Cuando se levant esa maana el joven de los ojos azules no saba lo que ocurra ms all de que era su cumpleaos, le gustaba la idea de celebrarlo pero lo tendra que posponer, ese da necesitaba atender otras cuestiones y no le era posible una reunin de amigos y familiares, sera ms adelante. Adems se senta animado ya que todo pareca que sera igual que siempre, no haba problemas y el mundo estaba en paz, no era posible pensar que eso cambiara.
El joven Shaka Vierge trabajaba en esos momentos en el ministerio de Relaciones Exteriores de Suiza, le gustaba su trabajo, en cierta manera le haca sentir que trabajaba para que la paz del mundo continuara, nadie quera conflictos de nuevo; haba escuchado las historias de sus padres y sus abuelos sobre lo que haba sido La Gran Guerra, nadie quera que algo as sucediera de nuevo. Por eso era tan importante que se mantuvieran las buenas relaciones entre los pases y hasta ese momento Ginebra haba resultado un sitio seguro para hablar y negociar, la Sociedad de Naciones elega esa capital para mediar en los conflictos.
El de los cabellos dorados se alist para hacer su camino habitual, estuvo listo en unos momentos y cuando se vio por ltima vez en el espejo se convenci que poda salir, slo un detalle ms: sujet su cabello con una cinta de seda. Eso lo haca porque no le gustaba que su cabello cayera sobre su rostro pues a veces si estaba trabajando poda ser un poco incmodo. Terminando con ese detalle definitivamente estaba listo para partir. Sali de su casa y le daba la impresin que sera un camino como el de siempre, vea el paisaje sin mucho inters, lo haba visto tantas veces que ya no le llamaba la atencin.
Estaba en las orillas del Rdano aguardando por un taxi, no eran del todo comunes an pero a muchos les gustaba viajar de esa manera y el rubio siendo joven senta que le agradaba tambin, en un primer momento tan slo vio a las personas pasar sin tener inters en ninguna pero en algn momento alguien estaba a unos pasos de l, era un hombre joven pero mayor que l, estaba seguro, vesta a la europea pero no era de Europa, sus rasgos lo delataban pero no pareca importarle, permaneca ah simplemente como esperando e ignorndolo por completo.
Al de ojos azules le intrigaba que no lo mirara siquiera, estaba acostumbrado a que la gente se diera vuelta para mirarlo cuando caminaba y se detuviera a observarlo cuando estaba inactivo, aprovechaba que el otro lo ignoraba para verlo a su vez. Cabellos rojizos, ojos verdes, seguridad completa del sitio en el que se encontraba Qu clase de hombre era? No lo adivinaba y lo intrigaba que fuera de esa forma, no saber qu pensar de una persona. En ese instante el desconocido supo que era momento de hablar.
--Hay algo que deba saber?
--No—dijo el rubio—No lo hay.
--Me miraba Por qu?
--Trataba de adivinar de donde es.
--Supongo que soy una curiosidad.
--No quise incomodarlo, disculpe mi atrevimiento.
--No se disculpe, est bien, comprendo que no soy precisamente comn aqu. Vengo de Asia.
--Est muy lejos de su hogar.
--Visito a algunas personas con las que necesito tratar Y usted?
--Me alisto a mis labores, trabajo para el gobierno.
Siguieron hablando unos instantes, slo unos instantes sin que nada les interrumpiera pero el tiempo transcurra y era necesario que siguieran con sus planes.
--Fue un placer conocerlo—deca el extranjero.
--Igualmente, me alegra que este da me alistara una sorpresa tan pronto—coment el rubio.
--Algo en especial?
--Es mi cumpleaos.
--Muchas felicidades.
--Gracias.
Se dieron una cordial despedida, era momento de seguir, el de los ojos azules vio alejarse al extranjero y l mismo no tard en seguir su camino, le pareca que era un buen da, su cumpleaos; Shaka Vierge estaba sonriente, el da era especial y no saba que tanto lo sera no slo para l sino para miles de personas, era un diecinueve de septiembre de mil novecientos treinta y uno…
A miles de kilmetros de distancia en las horas anteriores haba ocurrido algo pero apenas en esos momentos se estaban enterando, el propio Shaka se enter por medio del telegrama que haba llegado, l trabajaba especficamente en comunicaciones, ningn mensaje entraba o sala sin que pasara por sus manos, y ese era urgente. En China, al norte de Manchuria, haba sucedido algo. El da anterior cerca de Mukden (1), el ferrocarril del Sur de Manchuria haba sido atacado, por lo que se saba haban dinamitado parte de la va y eso representaba problemas de muchas maneras.
La cuestin era que el Minami Manshū Tetsudō Kabushiki-gaisha (2) o Mantetsu como lo llamaban sus usuarios, era un ferrocarril propiedad de una compaa japonesa que lo haba fundado en el ao de mil novecientos seis despus que terminara la Guerra Ruso-Japonesa y operaba en el interior del pas desde la zona que controlaba Japn en China, que era al sur de Manchuria. La cuestin no terminaba ah, Japn responsabilizaba de todo a los disidentes chinos del lugar, aprovechando este incidente las fuerzas militares japonesas en la zona, alegando que necesitaban protegerse, haban avanzado en las primeras horas del da diecinueve rodeando a los soldados chinos apostados en las cercanas atacndolos bajo la idea de defender las propiedades japonesas que supuestamente necesitaban defender.
Despus de lo que fue llamado el Incidente de Mukden, y en violacin a las rdenes emitidas por Tokio, el comandante en jefe del Ejrcito de Kwantung, Shijeru Honjō, orden a sus fuerzas que ampliaran rpidamente sus operaciones a lo largo del ferrocarril. Bajo las rdenes del teniente general Jirō Tamon, las tropas se movilizaron y capturaron prcticamente todas las ciudades a lo largo en cuestin de das, ocupando as An-shan, Haicheng, Kaiyuan, Tieling, Fushun, Szeping-chieh, Changchun, Kuanchengtzu, Yingkou, Antung y Pensihu.
De inmediato China apel a la Sociedad de Naciones para llegar a un fin en el conflicto. El representante de China en el Consejo de la Sociedad de Naciones, el ministro Sze, cumpliendo rdenes del gobierno nacional chino, envi una nota al Secretario general de la Sociedad, Erie Ommmond, pidiendo que la Sociedad de Naciones convocara al Consejo para adoptar medidas inmediatas para “evitar que se agrave una situacin que pone en peligro la paz de las naciones, restablecer el status quo anterior y fijar la extensin y la ndole de las reparaciones que pueda considerarse se deban a la Repblica China”; China reconocera las recomendaciones del Consejo y respetara lo que dijera la Sociedad de Naciones.
Con esos informes no fue nada extrao que todos estuvieran trabajando, Shaka tuvo ms labores de las que hubiera tenido antes, estaba entrando y saliendo informacin de manera constante y tan velozmente como los medios de la poca lo permitan.
--Parece que todo est listo—se dijo a si mismo el rubio.
El Consejo de la Sociedad de Naciones se reuni en Ginebra el veintids de septiembre, el presidente de la reunin fue el representante de Espaa, Lerroux, quien era Primer ministro de la Segunda Repblica Espaola y estaba autorizado por todos los miembros del organismo a enviar un telegrama a los gobiernos de China y Japn. Shaka lo tuvo en sus manos antes de que fuera enviado y pudo leer las palabras:
--“Tengo la honra de poner en su conocimiento que en la sesin de hoy dedicada al llamamiento del gobierno chino en virtud del articulo II del Pacto acerca de la situacin en Manchuria, el Consejo de la Sociedad de Naciones me ha autorizado por unanimidad: l) A dirigir un llamamiento urgente a los gobiernos de China y de Japn para que se abstengan de todo acto susceptible de agravar la situacin o de prejuzgar el acuerdo pacfico del problema; 2) A buscar, en contacto con los representantes chinos y japoneses los medios para permitir a ambos pases a proceder inmediatamente a la retirada de sus respectivas tropas sin comprometer la seguridad de sus nacionales y la proteccin de los bienes que les pertenezcan…Doy comienzo por otra parte, a las consultas previstas con los representantes japoneses y chinos para la ejecucin del segundo prrafo. He asociado a las consultas a los representantes de Alemania, Francia e Italia” (3).
La verdad era que Shaka esperaba que todo se resolviera de manera pacfica pero no estaba muy convencido que ese telegrama fuera de ayuda, no haca nada por China y no pareca detener a Japn. Las reuniones continuaron, el Comit citado por Lerroux se reuna con frecuencia presidido por l mismo, estaba integrado por los representantes de China y Japn, que eran los afectados, y por Alemania, Francia e Italia. Pero mientras se estaban haciendo reuniones y comits y los representantes trataban de ponerse de acuerdo la verdad era que Japn segua avanzando sobre China y nadie lo detena.
