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"Nadie como Tú" por Chaotic Kittie

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Notas del fanfic:

Una pequeñisima historía, de una canción de la oreja de Van Gogh que hice para un fantasmita muy especial.


Nota: Quizás no es grandioso; pero es con cariño n.n.

 

Notas del capitulo:

Quería alargarlo pero como fue lo primero que vino a mi mente, preferí dejarlo tal cual, Disfrútenlo.


Nadie como tú.


By Chaotic Kittie

 

 

Nadie como tú para hacerme reír.

Nadie como tú sabe tanto de mí.

Nadie como tú es capaz de compartir

mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir.

 

 

Como hablarte sin decir palabra, sin mover mi orgullo,
 como hacer entender a tu corazón lo feliz que me haces

 

 

            Me arrulle en sus brazos, buscando ese roce especial que me hacia viajar a cualquier lado; esas miles de mariposillas en el estomago me invitaban a acariciar su boca con la mía, termine conectando nuestros sentidos mientras nuestras lenguas jugaban de forma exquisita a mi parecer.

 

            Le separe unos momentos para observar su semblante tranquilo, posando sus manos alrededor de mi cintura mostraba esa sonrisa infinita que invitaba a compartir una alegría casi efímera.

 

Contigo soy feliz

 

 

            La energía se dispersaba a mí alrededor corrí jalando de su mano; aquella idea me había llegado de forma imprevista, nunca me caracterice por ser de los que planeará demasiado las cosas, si de algo estaba seguro era de lo inesperado de la vida, el tenerle era lo más importante, separaba cualquier miedo a mí alrededor.

 

 

Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz.

 

 

            Aquella alameda nos invitaba a seguir adentrando nuestra alma, haciendo desaparecer el mundo que nos seguía de cerca, lo dejaba atrás, como si fuera la barrera que nos unía, convirtiendo aquel lugar de tantas personas, en uno completamente especial para nosotros dos.

 

            Gire mi cuello haciendo que mis rizos bailaran la misma danza de mi sonrisa, en un gesto gracioso e infantil, el miraba desde más arriba con sus dientes brillantes, aquella camisa que hacia juego con sus ojos marinos, me invitaban a traspasar aquellas telas; fue cuando le tome del hombro invitándolo a bailar una danza en el centro de aquel lugar.

 

            Nos encontrábamos rodeados por una arboleda de robles antiguos, aquellos seres vivos que contaban los secretos pasados y que ahora guardaban el nuestro en su sabio interior.

 

 

…Nunca he pedido nada al cielo, pero si es necesario rogaré a cada dios…

 

“Permanece a mi lado”

 

Quiero que nuestro amor dure para siempre…

 

 

Uno, dos, tres, cuatro…

 

            El compás sonaba en nuestro interior mientras sus pies y los míos, jugaban escapando y corriendo delicadamente, riendo, al igual que mi alma, mi sonrisa que era hecha tan solo para él, se plasmaba una y otra vez.

 

            Caí al suelo después de ser empujado por su cuerpo sintiendo la humedad de los parajes me perdí entre sus expresiones, deslizando las yemas de mis dedos por su mejilla me paseé rememorando aquellos hermosos gestos que a pesar de haber cambiado con los años, para mí seguían causando un amor infinito, lleno de confianza.

 

 

Tienes la virtud de hacerme olvidar

el miedo que me da mirar la oscuridad.

 

Solamente tú lo puedes entender

y solamente tú te lo podrás creer.

 

 

            Siempre habíamos estado juntos, desde pequeños nuestras madres habían hecho que un vínculo entre nosotros se fortaleciera, aquel niño de mudas palabras hacía que mi interior saltase de forma única, en aquellos tiempos no lo entendía, esperaba cada tarde después de estar con mi madre; que la suya  tocase la puerta.

 

            Las primeras palabras que le escuche fueron para mí, a sus ocho años de edad nunca había dicho nada, sus sonrisas eran lo que me cautivaban, ese silencio que me resultaba tan familiar y esa forma de aguantar cada una de mis travesuras; me incitaban a nunca dejarle solo.

 

 

En silencio y sin cruzar una palabra.

Solamente una mirada es suficiente para hablar.

Ya son más de veinte años de momentos congelados

en recuerdos que jamás se olvidarán.

 

 

El Cuatro de abril,

Aquel día en que todo comenzó

Aquel día que se fue convirtiendo en algo mucho más especial

Aquel día en que mi alma no pudo dejar la tuya.

 

 

            Gimoteaba por lo bajo, mi madre estaba muy enfadada por lo que había hecho el día anterior, me había castigado entonces prohibiendo que le viera; eso fue doloroso para mí, aún en aquellos días sin justificar aquellos sentimientos, ya estaba al tanto de que nunca podría dejarle. Entonces a mis diez años, era la primera tarde que pasaría solo, sin sus sonrisas, sin sus cómodos silencios y el vacío en mi interior crecía, en aquellos momentos no me importaba nada, pataleé, rogué, aún así mi cuarto era mi única compañía.

