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Imágenes por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una historia corta, todavía estaba enferma cuando la hice pero espero que les guste.

Notas del capitulo:

Va dedicada a Karin_san que deseaba un MUxKANON y a Danyleo quien también sugiriró la pareja, espero les guste.

Imágenes

Resumen: La imagen que tenemos de algo puede influir en una relación y eso sucede en la naciente relación de Mu con Kanon.

Era un buen fin de semana porque era largo ya que se celebraba una fecha nacional y no se trabajaba además de que era finales de verano y principios del otoño, el clima era cálido sin abrazar y la brisa refrescaba sin dar la sensación de frío, siendo que la naturaleza parecía de tan buen humor la gente no dudaba en salir de la ciudad a tomarse unas mini vacaciones en las playas o algunos otros sitios de interés, incluso para quienes no podían o no querían dejar la ciudad había variadas opciones de entretenimiento, desde ir a una exposición, visitar museos, ir al cine, al teatro, dar un simple paseo o a alguna convención hasta no salir de casa durante horas y disfrutar de la tranquilidad de una ciudad vacía.
Entre las personas que no habían salido de la ciudad se encontraba un joven de cabellos lavanda y ojos verdes, se llamaba Mu. Vivía solo en la ciudad, solo contaba con un hermano que vivía en provincia y al que veía los fines de año en realidad, algunos de sus amigos habían salido y otros aprovechaban el tiempo en diversas actividades, siendo ese el panorama el de ojos verdes se encontraba más bien a solas pero no por eso sin planes en puerta para hacer algo.
Su primer proyecto era el de ir a darse una vuelta por una conocida avenida que contaba con la particularidad de ser un buen sitio para pasear al estar rodeada de árboles y en la que además se encontraban diferentes diversiones pues como se le consideraba un lugar familiar mucha gente montaba diversas muestras de espectáculos y resultaba entretenido y agradable estar ahí por unas horas.
Mu se vistió de manera casual, solo pantalones de mezclilla, una camisa de mangas largas y un suéter sobre los hombros, estaba listo. Abordó el transporte pues no deseaba usar su auto para una salida tan sencilla y se dirigió al sitio que deseaba conocer. Llegó en un muy buen tiempo gracias a que casi no había transito y no le resultó una sorpresa que hubiera varias personas que aparentemente habían tenido la misma idea que él de ir a darse una vuelta y disfrutar del ambiente.
Por un buen rato el de cabellos lavanda tan solo estuvo observando y dejando morir el tiempo, se entretuvo con una cosa y con otra hasta que le pareció que ya era bastante y se sentó en una de las múltiples bancas del lugar enfrente de una fuente, estaba tomando un jugo de botella para refrescarse mientras veía la manera en que los rayos del sol se reflejaban a través del agua, se quedó un largo rato de esa manera hasta que le dio la impresión de que era observado y no se equivocaba en eso.
Casi al mismo tiempo que él llegó a sentarse a la banca alguien más llegó a una cercana y no se había mostrado muy discreto en mirarlo por alguna razón, en un principio el de ojos verdes no estuvo seguro de si era mejor alejarse o hacerle frente pero después de unos momentos de debate prefirió la segunda opción; se levantó de su banca y fue directamente hacia el sitio en el que se encontraba la persona que parecía no inmutarse por su cercanía.
--¿Por qué me miras tanto?—preguntó sin rodeos Mu.
--Porque me parece que eres una imagen muy especial—respondió el otro.
No era mentira, la persona que seguía en la banca tenía en sus manos un cuaderno de dibujo y por lo que podía adivinarse lo que estuvo haciendo mientras miraba al de cabellos lavanda había sido dibujarlo y para terminar de demostrar su punto dio vuelta a su trabajo dejando que el de los ojos verdes viera lo que él había visto.
Sin duda era un buen trabajo, una muestra de dibujo al carbón que reflejaba una muy buena técnica y manejo del lápiz, el de cabello lavanda se sorprendió bastante.
--¿Lo hiciste solo en un momento?
--Si—respondió el que dibujaba—Te vi cuando te sentaste y quise hacer un dibujo de ti ante la fuente.
--Eres realmente bueno para esto.
--Gracias.
Se sonrieron y el de ojos verdes se dio cuenta de algo.
--Mi nombre es Mu—dijo presentándose--¿Cuál es el tuyo?
--Me llamo Kanon.
--Mucho gusto Kanon.
--Igualmente Mu.
--¿Vienes aquí con frecuencia?
--Cuando tengo tiempo solamente. No soy permanente.
--Que pena, seguro que serías de los mejores.
Y le decía eso porque había varias personas por toda la avenida que se dedicaban a hacer retratos en diferentes técnicas de dibujo.
--Solo me gusta como pasatiempo Mu, tengo que trabajar.
--Lo mismo me sucede a mí.
--¿Te gusta dibujar?
--No soy muy bueno en realidad pero para cualquier pasatiempo que pueda tener necesito tiempo.
--Entonces estás aprovechando los días de descanso.
--Algo así.
De esa manera el de cabellos lavanda se quedó conversando con el de cabello azul, parecía que era un hombre agradable, tal vez entraba a los treinta pero se mantenía muy bien sin duda además era un conversador muy entretenido, al grado de que en tan solo unos minutos terminó el dibujo en el que trabajaba y decidió lo que haría con él.
