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Cambio por zion no bara

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Notas del fanfic:

Pues este fic fue el primero en que utilicé a esta pareja pero por otras cuestiones se fue quedando atrás y primero salió Masaje pero ahora ya ve la luz, creo que la tengo desde el año pasado.

 

Notas del capitulo:

Debo decir que esto es sólo entretenimiento, no demuestra mi punto de vista si estoy a favor o en contra del tema.

Espero que les guste.

 

El trabajar en una columna para una revista no era del todo sencillo, pero si se tenía habilidad con las palabras y se sabía bien el tema del que se hablaba sin duda era más sencillo, al menos para Death Mask de Cáncer no era tan complicado como había escuchado a otros quejarse que lo era. La primera vez que le ofrecieron escribir un artículo había sido durante la universidad, para la publicación que la misma escuela manejaba y lo hizo con agrado, no era para ganarse un premio pero había sido bueno y desde entonces escribir para él era como una parte complementaria de su propia carrera. Era de notarse que la economía no era precisamente un área que tuviera muchos seguidores por si misma, a su forma de ver las cosas era más bien como una necesidad para la mayoría de la gente pero para él era el camino que más le había gustado y por eso dedicaba su vida a ella.

Cuando su artículo estuvo listo y el editor le informó que se encontraba impecable el de los cabellos azules supo que no tenía más que hacer, sus clases de economía (que el dictaba por supuesto) sólo eran tres veces a la semana y su ciclo como conferencista se había terminado, esencialmente era como estar de vacaciones en esos momentos y por lo mismo se decidió a salir y divertirse un poco. Habló con unos amigos por teléfono y se pusieron de acuerdo para planes esa misma noche, no estaba mal lo de despejarse un rato.

Primero tenía que llegar a su casa, tenía su propio automóvil y recorrió aprisa el camino, vivía en un imponente departamento en uno de los edificios considerados de intelectuales de una zona de la ciudad pues todos los que vivían ahí eran escritores y/o docentes reconocidos. Una vez en su hogar se dio una ducha rápida y se alistó para su salida, era un hombre joven aún y se mantenía en forma, además que con su aire de peligrosidad por cierta razón siempre atraía a gente a su entorno. No estaba nada mal su vida.

--Hola Death Mask-lo saludaron.

--Hola.

Estaban en un conocido bar de la ciudad, sus amigos para esa tarde eran Saga de Géminis, Dohko de Libra y sobre todo Aioria de Leo. Saga era un reconocido publicista y Dohko un legista con miras políticas, el más joven era Aioria que en esos momentos se consideraba una especie de joven virtuoso de las finanzas en la bolsa de valores.

--Que bueno que estuvieran libres-les dijo el de Cáncer-Espero no haber complicado sus planes.

--Para nada-respondió Saga-Me agrada que pudiéramos vernos.

--Fue muy afortunado el poder reunirnos-comentaba Dohko-La verdad es que no sé si a futuro podré tener estos momentos libres.

--Pero estás ganando el apoyo que querías ¿o no?-preguntó Aioria.

--No puedo quejarme desde ese punto de vista.

Pidieron sus tragos y siguieron charlando un rato, la verdad era más lo que hablaban los otros tres que Death Mask pero eso no era inusual y el de cabellos azules prefería escucharlos que andar diciendo lo que él pensaba, no era que no le agradaran los demás, simplemente no siempre tenía el ánimo adecuado para comentar asuntos personales, se consideraba más bien reservado.

Las horas pasaron y se comentaron un poco más de sus planes, no estaba mal el permanecer informados de algunas cuestiones que tal vez a futuro les fueran benéficas, sin embargo se iba haciendo tarde y cada uno se decidió por ir despidiéndose. El primero fue Dohko que según les dijo necesitaba entrevistarse con unas personas temprano. Después fue Saga que les dijo que estaba un poco cansado. Siendo así se quedaron Death Mask y Aioria únicamente.

--¿Quieres otro trago Aioria?

--No, ya tuve bastante Death Mask.

--Entonces podemos irnos.

--Está bien.

Pagaron lo que debían y dejaron el lugar, al llegar al automóvil del de cabellos azules éste no dudó en hacer una propuesta.

--¿Te gustaría venir a mi departamento Aioria? Podríamos seguir charlando.

--Si.

Pero el joven de Leo le había contestado lanzándole una mirada que parecía decir Pensé que nunca me lo pedirías. Ya en el camino siguieron hablando un poco pero de nada muy trascendental, tenían tiempo de verse pero a si mismos no se veían como una pareja, se consideraban más como dos personas que disfrutaban de la compañía. Se habían conocido meses atrás en una de las conferencias de Economía del de Cáncer y no se habían perdido la pista desde entonces.

 

 

A Death Mask le gustaba Aioria, le gustaba mucho en realidad, era joven y varonil, tenía algo como de leonino ese muchacho y le encantaba, resultaba irresistible para él con sus brillantes ojos entre azules y verdes y sus cabellos tan castaños que parecían rubios, además tenía cerebro, eso era algo que valoraba bastante de un compañero, sus charlas eran interesantísimas y su sentido del humor rondaba en lo sarcástico, similar al suyo, sin duda era alguien de lo más atrayente para él.

--Hemos llegado Aioria.

--Subamos.

Sin más subieron a su departamento y el de Leo vio el lugar, ya lo conocía pero le daba la impresión que había algo distinto.

--¿Dónde compraste eso Death Mask?

Se trataba de una especie de armario en color oscuro que no recordaba haber visto.

--Lo compré en una subasta-dijo el de cabellos azules-Lo tuve que restaurar pero me recordó a un mueble que tenía mi bisabuelo cuando era pequeño, en Italia, me gustaba tanto y más porque el olor de la madera de pino era único.

--Es muy hermoso.

--¿Una copa?

--Bien.

--¿Algo en especial?

--Te dejo escoger.

El de Cáncer sonrió, su compañero no tenía problemas en permitirle elegir pues sabía que era un buen enólogo, mucho mejor que cualquier aficionado sin duda. Siendo así el de ojos azules sirvió un par de copas de un excelente Chambertin y se lo dio a su compañero. Se sentaron en la sala y la conversación fue banal hasta cierto punto pero ninguno de los dos estaba ahí solamente por la charla y lo sabían.

--Creo que tendré que hacer un viaje en unos días Death Mask.

--¿Adonde irás Aioria?

--Mi hermano me ha escrito mucho en los últimos días, parece que quiere que vaya a casa.

--Es tu familia, sin importar adonde vayas o cuanto trates de alejarte siempre te alcanzaran.

--Lo dices como si fuera una carga---comentó el rubio.

--A veces lo es-respondió el otro.

--No me molesta ir pero tengo ocupaciones, a veces creo que Aioros no comprende lo que es trabajar en una casa de valores.

--¿Cómo esperas que lo sepa? Por lo que me has contado de él sólo sabe de caballos.

--No hables así de mi hermano.

--¿Te molesta?

--A decir verdad si.

--Un Aioria molesto, creo que tendré que buscar la forma de hacer que me disculpes.

Y le dijo eso acariciando su pecho y jugueteando con su corbata, al rubio sólo le quedó sonreír para después acercarse y besarlo.

--Tendrás que esforzarte si quieres que me reconcilie contigo Death Mask.

--Lo intentaré Aioria.

Siguieron besándose en el mismo lugar pero el de cabellos azules sabía bien que su joven compañero siempre estaba muy dispuesto y que no necesitaba de mucho tiempo para que estuviera tan listo como él mismo en la intimidad.

 

 

Entre los besos le fue aflojando la corbata y después fue quitarle el saco, le abrió la camisa y desabrochó su cinturón. El rubio le correspondió empezando a desvestirlo y dejarlo en pantalones solamente.

--Parece que esperabas por esto Aioria.

--¿Tú no?

Se rieron y continuaron con los besos mientras las caricias se volvían más encendidas y atrevidas, pasando las manos por los sitios que deseaban tocar sin miramientos, se frotaban entre las piernas mutuamente y presionaban con sus dedos disfrutando de lo que provocaban en su compañero y de lo que éste les hacía sentir. El de Leo abrió los pantalones de su compañero y el de los cabellos azules guió suavemente su cabeza hacía abajo, le permitió besarlo pero lo que más quería era que se encargara de un punto en especial.

