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Yerro por zion no bara

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Notas del fanfic:

Solo uns historia que deseaba hacer, espero que les guste a quienes sean tan amables de leer.

 

Notas del capitulo:

Es la primera parte, espero que les guste y que estén bien.

 

 

 

Capítulo I

 

La parte posterior del auditorio estaba vacía, no, debería estar vacía pero no lo estaba a pesar que el resto del plantel escolar pensara que a esa hora no había nadie en ese sitio porque no había motivos para que una persona se dirigiera a ese sitio y sin embargo era un lugar de encuentro para dos personas que ciertamente no debe4rpian estar ahí por diversos motivos pero igual estaban. No hablaban, no lo necesitaban en ese instante, pero se escuchaba la respiración agitada, las voces que intentaban ser acalladas pero el tono de sensualidad  estaba ahí, esa mezcla de excitación y placer que llenaba esos encuentros secretos.

El que permanecía en pie apenas si podía hacer algo, apoyado contra el muro se dejaba llevar por la sensual boca que lo complacía, tenía las manos en esa cabellera dorada y sentía como su culminación estaba cerca, más cerca y más cerca hasta que su simiente brotó entre pulsaciones de satisfacción. Después fue la quietud, el silencio los rodeaba y la soledad les permitía darse unos momentos más para relajarse y sentirse complacidos, sobre todo ese joven de cabellos azules quien reflejaba el pacer que le brindaba estar con ese hombre de cabellos rubios que lo miraba con apego.

— ¿Te gustó?—preguntaba el rubio poniéndose de pie.

—Fue bueno, fue muy bueno—decía el otro complacido.

—No sé cómo me convenciste de venir aquí, ya es tarde.

—Viniste porque te gusta, no lo niegues.

Casi podría parecer un reproche pero el de largos cabellos dorados no lo tomó así, se limitó a ir hacia ese joven de cabellos azules y mirada gris y lo abrazó por la espalda mientras el otro se limpiaba y se acomodaba la ropa, sentía esos brazos rodeándolo y se quedó quieto hasta que sintió como el abrazo se aflojaba.

—Es verdad, me gusta, pero no sé adónde nos va a llevar todo esto—le decía con preocupación—A veces creo que los demás nos miran, que sospechan algo de lo que está sucediendo.

—Nadie sospecha nada, todo está en tu cabeza, déjalo de una vez—fue la displicente respuesta.

—No puedo dejarlo ¿es que no lo ves? no puedo dejarte ya, no puedo.

Se quedó esperando, por una palabra, una mirada, un gesto, pero el joven de cabellos azules apenas estuvo listo tomó su mochila y se veía dispuesto a marcharse, sin más, como si no hubiera nada que decir de lo que estaba ocurriendo entre los dos y desde hacía un tiempo, pero no se le conocía por ser muy comprensivo.

—Ya tengo que irme, es tarde, creen que estoy en una práctica.

—Tenemos que pensar las cosas, no podemos seguir así ¿no lo entiendes?—insistía el de cabellos rubios—Yo no puedo seguir de esta manera.

—Pues me parece que si puedes, te gusta lo que tenemos y por eso lo haces—soltó con algo de molestia.

—Pero tenemos que…

—No tenemos, solo tú armas estos dramas—dijo a manera de final dando un par de pasos alejándose—Si tan mal te parece bien podemos ponerle fin.

Esas palabras fueron como un golpe para el rubio quien solo pudo quedarse de píe viendo como el joven se alejaba, se le oprimió el corazón y con voz apenas audible murmuró lo que pensaba de su situación.

—No quiero que termine.

Permaneció de pie en el lugar unos minutos más hasta que finalmente se movió, se dirigió al estacionamiento cruzando por la parte de atrás del edificio escolar, no se apresuraba, no tenía quien lo esperara de regreso ni a quien dar cuenta de sus horarios, a diferencia del otro joven que no estaba por su cuenta, aun dependía de otros. Alcanzó su automóvil y se dio unos instantes más antes de decidirse a ponerlo en marcha para dirigirse a su hogar, bueno, al sito que pensó sería su hogar y ahora solo se trataba de una vivienda, el sitio en el que dormía y se bañaba y comía, pero no era el hogar que había imaginado alguna vez, años atrás.

