Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Grande por zion no bara

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues esta es la terceratramacon dorados pero la octava en general,además es laprimera de estas tramas que se desarrolla en Rusia. Primero pensé en hacerla sólo con Saga pero después me convencí de hacerla con Kanon también, espero que les guste a quienes lean.

Notas del capitulo: Aprovecho paradesearles una feliz Nohe Buena y Feliz Navidad, espero que pasen estas fechas de la manera que lo desean.
Las familias estaban entusiasmadas, un nacimiento no era algo para despreciar, aunque Alejo estuviera tan contento no poda evitar notar que su amigo Gemini (1), nombre debido sin duda a las races de esa madre griega que nunca se haba acostumbrado a su nueva vida, no estaba a su lado pero no lo culpaba ni le reprochaba nada, deba estar justamente en su casa con los suyos a la espera del nuevo miembro de la familia tal y como l lo haca. Las horas corran y finalmente se supo: haban nacido los hijos, varones, todo indicaba que estaban sanos y fuertes. No podan pedir ms.
Cuando los amigos volvieron a verse estaban felices.
--Qu ha sido?—preguntaba Gemini.
--Un nio Qu ha sido?—pregunt a su vez Alejo.
--Dos nios—dijo con orgullo el hombre de cabellos azules.
--Dos?
--As es, unos gemelos.
--Eso es para celebrarse.
Los dos hombres se rieron pero antes de seguir su charla comentaron algo ms.
--Cmo se llamarn tus hijos Gemini?
--Uno ser Saga y el otro Kanon.
--El mo se llamar Pedro.
Los dos hombres festejaron por su cuenta con otros amigos el nacimiento, se llevaban bien y haban compartido muchas cosas juntos, por el momento pareca suficiente, incluso era un motivo ms de alegra que sus hijos hubieran nacido el mismo da: el treinta de mayo.
No importaba mucho entre los dos que cumplieran con funciones un tanto distintas aunque sin duda por rango Alejo era superior, pues si bien Gemini era un Boyardo (2) no poda compararse con Alejo quien era zar, haba heredado el ttulo y el cargo a la muerte de su padre Miguel cuando tena diecisis aos, primero haba estado casado con una mujer de los Miloslawski pero aos despus se cas en segundas nupcias con una Nariskin. Este nio era justamente del segundo matrimonio y no tena posibilidades de muchas cosas, los hijos de segundas nupcias no gustaban en general pero no haba porqu preocuparse.
De su primer matrimonio Alejo haba tenido varios hijos, su hijo mayor era Fedor e incluso tena otro llamado Ivan, tambin tena hijas pero las mujeres no eran tan importantes. De su segundo matrimonio tena a Pedro y a Natalia, era una familia como cualquiera pues seran hijos del zar pero eso no cambiaba muchas cosas, haba otras por las cuales preocuparse y era en eso que entraba Gemini como miembro destacado que era de los Boyardos y de la milicia pues esos aos haban sido turbulentos y de constantes revueltas que era necesario apagar y hasta ese momento lo haban logrado.
Pero los tiempos cambian y no hubo manera de evitar los acontecimientos cuando Alejo Mijailovich muri siendo an pequeo su ltimo hijo. Eso no se tomaba en cuenta pues subi de inmediato su descendiente directo y ms natural que era Fedor y fue coronado como Teodoro III, pareca que todo estaba en calma y que la vida segua; sin embargo no fue as, a tan slo seis aos de reinado el joven zar muri, era dbil y eso pareca normal y lo ms importante era que mora sin descendencia. En un sentido estricto quien deba sucederle era su hermano Ivan pero no se poda confiar en esa eleccin.
Ivan era dbil, ms que su hermano, se saba que estaba enfermo y haba sospechas que era ms lento que una persona normal, no se poda esperar que l reinara, fue entonces que los Boyardos se reunieron, entre ellos estaba Gemini, se propuso que el poder quedara en manos del otro hijo de Alejo, el pequeo Pedro que slo tena diez aos de edad, su madre sera regente hasta que fuera adecuado para tomar la corona, pareca que era asunto arreglado pero no lo fue. Y no lo fue porque exista alguien ms de la familia que no lo iba a permitir.
Se trataba de la hermana de Ivan y media hermana de Pedro, hija de las primeras nupcias del zar Alejo, su nombre era Sofa, haba sido una hija especial, se trataba de una mujer talentosa en muchas formas pero que no pensaba permitir que las cosas salieran como las planearon los Boyardos. Sofa se dirigi a los Streltsi, el cuerpo militar lite ruso y ms bien con discordia dejo ver que estaba de acuerdo con la eleccin…claro que tambin dej ver que le pareca sospechoso la prisa que haban tenido por sepultar al zar Fedor y dejar a un lado a su hermano Ivan, no dud en hablar con esta guardia y les prometi mucho a la par que el horrible rumor que hizo correr segua y sealaba como responsables a los Nariskin y sus amigos.
Entonces se desat la tragedia. A dos das de haber sepultado al zar Fedor los Streltsi llegaron armados al Kremlin, la residencia real, convencidos de que todo haba sido ideado por Ivan, quien era to de Pedro pues era hermano de su madre, que se haba apoderado del trono y haba querido asesinar al zarevich Ivan y haba envenenado a Fedor. Tambin llevaban una lista de cuarenta nombres de seores que seran castigados, todos eran enemigos o considerados una amenaza por Sofa y tenan que morir. Entre ellos estaba Gemini de los Geminovich (3).
Lo que vino fue espantoso, asesinaron a la gente sin preguntar ni juzgar, entre todos Pedro vio como mataron a uno de sus tos mientras que unos gemelos de cabellos azules atestiguaron el final de su padre a manos de los Streltsi. Tambin vieron los tres nios de tan slo diez aos como las cabezas, manos y pies de sus parientes fueron colocados en las puntas metlicas de una balaustrada. Nunca se sabra con seguridad lo que esos das hicieron en ellos. Pero con ese movimiento Sofa logr que se proclamaran dos zares, en junio de mil seiscientos ochenta y dos, Ivan V y Pedro I fueron proclamados soberanos con su hermana Sofa por regente. Entonces la nueva regente aprob todo lo sucedido y recompens a quienes lo llevaron a cabo, confisc los bienes de los proscritos y los reparti a los asesinos; los permiti adems elevar un monumento en el que hicieron grabar los nombres de los asesinados como traidores a la patria.


Fueron los siguientes siete aos los que cambiaran las cosas. Pedro fue ms bien abandonado, estaba en el retiro en Preobazinski, tena slo diez aos y su familia haba sido abatida, se supona que era uno de los zares pero no contaba, su media hermana era quien realmente llevaba el poder ya que Ivan era demasiado dbil para todo. Fue justamente en ese retiro cuando los tres nios se unieron. Se conocan desde antes, siendo sus padres amigos ellos lo eran, ahora estaban unidos an ms por la tragedia.
Pero no se perda el tiempo tanto como se creera en ese sitio, no cuando se era curioso y emprendedor. Una de las cosas que en esos tiempos hacan los tres nios era visitar por curiosidad el barrio extranjero de Mosc, en ese sitio todo era tan diferente, la gente, las maneras, la vida en si, nada que ver con la forma en que vivan los dems que les rodeaban. Fue en una de esas expediciones que vieron algo que les llam mucho la atencin.
--Qu es eso?—preguntaba Pedro.
--Es un bote—dijo Saga sin vacilar.
--Si, ya se que es un bote pero Por qu es diferente?
Los tres miraban la particular embarcacin pero no estaban seguros de nada, slo entonces un desconocido les explic al ver su inters.
--Porque va a remos y con velas—les dijo el extrao que sin duda era extranjero.
Los tres nios miraban, era una miniatura, como un adorno pero no se pareca en nada a ninguna embarcacin que hubieran visto antes.
--Me gustara viajar en un bote as—dijo Pedro.
--Si te da miedo el agua—dijo Kanon--Cmo vas siquiera a acercarte?
Saga se ri pero era la verdad, su amigo era ms grande fsicamente pero le daba un miedo terrible el agua, antes de que los gemelos pudieran seguir rindose Pedro les dio un buen golpe en la cabeza con lo cual las risas se terminaron. Pero no as las visitas y la curiosidad y mucho menos su amistad que segua siendo muy estrecha. La mayora que conoca a Pedro primero se sorprenda de su edad pues con su estatura se vea mayor, sus modales eran ms bien inexistentes y le gustaba ser muy rudo durante los juegos, era por eso que los gemelos se haban hecho los ms cercanos porque eran los nicos que haban “sobrevivido” a su amistad (por decirlo de una forma).
Aunque los dems sintieran cierto temor a Pedro o simplemente prefirieran evitarlo para Saga y Kanon era un gran compaero, estaban concientes de que era el zar o al menos que llegara a serlo pero no por eso dejaban de lado que en ese abandono en el que la corte los haba dejado ellos se encontraban contentos, eran libres, no estaban presionados por la corte ni deberes, podan hacer lo que les placiera y nadie les recriminaba nada. Justamente fue gracias a ese abandono que pudieron hacer lo que quisieran y algo que quiso Pedro y ellos tambin fue aprender pero no lo que ensearan comnmente en su tierra, lo que aprendieron fue matemticas, bastante alemn y holands para darse a entender con alguien que hablara esa lengua y fueron esos idiomas porque gracias a esas visitas al barrio extranjero su amigo los consideraba muy civilizados.
Fue en ese tiempo, durante los aos de regencia de su media hermana Sofa que empez a prepararse, lo hizo en lo que parecan simples juegos de nios y lo perfeccion con los aos. Junto con otros muchachos ms o menos de su edad, hijos de familias de los alrededores inici a practicar y aprender, formaba una milicia, haba fuertes y armas, se atacaba y contraatacaba, incluso haba caones pero no eran simples juegos de muchachos, Pedro haba llevado a otro nivel lo que suceda en ese sitio pues haba heridos e incluso lleg a haber muertos en esos combates supuestamente de juego*. Era la preparacin para lo que sucedera.