--Parece que estás algo ansioso ¿verdad?-preguntaba el de cabellos castaños.

--Sólo un poco-contestó el de ojos azules con una sonrisa--¿Quieres encargarte?

--Bien.

Aún se miraban directamente a los ojos cuando el de Leo abrió por completo los pantalones del de Cáncer para después apartarlos y acariciarlo con su mano por encima de la tela de sus oscuros bóxer, lo vio responder frotándose contra su mano y sonrió; empezó a bajar lentamente la ropa interior hasta sacarla de sus piernas, entonces lo tomó por las rodillas para apartar sus piernas y sensualmente acarició la cabeza del miembro que se erguía, la dejó húmeda y sopló suavemente haciendo gemir al de cabellos azules.

--Aioria-dijo con voz apasionada.

--Y eso que aún no hago nada-dijo el castaño rubio.

Unos segundos después repitió la misma acción pero cuando su compañero se curvó por la sensación empezó a tomarlo con sus labios, lo hacía intencionalmente despacio para permitirle al de los ojos azules mirarlo mientras lo hacía, había un motivo muy poderoso para eso: a Death Mask lo excitaba mirarlo cuando hacía algo en la intimidad. Y en esa ocasión no se equivocaba ciertamente, la mirada azulada no perdía ningún detalle de cómo poco a poco iba quedando en esa húmeda cavidad que había demostrado antes lo talentosa que podía ser.

Aioria empezó a moverse como si retrocediera y avanzara, usaba una de sus manos como soporte pero la otra se ocupaba de acariciar los genitales de su compañero para estimularlo más y lo lograba, los gemidos de pasión que daba el de Cáncer así lo atestiguaban. Justamente Death Mask no soportó mucho tiempo lo que sucedía entre los dos, llevó sus manos al sedoso cabello del joven entre sus piernas y le indicaba que deseaba que fuera más aprisa, el menor no tuvo problemas en responderle como deseaba y no cesaba de gemir, enviando vibraciones de placer por el cuerpo del otro que se estremecía y abría aún más sus piernas mientras se arqueaba como tratando de quedar completamente de esa deliciosa boca que lo estaba enloqueciendo.

--Aioria...así...sigue así...--decía el de Cáncer.

El joven castaño rubio lo hacía y no se detenía, por el contrario, parecía hacerlo más aprisa y sabía que su compañero no tardaría en terminar, los espasmos en su boca los conocía muy bien y cuando el de cabellos azules gimió de forma ronca no tardó en saborear el intenso, y ya conocido para él, semen en su boca. Se separó despacio procurando no perder la esencia en él pero eso era porque buscó los labios de su compañero y se lo dio a probar en un beso, sus labios se apartaban y sus lenguas se recorrían hasta que ambos lo probaron.

--Si que sabes hacer las cosas Aioria.

--Y sé hacer muchas más Death Mask.

El de ojos verde azulados dio un sorbo a su copa de vino que estaba sin acabar pero le sonreía al otro con la mirada, una mirada invitante y lasciva que el de cabellos azules no tardó en comprender. Se acercó a él y sin esperar le quitó el cinturón, los pantalones y con los dientes retiró su ropa interior, besando el sexo y las piernas que había descubierto. Subió de manera similar para estrecharlo con fuerza entre sus brazos y besarlo, pasando al mismo tiempo sus deseosas manos por su trasero y buscando con pasión su íntima masculinidad para acariciarla, disfrutando de los gemidos de su compañero y la manera que parecía estrecharlo con más fuerza mientras sus erecciones se presentaban con fuerza.

Una vez que creyó suficiente de esa situación, Death Mask hizo que Aioria le diera la espalda, le besaba el cuello y acariciaba su pecho, sintiendo sus pezones endurecerse y yendo sin pausas a su sexo para acariciarlo con su mano sólo por la base, apretando su cuerpo y haciendo que su erección acariciara al más joven de forma sensual y sugestiva.

--Death Mask-dijo en un murmullo Aioria.

Para el de Cáncer era el indicativo que podía seguir, llevó primero dos dedos a su boca para lubricarlos pero también se los dio a probar a su compañero que los recibió con igual gusto, después los guió a su estrecho pasaje y con cierta prisa trató de introducirlos pero se convenció que lo mejor era usar primero uno y después de unos momentos el otro. El de Leo trataba de mantenerse en pie pero no era sencillo, se recargaba en su compañero y movía sus caderas con energía para que entrara en él, cuando el segundo dedo lo penetró tuvo que quedarse quieto unos instantes, respiraba con prisa y los sintió presionar en su próstata desencadenando unas leves descargas de placer.

Al de cabellos azules le gustaba mucho Aioria, le gustaba que fuera tan abierto en la intimidad, sobre todo que era muy cooperativo y hasta ese momento habían tenido encuentros de los más memorables entre los dos, ese no parecía ser la excepción. Lo veía y sentía agitarse bajo sus caricias, lo escuchaba gemir y la verdad era que deseaba tenerlo cuanto antes. Al retirar sus dígitos buscó la manera de penetrarlo de inmediato pero ambos sabían que necesitaban en que apoyarse y protección, el sitio que les quedó más cerca fue una de las paredes mientras que el de cabellos azules alcanzó un preservativo de sus pantalones para colocárselo aprisa.

Aioria apoyó sus manos contra la pared, quedando de espaldas a su compañero, este lo cubría y lo estrechaba por la cintura, no cesaba de besarlo pero necesitaba seguir. Death Mask guió con su mano su erguido miembro al interior del castaño rubio, estaba dispuesto y en unos cuantos movimientos se sintió cobijado por el fuerte cuerpo del de Leo, le dio unos momentos para relajarse pero no más de los necesarios, empezó a moverse de forma acompasada, retirando un poco de su sexo y entrando después con un poco más de fuerza; el de los ojos verde azulados correspondía separando un poco más sus piernas y levantando su cadera.

Cuando los dos se sintieron lo suficientemente cómodos y listos para continuar no aguardaron, Death Mask aferró las caderas de su compañero con fuerza y el de Leo giró su rostro para darse un beso intenso en el que sus lenguas se tocaron. Después de eso el de los cabellos azules empezó a moverse de forma veloz y apremiante, otra de las cosas que más le gustaba de su compañero en la intimidad era que similar a él no le importaba ser un poco rudo. Se movió en su interior con fuerza, entrando todo lo que le era posible en el joven cuerpo que no se resistía y que parecía buscar que continuara, ambos gemían y se llamaban por sus nombres entre exclamaciones exaltadas de placer.

En algún momento Aioria tuvo que apoyarse también con sus antebrazos para no caer pero no le molestaba, por el contrario, le gustaba cuando estaba con Death Mask pues era de acuerdo a sus gustos el mejor amante que había tenido. Lo sentía seguir moviéndose en su interior y que incluso lo hacía levantar sus tobillos del suelo por el ímpetu en sus acometidas y lo disfrutaba, incluso lo animaba a que fuera de esa manera.

--Si, si, sigue, sigue, no te detengas.

 Y al de cabellos azules le encantaba sentirlo, hacerle el amor y escucharlo, ese joven era fascinante en muchos aspectos pero no se engañaba que el sexo era de los mejores, así que continuaba en él, poseyéndolo y quedando maravillosamente satisfecho de estar con él.

El único problema en ese tipo de encuentro era que ambos estaban concientes que no podían ser demasiado extensos, así que cuando el clímax empezó a rondar trataron de resistirlo lo más que pudieron, sin embargo no era sencillo cuando sus cuerpos parecían vibrar como cuerdas y el placer los cubría por completo. Death Mask llevó una mano al turgente miembro del de Leo y lo frotó al mismo ritmo que entraba en su intimidad, quería que terminaran al mismo tiempo pero Aioria lo estaba disfrutando y no deseaba terminar aún.

--Espera, espera un poco, un poco nada más.