--Toma—dijo el de cabello azul extendiéndole el dibujo.
--¿Para mí?
--Si, después de todo eres el modelo.
--Muchas gracias ¿Te debo algo por él Kanon?
--No, es un obsequio.
--Gracias.
--Pensándolo bien creo que si me debes algo.
--¿Qué?
--Acompáñame a comer.
--Encantado siempre y cuando pueda pagar mi parte.
--Si así lo deseas Mu por mí está bien.
--Entonces vamos.
Y sin otra palabra los dos hombres se pusieron en marcha para encontrar un sitio que a ambos les agradara y no tardaron en eso pues por la misma zona había varios restaurantes y cafés en los que se podía ordenas diferentes menús y ser bien atendidos; entraron a un apartado y discreto restaurante que a pesar de todo el sentido de intimidad contaba con una buena carta de comida internacional, de todas maneras ellos dos al tomar su mesa se decidieron por algo fresco y sencillo de comer y de tomar y una vez con su orden se dispusieron a disfrutar un poco más de la compañía de la otra persona.
--He pasado varias veces por aquí—dijo Mu—Pero es la primera vez que entro a comer.
--Es un buen sitio—dijo Kanon—Al menos si no llevas prisa, yo llegué un día en el que tan solo pensaba tomar algo ligero pero volví varias veces.
--¿Qué hacías en el parque Kanon? ¿Acostumbras ir a dibujar?
--Me gusta hacerlo Mu, es un sitio tranquilo y cuando se tiene un poco de tiempo de ocio no hay nada como salir y relajarse al aire libre.
--Me da la impresión que no es la primera vez que vienes.
--No, he venido varias veces desde hace años aunque creo que es la primera vez que te veo por aquí.
--Tenía tiempo planeando venir pero nunca lo hacía, finalmente me decidí y aprovechando que estamos de descanso vine.
--Que bueno que te decidieras a hacerlo.
--¿Por qué crees que es tan bueno?
--Porque pudimos conocernos.
--En eso tienes razón.
Y siguieron conversando con la comida y cuando se termino la comida y pidieron de postre helado y cuando se terminó el helado y ya no quedaba nada en la mesa, solo entonces decidieron dejar el lugar pues ya no tenían nada que hacer ahí. Liquidaron su cuenta y salieron de nuevo a la calle pero se dedicaron a dar una breve vuelta por el lugar y vieron algunas cosas más mientras seguían charlando de todo y de nada en realidad pero como al estar al lado de alguien que parece agradable y con quien se puede compartir algunos puntos de vista el tiempo pasa volando sin sentirlo en realidad a ninguno de los dos le costó trabajo el permanecer juntos y poder disfrutar de unas horas agradables en las cuales solamente disfrutaban de hablar con otro ser humano.
Fue de esa manera al menos hasta que casi cayó la noche ya que en ese momento ambos supieron que era el momento de despedirse, el clima se hacía un poco más frío y era mejor el regresar a casa para descansar aunque eso no evitaba que tuvieran deseos de volver a verse. Cuando se dieron cuenta de que ya llevaban un largo rato conversando y de que se hacía tarde les pareció que lo mejor era despedirse.
--Fue todo un placer hablar contigo Kanon pero me temo que ya es tarde, es mejor que me vaya.
--Es una pena Mu pero si tienes que descansar que remedio.
--Gracias por comprender pero podemos vernos otro día.
--Esa idea me parece de lo mejor ¿tienes en que anotar?
Unos momentos bastaron para que se dieran sus teléfonos pero no esperarían tanto para verse de nuevo, eso lo sabían muy bien los dos.
--¿Tienes algo que hacer mañana Kanon?
--Tal vez ¿porque la pregunta?
--Quizás te interese ir al cine, tiene tiempo de que quiero ver una película pero no me había dado la oportunidad y como estoy descansando…
--Tiene rato que no veo una película en el cine, me parece una excelente idea ¿Dónde quieres que nos veamos Mu?
--En los multicinemas del centro ¿te parece?
--A las cuatro.
--A las cuatro entonces.
Se dieron una sonrisa y se hicieron un gesto con la mano mientras se alejaban cada uno por un camino diferente. El día había salido mejor de lo que Mu hubiera esperado, la verdad era que no siempre se conocía gente tan agradable en un descanso, tan agradable y tan atractiva porque el de ojos verdes no se engañaba, había visto todo y muy bien de lo que era Kanon. Su largo cabello azulado, sus brillantes ojos verdes, el cuerpo bien trabajado, la sonrisa encantadora, las firmes y varoniles manos, no había perdido detalle de nada y le gustaba mucho. Pero había algo más.
Conforme Mu se acercaba a su casa le daba la impresión de que no era la primera vez que veía a Kanon, de alguna manera tenía la idea de que lo conocía de antes por alguna razón pero no estaba seguro de cual pudiera ser, no creía que hubieran estudiado juntos ni que lo conociera en una fiesta o algo por el estilo, de habérselo presentado sin duda podría recordarlo, un hombre de su tipo no era de los que se olvidaran, entonces ¿de donde lo conocía?
Ya que por el momento no tenía una respuesta a esa pregunta le parecía lo mejor no seguir dándole vueltas al asunto y mejor disfrutar de la posibilidad de verse de nuevo, así que se dispuso a atender unos asuntos pendientes en su departamento para que la tarde siguiente no tuviera que preocuparse de nada que no fuera su cita con ese encantador hombre de cabello azul.


