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"Más Allá de Mis Ojos" por Chaotic Kittie

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Notas del capitulo:

La ligereza en su  andar es sensata, ha dejado por fin su mayor karma atrás. Al fin ha llegado la tranquilidad, la plenitud ¿Qué les falta entonces?

Capitulo Diecisiete:

Infinito.

 

 

Estuve mirando desde lejos tanto tiempo que me mentalicé una imagen imponente, de alguien que ya no existía, es verdad ya no podía luchar conmigo, pero me paralizaba cada vez que pensaba en aquella situación,

 

En el encierro de Yuki…

 

Tengo tanto miedo, estoy en esta ciudad endemoniada enfrentándome a algo que nunca he visto pero que conozco de forma clara, me siento extraño, pequeño, sin embargo debo controlarme, ordenar cada una de mis ideas.

 

Bajamos en el Aeropuerto, la piernas me tiemblan  no siendo capaz de dar un paso me quedo por varios minutos en la misma posición, estaba en shock viendo la figura de él avanzando lentamente.

 

En un instante sentí todo el peso en mis hombros, de pronto, ni siquiera podía hablar.

 

Sacudí mi cabeza hacia los lados, lo que menos necesitaba era ser un cobarde, había llegado tan lejos, era hora de avanzar, si no lo hacía en este instante, nunca podría sacarme este maldito mal que me esta carcomiendo por dentro.

 

Apreté mi pecho con mi mano empuñada, mientras observe a Yuki darse la vuelta con un cigarro entre sus labios, los que mire con interés mientras se movían, aspirando y exhalando el humo…

 

Sus ojos se posaron en los míos, seguí la ruta diáfana mirándole atontado…  

 

Su palidez me encantaba, sus gafas oscuras acompañándole siempre, no dejando ver ese titubeo que presenciaba a su alrededor; me arme de valor, respire nuevamente y arreglé mi cara, posando una de las sonrisas más sinceras que le he dado a mi amado escritor.

 

“Solo puedo sonreír de esta manera a tu lado” eso quiero transmitirte, tu no dices nada, aún así se que me comprendes, caminamos por las calles hasta llegar al paradero.

 

Arreglo mi bufanda, ya que el frío cada vez es peor; siendo observado por Eiri con esa expresión intangible hasta que el transporte nos recoge, llegamos bastante tarde, me doy cuenta de ello al subir al taxi, ya que el reloj digital marca las veinte horas.

 

Dejé que Yuki hablara por los dos, ya que el sabía donde se encontraba nuestro hotel; llegamos sin problemas e inconvenientes, en realidad la hora paso volando, mientras mis ojos se posaban nuevamente en su figura, no se por cuantos minutos estuve viéndole, pero ya habíamos llegado al lugar indicado.

 

Cuando me di cuenta de ello, le agradecí al taxista en perfecto ingles, a lo que Yuki se volteo a mirar, realmente fue la primera vez en todo el recorrido que le vi desconcertado.

 

Lo jalé de la mano, hacia el lugar tratando de olvidar donde estábamos, al fin y al cabo, era un viaje en el que Yuki necesitaba de mí, no yo de él.

 

Agarro las maletas esperando a que le pagara al conductor, antes de que pudiera llevármelas, él, las tomo entre sus manos.

 

“Yuki, puedo llevarlas yo mismo…”

 

Alego en mi defensa mientras le sigo los pasos, a lo que el ignora mis palabras olímpicamente.

 

El lugar es bastante acogedor, nada de lujos ni exageraciones, todo, esta como me gusta, deseo pensar que esto lo hizo por mí, que tenía planeado invitarme desde antes.

 

“¿Yuki, quieres arreglar las cosas?” Mi mente grita por preguntarle, pero no me atrevo, solo le sigo desde lejos como siempre, como en aquellos tiempos que no podía sobrepasar esa muralla helada, aunque ahora puedo decir que por fin he alcanzado tu corazón.