 

            Le extrañaba, como no tenía idea, nunca pensé que ese malvado día en esos instantes, se convertirían en mis recuerdos más hermosos; fue cuando el teléfono sonó y me asomé por la ventana, cuando vi sus ojos a través de las persianas y luego esa hermosa sonrisa aniñada lo que hizo desaparecer cualquier rastro de llanto.

 

            Sus manos dibujaron un teléfono sobre la superficie blanca de un hoja, entendí rápidamente lo que deseaba, sin preguntarme el porque corrí hasta el salón sacándolo de su lugar, volví a subir las escaleras sin que mi madre lo sospechase. Asomando mi cabeza por la ventana.

 

            Marcó con dificultad algunos números, le mire extrañado fue cuando el aparatito sonó. El silencio del otro lado me llamo la atención, hasta el momento en que mi corazón salto de forma imprevista.

 

—Siempre estaré contigo, Eiden —le escuche decir, fue la única frase; luego la línea del teléfono desocupada y una sonrisa dedicada tan solo para mis ojos.

 

            Ese es mi primer recuerdo de su voz, imborrable, impredecible, lleno de sentimientos que más tarde descubriría, así comenzaba nuestra historia, una que aún avanza, y que deseo mantener por siempre.

 

 

A pesar de conocerte tanto tiempo, sigues sorprendiéndome

Llevando mi cuerpo a la deriva junto a tus brazos

 

¡Ámame por siempre, amor!

 

 

            Los años seguían pasando, ya no éramos los niños de antaño pero nadie era capaz de separarnos, a mis catorce años solo existía su presencia, su aroma, sus sonrisas.

Ese mismo año fue cuando descubrimos nuestro amor, al menos cuando lo confesamos porque yo lo tenía claro, mi ser entero fue para él desde el principio, yo le llamaría destino, pero Marco no cree en esas cosas.

 

En silencio y sin cruzar una palabra.

Solamente una mirada es suficiente para hablar.

 

 

            Estaba tan molesto aquel día que arroje mi mochila al suelo, caprichoso, siempre lo había sido, corrí hasta el mismo lugar el cual se convirtió en nuestro santuario; estaba tan celoso de que hablaras con otros, mostrando esas sonrisas que en algún momento solo eran para mí.

 

…Me sentí reemplazable, me hizo pensar que tarde o temprano olvidarías mi existencia…

 

 

            Resignado a ello dejé mi cuerpo en los pastizales hundiéndome en esa tristeza amarga de ser abandonado, aunque nunca fuese así, el sentimiento en mi pecho se desmoronaba de a poco.

 

            Nunca le había dicho nada, a pesar de todo ello, él llego hasta mí.

 

            Dispersó aquellas lagrimas con un roce tan sutil como el viento, se agacho hasta mi cuerpo acalorando como esos rayos mañaneros que te dan esperanzas, miró mis ojos traspasando la tranquilidad que necesitaba, y por último, me beso, mi primer beso, y un tumulto de sentimientos que habían quedado en un baúl se disiparon clamando ser reconocidos.

 

            Otra vez tomando por sorpresa mí actuar, haciendo que mi ser lo adorase aún más, necesitando de su compañía, queriéndolo de una forma única, sin decirme palabra estaba allí dando a entender sus sentimientos, nuestra propia forma de comunicarnos, y así otro cuatro de abril se agolpaba en mi memoria para rememorar mis días.

 

 

Y pasarán los años y siempre estarás buscando un plan

para que se hagan realidad los sueños que…

 

soñábamos antes de ayer al dormir

hablando del tiempo que nos quedará por vivir.

 

 

Ahora te veo nuevamente, luego de casi diez años de conocer tu figura,
 tus cambios, tu ideales

 

            Abrazo su cuerpo sintiendo el calor como en aquel primer beso, esos sentimientos que no han cambiado a pesar de nuestra edad; puedo confirmar que el amor es único aunque tenga varias mañas para salir a flote.

 

            Sigo suspirando por su andar, ahora que sus manos tocan mi piel, no necesito nada más que a él; porque he encontrado a mi alma gemela hace tantos años, he aprendido a conllevar mi vida junto a él; sin caer en blasfemia puedo decir que soy la persona más feliz en este universo, en este espacio que hemos creado con el tiempo.

 

 

Y sin hablar. Sólo al mirar sabremos llegar a entender

que jamás ni nada ni nadie en la vida nos separará.

 

 

El tiempo seguirá pasando a nuestro alrededor, pero estoy seguro de que Tú y Yo, seguiremos visitando este lugar, este amor no desaparecerá porque confió en la vida, en tú alma y en la mía.

 

 

            El amor puede ser más duradero de lo que se imaginan, solo hay que poner fe en ello y seguir adelante con la misma voluntad.

 

 

Notas finales:

¡Aquí está! Como dije no es la última chupada del mate, pero es lo que salio en una nochecita y una cancioncilla bastante romántica; espero les haya gustado n.n.

En fin hoy haré actualización general si me dejan por aquí. +o+

¡Gracias por pasar! Les envío un gran abrazo de mi parte.


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