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Una charla con la muerte por LeeLawlietTakarai

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Notas del capitulo:

Esta historia, tiene mucha fantasía, quizás no tenga mucha lógica, sin embargo espero que lo disfruten.

Nuevamente caminaba por aquellas frías calles como lo venía haciendo desde hacía ya más de diez meses. Se sabía el camino de memoria al tal grado de estar seguro de poder caminar por el mismo hasta con los ojos cerrados. Conocía cada comercio, cada edificio, los semáforos, cada señalamiento y hasta las pequeñas grietas que se encontraban en algunas partes de la calle.


            Estaba realmente fastidiado de esa rutina, pero nada podía hacer se encontraba encadenado a ella pues su madre estaba en hospital y en un estado bastante crítico: había entrado en estado de coma después de haber sufrido un aparatoso acccidente. Y esos diez meses estaban resultando para él realmente una tortura. Lo que más odiaba en la vida era la rutina y precisamente eso era lo que venía haciendo. Por qué había tenido que pasarle precisamente a él y a su madre.


            El hospital no estaba tan lejos del edificio donde se encontraba su oficina, incluso desde la ventana podía ver el hospital por lo que caminaba hasta llegar con su madre todos los días. Durante el camino no pasaba nunca nada nuevo, siempre lo mismo, incluso un día había llevado su reproductor de MP3 para ver si ese rutinario paseo cambiaba pero no había obtenido el resultado que esperaba.


            Cruzó la última calle y miro desde afuera aquel hospital que se estaba convirtiendo en su tercer hogar, después de su casa y trabajo, pero no debía acostumbrarse a el, pues esos lugares no le gustaban para nada.


 


-          Nuevamente llega a la hora joven Damsel – dijo una enfermera al ver entrar al chico


 


Allen Damsel no dijo nada, tan solo se limitó a mirar a la enfermera por un momento. Si que era bastante guapa, además era muy amable y siempre estaba al pendiente de su madre. Quizás algún día la invite a salir, pensó por un momento por que inmediatamente lo negó con la cabeza, esa chica realmente no era su tipo. Ya no sabía no que pensar con eso de la rutina.


 


-          El doctor Mc Gregor desea hablar con usted – dijo la enfermera sacándolo de sus pensamientos –


-          ¿Ha habido alguna novedad? – preguntó el joven empresario


-          Me temo que no, joven Damsel –


-          Gracias –


-          El doctor esta ahora en una reunión del consejo, pero en cuanto termine podrá atenderlo –


-          De acuerdo, pasaré a ver a mi madre –


 


Allen caminó por los pasillos mirando al frente sin prestar la más mínima atención a las demás personas que se encontraban ahí, detestaba los hospitales, no le gustaba ver a la gente enferma y mucho menos llorando, pero ahí estaba él, visitando esos penosos lugares para poder estar de alguna manera cerca de su madre. Que era el único familiar que le quedaba con vida, si a eso se le podía llamar vida.


 


-          ¡Hola! – gritó alguien interrumpiendo sus pensamientos que realmente no tenían mucha importancia


-          ¿Quién eres tú? – preguntó Allen al ver al sigular joven que se paraba frente a él mostrando una maravillosa sonrisa que le resultaba muy extraña pues por la vestimente que portaba daba la impresión de que se trataba de un paciente del hospital –


-          Soy Marcos – respondió el joven


-          Hm –


 


Allen siguió su camino sin devolver el saludo al chico que se había atravesado en su camino puesto que no lo conocía de nada.


 


-          Oye, no me ignores por favor, te he saludado – dijo Marcos


-          Temo que te equivocas de persona – afirmó Allen


-          No lo creo, sé que no no conocemos pero podríamos –


 


Allen se permitió mirar más detenidamente al chico, acaso aquel chico de singulares ojos color ámbar que combinaban muy bien con el color castaño claro de su cabello que llegaba casi hasta mitad de la espalda y su piel que estaba bastante pálida estaba coqueteando con él al hacer ese último comentario.


Allen le dedicó una pequeña mueca que trataba de parecer una sonrisa para después añadir:


 


-          En otro momento –


-          ¿A dónde vas? – preguntó Marcos al notar que Allen comenzaba a caminar


-          ¿Te importa? –


-          Claro – dijo Marcos sin quitar su hermosa sonrisa


-          Voy a ver a mi madre – dijo Allen secamente


-          Te acompaño – dijo Marcos pasando rápidamente su frío brazo por el brazo del joven Allen al que llevaba observando desde hacía unos meses.


 


Desde que lo vio pasar por el pasillo en el que se encontraba su habitación había quedado prendido de él. Su porte fue lo primero que le llamó la atención, después el color tan negro de su cabello que siempre parecía no querer quedarse en su lugar, además de la piel que se mostraba en un tono blaquecino sin llegar a parecer pálida como la suya. Sus ojos que eran de un color azul tan profundo como el mismo océano, y su estatura, pues fácil le llevaba unos treinta centímetros de ventaja. A sus ojos parecía un modelo de esos que de dedican a hacer comerciales para fragancias masculinas, pero por su manera tan formal de vestir había intuido que se trataba de un joven empresario.


 


            Marcos comenzó a caminar arrastrando a su paso a Allen que se encontraba sumamente asombrado por la actitud tan confianzuda de aquel chiquillo extraño. Pero no hizo nada más que caminar, pues nunca en su vida le había pasado algo tan extraño. Y en los meses que llevaba yendo al hospital nunca había visto a ese joven.