 

“Baka, por aquí”

 

Me dice, llamándome la atención porque yo seguía derecho por el pasillo mientras el comenzaba a subir unas largas escaleras, siendo guiado por el botones junto a nuestras maletas.

 

Creo que me despisté por unos minutos, así que sin querer alegar asentí, corriendo tras sus pasos.

 

Le alcancé en la mitad de las escaleras, tomándole una de las puntas de su abrigo de forma inconciente, esas actitudes no desaparecían, infantiles y espontáneas, el solo se limito a observar de reojo, creo que me sonrojé, por un minuto volví a los tiempos en que lo añoraba con toda mi alma, sin poder alcanzarle.

 

“Shu, aquí es”

 

Paró en seco mientras el botones nos abría la puerta, una hermosa cama de dos plazas, se mostraba, acompañada de un hermoso ventanal que daba a un puente que no conocía, las luces hacían un juego exquisito, entramos entonces, mientras yo me acercaba a abrazarle por la espalda.

 

Sin pensarlo, me acerque aprensándole con todas mis fuerzas, sentía que él lo necesitaba, al ver que no me alejó, lo confirmé.

 

“Iremos enseguida, Shuichi”

 

Susurró al darse la vuelta, levantándome por el mentón, con seriedad nos miramos por unos segundos mis labios temblaron, los suyos se curvaron hacia abajo, pero luego de unos minutos le sonreí, logrando que el me responda de la misma manera.

 

Me besó y yo entrelace mis manos alrededor de su cuello, colocándome en puntillas, para aprovechar mejor ese sabor adictivo que me provocaba su boca, el tomó mi cintura mientras nuestras lenguas jugaban, finalmente cuando nos faltó el aire a ambos, nos separamos.

 

“Entonces, vamos”

 

Respondí luego de mirarle con determinación, así esa misma noche fuimos hasta donde se encontraba el mayor de mis miedos, el mayor de los pesares de Yuki, la mayor barrera que nos separaba,

 

Caminamos por largo rato, decidimos esta vez no tomar locomoción, llegamos alrededor de las once de la noche, cuando el día de los muertos estaba por acabar, mi corazón saltaba loco, ansioso por saber como reaccionaríamos, pidiendo auxilio Yuki tomó mi mano a lo que respondí apretándola con cariño.

 

No hablamos de nada en todo el trayecto, ninguno era capaz de dar curso a sus divagaciones mentales, divisé el portal del cementerio, sin conocerlo  ya sabía cual era, antes de que llegáramos por completo al lugar, paré en seco haciendo que mi acompañante se gire en el instante, no tenía la fuerza necesaria pero si su atención.

 

Sus ojos ámbares chocaron con los míos, mientras los latidos de ambos marcaban los segundos, me acerqué de a poco, lentamente hasta estar frente a frente, tome su mejilla acariciándola con mi mano, traspasándole el calor que necesitábamos.

 

El colocó su mano sobre la mía entonces y por fin me dispuse a romper el silencio.

 

“¿Estas seguro Yuki?”

 

Susurré sin soltar el contacto de nuestras miradas.

 

“¿quieres entrar ahora?”

 

No quería verle mal, sabía que estas cosas eran pequeños filos que lo hacían sangrar por dentro, hubiera dado lo que sea por no verle así nunca; firme, su mirada sostuvo la mía.

 

Entonces entramos…

 

No me tuvo que responder porque ya lo sabía, teníamos que estar allí los dos.

 

Caminamos un par de pasillos entre tantas tumbas, sin embargo, como si lo hubiera soñado muchas veces, supe enseguida cual era la nicho de aquel fantasma denigrante

 

Leí las palabras que estaban grabadas en la lápida, mientras sentía como nuestras manos se soltaban y el se allegaba a mirar más de cerca, como si así, esa persona le pudiera escuchar.

 

“Esta será la última vez, que venga”

 

Susurró a la nada mientras yo escuchaba sin hacer ni un ruido, yo solo debía estar allí para apoyar a Yuki, estaba metalizándome, nada más tenía que hacer allí.