Mientras los acontecimientos marchaban de esa forma Shaka tuvo la oportunidad de verse con alguien que no esperaba ver. Saba que las reuniones continuaban pero hasta ese momento no se saba nada definitivo, claro que el rubio estaba conciente que algo como un conflicto internacional no iba a resolverse en unas horas pero hasta el momento nadie haba llegado a un acuerdo sobre como dar fin al asunto. Estando an con sus deberes en las conferencias vio a alguien que hablaba con el representante de China, no le resultaba desconocido y reconoci a aquel hombre con el que hablara una vez en los das anteriores.
--Buen da—dijo el rubio.
--Buenos das—respondi el de ojos verdes.
Ya se haba despedido del ministro y estaban prcticamente solos en el pasillo.
--Ignoraba que estuviera aqu—coment el de cabellos dorados--Conoce a los representantes?
--Conozco a Sze, su familia y la ma son amigas.
--Es de China?
Por unos instantes el de ojos azules no dijo nada pero el otro debi adivinar sus pensamientos porque agreg algo.
--Soy de China pero me eduque en Europa.
--Fui tan obvio?
--Slo un poco.
--Espero no estar interrumpiendo su da.
--En lo absoluto. Acabo de darme cuenta que el da que nos conocimos no supe su nombre, slo saba que era su cumpleaos.
--Me llamo Shaka Vierge, a su servicio.
--Soy Dhoko Chew—dijo el otro saludando atentamente en la forma de Asia, o sea inclinndose por completo.
--Es un placer.
Y si bien siguieron charlando por unos minutos ambos saban que tenan asuntos que atender en esos momentos pero no haba nada que evitara el que pudieran verse despus, era por eso que podran llegarse a acuerdos favorables a ambos.
--Me gustara poder continuar con nuestra conversacin pero me temo que debo retirarme—dijo Dhoko.
--Yo tambin debo hacerlo pero me dio gusto que hablramos unos momentos.
--Espero que podamos reunirnos en otra ocasin.
--Por qu no para la cena? Me gustara poder seguir con nuestra entrevista.
--Me parece bien.
Eso fue todo lo que necesitaron, era por dems sencillo para los dos estar de acuerdo en algo y por eso no perdieron tiempo en acordar el sitio en el que cenaran. Despus de eso cada uno sigui con sus deberes pero a la hora acordada ya estaba cada quien en su sitio y no tardaron en estar delante de la blanca mesa para disponerse a cenar. Un atento mesero se les acerc y ambos ordenaron, compartieron unos saludos ms, algo de pltica banal sobre el clima y las horas pero finalmente estuvieron listos para conversar como lo haban hecho en las dos ocasiones que haban coincidido.
--Espero no ser indiscreto Dhoko pero Podras decirme qu haces en Ginebra?
--Estoy atendiendo unos arreglos con unos bancos Shaka, es por parte de los negocios de una casa de banco con la que trabajo en China.
--Parece algo de mucha responsabilidad.
--A veces lo es, con esto que ha sucedido en Manchuria las cosas pueden complicarse.
--Espero que no pase a mayores, se estn haciendo gestiones para que ambas partes terminen con el conflicto.
--Honestamente Shaka espero que lo consigan pero no creo que Japn vaya a ceder tan fcil, comprendo que la Sociedad de Naciones hace su labor pero no veo como van a lograr que Japn se detenga.
--Habr una manera, lo que menos queremos es otra guerra.
Justamente la Sociedad de Naciones haba sido creada por el fin de la Gran Guerra, para que hubiera un organismo internacional que regulara las relaciones entre los pases aunque desde el principio haba tenido algunos inconvenientes como el que slo la conformaran los pases vencedores. Hasta ese momento haban logrado imponer su mediacin en algunos conflictos leves pero lo que ahora se les presentaba podra ser bastante complicado.
--Confo en nuestra labor—dijo Shaka—Me gusta pensar que hacemos del mundo un lugar mejor.
--Espero que esos ideales se cumplan, de verdad—dijo Dhoko.
Siguieron conversando pero de manera ms personal, Shaka le cont un poco de su vida, no tena familia directa, trabajaba y resida en Ginebra desde haca aos y se senta a gusto en esos momentos con las cosas como marchaban; en cuanto a Dhoko su vida haba sido la de un heredero de China, buena familia, buenas relaciones, buenos estudios, haba sido educado en Inglaterra pero se mostraba orgulloso de sus races. Era grato para ambos contar con alguien con quien hablar por unos momentos pues el rubio no siempre tena tiempo y el de ojos verdes en su calidad de extranjero no conoca a mucha gente.
Aunque siguieron frecuentndose sin duda hubiera sido ms grato de no ser porque los acontecimientos los obligaban a hablar de ellos de manera recurrente pero no poda ser de otra manera, las cosas no marchaban nada bien. Shaka recibi las respuestas de ambas naciones, China respondi al telegrama del Consejo el veinticuatro de septiembre urgiendo a que se tomaran medidas para el retiro de los japoneses; se responsabilizaban por la proteccin de la vida y los bienes de los japoneses en cuanto se restableciera su autoridad sobre los territorios evacuados por las tropas japonesas. Pero Japn envi tambin su respuesta al da siguiente que China, decan que deseaban resolver de manera pacfica y rpido la cuestin y que retiraran sus tropas tan pronto como fuera seguro hacerlo y esperaba que el Consejo confiara en la sinceridad de sus acciones.
Shaka saba que el Consejo buscaba que el gobierno japons retirar sus tropas al interior de la zona del ferrocarril, era lo que se necesitaba para resolver el conflicto, si ambas partes proseguan sus esfuerzos para llegar a un apaciguamiento y tenan la firme voluntad por ambas partes, con lealtad y un sincero deseo de no agravar la situacin sin duda se lograra que las cosas no pasaran a mayores. Sin embargo Japn era dueo de las minas, ferrocarriles, fbricas y puertos en Manchuria y no mostraba deseos de terminar con lo que haba iniciado.
En Manchuria los acontecimientos se sucedan con rapidez. El ejrcito japons desvirtu las promesas hechas por el representante del Japn en el Consejo de la Sociedad de Naciones, Yoshizawa y procedi a la ocupacin militar: se presion a las autoridades de Manchuria para que crearan un rgano administrativo bajo control japons segn anunci el general Hondo. Entre el veinte y el veinticinco del mismo mes, las fuerzas japonesas tomaron Hsiungyueh, Changtu, Tungliao, Tionan, Kirin, Chiaoho, Huangkutun y Hsin-min. Esto asegur el control de las provincias de Liaoning y Kirin, junto con la lnea de ferrocarril que comunicaba con Corea.
--Esto empeora en vez de mejorar—comentaba Dhoko a Shaka en una ocasin.
--S que parece complicado pero no debemos desesperarnos, la Sociedad de Naciones trabaja para resolver este altercado.
--Permteme tener mis dudas Shaka.
--A qu te refieres?
--No somos nios, ambos sabemos que Japn tiene muchas ventajas en estos momentos sobre China.
Era la verdad, tras la guerra ruso-japonesa de mil novecientos cuatro, Japn haba relevado a Rusia como la potencia extranjera dominante en el sur de Manchuria, era por eso que incluso contaba con fuerzas armadas en esa rea, adems que no eran los primeros que se mostraban interesados en esa zona ya que era un sitio rico para el comercio. Quien tuviera Manchuria podra hacer grandes negocios. Adems Japn era una fuerza expansionista rica en esos aos, necesitaba tierras y materias primas para continuar en su avance industrial. En cuanto a China estaba an tratando de recuperar el equilibrio de sus disidencias internas.
--Honestamente Shaka me preocupa que la Sociedad de Naciones no tenga la fuerza para controlar esto, recuerdo lo que sucedi en Renania (4).
--Eso no tiene que repetirse Dhoko.
--He tenido ms noticias de casa. Dicen que parte del ejrcito del norte ha desertado al lado de los japoneses, otros se han retirado sin mucha resistencia para adherirse as a las polticas del generalsimo Chiang Kai-Shek., los que continan leales estn en la provincia de Heilongjiang y principalmente en los alrededores de Harbin bajo el mando del General Ting Chao.
Las noticias que haban llegado a manos de Shaka no eran mejores, comprenda porque al de ojos verdes le preocupaba lo que suceda, China corra el peligro de perder territorios e incluso de ver provincias separarse para proclamarse estados autnomos, un acto de esa naturaleza sin duda hara ms inestable las cosas. Despus que el gobierno provincial de Liaoning huyera de Mukden fue reemplazado por un Comit de Preservacin del Pueblo que declar la separacin de la provincia de Liaoning de la Repblica de China. Otros movimientos secesionistas fueron organizadas en la provincia de Kirin, ocupada por los japoneses, bajo el mando del general Xi Qia, cabeza del Nuevo Ejrcito de Kirin, y en Harbin, por el general Chang Ching-hui.
--Me gustara que fuera ms rpido Dhoko pero estas cosas llevan tiempo.
--Comprendo eso Shaka pero a veces me parece que aunque se haga todo lo posible estamos demasiado lejos para comprender y evitar lo que ocurre en China.