Y ciertamente por la tarde, para ser exactos a las 15:45 de la tarde, un intranquilo Mu se encontraba fuera de los multicinemas esperando por cualquier señal del hombre de cabellos azules del día anterior y tan solo cuatro minutos después lo vio acercarse para ir directamente hacia él sin perder el tiempo.
--Hola Mu.
--Hola Kanon.
--Espero que no llevaras mucho esperando.
--No, casi acababa de llegar.
--¿Qué película quieres ver?
--Aún no me decido.
Fue así que entre los dos se quedaron mirando la cartelera y comentando sobre sus opciones, de comedia no porque a Kanon casi no le gustaban, de terror no porque a Mu lo asustaban, de romance ninguno de los dos quería, de acción dudaban seriamente que les gustara y finalmente entraron a ver una película policíaca que trataba de un robo de diamantes falso porque lo que en verdad se robaban era una importante escultura de un museo que estaba junto al banco; no era mala, conocían a los actores y finalmente les resultó entretenida. Así pues su tarde de cine no había sido un fiasco y pasaron un par de horas agradables pero una vez que salieron de la sala no pensaban en separarse.
--¿Te gustó la película Mu?
--Estuvo entretenida Kanon, aunque creí que los descubrirían en el túnel.
--Me gustó más que no fuera en ese momento ¿Te gustaría comer algo?
--Está bien.
Encontraron una cafetería y ordenaron rápidamente algo mientras seguían hablando de la película, fue una tarde agradable, lo suficientemente agradable para que quisieran volver a verse cuando ya era tarde y llegaba el momento de despedirse.
--¿Quieres que te lleve a tu casa Mu?
--No hace falta, no te molestes Kanon.
--Me gustó venir contigo al cine, hacía mucho desde la última vez que vine.
--¿De verdad?
--De verdad, no me daba tiempo.
--Tu trabajo debe absorberte demasiado.
--A veces, no siempre pero me gusta hacerlo. Es mejor que me vaya a casa Mu, se hace tarde y quiero hacer algo antes de estar más cansado.
--Perdona por entretenerte más de la cuenta Kanon.
--Valió la pena pero de verdad debo atender algo en casa.
--Tienes razón, ya es algo tarde. Me dio gusto salir contigo Kanon, espero que algún día podamos salir de nuevo.
--¿Qué tal si lo hacemos?
--¿Me estás invitando a salir?
--¿Acaso no lo considerarías Mu?
--Tal vez si Kanon—dijo con una sonrisa.
--¿Nos vemos mañana?
--Está bien ¿en dónde?
--Tenía planes de ir a la ópera ¿Qué te parece?
--Muy bien.
Aunque siendo honestos eso lo dijo el de cabellos lavanda sin pensarlo mucho pero como era una oportunidad de estar un poco más al lado de Kanon no tenía el menor problema de salir de nuevo con él así fuera a la ópera o cualquier otra cosa que le propusiera; en cuanto a Kanon como parecía que Mu en verdad estaba interesado y a él le interesaba Mu no tenía problemas en que fueran juntos a algo que en verdad tenía interés de ver y que mejor que ir acompañado.
--Paso por ti mañana Mu—dijo sin vacilar Kanon.
--Muy bien Kanon ¿A qué hora?
--La gala empieza a las ocho de la noche en punto ¿a las siete está bien para ti?
--Supongo pero ni siquiera te he dicho donde vivo.
--Estaba olvidando ese detalle.
--¿Tienes dónde anotar?
Sin tardanza le dijo su dirección y les pareció que las siete de la noche seguía siendo un buen horario para verse.
--Pasó por ti Mu.
--Estaré esperándote.
--¿No quieres que te lleve a tu casa?
--No te molestes Kanon, no hace falta. Hasta mañana.
--Hasta mañana.
Y diciendo eso se despidieron pero concientes de que se verían de nuevo muy pronto y a los dos les gustaba eso de poder seguir viéndose a pesar de que ya casi terminaban sus días de descanso pero ¿Quién sabía? Tal vez siguieran viéndose aún después de eso. Y también era cierto que Mu seguía teniendo la idea de que lo conocía de algún lugar pero no estaba seguro de donde.


