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Tres por zion no bara

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Notas del fanfic:

Primera vez que me animo a hacer algo así, espero que no sea tan malo.

Comentario aparte me di cuenta que el día 15 es mi aniversario, cumplo un año de haber empezado a escribir, por eso aprovecho para darle las gracias a todas las personas que amablemente me han leído y a quienes han dejado comentarios, no sería posible estar aquí sin ustedes. Gracias.

 

--Los quiero a los dos.

Fueron las únicas palabras que pudo decir Kanon y por más extraño que pudiera parecer eran completamente honestas, estaba siendo sincero como nunca antes en su vida, sus ojos verdes que nunca habían podido ocultar lo que realmente sentía declaraban que era la verdad; tal vez fue por darse cuenta de eso que ninguno de los otros dos hombres podía moverse del lugar en el que estaban y solo lo miraban, como tratando de saber que hacer o que decir y fue en algún momento de esa quietud que dejaron de ver al gemelo de Saga y se miraron mutuamente.

--Esto no se queda así.

--Por supuesto que no.

Kanon vio como Death Mask y Shura salían de la recámara y la puerta era cerrada de golpe, cualquier cosa podría suceder desde ese momento y él no se animaba a pensar en cuál sería el resultado ahora que los dos sabían la verdad.

¿Cómo habían llegado a esa situación? Porque no era sencillo suponer que había llevado a Kanon a sostener una relación con el caballero de Cáncer y el guardián de Capricornio al mismo tiempo, incluso era difícil de suponer que alguno de ellos dos, con un carácter adusto naturalmente, aceptara un romance con el gemelo. Sin embargo las cosas habían sucedido y las consecuencias se estaban presentando.

Pues bien, todo inició una mañana en el Santuario, era una mañana como cualquier otra de las que se vivía en ese sitio, la quietud que les brindaba una duramente conseguida paz no era motivo para que no continuaran con sus deberse de caballeros, a pesar de no serlo también incluía a Kanon quien recientemente se había ido a vivir con su hermano. Saga lo había recibido pues de verdad deseaba que las cosas entre ambos se solucionaran y sin duda habían conseguido restaurar su relación de la mejor manera posible.

Cuando Kanon se levantó lo había hecho con un sentimiento de cierta melancolía, como la necesidad de querer algo pero no saber qué, estaba desazonado e intranquilo, ya que no lo podía explicar prefirió ignorarlo y partió con su hermano para el entrenamiento.

Así pues esa mañana estaban los doce caballeros dorados reunidos y Kanon, listos para realizar un entrenamiento de rutina completo. Pusieron manos a la obra de inmediato y se mostraron como lo que eran: fuertes y férreos combatientes listos para enfrentar cualquier problema que tratara de romper con la paz del mundo. Nada fuera de lo esperado.

Mientras entrenaban a veces cambiaban de pareja durante el mismo ejercicio, por eso cuando quedaron solamente Death Mask y Kanon no les pareció tan fuera de lo común a los demás, los dos hombres se mostraron determinados y su encuentro fue declarado un empate por los demás pero a pesar de que se terminó el tiempo reglamentario ellos siguieron discutiendo al respecto.

--Te dominé Death, admítelo-decía Kanon.

--¿Y qué sucedió cuando despertaste?-preguntó en tono burlón el canceriano-No podrías ganarme ni aunque tuviera las manos amarradas.

--No tientes a tu suerte si no quieres que te ponga en tu lugar.

--Por favor.

Como los otros se habían dado cuenta de que esa conversación iba para largo y lo más probable era que siguieran solamente diciéndose moderadamente insultos y ahí terminaría todo no se preocuparon de que las cosas se salieran de control, los demás empezaron a despedirse pues tenían otras ocupaciones que atender, dejando finalmente completamente solos a los dos de cabello azul.

--Hasta cuando te vas a dar cuenta de que yo gane-decía el italiano.

--No puedes conmigo Death, admítelo-exclamó Kanon.

--Solo podemos solucionar esto de una forma.

--¿Cuál?

--Combatiendo ¿hay otra acaso?

--Supongo que no, de todas formas es la que mejor resulta para nosotros.

--Bien ¿listo?

--Listo.

Los dos empezaron un nuevo combate, mostraron nuevamente que el ser combatientes no era un título gratuito para ninguno de los dos pero no lograban hacer algo definitivo contra el otro, siguieron así por un rato hasta que se convencieron que no llegarían a nada en esa situación, se conocían demasiado para lograr sorprenderse, no quedaba más que aceptarlo.

--Esto es una pérdida de tiempo-dijo el de Cáncer.

--Tengo que darte la razón-respondió el gemelo-Me temo que no hay nada que hacer.

--Al menos solo nosotros lo sabemos.

--¿Eso es bueno?

--Claro, cuando me pregunten diré que te gane.

--Yo puedo hacer lo mismo.

--Si quieres hazlo.

Como se sentían algo cansados y un poco acalorados se tomaron un breve descanso, se quedaron sentados bajo una sombra y siguieron conversando un poco, solo hasta que el del cuarto templo sintió un poco más de calor.

--Mejor me quieto esto-dijo sacándose la camisa-No tienes idea de cuanto me molesta sentir la ropa húmeda por el sudor.

--Si, debe ser molesto.

Pero esas palabras las dijo Kanon de forma más bien mecánica pues no se había dado cuenta antes de lo bien que se veía Death Mask, tal vez era porque siempre lo había visto con ropa pero sin ella ganaba bastantes puntos a sus ojos.

--¿Qué te pasa Kanon?

--¿Qué?

--¿Te pasa algo? Te quedaste como atontado.

--No, no, solo que...olvídalo, no es nada.

--Bien.

--¿No vas a insistir en saber?

--¿Para qué? Si quisieras me lo dirías, si no pues no lo harás.

--Solo es que si te digo te vas a burlar.

--¿Qué te hace pensar eso?

--No se, que siempre te ríes de las desagracias de los demás puede ser la razón.

--Solo encuentro algo de diversión donde puedo, no hay muchas opciones por aquí.

--¿Te gusta divertirte?

--Como a cualquiera.

Fue cuando en la mente del gemelo se formó una idea, una no muy buena quizá pero que en ese instante le pareció viable, después de todo no perdía nada con intentarlo, lo peor que podría suceder era que no funcionara.

--¿Qué clase de diversiones te atraen Death?

--No tengo una en especial.

--¿No?

--¿Qué tramas?-preguntó sospechando algo el mediterráneo.

--Nada pero solo pensaba que estamos solos, tu no tienes compromisos, yo no tengo compromisos, quizá podamos pensar en algo para divertirnos.

El de cabello corto lo miro directamente tratando de averiguar si estaba escuchando correctamente, aunque Kanon tratara de que su semblante fuera completamente natural al decir esas palabras su mirada lo delato, esos ojos verdes jamás habían podido ocultar nada, tenían demasiada vida para mentir o engañar.

--Dime Kanon ¿estás dispuesto a lo que yo sugiera?

--Si me convence aceptaré Death.

--¿Cómo sabré que te convence?

--Te lo diría.

--Déjate de juegos conmigo Kanon, no me agradan-dijo con fuerza el mediterráneo.

--No se de que hablas.

--Ahora lo entenderás.

Y sin darle tiempo de nada el de ojos azules lo sujetó con fuerza contra él y lo beso casi con rudeza, el gemelo sintió la presión de su cuerpo contra el suyo pero no pudo hacer nada, las manos del italiano parecían capaces de doblar barras de acero por la fuerza con la que lo sostenía, tampoco pudo hacer nada cuando sintió que la lengua del otro hacía que abriera su boca y la tomaba con igual fuerza, no estaba pidiéndole, era más bien como si reclamara algo que le pertenecía.

Solo se separó hasta que el gemelo no podía ni hablar, tan solo parecía mirarlo tratando de encontrar el aliento y las palabras para preguntar pero no tuvo oportunidad de hacerlo pues el otro hombre no quería que hablara.

--Ahora sabes lo que estabas pidiendo Kanon y no pongas cara de que no quieres porque se que quieres y te lo voy a dar.