El camino estaba despejado, no tardó más tiempo del necesario en alcanzar la zona habitacional, contaba con una sencilla casa de dos platas, no estaba mal, no era una mansión pero sin duda era mejor de lo que muchas otras personas podían adquirir. Decidió que lo primero que necesitaba era un baño, siempre lo ayudaba a relajarse, así que dejó sus cosas sobre la primera mesa que tuvo a mano y se dispuso a subir las escaleras pero justo en ese momento alguien le salió al paso en la parte alta de las escaleras.

—Ya llegaste—le dijeron con una sonrisa.

Por unos instantes se sintió desubicado, no se esperaba eso y su expresión debió demostrarlo porque el hombre que aguardaba su llegada fue hacia él sin perderlo de vista ni por un instante, estaba contento, comenzó a descender y apenas lo tuvo a su alcance lo estrechó con cariño.

—Quería darte una sorpresa, por eso no te dije nada, tengo unos días libres y estaremos juntos ¿Qué te parece eso?

Pero el de cabellos rubios aun trataba de decidir como reaccionar a su presencia, finalmente sus rostros se encontraron y el recién llegado pudo decir algo.

—Qué bueno que estás aquí, es solo que me sorprendiste.

—Estás temblando ¿te sientes bien?—preguntaba el otro algo preocupado.

—Es…tuve un día atareado, solo quería darme un baño.

—Claro.

Sin más palabras lo dejó ir, veía como ese hombre de cabellos rubios se escabullía a la parte alta de la casa con velocidad, no era para nada la bienvenida que había pensado, pero se decía que su compañero también tenía sus asuntos, su vida, ese descanso les ayudaría a reconectarse, habían pasado una larga temporada separados.

En cuanto al de cabellos dorados se dispuso a bañarse, más que nunca lo necesitaba, casi sintió que su compañero podría detectar lo que había sucedido una hora antes, que había estado con otro hombre, uno que de muchas maneras solo podría traerle problemas. Se metió bajo el agua de la ducha y dejó que sus pensamientos se deslizaran como el agua sobre su piel ¿Cómo era que se encontraba en esa situación? Jamás se lo hubiera imaginado, era un hombre casado, con un compañero muy especial, pero resultaba que también era un hombre que estaba involucrado con otro, si eso no bastaba para dificultar las cosas resultaba que se trataba de alguien más joven y uno de sus estudiantes.

 

**********

 

Cuando a Shaka de Virgo le presentaron a Death Mask de Cáncer durante su último año para graduarse se dijo que jamás había conocido a alguien como él.

—Soy Death Mask de Cáncer y me gustará conocerte--le dijo.

Ese hombre de ojos y cabellos azules se comportaba con una seguridad imponente, absoluta autoconfianza y seguridad en todos sus actos, la verdad era que se sintió prendado de él con velocidad y la relación escaló con prontitud. Estar a su lado lo hacía sentirse confiado, protegido, querido, a pesar de no ser un hombre demasiado abierto en cuanto a sus sentimientos no dudaba que lo quería y la relación entre ambos se estableció con prontitud, mientras él terminaba sus estudios el de cabellos azules ya estaba trabajando, lo que dio paso a un movimiento importante.

—Es una buena oportunidad en mi trabajo—le contaba Death Mask con sus ojos azules fijos en él—Puede llevarme a un ascenso, un buen ascenso.

—Pero tendrías que irte—le dijo el rubio con cierta tristeza.

—Hablemos claramente Shaka—le pidió con un tono nuevo en su voz—Es una buena oportunidad para mí, pero entiendo que de tomarla estaríamos lejos unos del otro, y no sé cuan justo sea pedirte que esperes por mí.

El joven rubio lo observó con sus pupilas zarcas brillantes ¿Qué le estaba diciendo realmente? El de Cáncer pudo continuar.

