, ya vas a ir conociéndolos a todos—mencionaba un muchacho alto y de espalda ancha, Geki.

—Los consentidos del profesor—lanzó con un gesto de hartazgo—Mientras pueda unirme a las actividades deportivas no me importan.

Los otros chicos lo miraron de forma particular lo cual lo puso atento, un muchacho delgado de cabellos negros retomó la palabra, Nachi.

—Esta no es como otras escuelas, los deportes no te dan estatus.

— ¿Y qué te lo da?

—Las calificaciones—intervino otro joven de cabellos cafés, Ban—Santuario es conocida por su nivel académico y por sus graduados.

Era verdad, muchos de los graduados de esa institución levantaban sus propios negocios, acababan en gabinetes presidenciales, lanzaban satélites y vehículos de exploración espacial, creaban tratamientos médicos, ese era el nivel de la escuela, se decía que las universidades peleaban por obtener a sus mejores estudiantes, aunque no todos lo eran. La verdad era que de los chicos que entraban  llegaban como los mejores de sus escuelas anteriores pero ahí debían vérselas con otros chicos que podían ser mejores o usaban otro sistema, como era el caso de algunos de ellos.

—Y como tus padres creen que lo mejor que te puede pasar es venir a una escuela así hacen de todo para que te acepten—se quejaba Seiya—Solo para que te echen en cara que no estás al nivel suficiente.

 El de los cabellos azules lo pensó en silencio, su historia era apenas un poco diferente de esa pero decidió hacer una pregunta más.

— ¿Y qué hay de Shiryu? ¿Es de los favoritos?

—Es el rey del castillo—intervino otro joven con un peinado singular, Ichi—Es el mejor en todo.

—Pero es decente—dijo Seiya retomando la palabra—No es como el resto del grupito.

Al de Fénix le hubiera gustado saber más pero no se animó por el momento, además le gustó saber que no estaba tan al margen como creía en ese sitio, no era el único, tal vez encontrara una manera de encajar pero iba a hacerle falta tiempo para eso.

 

*****

 

Los primeros tiempos en Santuario para el joven Ikki fueron para aclimatarse, aunque lo que más le entusiasmaba eran los deportes era verdad que se daba una importancia mucho mayor a lo académico ¿era una escuela para jóvenes dotados? No realmente, pero su nivel era superior al de otras escuelas de excelencia. Mientras se hacía su propio sitio el de los ojos grises no dejaba que algo escapara de si vista o más bien alguien, y era Shiryu, pero había ciertos problemas para poder acercarse y eso era por el grupito que parecía siempre estar rodeándolo. Tal y como le habían advertido eran una especie de elite pero a la inversa de otros lugares donde los atletas eran los reyes en Santuario eran las mejores calificaciones las que daban un nivel por encima de los demás estudiantes.

A pesar de haber mejorado en sus clases en ese tiempo la verdad era que el mismo chico de los cabellos azules sabía que no estaba al nivel de ser de los mejores, no resultaba brillante como otros y sin duda alguna en matemáticas c9ontinuaba trabajando pero le costaba despuntar y su profesor no le hacía más sencillo el trabajo.

—Esto no está funcionando—decía Hades.

Habían realizado una prueba sorpresa y el resultado para Ikki no fue nada bueno.

—Sus notas deben mejorar Ikki de Fénix,

—Trabajo en ello, mis demás clases van bien.

—Matemáticas no va bien.

Era cierto pero no estaba convencido que se lo debieran echar en cara, aunque había pensado en ese tiempo que podría haber alguna solución pero no estaba seguro que ese profesor fuera de ayuda. Justo en ese momento alguien más se acercaba a la escena con suavidad en su manera de andar.

—Profesor Hades.

— ¿Qué sucede Shiryu de Dragón?

—La dirección le envía estas actas.

Por unos momentos el tema de las malas calificaciones del de cabellos azules quedó de lado, más o menos, pues el profesor de cabellos negros continuó después de unos instantes aunque sin mirarlo directamente, su atención estaba en lo que debía revisar.

—Debe mejorar sus notas—decía el mayor—Mi clase no es como las demás.

—Comprendo eso—decía el de Fénix.

—Su abuelo y su madre podrán explicárselo mejor que yo.

De nuevo con su familia pero casi sin darse cuenta su mirada se encontró con la del joven de ojos glaucos, fue como una chispa o al menos a él se lo pareció pero no estaba seguro de poder decir algo, aunque él no tuvo que decir nada pues fue el otro chico el que habló.

— ¿Por qué no buscas un tutor? Podría ser de ayuda en este caso.

La respuesta era tan simple que el de mirada gris no entendía que no se le hubiera ocurrido antes, con un tutor apoyándolo quizás las cosas fueran mejor, no, sin duda irían mejor, era un buen plan para empezar.

— ¿Dónde puedo encontrar un tutor? ¿Hay una lista de espera o se debe…?

—No hace falta buscar demasiado lejos—intervino el profesor terminando de firmas las actas que le habían llevado—Ya que Shiryu de Dragón ha demostrado semejante interés en su asistencia a mi clase él será quien lo ayude.