Para las cinco de la tarde un joven de cabellos lavanda y ojos verdes estaba tratando de elegir la manera de vestirse para su compromiso de las siete de esa noche, esperaba que las cosas estuvieran bien y que nada surgiera que pudiera crear un contratiempo para los planes pues de verdad deseaba volver a ver al de los cabellos azules, le agradecía que lo invitara de nuevo pero seguía guardando ciertas inquietudes conforme avanzaban los minutos y la hora acordada llegaba.
Mu en realidad nunca había estado en una representación de una ópera, las había escuchado en discos compactos o había visto fragmentos en la televisión así que esa sería la primera vez que viera una completa y en vivo, no estaba seguro de qué debería ponerse pero esperaba que su traje fuera una buena opción. Aguardaba por la llegada de Kanon y tan solo deseaba que las cosas salieran bien esa noche. Cuando su reloj marcaba cinco minutos para las siete unos instantes pasaron y después llamaron a su puerta y se apresuró a abrir.
--Buenas noches Mu—lo saludó Kanon.
--Buenas noches Kanon.
--¿Estás listo?
--Listo.
--Entonces vamos.
Salieron del departamento de Mu y abordaron el automóvil de Kanon y de inmediato se pusieron en camino, no tardaron más de lo esperado y afortunadamente el tránsito de la ciudad estaba bastante fluido así que alcanzaron su destino sin mayores problemas y quedaron a unos pasos de la alta y elegante construcción teatral en la que la ciudad generalmente presentaba su temporada de ópera. Parecía que bastante gente había acudido esa noche y Mu miraba todo sinceramente interesado pues deseaba aprender lo que fuera de la experiencia y también observaba al hombre a su lado; Kanon no se veía solamente muy apuesto con su traje de noche en color azul profundo, también se veía que se movía con mucha facilidad en el lugar y parecía que conocía muy bien todo el sitio y que de verdad le gustaba estar ahí.
Alcanzaron sus lugares mientras seguían hablando un poco de la función y Mu trataba de leer el folleto que le entregaron para saber un poco más de la representación de esa noche que era Turandot de Puccini, una de las historias más bellas compuestas para la música y el canto. Mientras estuvieron en completo silencio escuchando al de cabellera lavanda le dio la impresión de que a Kanon le gustaba mucho estar ahí, más que escuchar parecía que bebía cada nota de la representación y aplaudía con entusiasmo, tanto que lo contagió y él mismo lo hacía también.
Una vez que terminara la función las personas empezaron a retirarse, los dos salieron y se dirigieron al automóvil aún comentando la presentación pero Mu parecía muy entusiasmado.
--Nunca había visto una ópera en vivo Kanon.
--¿Te gustó Mu?
--Bastante, aunque algunas cosas no se si las entendí bien pero de verdad me gustó venir.
--Es una historia muy hermosa.
--Lo es, esa parte en la que solo cantó el protagonista fue tan hermosa, aunque creo que la llegué a escuchar en alguna parte.
--Nessun Dorma—dijo el de cabello azul refiriéndose al título de la canción—Es el aria más notable de la historia, la han usado algunas veces como tema de fondo en películas.
--Debe ser así que la conozco.
--Me da gusto que te gustara venir Mu, de verdad, pensé que tal vez te aburriría.
--Para nada.
Y eso lo dijo muy sonriente. No tardaron en estar en camino de regreso a la casa de Mu siguieron conversando en todo el tiempo que tardaron, una vez que estaban en la puerta del departamento del de cabellos lavanda los dos sabían que era el momento de despedirse…pero sin duda ninguno de los dos deseaba que la despedida durara mucho.
--Me gustó mucho que me acompañaras Mu.
--A mi me gustó estar contigo Kanon.
--¿Crees que cuando termine este descanso podamos vernos de nuevo?
--Me gustaría.
--Entonces ¿te llamo?
--Si lo haces nos ponemos de acuerdo.
--Cuenta con eso.
Se sonrieron mutuamente y parecía que el de cabello azulado se iría pero tenía que hacer algo antes de marcharse, se acercó a Mu y sin aparentemente pedir permiso para hacerlo le dio un beso en los labios de manera fugaz al joven delante de él y fue de manera aparente porque en verdad Mu deseaba que lo besara, más bien besarse pues le correspondió. Ya no dijeron nada pues no parecía hacer falta decir nada entre los dos y el de cabello azul se fue dejando al de cabello lavanda con una sonrisa en el rostro que no lo abandonó hasta que estuvo listo para dormir. Tampoco lo dejó la idea repentina que lo asaltó a un paso del sueño de que había conocido a Kanon de alguna manera, no estaba seguro del porqué la imagen del de cabello azul no le parecía desconocida.