—Pero si confías en mí, en lo que siento por ti, entonces te pido que sigamos juntos, yo te llamaría a diario, y en cuanto pudiera vendría a verte y…

No pudo seguir porque el joven de la familia Virgo se lanzó a sus brazos y lo besó con cariño, no quería perder lo que tenían y se aseguraron de ello.

La siguiente etapa de su relación fue a larga distancia, se comunicaban a diario y de hecho la cuenta del teléfono aumentó de manera vertiginosa pero a ninguno de los dos les interesaba mucho eso, solo querían seguir juntos. Así que cuando Shaka terminó con sus estudios Death Mask regresó especialmente solo para estar a su lado, se mostraron felices por el reencuentro y solo pensaban en la manera de no volver a separarse, lo cual no iba a ser tan sencillo pues decisiones debieron tomarse, de las que cambian la vida de una persona.

Cuando Shaka se graduó en literatura aplicó de inmediato para certificarse como maestro suplente, que era como podía comenzar, y su compañero de Cáncer tuvo nuevas noticias para él, o sea que eran para ambos.

—Así que podré dar clases, me gusta la idea—le contaba el rubio con suavidad—Ayudar a otros en su camino por la literatura.

Shaka notaba que Death Mask estaba algo callado, lo escuchaba, sabía eso, pero por alguna razón estaba lejos de él, podía sentirlo, al principio esperó pero al final se dijo que no podían continuar de esa manera, así que tomó de la mano al otro hombre haciendo que se miraran de frente, era momento de sincerarse.

— ¿Qué sucede?—preguntaba Shaka.

— ¿Por qué crees que algo sucede?

—No, no evadas el tema, dime lo que sucede.

Al quedar ante esos brillantes ojos azules, Death Mask supo que no podía seguir callado, aunque tuvo que respirar con profundidad antes de seguir, haciendo que el joven Virgo se sintiera inquieto ¿Qué era lo que iba a decirle?

—Conseguí el ascenso—soltó como una confesión—Debo estar presente para el final del mes, no puedo prolongarlo más tiempo.

— ¡Pero eso es fabuloso! ¿Por qué no me lo habías dicho Death Mask? Estoy tan contento por ti, sabía que lo conseguirías.

No dejaba de sonreír mientras hablaba, lo que no le facilitaba las cosas al de cabellos azules quien finalmente tuvo que sujetarlo por los hombros y hacerlo que se sentara a su lado, su expresión le decía al de Virgo que las cosas no eran para nada lo que él pensaba, que estaba por escuchar algo urgente.

—Tengo que mudarme Shaka, estaré del otro lado del país, por eso no quise decirte nada, no quería arruinarte tu graduación, lo lamento.

Lo dijo todo con velocidad, parecía que tampoco había sido sencillo para él, haciendo que el de cabellos dorados se quedara sin palabras por unos instantes, su mirada buscaba alguna otra explicación pero no parec´pia que la hubiera, le estaban diciendo que su felicidad se terminaba ahí.

—Shaka.

Pero ese llamado quedó en el vacío pues el rubio trató de contener un lamento sin lograrlo del todo, amaba a ese hombre, no podía imaginarse siquiera que su unión acabara de esa manera, de esa forma, tan brutal, tan cortante.

— ¿Por qué debemos separarnos? ¿Por qué?

No encon5traba la manera de defenderse pero tampoco dejaría de hacerse escuchar, su compañero de cabellos azules tampoco estaba pasando por una situación sencilla, necesitaba explicarle lo que sentía, y siendo un hombre no tan expresivo no le resultaba fácil pero tendría que hacerlo, debía sincerarse.

—Yo te amo Shaka, te amo, de verdad, no lo dudes, conocerte ha sido maravilloso—le aseguraba—Pero hay planes en mi vida, los estoy logrando, igual que tú, y no puedo pedirte que dejes tu vida para venir conmigo.

— ¡Pero iría contigo!—caso gritó el rubio— ¡No dudaría en ir contigo!