El de ojos azules senta que tena razn Qu saban ellos realmente de la gente de China? De todo eso que estaban viviendo en esos momentos? Los polticos y las polticas nunca se detenan a pensar en sus acciones en esa gente que quedaba en medio de un juego que no podan comprender y en el cual se afanaban en vano. En ese momento vio un poco ms detenidamente al de cabellos rojizos, estaba inmvil como estatua pero de alguna manera le dio la impresin que estaba radiante de vida, tanta que le hubiera gustado acariciar su mejilla.
A principios de octubre las noticias no eran mejores, empeoraban con velocidad, el ejrcito japons bombarde Chinchow cerca de la frontera meridional que controlaba todo el territorio el once de octubre. Las alarmantes noticias del bombardeo de Chinchow provocaron la reunin del Consejo el trece de octubre bajo la presidencia de Briand, representante de Francia, y contaba con la presencia de un delegado de los Estados Unidos, Gilbert, siendo una ocasin histrica para demostrar el apoyo de ese pas a la Sociedad de Naciones en todo lo relacionado con el conflicto entre China y Japn al prestar apoyo moral y aconsejar en el modo de atraer a la opinin pblica para lograr la prevencin de todo quebrantamiento del Pacto de Pars.
El Consejo adopt una nueva resolucin el veinticuatro de octubre reiterando la resolucin de septiembre y haciendo al Japn nuevas peticiones: que iniciase la retirada sin demora, que fuese completa antes de la prxima reunin del Consejo fijada para tres semanas ms tarde, y adems que una vez concluida la retirada, las partes deban entrar en negociaciones directas para la resolucin de todas las cuestiones; soluciones que no fueron admitidas por Japn que no aceptaba una fecha lmite de retirada ni que sta fuera condicin para empezar las negociaciones.
Durante los meses de octubre y noviembre se vivi en Japn una fiebre de guerra, mandaban ms tropas a Manchuria que se extendan por la zona de ocupacin con rapidez. Se acercaban a la zona sur del ferrocarril, provocando incidentes en la Gran Muralla, donde existan importantes intereses extranjeros; con los das controlaron las Tres Provincias y Manchuria, que aunque todava conservaban su nombre chino ya estaba en manos de Japn. A pesar de eso los enfrentamientos ya se estaban dando, el general Hai-peng envi el trece de octubre tres regimientos del Ejrcito Raclamatorio de Hsingan al norte para tomar la capital de la provincia de Heilongjiang en Tsitsihar bajo el mando del general Xu Jinglong. Se ofreci a Chang la entrega pacfica de la ciudad y acept. Sin embargo, su vanguardia fue atacada por las tropas del general Dou Lianfang, debiendo retirarse con fuertes prdidas. Durante la batalla el puente ferroviario de Nenjiang fue dinamitado por las tropas leales al general Ma Zhanshan para evitar cualquier intento de cruzarlo.
Con el pretexto de reparar el puente Nenjiang, a principios de noviembre se envi la parte necesaria para la reparacin bajo la proteccin de tropas japonesas. Los combates estallaron entre las fuerzas japonesas y las tropas leales al gobernador de la provincia de Heilongjiang, general Ma Zhanshan, quien opt por desobedecer la prohibicin impuesta por el gobierno del Kuomintang (5) sobre ofrecer una resistencia mayor a la invasin japonesa. Aunque no logr asegurar el puente, Zhanshan se convirti en un hroe nacional en China por la resistencia que dio, la que fue bien cubierta por la prensa china e internacional. La publicidad otorgada a la batalla inspir a ms voluntarios a enlistarse a los Ejrcitos Voluntarios Anti-Japoneses.
--Lo que temamos est sucediendo—deca Shaka—Los enfrentamientos son abiertos.
--No poda ser de otra manera—dijo Dhoko—La gente no iba a quedarse quieta mientras era echada de sus propias tierras.
--Esto puede empeorar las cosas, Japn es un pas bien armado.
No era en vano eso, se saba que en noviembre el puente de Nenjiang haba sido reparado e hizo posible el avance de las fuerzas japonesas y sus trenes blindados. Tropas adicionales de Japn eran enviadas con velocidad.
--Aunque no todo es malo Dhoko, el Consejo se reunir de nuevo para recibir la propuesta del representante de Japn, Yoshizawa, dicen que se enviar una comisin de investigacin, para estudiar la situacin en Manchuria y en China.
--Crees que acepten Shaka?
--Una comisin reportara como va todo y se sabra de fuentes confiables como estn las cosas, sera como una presin extra para acelerar la resolucin de este conflicto.
Al escuchar eso pareca que al de ojos verdes le haba agradado la idea pues sonri y el de ojos azules sonri a su vez por verlo sonrer.
Cuando la propuesta fue hecha la apoyaron con bastante nimo, el representante de China en el Consejo, Sze, y por los miembros neutrales del mismo para que se pusiera en marcha cuanto antes. Pero no iba a ser tan sencillo pensarlo y aceptarlo como hacerlo. El quince de noviembre, a pesar de haber perdido a ms de cuatrocientos hombres y tener trescientos ms heridos, el general Zhanshan rechaz un ultimtum japons para entregar Tsitsihar. El diecisiete de noviembre, tres mil quinientos soldados japoneses, bajo el mando del general Jirō Tamon, comenzaron un ataque que termin forzando a Zhanshan a dejar Tsitsihar el diecinueve de noviembre. Japn a cada momento tomaba ms y ms del territorio de China a pesar de la determinacin de su gente por impedirlo.
A fines de noviembre el general Honjō envi a diez mil soldados en trece trenes blindados a Chinchow desde Mukden escoltados por un escuadrn de bombarderos. Cuando las tropas se hallaban en camino, recibieron la orden de retirarse de parte del Ministro de Guerra de Japn Jirō Minami, porque la Sociedad de Naciones quera establecer una zona neutral entre China y Manchuria mientras se preparaba una conferencia de paz por el gobierno civil del Primer Ministro de Japn Reijiro Wakatsuki.
Sin embargo, las dos partes fallaron en el intento de alcanzar un acuerdo. El gobierno de Wakatsuki pronto cay y fue sustituido por un nuevo gabinete liderado por el primer ministro Tsuyoshi Inukai. Negociaciones posteriores con el gobierno del Kuomintang fallaron, por lo que el gobierno japons autoriz el refuerzo de las tropas en Manchuria. En diciembre ms tropas de infantera fueron enviadas a Manchuria desde Corea mientras que otras tantas se enviaron desde Japn. Las fuerzas totales del Ejrcito de Kwantung se incrementaron hasta cerca de los sesenta mil soldados.
El 10 de diciembre se aprob una resolucin en el Consejo para enviar una Comisin al Lejano Oriente; su tarea quedaba definida por el Consejo con el fin de estudiar e informar sobre todas las circunstancias de carcter internacional que amenazaran la paz y las buenas relaciones entre China y Japn; sin embargo no tenan facultades para controlar los movimientos militares de las partes ni para negociar, y su misin no inclua el deber ni el derecho de hacer recomendaciones para solventar el conflicto, eran simplemente observadores.
Con su importante fuerza el ejrcito japons anunci el veintiuno de diciembre el inicio de una gran escalada con el objetivo de sofocar el creciente movimiento de resistencia por parte de la poblacin china en las provincias de Liaoning y Kirin. El veintiocho se form un nuevo gobierno en China luego de que todos los miembros del antiguo renunciaran, el mando militar era un caos, el ejrcito chino fue hacia el sur de la Gran Muralla, en la provincia de Hebei.
--No se deciden por la fecha—comentaba Dhoko—S que se requiere de tiempo pero esto es absurdo.
--Tienen que ponerse de acuerdo—comentaba Shaka—No es sencillo coordinar que la gente se movilice y adems darles seguridades a la Comisin.
--Esto empez en septiembre y hasta ahora nada se ha conseguido, no hay fuerza en estas reuniones, aunque todas las voces se unan para protestar lo cierto es que nada se conseguir.
--No debemos ser fatalistas.
--No me queda nada ms que ser realista, las fuerzas de Japn son superiores, estn organizadas y nada parece detenerlas.
--Dhoko, me gustara decirte algo que te ayudara pero me temo que no puedo.
--Gracias Shaka, s que no tienes siquiera porque soportar cuando acto de esta forma y an as lo haces, me has brindado tu lealtad y comprensin sin pedir nada a cambio, ni siquiera mi propia lealtad, te lo agradezco.
--Cuando veo como hablas de tu pas me parece que es una tierra hermosa, una por la que vale pelear para que tenga paz y se vea libre de gobernarse a si misma.
--Lo es, cuando era nio vea siempre el ocaso y me preguntaba como se vera un ocaso en otra tierra, mi padre deca que en ninguna sera tan hermoso como en la nuestra y deca la verdad.
Por unos instantes Shaka simplemente lo escuch, era la primera vez que le contaba algo de l, algo verdaderamente personal, vea esos ojos verdes brillar por la emocin y no pudo resistirse a hacerle una peticin.
--Hblame de tu tierra Dhoko, dime como es.