Lo intentaron pero no fue mucho tiempo en realidad. Al final el éxtasis los alcanzó a ambos, a Aioria primero que dio un fuerte gemido mientras que Death Mask abandonaba su esencia en el condón en un grito de placer satisfecho. Tuvieron que quedarse un poco más apoyándose en la pared hasta que respiraron con un poco más de calma y se separaron.

--Sigues siendo delicioso Aioria.

--Lo sé.

Se besaron y decidieron darse una ducha juntos para refrescarse un poco, se recuperaron lo suficiente para que el de Leo buscara su ropa y se vistiera.

--Esperaba que te quedaras Aioria.

--Lo siento Death Mask, tengo que salir temprano por la mañana y me queda más cerca mi casa que tu departamento, además aquí no tengo ropa para cambiarme.

--Está bien, que remedio.

--Podría haberlo.

--¿De qué hablas?

--Tú tienes ropa tuya en mi casa.

--¿Planeas invadir mi espacio personal Aioria?

--Para nada.

Se dieron un beso pero en los dos quedaba la idea de lo que en verdad quería decir esa breve charla, lo de ellos era más que casual pero menos que formal, tal vez era el momento de pensar las cosas con un poco más de detenimiento y saber a qué los estaba llevando todo eso. Pero sería otro día, era mejor descansar.

--Te llamó después Death Mask.

--Espero que lo hagas Aioria.

En la puerta se besaron una vez más, el de Leo se fue dejando solo al de Cáncer. El de cabellos azules se quedo pensando un poco más en ese asunto suyo con Aioria, le gustaba el joven, de verdad que le gustaba pero no terminaba de definir que era exactamente lo que deseaba de estar a su lado. Aioria no era su primera pareja, de hecho ya había tenido antes varias pero ese muchacho era especial, de todas maneras deseaba pensarlo bien, no tenía ninguna prisa en una relación de pareja; la última relación formal que había tenido había sido con una mujer pero eso se había quedado en el pasado, sus últimos compañeros habían sido hombres y aunque bien podía seguir encontrando atractiva a una mujer por el momento prefería a los hombres, más bien prefería al joven  Aioria.

 

 

Sabía que esa noche no resolvería nada, así que lo mejor era descansar pero antes de llegar a su recámara recordó que no había revisado su correo electrónico, se decidió a hacerlo en ese momento, sólo una vista rápida y sería todo. Fue a su computadora y no encontró nada fuera de lo esperado, casi nada, pues encontró un correo de alguien cuyo asunto indicaba que era especial, decía:

--"Saludos Cangrejo"

Era especial pues sólo una persona en todo el mundo lo había llamado así, se emocionó con la idea y de inmediato abrió el mensaje. No estaba equivocado, era él.

--"Saludos Cangrejo Ermitaño. Leí un artículo tuyo y te escribo, espero que en verdad sea tu dirección y no esté perdiendo el tiempo, hace mucho que no sé de ti, espero que no me hayas olvidado, yo no lo he hecho. Estoy en la ciudad, me daría gusto verte y que habláramos, lo que más extraño de ti es eso, que hablemos. No sé que más decirte pero si te interesa te dejo mi correo y me escribes. Saluditos del Pececito Hediondo"

Death Mask casi se reía ante el mensaje, no por ser divertido sino porque le traía recuerdos de una de las épocas más divertidas de su vida: la escuela media. Sólo una persona podría haberle escrito de esa manera y dando esos nombres, tenía que responderle de inmediato, claro que quería verlo, tantos años sin saber de él.

--"Hola Pescado Apestoso, no te adornes el nombre, seré Cangrejo Ermitaño pero no te olvido. Años de no vernos bien vale la pena celebrarlo, si estás en la ciudad me alegrará que nos reunamos, dime la fecha y el lugar y ahí me tendrás, hay mucho que decirnos entre los dos, así que más te vale responderme."

Envió su respuesta, de verdad nada lo había alegrado tanto en mucho tiempo como tener noticias de él, de su mejor amigo, Afrodita de Piscis. En esos momentos se puso a recordar algunas cosas, la escuela por si misma no había sido nada importante en su vida pero Afrodita vaya que lo había sido, sin duda fue su amigo, su mejor amigo, nunca volvió a tener un amigo como él. Quizás por su juventud o porque en verdad nadie en el mundo los había entendido así, casi sin palabras y tan sólo con mirarse, se habían vuelto inseparables y corrieron varias aventuras juntos, algunas mejores que otras pero de todas se acordaba.

Afrodita de Piscis había sido sin duda alguna el mejor compañero de andanzas que hubiera tenido, se confiaban todo, no había nada de uno que no supiera el otro, se cubrían y se apoyaban, estudiaron juntos, aprendieron a fumar juntos en el baño de la escuela, su primer trago y las identificaciones falsas las consiguieron al mismo tiempo, en una ocasión se llevaron sin permiso el auto de su padre a una fiesta, decían que uno se quedaba en casa del otro y se pasaban la noche fuera, incluso se contaban sus conquistas amorosas de aquellos días. Sin duda habían sido épocas felices.

Por la hora el de cabellos azules dudaba que fuera a obtener respuesta de inmediato pero esperaba de corazón que Afrodita y él pudieran verse de nuevo. Se fue a descansar sonriendo y recordando varias aventuras más de sus días de estudiante.

 

 

Al día siguiente Death Mask aún tenía asuntos que atender pero eran menores, aún así los atendería, estaba de muy buen humor, tanto que cuando Shaka de Virgo, un compañero en la revista, lo vio tuvo que preguntarle.

--¿Por qué de tan buen humor? Generalmente no eres tan alegre Death Mask

--Es que tuve buenas noticias-respondió el de cabellos azules-Me escribió un viejo amigo de la escuela, viene a quedarse en la ciudad y podremos volver a tener contacto.

--¿Un amigo? ¿Qué clase de amigo?

Y la pregunta era válida pues ellos habían compartido las sábanas un par de veces aunque habían acordado que eso era todo.

--Un amigo de los que siempre recuerdas Shaka.

--Así que es amigo sin beneficios Death Mask.

--Así es.

Siguieron hablando un poco más del tema pero al final llegaron a otros.

--¿Tienes listo lo de las siguientes conferencias?-preguntaba el de Cáncer.

--Casi está listo-dijo el de Virgo-Sólo me faltan tres confirmaciones pero no habrá problema.

--Me agrada escuchar eso.

--Nunca pensé que te gustara ser ponente.

--Con noticias como la de anoche todo me gusta.

--Te creeré, nos vemos después.

--Hasta luego.

El de cabellos azules trabajó en algunas cuestiones sobre su próxima columna y de paso sacó algunos datos para terminar su exposición para su siguiente clase pero la verdad era que el buen humor estuvo dominándolo esas horas y seguía pensando en Afrodita, incluso hacía algunos planes, realmente deseaba que pudieran verse otra vez.

En su apartado revisó de nuevo sus correos y no tardó en encontrar respuesta al de la noche anterior, por lo que veía se lo habían enviado por la mañana.

--"Me da gusto que respondieras Cangrejo, espero que no haya inconvenientes con nuestro reencuentro, no sabes cuanto gusto me dio leer tu respuesta, por el momento aún estoy terminando algunos asuntos de mi mudanza y eso pero espero poder verte dentro de poco, en serio, en estos años me pregunté varias veces por ti y me imagino que te encuentras bien, eso espero al menos. En cuanto tenga algo formal sobre mi llegada y mi nueva dirección cuento con poder verte, hay tanto de lo cual hablar entre los dos que apenas si puedo aguantar las ganas de reunirnos. Hasta luego Death, espero verte pronto"

Al de ojos azules no le quedó sino sonreír, Afrodita era la única persona que lo había llamado Death, por regla general no dejaba que nadie lo llamara así, todos sus demás conocidos le decían Death Mask pero Death únicamente su amigo había podido hacerlo. Se dispuso a responder de inmediato.

--"Me dará gusto que nos veamos Afro, en cuanto tengas todo solucionado espero que me lo digas para que podamos vernos de nuevo, también he pensado en ti en estos años, sobre todo recuerdo algunas de nuestras andanzas, nunca he tenido a alguien que me acompañe como tú. Contesta pronto."