—Shaka, por favor, no podríamos irnos así—le explicaba con profunda tristeza en la voz—No te llevaría de esa manera a mi vida, todo sería diferente si…no sé…nosotros…nos casáramos.

Al decir esas palabras todo cambió, se miraron con la expresión abierta, pero no decían nada, ninguno se animaba a dar el paso definitivo, aunque finalmente el de cabellos azules sintió que se iluminaba su mente, ahí estaba la salida que pensaba que no existía, pero había muchas cosas que tomar en cuenta para cumplirla, y sin embargo en ese momento solo pensó en cuanto amaba a ese joven a su lado.

—Shaka—le habló con total seriedad en la voz y sin dejar de mirarlo.

El de la familia Virgo lo vio ponerse de pie, con tanta formalidad como jamás lo había visto antes, contenía el aliento por lo que iba a escuchar, sentía que su corazón latía aprisa, entonces el de cabellos azules le tomó la mano con suavidad y puso una rodilla en tierra para hacer la pregunta que brotaba de su corazón.

—Shaka de Virgo ¿me amas lo suficiente para casarte conmigo?

Le hubiera gustado escuchar un contundente Si de inmediato pero primero escuchó una especie de hipo, después un breve lamento y solo después de eso el de cabellos dorados pudo contener la emoción lo suficiente para responder.

—Si—dijo en un suspiro—Sí, quiero casarte conmigo.

— ¿Qué?—preguntó un poco confundido el otro hombre.

—Perdona, es solo que estoy emocionado, quiero casarme contigo Death Mask, quiero hacerlo más que nada en el mundo.

El de Cáncer soltó una risa de felicidad y se puso de inmediato de pie para estrecharlo entre sus brazos haciendo que diera un par de vueltas en el aire, dejándose llevar por la felicidad mientras que el rubio apenas si podía creer que era tan feliz y que podría continuar su vida al lado del hombre que amaba.

Aunque al dar la noticia la familia Virgo, o sea los padres del de cabellos rubios, tenían cosas que decir; a su madre Virginia le parecía muy precipitado todo ese plan de casarse antes de fin de mes.

— ¿Qué prisa puedes llevar? Son jóvenes para casarse.

Mientras que a su padre Asmita le pareció un disparate por completo.

—Acabas de graduarte, tienes muchas que hacer y conocer, casarte e irte a vivir del otro lado del país es una locura.

Pero la verdad fue que Shaka no los escuchó, estaba enamorado y no quería separarse de Death Mask quien al no contar con parientes cercanos no tuvo que lidiar con ese tipo de escenas y finalmente pusieron en marcha sus planes que se limitaron a una ceremonia civil en el registro civil donde firmaron su acta de matrimonio, eso fue todo, solo un puñado de personas estuvieron presentes pero a ellos eso les bastó. Con el amor uniéndolos sentían que no necesitaban nada más en sus vidas.

Los planes de matrimonio cumplidos y el viaje planeado fue lo necesario para que su existencia común iniciara y ciertamente fue con buenos augurios, los padres de Shaka aún tenían dudas y no estaban convencidos pero su hijo estaba tan feliz que se resignaron a no decir nada más. Aparte tuvieron unas palabras en privado por parte del de Cáncer, quien sentía que debía asegurarles un asunto en especial.

—Amo a Shaka y lo haré feliz—les prometió.

Eran jóvenes, se habían casado, se mudaban al otro lado del país a una vida desconocida y aun así no sentían temor alguno, estaban completamente convencidos que iban a  ser felices mientras pudieran estar juntos.

Y al principio así fue.

Pero las cosas cambiaron con el tiempo.

 

**********

 

Shaka y Death Mask se amaban, su primer año de matrimonio fue una vida común bastante completa y feliz, el trabajo de ingeniero del de cabellos azules como parte de una empresa hidráulica marchaba muy bien, era emprendedor y lleno de empuje, mientras que el de Shaka como profesor suplente empezaba en una pequeña escuela media. Contaban con un departamento de dos habitaciones y baño en un edificio de una zona de clase media y con eso les bastaba para ser felices, si se tenían uno al otro no querían nada más.