Era una maana tranquila, nadie se meta con ellos gracias a que ya haban puesto en tierra a todos, as que los tres amigos estaban a solas nadando en un arroyo cercano.
--Quien dira que te daba tanto miedo el agua—coment Saga.
--Para eso los tengo a ustedes—respondi Pedro saliendo un poco del arroyo—Para que me ayuden con eso.
--Pero ya no te da miedo—dijo Kanon—Pareces pescado.
La labor de ellos fue en algn tiempo arrojarlo al agua sin ninguna vacilacin e impedir cualquier auxilio que quisieran darle, de esa forma perdi su miedo* y de hecho se hizo bueno nadando su amigo, bastante bueno. Pero por la hora era mejor volver.
--Ya fue suficiente de nadar—dijo Pedro saliendo del agua.
Estando a su lado en ese momento ya se notaba que era un joven muy alto, si bien Saga y Kanon no eran bajos de estatura si lo eran al lado de su amigo.
--Es qu no piensas dejar de crecer?—pregunt Kanon.
--Mientras pueda hacerlo lo har—respondi Pedro.
--Ests ms alto que todos—dijo Saga—Incluso de quienes son mayores.
--Dejen de quejarse...par de enanos.
Diciendo eso tom sin problemas el gemelo menor entre sus largos brazos y lo arroj al agua para ser seguido por su hermano un momento despus, lo escucharon rerse y lo vieron alejarse, tan slo les qued rerse y salieron del agua, era un buen da. Cumplan diecisiete aos. Aos atrs haban sido dejados a un lado por completo y sin que nadie se interesara demasiado por ellos pero las cosas haban cambiado y lo saban.
Las noticias corran y sin duda no eran favorables para la regente Sofa quien haba tenido algunas revueltas y una desastrosa campaa en Crimea, la gente saba que Ivan era zar slo de nombre y muchos sectores estaban cansados de lo que pasaba y Pedro ya no era un nio, era un joven que bien poda reclamar lo que era suyo.
Eso era sabido por Sofa y quienes la seguan. Pedro haba hecho un par de movimientos, incluso comunicarse con su medio hermano Ivan para recordarle que ellos eran los zares y no tenan porque seguir bajo el dominio de Sofa, dejaba en claro que no iba a permitir ms tiempo lo que estaba sucediendo. El tiempo pas pero lleg el momento definitivo en el verano de mil seiscientos ochenta y nueve pues Pedro estaba ms que decidido a tomar el poder.
Su media hermana se enter de eso y se decidi a actuar, aparentemente haba conspirado con el prncipe Gallitzin para asesinar al joven zar pero este fue informado.
--Tenemos que irnos—dijo apresuradamente Pedro un da a sus amigos.
--Qu sucede?—pregunt Saga.
--Nada an.
Sabiendo que no iban a obtener nada en ese momento se dispusieron a partir y se refugiaron.
--El monasterio Troitski—comentaba Kanon medio desencantado de tener que estar encerrado—Nada sucede en este sitio.
--Si pero es impenetrable—dijo Saga—Pedro supo del atentado a tiempo, parece que Sofa de nuevo conspiraba con los Streltsi pero fue uno de ellos el que le dio aviso.
--Ella nunca intent nada en estos aos Por qu hacerlo ahora?
--Porque Pedro ya no es un nio.
--Est convocando a los Boyardos, muchos han respondido a su llamado.
--Tambin su ejrcito est listo.
A esa mencin ambos sonrieron, ellos formaban parte de esa camarilla de Preobazinski que estaba ms que lista para combatir. No tardaron en hacerlo.
Las fuerzas se reunan bajo el llamado de Pedro que no tard en tener un ejrcito para hacer frente a los Streltsi, mientras Sofa e Ivan permanecan en Mosc las fuerzas se encontraron y Pedro venci. Lo siguiente fue entrar en Mosc y tomar el poder que le corresponda y hacer justicia de la manera en que haba visto hacerla. Todos los cmplices contra l fueron azotados con el knut y despus decapitados, a otros les cort solamente la lengua, al prncipe Gallitzin lo desterr porque uno de sus parientes estaba de su lado pero le confisc todos sus bienes.
En cuanto a Sofa fue tratada como cualquier mujer que se atreviera a medirse contra el zar. Pedro la oblig a tomar los votos y fue llevada a un convento, el Monasterio Novodvichy, deba renunciar a cualquier derecho de la nobleza para eso, ya no podra hacer nada en su contra.
Estaban celebrando, eso significaba bastante escndalo y bebida pero eran jvenes y era lo que les gustaba, adems de lo que se estilaba en esos momentos, nada poda ser mejor.
--Ahora eres el zar verdaderamente—deca Saga en medio de la gritera.
--Lo soy—asegur Pedro.
--Bebamos a la salud del zar—dijo Kanon.
Los dems lo siguieron en el festejo pero la verdad era que Pedro an no era zar, conserv la corona compartida con su hermano Ivan, si bien de forma nominal solamente pues su medio hermano slo quera vivir en paz y Pedro se lo permiti; sin embargo an estaba Natalia Narshkina, su madre, quien no dejaba las riendas del poder aparentemente porque le preocupaba la forma de proceder de su hijo.


Pero si bien su madre estaba preocupada no lo estaba Pedro, para l no pareca contar mucho que siguieran reinando en su lugar, de hecho le gustaba, as poda dedicarse a sus pasatiempos predilectos que sus amigos seguan compartiendo con l.
--Miren esto—les deca orgulloso Pedro.
Segua siendo entusiasta de los barcos, algunos haban llegado, barcos extranjeros pero en Rusia no haba quien pudiera hacerlos.
--Debe ser maravilloso navegarlo—deca el joven zar.
--Tal vez algn da puedas—coment Saga.
--Claro, lo har.
Los gemelos no comentaron nada porque ya saban que cuando su amigo deca algo era porque realmente lo hara, no muy bien tal vez desde el principio pero lo lograra sin duda.
--Vamos a dar una vuelta por el barrio extranjero—sugiri Pedro.
--Tal vez no—dijo Saga.
--Qu pasa?
--La verdad es que tu madre nos envi a buscarte, dice que no pasas tiempo suficiente con tu esposa.
--Ya lo hice.
Notaron claramente el tono de fastidio en su amigo, sin duda ese matrimonio que le haban arreglado con Eudoxia Lopujin iba de mal en peor, a Pedro no le interesaba esa esposa tan arraigada a la tradicin y que le gustaba vivir as, no, ellos dos saban bien que su amigo no se dejaba engatusar por ese convencionalismo que desde nio haba rechazado en su pueblo. En cierta forma se consideraban afortunados en ese aspecto, su madre haba fallecido y no haba nadie que les arreglara nada en la vida, eran muy libres de elegir con quien quisieran estar.
Apoyaron finalmente la idea del barrio extranjero y fueron a pasear, no era poco usual que Pedro anduviera de incgnito por las calles pero de todas formas llamaba la atencin, al dejar la adolescencia les sacaba una cabeza de altura a todos y eso que ellos eran altos, no era sencillo andar al lado de un hombre que haca voltear a la gente y siempre se daba a notar.
El tiempo pasaba para todos ellos y en mil seiscientos noventa y cuatro muri la madre de Pedro, dos aos despus muri Ivan V y finalmente Pedro fue el nico gobernante de Rusia, era Pedro I pero an faltaban muchas cosas por conquistar y muchos caminos por recorrer y los gemelos estaban ms que dispuestos a hacerlo. Como zar impuls una serie de reformas para modernizar su imperio, influido por asesores occidentales reorganiz el ejrcito y soaba con el mar, debido a esas reformas que iban en contra de la tradicin hubo conflictos y revueltas pero no iba a permitir que nadie se le opusiera, reprimi con brutalidad cualquier intento de resistencia, la rebelin de los Streltsi, de los Baskires, de los Astracan y los Bulavin, nadie se le opona al zar y sala victorioso.
Tambin en esos das el zar segua soando con el mar.
--Si tan slo tuviramos una salida al mar—deca Pedro.
--Est la del mar Blanco—deca Saga.
--Pero no es suficiente.
--Pues las opciones no son sencillas—dijo Kanon.
Los tres miraban un mapa, era extrao que no supieran de muchas cosas pero de navegacin y geografa saban bastante.
--El Bltico est controlado por Suecia en el norte—dijo el gemelo mayor.
--El mar Negro lo controlan los otomanos en el sur—agreg el gemelo menor.
--Pues tendremos que arremangarnos y ponernos a trabajar—dijo Pedro.
Lo siguiente fueron movimientos de poltica que se dejaron sentir, si el zar quera el mar Negro deba expulsar a los trtaros, para eso lleg a un acuerdo con Polonia en el que les cedan Kiev y lucharan contra Crimea y el sultn otomano.
Corra el ao de mil seiscientos noventa y cinco, las fueras estaban listas para atacar y tomar las fortalezas de Azov pero fracasaron.
--No es el final—deca Pedro.
Los gemelos saban que no, era momento para planear y fortalecerse. De regreso en Mosc, en el mes de noviembre, dio inicio la construccin de la gran armada, incluso el joven zar haba tomado las campanas de las iglesias y los monasterios para fundirlas y hacer caones*; tenan ahora barcos en Rusia aunque de manos extranjeras y treinta naves nuevas y bien equipadas fueron contra los otomanos, esta vez Azov cay, era julio de mil seiscientos noventa y seis; gracias a ese xito el doce de septiembre dos aos despus se fundara Taganrog, la primera base naval rusa.