Tenía razón en dos cosas: quería seguir y...quería seguir. Por eso no se resistió en lo más mínimo a que el otro buscará la manera más rápida de desabrochar sus pantalones y sabía que aún de haberlo intentado no le serviría de nada. Tan solo pudo sentir como el italiano lo atraía de nuevo contra él y comenzó a pasar su mano por entre sus piernas, tocándolo directamente hasta que su sexo se irguió, entonces lo frotó insistentemente desde la base hasta la punta, no dejándolo ni por un segundo, fue tan demandante al hacerlo que su cuerpo no pudo sino responder y cuando no pudo más tuvo que decírselo.

--Death...Death voy a...

--Hazlo-y lo dijo como una orden.

El de larga cabellera azulada terminó dando unos leves gemidos, dejando su semen en la mano del mediterráneo, había estado bien, no fue tan malo pero cambio cualquier idea que tuviera cuando el de Cáncer lo colocó con algo de brusquedad contra el muro en el que habían encontrado sombra para refugiarse, so rostro contra la pared le impedía ver lo que el otro hacía, tan solo podía sentirlo.

--Death ¿Qué...

Pero no obtuvo respuesta, solo supo que el otro bajaba sus pantalones hasta sus tobillos y se colocaba detrás de él, un instante después sintió como uno de los dedos del caballero dorado entraba en él pero se sentía húmedo, supo que lo estaba preparando con su propio semen pero no supo como sentirse al respecto, sin embargo no importó demasiado cundo fueron dos dedos en su interior los que se movían insistentemente pero no fue por mucho tiempo pues se retiraron y algo presionó con fuerza contra él haciendo que se sostuviera contra el muro, el italiano estaba completamente dentro de él, los únicos momentos que tuvo par acostumbrarse a la invasión fueron los que tardó el otro hombre en tomarlo por el cabello para después sujetarlo con fuerza por las caderas, sin más comenzó a moverse, penetrándolo con fuerza, lo hacía con tal intensidad que el gemelo trataba de aferrarse a la pared para no perder el equilibrio y apretaba con fuerza sus labios para no gritar, no supo cuanto tiempo pasó de esa manera pero sintió que su miembro se alzaba otra vez y deseaba terminar, no podía tocarse y el del cuarto templo no parecía dispuesto a hacer algo al respecto, entonces sintió que su intimidad era bañada por la cálida esencia del otro hombre, un segundo después salía de su cuerpo.

Kanon se quedo recargado contra el muro tratando de recuperarse pero para su sorpresa su compañero de ese momento no esperaría por eso.

--¿Crees que fue todo?-le pregunto haciendo que se girara para mirarlo de frente.

Para cuando se dio cuenta de lo que sucedía el gemelo estaba en el suelo, el de cabello corto terminó de quitarle los pantalones pero solo de una pierna y un instante después estaba sobre su abdomen, frotándose contra su excitado miembro, haciendo que sus sexos se encontraran de manera no muy delicada, esa acción estaba por hacerlo culminar pero el canceriano se detuvo pues había logrado que su miembro se irguiera, casi iba a protestar pero no pudo. Death Mask estaba entre sus piernas y las había separado todo lo que pudo, al siguiente momento ya estaba nuevamente dentro de él, llenándolo, colmándolo, se movió con más fuerza que la vez anterior y el gemelo no pudo evitar gemir con intensidad, el otro hombre seguía montándolo con pasión y no podía resistir entregarse a él de la misma manera. Solo entonces la mano del mediterráneo encerró su sexo por la base y lo masturbo con energía, unos momentos después se escuchaba la voz de Kanon haciendo guturales sonidos mientras su clímax lo inundaba, apenas si tuvo conciencia de que Death Mask terminaba de nuevo en su interior.

El guardián del cuarto templo abandonó su cuerpo y comenzó a limpiarse un poco y a vestirse, el gemelo solo podía quedarse donde estaba, no creía poder moverse de inmediato.

--¿Vas a quedarte así todo el día?-preguntó el de Cáncer-Por la hora no tardaran en venir a patrullar los guardias por aquí.

Solo entonces el de largo cabello encontró algo de fortaleza y se incorporo, procuro limpiarse y se acomodo la ropa lo mejor que pudo pero no podía dejar de notarse que estaba algo turbado con lo sucedido. Comenzaron a andar hacia los templos, contaron con suerte suficiente de que ninguno de los otros caballeros dorados los viera, al llegar a Géminis el de cabello corto solamente miró con una sonrisita de autosuficiencia al gemelo y siguió su camino mientras que Kanon solamente pudo verlo partir.

Decidió darse un baño, al estar esperando porque la tina se llenara vio como de pasada su reflejo en el espejo, tuvo que mirarse dos veces para convencerse, revisó entonces su ropa y el resto de su cuerpo al desvestirse. Vio que tenía las marcas de los dedos en los sitios que el de ojos azules lo había sujetado, la ropa estaba más bien inservible, su cabello estaba completamente alborotado y su labio inferior se veía rojizo. Una vez lista la tina se sumergió en el agua tibia, tuvo que admitir que estaba adolorido, su masculina intimidad hacia tiempo que no era conocida por nadie y que ese encuentro fuera no muy delicado le estaba pasando factura. Pensó en Death Mask. Tenía que admitir que él había buscado que sucediera todo entre los dos y lo más increíble fue reconocer que le había gustado, esa forma de tomarlo solamente, no estaba pidiéndole nada, simplemente lo había hecho suyo con tanta fuerza que aún podía sentirlo, sabía que hubieran seguido de no ser porque los guardias podrían llegar, sonrió, el caballero de Cáncer era de lo más especial y si podían repetir la experiencia no se negaría.

--¿Estás bien Kanon?-le preguntó Saga cuando lo vio, que fue hasta la cena.

--Si ¿Por qué preguntas?

--Es que no te había visto desde la mañana, cuando regrese al templo estabas dormido ¿Te sientes bien?

--Muy bien.

--¿Qué pasó con Death Mask?

--¿A qué te refieres?

--Como se quedaron más tiempo en la zona de entrenamiento no supe en que terminó todo.

--Le gane.

Esa era una respuesta que su hermano esperaría y por lo tanto no la cuestionaría.

--Espero que no te hayas metido en problemas con él Kanon, ya sabes que Death Mask puede ser muy particular.

--Lo tengo presente.

--No quisiera que tuvieras problemas con él.

--No te preocupes por eso, dudo que se molestara por como se desarrolló el encuentro.

--Bien, veo que estás aprendiendo a llevarte mejor con los demás.

--Si.

Siguieron hablando por un rato mientras cenaban pero Kanon tenía mucho en que pensar pues no dejaba de rememorar el encuentro de esa mañana.

Al día siguiente fueron a entrenar como siempre, todos los caballeros se veían como cualquier otro día, de no ser Kanon que llevaba una playera ligera pero de mangas largas, empezaron con sus parejas y algunos cambiaron pero el gemelo de Saga no contó con la suerte que esperaba pues no pudo estar con el italiano, finalmente terminó el entrenamiento y antes de que pudieran hacer o decir algo al respecto el caballero de Cáncer se marchó.

--Tengo algo que hacer en mi templo-dijo antes de irse.

Kanon pensó que lo evitaba, si era el caso no había mucho que él pudiera hacer, excepto vivir del recuerdo, se rió para sus adentros de la idea y decidió que lo mejor era hacer a un lado completamente cualquier idea sobre el mediterráneo. Se despidió de sus compañeros y cuando llegó a su habitación vio una nota sobre su cama, la leyó de inmediato, era un mensaje bastante corto pues ni siquiera eran palabras, solo se veía el símbolo de Cáncer.

No estaba seguro de lo que resultaría de ese encuentro pero sabía que quería averiguarlo, así que dirigió sus pasos al cuarto templo, cuando entró no supo si debía llamar o esperar o buscar pues no veía al guardián por ninguna parte, dio unos pasos más en el interior.

--¿Death?-llamó.

Pero fue lo único que dijo antes de sentir que lo sujetaban por la espalda y sin más lo llevaban a una recámara, quedó sobre la cama y solo entonces pudo voltear, el italiano estaba de pie a un lado mirándolo.