Por unas horas aún estuvo planeando sobre sus asuntos pero a cierta hora se dio cuenta que tenía planes, aunque tuvieron que recordárselo, su teléfono empezó a llamar.

--¿Hola?

--¿Dónde estás Death Mask?

--En la editorial, con la revista, ya sabes ¿Qué sucede Aioria?

--Sucede que llevo esperando quince minutos en el restaurante y tú ni por enterado.

--Es que tuve trabajo.

--Inventa algo mejor.

--De acuerdo, te explico al llegar ¿Está bien?

--Más vale que llegues.

El de ojos azules sabía que no iba a ser una comida del todo grata pero estaba contento, incluso el mal humor de Aioria le parecía simpático en esos momentos. Salió aprisa para encontrarse con el castaño rubio y no tardó en hacerlo realmente pues habían acordado verse en un restaurante cercano a la editorial para que no tardara en llegar.

--¿Estás molesto Aioria?-preguntó sentándose a la mesa.

--Algo solamente Death Mask.

--Esperaba más hostilidad.

--Hablé con mi hermano ayer por la noche.

--¿Qué te dice Aioros?

--Lo de siempre pero me toca hacer una visita a casa.

--¿Algún problema?

--No, nada serio, pero es mejor que vaya, Aioros dice que tiene que ver con nuestro patrimonio y prefiere verme para discutirlo, no es nada grave pero a él le gusta hacer las cosas de frente y no a distancia.

--Comprendo. No está mal el que hagas ese viaje, verás a tu hermano y descansarás un poco.

--¿Qué es lo que no me has dicho?

--¿De qué hablas Aioria?

--Tanta comprensión no puede ser por nada ¿Qué es lo que no me has dicho?

--Buenas noticias, tuve noticias de un amigo de la escuela, está por mudarse y me escribió para poder vernos.

--¿Qué amigo Death Mask?

--Se llama Afrodita.

El de ojos verde azulados había escuchado en un par de ocasiones ese nombre, por lo que había escuchado esas veces para el de cabellos azules había sido alguien importante, si ese era el caso le daba gusto porque al igual que los demás se daba cuenta del buen humor que parecía rodear a su compañero.

--Si vas a verte con tu amigo supongo que no hay problemas Death Mask, yo veo a mi hermano y tú harás con él lo que sea que hacían.

--Lo dices como si hubiéramos sido terribles Aioria.

--Algo me dice que no era un ejemplo de buenas costumbres en tus días de estudiante.

--Pues...tuve mis momentos.

--Tan sólo espero que no se vayan a buscar a los bares que cae en sus redes.

--Nosotros nunca haríamos eso.

Pero ambos se rieron solamente.

 

 

En los tres días siguientes muchas cosas se pusieron en marcha, sobre todo era notable el que Aioria de Leo se alistaba para su viaje, sería por unos días pero prefería verlo más como un descanso que como una obligación.

--¿Tienes todo listo Aioria?

--Mi equipaje está listo Death Mask, no creo que me falte nada.

--Espero que no tardes en volver.

--¿Vas a extrañarme?

--El problema de que te extrañe es que si no vuelves puedo buscar en que distraerme.

--No te atreverías.

--Para nada-y lo besó-Pero me encanta cuando pones cara de enojado.

--Eres tan niño a veces.

De todas formas se besaron de nuevo y las cosas quedaron listas, Aioria se fue y Death Mask lo acompañó al aeropuerto, le pidió que saludara a su hermano de su parte y volvió a su casa, había estado esperando por la respuesta de Afrodita pero aún no la obtenía.

Pensando en eso justamente fue por lo que vio en su computadora para encontrarse con la grata noticia que aguardaba: Afrodita le había escrito.

--"Te tengo noticias Death, todo lo de mi traslado está listo, si lo deseas podemos vernos este fin de semana, estoy instalado y me gustaría que reanudáramos nuestra amistad, si no tienes problemas con aceptar por favor escríbeme y proponme un buen lugar para vernos. Te he echado de menos Cangrejo, en verdad quiero verte."

En el acto el de cabellos azules respondió, no iba a esperar.

--"Tengo el fin de semana libre Pescado, mi compañero se fue de visita familiar y soy libre como un ave, podemos vernos el sábado a las ocho en De la Rosa, es un buen sitio y de ahí a donde sea ¿Qué te parece? Confírmame hoy mismo antes de las diez de la noche y nos veremos. Death."

Parecía que todo marchaba muy bien, podría verse con Afrodita sin problemas, tan sólo faltaba que el otro le dijera que estaba de acuerdo. Su respuesta no tardó demasiado en realidad, para esa misma noche ya estaba lo que deseaba saber en su computadora.

--"Me parece bien, más te vale que sea un buen sitio Cangrejo o de lo contrario me las pagarás; por cierto ¿Compañero? No tenía idea que tenías a alguien ¿Es algo formal? Ya me lo dirás cuando nos veamos, no te creas, yo también tengo a alguien, es especial pero no hemos hablado de todo y hay cosas por aclarar pero prefiero hablar contigo primero. Estaré ahí puntual para vernos, han pasado muchas cosas Death, muchos cambios pero espero que no cuente pues nuestra amistad es lo más importante."

Así que estaba decidido, se verían el sábado, a pesar que le daba gusto al de ojos azules le parecía que había como preocupación en las últimas palabras de Afrodita, al final se dijo que era una tontería preocuparse y sólo esperaba para poder verse con su amigo.

Antes de que dieran las ocho ya estaba Death Mask en De la Rosa, no era un sitio del todo formal, más bien era un lugar que invitaba a charlar y era por eso que el de cabellos azules lo había elegido, estaba a la mesa y bebía ginger ale mientras esperaba, también recordaba a Afrodita. Hacia siete años que no se veían, se perdieron la pista al terminar sus estudios, él se mudó para seguir con la escuela y su amigo, pues, fue como si desapareciera. Pero tenían la posibilidad de reanudar su amistad y no penaba desaprovechar

¿Cuánto habrían cambiado? Recordaba que su amigo tenía los ojos y cabellos celestes, muy delgado y varios se habían desvivido por él, chicos y chicas pero en aquellos días ellos sólo se fijaban en las muchachas. Con el tiempo él empezó a experimentar y se decidió por los hombres pero no sabía que había pasado con su amigo aunque según su último mensaje había alguien en su vida, ya tendrían oportunidad de hablar de todo.

Entre tanto el tiempo corría, así que al estar pensando y recordando no se dio cuenta que alguien más había llegado, alguien particular y que llamaba bastante la atención, en algunas mesas se habían volteado a ver a la persona que entraba, vestía impecablemente, dejaba una estela de suave perfume al pasar, caminaba con seguridad y era imposible que nadie notara su belleza. En eso se paró al lado de donde estaba el de cabellos azules y le habló.

--Death.

El de ojos azules volteó y se le quedó mirando, no estaba seguro del porqué le hablaba pero le habló de nuevo.

--Death, soy yo, Afro.

El de Cáncer se quedó sin voz, eso no era posible. Quien le estaba hablando en ese momento era una mujer.

Por un instante el de cabellos azules sintió que no sabía ni siquiera su nombre pero se controló y lo tomó de manera más humorística, si, así tenía que ser, todo era una broma, ese Afrodita y sus ocurrencias.

--¿Afrodita?-dijo Death Mask-Claro.

--Que gusto verte Death-dijo sentándose a la mesa.

--¿Por qué vienes vestido así?

--Porque es mi ropa.

--Termina con la broma ¿quieres?

--No es una broma, soy yo, Afrodita.

Entonces el de ojos azules se dio cuenta que nada de eso era una broma, era muy en serio, tan en serio que no sabía como reaccionar.

--Me alegra verte Death, en serio, no estaba segura de buscarte pero cuando leí ese artículo tuyo me dije que deseaba verte y por eso te envié el mensaje, fuimos tan amigos y tenía tantos deseos de poder hablar contigo de nuevo que...