Y las cosas pudieron seguir de manera normal y sencilla entre los dos, cuando Mu regresó a su rutina normal de vida no tardó en darse cuenta que deseaba que Kanon formara parte de ella; como parecía que a Kanon le gustaba la misma idea no fue tan complicado que ambos siguieran viéndose y llamándose con cierta frecuencia, siempre había un buen motivo para verse, ya fuera una comida, una película, un concierto, lo que fuera servía cuando ambos lograban estar de acuerdo y se encontraban en el mismo sitio a la misma hora. No cabía duda de que se gustaban mutuamente y menos cuando varias veces en esas citas terminaban besándose o incluso se besaban desde el principio.
Pero Mu aún tenía la idea de que conocía a Kanon de alguna manera, no estaba seguro de cual pero seguía en su mente esa imagen de un Kanon que de alguna forma no era la primera vez que veía ese día en el parque. Y sucedió que tuvo la oportunidad de saber porque le resultaba conocido.
Estaban en casa de Kanon, vivía en una amplia y cómoda casa desde la que bien podía manejar su negocio pues el de cabello azul era un hombre completamente independiente y que se mantenía bien con su trabajo del cual Mu solo sabía una parte pero justamente el otro hombre le estaba explicando más.
--Entonces—decía Mu—tu negocio es como el de un casero.
--Más o menos Mu pero no rento casas—le decía Kanon—Lo que hago es contactar a dueños de propiedades con empresas de filmación, si necesitas de determinada locación como una casa en la playa yo soy el intermediario y llevo una comisión por hacer los contactos.
--No se escucha mal.
--No, además tengo una serie de páginas Web en las que pueden encontrar todo para hacer una película, todo lo técnico y puedes rentarlo dependiendo de tus necesidades.
--Se escucha como si te gustara el cine.
--Me gusta Mu.
--Así que a tus treinta años eres un hombre dueño de si mismo—dijo el de cabello lavanda con una sonrisa.
--Así parece ¿Y tú Mu?
--¿Yo?
--Si, nunca me has dicho bien a qué te dedicas.
--Soy estilista.
--Se escucha bien.
--Estilista de mascotas. No esta mal, se gana bien y creo que en algún momento podré tener mi propia estética canina. A mis veintisiete años estoy en camino de ser mi propio dueño.
--Entonces creo que me gustará que un día tengamos un perro.
--¿Tengamos Kanon?
Pero solo obtuvo una sonrisa por respuesta, el corazón del de cabello lavanda latió un poco más aprisa por eso, era como si el de cabello azul le estuviera diciendo que podrían llegar a más en el futuro sin decirlo realmente. Y eso pudo ser todo de no ser porque Mu se quedó mirando atentamente al otro hombre, era tan apuesto y se veía tan bien en ese momento, tal vez si se hubiera dedicado al cine desde el otro lado de la cámara hubiera sido un actor conocido, sus ojos verdes hubieran enamorado a cualquiera y…algo en esa idea lo dejo pensando.
Si, esos ojos verdes y ese cabello azul, él lo había visto antes y poco a poco su mente empezó a atar cabos, cuando él era más joven había visto a Kanon en una pantalla…y se quedó sin aliento y sin voz. Entonces Mu supo porque Kanon le parecía conocido, recordó exactamente de que manera lo había visto: había sido en un par de películas. El asunto era el tipo de película. Lo cierto era que Kanon años atrás había iniciado modelando para revistas y de ahí había saltado a las películas gracias a su atractiva apariencia pero se trataba de lo conocido como entretenimiento para adultos o dicho de otra manera XXX.
Por eso a Mu le había parecido conocido desde la primera vez que lo vio ya que el de cabello lavanda lo había visto en un par de películas unos años antes cuando era más joven y lleno de curiosidad por muchas cosas, todo lo que estaba sintiendo y pensando sin duda se reflejaba en su rostro porque el de cabello azul no tardó en darse cuenta de lo extraño que parecía haberse puesto en un instante.
--¿Qué te sucede Mu?
Pero el otro no le respondió, aun estaba muy sorprendido y sin saber cómo reaccionar.
--¿Te sientes bien?—preguntó Kanon.
--Tú…Kanon tú…
--¿Yo qué?
--Hacías películas—dijo antes de pensarlo el de cabello lavanda.
Y por la forma en que fue dicho Kanon no tardó en saber exactamente de lo que hablaba.
--Así que lo sabes Mu.
Sin embargo no obtuvo una respuesta a eso y se decidió a seguir con una explicación.
--Sabía que en algún momento tendría que decírtelo Mu pero esperaba tener algo más de tiempo de vernos antes de hacerlo, no es algo que comente desde el principio. Hace unos años posé para una revista y me ofrecieron hacer una película, no era un trabajo lúgubre en un oscuro rincón, de hecho estuve en un buen estudio, de los que hacen películas realmente y tienen un buen presupuesto, así que hice unas películas y salí en otro par de revistas y después lo dejé. Creo que eso es todo lo que hay que decir Mu.
Pero parecía que el de cabello lavanda no estaba seguro de cómo reaccionar ante la información y el de cabellera azulada se daba cuenta perfectamente que las imágenes que se formaban en Mu eran muchas y no muy positivas, lo estaba mirando como si viera a un enfermo y no de gripa. Era momento de aclararle algo.
--Si hay quien hace esto Mu es porque hay quien lo consume.
--Kanon, yo…
--Te voy a aclarar algo Mu: no soy un degenerado. Es verdad, me desnudaba y hacía películas pornográficas ¿Lo quiero publicar? No ¿lo quiero esconder? No. Definitivamente no es común pero eso no me hace una persona malvada ni un criminal, nunca lastimé a alguien con lo que hice, siempre fue de manera legal y completamente conciente y no me arrepiento, tan solo tenía relaciones con alguien con la diferencia de que me grababan y me pagaban por ello pero no era tan diferente a nada que hubiera hecho sin cobrar. No soy un pervertido y no me harás sentir como si lo fuera.
--Yo…
--También te puedo decir que fui muy bien pagado el tiempo que trabajé en el medio, me ayudó a hacerme de un capital y a administrarme de la mejor manera posible para sostenerme cuando deje el entretenimiento, hice grandes contactos que me ayudaron a montar mi propio negocio. He trabajado muy duro por todo lo que tengo Mu y no voy a admitir que nadie se de baños de pureza conmigo o ante mi para sentirse muy superior y decirme porque es mejor persona que yo.
Pero el de cabello lavanda guardaba silencio.
--Me gustas Mu, me gustas mucho, de verdad y me gustaría poder seguir viéndote porque estoy seguro de que con el tiempo llegaríamos a algo serio pero tienes que decidirte, ahora sabes todo de mi y si no quieres que sigamos adelante está bien, lo comprenderé pero esperaba que fueras diferente y que los prejuicios no fueran un problema entre los dos.
Se dio vuelta dispuesto a abrir la puerta pero antes de eso tenía que decirle algo al otro.
--Todo depende de ti Mu, yo respetaré lo que elijas.
No hubo una sola palabra más, tan solo se quedo ahí dejando a un joven de cabello lavanda muy confundido que se marchara con sus propias ideas de lo que haría desde ese momento.
Aun cuando se fue Mu no dejó de pensar en Kanon y lo hizo de diferentes maneras pues después de todo las personas nunca son sencillas. No había duda alguna en él de que le gustaba Kanon, le gustaba no solo porque era un hombre muy apuesto sino porque era además muy atento y lo hacía sonreír y lo trataba como nadie en el mundo, porque era comprensivo y gentil y se daba su lugar ante los demás. Era respetuoso e inteligente y le gustaba su compañía y parecía que el mundo estaba más vivo tan solo por estar juntos o al menos a él le parecía eso; sin embargo no podía dejar de lado que sabía a lo que se había dedicado.
En realidad Mu sentía muchas dudas, no sabía si sería capaz de manejar una relación estable con Kanon, de las muchas cosas que se le pudieran ocurrir que tuvieran que ver con el pasado del de cabello azul algo como lo de su profesión no estaba en sus pensamientos, le resultaba demasiado complicado el poder hacerse a la idea de seguir adelante sabiendo lo que sabía. En buena parte eso se debía a la imagen que tenía el de cabello lavanda de las personas que se dedicaban a una industria como lo era el entretenimiento para adultos, y esas imágenes no eran nada favorables; porque si alguien se dedicaba a un negocio semejante era porque se trataba de un inmoral, de alguien sin escrúpulos, de una persona enferma y promiscua, y muchas otras cosas por el estilo cruzaban la mente del de cabello lavanda aunque él mismo hubiera llegado a ver material de ese tipo se decía que no era lo mismo que hacerlo.
Fue así que la mente de Mu se debatía entre muchas imágenes de lo que debía hacer y lo que quería hacer pues cuando parecía que ya tenía una decisión casi de inmediato otra idea llegaba y lo hacía confrontarse de nuevo consigo mismo, estaba en una situación muy complicada en realidad y no encontraba la manera de salir con firmeza para seguir con su vida.