--Si me hubieras pedido que entrara lo hubiera hecho-dijo Kanon.

--Pero te gustó más así-fue la respuesta del otro.

Los verdes ojos del gemelo brillaron a esas palabras, era verdad, le gustó de esa manera y le gustaba ese hombre, por eso había ido a su encuentro.

--Esta vez nada nos interrumpirá-le decía el italiano acercándose con una mirada de total seguridad.

--Nada-se escuchó responder el de cabello largo.

Y fue cierto, nada los interrumpió en las siguientes horas mientras Death Mask tomaba una y otra vez a Kanon con más pasión de la que el gemelo hubiera experimentado en toda su vida.

Las cosas entre los dos eran bastante buenas, al menos así lo consideraban, incluso el no hacer pública ninguna relación entre ambos les gustaba pues no querían que nadie se entrometiera en lo que solo a ellos les correspondía.

Pero iba a suceder algo que no permitiría que ese arreglo fuera del todo funcional. La razón fue algo que quedo totalmente fuera de las manos de ambos y sucedió apenas unos días después de que todo diera inicio entre ellos, sencillamente era momento de que los caballeros llevaran a cabo ciertas misiones, lo cual los obligaba a dejar el Santuario por un periodo de tiempo, ya que Kanon no era un caballero debía permanecer en el sitio, no así el italiano que fue uno de los primeros en partir.

Los primeros días Kanon pudo manejarlos pero conforme avanzaba el tiempo su situación se hacia más y más incómoda, no podía explicarse como en tan corto tiempo el de Cáncer se había hecho tan indispensable ya, su cuerpo lo extrañaba, era una sensación demasiado intensa, al principio había creído que con masturbarse podría sobrellevarlo pero no pudo, sencillamente no era tocarse, tenía que ser el mediterráneo quien lo tocara, que lo aprisionara contra su cuerpo y lo llevara al clímax, esa pasión entre los dos era adictiva para el gemelo.

Y fue entonces cuando apareció Shura.

--¿Tienes algo que hacer Kanon?-le preguntó Saga.

--No-respondió secamente.

Su hermano había visto que su humor no era muy bueno, no sabía el porqué pero si preguntaba el otro respondía que estaba bien.

--¿Podrías hacerme un favor?-preguntó el caballero de Géminis.

--Si.

--Tengo que hablar de unas cuestiones con Mu y ya voy retrasado ¿Te importaría llevarle un mensaje a Shura?

--Bien.

--Solo dile que su misión se cancelo, que permanecerá aquí hasta nuevo aviso.

--Le diré.

--Gracias hermano.

Sin más salió Saga del templo y como Kanon no tenía nada más que hacer se dispuso a llevarle el mensaje al de Capricornio. No tenía nada contra Shura pero tampoco podía decir que era uno de sus admiradores, simplemente nunca había tenido nada en común con ese hombre, era tan silencioso y tan frío, no era alguien con quien pudieran pasarse buenos momentos.

Llegó al onceavo templo sin mucha prisa, rememorando al canceriano, no podía evitar que esos recuerdos lo excitaran un tanto.

--"¿Cuándo regresarás Death?"-se preguntaba.

Lo primero que haría cuando volviera sería encerrarse con él en Cáncer, quitarle la ropa, quitarse la suya y...

--¿Qué deseas Kanon?

Era la voz de Shura, había llegado a su templo sin darse cuenta, se giró para hablarle pero se encontró con algo que no esperaba. El hispano no llevaba ropa, tan solo tenía una toalla alrededor de la cintura y el gemelo no pudo evitarlo, tan solo se le quedo mirando sin convencerse del todo que estaba mirando al mismo Shura al que nunca le había prestado mayor interés pero esa ropa ocultaba demasiado.

--¿Kanon?

--¿Qué?

--¿Qué haces aquí?

--¿Yo?

--¿Te sucede algo?

--¿A mí?

El ibérico empezaba a preguntarse si se trataba de algún tipo de juego del que no estaba enterado, solo entonces el gemelo recordó que era lo que hacía ahí.

--Ah...Shura...Saga...si, Saga, Saga me pidió que te diera un recado.

--¿Qué sucede?

--Dice que no vas a ir de misión, que vas a quedarte hasta nuevo aviso.

--Comprendo. Muchas gracias.

Pero el de cabello azul no se movía de su lugar ni dejaba de mirar al de ojos oscuros, tal vez fuera que extrañaba al canceriano, quizá que ya estaba excitado, a lo mejor era que verdaderamente le gustaba lo que veía, lo cierto era que no quería dejar a Shura en ese momento.

--¿Qué hacías?-preguntó como si nada el de ojos verdes.

--Iba a bañarme.

--Ah ¿Te bañas a estás horas?

--No tengo un horario rígido.

--¿Qué más vas a hacer?

--Mis cosas.

Kanon simplemente no encontraba la manera de acercarse a ese hispano que por demás no parecía dispuesto a nada con él.

--¿De verdad estás bien Kanon?

--¿Por qué preguntas eso Shura?

--No se, pareces diferente.

Quizás esa fuera la oportunidad que necesitaba para seducir al capricorniano.

--A decir verdad he estado un poco ansioso Shura, no se que me pasa.

--Tal vez estás algo estresado.

--Si.

--Si lo deseas podríamos hablar, eso podría ayudarte.

--Me encantaría-dijo sonriendo.

--Me visto en un momento.

El ibérico se dirigió a su habitación pero antes de cerrar la puerta de su recámara ya tenía al gemelo a un lado.

--¿Sucede algo Kanon?

--Solo si quieres que suceda.

El de cabello negro miró atentamente al otro hombre, esos brillantes ojos verdes no ocultaban lo que deseaba.

--Ven-el del onceavo templo lo tomó de la mano después de unos momentos.

El de cabellera azulada deseaba sentir esa fuerza y exigencia del italiano y fue por eso que estrechó con fuerza al otro hombre frotando su cuerpo contra el suyo con necesidad, sin embargo el del onceavo templo no parecía responder a eso, era más pausado en sus movimientos, el trato tan sutil del hispano le pareció que lo apaciguaba pero tomaría lo que pudiera en ese instante. Sin embargo no podía estar más equivocado, que el capricorniano no fuera como el de Cáncer no quería decir que fuera inferior.

Shura desvistió parcialmente al gemelo y lo recostó en su cama, acarició su pecho unos momentos, cada que el de cabello largo trataba de apresurar las cosas el hispano se lo impedía, sus manos llegaron a sus piernas y acariciaban los bien torneados muslos, justo en el momento en que Kanon estaba por dejarlo todo por la paz algo sucedió. Las manos del hispano se hicieron hábiles, sumamente hábiles, no dejaban de acariciarlo y separaron lentamente sus piernas, no tocaban más que sus muslos y lo estaban excitando aún más.

Una de las manos dejo sus piernas y fue hacia su sexo que se levantaba con fuerza, apenas si podía contenerse, lo acarició suavemente, tan suave que parecía que apenas si lo tocaba y sin embargo realmente estaba excitado y deseoso de lo siguiente que haría el otro hombre.

--Solo cierra los ojos y disfrútalo Kanon-le murmuró Shura.

El gemelo le hizo caso, cerró sus ojos y tan solo sintió la manera en la que el hispano empezó a recorrer su cuerpo desde la punta de sus pies hasta su cuello, evadía su sexo cuidadosamente, pero el resto fue acariciado y estimulado con sus manos, sus labios, su lengua, era suave y después demandante, presionaba en ciertos puntos y él solo se curvaba sobre la espalda, no entendía como podía hacer que temblara de placer tocándolo de esa manera pero lo cierto era que lo hacia.

Esas increíbles manos deslizaron el resto de su ropa y lo dejaron desnudo, solo abrió lentamente sus ojos, quiso preguntarle al hispano porque se detenía pero entonces sintió que el otro hombre se ponía sobre él, algo húmedo y tibio pasaba encima de su piel hasta llegar a su rostro, acarició sus labios y el gemelo solo pudo abrir su boca para recibirlo, el sexo del hispano entró en él, no como suponía que lo haría pero no duró mucho así, apenas unos segundos y se retiro. Descendió de forma similar hasta que pudo tomar con sus labios la punta del miembro, solo la punta, acariciándolo con delicadeza.