--No lo comprendo—deca Kanon.
--Pedro no se conforma con esto—dijo Saga—Eso es todo.
--Triunf, tiene su salida al mar.
--Pero quiere una salida al Bltico y tambin quiere que sus barcos no los hagan extranjeros.
--Ya tiene los barcos Qu ms da quien los haga?
--A l le importa.
Los gemelos haban notado que en medio del triunfo a Pedro le afliga lo que viva, era como si se sintiera limitado y eso no le gustaba nada pero no encontraban una salida en ese momento, pero la haba y su zar se las hara saber.
--Tenemos que planear esto—deca Pedro a los gemelos.
--Lo de enviar gente me parece muy bien—deca Saga—Pero la verdad lo otro…
--No tengas miedo Saga, es lo que necesitamos hacer.
--Pero…
--Yo voy—dijo Kanon de inmediato.
--Eso es lo que quiero escuchar—dijo Pedro—Tenemos que movernos para avanzar.
--Me parece precipitado—coment Saga.
--Hablas como los viejos Boyardos, slo te falta la barba.
Con esas palabras Kanon se ech a rer y el gemelo mayor no iba a aguantar eso.
--No es miedo—dijo el hermano mayor—Slo me pregunt por este plan, parece descabellado.
--No lo es—dijo Pedro—Ya vers que no lo es.
Como no vala discutir y l tambin quera ir pues las cosas terminaron de alistarse para algo que ningn gobernante de Rusia haba hecho nunca: marcharse. El plan de Pedro se poda tomar de dos maneras: la primera era que haba enviado a diferentes grupos de jvenes de sus regimientos a varios lugares y por diferentes motivos; a Italia, Venecia y Liorna para que aprendieran de marina, a Holanda para aprender de grandes navos y a Alemania para servir y aprender del ejrcito. Pero la segunda parte era la que despertaba ciertas dudas en Saga. Pedro I de Rusia quera aprender por l mismo, con sus propios ojos y manos para formar a su patria y para eso iba a viajar tambin.
--Slo tenemos que estar listos—deca Pedro—Iremos de incgnito y todos iremos para aprender.
--Si es lo que ordenas…
--Claro que si Saga.
Y se ri con esa confianza tan suya, era mejor prepararse de la mejor manera posible. Siendo as, en mil seiscientos noventa y siete lo que se conocera como La Gran Embajada parti de Rusia para aprender todo lo que necesitaran de occidente, era un rey de veinticinco aos que abandonaba su reino para aprender a gobernar mejor y se senta confiado de hacerlo. Sus victorias sobre los turcos y los trtaros, el esplendor de su entrada triunfal a Mosc, la muerte de su medio hermano Ivan, el encierro de Sofa, sus tropas que eran leales y el respeto que le mostraban todos parecan ser suficiente para poder dejar sus tierras con tranquilidad porque no pensaba en regresar pronto. Dej la regencia en manos de un Boyardo, Strechref y Romadonoski.
El viaje estaba bien programado o al menos pareca estarlo, as que la peregrinacin dio inicio, corra el mes de abril y nadie saba todo lo que veran en esos viajes y todo lo que se podra aprender y llevar a Rusia, los gemelos por su parte no tenan ni idea de lo que iban a encontrar pero su vida estaba por cambiar. Lo primero estaba bien cumplido que era aprender; tambin haba tratado el zar de conseguir ayuda de monarcas europeos para su causa contra los otomanos pero no tuvo suerte en eso, haba muchas otras complicaciones y alianzas pero eso no lo desanim, ni a l ni a sus compaeros.
No logr aliados pero aprendi de la cultura occidental, visit Inglaterra, Francia, el sacro Imperio Romano, Holanda pero especialmente significativas fueron algunas de sus aventuras. Por ejemplo, cuando estuvo en Holanda se qued maravillado en msterdam que era una ciudad grande, poblada, limpia y sobre todo que construa barcos. Tambin fue a una clase de anatoma de Ruysch, vieron la forma en que era diseccionado un cuerpo y les era explicado el mtodo que haba descubierto el clebre mdico para la conservacin de cadveres, varios de sus acompaantes estaban teniendo problemas con eso; los mismos gemelos tuvieron problemas y se les vea en la cara, finalmente Pedro se enfureci de la conducta de su comitiva y actu.
--Todos le darn una mordida al cuerpo—orden el zar*.
Conociendo como conocan a su seor lo mejor era obedecerlo y no preguntar, les podra ir peor. El primero fue Kanon seguido de su gemelo pero no fue sencillo recuperarse aunque eso si, aprendieron de anatoma. Pero seguan observando y tambin enviando artesanos a Mosc pues su gobernante estaba muy dispuesto a llevar a su pueblo a otra poca y necesitaba de gente talentosa para eso.
Pero fue en Francia donde las cosas cambiaron un tanto pues estuvo en contacto con la brillante corte del Rey Sol, haban escuchado tanto de ese sitio que no imaginaban los portentos que veran ah.


En un primer momento Francia no signific nada, no lo hizo porque la corte francesa era demasiado ostentosa o al menos as resultaba a ojos de la embajada rusa, no era para nada lo que esperaban pues cuando escuchaban hablar del Rey Sol suponan una grandeza de tipo diferente pero en su lugar la gente hablaba de cuadros y bailes y ropa y libros y cosas por el estilo, para ellos que iban en bsqueda de elementos ms tcnicos que artsticos esas cosas quedaban en segundo trmino y estaban dispuestos a marcharse de un sitio en el que aparentemente no encontraran nada pero si encontraron algo. Al menos Saga y Kanon lo hicieron.
El asunto fue ms bien accidental, antes que nada Pedro ya estaba harto de esos modales afectados, se encontraba muy dispuesto a marcharse pero result que encontr algo que si llam su atencin. Estaban paseando por los jardines de Versalles slo un grupo selecto de la embajada, no podan entrar todos pero unos cuantos bastaran, cansados como estaban de la rigidez y charla sin sentido haban salido a los jardines donde haba pequeos grupos de cortesanos que al verlos callaban y al alejarse murmuraban entre ellos.
--Este sitio es para morirse de aburrimiento—acus Kanon.
--Harn esto todo el da?—pregunt Saga.
Pero misteriosamente Pedro no les prestaba atencin a sus quejas sino que las ignor y con pasos veloces se dirigi a un lado, los gemelos apenas si pudieron seguirle el paso pero lo alcanzaron, se detuvieron cuando vieron a su amigo y zar inclinarse muy interesado por algo. Haba un hombre que ya se vea mayor trabajando ah.
--Cmo lo hizo?—pregunt Pedro de inmediato y bastante sorprendido.
El hombre estaba sorprendido de que le hablara tan directamente un caballero tan bien vestido y tambin de su tamao.
--Pues…pues…
--Slo dgame cmo lo hizo—dijo Pedro.
El asunto era que el seor estaba trabajando en los jardines y el zar lo haba visto poner en funcionamiento una de las fuentes*.
--Yo lo ignoro monsieur—dijo el hombre—A m se me orden abrir las llaves, eso es todo.
--Quin sabe como funcionan?—preguntaba el zar.
--Pues... Chevalier du Glaces, l sin duda y…tambin…
--Tambin?
--Monsieur de Sirne.
--Dnde los encuentro?
--Lo ignoro monsieur.
Aparentemente las noticias estaban contrariando al zar pero como se daba cuenta que el pobre hombre de verdad no saba y se estaba intimidando por su presencia supo que era mejor tomar otra ruta de accin.
--Saga, Kanon—los llam.
Los gemelos estaban prestos a hacer lo que les dijera.
--Quiero que encuentren a esas personas—dijo Pedro—Quiero saber como funciona esto.
La verdad era que estaba impresionado, cuntas cosas podran hacerse si con slo abrir una pequea llave brotaba agua. Sus amigos se dispusieron a poner manos a la obra de inmediato pues cuanto antes tuvieran noticias ms pronto partiran. Como Pedro deba atender algunas cosas con el resto de la embajada y confiaba en ellos los dejaba actuar libremente. Los dos estaban de acuerdo y cada uno empez a hacer sus averiguaciones, no fue tan rpido ni tan sencillo como les hubiera gustado pero al final lograron algo, aparentemente esas dos personas deban estar en el mismo sitio, les indicaron que sin duda se encontraban en un lugar.
--Deben estar en el Chteau de Musique et de Danse.
Por las seales estaba cercano al Louvre y a Palais Royal, tuvieron que ponerse en marcha y llegaron al sitio que necesitaban, se vea elegante pero a ellos dos les daba la impresin que los franceses se ocupaban demasiado de cmo lucan las cosas en lugar de que funcionaran para algo, de todas formas llegaron y lo que vieron los dej un poco sorprendidos: el sitio estaba lleno de gente. Al entrar a la antecmara haba gente esperando, aguardando por hablar con alguien aparentemente, se vean pretendientes que solicitaban favores, caballeros de provincia con esperanzas, sirvientes con mensajes de sus seores. Todos aguardaban aparentemente y ellos dos no estaban seguros de que hacer, fue en medio de eso que un ayuda de cmara que conoca bastante bien los rostros de los que regularmente iban reconoci de inmediato que los recin llegados no eran habituales de la casa. Los gemelos explicaron velozmente sus motivos para estar ah, el ayuda de cmara se mostr comprensivo y prometi dar sus nombres en cuanto fuera oportuno, claro que para eso se apoyaron en ser enviados del zar.
Pasaron un buen rato de esa forma, observaban todo y a todos y la verdad era que los otros tambin los miraban pero tenan mucho cuidado de hacer cualquier seal sobre lo que pensaban pues aparte de extranjeros se les vea que no dudaran en responder a la menor provocacin; los hermanos por su parte se aburran terriblemente hasta que a punto de caerse de sueo escucharon en voz fuerte y clara de un lacayo:
--Monsieur du Glaces espera a messieurs Geminovich.