 

“Es hora de que nos perdonemos ambos…”

 

Susurró después de sacar otro cigarrillo de sus bolsillos, me mantuve firme mordiendo mi labio inferior, tenía unas ganas inmensas de llorar, aquel monstruo que me atormentaba se estaba yendo de a poco, junto con el dolor de Yuki, fue como que cada yaga que estaba en mi interior cicatrizase de inmediato, dejando solo la calma, una piel sana sin ninguna herida.

 

Sin contenerme las lágrimas silenciosas comenzaron a surcar por mis mejillas, haciendo que viese algo borroso, con mi manga comencé a secarlas para que mi acompañante no se diese cuenta, pero seguían saliendo.

 

Mi cuerpo sentía alivio, su manera de demostrarlo era a través de las lágrimas, sentí como si estuviese llorando por los dos, como si mi alma se hubiera conectado con la tristeza de Yuki provocando estragos.

 

Vi como bordeaba la superficie de la lápida en donde estaba la fotografía de aquel hombre, en ese momento me le acerqué lentamente mientras los sollozos se quedaban en mi garganta, sin dejarles salir le bese en la frente, el parecía un niño pequeño en busca de refugio, sin quitar su expresión firme, sin llorar, aún así pedía auxilio.

 

Entonces después de unos minutos, cuando el reloj ya marco las doce, mi acompañante se paró sin decir nada, secó mis lágrimas con sus manos y me beso, solo rozando mis labios.

 

“Adiós, Yuki…”

 

Escuché decir por último, le abracé con fuerza y volteándonos por última vez, dejamos atrás aquel fantasma que nos consumió por completo por muchos años, al fin sentía ligera mi espalda, aquel lugar ya no me parecía tan desagradable.

 

Era hora de mostrarle a Eiri, que todo esto había valido la pena, el estar conmigo, el haber pasado esto juntos solo nos hizo más fuerte, nos conecta, nos degrada, haciéndonos circular en una misma orbita.

 

Siendo polos opuestos hemos llegado a un equilibrio pleno, así lo siento, así te amo…

 

Salimos del cementerio, caminando nuevamente por las calles, Yuki mantenía su mano apresada a la mía, sin querer soltarle me apoye en su cuerpo un poco, aún seguíamos a paso lento.

 

“Te amo…”

 

Susurré sin mirarle antes de llegar hasta el hotel.

 

El tomó mi mentón nuevamente aquella madrugada me acercó a él, pensando que me besaría cerré los ojos, pero antes que lo hiciera susurró en mis labios, haciendo que su respiración chocase produciéndome un cosquilleo en el estomago.

 

“Te amo, mi Baka”

 

Solo atiné a sonreír sin abrir los ojos, finalmente nuestros labios se volvieron a  encontrar en esa noche fría, en la que dejamos una terrible capa de oscuridad tras de nosotros, sintiendo del resplandor de un nuevo día, disfruté de aquel beso como si fuera el primero.

 

 

No necesito de nada,
Ahora que te tengo a mi lado
Aunque el espacio sea inmenso

Siento el universo cerca

Aunque el mundo gire lento

Siento el raudo movimiento

 

Shuichi Shindou

 

 

Un veneno con un único antídoto

Un llamado de auxilio silencioso

Un amor capaz de sanar todo

 

…Infinito…
…Más Allá de mis Ojos…

…Apoyo mutuo…

Notas finales:

¡¡Holaaa!! Bueno según yo esta historia primeramente era de un solo capitulo, luego se extendió y creí que llegaría hasta el capitulo quince, pero aún después del capitulo diecisiete, sigo aquí espero no aburrirlos porque la verdad no tengo idea hasta cuando durará, quería agradecerles su apoyo, porque pensándolo bien, desde un one shot llegamos muy lejos, debo agradecerles su atención, esperando que disfruten este capitulo.

¡Muchos saludos! y nos vemos en el próximo capitulo n_n


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