Se separó nuevamente y espero por la reacción del gemelo, no tardó en suceder.

--Shura...no me dejes así...

El ibérico abrió sus piernas lentamente, colocó la cabeza de su miembro en su entrada, el de cabello azul gemía ansiosamente, quería que entrara en el con fuerza, sin embargo no sucedió, el de cabello negro solo introdujo la punta y se movió despacio, por más que el otro intento que entrara en su cuerpo no lo consiguió. Se retiró el ibérico pues vio que el otro iba a terminar, entonces apretó la base de su miembro con exactitud evitando que lograra el clímax.

--Aún no-dijo el capricorniano.

Se acercó a la masculina entrada del gemelo y comenzó a pasar su lengua, haciendo cosas deliciosas que solo lograron que gimiera con voz aguda, llegado a ese punto el de ojos oscuros se retiro pero comenzó a acariciarlo con sus dedos, un dígito penetró y se quedo quieto, permitiendo que el de ojos verdes se moviera por su cuenta buscando satisfacerse, lo dejo unos momentos para después poner la otra mano sobre su pecho e indicarle que se quedara quieto. Kanon lo hizo y en recompensa sintió un segundo dedo en su interior, los dos dígitos comenzaron a moverse, en vez de hacerlo aprisa lo hacían con lentitud y profundidad, encontraron su próstata y la rozaron a un ritmo que parecía seguir los latidos del corazón del gemelo, iba a terminar. Shura se retiro y sujeto otra vez la base de su miembro evitando que terminara. Las verdes pupilas se dejaron ver, se encontraron con los oscuros ojos del hispano.

--¿Por qué...--trató de saber pero no obtuvo respuesta.

Solo entonces Shura entro en su cuerpo pero lo hizo lentamente, como tratando de perpetuar en el cuerpo del otro lo que hacía, Kanon estaba sin habla, solo se escuchó un suave gemido cuando el hispano tocó levemente su próstata, se retiro un poco y entro otra vez estimulándolo directamente en el mismo lugar, el ibérico parecía apenas mover sus caderas pero de alguna manera estaba haciendo que el cuerpo de Kanon viviera sensaciones de placer intensas, tan intensas que gemía tratando de pedir que se detuviera pues sentía que iba a desmayarse pero ninguna de las dos cosas sucedió.

Shura tomó entre sus dedos el rígido sexo del hombre debajo de él, lo acarició con tal delicadeza que parecía que lo frotaba con seda, quería que terminaran al mismo tiempo, unos instantes después llegó el orgasmo, el de caballero del onceavo templo solo se manifestó en un quedo lamento pero el del hombre del cabello azul fue sobrecogedor, cuando evitó que terminara las veces anteriores provocó que al poder liberarse fuera como tener varios clímax al mismo tiempo, no pudo resistirlo al sentir en su interior el cálido semen del ibérico, solo gimió como un animal herido arqueándose y plegándose como si tratara de asirse a un punto seguro inexistente.

Se quedo tirado sobre la cama mientras el ibérico lo observaba en silencio. Cuando Kanon se recuperó un poco pareció reconocer el sitio en el que estaba, vio a Shura que no se había movido de la cama.

--¿Estás bien?-le preguntó el de cabello negro.

--Si.

--Voy a darme un baño. Creo que debes irte, te quedaste bastante aquí y en cualquier momento Saga vendrá a preguntar por ti.

Sin decirle una sola palabra más fue al baño, el gemelo se levantó lentamente, vio la hora, no podía creer que realmente hubiera permanecido en ese templo tanto tiempo, si Saga se daba cuenta se preguntaría porqué siendo como era indiferente a Shura. Vio que el de cabello negro había dejado una toalla en la habitación, no sabía si era para él pero de todas formas la tomó y se limpió para después vestirse, no estaba seguro si debía despedirse o no, se decidió por simplemente marcharse.

Regresó al tercer templo y solo hasta que estuvo en la soledad de su recámara pensó en lo sucedido. Shura no era nada de lo que había imaginado, si antes de ese día le hubieran preguntado que tipo de amante imaginaba que era hubiera respondido que uno frío y desapasionado, que lejos estaba de la verdad, el hispano lo había hecho conocer un placer muy distinto del que hubiera experimentado en su vida, uno que lo llevaba a sus límites y al liberarse casi lo hizo perder el sentido. Aún cuando solo fuera esa vez nunca olvidaría lo que había vivido en Capricornio.

--Estás muy silencioso Kanon-decía Saga--¿Todo esta bien?

--Si, todo bien-respondió su hermano.

--Parece que piensas mucho en algo.

--Son solo loqueras mías, no hagas caso.

--Si es algo que te preocupa...

--Estoy bien, te aseguro que si fuera algo que me sobrepasara te diría de inmediato.

--De acuerdo ¿quieres algo en especial de cenar?

--Lo que haya estará bien para mí.

El mayor fue a preparar la cena pues era su turno, dejando al menor solo con sus ideas, había tanto en que pensar y de lo cual aprender, sin duda el capricorniano era una joya, al menor por una vez había sido suyo y eso le dio gusto, cuando Death Mask regresara quizá podrían intentar un par de cosas de lo que había pasado las horas anteriores pues no esperaba que se repitiera algo con el ibérico.

Pero no se trataba de lo que él esperara.

A la mañana siguiente Kanon tenía que ver a Afrodita por unas cuestiones del Santuario, cuando todo quedo solucionado el gemelo caminaba de regreso al templo de Géminis pero tenía que pasar por el de Capricornio, parecía no haber nadie pero se escuchó que lo saludaban.

--Buen día Kanon.

--Hola Shura-le respondió.

--¿Terminaste ya de hablar con Afrodita?

--Si ¿Cómo sabes que tenía que hablar con él?

--El aroma que traes impregnado, solo sus rosas lo tienen.

--Vaya, no sabía eso.

--Mezclado con el tuyo es interesante.

--Lo tendré en cuenta.

En ese momento el de cabello negro ya estaba frente a él buscando en su mirada un indicio, el más mínimo, y lo vio, las verdes pupilas del de cabello azul destellaron en cuanto lo sintió cerca.

--Ven-dijo el hispano.

Y Kanon lo siguió sin decir una palabra a la habitación en la que le hizo conocer puntos de su cuerpo que desconocía o había olvidado y que se podía tener un placer casi indescriptible con solo tocarse para después excitarlo y a un paso del clímax detenerse, después excitarlo de nuevo y seguir así hasta que llegado el éxtasis apenas podía respirar.

Desde ese momento la vida de Kanon había dado un giro de 360 grados, no podía pedir más de lo que tenía en esa existencia de espaldas a todo el Santuario, no era inusual que algunos de ellos tuvieran relaciones con algún otro caballero, él mismo había mantenido breves romances con algunos pero nada se comparaba a lo que estaba viviendo en esos días.

Cuando Death Mask regresó coincidió con la partida de Shura a una misión, las circunstancias incluso se mostraron favorables en ese sentido pues no tenía que dividir su tiempo, tan solo lo compartía, no estaba mas solo. Tenía dos hombres increíbles en su vida y se sentía feliz por ello. Así era, estaba decidido a seguir con ambos a pesar de todo, en un primer momento se había dicho que tenía que hacer algo, decidirse pero entre más pensaba más difícil se le hacía decidirse por cualquiera de los dos, tampoco había ayudado a elegir que ambos se mostraran más que dispuestos a seguir con la relación como estaba.

Fue por eso que el gemelo llegó a la conclusión de que no iba a renunciar a ninguno ¿Por qué tendría que hacerlo? Tenía la fuerza, la intensidad, la pasión completa de Death Mask y de Shura, cada uno llenaba parte de su vida y no iba a dejar que se perdiera únicamente por que a los ojos de los demás no era correcto...si es que llegaban a enterarse. No, definitivamente no iba a renunciar a lo que finalmente tenía en sus manos.