Con se anunci todos guardaron silencio, los dos hombres de cabello azul y ojos verdes pasaron en medio del silencio general y entraron a la habitacin en la que se encontraban dos personas, una era de ojos y cabellos azules y la otra era de ojos rosas y el cabello violeta, los recibieron con una atenta reverencia y de inmediato el de ojos azules tom la palabra.
--Sean bienvenidos en qu podemos ser tiles a los servidores y emisarios del augusto gobernante de todas las Rusias?
Por unos segundos los gemelos no tuvieron ni la menor idea de lo que les estaban diciendo y parecan desconcertarse de su pregunta.
--En qu podremos tener el honor de honrar a los emisarios del zar?—pregunt el de ojos rosas.
--Yo soy Saga y l es mi hermano Kanon—dijo finalmente el gemelo mayor.
Los otros dos apenas si compartieron una mirada pero la respuesta no se hizo esperar.
--No creo que sea apropiada su presentacin—coment el de ojos azules.
--Yo me encargo de esto—dijo en voz baja el de cabello violceo.
--Es…--trat de decir Kanon.
Pero con un gesto de su mano el de ojos azules lo interrumpi.
--No es la forma apropiada de presentarse.
El gemelo se qued desconcertado por un instante pero el otro continu.
--Tiene tarjeta de presentacin? Es la forma de conseguir una audiencia, a menos que furamos presentados con anterioridad pero puedo asegurarle que no es as, lo recordara y segn veo nadie lo enva—dijo el de ojos rosas.
--Es una comisin del zar Pedro Aleksyevich—dijo con dignidad el gemelo menor.
Eso no impresion al de ojos azules, ya haba escuchado esa parte pero no vea nada que respaldara esa afirmacin pero de todas formas la educacin se antepona a sus pensamientos.
--Le doy la bienvenida como emisario de su majestad el zar de todas las Rusias Pedro Aleksyevich.
El de ojos azules no slo hizo una breve reverencia, tambin se le qued mirando como si esperara por algo.
--A quien tengo el honor de conocer siendo un enviado de su majestad el zar?
--Soy Saga Geminovich—dijo el gemelo.
--Muy bien, parece que vamos progresando.
Sin duda se estaban tomando todo como si fuera una escena en la que los gemelos deban ser guiados para representarla bien y la verdad no les estaba gustando nada, esos franceses eran demasiado pedantes.
--Tan slo venimos porque necesitamos hablar con messieurs Glaces y Sirene—dijo Kanon.
--Es Monsieur du Glaces y Monsieur de Sirne—dijo el de ojos rosas marcando la diferencia al pronunciar sus nombres pues el hermano menor lo haba hecho mal.
--Soy Camus Chevalier du Glaces, Monsieur de Verseau (4) y l es Monsieur Sorrento de Sirne (5) Qu cartas tienen para ser emisarios de su alteza serensima el zar Pedro de todas las Rusias?
--El zar nos envi—dijo Saga.
Pero el de que se llamaba Camus lo dudaba seriamente y se le vea en la mirada.
--Vienen en la gran embajada?—pregunt Sorrento.
--As es—respondi Kanon.
De repente las cosas tuvieron un poco ms de sentido y se relajaron un poco, al menos Sorrento fue ms expresivo en ello pues Camus segua con un aire bastante rgido.
--El zar tan slo desea saber sobre el funcionamiento de las fuentes—dijo directamente el gemelo mayor.
--Nosotros lo diseamos—respondi Camus.
--Y fue un trabajo para sentirnos orgullosos—coment Sorrento—Nos sentiremos honrados de poder explicar a su augusto soberano al respecto.
--Entonces vayamos a buscarlo—dijo Kanon.
--En este momento nos es imposible—dijo Camus—Tenemos compromisos que atender.
--Hay gente con la cual hablar y esta noche tendremos una presentacin—dijo Sorrento—Pero si nos hicieran el honor de su visita nos sentiramos por dems honrados.
Los hermanos se miraban entre ellos, no entendan a ese par delante de ellos y de hecho pareca que los otros dos tampoco los entendan mucho.
--Por qu no simplemente nos acompaan?—pregunt Saga.
--Tenemos compromisos que atender y la reunin de esta noche fue planeada por semanas, no podemos hacerla a un lado—respondi Camus.
--Entonces A qu hora debemos estar aqu?—se resign a cuestionar Kanon.
--La reunin empieza a las siete de la noche—dijo Sorrento—Ser un honor su presencia.
Los dos franceses hicieron una reverencia irreprochable que los hermanos respondieron de la mejor manera posible y se retiraron pero tenan comentarios que hacerse.
--Cmo un zar tiene a semejantes enviados?—pregunt Camus abiertamente.
--He escuchado que el zar est de incgnito—dijo Sorrento—Todo debe ser para despistar a los inoportunos.
--No confiara en ellos dos para tratar como mis embajadores.
--Hay que alistarnos, un gobernante vendr esta noche.
Eso termin por dejar a un lado a los gemelos que se sentan an un poco confundidos con la escena pero al menos haban conseguido lo ms importante: Pedro tendra el conocimiento que les haba enviado a buscar.


Esa noche los tres hombres se dirigieron al lugar que deban, haba varias personas elegantemente vestidas a la usanza del reino y los recin llegados se sentan un tanto extraos pero muy observadores para aprender todo lo que pudieran, pareca ser gente muy sofisticada esa que se reuna pero de todas maneras tendran que pasar ah un tiempo si queran saber lo de las fuentes. Fueron recibidos y llevados a una sala que haba sido acondicionada como una especie de escenario, estaban adelante y aunque se supona que no deban saber quienes eran pareca que todos se daban cuenta que los estaban tratando con mucha cortesa, tomaron los lugares que les indicaban y aguardaron pero seguan sin saber qu iba a pasar.
Lo siguiente fue algo que nunca haban visto, reconocieron entre varios msicos a ese joven de cabellos violetas, no slo estaba al frente de los otros sino que adems tocaba algunas partes completamente solo; unos momentos despus aparecieron otros muchachos pero no tocaban, estos bailaban y lo hacan de una manera muy distinta a cualquiera que hubieran visto en su tierra natal. Saga no dejaba de observar a Camus que haca esos movimientos tan distintos pero eran hermosos, de alguna manera le pareca que lo eran y no apart su mirada verde de ese joven tan esbelto que dominaba todo el lugar a sus ojos; en cuanto a Kanon no poda escapar de la msica que estaba interpretando Sorrento, era hermosa y le daba la impresin que nunca dejara de escucharla si se lo propusieran, era un hombre muy especial para poder lograr algo como eso en l.
Terminada la presentacin la gente aplaudi pero nadie con ms entusiasmo que los gemelos, incluso al zar pareca haberle gustado lo que vio, pero la gente hablaba y se acercaba a Camus y a Sorrento que sin duda eran el centro de todo lo que haban visto esa noche, incluso escucharon algunas cosas que comentaban entre los otros invitados y si bien no estaban seguros sobre su importancia si comprendan que era importante por alguna razn.
Resultaba que ambos eran parte de la Academie Royale de Musique et de Danse, justamente llamaban al hogar de Camus de una forma similar por su compromiso con el sitio, tambin supieron que el padre de Camus haba sido un hombre destacado en el baile y no slo eso, haba sido amigo personal de Lully y que aos atrs haba bailado al lado de este y del propio Lus XIV en los ballet de la corte hasta el ao de mil seiscientos sesenta y nueve en el ballet Flora que era de Lully y Moliere, esa fue la ltima aparicin del rey en un ballet (6).
As pues Camus estaba muy bien relacionado con la corte, era un excelente bailarn que era algo bastante apreciado por el rey y segn decan bailaba incluso mejor que su padre, adems era un estudioso y se le consideraba uno de los caballeros ms elegantes y cultos en una corte que se consideraba culta y elegante. En cuanto a Sorrento las cosas eran un poco diferentes pero igualmente notables.
El joven Sorrento provena de una familia de orgenes en Npoles (7) pero haban formado su fortuna en Francia, el padre haba sido un magnifico banquero y comerciante que logr notoriedad impulsando el arte, desde muy pequeo el de los ojos rosas haba mostrado sus habilidades para la msica, tanto que se le haba considerado un prodigio pues tocaba la flauta con excelencia aunque tambin tocaba otros instrumentos, adems de eso haba sido educado por el propio Lully al lado de su hijo menor Jean-Louis (8).
Pero eso no importaba tanto en comparacin a lo que esperaba Pedro I que le dijeran, no a l al menos aunque tal vez no estuviera mal eso de tener unos artistas y que ensearan tambin ese aspecto en Mosc. Pero primero lo primero y para eso tuvieron que esperar pues la gente segua presente y si bien pudieron hablar unos minutos no fue de manera tan privada como les hubiera gustado aunque finalmente fueron llevados a una habitacin contigua con discrecin en la que los esperaban justamente los anfitriones de esa noche.
De inmediato los dos jvenes artistas, que ya se haban cambiado de traje, se inclinaron formalmente ante el zar con gracia y elegancia, pero no se movan, de hecho no lo haran hasta que el caballero de mayor rango, en este caso Pedro, les hablara.
--Fue interesante lo que hicieron—dijo el seor de Rusia.
--Nos sentimos honrados y complacidos de su presencia—dijo Camus.
--Es un honor poder recibirles—dijo Sorrento.
--Nos dijeron que ustedes dos eran quienes saban sobre el agua y las llaves—dijo de inmediato Pedro.
--Diseamos el sistema—dijo Camus.
--Podremos mostrarle mejor como funciona—dijo Sorrento.
Fueron a una mesa en la habitacin en la que se extendan unos planos y procedieron a explicarles de forma directa y concreta sobre el tema, sin duda eran hombres de talento pues si llegaba a haber una duda la respondan con prontitud y sencillez hasta que no quedaba nada de duda, de todas maneras no era posible que lo explicaran todo en un par de horas, se necesitara ms tiempo y para eso se form un plan.
--Lo que me dicen es interesante—deca Pedro—Necesito que sea bien comprendido esto.
--Si necesitan apoyo en cualquier cosa con gusto los ayudaremos—dijo Camus.
--Ser un honor apoyar a Pedro Migueloff (9)—dijo Sorrento.
Intencionalmente el joven de ojos rosas haba utilizado el sobrenombre con el que viajaba el zar pero todos se daban cuenta que saban quienes eran realmente y sin embargo estaban dispuestos a guardar silencio al respecto.
--Debern aprenderlo—dijo Pedro a sus amigos—Debern aprender todo lo que ellos les enseen.
Por unos momentos los gemelos no estuvieron seguros de qu hacer o decir pero como su amigo y zar los miraba de frente tan slo pudieron aceptar de un movimiento, desde ese instante tendra que estar al lado de esos dos hombres que hasta ese momento los tenan en una situacin que les resultaba complicada ya que no podan dominarse como siempre.