El de los cabellos rojizos pareci sonrer con la mirada, como se mira a un nio pequeo cuando pregunta por algo que nos agrada, entonces empez a hablar, le cont al de los cabellos rubios lo que era para l su tierra, los campos abiertos y las calles empedradas, la gente trabajando y las canciones; asombr al de cabellos dorados que el recordar su tierra tranquilizara al de ojos verdes pero tambin notaba el orgullo y la fortaleza que le daba el pensar en su propia gente. Hasta ese momento haban hablado de todo pero no de si mismos, era un poco confuso hacerlo pero les gustaba, era como darse cuenta que esa persona poda escucharlos y era alguien que estaba ah, sin duda eso vala el recuerdo y el momento.
--Espero poder ver tu tierra algn da Dhoko.
--Espero que lo hagas Shaka.
Casi fue como soar por un segundo, pero de los sueos se debe despertar y para ellos dos un nuevo golpe de realidad fue el que los llev una vez ms al conocimiento de no poder hacer nada.
Para el tres de enero de mil novecientos treinta y dos las fuerzas japonesas ocuparon Chinchow, luego de que sus defensores chinos se retiraran sin dar combate. Al da siguiente los japoneses ocuparon Shanhaiguan completando la invasin militar del sur de Manchuria. Con el sur asegurado, los japoneses se volvieron al norte para completar la ocupacin de Manchuria. Tras fracasar las negociaciones con los generales Zhanshan y Chao, a principios de enero el coronel Kenji Doihara requiri la colaboracin del general Qia para avanzar y tomar Harbin.
La comisin de Investigacin se form ese mismo enero, la presida Lord Lytton, representante de Gran Bretaa y contaba con: Aldrovandi representante de Italia, Henri Claudel de Francia, McCoy enviado por los Estados Unidos, y Schnec de Alemania. La Comisin lleg a Tokio a finales de febrero pero durante el mes pasado la situacin empeor al llegar las tropas japonesas a Shanghai. Cuando el Consejo supo del desembarco japons se form una Comisin integrada por los representantes en el organismo ginebrino de Francia, Gran Bretaa, Alemania, Estados Unidos, Noruega y Espaa; se encarg de redactar un informe despus de estar presente en el lugar de los acontecimientos, siendo transmitido al Secretario General de la Sociedad de Naciones.
La ltima fuerza importante china en el norte de Manchuria fue liderada por el general Chao, quien organiz con xito la defensa de Harbin frente al general Qia hasta la llegada del general Tamon; Japn tena el control de toda la provincia de Manchuria, su poder fue completo al tomar las fuerzas japonesas Harbin el cinco de enero.
El Consejo y la Asamblea de la sociedad de Naciones examinaban el conflicto chino-japons; el Consejo llam la atencin al Japn el diecisis de febrero al mismo tiempo que convocaba la reunin de la Asamblea para marzo. Entretanto el Consejo hizo otro esfuerzo por acabar con las hostilidades proponiendo el veintinueve de febrero una reunin de la Conferencia de la Mesa Redonda en Shanghai a condicin que se adoptasen acuerdos para terminar a las hostilidades; el plan no fue llevado a la prctica.
--Apenas si lo puedo creer Shaka—comentaba Dhoko con tristeza.
--No aceptaron la propuesta para llegar a un acuerdo.
--Por qu habran de hacerlo? Tienen Manchuria en sus manos, Japn no har algo como dejar ese territorio ahora.
--An as debe haber una forma de lograr que ambas partes hablen.
--No lo harn, menos con lo que est pasando en los alrededores.
--Ya sabes eso?
--Si, los boicots de China a los productos japoneses parecen el nico camino que les queda para rebelarse.
Era verdad, ese movimiento estaba afectando profundamente y de forma efectiva el comercio de exportacin.
--Cuando me march a estudiar al extranjero—coment el de ojos verdes despus de dar un ligero trago a su t—lo hice con la idea de regresar para trabajar, crea que China podra hacer sus propias industrias, era lo que esperaba al menos.
--Tal vez an pueda hacerse, despus de este conflicto.
--Con estas nuevas trabas lo que ha hecho Japn es fortalecer sus acciones militares, lo sabes bien Shaka.
--La comisin Lytton est trabajando, cuando sus informes lleguen se podr saber mejor que hacer, dirn todo lo que han visto y se podr proceder.
--No s si se pueda confiar en una accin legal, hasta ahora Japn controla las Tres Provincias y sus nuevos gobernantes estn convocando a una reunin en Mukden, quieren declarar a Manchuria un estado independiente separado de China.
No haca falta mucha imaginacin para saber porqu a Japn lo hubiera beneficiado ese movimiento, tendra el camino libre para una expansin econmica que tanto quera.
--A veces cuando hablas as Dhoko me cuesta entenderte.
--A qu te refieres Shaka?
--Es slo que en ocasiones pienso que no crees en la justicia, como si no pudieras confiar en la labor que se realiza aqu.
--Creo en la justicia—le asegur el de ojos verdes—Pero me cuesta trabajo creer en quienes la ejercen. Ya te lo he dicho Shaka, no creo que sea falta de voluntad o de habilidad lo que hace que este conflicto contine, pero la ley sin la justicia para hacerla til no vale mucho.
--Cuando era pequeo mis padres y mis abuelos hablaban de la guerra Dhoko, decan todas estas historias del orgullo humano para sobrevivir pero yo me preguntaba si no era justamente por ese orgullo de querer imponerse sobre los dems lo que haba iniciado todo, incluso cuando se hizo la paz fue como si nadie quedara convencido con lo dictado. Me preocupa que de nuevo sea el orgullo el que gue las acciones que tomamos en lugar del sincero deseo de paz.
--Me temo que slo tengo unas palabras para eso: ten fe.
--Me devuelves mis palabras acaso?
--Son palabras sabias.
Terminaron con su t, deban seguir con sus labores pero ambos tenan ahora en mente que quizs, despus de todo, la paz no fuera el final para esa historia.
En Manchuria se estaban produciendo acontecimientos de importancia histrica: el diecisiete de febrero se instituy un Consejo Supremo administrativo y al da siguiente se proclam la independencia. El da veintisiete el general Chao ofreci cesar las hostilidades, terminando as de manera oficial la resistencia china en Manchuria, aunque los combates contra las guerrillas y algunas fuerzas intermitentes continuaran por varios aos en la campaa para pacificar Manchukuo. A fines de febrero el general Zhanshan se uni al recientemente formado gobierno de Manchukuo como gobernador de la provincia de Heilongjiang y ministro de guerra del mismo estado. Aunque el gobierno japons y sus dirigentes se comprometieron con la Sociedad de Naciones a retirarse, el ejrcito estableca el estado ttere de Manchukuo ese mes pues en realidad quien gobernaba era el propio Japn.
El uno de marzo se cre el Manchukuo poniendo trmino a sus vnculos con la Repblica de China; el nueve de marzo se fundaron las administraciones locales; se estableci la capital de Changehun; y tuvo como regente al exemperador de China Hsuan Tung con el nombre de Henry Pu-Yi. Se cre el Banco central encargado de administrar las aduanas, las gabelas, impuesto sobre la sal y otros. Tambin se form un ejrcito con la colaboracin de oficiales japoneses como consejeros. El gobierno del Manchukuo se esforzaba por ser reconocido internacionalmente, desde su constitucin como estado independiente hasta establecer relaciones diplomticas con todos los Estados; el Ministro de Negocios Extranjeros del Manchukuo, Hsieh Cheih-Shih, informaba el doce de marzo del primer ao Tantung (6) que las provincias de Fengtien, Kirin, Ieilungkiang y Jehol del distrito especial de Tungsheng y Mens Mongolian (7) bajo diversas banderas, se haban unido para establecer un gobierno independiente que pona trmino a sus vnculos con la Repblica de China y creaba el Man-Chou-Kuo (8). Se acusaba a China de falta de unidad, de someter a la poblacin a grandes sufrimientos por la corrompida disciplina en los crculos oficiales y la prctica de una poltica xenfoba con las naciones extranjeras. Ante esta situacin Manchuria se proclamaba Estado independiente para promover su felicidad y la paz, respetara las leyes internacionales y convenios y en economa practicara la ley de puertas abiertas
Frente a las delegaciones que envi la Sociedad de las Naciones al lugar de los acontecimientos, Japn mantuvo una actitud claramente hostil, y las delegaciones europeas que llegaban a Mukden para conocer en directo el desarrollo del conflicto y las comunicaciones se vean obstaculizadas en sus acciones. En un telegrama que Shaka haba tenido que reportar se lea:
--“La actitud provocativa de la guardia japonesa en el barrio de las delegaciones”.
Sin duda las comisiones de observadores no estaban teniendo una labor sencilla.
China y Japn iniciaron negociaciones en Shanghai el catorce de marzo y el Comit intervino dos veces para sortear problemas a peticin de China. El armisticio se firm el cinco de mayo, iniciando al da siguiente la retirada de las tropas japonesas; el da treinta y uno fueron reembarcadas las divisiones enviadas desde el Japn pero una fue enviada a Manchuria.
El gobierno japons comunicaba el ocho de abril una nueva noticia, Shaka sostuvo el mensaje en sus manos que hablaba de que las “fuerzas japonesas aportaron a las fuerzas del nuevo gobierno, en un espritu amigable la colaboracin necesaria al restablecimiento y mantenimiento del orden y de la tranquilad”.