Los demás caballeros notaban el cambio en Kanon, no sabían porque se daba pero sin duda era fácil verlo con apenas una mirada, el gemelo menor estaba contento, se veía sonriente y atento a todos, conversaba animadamente, hacía bromas, de pronto era como si estuviera lleno de vida y energía y contagiaba hasta cierto punto su entusiasmo a los otros. Ya que era un buen cambio nadie lo juzgaba, se conformaban con saber que se encontraba bien, fuera lo que fuera que estaba pasando en su existencia. Casi todos no se hicieron preguntas.

Pero Saga no era todos y se quedaba pensando en lo que sucedía. Podía ver diariamente a su hermano, había atestiguado todos esos cambios y no había comentado nada, sabía que unas semanas antes su gemelo había permanecido silencioso, melancólico, era bueno saber que estaba alegre y entusiasta pero no podía evitar preguntarse a qué se debía eso. Lo mejor era obtener respuestas y solo una persona las tenía.

--Buenos días Kanon-lo saludó una mañana cuando lo vio aparecer su hermano mayor.

--Buenos días-dijo algo cansado el menor--¿Quieres desayunar?

--Lo hice hace un par de horas, después de entrenar.

--¿Qué hora es?

Vio un reloj y se convenció que se había levantado más tarde de lo usual.

--Menos mal que no tenía planes para el entrenamiento-dijo el menor.

--Te ves cansado Kanon.

--No es nada, no dormí mucho.

--Se te nota. Hace tiempo que deseo que hablemos hermano.

--Claro ¿de qué quieres que hablemos?

--¿Qué esta sucediendo Kanon?

--¿Con qué?

--Contigo y antes de que digas nada espero que consideres que vivimos juntos, somos gemelos y no puedes ocultar que algo ha cambiado en tu vida.

--Solo me he sentido mejor en el Santuario ¿Qué tiene eso de malo? Tú siempre me decías que debía integrarme, es lo que he hecho.

--Kanon se que anoche llegaste hasta que ya era muy tarde, te desapareces por horas, a veces no llegas a dormir, solo deseo saber qué ocurre.

--Si te tranquiliza no estoy metido en problemas, solo que mi agenda ha estado ocupada-y dijo eso con una sonrisa.

--¿De verdad todo esta bien con tu vida en el Santuario?

--Más que bien.

Y sus ojos brillaron al decirlo, pensaba en los otros dos hombres. Con eso su hermano no tuvo nada más que preguntar, Kanon se veía contento y no creía que fuera algo problemático lo que hacía, debía confiar en él.

--Bien, no diré nada más entonces.

--Gracias Saga, creo que me iré a dormir otra vez, la verdad estoy cansado.

--¿No quieres desayunar algo?

--No, prefiero descansar primero, luego comeré.

Sin decir nada más fue a su recámara para dormir un poco más, su hermano decidió que antes de atender unas cuestiones le dejaría algo preparado para cuando se levantara, desde hacía un tiempo que su gemelo parecía comer más y dormir cuando tenía oportunidad, como si estuviera muy cansado por algo.

Estaba en eso cuando alguien llegó a su templo, sintió su presencia y escuchó sus pasos, salió para saber que deseaba.

--Hola Death-saludó al caballero de Cáncer.

--Hola Saga, creí que ya no estabas.

--Solo me retrasé un poco pero ya me iba ¿necesitas algo?

--No.

--¿Por qué viniste entonces?

--Buscaba a Kanon.

--¿Para qué?

--Íbamos a entrenar juntos.

--Lo siento, se quedo dormido, dice que esta cansado.

--Ah, entonces es mejor que lo deje.

--Le diré que viniste a buscarlo.

--Gracias.

Sin otra palabra el italiano salió de ahí pero el de Géminis se quedo pensando un poco, parecía algo nervioso de que lo viera, además no sabía que su hermano fuera a verlo para entrenar, prefirió dejarlo pasar y regresó a la cocina. Seguía con eso cuando alguien más llegó, los pasos eran muy suaves como si no quisieran ser escuchados pero logró percibir de quien se trataba.

--Hola Shura-dijo apareciendo ante él.

--Hola Saga-respondió el capricorniano.

--¿Por qué viniste?

--Buscaba a Kanon.

--¿A Kanon?

--Acordamos vernos en el entrenamiento.

--Kanon se quedo descansando, no me dijo que fuera a entrenar.

--No es tan importante, hasta luego.

--Le diré que viniste a buscarlo.

--Te lo agradeceré.

Saga se quedo sintiendo que ya había vivido esa escena, Shura nunca buscaba a los otros caballeros, eso lo sabía ¿Por qué buscaba a su hermano? Más aún ¿Por qué Shura y Death Mask andaban buscando a Kanon? Porque esa historia del entrenamiento le sonaba improbable, además de que su comportamiento fue extraño, más bien su conducta fue particular. Una idea empezó a rondar por su mente pero prefirió no seguirla, era mejor aclarar las cosas con su gemelo después.

Kanon despertó, se sentía más descansado y decidió darse un baño, después encontró la comida que su hermano le había dejado en la cocina, no tardó en terminársela pero cuando creía que no tenía nada más que atender se encontró con su hermano quien lo esperaba pacientemente en la sala.

--¿Ya regresaste Saga?

--Si, no tenía mucho que hacer.

--Que bien.

--¿Vas a ir a algún lugar?

--No en este momento.

--Vinieron a buscarte por la mañana.

--¿Si? ¿Quién?

--Primero vino Death Mask

--Ah ¿Dijo porqué me buscaba?

--Tú lo sabes.

--Si, luego arreglaré eso

-Y después vino Shura.

--¿Dijo el motivo?

--Tú lo sabes.

--Luego lo buscaré.

--Ya que pretendes que todo esta en orden y que nada inusual sucede dime ¿Qué tienes que ver con ellos dos?

--¿De qué hablas?

--¿Andas con alguno de los dos?

A una pregunta tan directa Kanon no tuvo respuesta, le parecía que lo mejor era decir algo que eludiera una respuesta pero no pudo, se hermano se paró exactamente delante de él y lo miraba de frente.

--¿Es eso Kanon? ¿Te involucraste con alguno de ellos?

Pero el menor seguía sin poder hablar, sin embargo su hermano no necesitó de mucho para leer la respuesta que pedía en sus ojos.

--¿Con cuál Kanon? ¿Con Shura o con Death Mask?

--Estoy con ambos-dijo el hermano menor.

Por un segundo Saga no supo que hacer ni decir, se quedo con la sorpresa en su rostro tan solo observando a su gemelo.

--¿Con los dos?-preguntó finalmente el caballero de Géminis.

--Si.

Eso verdaderamente no se lo esperaba el dorado guardián del templo, sin embargo tenía que reconocer que explicaba varias cosas en el comportamiento de su hermano.

--¿En qué rayos estabas pensando Kanon?

--No quiero un sermón Saga.

--¿No? ¿Qué quieres? ¿Qué te felicite?

--No pero al menos podrías sentirte bien de que yo este feliz.

--¿Feliz?

--Si, me siento feliz de tenerlos a los dos, con ambos mi vida ha llenado vacíos que me habían perseguido por mucho tiempo y no pienso renunciar a lo que tengo solo porque a los demás no les parezca.

--¿Y ellos? ¿A ellos les va a parecer si se enteran?

--No hay porque preocuparse en ese sentido, nunca coinciden.

--Esta mañana pudieron encontrarse aquí.

--Pero no fue así.

--Kanon...

--Ambos son importantes para mi Saga, cada uno es especial, los dos me resultan indispensables ahora, al principio fue solo la emoción de lo nuevo, de la pasión pero ahora se que hay más entre nosotros y te repito que no lo dejaré todo, no quiero volver a sentir mi vida vacía y fría de antes, no estoy dispuesto a permitirlo.

--Hermano...

--Me siento bien, completamente realizado, no voy a dejarlos porque a los demás les parezca indebido estar con dos hombres a la vez.

Dijo esas palabras con tal firmeza que el mayor de los gemelos sintió que no tenía sentido tratar de discutirlo por más tiempo, sin embargo era mejor dar una advertencia final.

--No puedo decirte que hacer con tu vida Kanon, si quieres seguir con esto no seré yo quien te detenga pero espero que tengas algo presente: si Death Mask o Shura lo descubre las consecuencias serán terribles.