As dieron inicio las reuniones pero de diferente humor para ambas partes, los de Francia tuvieron que rehacer sus compromisos para hacerse tiempo aunque estaban seguros que la situacin no sera permanente mientras que los venidos de Rusia no terminaban de convencerse sobre la forma de proceder, finalmente se dijeron que estaban ah para aprender y eso haran justamente. Dieron inicio las reuniones en la propiedad de Camus, lo hacan en privado y procuraban no perder el tiempo pues Camus y Sorrento tenan la impresin de que esos dos hombres estaban ansiosos por aprender y marcharse.
En la parte de aprender era ms que cierto pero lo de marcharse no tard en ser cuestionado por los gemelos justamente. El asunto era que a los dos Geminovich empez a gustarles estar cerca de personas que les resultaban tan diferentes y por diversos motivos.
Saga no haba tardado en notar que ciertamente Camus era rgido y no muy expresivo pero eso era nicamente en conversaciones generales, cuando era algo que le interesaba se poda ver esos ojos azules brillantes de emocin, similar a cuando bailaba, pona todo su ser en ello y no haba forma de reprocharle su comportamiento de ninguna manera, era un miembro de la corte del Rey Sol, haba crecido bajo la rgida etiqueta de Versalles y por eso actuaba como lo haca. Incluso cuando rea pareca que era diferente, en alguna ocasin el gemelo mayor escuch una broma de Sorrento, mientras su hermano y l rieron bastante ruidosamente el de ojos rosas ri con suavidad y Camus se ri pero de una forma particular, casi sin hacer ruido y por unos segundo contados para despus guardar silencio de nuevo. Pero le haban gustado esos segundos de verlo rer.
Kanon por su parte vea y vea al encantador Sorrento porque para l no haba otra manera de definir a ese muchacho, era encantador, tena una presencia nica y brillante, aparentemente no se hubiera distinguido entre varias personas pero la verdad era que si, siempre se notaba sin importar que no hiciera nada, era ms abierto que otros miembros de la corte pero tal vez era por su sangre napolitana como l mismo deca, sangre de aventurero, nadie hubiera podido hacerle un reproche sobre su conducta en pblico pero en privado se permita ser ms libre y natural, obedeca la etiqueta cuando deba hacerlo pero no ms, prefera seguir con su propia vida en privado. Y para el gemelo menor era ms encantador a cada instante.
Las cosas tuvieron que ir ms aprisa de lo que pensaban los hermanos cuando su amigo los llam un da y les dio a conocer dos resoluciones sobre ese viaje.
--Es momento de continuar—dijo Pedro.
Los gemelos no parecan alegrarse con esas noticias.
--Qu les pasa?—preguntaba Pedro—Pens que queran irse de este sitio lo ms pronto posible.
--Es… es slo que no terminamos de aprender todo sobre el sistema de las fuentes—dijo Saga.
--Sobre eso tengo un plan.
--Cul?—pregunt Kanon.
--Cuando nos vayamos quiero que convenzan a du Glaces y a Sirne de ir a Mosc.
--Qu?—preguntaron a la vez los gemelos.
--Creo que los dos ayudaran mucho, ensearan sobre muchas cosas, las fuentes, como vestir, la msica, el baile, todo eso, quiero que vayan a Mosc.
--Pero Cmo haremos eso?—preguntaba el gemelo mayor.
--Yo que s, slo hganlo.
--Pero…pero…--trataba de decir el menor de los gemelos.
--Promtanles lo que sea necesario—dijo el zar—Pero quiero que vayan.
Esas palabras eran definitivas y lo saban los hermanos pero no encontraban un plan que les permitiera llevar a cabo ese proyecto aunque por otra parte la simple idea de que hubiera una posibilidad de que esas dos personas no se separaran de su lado era bastante grata. Era momento de echar a trabajar su ingenio y encontrar una manera de cumplir con los deseos de su amigo y zar y al mismo tiempo cumplir con los suyos, era como una ganancia doble; sin embargo no tenan la menor idea de lo que pensaran los otros dos hombres que entraban en esa cuestin.


--Por ms honrado que me sienta por su propuesta me temo que me es imposible aceptarla—deca Camus.
--Por qu?—preguntaba Saga.
--Tengo compromisos que atender y deberes en la corte, no puedo dejarlos todos a un lado para ir a Mosc, lo lamento pero no es posible.
--Ser un favor para el zar.
--Lo comprendo pero no me es posible y le ruego que no insista.
Pero Saga insista, no lo haca solamente porque era un encargo de Pedro, lo haca tambin porque realmente l quera que Camus fuera a Mosc cuando ellos se marcharan, no quera dejarlo. Pero Camus no pareca ceder. Por su parte Camus senta la presencia de Saga, era diferente a las ocasiones anteriores pues se encontraban a solas y en privado, se daba cuenta el de ojos azules que ese hombre a su lado era diferente de cualquiera que hubiera conocido y no slo por ser un extranjero, no era eso, haba tratado con extranjeros y no era por eso, se trataba de algo distinto. Era el hombre ms varonil que hubiera conocido, en ese mundo que l se mova todo estaba reglamentado y delimitado, se buscaba un estilo refinado que se acercaba a lo femenino; sin embargo con Saga era diferente, l segua siendo un hombre, uno fuerte y con cierto aire salvaje que conservaba de su propia tierra…y le gustaba.
No era como ningn compaero que hubiera tenido antes pues el joven bailarn haba tenido algunos compaeros, personas seleccionadas de criterios muy definidos, nadie haba estado con Camus sin haber pasado una especie de pruebas delimitadas por el de ojos azules; con Saga nada de eso vala, no importaba cuando estaba tan cerca y perciba con total claridad su fuerza, su calor, el aroma de su piel y lo estaba turbando que fuera de esa manera, tena que alejarse de l.
--Creo que debe retirarse.
Sin embargo el gemelo no pensaba en retirarse, tom a Camus por la cintura y lo atrajo contra l, el de ojos azules se sorprendi y trat de apartarse pero no pudo, Saga no perdi el tiempo, de inmediato busc el rostro del hombre delante de l y lo bes directamente en los labios. Los primeros segundos no fueron sencillos, pareca que Camus buscaba una forma de separarse pero Saga no lo dejaba ir, para asegurarse que no se marchara el gemelo lo acorral entre sus brazos y la mesa en la que haban trabajado.
Cuando el de ojos azules se dio cuenta estaba sobre la mesa y el hombre a su lado se encontraba casi sobre l entre sus piernas, por unos momentos su cuerpo gan y no pudo reprimirse de gemir ni de frotar sus caderas contra el cuerpo del otro, Saga lo sinti y sin duda estaba dispuesto a ms pero no pudo continuar. Camus logr separarse e incorporarse un poco aunque en ningn momento lo rechaz.
--Ser mejor que se vaya—dijo el de ojos azules.
--Camus…
--Por favor, debe dejarme.
Lo dijo de una forma que no permiti a Saga continuar, saba que slo poda obedecer y lo hara.
--Me retiro—dijo Saga.
Unos momentos despus Camus se encontraba a solas y no pareca poder recuperarse de lo que terminaba de suceder.


Por su parte Kanon y Sorrento seguan con su recorrido, ellos se haban separado de los otros dos pues el de ojos rosas haba sugerido que sera una buena idea que uno de los hermanos viera las tuberas mientras el otro estudiaba, de inmediato el gemelo menor se haba ofrecido a ir. Ya haban visto esa parte y sin duda el de ojos verdes haba aprendido bastante pero no slo sobre el sistema de las fuentes, tambin del joven a su lado y era por eso que haba dicho la propuesta sobre Mosc.
--No podra marcharme—dijo Sorrento—Lo lamento pero sera un gran cambio y no me siento capaz de hacerlo en estos momentos.
--Al zar le interesa que vayan—dijo Kanon.
--Y me complace y me halaga pero tengo una vida aqu, mis amigos estn aqu, no podra irme a lo desconocido sin tener algo en que apoyarme…o alguien.
Esas palabras parecan muy claras para alguien como el gemelo, al menos le gustaba creer que esa conversacin estaba tomando un giro favorable para l y slo para l.
--Si hubiera alguien a su lado aceptara?—pregunt Kanon.
--Tal vez—respondi Sorrento mirndolo de forma especial.
--Qu otras condiciones impondra para el viaje?
--Supongo que estabilidad, un sitio para vivir, me gustara seguir con un trabajo como el que hago aqu.
--Debera construirse un sitio adecuado como para ests presentaciones.
--Sera hermoso.
Y siguieron charlando por unos momentos de proyectos que no saban si seran siquiera posibles pero no importaba tanto cuando los dos ya se haban dado cuenta claramente de algo: le gustaban a ese hombre que a su vez les gustaba. No era algo muy secreto pues ya se haban dado ciertas miradas entre los dos, ocasionalmente unas sonrisas pero era la primera vez que estaban en condiciones de discutirlo, ya que podan no estaba mal hacerlo.
--La propuesta es interesante—dijo Sorrento—Pero siendo sinceros me intimida un poco hacer un viaje tan largo sin saber que voy a encontrar.
--Rusia es un lugar hermoso, no lo dude por favor—coment Kanon—Tiene una belleza que nunca ver en otro sitio.
--De verdad?
--Se lo aseguro.
--Confiar en su palabra—dijo el de ojos rosas sonriendo.
Como esa sonrisa le pareci una invitacin al de cabello azul no vacil en hacer un movimiento, se acerc a Sorrento y tom su rostro entre sus manos para acercarse sin ms y besarlo en los labios, el de cabello violeta no se opuso sino que respondi al beso y fue por eso que el de ojos verdes se sinti confiado para hacer algo ms y fue empezar a pasar sus manos por encima de la ropa y no encontraba que al joven entre sus brazos le molestara.
--Kanon…Kanon…--deca con voz trmula el de ojos rosas--Qu te gusta de m Kanon?
--Que eres lo ms hermoso que haya visto en mi vida.
A esas palabras Sorrento se separ de un movimiento algo brusco y miraba al gemelo con enfado.
--As que es por eso—dijo con enojo el joven msico.
--Qu pasa?—pregunt confundido el gemelo.
--Eres igual a todos, eso es lo que pasa.
Sin una palabra ms el de cabello violeta se march de regreso a la propiedad dejando confundido al otro que no saba que era lo que haba sucedido ni mucho menos lo que haba molestado al de Sirne.
No eran buenas noticias la de los gemelos de ninguna manera, para empezar porque no los haban convencido sobre la propuesta de Mosc, lo ms importante era que esos dos hombres no parecan querer nada de ellos.