Pero nada de eso alegraba a varias personas que vean simple y llanamente lo sucedido como una invasin y una prdida de territorios adems de una clara declaracin de poder.
--Los informes son claros Dhoko, la opinin de la Sociedad de Naciones est del lado de China.
--Eso no va a hacer que Japn se retire Shaka.
--El informe Lytton se firmar dentro de poco en Peiping, sabes bien que se declarara como agredida a China por parte de Japn.
--Pero Japn desprecia abiertamente los acuerdos de la sociedad de Naciones, lo sabes, han atropellado tratados internacionales por la fuerza, dudo que les importe lo que se decrete en el informe Lytton.
A esas palabras el rostro del de China se vea decado, al de cabellos rubios no le gustaba verlo as, creaba una sensacin en su pecho como si estrujaran su corazn, no pudo evitar su siguiente movimiento, casi como si tuviera voluntad propia su mano derecha fue al rostro de Dhoko y acarici con sus dedos su mejilla.
--No te rindas a la desesperanza, por favor.
El de ojos verdes lo observ desconcertado y el rubio se dio cuenta de lo que estaba haciendo, retir su mano de inmediato y ya no pudo ver directamente al otro hombre.
--Tengo…tengo que atender algo.
Dijo velozmente el de ojos azules para desaparecer un instante despus, dejando al de cabellos rojizos completamente confundido por su proceder pero en ese momento no crea poder hacer mucho. En los meses anteriores se haba mantenido activamente trabajando en todo lo que le era posible para promover la informacin de lo que estaba pasando en China, recaudando fondos adems de donaciones personales para los desplazados por el conflicto, sensibilizar a los dems sobre la importancia de lo que estaba sucediendo. Justamente por eso no se haba detenido mucho tiempo a pensar en nada ms, como en ese joven rubio que a veces actuaba con l de una manera afectuosa pero no de un afecto que le pareciera de amigo.
El mes de septiembre qued listo el Informe Lytton pero fue examinado por el Consejo hasta noviembre; previamente el propio Lytton haba pedido que se llegara a un acuerdo, antes de discutirlo en la Asamblea entre China y Japn. Sin embargo como ya se haba reconocido el estado independiente de Manchukuo no pareca importar mucho y no se dio un acuerdo de las partes para iniciar un debate.
Japn reconoci formalmente el Estado independiente del Manchukuo a partir del quince de septiembre, cuando el general japons Mutto, Comandante en Jefe del ejrcito del Kwantung y Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en misin especial y gobernador general de Kwantung para dirigir los servicios consulares firm con el primer ministro del Manchukuo un Protocolo, por el cual el Japn reconoca al nuevo Estado independiente del Manchukuo por voluntad de sus habitantes, considerando que el nuevo Estado haba declarado respetar los acuerdos internacionales concluidos por China respecto al Manchukuo, as como el deber de respetar sus derechos territoriales y asegurar la paz en Extremo Oriente.
--Lo han conseguido—deca Dhoko como si no terminara de creerlo—Crearon un nuevo estado.
--China est protestando contra este reconocimiento—comentaba Shaka—No creo que lo acepten.
--Lo que ha hecho Japn es simplemente establecer un protectorado sobrentendido sobre Manchuria, ser lo mismo que con Corea.
--El informe Lytton ser estudiado.
--Eso no cuenta, Japn lo ha ledo y examinado acaso no has escuchado lo que dijeron? Dicen que China es un pas anormal, confuso, un sitio donde reina la anarqua, que se encuentra en un estado de desintegracin social, que no se puede saber cuando tendr un gobierno central fuerte y permanente.
--Dhoko…
--S que tenemos diferencias pero no somos unos brbaros como lo hacen creer con esas palabras. Pero se atreven a decir que en ese estado de las cosas no se puede garantizar los bienes y la vida de los extranjeros.
--Lo lamento.
--No es tu culpa, ya no siquiera s si es culpa de alguien lo que est sucediendo, es que me cuesta trabajo creerlo, ha pasado un ao y sencillamente no se consigui nada.
--La Asamblea se reunir en unas semanas, an pueden dar un fallo positivo.
--Crees que servir de algo?
A eso no tuvo respuesta el de cabellos rubios, sinceramente ni siquiera l mismo crea ya en esas palabras aunque deseara hacerlo. Vea a Dhoko pero no estaba seguro de poder leer sus reacciones, se dio cuenta que le hubiera gustado consolarlo de alguna manera pero no encontraba ninguna, eso lo entristeci an ms. Haba pasado un ao a su lado compartiendo opiniones e ideas, hablando de sus vidas y sus sueos a futuro pero en ese instante todo se limitaba a que el de ojos verdes se senta impotente de poder lograr nada, lo que fuera, por su tierra.
--Perdona Shaka—dijo de pronto el de cabellos rojizos.
--Por qu?
--Tratas de apoyarme y yo no lo permito, gracias por eso.
Mientras le hablaba le tom las manos entre las suyas con suavidad, por un instante le dio la impresin al de ojos azules que lo acariciaba y no pudo decirle nada, agach la vista y casi dese salir corriendo, no poda explicarse eso. Pero el momento se termin y el de ojos verdes lo dejo ir.
--Debo retirarme Shaka, necesito hacer algo.
--Si—dijo dbilmente el rubio.
No supo ms, no ms all de lo rpido que lata su corazn.
La Asamblea se reuni en diciembre, las conclusiones de la Comisin Lytton contenan una meticulosa descripcin de los sucesos desde el dieciocho y diecinueve de septiembre de mil novecientos treinta y uno; la accin de las autoridades militares japonesas que realizaban diversas actividades en cuestiones militares y civiles inspiradas en condiciones polticas; la ocupacin progresiva de las Tres Provincias del Este usurpadas al control de las autoridades chinas; la batalla de Shanghai; y cmo despus de la ocupacin se reorganiz con rapidez la administracin. El movimiento de independencia del Manchukuo no exista antes del dieciocho de septiembre de mil novecientos treinta y uno y slo se realiz gracias a la presencia de Japn.
La Comisin tambin seal que intervinieron en la creacin del Manchukuo las actividades de los funcionarios japoneses tanto civiles como militares. Eso era motivo para no considerar la existencia de un movimiento de independencia espontneo y sincero, as que Japn tendra que responder ante la sociedad de Naciones pero eso no sucedi. Japn anunci su retirada de la Sociedad de las Naciones en diciembre del mismo ao, sencillamente no le importaba lo que dijera un organismo internacional. Para Shaka significaba que Dhoko estara decepcionado, era todo lo que tena en mente cuando lo busc, esperaba que si l se lo deca podra apoyarlo de alguna manera para que fuera ms sencillo pasar por el momento aunque no estaba seguro que eso fuera a suceder. De todas formas cuando se vio de nuevo con el de ojos verdes este tena una resolucin tomada.
--Ya sabes lo de Japn?
--Si Shaka, simplemente se retira de la Sociedad de Naciones, as no tendr que rendir cuentas.
--Nadie esperaba que las cosas fueran a ser as.
--Si escuchas ms atentamente sabrs que hay quienes aseguran que fueron los mismos japoneses los que dinamitaron el ferrocarril, es bastante probable.
--Qu ocurre Dhoko?
--Es que me he decidido por algo.
La forma en la que dijo esas palabras estremeci al rubio, no estaba seguro de querer escuchar lo siguiente.
--Voy a irme Shaka.
--Irte?—pregunt como un suspiro.
--Regresar a China.
El de los ojos azules tuvo que cerrarlos para contener sus emociones, no esperaba eso, no poda creer que l se marchara.
--Te sientes bien Shaka?
Tuvo deseos de decir no pero senta que no deba hacerlo, necesitaba dar otra respuesta.
--Me sorprendiste Dhoko.
--Necesito volver a China, no puedo quedarme ms tiempo aqu, he esperado y esperado pero no siento que logre nada.
El de cabellos dorados no estaba escuchando realmente, no entenda siquiera esas explicaciones, no le interesaba nada de eso, lo nico que deseaba escuchar era que el de ojos verdes no se ira pero eso no iba a suceder.
--Tengo que alistarme Shaka, espero poder despedirme.
Sin esperar por una palabra ms el de cabellos rojizos se fue, cuando se alej el joven Vierge murmur lo que quera que el otro escuchara de l.
--No te vayas.
Pero Dhoko no pudo escucharlo.
Ya a solas Shaka pensaba con un poco ms de calma en lo que suceda, se daba cuenta que a Dhoko lo estaba inquietando la situacin, no poda ser diferente cuando aparentemente su causa no lo estaba llegando a ningn lado. El de Vierge pens que era mejor ver como se encontraba personalmente y fue a buscarlo, no tard ms que lo necesario en llegar y qued delante de la puerta de su habitacin, vacil por un instante pero se decidi y llam, unos momentos ms y la puerta se abri.
--Hola Dhoko.
--Shaka, no esperaba visitas.