--Nada malo pasara Saga porque no se darán cuenta...a menos que tú les digas.

--Ya te dije que no lo haré.

--Bien, gracias.

No dijeron nada más pues Kanon salió del templo pero Saga se quedo pensando, un tanto preocupado también, no creía que esa situación pudiera prolongarse indefinidamente y cuando todo se descubriera su hermano saldría perdiendo de la peor forma.

Sin embargo parecía que todo seguía mostrándose favorable al gemelo menor pues ese mismo día enviaron a Shura a una misión y no pudieron verse más que un instante, lo que dejo esos días libres para Death Mask. Conforme su situación avanzaba Kanon se sentía más y más comprometido con cada uno, no trataba de luchar contra lo que sentía y ya no se trataba solo de su cuerpo, eso había quedado atrás desde hacía tiempo aunque sin duda le seguía extasiando el comportamiento de los otros dos cuando hacían el amor, pero para esos momentos era algo diferente.

Kanon había encontrado más de lo que esperaba en esos dos hombres, mucho más y le había atraído ese conocimiento con fuerza, con tal intensidad que incluso se daba cuenta de lo mucho que ya era él mismo para ellos.

Como una noche que había pasado con el canceriano, había ido a su templo y el guardián no había vacilado en estrecharlo contra él y hacerlo suyo repetidas veces en su cama, era como siempre, fuerte, rápido, conciso y sumamente placentero pero lo realmente interesante venía después.

El gemelo se había quedado a su lado en la cama y acariciaba su rostro, su cabello, era amable al hacerlo, en otras ocasiones cuando lo había hecho el de Cáncer simplemente se hacía a un lado pero esa noche permaneció recostado y por un rato no dijo nada, por eso el de cabello largo siguió acariciándolo hasta que el otro dijo algo.

--Deja de hacer eso-dijo Death Mask.

--¿Por qué? ¿Te molesta?

--No se trata de eso.

--¿Entonces?

--Solo no lo hagas Kanon.

--Bien.

Dejo de tocarlo por completo y se dispuso a marcharse, al darse cuenta de eso el mediterráneo lo alcanzó, lo sujetó por uno de sus brazos y le impidió irse.

--Espera Kanon.

--¿Qué? ¿No te bastaron cuatro?

--No me molestas tú.

--No, solo te molesta que trate de ser afectuoso pero no te preocupes, ya no tendrás que aguantarlo.

--No te vayas-dijo el de cabello corto sin soltarlo-No es tan sencillo Kanon.

--Para mi si.

--Escucha...yo...no estoy acostumbrado a eso ¿sabes? No tengo costumbre de que las personas sean afectuosas conmigo, desde que recuerdo nunca lo han sido.

--A mi me gusta serlo, si te desagrada...

--No me desagrada, ya te dije, no tengo costumbre.

--¿Me sueltas?

El canceriano lo hizo pero contrario a lo que había pensado que haría el gemelo no se fue, se quedo frente a él mirándolo con intensidad, sus ojos verdes llenos de vida parecían sonreír con calidez.

--Tan solo déjate querer Death, no es tan difícil.

Se acercó a él suavemente y le acarició con cuidado el rostro, el italiano acepto la caricia que le daba y le permitió seguir haciéndolo.

Kanon se había dado cuenta de que a pesar de ser tan posesivo en la intimidad Death Mask era en realidad muy dependiente, una vez que terminaban de hacer el amor, sin importar cuantas veces terminara se quedaba como esperando, solo buscaba refugio a su lado, quería sentir su ternura, sin duda acostumbrado como estaba desde pequeño a que los hombres no demostraban afecto y no lo había recibido en esos momentos que tanto lo necesito, y ahora lo pedía nuevamente de otro hombre que esperaba pudiera quererlo sin hacerle sentir que sus sentimientos debían ser ocultados e incluso rechazados, era como un muchachito en esos instantes, deseoso de tener su aprobación y que le hiciera saber que no se iría, que no lo abandonarían a su suerte consigo mismo para que se las arreglara como pudiera de nuevo.

Él tan solo sonreía, parecía ser todo lo que necesitaba el mediterráneo para saber que no iba a dejarlo. Se recostaron de nuevo y nunca hubo problemas nuevamente con la cuestión de demostrar afecto con caricias pues Death Mask las recibía sin reprochar nada, más bien parecía desearlas, era como si entre más intenso fuera durante el sexo más deseoso estuviera de su afecto después. Kanon simplemente no podía resistirse a darle lo que le pedía en silencio. Ninguno de los dos dejaba de sentirse dichoso por tenerse en sus vidas.

Con Shura las cosas eran diferentes. El hispano era sin duda un misterio en muchos aspectos pero el gemelo había aprendido que no era tan diferente de otras personas, solo se mantenía más retraído, incluso en la intimidad pero para él ya no era complicado entender esos estados de ánimo en el ibérico.

En una ocasión que permaneció a su lado en Capricornio el de cabello negro lo había hecho sentir como hipnotizado al recorrer su cuerpo en una especie de ejercicio en el que solo se tocaban indicando con una mano sobre el otro si deseaban que fuera más suave, más fuerte, delicados o intensos, todo llevó al desenlace que conocía llevándolo a un penetrante clímax para quedarse observándolo unos momentos hasta que recuperaba el aliento.

--¿Por qué solo me miras Shura?

--Pensaba.

--¿En qué?

--Ya pasaste mucho tiempo aquí, quizá debas irte.

--¿Te estorbo para algo?

--No es eso.

--De acuerdo, me voy antes de que me recuerdes que es mejor que me vaya.

Se incorporó con un aire de molestia y eso hizo que el de ojos oscuros lo detuviera acariciando su brazo al tomarlo con su mano.

--No es que quiera que te vayas Kanon.

--Haces lo que quieres conmigo y siempre regreso ¿Por qué he de esperar que me respetes?

--Solo hago lo que parece que te gusta, sino te gustara lo que puedo darte no regresarías. La gente se marcha sin que pueda comprender lo que en verdad quieres con ellos, sin que tu mismo sepas que era lo que buscaban a tu lado.

--A mi solo me gusta estar contigo.

Y sus verdes ojos reflejaban la veracidad de esa declaración mientras aferraba con fuerza sus manos a las del hispano.

Comprendía porque no había habido un compañero permanente a su lado en todo ese tiempo, era porque el español necesitaba sentir, eso era, deseaba estar con alguien que sintiera tal pasión y necesidad por él que se quedara hasta el final, solo entonces salían a flote todas las emociones que mantenía como paralizadas en su interior y lo que encontraba más placentero el caballero de Capricornio era la satisfacción que provocaba en la otra persona, era por eso que había aprendido a hacerle el amor de una manera que el gemelo no podía resistir y lo que más ansiaba era verlo al terminar. Kanon se entregaba con verdadera pasión comprendiendo cuanto anhelaba su compañero eso y honestamente él no podía sino darle lo que quisiera. Ambos estaban contentos de haberse encontrado.

Las cosas seguían en orden, todo estaba de tal manera que Kanon parecía tener todo lo que quería para vivir, no podía estar más complacido, sin embargo era momento de poner las cosas en su lugar, no podía seguir con un doble juego eternamente sin que se dieran cuenta los otros.

Y empezó un día que Saga tuvo que ir de misión.

--¿Cuánto tiempo estarás lejos?-le preguntaba Kanon.

--Serán unos días, no creo que tarde demasiado en estar de vuelta.

--Espero que te vaya bien.

--Y yo espero que no tengas problemas.

--Estaré bien.

--Me preocupas Kanon, solo por eso te digo esto, no puedes seguir de esa manera.

--No los dejare.

--Será mejor que me vaya.

--Hasta pronto hermano.

El mayor salió del templo dejando solo al gemelo que pensaba en que su hermano se preocupaba de más, sabía que era honesto y solo le decía eso porque deseaba su bienestar pero también sabía que Saga no podía comprenderlo, no es ese aspecto, se había llegado a sentir como la tierra yerma pero con la entrada de Death Mask y Shura fue como si todo él reviviera y era lo que contaba.