Kanon estaba en su casa. Había tratado de mantenerse ocupado con su trabajo pero a pesar de todo había momentos en los que era inevitable que pensara en Mu, ese joven era especial, lo suficientemente especial para que a pesar de lo sucedido aún deseara con fuerza que eligiera estar con él. Para el de cabello azul las relaciones en pareja no eran del todo sencillas pues al haber sido parte del mundo del entretenimiento para adultos muchas personas tendían a creer que era una especie de ninfómano o algo por el estilo y no era así; sin embargo había aprendido que muchas veces lo que más costaba a las personas era creer la verdad.
Aún estaba con esas ideas en su mente cuando escuchó que llamaban a la puerta, no tenía ganas de abrir pero de todas maneras fue a hacerlo y cuando la puerta se abrió se encontró con alguien que si bien deseaba ver no sabía porqué estaba ahí.
--Kanon.
--Mu.
Al verse de frente era como si ninguno de los dos supiera que decirse pero el de cabello azul ya sabía que era mejor dejar hablar al otro, después de todo era el de cabello lavanda quien había ido a buscarlo así que se quedaron callados por unos momentos hasta que Mu supo que no podía retrasar el motivo por el que había ido.
--Kanon, yo he estado pensando estos días en todo lo que ha pasado entre los dos. Antes que nada debo decirte que desde que te vi la primera vez me gustaste Kanon, me gustaste más que nadie en el mundo en toda mi vida, de verdad me pareces un hombre muy especial. Pero tampoco voy a negarte que saber lo que hacías antes me impresionó demasiado y no sabía de que manera manejar lo que me dijiste.
Para esas alturas el de cabello azul no estaba seguro de cuales eran los motivos de Mu para estar delante de él. Parecía tan confundido como la mirada que reflejaba el de cabello lavanda, sin embargo este continuó hablando.
--En un principio me pregunté si podría con una relación contigo Kanon, no tenía una respuesta en ese momento.
--¿Y ahora?
--Ahora…ahora te veo de frente y se que no será sencillo pero quiero hacerlo Kanon, quiero estar contigo.
--¿De verdad Mu?
--Pensé en el juicio de Larry Flint*.
El de cabello azul no estaba seguro de que manera se conectaban las cosas para su situación pero el otro joven no tardó en explicarse.
--Cuando lo juzgaron lo hicieron un montón de personas que se creían mejores que él, no rompió leyes ni nada por el estilo y sin embargo lo juzgaron pero lo que él decía era cierto: Si lo hacía era porque alguien lo consumía. Recordé que tú también me lo dijiste. No eres un criminal ni un pervertido, eres una persona, una que me gusta y a la que quiero y no deseo que las cosas se terminen entre nosotros sin siquiera haber empezado.
El hombre de cabello azul lo miraba atentamente y eso puso algo nervioso al de cabellera lavanda pero finalmente Mu tenía algo más que agregar.
--Te mentí Kanon.
--¿Qué?
--Te mentí.
--Si fue en algo de lo que acabas de decirme te advierto que fue una crueldad Mu.
--No, te mentí antes.
--¿En qué?
--Tengo tres años menos de lo que te dije.
--¿Qué?
--Cuando me dijiste tu edad pensé que si te decía la mía te parecería muy joven y dejarías de verme así que me puse tres años más para que no te pareciera tan malo estar conmigo.
Mu veía el rostro del otro hombre pero intentaba descifrar en lo que estaba pensando, no sabía si en verdad habría una manera de solucionar las cosas entre los dos y terminó de quedarse desconcertado cuando Kanon empezó a reírse abiertamente y con fuerza, las dudas debían reflejarse en su rostro porque el otro logró controlarse lo suficiente para hablarle de nuevo.
--Perdona Mu, no quise reírme de esta manera pero la verdad…
--¿Qué?
--No entiendo porque te aumentaste la edad, me gustas mucho y no iba a dejar de verte solo por eso.
--La verdad no sabía que pensarías.
--¿En serio quieres estar conmigo Mu?
--Si.
--Yo también quiero estar contigo.
Fue todo lo que pudieron decir pues de inmediato se abrazaron pero estaban más que dispuestos a seguir y a aventurarse a intentarlo como pareja, los dos sabían que era lo que en verdad deseaban en su vida.