Cuando los hermanos volvieron a verse tenan una expresin lo suficientemente parecida para que se dieran cuenta que las cosas no haban salido bien, nada bien para ninguno de los dos.
--Qu sucedi Saga?
--Camus no acept Kanon.
--Tampoco Sorrento.
Pero no pareca que eso fuera lo que ms les interesaba aunque de alguna manera ambos decidieron que era mejor no comentar el resto de lo sucedido, eso tendran que resolverlo por su cuenta de cierta forma y ya estaban contra el tiempo: Pedro haba decidido continuar con su viaje, tenan que llegar a Inglaterra y el zar no iba a esperar por nada ni por nadie. Los gemelos estaban concientes de eso as que si deseaban terminar con esa escena que ms bien les pareca inconclusa tendran que darse prisa, su amigo caminaba demasiado aprisa como para pretender detenerlo. Ya fuera que lograran convencer a los otros dos jvenes o no tenan que verlos de nuevo.
Pasaron ms de veinticuatro horas para que se vieran nuevamente pero no fue sencillo encontrarse, Camus como siempre estaba rodeado de personas que pedan hablar con l mientras que Sorrento pareca no tener paradero pues nadie tena idea de donde se encontraba. Siendo as Saga fue un poco ms afortunado en lograr hablar con el bailarn de ojos azules que pudo darle unos minutos solamente.
--Es verdad que se marchan?—preguntaba Camus.
--Lo es, hemos aprendido lo que era necesario y debemos continuar—respondi Saga.
--Es una lstima, tan slo me resta desearles buen viaje.
--Gracias
Por unos instantes nicamente guardaron silencio pero no podan seguir de esa manera, los dos lo saban.
--Tal vez sea mejor que me retire—dijo Saga—Debo decirle adis.
--Hablemos despus—dijo Camus—Con calma y en privado.
--Yo…
--Est por marcharse, tal vez sea la ltima vez que podamos charlar.
--Muy bien.
--Lo espero en la antecmara a las siete, ya no habr nadie a esas horas.
--Estar aqu a las siete.
Se despidieron en ese momento pero sabiendo que se veran de nuevo en unas horas.
Por su parte Kanon haba tratado de localizar a Sorrento pero no poda, era como si el joven de los ojos rosas no quisiera ser encontrado y fue ms bien un movimiento decidido el que hizo al gemelo saber donde podra verlo. Un sirviente de librea se present ante l con un mensaje. Al leerlo el gemelo supo de quien se trataba.
--“Apreciable Monsieur Geminovich: No olvide despedirse de quienes le son sinceramente amigos, ms cuando est por partir, espero que pueda dirigirme unas palabras antes de su marcha, le espero a las nueve en mi casa, por favor asista. Monsieur de Sirne.”
Claro que iba a ir, no pensaba siquiera en dejar pasar la oportunidad, era excelente poder ver a Sorrento aunque fuera para despedirse.
Los hermanos se vieron unas horas antes de sus respectivas citas pero no comentaron mucho al respecto, siempre haban sido muy unidos pero tratndose de esos nuevos sentimientos en su interior no eran capaces siquiera de decirse a ellos mismos lo que sentan, mucho menos eran capaces de decirlo a otra persona aunque fuera su propio hermano gemelo. El tiempo transcurra y aparentemente nada suceda pero si que lo haca, los corazones de ambos temblaron al ver aproximarse la hora en que los esperaban. Siendo as el primero en marchar a su encuentro fue Saga, su cita despus de todo era dos horas antes, estaba listo fuera lo que fuera que se presentara de ese encuentro. Dos horas despus que l sali Kanon, deba dirigirse a Place Royale que era donde tena su casa Sorrento, no saba que le dira pero esperaba que al tenerlo delante de l al menos podra decirle adis.


Antes de que se escucharan las campanadas que indicaban la hora prxima, las siete de la noche, Saga estaba ya en casa de Camus, le llamaba la atencin poder ver ese sitio sin nada de gente pues mostraba todo lo que no haba tenido tiempo de ver, los cuadros, los tapices, un elegante sitio que mostraba el sentido del espacio en la poca de esa corte y sobre todo el toque de Camus en todo ello. No tard en aparecer un sirviente que de inmediato lo gui a otra habitacin, no en la que se encontraban por lo regular pero daba la impresin de ser ms privada, encontr al de ojos azules esperndolo y no pudo sino sonrer al verlo.
--Que nadie nos moleste—orden Camus—Cualquiera que pregunte por m no estoy comprendido?
El sirviente se inclin y no tard en desaparecer, ambos estaban a solas de nuevo y no parecan muy seguros de lo que deban decir, estaba claramente en ambos el recuerdo de lo sucedido en su ltimo encuentro a solas.
--Bienvenido—dijo formalmente el de ojos azules.
--Gracias—respondi el de ojos verdes.
El gemelo no poda menos que preguntarse si realmente era el carcter de Camus o se trataba simplemente de su educacin lo que le ayudaba a mantenerse impasible ante todo lo que se le presentara.
--Le doy las gracias por aceptar venir—continu Camus—Comprendo que su viaje no tardar en reanudarse.
--As es.
--Debo ser directo monsieur Geminovich, despus de lo sucedido entre los dos necesitaba explicarme con usted, debo decirle que lo ocurrido no es comn en m y que jams haba actuado de forma semejante con nadie. Le pido humildemente que me disculpe por lo ocurrido.
El gemelo no terminaba de creerlo Le estaba pidiendo disculpas? Era momento de aclararle algo.
--No necesito que se disculpe—dijo el de ojos verdes—Yo fui quien busc que pasara pero debo decirle algo: me disculpo por m proceder pero no me arrepiento de haberlo hecho. Nunca me arrepentira de tenerlo en mis brazos.
Aunque esper por una respuesta esta no lleg, tan slo le qued atestiguar como el bailarn se ruborizaba y dejaba de mirarlo de frente.
--Me hubiera gustado que viniera a Mosc—continu Saga—Me hubiera gustado porque hubiera logrado grandes cosas para mi tierra pero me hubiera gustado an ms porque podra haber seguido a su lado…podra haberlo convencido de mis sentimientos.
--Pero es momento de su partida—dijo a media voz Camus.
--Si, gracias por todo, gracias. Es mejor que me retire.
--Espere, yo aun tengo cosas que decirle.
Era verdad, en las horas anteriores Camus haba estado meditando en esa reunin y se haba decidido a todo lo que podra decir sobre lo sucedido entre los dos pero en ese instante no pudo hacerlo pues al quedar de nuevo delante del gemelo este lo miraba solamente, le pareci que iba a seguir hablndole en el mismo tono de cortesa y no quera escucharlo, lo que deseaba era diferente en esos instantes.
Saga no pudo resistirse, Camus lo era todo en ese momento, era ms de lo que hubiera esperado de la vida y no lo perdera si era el nico instante que demostraba una brecha en su impenetrable armadura de modales y seriedad, por eso se acerc a l con determinacin para cercarlo con sus brazos y atraerlo contra su cuerpo, no tardaron en besarse y estrecharse; hasta ese momento el de ojos verdes no hubiera imaginado siquiera el tipo de hombre que era el de ojos azules en la intimidad pero no iba a tardar en descubrirlo.
Tuvieron que dejar esa habitacin para ir a una ms privada, a la recmara del joven bailarn, estaban a solas pero seguros de seguir sus emociones, fue por eso que volvieron a buscarse con los labios y las manos, fue justamente por esa bsqueda que la ropa empez a ser descartada y al quedar medio desnudos llegaron a la cama; el de cabellos azules y ojos del mismo color no tuvo problemas en quedar sobre su espalda mientras el gemelo se colocaba sobre l y no dejaba de acariciarlo, era hermoso y no quera perder un slo momento a su lado.
Camus no se negaba a nada, lo dejaba que continuara y le corresponda moviendo su cuerpo de una manera que excitaba a cada segundo ms y ms al otro hombre, cuando el gemelo qued desnudo no dud en hacer lo mismo con su encantador bailarn, lo observ por unos instantes y se qued absorto por unos segundos nicamente mirndolo, entonces el de ojos azules estir una de sus manos y con ternura acarici el rostro del hombre sobre l.
--Saga…
Pero el gemelo no le permiti decir nada ms, de nuevo estaba sobre l besndolo y excitndolo con su cuerpo y su calor, con esos labios que probaban sus propios labios y el resto de su cuerpo, pasaban por su cuello y llegaban a su pecho, todo lo permita porque le gustaba, era perfecto y sensual ese hombre sobre l y no iba a detenerlo de seguir. Saga ciertamente no pensaba en detenerse, de hecho no pensaba, tan slo senta a Camus entre sus brazos y se estimulaba con su presencia, tena que sentirlo, deba tenerlo en ese momento.
El de ojos azules busc ms de ese cuerpo, tom por unos instantes el erguido sexo del de ojos azules pero no buscaba que terminara, tan slo quera persuadirlo para que lo deseara ms a cada momento; no estaba mal encaminado en eso pues el de ojos azules se arqueaba y gema mientras segua siendo tomado por la hmeda y complaciente boca de ese gemelo. Despus de unos momentos as tuvo que dejarlo aunque su compaero no pareca muy convencido de que lo hiciera y quizs fue por eso que busc que su compaero de ojos verdes quedara recostado sobre su espalda mientras l se colocaba encima y besaba su cuerpo para descender sin problemas y ser quien tomara ese sexo que ya estaba erguido pero quera complacerlo.
Por unos instantes Saga se qued muy quieto y casi sin saber qu hacer, nunca haba sentido nada con nadie como lo que estaba experimentando con Camus en ese instante, no podra decir si era porque se trataba del joven francs o porque en verdad estaba haciendo algo increblemente delicioso con su boca por lo que ni siquiera hablaba, fuera lo que fuera no tard en ponerse en manos del de ojos azules que no dejaba su labor y pareca bastante experimentado en el rea, mova sus labios y su lengua al grado que dejaba sin voz al de ojos verdes y tan slo poda apretar las sbanas con fuerza entre sus dedos hasta que casi alcanzaba su culminacin pero no pudo.
El de Francia se haba detenido por completo y lo observ por unos instantes para despus besarlo en los labios con suavidad, por unos segundos el gemelo le respondi de la misma forma hasta que lo estrech con fuerza entre sus brazos y lo hizo quedar de nuevo bajo su cuerpo pero no iba a esperar por ms, ese joven de ojos azules lo haba dejado a un paso del clmax y no perdera ms tiempo; al quedar sobre su espalda el que bailaba sinti como el otro hombre no dudaba en hacer lo que quera y separ sus piernas de un movimiento un tanto fuerte y seguro para acariciarlo justamente en su masculina entrada con un tanto de premura y deseo, sinti como lo penetraba con sus dedos y por lo mismo no pudo evitar gemir mientras se arqueaba bajo sus caricias.
Al ver la forma en que le responda el gemelo mayor no quiso aguardar por ms, ya no iba a esperar, se coloc sobre Camus y en un par de movimientos estuvo dentro de l. En un primer instante el de ojos azules se sinti un poco violentado por las acciones del otro hombre pero en cierta forma le haba gustado y por eso no se opuso a nada cuando sigui movindose de forma un tanto ruda, tan slo le tom un poco de tiempo acostumbrarse y empezar a responder a esas embestidas que lo hacan gemir primero en voz baja para despus ser ms abiertas sus exclamaciones; al escucharlo y sentirlo mostrarse tan dispuesto y a gusto el de ojos verdes se sinti complacido, triunfante, no poda negarse que estaba orgulloso de ver al fro caballero responder de esa forma en la intimidad y que todo era por l, lo estrechaba con ms fuerza sin dejar de entrar en su cuerpo continuamente buscando llevarlo a su culminacin.
Por unos momentos Camus sinti que estaba prisionero pero no quera escapar, que lo estaban sometiendo y no quera verse libre, ese hombre de ojos verdes segua hacindolo suyo y no se le resista en nada, no impuso condiciones de ninguna manera y nunca haba sido tan sumiso ante nadie pero no lo poda evitar, en cierto momento le pareci que todo l vibraba mientras el gemelo presionaba en su interior en el mismo sitio hasta que no pudo contenerse; Saga se senta de manera similar, pareca que respiraba con dificultad conforme se aproximaba a su propia satisfaccin, busc el sexo de su compaero para atenderlo mientras segua poseyndolo con pasin, de alguna manera sinti que era el final, estuvo seguro cuando escuch al francs gemir con fuerza y sinti su esencia sobre su mano. Ante eso no pudo contenerse y alcanz el xtasis un instante despus en el interior de ese cuerpo que lo haba complacido como nunca en medio de exclamaciones de placer.
Se quedaron recostados por un largo rato sin decir nada y ni siquiera mirarse, tenan que recuperarse y necesitaron unos minutos para eso. En algn momento ambos voltearon a verse con la mirada brillante y complacida, fue el de ojos azules quien rompi con el silencio.
--Tena un compromiso est noche—dijo Camus.
Saga guardaba silencio pero el francs sonri.
--Se quedarn esperndome—dijo el de ojos azules para despus besarlo.
El gemelo le correspondi para sonrer tambin.