No tenía planes particulares para esa noche pues Shura iba a tener una reunión con el patriarca y eso podía prolongarse por horas, Death Mask estaba de misión, esencialmente estaba solo pero por otra parte podía descansar, aunque su ideal no era ese, de todas formas sabía que no estaba por demás tener unas horas continuas para dormir.

Estaba recostado tranquilamente en la cama de su recámara deslizándose al sueño cuando sintió sutilmente un beso en el cuello y una mano que acariciaba su abdomen, se despertó en un instante para ver quien estaba con él.

--Shura.

--Termine lo más rápido la reunión-le explicó.

El gemelo no pudo hacer otra cosa que aferrarse a él besándolo con intensidad, era increíble que estuviera ahí. Shura apartó las sábanas y se quito su camisa para retirar después la de su compañero, entonces lo atrajo un poco para besarlo en el pecho, tocándolo con cuidado en los sitios que tan bien conocía y lo hacían estremecer, sus manos pasaban por su espalda y llegaban a su trasero hasta llegar a sus piernas, las separaban lentamente y los hábiles dedos del ibérico entraron a través de la ropa para un instante después acariciarlo en su íntima entrada, pasaron después por sus genitales de manera tan experta que el de cabello azul tan solo podía gemir aunque sabía que su compañero iba empezando, lo recostó con cuidado sobre su espalda y le dio un beso en los labios.

--Perdona pero hablar con el patriarca me dejo un poco seca la garganta-se disculpó el de cabello negro--¿Te importaría si voy por agua?

--Te espero-respondió el gemelo.

El capricorniano salió de la habitación, Kanon cerró los ojos, tan solo manteniéndose en la misma posición, unos pasos sonaron en la entrada de la recámara, fue entonces cuando el de cabello largo fue levantado de un movimiento y quedó contra el fuerte cuerpo de alguien que no era el ibérico.

--Regresé antes.

--Death Mask.

--Apenas si puedo creer que te encontraría así.

El gemelo no pudo decir nada ni hacer ninguna otra cosa que sentir como el italiano lo atraía contra si y lo besaba con pasión, el mediterráneo se quito su camisa en un instante pero al hacerlo vio que quedo cerca de otras dos, miró por un segundo al otro hombre interrogante pero antes de que ninguno de los dos dijera nada alguien regreso. El de ojos oscuros se quedo de pie observándolos, era más de lo que podrían aguantar sin tener una respuesta.

--¿Qué haces aquí?-preguntaron al mismo tiempo Shura y Death Mask.

Kanon los observaba y no tenía la menor idea de qué hacer, no había nada que se pudiera decir en una situación semejante y que fuera creíble, sin embargo antes de buscar una explicación del gemelo los otros dos caballeros decidieron que dirían cuál era su lugar en ese sitio.

--¿Qué buscas aquí Death Mask?-preguntó con aspereza el español.

--Es lo mismo que yo quisiera saber Shura-contesto en un tono similar el italiano.

--Estoy con Kanon.

--Eso no es verdad, yo estoy con Kanon.

Solo entonces ambos miraron al de larga cabellera azulada, solo él tenía la respuesta a esa situación pero parecía que el hombre no podía ni hablar. Lo único que les quedaba era solucionar las cosas entre ellos solamente.

--Más vale que te largues por donde viniste Shura-dijo el mediterráneo.

--Ten por seguro que no seré yo el que se vaya-respondió el hispano.

--No te lo estoy pidiendo.

--Márchate de una vez o yo te echaré.

--¿Un imbécil como tú? Por favor.

--Mejor eso que ser un cretino de tu calaña.

--Esta es tu última oportunidad para largarte.

--No, esta es la última vez que yo te digo que desaparezcas de mi camino.

Se veía que en los dos el coraje los estaba dominando y solo era cuestión de un segundo para que hubiera golpes. Cada uno avanzó hacia el otro pero antes de que algo más sucediera finalmente el gemelo habló.

--¡Basta!-gritó Kanon.

Ambos caballeros se detuvieron y miraron al que estaba sentado en la cama, se veía agitado, parecía tratar de encontrar las palabras y una manera de explicar lo que sucedía pero evidentemente no podía y las miradas de sus dos compañeros no facilitaban las cosas.

--¿Qué esta sucediendo Kanon?-preguntó conteniéndose Shura.

--¿Por qué no nos aclaras las cosas Kanon?-preguntó como en un siseo Death Mask.

--Bien-comenzó el gemelo-Merecen la verdad, toda la verdad-se detuvo unos segundos pero prosiguió-Es...yo...estás semanas ha estado con ambos pero no lo hice por jugar con ustedes, no fue así. Cada uno me atrajo por diferentes motivos, pensé en tomar una decisión por alguno y terminar con el otro pero no pude, simplemente no pude, lo que me unía a ustedes era demasiado intenso como para retroceder, no quería seguir mi vida sin ustedes, ahora estaba completa.

Los otros dos hombres no habían perdido una sola de sus palabras pero parecía que le preguntaban por más de lo que terminaba de decirles.

--Me gustan los dos, ambos son esenciales para mi ahora, se que suena incomprensible, pueden pensar que soy de lo peor pero es la verdad.

Fue entonces cuando lo dijo.

--Los quiero a los dos.

Ambos veían por igual como sus verdes ojos no mentían, de haber sido así lo sabrían pero el gemelo estaba siendo sincero pero no por eso ellos podían simplemente aceptarlo.

--Esto no se queda así.

--Por supuesto que no.

Y fue cuando los dos salieron, dejando a Kanon en la incertidumbre por lo que harían pero reconocía  que él había provocado todo y que tendría que enfrentar las consecuencias.

Una vez afuera de la recámara los dos se miraron, aún querían golpearse y hacer desaparecer al otro para siempre de la vida de Kanon pero ese tiempo de paz los había llevado a ser más reflexivos y menos impulsivos, tal vez hablar fuera una mejor respuesta...o tal vez golpearse después también ayudaría.

--Ni creas que vas a quitarme a Kanon-dijo firmemente Death Mask.

--No necesito hacer tal cosa, él es mío-respondió con seguridad Shura.

--No tengo idea de cómo te metiste en su vida pero te sacaré de una manera o de otra.

--Esas son solo palabras, el que debe irse eres tú.

--Él es feliz conmigo.

--No, lo es a mi lado.

Seguían mirándose con furia contenida, respiraban profundamente y apretaban los puños para no atacar al otro, después de todo lo de hablar no los estaba llevando por un buen camino.

--Si hubiera sido feliz contigo no me hubiera buscado-dijo Death Mask.

--¿Cómo sabes que no me buscó después de ti?-preguntó Shura.

--Muy fácil, porque cuando hacemos el amor él esta feliz entre mis brazos y me pide que lo vuelva a hacer y siempre lo hago hasta que no puede ni hablar.

--¿De verdad? Cuando esta conmigo nunca tiene que pedirme que lo hagamos de nuevo, queda tan complacido que ni siquiera respira.

Esos eran terrenos peligrosos, ya no solo eran ellos y Kanon, ahora se trataba de quien se consideraba mejor amante del gemelo y en su lógica buscaban probar con quien era más feliz. Definitivamente ninguno de los dos iba a dar marcha atrás pues Kanon era demasiado importante en sus vidas para dejarlo ir a los besos y caricias de alguien más, ya no podían estar sin él y no iban a cederlo ante nadie.

--Pregúntale a Kanon quien lo complace hasta lo último-retó Shura.

--No hace falta, soy yo quien lo hace-contestó Death Mask.

--¿De verdad?-preguntó con burla el español.

--Por supuesto.

--No eres más que un chiquillo insolente comparado conmigo así que lárgate y déjanos ser felices.

--Eso quisieras.

--Es lo que eres.

--Haré que te tragues tus palabras.