Con el tiempo las cosas fueron mejorando, lo suficiente para que los dos se acoplaran y aceptaran el papel en su vida de su compañero y para que manejaran el pasado como lo que era: pasado solamente. Siendo las cosas de esa manera el que se convirtieran en una pareja formal no era tan complicado de ver y llegado el momento ambos estaban seguros de que deseaban formar parte permanente de la vida de su compañero y para eso había algo más entre ellos que estaban listos para manejar.
Una tarde se encontraban los dos en la casa de Kanon, no hacían nada en especial, tan solo tenían planeado pasar la tarde juntos y charlar un poco de sus días y como todo parecía marchar bien no había necesidad de estar demasiado al pendiente de lo que ocurría alrededor. En ese preciso momento estaban sentados en el sofá tan solo hablando y escuchando a su pareja pero en algún momento a Mu le dio la impresión de que Kanon lo miraba con demasiada atención tuvo que preguntar abiertamente.
--¿Sucede algo Kanon?
--Solo pensaba en algo Mu.
--¿Algo importante?
--De lo más importante del mundo.
--¿En qué pensabas?
--Pensaba en lo afortunado que soy al tenerte Mu.
--No es para tanto, yo…solo soy yo.
--Lo se—dijo Kanon—Eres solo Mu pero eso es más de lo que hubiera podido esperar de la vida, tan solo poder tenerte a mi lado.
--Y siempre estaré aquí—respondió el de ojos verdes.
Sus labios se encontraron al mismo tiempo, expresando de esa manera todo lo que llenaba su corazón, fue el de cabello azul el que se separó un poco para mirar a su compañero y sonreírle, con la mirada le indico que era el momento si lo deseaba y el de cabello lavanda no dudó en arrojarse a sus brazos y se estrecharon por unos momentos con ternura y pasión a la vez.
Kanon no tardó en llevar a su compañero a la habitación principal de la casa hasta que quedaron ambos frente a la cama, en un instante el de cabello azul despojó al otro joven de su camisa y observó como el joven se quedaba un poco inseguro ante él, así que procedió a quitarse su propia camisa revelándose así ante el otro. Mu jugaba un poco nervioso con un mechón de su cabello pero no podía evitar mirar al hombre delante de él apreciando su belleza.
--Eres tan apuesto Kanon.
Y al decirle esas palabras sentía como su cuerpo despertaba a la excitación de estar tan cerca del de cabello azul, tan solo por mirar su alto y perfectamente esculpido cuerpo.
--Y tú eres más que hermoso Mu—murmuró Kanon tocando con cariño uno de los hombros de Mu para pasar su mano por su cuello y su pecho—Eres como un ángel.
Sin otra palabra el de cabellos lavanda se acercó a su compañero, lo hizo sin hablar y sin temor de ningún tipo, lo estrechó con fuerza haciendo que sus erecciones se encontraran, Kanon no quiso quedarse atrás y llevó sus manos por la cintura del joven hasta llegar a su trasero y estrecharlo para besarlo un instante después.
--Kanon—gimió suavemente Mu.
Sentía claramente como el otro lo besaba en el cuello pero que aplicaba algo de fuerza, sin duda le dejaría una marca pero le gustaba lo que hacía.
--Quiero que estés en esta cama Mu—dijo Kanon con voz aterciopelada--¿Quieres que lo haga yo o lo haces tú?
--Lo que sea más rápido—respondió Mu.
Un segundo después el de cabellos lavanda se encontraba sobre su espalda en el colchón seguido del cuerpo de su compañero sobre él y su cabello azul rodeándolos a ambos pero no se quejaba, por el contrario le gustaba demasiado que las cosas se dieran entre los dos. Sin perder el tiempo Kanon capturó de nuevo los labios de su compañero pero no solo lo besaba pues no dejaba de frotar su erección contra el cuerpo del joven debajo de él y el otro le respondía imitando sus movimientos.
--¿Voy muy rápido Mu?—le preguntó Kanon.
--No…no…no te detengas…
--Nunca voy a dejar de amarte.
Diciendo eso el de cabello azul empezó a pasar su lengua por el cuello del otro joven.
--¿Nunca?—preguntó Mu.
--Nunca—le aseguró Kanon.
Siguieron besándose y acariciándose y no pasó demasiado tiempo para que los dos buscaran retirar la ropa que le quedaba a su compañero, no se tomaron demasiado tiempo para eso pues en verdad deseaban seguir con lo que iniciaron. Se quedaron sobre la cama abrazados y besándose con fuerza pero en algún momento Kanon se separó un poco y Mu trató de que no lo hiciera pero el de cabello azul colocó su mano sobre el pecho del otro y lo hizo quedarse recostado.
--Voy a relajarte Mu…y también deseo probarte…
No tardó demasiado en hacer lo que deseaba y quedó justamente delante de la erección del de cabellos lavanda, le dio un suave beso en la punta para tomarla después con los labios. Mu se arqueo por el contacto y ambos se dejaron guiar por sus deseos, el de cabello azul no dejaba su tarea mientras escuchaba los gemidos de satisfacción de su compañero pero las cosas no terminaron ahí porque al poco tiempo deslizó una de sus manos y con cuidado llevó uno de sus dedos a la masculina entrada del otro joven y con mucho cuidado empezó a tocarla.
Al sentir la invasión Mu hizo su cabeza hacia atrás y sin poderlo evitar separó más sus piernas deseando más mientras que su compañero no dejaba de complacerlo y unos momentos más bastaron para que el de cabello lavanda diera un gemido algo fuerte y terminara en la boca del otro hombre. Cuando sentía que estaba más tranquilo y podía hablar en realidad Mu no pudo decir nada pues era besado de nuevo con pasión.
Cuando dejaron de besarse Kanon no perdió tiempo, separó con cuidado las piernas de Mu y empezó a acariciarlo en su intimidad, el de cabellera lavanda aún sentía como el placer lo recorría y se hacía más fuerte al sentir la manera en que el otro lo besaba y acariciaba y le daba la impresión de que el otro sabía exactamente la manera de tocarlo, esa forma en que lo dejaba completamente vulnerable para el otro. Finalmente entre los besos y ser tocado cuidadosamente Kanon sintió que era suficiente y que su compañero estaba dilatado para él, sacó sus dedos y lo miró con alegría y orgullo en sus ojos verdes.
--¿Aún quieres seguir Mu?
--Si—dijo con una sonrisa el otro.
A esa palabra Kanon sonrió y empezó a presionar con la punta de su erección en la intimidad de Mu, el de cabellera lavanda tan solo pudo estrechar al otro por los hombros, cerró sus ojos tan solo concentrándose en lo increíble del momento, sintió algo de incomodidad mientras se ajustaban mutuamente pero no le dolía. Logró abrir sus ojos por un instante para ver el rostro de su compañero, se veía relajado pero con las claras señales de la pasión, sus ojos vedes cerrados, sus labios entre abiertos, su cabello azul alrededor como un halo sobre sus hombros. Fueron solo unos instantes y los dos supieron que estaban unidos.
Lentamente se calmaron los dos, se movieron despacio como tratando de ajustarse a la situación y se dieron un beso más, con cariño y de igual manera se movían; dejaron de besarse y tan solo continuaron moviéndose empezando un ritmo que les resultaba increíble. Mu empezó a seguir con fuerza y con necesidad, quería con todo su ser al otro hombre mientras que Kanon deseaba como nada en el mundo estar con el de cabellos lavanda, además los dos sentían claramente y con intensidad que era una experiencia amorosa y hermosa la de entregarse de esa manera.
Continuaron besándose y estrechándose, entregándose al otro por completo y en algún momento el de cabello azul encontró el ángulo exacto que provocó una oleada de placer en su compañero y continuaron moviéndose con más intensidad buscando tocarse una y otra vez de la misma manera hasta que Kanon supo que no resistirían más y llevó una de sus manos al erguido sexo de su compañero para frotarlo con la misma velocidad con la que lo tomaba.
--¡Mu!
Fue todo lo que Kanon pudo decir pues al mismo tiempo que sintió la manera en la que el clímax alcanzaba a su compañero él vivió el suyo con intensidad. El de cabello azul se sentía feliz, tomó a Mu entre sus brazos de nuevo y parecía que no tenía suficiente de besarlo mientras que el de cabello lavanda luchaba por recuperar el aliento.
--Mu…te amo tanto Mu…
Se miraron directamente a los ojos y a Kanon le dio la impresión de que Mu brillaba en esos instantes.
--Te amo Kanon—dijo el de cabello lavanda.
--Y yo te amo a ti Mu.
Solo se tomaron unos momentos más para limpiarse y después de eso quedaron recostados en la revuelta cama metiéndose debajo de las sábanas.
--Creo que este es mi sito favorito en el mundo—dijo Mu.
--El mío también—dijo Kanon acariciándolo—Que bueno que te agrade estar aquí.
Y los dos se quedaron muy quietos para descansar sabiendo que sus vidas estaban en el camino correcto para ser plenas al tener a ese compañero que llenaba su existencia.