--Lamento si te interrumpo, no deseaba molestar.
En ese instante vio que pareca alistar su equipaje, se qued sin palabras unos segundos para despus ver directamente al de ojos verdes como buscando una respuesta y el otro comprendi.
--Voy a regresar a China cuanto antes—dijo Dhoko.
--Por qu?
--Ya no tengo nada que hacer aqu, debo volver.
--No es tu culpa lo que est sucediendo, estas cosas llevan tiempo.
--Ya no tengo tiempo Shaka, debo regresar, aqu no estoy logrando nada, cre que poda hacer algo pero no es as, debo regresar.
--Pero…
El rubio no encontraba palabras, senta que deba hacer algo como ganar tiempo, pero no encontraba la manera de hacerlo, el otro hombre continuaba con su labor sin prestarle atencin y eso lo puso triste de repente.
--Dhoko.
--Qu sucede?
--Es que me sorprende un poco.
--Quisiera darte las gracias Shaka.
--Por qu?
--Has sido de gran ayuda para m, de verdad.
--No necesitas darme las gracias, yo slo hubiera querido hacer algo ms.
--Tendr que volver para hacer ms de lo que he hecho aqu.
--Entonces ests decidido a marcharte?
--Si.
El de los ojos azules sinti que no quedaba nada por hacer, l iba marcharse, tena que dejarlo ir aunque no estaba en sus manos resolverlo ni impedirlo. Dhoko iba a marcharse y l deba dejarlo ir.
--An debo terminar con mi equipaje Shaka, es mejor que acabe con esto.
--Comprendo Dhoko.
Dio vuelta como si fuera a salir de la habitacin pero al llegar a la puerta sinti que si sala no tendra nunca ms una oportunidad de sincerarse. Cerr la puerta y se acerc al de ojos verdes sin esperar por ms, lo estrech entre sus brazos por la espalda, no con fuerza, era ms bien con dulzura y timidez.
--Qudate.
El de los ojos azules permaneca muy quieto, recargando su frente contra su espalda del de cabellos rojizos, no estaba seguro de lo que buscaba con eso o lo que poda lograr pero si saba que era lo que necesitaba hacer, era lo que deseaba.
--Shaka.
--Qudate Dhoko, no te vayas.
El rubio no saba que esperar de ese momento, le hubiera gustado que el otro diera vuelta y lo abrazara tambin y le dijera que iba a quedarse a su lado y que lo quera y nunca lo dejara pero el venido de China no mostraba lo que pensaba o senta de esa declaracin.
--Por qu me dices esto ahora Shaka?
--Porque te quiero y no quiero que te marches Dhoko.
--Te quiero.
Por un momento el rubio sinti que su corazn sonrea ante esas palabras.
--Pero no puedo quedarme Shaka, no lo har ni an por ti.
Entonces hizo que lo soltara, camin unos pasos antes de dar vuelta y mirarse ambos de frente con diferentes sentimientos.
--Mi regreso no tiene que ver contigo—dijo el de China.
--S que te parece que no logras nada desde aqu Dhoko pero si te tomas un poco ms de tiempo…
--Mi pas esta siendo invadido, recurrimos a la ley para evitarlo y hasta ahora todo lo que hemos logrado es nada, absolutamente nada, si esto sigue as Qu nos garantiza que no continuaran las cosas de esta manera? Qu impedir que otros territorios quieran apropiarse de lo que es nuestro?
--Las cosas se resolvern.
--Si pero ya no puedo esperar a que otros lo hagan, necesito regresar para estar del lado de mi gente y defender mi tierra, es mi deber.
--Es tu deber Y qu hay de tu corazn Dhoko? Qu hay de m en ti?
--No puedo hacer nada con estos sentimientos, tampoco con los tuyos.
--Hablas con mucha frialdad, pareciera que no te importara lo que he dicho.
--Me importa, me importa ms de lo que crees pero estoy decidido a marcharme y an sintiendo lo que siento por ti no voy a cambiar mis planes.
--Entonces no lo hagas, no puedo obligarte a nada, no podra soportar que un da me reprocharas el quedarte—dijo medio con dolor y medio con amargura el rubio.
--Es slo que en este momento no hay nada para nosotros dos Shaka, lo lamento pero as es.
--No es verdad Dhoko, sabes bien que si lo hay.
--Qu dices?
--Ahora tenemos este amor Dhoko, no digas que no tenemos nada.
Haba algo en esos ojos azules al decirle esas palabras, era algo aparte de esa seguridad y alegra por decirlo, el de los ojos verdes se dio cuenta que era cierto, ese joven de cabellos dorados tena razn, lo que haba en ellos era la esperanza de ese amor, quizs el mundo cambiaba y la gente enloqueca pero ellos an tenan algo en lo cual refugiarse para seguir con sus vidas esperando por el maana, por un maana que les permitiera estar juntos sin esos fantasmas de guerra aullando a su alrededor.
Siendo as los dos se acercaron lentamente hasta quedar tan cerca que podan sentirse con total claridad, bien vala la pena decir algo pero no necesitaban hacerlo, lo ms importante ya lo haban dicho. Se tomaron solamente un latido de su corazn para tomarse las manos y sonrer, despus de eso fue una sucesin de escenas que se han vivido desde un siglo antes, desde mil aos antes, desde el principio de los tiempos, siempre ha sido lo mismo cuando dos personas que se aman se encuentran y estn dispuestas a demostrarlo.
Dhoko y Shaka empezaron a besarse con suavidad y pasin, tenan esa necesidad de tocarse y demostrarse lo mucho que se queran, tal vez era una forma muy primaria y fsica de hacerlo pero era sincera, no se trataba de la simple sensualidad ni de satisfacer un deseo carnal, era ms profundo y ms sincero, pero igualmente intenso y deslumbrador. No haba espacio para las dudas ni para los miedos, la idea de separarse qued en algn sitio muy lejano sepultada bajo los sentimientos de dicha y la necesidad de tocarse, quedaba un slo camino en esas circunstancias.
Mientras las manos acariciaban y exploraban ninguno de los dos se mostr en contra de ser complacientes y permitir que vagaran por donde desearan hacerlo, al principio de forma bastante superficial para poco a poco hacerse ms decididas y encontrar espacios abiertos entre las telas que las llevaron a conocer la tibieza y vida que se esconda debajo de las prendas, era tal que necesitaban que no hubiera nada entre ambos. Se haban quitado la ropa, estaban desnudos en la habitacin, fue Dhoko quien hizo a Shaka recostarse sobre la cama, unos momentos despus se estaban atrayendo mutuamente y besndose, sintiendo su cuerpo tocarse por vez primera con cuidado, lentamente, para despus estrecharse con calma, casi como si durmieran. No se miraron en esos primeros momentos, prefirieron sentirse, una de las manos del de China toc dulcemente el sexo del de Vierge y este gimi en voz baja, casi como si le doliera, pero no haba dolor, no haba espacio para eso entre los dos.
Unos momentos ms y el rubio era quien acariciaba con ternura entre sus piernas al de ojos verdes, unos instantes ms y la ternura se convirti en deseo llano por sentirlo, por la excitacin que provocaba en ambos el estar desnudos en una cama y acariciarse directamente en donde deseaban hacerlo, hasta que llegaron al punto que sus manos ya no bastaban para la tarea; sus piernas se separaron de manera invitante y sus muslos se enredaron para permitir a sus excitaciones encontrarse y desatar una oleada de sensaciones por todo su cuerpo que a cada segundo deseaba ms y ms a ese compaero que los estaba llevando al ntimo conocimiento de si mismos.
Entre los besos profundos y las caricias intensas los dos sentan con total claridad que no podan esperar demasiado por seguir, no podan haber despertado a esa pasin sin completarla, sus miembros estaban rgidos por encontrarse y su piel arda como ascuas por la necesidad. Fue Dhoko una vez ms quien prosigui haciendo que las marfileas piernas del rubio se separaran para l y sin proponrselo siquiera su sexo roz la masculina intimidad de su compaero, este se estremeci pero deseaba sentirlo de nuevo y movi sus caderas como si buscara que siguiera.
El venido de China estaba ms que dispuesto a continuar, pero quera hacer algunas cosas antes, quera que para el rubio fuera de lo mejor que experimentara en su vida, para eso necesitaba usar toda la paciencia que pudiera en ese momento. Tom la cinta de seda que estaba casi suelta del cabello dorado del de Vierge, descendi suavemente por su cuerpo acaricindolo con la seda y besndolo dcilmente, casi como si slo siguiera las peticiones del de ojos azules, hasta que alcanz su miembro que estaba turgente ante sus ojos verdes. Shaka no esperaba lo que senta en ese instante, el de cabellos rojizos cea con firmeza la suave seda en la base de su sexo para acariciar con sus labios la punta y pasar su lengua sugestivamente hacindolo sollozar con delicia.