En ese instante el de Cáncer se levantó de la mesa, no dijo ni una palabra, simplemente se fue.

--Death-lo llamó Afrodita.

Pero no obtuvo una respuesta, se quedó en la mesa con la decepción brillando en sus ojos.

 

 

Death Mask no se detuvo por nada en el camino, llegó a su casa sin haberse dicho una palabra siquiera a si mismo, era como si su mente estuviera en blanco aunque al estar en ese sitio no le quedaba más camino que pensar en lo sucedido, terminaba de verse con Afrodita o algo así, no terminaba de creerlo, Afro era...Afro...Afrodita era travestido. Al menos esa fue la conclusión a la que llegó en ese instante.

No tenía idea de que a su amigo le gustara eso, bueno, era su elección pero en todo el tiempo de su amistad nunca se imaginó eso, hasta donde él recordaba cierto que se fijaba mucho en su ropa pero no se esperaba que llegara al grado de gustarle tanto la ropa de mujer. Esa noche había visto que usaba un vestido de satén violeta y aunque seguía viéndose como él recordaba, sus ojos celestes y el cabello del mismo color, pues, ya no se veía tanto como el Afrodita que él conoció. Si, era algo callado y a veces andaba como triste pero nada más; sin duda lo mejor era que se calmara y pusiera sus ideas en orden, al menos lo intentaría.

Al día siguiente y sin haber dormido mucho, Death Mask recibió un mensaje más de parte de Afrodita, no fue tan inesperado eso pero aún no terminaba de convencerse con lo sucedido, de todas maneras leyó el mensaje.

--"Creo que te sorprendiste ayer Death, comprendo eso, en verdad, pero quisiera hablar contigo y aclararlo todo, tan sólo hablemos. Te esperaré en el mismo sitio a la misma hora, por favor, quiero decirte lo sucedido."

El de cabellos azules se calmó un poco, quizás lo mejor era hablar y que le explicara sobre lo suyo, no estaba convencido de querer oír porque le gustaba la ropa de mujer pero era su amigo y él se consideraba muy abierto en cuestiones de los gustos de otros, muy tolerante, pero eso lo había tomado por sorpresa. De todas maneras se decidió a aceptar, vería a Afrodita y charlarían.

A la noche el de ojos azules llegó de nuevo al mismo lugar, en esa ocasión ya estaba Afrodita ahí, lo vio, ahora usaba un vestido tipo cóctel de terciopelo rojo, varios lo miraron con envidia por ser quien se sentara a su mesa y que esos ojos celestes brillaran por verlo.

--Gracias por aceptar venir Death.

--Lamento haberme comportado así Afro pero me sorprendiste.

--Entiendo eso, supongo que esperabas verme de pantalones amplios y botas de piso como en la escuela.

--Si, algo así.

--Yo también me sorprendí un poco, ahora vistes de traje Death, en la escuela usabas ropa negra y entallada y te delineabas los ojos.

--Afro...

--¿Si?

--¿Por qué te vistes así? No me malentiendas, si es lo que te gusta por mí no hay problemas pero ¿Por qué?

--Es la ropa que uso, me gusta.

Sin embargo los dos sabían que era algo distinto, una respuesta más completa era lo que les hacía falta. Su acompañante de ojos celestes respiró profundo, se explicaría.

--Eres la primera persona que sabe de esto Death.

--¿Saber que cosa Afro?

--Soy...ahora soy una mujer.

El de ojos azules se quedó muy quieto para después reírse, eso no era posible.

--Tiene que ser una broma.

Pero la persona de cabellos celestes no se reía.

--Es la verdad Death, ahora soy una mujer, por eso me veo así y me visto así.

El de cabello azul la miraba atentamente, era cierto que seguía siendo Afrodita pero había algunos cambios, naturalmente lo primero que vio es que no era por la ropa sino que en verdad unos firmes y redondos senos estaban en su pecho, que su rostro estaba más suave y afilado, su voz era pausada y ligera, sus modales más delicados. Si, era una mujer.

--¿No me dirás nada Death?

--No sé que decirte Afro.

--Esto no fue sencillo para mí, no creas que fue algo de un día para otro, tardé tiempo en comprenderme y aceptar lo que estaba sucediendo, desde pequeño recuerdo que sentía que algo no estaba como debía, veía la ropa de las niñas y me gustaba, sus vestidos y eso, también las muñecas, pero se suponía que nada de eso era para mí. Cuando estábamos en la escuela usaba a escondidas la ropa de mi madre y creía que algo andaba mal en mí. A pesar de todo nunca me sentí como un hombre y no sabía que hacer, lloraba, me enojaba, estaba confundido pero busqué ayuda y pude aclarar las cosas. Hace unos años me decidí y di los pasos definitivos, los arreglos, las entrevistas, la terapia, operaciones y valió la pena. Ahora me veo por fuera como soy por dentro en realidad.

Se quedaron callados, ninguno decía nada, se miraban simplemente pero no hablaban, Afrodita porque esperaba y Death Mask porque no sabía que decir.

Y mientras ellos dos estaban en medio de su silencio a unas mesas de distancia una pareja los vio, lo preocupante era que los dos conocían a Death Mask y a Aioria y sabían que el de Leo no estaba en la ciudad.

--¿Es Death Mask?-preguntaba uno, Milo

--Si-respondió el otro, Camus, mirando a la otra mesa--¿Con quien está?

--No sé. No la conozco.

--Aioria sale unos días y Death Mask se anda viendo con una mujer.

--Será mejor que le digamos a Aioria cuando regrese.

No era con malas intenciones que llegaran a esa resolución pero los dos estaban de acuerdo en que si no era nada malo no tenían motivos para preocuparse de decirle a su amigo de Leo.

--Creo que lo mejor es que me vaya-dijo finalmente el de Cáncer.

--Death, entiendo si esto es complicado pero...

--No digas nada más.

--Somos amigos, yo sólo quiero...

--No, no somos amigos.

--Death.

--No soy amigo de un fenómeno.

Los ojos celestes se llenaron de dolor y su dueña no pudo hacer nada mientras veía al de cabellos azules alejarse.

El de ojos azules estaba de vuelta en su casa, ya no sabía siquiera que creer, resultaba que no era travestido, ahora Afrodita decía que era mujer. Pero no importaba, no para él, Eso (y remarcaba mentalmente el Eso) ya no era su amigo.

 

 

Al día siguiente un joven de Leo estaba de vuelta, las cosas con su hermano se habían resuelto en unas horas pero aprovechó para estar con él y convivir, Aioros se había decidido por el rancho equino de la familia y por él estaba bien pero se daba cuenta que tenían vidas muy distintas. Le daba gusto estar de vuelta y lo que más quería era ver a Death Mask pero deseaba solucionar algo cuanto antes, había recibido un mensaje de texto de sus amigos Milo y Camus para que les llamara, lo hizo y le contaron que habían visto al de Cáncer en compañía de una mujer. Eso no lo creía pero no veía porqué le mentirían, así que supuso que todo tenía una explicación.

Y más valía que la hubiera o el de Cáncer se enteraría de quien era él cuando alguien lo hacía enojar.

Fue al departamento del de ojos azules y no se hizo anunciar desde antes, prefería la sorpresa.

--Aioria-dijo Death Mask al abrir la puerta.

--¿Estás sorprendido?-preguntaba el de Leo.

--Algo.

--¿Podemos entrar o me vas a dejar en la puerta?

Se hizo a un lado el de Cáncer y el de Leo entró, pero no tardó el de cabellos castaños rubios en darse cuenta que el otro parecía cerrado a cualquier acercamiento.

--Pero parece que no te da gusto verme Death Mask.

--Aioria, no tengo cabeza para nada en este momento.

--Ya veo ¿Y tú amigo?

--¿Qué?

--Me dijiste que te ibas a ver con un amigo este fin de semana ¿Cómo está?

--No lo vi Aioria.

--¿No? Entonces dime quien es la mujer con la que te vieron.

Pero el otro se limitó a hacer un mohín de desagrado y no respondió.

--¿Por qué no me respondes Death Mask? ¿Quién es la mujer con la que te vieron?