Unas semanas después de ese día Mu recibió una llamada de Kanon pidiéndole que se vieran para comer en un restaurante que por cierto era bastante lujoso pero lo que en verdad importaba al de cabello lavanda era que su compañero deseaba verlo en ese sitio. Así que a la hora señalada y en el sitio señalado Mu ya se encontraba esperando a su pareja que parecía demasiado serio cuando lo llamó y le pidió que se vieran en ese sitio. No tardó en ver al hombre de cabello azul aparecer y acercarse con total seguridad a donde él estaba, unos instantes más y ya estaban los dos a la mesa preparándose para comer pero aunque no lo pareciera Mu se daba cuenta perfectamente de que Kanon estaba muy serio y llegó un momento en el que no pudo soportar más permanecer sin saber qué sucedía.
--¿Qué sucede Kanon? No creo que planearas esta fabulosa cena por nada.
--Quería que cenáramos por algo en especial Mu.
--¿Qué pasa?
--Mu… ¿Te casarías conmigo?
El de cabello lavanda se quedó sin palabras por unos momentos, Kanon acababa de pedirle que se casara con él y parecía que todos en el lugar lo habían escuchado porque los miraban en silencio pero él tan solo se centraba en esos ojos verdes llenos de amor y esperanza.
--Si esto es una broma Kanon estás muerto.
--No bromeo Mu.
--Kanon…
--Di si Mu.
Y se dio cuenta que hablaba en serio.
--Di algo—escuchó que murmuraban desde otra mesa.
Y se decidió.
--Si—exclamó como un suspiro.
Tan solo un instante después ya se estaba besando con Kanon y la gente sonreía o aplaudía por lo sucedido. En una mesa vecina había dos mujeres ya mayores, una le dijo a la otra después de mirar atentamente a Kanon.
--¿De verdad necesitaba pensarlo?
Cuando dejaron de besarse Kanon sacó el anillo que llevaba guardado en su saco y lo colocó con cuidado en el dedo anular del de cabello lavanda, era una esmeralda completamente verde, verde como los ojos de Mu.
--¿Te gusta Mu?
--Es hermoso Kanon.
--Justo para ti.
--Desearía poder darte algo como esto.
--Aún puedes.
La mirada del de cabello azul le dijo exactamente a Mu de lo que hablaba y no pudo resistirse a la idea de estar de nuevo entre sus brazos.
--La cuenta por favor—dijo Mu al camarero.
No tardaron más de unos minutos en salir del restaurante y dirigirse velozmente a la casa del de cabello azul que no perdió el tiempo en llevar a Mu a su recámara y a su vez el de cabello lavanda no perdió nada de tiempo en desvestirlo y ninguno de los dos perdió el tiempo para estar sobre la cama haciendo el amor unos momentos después.


Y fue de esa manera en que Kanon y Mu formalizaron las cosas, ambos estaban felices por ello y nadie podría dudarlo; sin embargo Mu estaba más contento por algo en particular y eso era que se daba cuenta perfectamente que estuvo a punto de dejar ir a su felicidad solo por ideas que no tenían que ver con él realmente, tan solo por prejuicios pero eso era solo el pasado en sus vidas, era cierto que su compañero había estado ante las cámaras de una manera no muy convencional pero eso eran solo imágenes, no eran la realidad y prefería hacerse nuevas imágenes con la felicidad que compartía.

FIN
Notas finales:

*Larry Flint fue editor y creador de una revista para caballeros y fue juzgado en los EU, incluso hay una película al respecto protagonizada por, si no recuerdo mal, Woody Harrelson y el propio Larry Flint hizo el papel del juez que lo sentenció.
Aprovecho paradesearles felices fiestas y que se pasen de lo mejor la Noche buena y la Navidad, felicidades y que tengan paz y buena voluntad.


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