Bueno, pero si quisieron más, a tres años de matrimonio Death Mask supo que se estaba abriendo una posibilidad para una mueva plaza laboral y quiso alcanzarla, mientras que Shaka pensó en un nuevo empleo para una escuela media superior, siendo profesor titular, y además pensaban en adquirir una casa propia. Fueron esos tres planes por encima de otros los que dominaron los meses siguientes de sus vidas, y los tres se cumplieron, al menos en parte, pues el de Cáncer no tendría el empleo sino de manera tentativa, si funcionaba podría ascender; Shaka logró la plaza como profesor de literatura, suplente no titular; y la casa, una bonita propiedad de dos plantr5as fue por mediación de la empresa en la que trabajaba el de cabellos azules.

Aun así no estaba mal, se convencieron que podrían lograr sus proyectos con el tiempo.

Pero una noticia iba a resultar de peso en el matrimonio.

—Quieren que supervise el proyecto—le contaba Death Mask a Shaka—Es una oportunidad única, sería el líder por primera vez ¿te imaginas?

—No lo imagino, lo sé—le respondió acercándose y besándolo en el rostro—Y lo harás muy bien, se los demostrarás a todos.

Pero a pesar de las palabras de ánimo el de cabellos azules parecía dudar y su compañero se daba cuenta, comprendía que al de Cáncer un tema en especial lo inquietaba en esa nueva proposición laboral.

—Es importante en tu trabajo Death Mask—le decía con suavidad.

—Pero tendría que irme, estarías solo.

El proyecto era para la construcción de una presa hidroeléctrica pero era  importante tener en cuenta que sería construido no solo para las necesidades de generar electricidad pues el área donde la presa se colocaría a menudo sufría inundaciones y la construcción evitaría eso también, además de resolver el problema de la erosión del suelo.  Se trataba de una construcción técnica bastante compleja pues a todo eso se sumaban los frecuentes terremotos la región y sería la  primera en un plan de construcción de represas. Death Mask tendría que dedicarse tiempo completo a su trabajo y por eso debería trasladarse a una zona alejada por su elevación y no sería sencillo reunirse con su esposo.

Los dos lo comprendían, además Shaka trataba de mostrarse positivo, aunque estuvieran lejos quería que tomara el proyecto pues él tenía otros planes.

—No te preocupes por mí, tendré tanto en la cabeza con mi trabajo que apenas si podré pensar en otra cosa.

— ¿Pensarás en mí?

Parecía una pregunta a quemarropa, casi lo era, y el de cabellos dorados sonrió para ir hacia los brazos de su compañero, lo estrechó con amor y sonriendo para después besarlo le habló de manera segura.

—Mi corazón no dejará de amarte, jamás podré dejar de amarte.

—El mío tampoco—dijo el de cabellos azules.

No era tan abierto en expresar sus sentimientos pero en ese omento ambos pudieron vivir lo mucho que se amaban aunque la sombra de la separación los cubría, pero en lugar de concentrarse en eso prefirieron pensar en el tiempo que les quedaba juntos y no dudaron en aprovecharlo en todos los sentidos, incluyendo hacer el amor en ese instante hasta quedarse sin aliento.

Pero llegó el día de la partida, Death Mask estaba listo y Shaka, bueno, lo manejaba lo mejor que podía, no quería mortificarlo pero tampoco podía poner una expresión muy feliz en su cara, así que se limitó a dejarse llevar por los eventos.

—Te llamaré en cuanto llegue—le decía el de cabellos azules—Y si algo pasa…

—Te llamaré y si no pasa también te llamaré—decía con suavidad—Recuerda ponerte medias abrigadoras.

—Lo haré.

—Y come a tus horas, cuando trabajas te olvidas de todo.

—Comeré a mis horas.

—Y no atormentes a tus trabajadores, no quiero que armen un motín contra ti.

—Seré tan amable como pueda.