 


-          ¿En que habitación esta tu madre? –


-          634 – contestó Allen confundido  -


-          Entoces ya casi llegamos – dijo Marcos con entusiasmo


-          Si –


 


Caminaron unos cuantos metros y llegaron a la habitación 634. Marcos soltó inmediatamente el brazo de Allen y entró primero mirando con ternura a la señora que se encontraba tirada en la cama con muchísimos aparatos conectados a su ya frágil cuerpo.


 


-          Tu madre es una mujer muy hermosa – soltó Marcos


-          ¿Qué dices? – preguntó Allen extrañado


-          A pesar de estar en estado de coma, tu madre es hermosa, me recuerda a la mía –


-          ¿Cómo sabes que esta en coma? –


-          Por lo aparatos, tengo mucho en el hospital que hasta conozco los aparatos que hay – afirmó muy seguro Marcos


-          Nunca te había visto – dijo Allen


-          Eso es por que nunca pones atención a quienes están frente a ti – le recriminó Marcos – Yo si que te había visto pero hasta ahora me atreví a hablarte –


-          ¿Y para qué? –


-          ¿Para qué que? –


-          ¿Por qué me has hablado? –


-          Estando aquí me siento muy solo y necesitaba compañía – explicó Marcos


-          ¿Qué no vienen a visitarte? –


-          Si –


-          ¿Tús padres? –


-          Solo mi papá – dijo tristemente – mi madre no soporta verme en el hospital


-          Pues no pareces tan grave como para andar caminando por los pasillo haciendo amistad con las personas que vienen a ver a sus familiares enfermos – mencionó Allen


-          Ahora me siento mejor – aclaró Marcos sin dejar de ver a la madre de Allen


 


Ambos se quedaron en silencio, pero un silencio tranquilo, pacífico, para nada incómodo un extraño silencio que se disfruta. Marcos miraba a la mujer y Allen miraba a Marcos. A pesar de ser unos deconocidos estaban en la misma habitación acompañando a una pobre mujer que se debatía entre la vida y la muerte.


 


-          ¿Qué edad tienes? – preguntó Allen


-          Apenas y tengo 17 años ¿Y tú? –


-          24 –


-          ¿De verdad? Increíble pareces más joven incluso de mi edad –


-          Hm –


 


Con pequeñas conversaciones se iban conociendo, pero el punto era por qué Allen hacía amistad con otra persona. No solía hablar con nadie que no fueran sus empleados y de cuestiones de trabajo, incluso cuando su madre estaba bien, casi no le hablaba ahora se arrepentía de eso.


 


-          ¿Y por cierto cómo te llamas? –


-          Allen – dijo el aludido


-          ¿Solo Allen? –


-          Damsel, Allen Damsel –


-          Bonito nombre, mucho gusto yo soy Marcos Joubert –


-          ¿Eres francés? – preguntó Allen


-          Si  - contestó – Supongo que tú eres de aquí, de Inglaterra –


-          Así es soy Inglés –


-          ¿Eres casado? –


-          No –


-          Yo tampoco – dijo Marcos juguetonamente


-          Eres muy joven para eso –


-          Puede ser –


 


Nuevamente había reinado el silencio, pero esta vez ambos se miraban a los ojos, los de Allen miraban al otro con extrañeza, mientras que los del joven Marcos tenían un brillo especial cuando miraban a su acompañante.


 


-          ¿Vendrás mañana, cierto? – preguntó Marcos rompiendo el silencio


-          Si –


-          Entonces, ¿Puedo venir a platicar contigo? –


-          Si quieres – dijo Allen sorprendiéndose de su respuesta


-          Muc has gracias nos vemos mañana – y diciendo eso se dirigió hacia Allen y depositó un dulce beso en la mejilla para después salir de la habitación –


 


Allen no dijo nada tan solo pudo abrir los ojos como nunca los había abierto en su vida. Duró viente minutos más en la habitación de su madre sin hacer nada más que mirarla y salió de ella cerrando la puerta con delicadeza.


Iba por los pasillos mirando por las puertas abiertas para ver si se encontraba con el extraño de Marcos, y cuando estaba apunto de terminar el pasillo lo vio, habitación 630, a cuatro de la de su madre. Se detuvó en la puerta y observó que se encontraba dormido y un señor de mediana edad lo acompañaba, seguramente es su padre, pensó Allen. Sin decir nada se fue del hospital olvidando por completo que el doctor de su madre quería hablar con él.


-          ¿Y el joven Damsel? – prerguntó el doctor Mc Gregor cuando terminó la junta


-          Se fue, le estuve hablando cuando lo vi pasar por la recepción pero no me escuchó – dijo la enfermera


-          Que raro, él no es así –


-          Lo sé y lo más raro aún doctor – dijo la enfermera – Es que llevaba una sonrisa en sus labios


 


Continuará.....


 


Terminado el Viernes 22 de febrero de 2008. A las 16:02 hrs

Notas finales:

¿Qué les ha parecido el primer capítulo?

Algunos que ya me conocen, podrán darse cuenta que no suelo hacer fics ni historias con muchos capítulos, no me van (exceptuando el de Bufanda HydexGackt). Así que el siguiente capítulo es el último ^^


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