A las nueve de la noche Kanon estaba en el sitio indicado, la casa de Sirne estaba en uno de los mejores barrios de todo Pars declarando as que su habitante era alguien de una condicin a considerar pero no le importaba demasiado, tan slo esperaba por poder ver a Sorrento aunque an no estaba seguro sobre lo que le dira. Un atento sirviente pareca conocer que lo esperaban pues en cuanto apareci fue llevado a una habitacin, una especie de antecmara pero ms pequea, quizs era para reuniones privadas pero eso no importaba cuando vio al joven de los ojos rosas esperndolo.
--Buenas noches—dijo Sorrento de inmediato.
--Buenas noches—respondi Kanon.
Por unos instantes solamente se miraron, era complicado saber porqu parte empezar, tal vez por la inminente despedida, quizs preguntar de nuevo por el asunto de Mosc o incluso aclarar lo de las horas anteriores pero ninguno se decida por el tema. De todas maneras alguien deba decir algo.
--Me gustara que reconsiderara—dijo el gemelo—S acepta ir el zar se mostrar generoso.
--Ahora me hablas de usted?—pregunt el de cabello violeta—Primero me besas y ahora me hablas de usted.
--Te disgustaste y ni siquiera s el motivo Sorrento, primero me sonres y me dejas ver que te intereso para que al hacer algo al respecto me rechaces con aire de prncipe ofendido.
--No quise hacerlo as pero no lo pude evitar Kanon, no pude.
--De verdad me gustara comprenderte, comprender todo este mundo del que vienes en el que parece que hasta los ms mnimos movimientos estn delimitados, Sorrento tan slo quiero comprender si de verdad sientes algo por m o se trata de un pasatiempo.
--Me gustas Kanon, me gustas ms de lo que pudieras creer.
--Entonces qu sucede?
--No puedo marcharme simplemente aunque sea una peticin del zar.
--Y yo? Qu hay de m Sorrento? Entiendo que tienes una vida aqu pero sigo sin comprender porqu hiciste lo que hiciste.
El joven de ojos rosas no dijo nada por unos segundos pero pareca pensativo para despus verse triste, cuando las miradas de ambos se reencontraron era como si una resolucin hubiera llegado al de Sirne.
--Me recordaste algo Kanon, por eso te rechac.
Diciendo eso se sent en el cmodo y amplio canap tapizado, el gemelo hizo lo mismo mantenindose cerca pero no demasiado, observaba la mirada de ese joven a su lado que pareca melanclica.
--No has escuchado nada de esto Kanon pero no me sorprende, fue hace unos aos, sostuve una relacin con alguien, yo lo amaba pero l…con el tiempo me demostr que no me amaba. Cuando yo le hablaba de mis sentimientos l tan slo deca que era hermoso, nunca me dijo nada ms, la ltima vez que nos vimos me dijo que era lo ms hermoso que hubiera visto en su vida para despus anunciarme que iba a casarse, me propuso que las cosas siguieran entre los dos de la misma forma pero no pude aceptarlo, se march y nunca volv a verlo pero eso no cambia que me rompiera el corazn. Hubo algunas murmuraciones pero Camus se encarg que las cosas no pasaran a mayores y me ayud a comprometerme con la Academia. Sin embargo la gente me dice que soy hermoso y no puedo sino recordar que…
No hubo palabras que terminaran con esa frase, de todas maneras no hacan falta, al menos el gemelo no las necesitaba pues comprenda mejor lo sucedido, quera hacer algo pero antes tena que estar seguro de un punto en especial.
--An lo amas Sorrento?
--No, eso ya pas pero an recuerdo sus palabras Kanon.
El de ojos verdes no iba a esperar por ms, no lo necesitaba, lo que necesitaba en ese momento era algo muy diferente, por eso no vacil en acercarse al de cabello violeta, tom su rostro entre sus manos y lo hizo mirarlo de frente.
--Eres hermoso Sorrento—dijo con seguridad el de cabello azul—Pero no lo eres nicamente por tu aspecto, no eres hermoso solamente por tus ojos y tus cabellos, eres mucho ms que eso, cuando te dije que eres lo ms hermoso que hubiera visto en mi vida lo hice convencido porque nunca haba visto a alguien que parece un rayo de sol o el mar en el amanecer, la msica que interpretas, eres todo t Sorrento, quien eres por completo es tu belleza y nadie que te quiera de verdad podra herirte como lo hicieron.
La mirada del joven msico brill ante esas palabras y el gemelo se dio cuenta, fue por eso que sigui los impulsos de su corazn y se acerc para besarlo con gentileza en un primer momento y despus hacerlo con pasin, atrajo con velocidad al de cabello violeta mientras insista en que abriera un poco su boca, al lograrlo us su lengua para hacer el beso ms apasionado pero no pudo ignorar que el que estaba entre sus brazos se haba quedado muy quieto permitindole seguir pero sin participar mucho. Al separarse y antes de que pudiera preguntar nada le lleg una explicacin.
--Perdona—dijo Sorrento—No s cmo responder un beso as.
Y lo dijo ruborizado, aparentemente su experiencia no haba sido mucha pero la simple idea hizo sonrer a Kanon y tambin lo excit.
--Est bien, yo me encargar—dijo el de cabello azul.
Lo dijo de una forma tan especial y con tanta seguridad que el de ojos rosas desde ese momento se puso en sus manos y el gemelo se dio cuenta desde el primer instante, le hubiera gustado simplemente tenerlo por siempre pero ya que quizs slo tuviera ese tiempo no poda quedarse solamente pensando, deseaba demostrarle sus sentimientos y eso inclua hacerlo fsicamente y sin ropa, sin duda los planes del gemelo iban de esa manera. Por su parte el de ojos rosas se mantena expectante, como si esperara por lo que iba a pasar, por lo que el otro planeaba hacer.
El gemelo no solt al joven msico, lo besaba y lo acariciaba mientras le quitaba la ropa, la verdad era que el de ojos rosas no se opona pero tampoco estaba muy participativo, tal vez fue por eso que al quedar sin ropa permaneci muy quieto, ni siquiera se atreva a mirar al otro hombre de frente; al de cabello azul le pareci tierno su comportamiento y se desvisti con una sonrisa para despus hacer que el joven a su lado lo mirara de frente, vio su rostro cubrirse de rubor y no lo pens para besarlo de nuevo.
En todo lo que sigui entre los dos Sorrento actu de manera muy dcil, dejaba todo en manos de Kanon quien se mostraba encantado con ello, con ser l quien guiara los besos y las caricias y le mostrara como deseaba que se moviera y lo que quera de l, era mucho mejor porque el joven de cabello violeta lo haca todo sin cuestionarlo. Al llegar una de las manos del gemelo entre las piernas del msico lo escuch gemir con suavidad, ciertamente era un muchacho inocente de cierta forma pues trat de separarse pero su compaero no se lo permiti, lo tom por los brazos y lo hizo recostarse, lo hizo con cuidado colocndose sobre l.
El de cabello azul sinti estremecer al joven debajo de l, lo acariciaba para que se tranquilizara y lo besaba con cuidado, no quera apresurarlo pero tampoco iba a esperar para tenerlo; mientras avanzaban en el encuentro ms sumiso se mostraba el de ojos rosas, a veces pareca que se negara pero no lo haca, le permiti al de ojos verdes que lo tocara y lo acariciara y explorara pero mantena los ojos cerrados y no se animaba a tocarlo. Por eso Kanon decidi que deseaba sentirlo, quera que respondiera.
--Tcame Sorrento.
Le tom la mano y la llev entre sus piernas, en un primer momento el de cabellos violetas no responda como lo esperaba el otro pero no tard en dejar de necesitar que le indicaran como hacerlo pues pudo moverse por su cuenta y pareca que le gustaba, le gustaba acariciar al gemelo, justamente por verlo entusiasmarse con lo que haca fue por lo que el de ojos verdes sigui besando al joven msico y busc continuar, para eso empez a descender por el esbelto cuerpo sobre el que se encontraba y procedi suavemente alcanzando el turgente sexo de su compaero con sus labios pero lo atendi unos instantes solamente, lo que en verdad deseaba era la estrecha entrada que no tard en descubrir.
Al sentir que lo besaba Sorrento se arque, lo hizo con mayor fuerza cuando sinti que lo acariciaba con su lengua, no estuvo seguro de cuanto tiempo pas de esa forma, tampoco supo exactamente en que momento Kanon qued sobre l de nuevo y lo hizo pasar sus piernas sobre sus caderas, lo siguiente ms que saberlo lo sinti, el de ojos verdes presion contra su intimidad y esta cedi despus de unos momentos; el de cabello violeta cerr sus ojos con fuerza mientras estrechaba al hombre sobre l, lo senta entrar en su cuerpo de forma continua y se quedaba ah, tomando lo que le daban gimiendo en voz baja como si no pudiera hacer nada ms pero a su compaero le encantaba que actuara de esa forma, entre tmida y apasionada; sin embargo justamente era por eso que estaba como al acecho el clmax entre los dos, no faltaba demasiado para que sucediera.
Fue Kanon quien lo sinti y empez a acariciar ese erguido sexo entre los dos con algo de prisa, no poda controlarse mientras escuchaba a Sorrento gemir y lo senta estrecharlo con su brazos y sus piernas, tambin senta esos besos en su cuello y su barbilla y ese clido aliento en su mejilla, no poda contenerse de ninguna manera. Al final fue el gemelo quien lo estrech con ms fuerza contra su cuerpo para terminar con un intenso clmax en el interior del de ojos rosas, este se relaj lentamente apenas conciente de que haba terminado entre ambos, se qued muy quieto mientras su compaero se separaba paulatinamente de su lado.
--Sorrento Te sientes bien?—le pregunt con dulzura.
--Por qu quieres que vaya a Mosc?—pregunt directamente Sorrento.
En un primer momento el de ojos verdes pareci no comprender el porqu de esa pregunta pero finalmente respondi.
--Seras alguien de gran ayuda con tu talento Sorrento.
--No ir por eso Kanon.
--Al zar le gustara que fueras, le gust lo que puedes hacer.
--Tienes que darme otro motivo.
Entonces el gemelo comprendi lo que quera escuchar el joven msico.
--Sera feliz si aceptaras ir Sorrento, sera muy feliz.
El de cabello violeta sonri suavemente y lo bes.