Se miraron en silencio, iban a estar separados, lo sentía hasta lo más íntimo, se acercaron en silencio y se besaron con lentitud, como buscando memorizar ese instante para después apartarse, era el omento de la despedida.

—Tengo que irme—murmuró el de cabellos azules—Te amo muchísimo, hago esto por ambos.

—Lo sé, y te amo aún más—fue su respuesta en el mismo tono.

El de Cáncer se dio vuelta para abordar su taxi, su esposo rubio lo vio alejarse hasta que lo perdió de vista pero aun tardó en volver al interior de la casa, apenas cruzó la puerta sintió que era un lugar terriblemente solitario.

Claro que a pesar de la distancia los esposos mantenían toda la comunicación que podían, se hablaban con frecuencia y compartían todo lo que les era posible, pero cada uno tenía horarios distintos y actividades que resolver, así que entre el trabajo y la distancia se estaba haciendo complicado saber del otro, pero no se permitían perder esos momentos que los unían.

Además al estar solo Shaka se dispuso a conseguir su plaza como profesor titular, y les dejaba en claro en su trabajo que estaba capacitado para ese puesto, era un buen profesor y con el anuncio de la posible jubilación temprana de otro de los miembros de la plantilla escolar se abría una vacante que le daba posibilidades. Al de cabellos dorados le gustaba ser maestro, comunicarse con los jóvenes estudiantes, hacer sus aportes a la literatura, de hecho había escrito unos ensayos que envió a unas revistas dedicadas al tema, estaba ocupado ciertamente.

Pero la soledad le estaba pasando factura, no lo podía evitar, años atrás había dejado su vida conocida solo por estar con el hombre al que amaba, casi toda su existencia giraba alrededor de Death Mask, tener que estar separados le pesaba y había momentos en su casa que se encontraba sin saber qué hacer, solo sentía cuanto lo extrañaba.

Entonces vino un ofrecimiento en el plantel que no pudo rechazar pues le gustaba lo que podía hacer por su carrera.

—Es solo que nos encontramos en un aprieto—le explicaba el directos—Como sabe el profesor King ha pedido una licencia por este curso, nos ha tomado por sorpresa y cubrir su plaza no es sencillo con tan poco tiempo.

—Comprendo.

—Queremos proponerle que tome su sitio, solo es una clase más, pero no solo ajustaríamos su salario, también tomaríamos en cuenta apoyar su certificación como titular ¿Qué le parece?

—Me encanta la idea—dijo sonriendo—Además es la clase del último año, supongo que los chicos están acostumbrados al estilo del profesor King.

—Estoy seguro que podemos intentarlo, confío en usted.

—Gracias, haré mi mejor esfuerzo.

Con un apretón de manos quedó solucionado el asunto, podría dar una clase más en la escuela cubriendo así los tres grados, no estaba nada mal, y si podían certificarlo le gustaba más la idea, era el profesor más joven del plantel y quería que lo vieran como un igual y no como esa especie de chico nuevo.

Al salir de la oficina del director pensaba en que podría contarle a su esposo, lo echaba tanto de menos, y pensando en eso no se dio cuenta del todo que lo seguían con la mirada, un grupo de chicos del último años, comentaron algo que los hizo reír, apenas si lo notó, y debió prestar más atención pues iban a ser sus estudiantes.

Justamente por eso fue que conoció a una persona en especial, resultaba ser un chico de cabellos azules y desafiantes ojos grises, muy seguro de si miso y que no dudó en presentarse apenas entró al salón su primer día en su nuevo grupo.

—Soy Ikki de Fénix, y me gustará ser su estudiante—le dijo.

Shaka de Virgo no pudo imaginarse todo lo que iba a ocurrir a partir de ese encuentro pero era difícil imaginarse que un hombre tan enamorado como él lo estaba de su esposo terminaría en una aventura con el joven Ikki, y sin embargo así iba a suceder.

 

**********

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Si nada sucede subo la segunda parte la semana entrante.

Gracias por leer el capítulo.

Nos leemos.

Atte. Zion no Bara

 


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