--Eso...eso...

--Quiero que me digas que es lo que sucede.

--No voy a hablar de eso.

El de Leo era quien era y esa respuesta no le gustaba, no pensaba dejar las cosas de esa manera.

--Si estás viendo a alguien a mis espaldas Death Mask más vale que me lo digas.

--No estoy viendo a nadie Aioria y no me interrogues.

--¿Ahora eres el ofendido? Discúlpame por incomodarte-dijo con ironía--¿Cómo me atrevo?

--Ya basta de eso.

--Quiero la verdad.

--No me veo con nadie y no tengo humor para aguantar esto y si es así como van a estar las cosas entre los dos mejor te vas.

El joven Aioria apretó los puños y se mordió el labio, era todo lo que pensaba aguantar. Completamente ofendido y enojado se marchó, Death Mask lo vio irse y le hubiera gustado poder explicarle lo sucedido pero no podía ocuparse de él en ese momento, tenía muchas cosas en mente y sobre todo le daba vueltas ese asunto de Afrodita. Había sido su mejor amigo y ahora...ya no lo era.

Pero no sólo él pensaba en lo sucedido, también una joven de los ojos celestes lo hacía. Estaba en su nueva casa en la ciudad, le estaba tomando poco tiempo adaptarse a la nueva ciudad y su nueva vida pero no podía evitar pensar en la anterior. Estaba sentada en su habitación y hojeaba un antiguo álbum de fotografías, el de la época en que estaba en la escuela media; las imágenes que más llamaban su atención fueron en las que estaba acompañado de Death Mask. Veía su imagen, el chico que había sido, silencioso y algo triste decían algunos, pero era un adolescente ¿Qué joven de esa edad no tenía sus momentos de melancolía? Eso era lo que opinaban los demás por lo general

Aunque parecía que era como cualquier otro chico la verdad era que siempre se había sentido diferente, que algo no estaba como debería en su vida pero no tenía idea de que podía ser y con el paso de los años sólo se acentuó ese sentimiento. Llegó a sentirse tan mal que se deprimió, pensamientos de suicidio lo rondaron y fue cuando buscó ayuda, vio a varios especialistas y llegaron las respuestas poco a poco. Entonces comprendió lo que en verdad quería y se decidió. Dejó una vida atrás por completo para iniciar una nueva.

Vinieron los estudios, los tratamientos, las terapias y el cambio completo, era una mujer y estaba orgullosa de serlo. Tan sólo le hubiera gustado que los demás lo comprendieran, que su amigo Death lo comprendiera pero la verdad era que casi nadie entendía un cambio como el suyo. Siguió viendo las fotografías y las acarició, era otra vida pero había sido su vida. En una de las imágenes estaban Death Mask y él sentados afuera de la que fuera su casa, era la única en la que ambos sonreían. Tenía que hacer un intento más, tenía que hablar con él.

 

 

El su trabajo Death Mask trataba de concentrarse en lo que fuera, prefería intentar adelantar algo en sus columnas pero no era tan sencillo si estaba como estaba, lleno de otras cosas en su mente que no tenían que ver con la economía. En ese estado no se dio cuenta que alguien parecía estar causando revuelo entre los otros de su piso, se trataba de una atractiva mujer que había preguntado por él, usaba un traje de minifalda y saco y más de uno quería saber quien era. Pero ella únicamente estaba interesada en ver al de Cáncer.

--Death.

El de los ojos azules volteó de inmediato y se acercó para hacerla entrar y cerrar la puerta, bajar las persianas de su apartado y preguntar en el acto.

--¿Qué haces aquí?

--Quería verte Death.

--Vete.

--No te pido nada, sólo que me escuches.

--Largo de aquí o te echaré.

--Tan sólo quería verte. Eso era todo Death.

Sentía ganas de llorar pero se contuvo y se fue, dejando al de cabellos azules con emociones confusas, pero no lo podía evitar, Eso no era normal, Eso era la forma en que se refería a Afrodita.

Pero mientras Afrodita se marchaba alguien más la vio salir. Aioria la observó un instante, sin duda era la mujer de la que le habían hablado Milo y Camus...y era atractiva como le habían dicho. Con alguien diferente no se hubiera preocupado pero sabía que Death Mask había tenido en su historia varias mujeres, que de pronto apareciera otra no podía sino preocuparlo; además contaba en su ánimo que no sabía como competir contra una mujer, sí hubiera sido otro hombre sabría exactamente como actuar, ser seductor e inteligente, divertido y complaciente pero en ese caso no tenía idea de que hacer.

Además estaba al tanto que en el pasado del de ojos azules habían existido mujeres, la tal Saori que decían que era muy bonita, también aquella Marin muy atlética, Shaina que era hermosa, June con su sonrisa, Hilda que era muy elegante, Titis tan alegre, Pandora que había sido incluso su prometida por su inteligencia hasta donde sabía, y la lista seguía. Y no podía siquiera imaginar lo que podía hacer si de nuevo aparecía una mujer en la vida del de Cáncer.

De inmediato fue al apartado pero encontró al de Cáncer molesto.

--¿Aún niegas que hay una mujer Death Mask?

--Aioria.

--La acabo de ver salir de aquí.

--No tengo humor para tu interrogatorio.

--¿Quién es ella?

--No te incumbe Aioria.

--Ni creas que voy a aguantar esto, no soy tu idiota para que supongas que me puedes tratar así.

--¿Sabes qué? Ya te soporte bastante, ya tuve bastante de ti y de tus escenas, así que mejor te vas.

Aioria lo miró con dolor pero no era de los que se dejaba humillar.

--Está bien Death Mask, me voy.

El joven se dio vuelta y se marchó, dejando al de cabello azul solo, no entendía lo que sucedía, ese asunto de Afrodita lo confundía demasiado y ya no sabía ni que pensar.

 

 

Los días pasaban y Death Mask aún pensaba en Afrodita, en su pelea con Aioria y la verdad era que necesitaba un descanso. Llegó algo a él de los más interesante: una exposición de monedas. La numismática había sido una actividad a la que le había tomado gusto desde hacía años, no era muy popular y su temperamento se adecuaba, quizás le ayudara a pensar en algo más.

Con esos planes se dirigió el día de la exposición al centro civil en el que se realizaría, no estaba mal, había algunas cosas interesantes y otras que ya conocía, le llamaba la atención que con los años se hubiera abierto tanto mercado para esa área, cuando más joven no se encontraban tantos materiales y guías que iban dirigidas a principiantes y expertos. Observó por un rato hasta que a la distancia distinguió una figura conocida, vestía un femenino traje de terciopelo verde, iba acompañada de alguien más, se trataba de un hombre y una mujer. Era Afrodita, él no tenía ni idea de quien era el otro.

Era verdad, Afrodita estaba ahí porque se había aficionado años atrás a eso, era algo que había compartido con su amigo de Cáncer y no había dejado de gustarle con los años. Iba en compañía de Shura de Capricornio, un atractivo hombre al que había conocido meses atrás, en un restaurante, Afrodita tomaba una taza de te y un atento mesero le llevó una rosa blanca.

--De parte del caballero, me pide que le diga que es la mujer más hermosa que haya visto.

Le indicó al otro que parecía esperar medio escondido tras su menú por lo que opinaría de su ofrenda y la aceptó sonriendo, unos instantes después ya estaba el de Capricornio a su lado y se quedaron conversando y al separarse acordaron verse de nuevo, así había sido todo. Y estaban juntos en esos momentos.

--¿Qué te parece este?-preguntaba Afrodita.

--No sé, me gusta más este-respondió Shura.

En esos momentos observaban una especie de estanterías especiales para monedas, estando en eso el de cabellos oscuros se dio cuenta que los observaban y le sostuvo la mirada a quien lo hacía.

--¿Qué sucede Shura? ¿Qué ves?

--Nos están mirando Afrodita.

Volteó y con sus ojos celestes distinguió a quien lo hacía, era Death Mask.

--¿Sucede algo Afrodita?

--Nada.