La Gran Embajada continu con su viaje de aprendizaje y descubrimiento, en Inglaterra aprendieron ms de barcos y relojera, incluso hubo un presente del rey Guillermo antes de marcharse pues le ofreci al zar un espectculo de una batalla naval y le regal el Royal Transport, su barco; Pedro estaba feliz cuando lo tripul y regres a Holanda en este barco justamente; el viaje prosegua y la llegada a Viena prometa nuevos descubrimientos, desde ese punto planearon ir a Venecia pero no fue posible, las cosas se estaban inquietando de la peor forma en casa.
Las noticias que llegaron desde Rusia fueron malas, todo ese tiempo lejos estaba provocando turbacin, haba grupos inquietos y muy dispuestos a hacer algo en la ausencia del zar y quizs hubieran fructificado estas revueltas pero no fue as ya que el zar actu de inmediato al saber lo que pasaba.
--Hay que volver—dijo Pedro en tono definitivo—Una vez ah arreglar cuentas con todos.
Los gemelos lo escucharon pero no se animaron a decir nada, tenan que ser veloces y discretos, una especie de batalla de un slo ataque en el que los enemigos se vieran sorprendidos y les fuera imposible reunir sus fuerzas y lograr cualquier contacto entre los conjurados. De verdad estuvieron sorprendidos en Mosc cuando el zar apareci y de nuevo hizo valer su poder sobre los conjurados; se trataba una vez ms de los Streltsi y el zar no perdonara a nadie.
De inmediato los conspiradores fueron vencidos, encerrados y juzgados, se sospech que Sofa haba tenido que ver pero no haba pruebas de ello, de todas formas Pedro I orden que jefes y oficiales as como algunos sacerdotes que hablaban en su contra fueran condenados a muerte, los hizo colgar alrededor de la ciudad, expuso los cuerpos en las carreteras y alrededor del monasterio donde estaba su media hermana. El siguiente movimiento fue abolir por completo a los Streltsi, nunca ms permitira que se alzaran en su contra. Despus de eso dieron inicio las reformas, las ms definitivas que buscaban llevar a Rusia a un nuevo esplendor y algunas ms personales pues al volver al poder termin con su matrimonio, hizo que su esposa tomara los votos y entrara en un convento, no se vea siquiera con un poco de remordimiento despus de eso.
Pero eso fue dejado de lado pues en el acto llev y puso en marcha esas costumbres europeas que haba apreciado durante su viaje, orden a su corte y oficiales que se cortaran la barba, los Boyardos protestaron pues era una forma de identificarse pero el zar no se intimid, orden una multa de cien rublos si no obedecan. Adems permiti a las mujeres que se descubrieran el rostro y que hicieran una vida social, impuso la lectura de un libro de modales que indicaba buenas maneras como el no limpiarse los dientes con un cuchillo ni hurgarse la nariz con los dedos, favoreci la educacin pblica y cre los primeros institutos superiores en su pas*.
Todo eso era bueno sin duda pero lo que ms import a los gemelos sucedi unos meses despus. Una hermosa maana de primavera en Mosc los hermanos Geminovich aguardaban con el corazn alegre, lo hicieron desde temprano y no les molest que fuera hasta el medioda que un carruaje lleg, tampoco les import el carruaje pues no tardaron en abrir la portezuela y ayudaron a descender a dos personas que se haban tomado el tiempo suficiente para darles alcance.
Camus y Sorrento haban accedido a ir a Mosc con la condicin de que tardaran el tiempo absolutamente necesario para dejar sus asuntos en Francia resueltos, lo cual les llev algo de tiempo pero finalmente estaban ah, dispuestos a hacer una nueva vida en la cual estaran al lado de una persona que les importaba con sinceridad en su corazn. Y les importaban tanto a los otros que los recibieron con los brazos abiertos, haba mucho por hacer y por planear, estaban en los albores de un nuevo mundo, de un nuevo imperio y lo saban.
Tambin saban los gemelos que bajo la gua de Pedro I su tierra sera diferente, no se trataba solamente de esas reformas y las nuevas costumbres, todo lo que estaba introduciendo de la cultura occidental europea, estaban convencidos que lograran ser una nacin brillante y una potencia que resplandecera como las ms fuertes, no dudaban de eso. Tampoco dudaban que con esa persona tan especial a su lado, a la que haban entregado su corazn voluntariamente, su vida sera mejor y estara completa, no importaban tanto los caminos del futuro, no los intimidaban, teniendo a su lado a sus parejas todo era posible, saban que era el amor lo que los una y los mantendra en pie sucediera lo que sucediera y eso era incluso ms grande que su zar.


FIN
Notas finales: Notas importantes:
Similar a otros este trabajo no es de ninguna manera una clase de historia, sólo me basé en personajes reales y hechos reales, que no ocurrieron del todo así, para contar una trama con un personaje que de verdad existió y cuya fecha de cumpleaños coincide con los personajes de Saint Seiya, fue alguien que cambió la historia de Rusia y con ello de Europa pero me quedo en el momento en que se consagra como zar, el zar que llevaría a su tierra a ser un verdadero imperio. Además me gusta la historia de Rusia, por eso preferí quedarme con Pedro el Grande.
*Lo que se vea marcado así son anécdotas verídicas sobre la vida de Pedro I, obviamente algunas cosas fueron ajustadas para que los gemelos pudieran salir pero si pasaron por increíbles que parezcan.
(1) Gemini como nombre del padre de los gemelos es porque en la habla de Rusia los nombres de las personas se basaban en el nombre de su padre, así que Gemini nos daría Geminovich.
(2) Los Boyardos eran la nobleza de Rusia en los días de los zares.
(3) Geminovich pues es de Géminis pero quise darle un sentido ruso, vendría siendo algo así como hijo de Gemini.
(4) El nombre que le di a Camus viene en francés y sería Caballero de los Hielos, Señor de Acuario o sea Chevalier du Glaces, Monsieur de Verseau.
(5) Monsieur de Sirène pues también es del francés y es Señor de Sirena, como era Sorrento me pareció bien.
(6) Está historia de Luís XIV como aficionado a la danza es completamente cierta, también lo de Lully pues fue este quien creó prácticamente la Opera de París y verdaderamente el Rey Sol bailó un ballet por última vez en esa fecha. Incluso hay una película que habla un poco del tema, creo que se llamaba El Rey Danza.
(7) Dejé a Sorrento con orígenes de Nápoles porque la costa de Sorrento en Italia está justamente en Nápoles.
(8) El hijo de Lully si se llamaba Jean-Louis (era el menor) y llegó a ser un gran compositor.
(9) El nombre de Pedro Migueloff fue usado como seudónimo por Pedro el Grande durante su viaje por Europa pero tuvo otros.
Para este trabajo me basé en lo que he leído como los trabajos de Hughes y Voltaire.
Con respecto a la fecha de nacimiento de Pedro el Grande vale la pena indicar algo, resulta que Rusia hasta la revolución de 1917 adoptó el calendario Gregoriano, con el que nos regimos hasta hoy, pero antes usaban el Juliano, de hecho fue Pedro I quien lo llevó a su país pues antes usaban otro que les era tradicional, de acuerdo con esto Pedro nació el 9 de junio pero por motivos de la trama me quedé con la fecha del calendario Juliano aunque las demás fechas que comento si son del calendario Gregoriano.
Sólo me queda esperar que les gustara.
La siguiente trama es la de Death Mask y se llama Renacimiento.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).