Para Dhoko las cosas apenas si haban empezado pero tampoco poda resistirse a continuar, quera satisfacer a Shaka y con eso como prioridad sigui acariciando su miembro mientras buscaba su secreta entrada que ya haba tocado una vez; sus dedos se mostraron hbiles en acariciarlo y provocarlo para que se arqueara bajo su toque y sus caderas insistieran en que siguiera y no se detuviera. No quera lastimar a su compaero as que hizo todo lo posible para que fuera ms sencillo que lo recibiera, lo bes y lo acarici, us su lengua y sus dedos buscando que se relajara y cuando lo crey listo lo penetr con su lengua.
A Shaka le daba la impresin que poda desmayarse de un momento a otro, senta esa deliciosa presin en su sexo mientras el de ojos verdes lo haca vivir experiencias deliciosas que encendan su cuerpo como una hoguera, senta esa hmeda suavidad explorarlo en su intimidad y lo excitaba terriblemente al grado de no poder dominarse y separar sus piernas de manera invitante para que lo hiciera suyo. Y nunca antes haba actuado de esa manera con nadie pero jams haba estado entre los brazos de un hombre como el que estaba en esos momentos con l.
Los dedos de Dhoko se deslizaron con cuidado y tentativamente para acariciar el de ojos azules en su estrecho pasaje, realmente estaba estrecho, saba que deba hacer algo para no lastimarlo, as que presion con la punta de sus dedos para penetrarlo, uno de sus dgitos logr entrar por completo y despus entr otro, se movieron despacio retrocediendo y avanzando para despus hacer crculos y presionar en un punto exacto, tan exacto que el rubio se curv sobre su espalda gimiendo. No podan aguardar ms, ninguno de los dos.
En forma decidida, como un tigre al acecho, Dhoko se apropi del lugar que deseaba, estaba encima de Shaka quien se mantena muy quieto con la mirada brillante aguardando, simplemente aguardando. El de los ojos verdes bes al de cabellos dorados en la boca con sensualidad, probando sus labios y separndolos despacio para despus explorarlo lentamente con su lengua al mismo tiempo que una de sus manos guiaba con cuidado su erguido miembro al interior de su compaero. Por un instante para el rubio fue como ser herido, pero no por mucho tiempo, fue algo que cambiaba, se transformaba hasta convertirse en placer, en goce incomparable, sintindose uno al otro con todo su esplendor.
Bastaron unos instantes para que se estrecharan, an as al de los ojos verdes le cost un poco de trabajo estar en el interior del rubio, no deseaba lastimarlo pero tampoco poda aguardar y forz un poco su cuerpo para estar en l; al de Vierge no le molest, haca todo lo que poda para que su cuerpo se relajara y el otro hombre estuviera en su interior. Al final el de China se impuso y se movi pausadamente en ese delicado cuerpo que lo transportaba casi a los cielos en su perfeccin y lo hunda en su propia pasin por su entrega, mientras tanto el de cabellos dorados no se resista a nada y se le entregaba por completo a ese compaero que lo complaca con su delicadeza y su fuerza por igual.
Para ambos era fascinante el estar unidos y compartir su deseo y su cuerpo, necesitaban estar juntos al menos por un momento de su existencia y si era de manera fsica no se opondran, Dhoko era intenso y decidido mientras Shaka era apasionado y tierno, pero ninguno de los dos se engaaba sobre esas sensaciones que parecan llenarlos y hacerlos necesitar ms de ese cuerpo que los enloqueca y les quitaba la voluntad y el aliento, solamente podan moverse y aferrarse mientras se unan en una especie de ritual antiguo que los unira irremediablemente sin importar en que sitio o en que tiempo se encontraran.
El sexo de Dhoko presionaba con fuerza en el interior de Shaka, la clida intimidad del rubio estrujaba el erguido miembro mientras su propio sexo estaba entre ambos turgente y estremecido por la seda y la intensidad de su propia pasin compartida. Los dos geman intensamente yendo al mismo tiempo al completo xtasis sin poder separarse, se besaban con hambre y se estrechaban con necesidad, no podan separarse, no queran hacerlo en ese instante, la sensacin de ser uno del otro aumentaba velozmente hasta que ninguno de los dos fue capaz de hacer nada por si mismo, gimieron con voces audibles y complacidas mientras el de China liberaba de la presin de la seda al de Vierge y sus esencias abandonaban sus cuerpos como testimonio de su unin.
Se necesitaron unos momentos para que lograran recuperar el aliento pero en cuanto se miraron de frente supieron que seguan presos del mismo hechizo que los haba unido unos momentos antes, se besaron con un poco ms de calma al mismo tiempo que se prodigaban caricias silenciosas disfrutando los ltimos rescoldos de su pasin compartida.
Por la maana no haba nada que cambiara los planes que estaban delimitados, Shaka lo saba y por eso haba aceptado resignadamente que Dhoko terminara con su equipaje y se alistara para partir, l mismo lo ayud en silencio y estaba a su lado mientras esperaba por la hora de irse.
--Comprendes que debo hacerlo Shaka?
--Si pero no es ms sencillo aceptarlo Dhoko, no pudo imaginarme siquiera lo que ser de ti en este viaje.
--No temas por m, hago lo que debo hacer, es lo que mi sentido del deber demanda. He intentado ayudar a mi tierra por medio de las leyes pero eso no ha dado mejores resultados que no hacer mucho, necesito estar cerca y saber que hay ms que palabras y decretos, debo ver que sean respetados.
--No voy a detenerte, s que no tengo derecho pero no fingir que no me entristece que te vayas.
--Volver.
--Eso no lo podemos asegurar.
El de los ojos verdes lo tom por los hombros y lo hizo mirarlo de frente, estaban en silencio pero pareca que slo algo poda decirse.
--Volver Shaka, te doy mi palabra, por mi honor te juro que volver.
El rubio deseaba creerle pero no poda librarse de la incertidumbre, an as no evit responder al beso que le daba su compaero con suavidad, al separarse se senta ms tranquilo, ms seguro de si mismo y del futuro.
--Te esperar—fue todo cuanto pudo decir el de ojos azules.
Unos momentos ms y Dhoko se fue, dejando a Shaka solo, tan solo como pudiera estar alguien con sus recuerdos, segua preocupado por lo que desconoca pero tambin confiaba en su compaero, si le haba prometido regresar lo hara…desafortunadamente ambos ignoraban cuando. Pero no estaba en sus manos resolver eso, haba intereses que los superaban como para poder tener la seguridad de una fecha; an as el de ojos azules no se desanimaba, saba que an quedaba la esperanza, la certeza de lo que no tena y la seguridad de lo que no poda ver.
El ao de mil novecientos treinta y tres empez con incidentes en Shanghaikwan, un extremo de la Gran Muralla, que era un sitio muy importante para las estrategias y Japn lo consideraba como parte del Manchukuo, pero China reaccion protestando ante la Sociedad de las Naciones y declarando que no poda garantizar cualquier situacin que resultara del ejercicio del derecho legtimo de las fuerzas chinas para resistir a la accin agresiva de las fuerzas japonesas.
El diecisis de enero se reuna el Comit, que todava no haba recibido ninguna propuesta de las dos partes implicadas en el conflicto, hasta dos das despus Japn envi sus propuestas, sealando que el rgano que se crease para la solucin del conflicto no tuviera ms representantes de los Estados miembros de la Sociedad de las Naciones. Para el veintiuno el Comit comprob que Japn no aceptara el proyecto de resolucin que ellos plantearan. El Comit hizo constar la posibilidad de redactar un proyecto de resolucin que las dos partes estuvieran dispuestas a aceptar pero Japn no aceptaba las propuestas del Comit y este a su vez no poda aceptar las proposiciones que le presentaba Japn; finalmente el Comit hizo constar que pese a los esfuerzos por preparar una solucin de acuerdos con las partes pareca imposible someter a la Asamblea ninguna proposicin.
El nueve de febrero se pidi al gobierno japons que respondiera a la posibilidad de aceptar como una de las bases del proyecto de conciliacin, el establecimiento en Manchuria de una amplia autonoma relacionada con la soberana y la integridad administrativa de China. El catorce de febrero Japn ratificaba su postura, en el sentido de que el mantenimiento y reconocimiento de independencia del Manchukuo constitua la nica garanta de paz en el Lejano Oriente, as como que la cuestin seria regulada entre China y Japn. El Comit consideraba las proposiciones presentadas por Japn pero no ofrecan una base de conciliacin aceptable.
El gobierno japons insista en que lo sucedido en Mukden y el resto eran medidas de legtima defensa, y que Manchukuo se haba fundado por la voluntad del pueblo de Manchuria, as que no haban violado el Pacto de la Sociedad de las Naciones o cualquier otro tratado internacional. Consideraba que China no tena una autoridad que gobernara todo el pas, especialmente el problema de Manchuria y acusaba al gobierno nacional de una poltica xenfoba.
El Informe Lytton presentaba que en el nuevo Estado de Manchukuo haca progresos rpidos, la paz y el orden reemplazaban al pillaje mientras el comercio y la industria mejoraban, todo ello eran pruebas de lo bien fundados argumentos japoneses sobre una paz durable en Extremo Oriente. El Pacto de la Sociedad de las Naciones estipulaba el reconocimiento de entes regionales, y el Protocolo entre Japn y Manchukuo del quince de septiembre entraba en esa categora, pues los intereses de Japn en Manchuria fueron reconocidos aunque insista en que no era por deseo territorial o mejoras comerciales.