Siguió con lo de los estantes pero la verdad era que se sentía mal, aún recordaba lo que le había dicho. Antes de poder preguntar nada más el teléfono celular del de cabellos oscuros empezó a llamar y tomó la llamada, se dio una breve conversación pero al final tenía que marcharse.

--Lo siento Afrodita, es una emergencia.

--Pero Shura...

--Yo también quería pasar la tarde contigo pero creo que mi asistente quería llorar, tengo que ir.

--Que remedio.

Le dio un beso con suavidad en la mejilla y se fue.

Los atentos ojos de Death Mask habían seguido la escena y en unos momentos se encontraron con los celestes de Afrodita, ninguno de los dos sabía que hacer, quedarse, marcharse, darse la vuelta, sin embargo caminaron directamente uno hacia el otro, tenían que hablar, deseaban hablar.

--Aún te gustan las monedas-dijo Death Mask.

--Si-respondió Afrodita-Veo que a ti también.

Pero a pesar de las palabras el de Cáncer vio que en esa mirada delante de él brillaba el dolor y no dudaba que era por lo sucedido cuando lo buscó.

--¿Qué fue lo que hiciste Afro?-preguntó finalmente el de cabellos azules.

--Seguí mi camino.

Guardaron silencio pero había algo más que decir.

--No soy un fenómeno-dijo la de Piscis.

--Lamento haber dicho eso-y el de Cáncer lo dijo con sinceridad-Pero no lo entiendo ¿Por qué lo hiciste?

--No es tan sencillo de explicar...ni de contar.

Con eso el de los ojos azules sabía que Afrodita le estaba indicando que si en verdad deseaba saber lo sucedido tendrían que sentarse a hacer lo que desde un principio deseaba: hablar.

 

 

No se dijeron nada mientras dirigían sus pasos a la primera cafetería que encontraron, para que no los molestaran tomaron la mesa más apartada y pidieron de inmediato algo de beber, café negro y te, con sus bebidas no podían dilatar más su discusión.

--Ya te lo había dicho Death, no fue sencillo.

--¿Qué sucedió Afro?

--Por años me sentí mal, extraña, recuerdo que cuando tenía que ver mi cuerpo sentía que no pertenecía ahí, no lo entendía pero así era, me sentía al margen de todo y de todos. Intenté tantas cosas tratando de llenar el vacío que sentía y terminar con la confusión en mi interior pero nada funcionaba. Sin embargo lo descubrí, no era un hombre sino una mujer y me decidí a seguir ese camino, no fue sencillo, no, para nada lo fue pero no me arrepiento de nada de lo que tuve que hacer porque ahora soy quien siempre fui en realidad.

Pero en el de ojos azules se veía claramente la confusión por lo que escuchaba.

--No sé que decirte Afro, la verdad no sé que decir.

Guardaron silencio por unos instantes pero el de Cáncer continuó.

--Fuimos amigos Afro ¿Por qué nunca me dijiste nada de esto? ¿De cómo te sentías?

--Cuando lo supiste me llamaste fenómeno Death ¿Qué hubieras dicho entonces? ¿Qué crees que me hubiera sucedido en la escuela si hubiera dicho que no era un hombre sino una mujer?

--Si, creo que nadie se lo hubiera tomado muy bien.

Recordaba perfectamente que incluso a los chicos que eran abiertamente homosexuales los maltrataban bastante, Afrodita hubiera sido un blanco más vulnerable y mucho más torturado.

--¿Cómo has estado Death?

--¿Qué?

--Quisiera saberlo, no sé mucho de ti en realidad.

--Bien, estudié Economía y aparte de la columna en la revista doy clases y conferencias del tema, no me quejo.

--En uno de tus correos dijiste algo de un compañero.

--Si, Aioria, pero nos peleamos y no nos hemos visto.

--No sabía que te gustaban los chicos.

--Lo supe hace un tiempo Afro. Ahora él cree que me veo con una mujer.

--Lo siento.

--No te disculpes, él es cabeza dura y cuando algo se le mete entre ceja y ceja no hay poder humano que logre que cambie de parecer.

--Se escucha como tú.

Siguieron en la mesa y aunque con un poco de trabajo continuaron con su charla, de pronto fue como si no importara, los cambios en sus vidas no contaban, de nuevo eran como esos amigos inseparables que habían estudiado juntos y que habían compartido tanto de sus vidas.

--Sigues siendo un cangrejo Death, no haces nada por el camino recto y te encierras en tu caparazón para no escuchar a los demás.

--Y tú sigues siendo un pescado Afro, escurridizo pero vulnerable, dejas que las corrientes te guíen pero también eres muy capaz de nadar contra la marea.

Se rieron un poco, en verdad que nunca habían tenido a otro amigo como la persona delante de ellos. Antes de que pudieran decir nada empezó a llamar el teléfono de Afrodita y tomó la llamada.

--¿Shura?... ¿Entonces nos vemos?...Muy bien, ahí te espero...Adiós.

Estaba sonriendo al terminar con la llamada pero se dio cuenta de cómo la mirada de los ojos azules de su acompañante preguntaba sin palabras.

--¿Qué sucede Death?

--¿Quién es Shura?

--Es Shura de Capricornio, estaba conmigo, lo viste.

--Entonces él es...

--Es un amigo-dijo sonriendo Afrodita-Tenemos tiempo viéndonos y es muy especial para mí.

--¿Ya sabe lo tuyo?

--Aún no-dijo bajando la mirada.

Entonces volvió el silencio pero aún había cosas de las que querían charlar, al menos Afrodita quería hacerlo.

--Me gustaría hablarte de él Death, Shura es un hombre muy especial, actúa como un todo un caballero, me hace sentir una damisela.

--No.

--Death...

--No puedo, lo lamento, aún no puedo aceptar esto.

Afrodita bajó su mirada celeste y el de Cáncer continuó.

--Perdóname Afro pero por ahora no puedo con más.

--Está bien Death-buscó algo en su bolso y se lo extendió-Si cambias de parecer puedes llamarme o visitarme, es mi tarjeta, trabajo desde casa prácticamente así que es seguro que me encuentres.

--Tengo que irme.

--Bien.

Entonces se despidieron pero fue como un acto reflejo lo que hicieron, al tocarse sus manos no se despidieron normalmente, lo hicieron con aquel saludo que habían inventado en sus días de estudiantes, con las palmas abiertas y después entrelazando sus dedos. Los dos sonrieron pero se separaron.

 

 

Después de esa entrevista Afrodita decidió irse a su casa, necesitaba pensar las cosas. Había esperado de corazón que su amistad con Death Mask se reanudara pero no estaba segura de lo que sucedería en esa parte de su vida ni en otras. También estaba Shura. Las palabras del de cabellos azules le indicaban una idea que no había querido plantearse pero que debía tomar muy seriamente en cuenta. En algún momento tendría que sincerarse con él, tenía derecho a saber sobre su vida anterior, no era algo que debiera ocultarle pero también la atemorizaba.

Se había sincerado con Death Mask y las cosas no estaban saliendo muy bien; si le decía la verdad a Shura ¿Qué haría el de Capricornio? ¿Y si la llamaba fenómeno también? ¿Y si no quería volver a verla de nuevo? Tan sólo pensarlo era doloroso pero sabía que era algo que debía hacer, no podía mentir en algo tan importante, quería a Shura, lo amaba, era un hombre tan especial en tantas formas pero no quería engañarlo. Era momento de aceptar lo que sabía que tenía que hacer.

En ese momento llamaron a su puerta, fue a abrir pues ya sabía de quien se trataba.

--Al fin termine Afrodita-dijo Shura con una sonrisa.

Mientras entraba a la casa le daba un beso en los labios y seguía sonriendo.

--Debemos hablar Shura.

Y se lo dijo de tal manera que el de cabellos oscuros se sentó pues no estaba seguro de lo que iba a escuchar.

Quien tampoco estaba seguro de algunos aspectos de su vida era Death Mask. Habían pasado unos días desde su entrevista con Afrodita y aún no tenía idea de cómo manejar las cosas, aparte de eso estaba lo de Aioria, ya más calmado se sentía fatal sin el joven de Leo en su vida pero seguía sin resolverse por nada ¿Por qué se complicaba la vida? No tenía la menor idea pero lo hacía.