— ¿De verdad?—preguntaba entusiasmado el de cabellos azules.

—Espero resultados Shiryu de Dragón—le dijo el profesor mirándolo directamente—Espero que sus nuevas obligaciones no interfieran con su desempeño académico.

—Me esforzaré—fue la respuesta del otro muchacho.

Hades no dijo nada más sobre el tema, entregó las hojas formadas y le tocaba al de Dragón llevarlas de vuelta a la dirección, dejando a Ikki a solas en poco tiempo pero el joven estaba entusiasmado, había querido estar cerca del chico de largos cabellos negros y ahora estudiarían juntos, no podía ser mejor a su parecer.

Al terminar las clases ese mismo día los dos estudiantes se encontraron para hablar de su asesoría, Ikki se mostraba abierto a la reunión pero Shiryu era otra cuestión, no estaba molesto ni nada parecido, pero se veía cerrado de alguna manera. Se dirigieron a la biblioteca pues parecía el mejor sitio, contaba con cubículos acondicionados para poder estudiar y nadie los molestaría, podían dedicarse un par de horas a su trabajo con tranquilidad.

— ¿Qué quieres que hagamos primero Shiryu?

— ¿Comiste algo Ikki?

—Si, en la cafetería dieron…

—Bien, vamos a comenzar.

Las dos horas que pasaron juntos sin duda fueron de provecho, para el de ojos grises resultaron de conocimiento, el de largos cabellos negros le explicaba algunos puntos que consideraba básicos para la clase de Hades y estaba aprendiendo, no se sentía perdido ni confuso, ese chico sabía exponer las matemáticas de forma entendible.

—No lo puedo creer—decía el Fénix—Apenas ayer no entendía este problema y contigo lo resolví solo, eres un gran maestro.

—Creo que por hoy ha sido bastante, será mejor retirarnos.

Diciendo eso se estaba poniendo de pie para irse pero el de cabellos azules no quería dejar las cosas entre los dos de esa manera, tenía la oportunidad de estar cerca y no pensaba en desaprovecharla.

—Podemos ir por algo a la cafetería, quisiera darte las gracias por ayudarme Shiryu, sobre todo porque no tenías que hacerlo, es la segunda vez que te pones de mi lado ante Hades, no parece que sea alguien acostumbrado a que le digan cómo hacer las cosas.

—Es un buen maestro, uno de los mejores matemáticos del país—fue la respuesta del Dragón.

—No dudo eso pero ¿Qué te parece lo de ir a comer algo? Podemos charlar de otra cosa que no sea la escuela.

—Me temo que no tengo mucho de qué hablar que no sea la escuela, pero gracias de todas maneras Ikki.

Estaba recogiendo sus cosas para marcharse, el de ojos grises se decía que necesitaba hacer algo pero solo una cosa venía a su mente.

—Entonces ¿nos vemos mañana?

—Estas bien, que descanses Ikki.

Con eso se fue, dejando a solas al otro joven quien se decía que ese chico se había mostrado amable pero algo distante, quizás porque no lo conocía lo suficiente pero cuando lo hiciera sabría que era diferente a todos los estirados que lo rodeaban, de hecho que estaría mucho mejor con él que con esa sarta de tarados, porque podrían tener excelentes calificaciones pero en cuanto a él concernía eran un montón de idiotas.

Los siguientes encuentros no resultaron muy distintos, Shiryu era amable y paciente con él como su tutor pero hasta ese momento no había logrado hacerle hablar de otro tema, bueno si, de algunos, de las otras tareas que tenían en la academia, así que poco a poco el de Dragón asesoraba al de cabellos azules en prácticamente todas las materias. No estaba mal eso, no se podía criticar lo que sucedía y mucho menos cuando los resultados fueron mejorando, como estudiante el recién llegado se estaba acoplando y mejorando a cada momento.

Iban tan bien que pudo tranquilizar parcialmente a sus familiares quienes continuaban con ciertas preocupaciones.

Debes esforzarte hijo—le decía su madre en una llamada—Estás en una escuela que buscará la forma de mostrarte tu potencial.

—Hasta ahora solo me habían hecho sentir no muy listo.

Por favor, debes esforzarte, tu abuelo y yo lo hemos hablado, tu educación dejó mucho que desear en los años anteriores, debes ponerte al día.

—Mi educación estaba bien, mi padre hizo lo mejor por mí.

Hubo un silencio algo prolongado a su gusto pero finalmente su madre retomó la charla.

—Procura ponerte al día, si necesitas algo puedo hablar con la directiva y…

—No, no hace falta, estoy bien—dijo de inmediato.

Lo que menos necesitaba era que siguieran haciéndose historias del porque había sido aceptado en una academia como esa, era mejor cambiar de tema.

— ¿Y cómo va todo con su proyecto? Si es que me puedes decir algo.

Cuando pueda te lo contaré todo, lo prometo—dijo con suavidad y dulzura— ¿Hay algo que quieras contarme?