En China no se esperaba que mejorara la situacin, era cierto que el lder Chiang Kai-Shek haba protestado enrgicamente todo ese tiempo a cada nueva violacin de las fuerzas japonesas ante la Sociedad de Naciones pero no hizo nada para oponerse a la ocupacin; en ese contexto se estaba dando ms fuerza a un movimiento que ya tena unos aos gestndose e inquietaba a la comunidad mundial: el comunismo invadi China y era un problema que teman en Europa y Amrica. Aunque se deseara apoyar a China en contra de Japn y se viera que los japoneses eran invasores no haba fuerzas reales que apoyaran a los chinos.
El veintisiete de marzo el Ministro de Asuntos Exteriores del Japn, Yasuya Uchida, comunicaba a la Secretara General de la Sociedad de las Naciones su retirada del organismo ginebrino, alegando que estaban a favor de China y que adoptara el Informe Lytton. Japn simplemente no aceptaba una autoridad de un organismo internacional de primera importancia y quera obligar a China a aceptar las clusulas y conclusiones que decidiera.
Los ataques militares japoneses a posiciones chinas seguan y el gobierno chino en abril inform a la Sociedad de las Naciones que fuerzas japonesas ocupaban Jehol y Hopei, al Sur de la Gran Muralla, al Este cerca del mar en direccin al puerto de Tiansin y al Oeste en direccin a Peiping; tambin haban llegado al ro Louan, al Oeste de Shanhaikwan. La lucha en Peiping continuaba mientras que fuerzas chinas volvieron a ocupar Lou Lang y Chienan.
Una nueva apelacin del gobierno chino a la Sociedad de las Naciones se dio en mayo y se celebr en Ginebra una Asamblea Extraordinaria por el conflicto entre China y Japn y se comunica al Consejo y a los miembros de la Sociedad de las Naciones el ocho de junio el Armisticio Chino-Japons firmado en Tang-Kou el treinta y uno de mayo segn la declaracin del presidente ejecutivo chino Vuan. El acuerdo relativo al cese de las hostilidades en la provincia de Hopei fue firmado por los representantes de los mandos militares en el frente. El documento se limitaba a cuestiones militares y para nada afectaba a la poltica del gobierno chino.
El rubio de ojos azules acogi esa noticia como muchas personas: pensaban que la paz estaba cerca. Al menos esperaban que fuera un movimiento para la retirada de tropas pero slo fue una parte pues en realidad hablaba de un cese al fuego pero no deca nada sobre el estado independiente de Manchukuo. Los miembros de la Sociedad de las Naciones haban declarado que no reconoceran el rgimen de Manchuria, era necesario tomar medidas encaminadas a impedir su adhesin a los convenios internacionales; a peticin de China se suprimieron los servicios postales; su moneda no sera admitida en la cotizacin oficial; no se podrn reconocer pasaportes as como adoptar medidas relativas a comercio.
Parecan acciones muy drsticas pero tambin necesarias si se deseaba hacer respetar la autoridad de los organismos internacionales, quizs con eso Japn se retirara finalmente. En octubre la Comisin Lytton propona como solucin la retirada de las tropas japonesas y la semiautonoma de Manchuria respecto a China, las propuestas fueron aprobadas por la Sociedad de Naciones pero Japn se retir de sta, con lo cual incorporaba plenamente a Manchuria como un estado satlite.
Aunque la situacin se tranquiliz y pareca que el armisticio daba resultados quedaba un sentimiento que en realidad se haban perdido vidas para nada. An as para Shaka quedaron buenas noticias cuando recibi una carta de Dhoko en la que le informaba que iba de regreso y el de los ojos azules no dej de sonrer desde que lo supo.
Unas semanas despus Shaka senta que apenas si poda aguardar pues haba recibido un telegrama de Dhoko dicindole que llegaba ese da. Esper por la maana y cuando la tarde daba inicio llamaron a la puerta, no esper ni dos segundos para ir a la puerta y abrir, ah estaba l, casi un ao separados y pareca que nada haba cambiado. De inmediato se dieron un abrazo para entrar un segundo despus a la casa y con la puerta cerrada empezaron a besarse.
--Al fin vuelves Dhoko—deca el rubio con voz trmula—No sabes cuanto te he extraado.
--Yo tambin te extraaba Shaka—respondi el de ojos verdes—Pero me alegraba que no estuvieras conmigo.
--Por qu?
--Lo sucedido fue muy triste, apenas si se poda creer que esa destruccin fuera posible. La gente tena una expresin diferente, como asustada, con miedo, sin nada ms que resignacin.
--Crees que esto tarde en solucionarse?
--Me siento incapaz de no saber qu suceder, todo el mundo est agitado y esto es slo parte.
--No te pongas triste, por favor.
--Pero no lo estoy, ahora estoy contigo.
Se estrecharon un poco ms tranquilos, el de cabellos dorados no imaginaba, ni deseaba hacerlo, lo que fue que Dhoko vivi y atestiguo en ese intento por detener el avance japons en China. Lo ms importante por el resto del da para ambos fue permanecer juntos, no hablaron de polticas ni tratados, nada de eso, hablaron de ellos dos nicamente, saban que una vez que tocaran las heridas no habra manera de impedir que sangraran.
En una ocasin daban una vuelta por las orillas del Rdano, eso no era inusual para ninguno de los dos, hablaban poco pero finalmente uno de los dos tuvo que decirlo.
--Japn va a retirarse de la Sociedad de Naciones—dijo Dhoko aprisa.
--Algo haba escuchado—dijo Shaka—Ya se haba retirado de palabra pero parece que ahora ser oficial.
--Al final no se sometera a ninguna autoridad exterior.
--La Sociedad de Naciones hizo todo cuanto pudo Dhoko, de verdad.
--Lo s Shaka, lo s.
Pero ambos hombres se daban cuenta perfectamente que haba sido un fracaso, aunque la Sociedad de Naciones no lo admitiera del todo era evidente al no poder impedir la actuacin de Japn al violar tratados internacionales e invadir militarmente a otra nacin como China e incluso promover la creacin de un estado autnomo en Manchuria que todas esas esperanzas que se vean para evitar una guerra y propiciar la paz eran imposibles. Las consecuencias en las relaciones internacionales despus de ese conflicto seran definitivas para las naciones, pues un pas que fuera miembro si no estaba de acuerdo simplemente poda abandonar la Sociedad, mientras que uno que buscara apoyo an siendo respetuoso de sus lineamientos podra ver pasar muchas cosas y no obtener nada.
--Creo que la Sociedad de Naciones en realidad nunca tuvo la fuerza suficiente—coment Shaka—Pudo resolver otras situaciones pero eran menores y esto de China y Japn, simplemente fue demasiado para todos.
--Se que no fue falta de voluntad lo que provoc todo esto Shaka, s que esperbamos por lo mejor.
--Me preocupa un poco lo que puede suceder.
--De qu hablas?
--Si se diera otra invasin o un ataque Quin podra impedirlo?
--Por ms que lo deseemos Shaka la verdad es que debemos aprender a gobernarnos a nosotros mismos y no esperar que otros resuelvan nuestros problemas.
--No confo mucho en eso Dhoko, no parece que de resultado hasta ahora.
--Los cambios en China son intensos desde hace tiempo, esto slo los acelerar.
--De qu hablas?
--Mientras estuve entre los voluntarios vi algunas cosas, escuche otras, sobre todo en las provincias se ve este movimiento, haba un hombre hablando y pidiendo apoyo para la resistencia contra Japn, deca “Levntense, derriben a sus opresores que se han enriquecido a sus expensas”. Mientras Chiang Kai-Shek pelea contra los comunistas son estos los que declaran la guerra a Japn.
--Crees que esto puede avanzar verdad?
--Estoy seguro que lo har, un hombre como Mao Tse-tung no va a detenerse, no puede porque sabe que Japn tampoco lo har, adems quiere reformas de las que nunca se ha hablado antes.
El de cabellos rubios no se atrevi a decir nada, eso se escuchaba como comunismo al ms puro estilo y l siendo europeo no confiaba en los comunistas, Rusia era el claro ejemplo de lo que podra suceder de nuevo en otros pases si se extenda esa prctica.
--Debemos tener fe—dijo despus de unos momentos el de ojos azules.
--Creo que es lo que nos queda, eso y trabajar para que las cosas sucedan—murmur con suavidad el de ojos verdes.
--Lo lograremos.
Diciendo eso se estrecharon la mano entrelazando sus dedos para dirigirse de vuelta a la casa, no podan decir que estuvieran felices con los resultados pero si con poder estar juntos de nuevo; quizs el mundo no fuera un sitio tranquilo y seguro pero mientras pudieran estar unidos lograran protegerse mutuamente. La enseanza haba sido dura, incluso los haba apartado pero no por eso los separ, los vnculos creados por amor son inquebrantables sin importar que incidente los haya hecho surgir.
FIN
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