En eso empezaron a llamar a su puerta y abrió, no esperaba que él fuera a verlo.

--Aioria.

--Tenemos que hablar Death Mask.

--Pasa.

El joven entró, sin duda tampoco había sido sencillo para él decidirse a buscarlo pero era un gran paso que lo hiciera.

--Aioria, yo...

--Déjame hablar Death Mask, la verdad me importas, no sólo me gustas, me importas, es por eso que vine, tan sólo quiero que me digas qué está sucediendo.

--Yo...

--Si me dices que tuviste una aventura podría entenderlo, sé que no somos algo formal pero no quiero seguir de esta manera, que te veas con una mujer me desconcierta.

--No tengo una aventura y no me estoy viendo con una mujer.

--Por favor, la vi salir, y es como las que supe que te gustaban, bonitas y de piernas largas.

--Te repito que no me estoy viendo con ninguna mujer.

Al ver la expresión del de Leo sintió que necesitaba sincerarse, necesitaba confiar en alguien y desahogarse, no había mejor momento que el presente.

--Te diré lo que sucedió Aioria y por favor, tienes que creerme.

El castaño rubio se sentó a su lado, vio la expresión tan seria del otro y no pudo decir nada mientras el de cabellos azules le relataba lo ocurrido en esos días, de Afrodita y todo lo ocurrido en su vida.

--Eso es lo que sucedió Aioria.

--¿Es la verdad Death Mask?

--Si.

--¿Y no has hablado con Afrodita desde entonces?

--No, no sabría que decirle.

--Dime algo ¿Cuánta intolerancia has enfrentado por ser homosexual?

--¿Qué?

--Dímelo.

El de cabellos azules lo pensó, algunas veces no había sido sencillo el enfrentar un ambiente que seguía teniendo un fuerte rechazo contra los homosexuales.

--Tu amigo Afrodita encontrará mucha más Death Mask-continuó el castaño rubio-No es justo que la sienta también de ti.

--¿Acaso estás de acuerdo Aioria?

--No se trata de mí, es tu amigo.

--Pero...

--Lo es y necesita de tu apoyo, no puedo entender lo que hizo, no puedo ni imaginarme lo que sentía antes de su cambio, no puedo comprenderlo pero lo respeto.

--Aioros, Aioros.

--¿Qué?

--Cuando actúas así me acuerdo porque me gustas tanto.

--¿A si?

--Si, porque me recuerdas lo humano de la vida.

Sin otra palabra se acercó y lo besó.

--¿Estamos bien Aioria?

--Lo estaremos Death Mask.

--Lo siento pero tengo que salir, necesito hablar con Afrodita.

--Lo entiendo, suerte.

--Gracias.

 

 

El de Cáncer fue a buscar a Afrodita, condujo a la dirección que le había dado, había llamado para decirle que quería hablarle pero parecía que su teléfono estaba apagado, siguió con su camino y llegó a la casa, era de color blanco y tenía unos bonitos rosales en la entrada, llamó a la puerta y aunque tardaron ésta se abrió.

--Death.

--Hola Afro.

--¿Qué haces aquí?

--Quería que habláramos.

Sin más entró y a pesar de todo no prestó atención a que Afrodita llevaba puesta una bata.

--Lo he estado pensando Afro.

--Death es que...

--No, no me interrumpas por favor, escúchame. Lo he pensado y esto tuyo la verdad es que no lo entiendo pero sigues siendo Afro y fuimos amigos, quisiera que siguiéramos siendo amigos.

--Gracias Death.

Se sonrieron pero antes de poder decir nada se escuchó a alguien más en la casa.

--¿Dónde estás mi linda rosita?

El de cabellos azules puso una expresión extraña mirando a Afrodita pero antes de que ninguno de los dos pudiera decir nada el dueño de esa voz apareció y sin reparar en nada se acercó para abrazarla.

--Vamos a la recámara Dita, me siento solo sin ti.

En ese instante se dio cuenta que un estupefacto Death Mask observaba la escena, los dos se sorprendieron y el de cabello oscuro tomó lo primero que tuvo a la mano para cubrirse pues estaba desnudo. Ambos hombres sólo se miraban y era momento de hacer algo.

--Death él es Shura, creo que lo recuerdas.

--Si.

--Shura, él es mi amigo Death, te hablé de él ¿te acuerdas?

--Si. Hola.

--Hola-dijo el de Cáncer.

Parecía que el de Capricornio dudaba en darle la mano pero el de cabellos azules no deseaba que soltara el cojín con el que se cubría.

--Yo...--trataba de decir Shura.

--Yo entiendo-dijo Death Mask.

--Te veo en la recámara-dijo Afrodita.

--Muy bien-continuó el de ojos oscuros y en menos de un segundo ya había desaparecido del lugar.

--Shura es excelente Death, en otras circunstancias espero poder presentártelo formalmente.

--Está bien, creo que no vine en un buen momento.

--No muy apropiado.

--¿Por qué te dice Dita?

--Es de cariño, Afrodita, Dita.

Aún así el de Cáncer no parecía convencido con la explicación.

--Cuando quieres a alguien es muy tierno este tipo de cosas Death.

Afrodita sólo se rió pero el de ojos azules deseaba preguntar algo.

--¿Ya lo sabe Afro?

--Si Death, se lo dije hace unos días y nos seguimos viendo, y...bueno...anoche...no pensé que sucedería...nosotros...

--Creo que no quiero escuchar más, ya vi bastante. Es mejor que me vaya, no me gusta hacer mal tercio.

--Gracias.

Lo acompañó a la puerta pero antes de irse el de Cáncer deseaba saber algo más.

--Afro.

--¿Si Death?

--Shura, él, bueno él ¿te trata bien?

--Shura me ama Death-dijo sonriendo--¿Sabes? Quiere casarse conmigo.

--¿Vas a casarte?

--Si-y sonrió aún más--Soy feliz Death, no esperes para serlo también.

--No lo haré.

Se despidieron pero sabían que era una despedida amigable, una despedida de amigos, de los mejores amigos.

 

 

Habían transcurrido algunos meses, en medio de un hermoso día Death Mask de Cáncer estaba sentado al lado de Aioria de Leo, disfrutaban del lugar y del evento al lado de los demás invitados.

--¿Qué te parece Death Mask?

--Me da gusto Aioria, en serio.

El castaño rubio se rió y lo besó, los dos observaban a la feliz pareja que eran el centro de atención, Shura no dejaba de sonreír y Afrodita se veía hermosa, los dos estaban muy contentos y no era para menos, su boda había sido tal y como la habían planeado. Death Mask los observaba, estaba contento por ellos dos, no tenía dudas (aunque las había tenido) que el de Capricornio amaba a Afrodita, a la mujer que era y él no creía poder pedir nada más. Tampoco para si mismo, amaba a Aioria y se lo había dicho, por respuesta fue correspondido, estaban juntos como una pareja formal desde entonces.

La fiesta continuaba y los novios estaban bailando, llegó el momento en que los invitados bailaban con ellos y Death Mask fue el primero en bailar con Afrodita.

--¿Estás feliz Afro?

--Con toda mi alma Death ¿Y tú?

--No me quejo.

Sonrieron y siguieron bailando pero después se separaron. Entonces el de cabellos azules bailó con su compañero.

--¿Te alegras por Afrodita?-preguntaba el de Leo.

--Es lo mejor que pudo pasarle, ese Shura se lleva una joya.

--¿En serio?

--Si, así como lo mejor que me pudo suceder a mí fuiste tú.

Se besaron y siguieron en el lugar.

La fiesta continuaba y ellos estaban felices, la vida también seguiría mostrando sus caminos, ofreciendo oportunidades pero sólo las personas decidimos cuando hacer cambios.

 

 

FIN

 

Notas finales:

Espero que les gustara.

La semana que entra si nada sucede creo que será otro fic con DM o quizás uno que por fin terminé de Hyoga con Shun, aún no me decido pero sea cual sea espero que les guste.

Atee. Zion no Bara

 


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