Por un momento se sintió tentado a mencionar a Shiryu pero no estaba seguro de poder hacerlo, no en ese momento, prefería guardarse eso para sí mismo.

—No, no hay nada.

Aunque siguieron conversando un poco al final solo les quedaba despedirse, el joven sabía que la labor de sus parientes era importante, respetaba eso, pero también comprendía que su vida familiar estaba lejos de ser como la de los demás.

Su vida escolar continuaba, sin embargo dos cosas no ayudaban en cuanto a su relación con el de Dragón, una era que hasta ese momento el de Fénix suponía que Shiryu era reservado, tal vez incluso tímido, y la otra que ese grupito de los mejores no siempre se mantenía lejos. Sin más el tal Alberich parecía buscar el momento adecuado para evidenciarlo ante el resto del salón, podría haber mejorado pero no era el mejor del grupo, y cuando no estaban en clase notaba la forma en que algunos lo miraban, como preguntándose porque le quitaba el tiempo a Shiryu. Procuraba no ponerles atención pero no siempre era sencillo, pero no quería meterse en problemas que pudieran alejarlo del de Dragón.

A esas alturas no estaba seguro de si siquiera le agradaba a ese chico porque a él sí que le agradaba, de hecho le gustaba, y ya alguien se había dado cuenta.

—Así que lo tuyo son los chicos de piernas largas—le soltó de pronto Seiya.

Estaban juntos después de una ronda de soccer, mientras sus otros compañeros continuaban jugando ellos se tomaron unos momentos de descanso y vieron a la distancia el de Dragón quien parecía dirigirse a otra clase, una de las clases extra que tomaba de hecho.

—No digas disparates—fue la respuesta de Ikki.

—Por poco se te salen los ojos por seguirlo—anunció como si nada el castaño—Pero quizás deberías tomártelo con calma.

Esa voz se escuchaba como una advertencia y el de cabellos azules tuvo que mirar directamente a su amigo de ojos pardos.

—Shiryu es de cierto grupo, todos esperan grandes cosas de él, y nunca he escuchado que tenga novia o novio o algo con alguien, y eso que Alberich lo ha cazado como perro hambreado, puede que sea amable pero no por eso va a querer lo mismo que tú.

Parecía buscar las palabras para no escucharse hiriente pero de todas formas consiguió que el de cabellos azules se sintiera un tanto molesto.

 —No soy menos que él, he pasado tiempo a su lado y sé que tengo posibilidades justamente porque no soy como todos esos que lo rodean solo por ser el mejor, solo necesito tiempo con él y lo tengo.

—Si estás seguro…

—Lo estoy.

Y con ese tono parecía que la conversación estaba terminada, pero a pesar de sus propósitos Ikki estaba por quedar en una situación que no hubiera esperado, hasta ese momento solo había visto la parte que deseaba ver de Shiryu pero eso estaba por cambiar, iba a encontrarse con lo que no había previsto.

Estaban en clase de matemáticas de nuevo, Hades explicaba una serie de teoremas y al finalizar con eso dijo lo que debían saber.

—Quiero que hagan la comprobación de al menos tres de los teoremas que expuse, para que sea más asequible lo harán en parejas.

Se dejaron escuchar algunos comentarios, entre ellos el de una voz conocida.

— ¿Qué te parece si trabajamos juntos Shiryu? Sin duda podremos resolver esto fácilmente.

Ikki solo pudo girar los ojos al escucharlo, ese Alberich era un cretino.

—Trabajaran al azar—interrumpió Hades antes que siguieran los comentarios—Tengo un sistema.

Y como era costumbre con ese caballero el sistema tenía que ver con números, se limitó a nombrarlos por el número que ocupaban en la lista de asistencia en base a factores de multiplicación, parecía un buen sistema pues no había manera de escoger y de forma casual estaban quedando juntos para trabajar justamente el de Fénix y el Dragón. Al de cabellos azules no podía gustarle más lo que sucedía.

— ¿Qué te parece?—le preguntaba sonriendo al de ojos verdes—Vamos a seguir trabajando juntos Shiryu.

El muchacho de los cabellos largos parecía pensar en algo y al final se dirigió a su profesor con formalidad.

—Profesor.

— ¿Qué sucede Shiryu de Dragón?

—Yo prefiero trabajar solo.

Las palabras del joven de cabellos oscuros no dejaron indiferente al resto de la clase, lo habían escuchado y tenían diferentes reacciones ante eso, algunos suponían que solamente no deseaba ser quien lo hiciera todo al final y debiera compartir su calificación, otros con una sonrisita suponían que el de mirada glauca no estaba a gusto trabajando con alguien como el Fénix, unos más miraban a Ikki con cierta compasión.

En cuanto al Fénix solo guardaba silencio mirando a ese chico de ojos verdes que parecía demostrarle que a pesar de lo que pudiera imaginarse no guardaba ningún interés en él.

 

*****

 

 Continuará…

 

Notas finales:

Si nada sucede subo el siguiente capítulo la semana entrante.

Que tengan una buena semana.

Nos leemos.

Atte. Zion no Bara

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).