En un instante los dos estaban enfrascados en una pelea que tenía varias cosas menos las características de una de caballeros, a pesar de que trataban de golpearse directamente no lo lograban pues el hombre frente a ellos no se iba a dejar emboscar con facilidad y si atacaban con firmeza eran repelidos con igual destreza. Death Mask logró sujetar a Shura y golpearlo en el abdomen pero el otro lo resistió lo suficiente para arrojarlo contra una mesa pero el de cabello azul se incorporó en un instante y se arrojó sobre el hispano hasta que chocaron contra uno de los pilares, el de cabello negro lo levanto por la cintura y lo arrojó al suelo, en respuesta el de ojos azules lo derribó con una certera patada en las piernas, continuaron de esa forma por unos minutos más. Fue así que en algún momento del breve encuentro los dos se entrelazaron de tal forma que cayeron al piso de mármol con sus piernas enredadas entre las del otro hombre y sin poder hacer nada al respecto sus respectivas entrepiernas se encontraron. No pudieron decir si fue por la lucha, por el esfuerzo, por la idea de quedarse con Kanon, por lo que hubiera sido no era posible que ocultaran que se excitaron al sentirse.

Estaban increíblemente cerca de un hombre fuerte, intenso, apasionado, las mismas cualidades que había visto el gemelo para no querer dejarlos ir, no podían moverse, no intentaban separarse, simplemente se quedaban ahí, cuando hicieron un leve movimiento volvieron a sentirse y supieron que no tenía sentido tratar de engañarse con lo que vivían en ese instante.

--¿Qué hiciste para que Kanon te buscara?-preguntó con voz trémula Death Mask.

El hispano estiró directamente una de sus manos y acarició más debajo de su abdomen, lo hizo con esa  suavidad que el canceriano había conocido solo con Kanon.

--¿Qué hiciste para que Kanon te buscara?-repitió su pregunta Shura.

El italiano no dudó en tocarlo sin ningún preámbulo en su sexo con pasión, la misma que el de cabellos oscuros solo disfrutó con Kanon.

Bastaron unos momentos para que se tocaran con más insistencia para estrecharse con necesidad un segundo después, Death Mask reaccionando con fuerza, Shura estimulándose con su respuesta, cada uno permitiendo que el otro lo conociera y disfrutara de la situación; ambos se curvaban y cerraban sus ojos, entregándose a las sensaciones por completo y sin restricciones. Las demandantes manos del de cabello azul no dejaban de presionar, las del de ojos oscuros eran concisas y se movían con precisión, no pudieron evitar que el clímax llegara y se sintieron relajados y satisfechos, además habían comprendido en parte porque al hombre de cabello largo le resultó complicado decidirse a dejar a uno de ellos.

Aun respiraban con profundidad para tratar de calmarse cuando se miraron directamente y notaron que alguien más se había quedado sin aliento por lo sucedido. Kanon permanecía de pie sin poder dejar de verlos, había salido de la recámara cuando cayeron al suelo y presenció todo lo sucedido, apenas si podía creerlo. Los otros dos hombres podían saber por su brillante mirada que estaba fascinado con lo que habían compartido, sus verdes ojos destellaban por la excitación y al verlo de esa manera los dos caballeros se sintieron de forma similar; ambos extendieron su mano, el gemelo se acercó y unos instantes después se encontraba recostado con sus compañeros a su lado. Death Mask lo besaba con pasión tomando su rostro entre sus manos con necesidad mientras que Shura le acariciaba el pecho, los muslos, luego le quitó los pantalones dejándolo desnudo y lo acarició con sus dedos entre sus piernas, era una sensación maravillosa para Kanon tenerlos a los dos y súbitamente sintió deseos de que lo poseyeran.

No supo cuanto tiempo pasó pero le parecieron unos instantes solamente cuando Death Mask se colocó sobre él e introdujo su miembro en su boca, el gemelo lo acarició sensualmente con su lengua recibiéndolo entusiastamente, entonces Shura separó su piernas e introdujo lentamente su lengua en su intimidad en lo que una de sus manos frotaba expertamente su sexo que estaba completamente erguido. Sin embargo los dos hombres se separaron después de unos momentos pero no lo abandonaron, solamente cambiaron de posición. Shura lo acariciaba con su lengua por el pecho, el cuello y hacía cosas deliciosas, Death Mask acarició su abdomen y lo dilataba ansiosamente con sus dedos.

Cuando el mediterráneo abrió sus piernas todo lo que pudo se colocó en su entrada y lo penetró de un solo movimiento, esperó unos segundos y comenzó a entrar y salir de su cuerpo con velocidad y un constante ritmo que lo hacía curvarse pero no podía hacerlo libremente pues el hispano lo retenía contra el suelo besándolo sensualmente, introduciendo su lengua y encontrando la suya haciéndolas que juguetearan. Kanon estaba en un verdadero frenesí pasional, más aún cuando una ibérica mano alcanzó su miembro y lo masturbó con el mismo paso impuesto por el italiano; el canceriano lo llenó con su cálido semen después de haber asaltado sin pausas su próstata, el del onceavo templo lo estrechó una última vez y entonces sus gemidos se escucharon con fuerza y su cuerpo se arqueó por completo para quedarse inmóvil un instante después.

Aún trataba de respirar con normalidad cuando Kanon sintió que eran separadas sus piernas otra vez y unos dedos en su interior se movían expertamente, Shura tenía unas manos ágiles sin duda pero la decidida boca de Death Mask no se quedaba atrás mientras tomaba ligeramente la punta de su miembro y lo introducía lentamente en su interior, sentía como se endurecía de nuevo y no podía sino responder con todo su cuerpo.

Nuevamente ambos caballeros se detuvieron antes de que terminara pero en esa ocasión Shura lo hizo sentarse sobre él dándole la espalda y lo penetró lentamente estrechándolo con fuerza y besando su cuello; Death Mask no se distanció demasiado ni por mucho tiempo pues buscó su rostro y lo beso con la misma pasión con la que frotaba su erguido sexo. Las embestidas del capricorniano apenas si parecían realizarse pero no dejaban de ser intensas ni de estimular su próstata en tanto la mano del canceriano seguía guiándolo a su orgasmo; en algún momento el de cabello largo buscó el miembro del mediterráneo y le aplicó el mismo trato, cuando ninguno pudo resistir más terminaron casi al mismo tiempo llenando el templo con sus gemidos.

Kanon se sentía exhausto, todos sus anteriores encuentros habían sido más extensos, sin embargo ese fue el primero en el que tuvo lo mejor, lo que tanto había estimado de los dos caballeros dorados que permanecían a su lado. Lo limpiaron con cuidado y fue llevado en brazos a la cama, no era tan amplia como para recibirlos cómodamente pero no importó demasiado pues los hizo quedarse estrechamente unidos, el gemelo durmió tranquilamente bajo la firme presencia de sus amantes.

Cuando Kanon despertó a la mañana siguiente sintió unos fuertes brazos que lo estrechaban, Shura a su derecha y Death Mask a la izquierda, sonrió, ambos se quedaron, sabía que era una declaración de que aceptaban que no serían el único, que lo compartían con alguien más pero estaban dispuestos a intentarlo.

Saga había regresado de su misión y de inmediato se dio cuenta del estado de su hermano, estaba radiante, contento, sonriente, tuvo que preguntar para despejar cualquier duda que pudiera surgir en el futuro.

--¿Qué sucedió Kanon? Algo muy bueno sin duda.

--¿Por qué piensas eso Saga?

--Tan solo mírate, pareces otro.

--Soy alguien nuevo.

--¿Cómo es eso?

--Ahora tengo todo lo que quiero.

--¿De verdad?

--Si-y lo dijo sonriendo-Tengo muchas cosas que atender, nos vemos después.

Y se retiro pues sus asuntos eran fuera de Géminis.

El paso de los días fue bueno, el clima era bueno, las personas eran buenas, al menos para Kanon todo estaba en el lugar que le correspondía, él ya no necesitaba buscar nada más en ningún otro sitio. Seguía teniendo a Death Mask con su arrolladora fogosidad y a Shura con su intensa sensualidad, ambos seguían en misiones que los llevaban por diferentes tiempos lejos de su lado pero había veces, solo algunas veces en las que el tiempo les sonreía y les permitía encontrarse en el mismo sitio y eran de los mejores momentos de sus vidas pues podían ser muy felices...los tres.

 

FIN

 

Notas finales: Espero que les gustara, de verdad.

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