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COUNTING CROWS por sleeping god

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Notas del capitulo:

Largo tiempo pero casi tenía ambos capítulos pero debo revisarlos primero.

En este se desvié de la historia pero es importante para el siguiente, además de que no me inspiraba y esto me salió muy fluido y creo que demasiado largo.

Continuo. 

-ah, pantera… ¡ah, así! ¡Así, más!

Miraba el tatuaje en forma de mariposa en la espalda morena, movía sus caderas y entretenía sus manos entre el clítoris y los pechos enormes de la mujer de raza negra-¡que rico…! ¡Un poco más…! ¡AHHHH!-era todo un griterío en ese pequeño departamento de solo una habitación. Se permitió otros minutos de entrar y salir en la mujer de cabello violáceo y unos cuantos besos antes de correrse, lo cual no tendría problema, ya la había satisfecho y hasta más. Concluyó saliendo de ella, con todo su vientre húmedo y su miembro semierecto, se sacó el condón y lo tiró en un bote de basura que estaba en el baño.

-eso fue grandioso-dijo la chica cubierta con una sábana amarilla hasta la cintura.

-sí, supongo que si-dijo volviendo a la cama, a besarla un rato más.

Escuchó algo pero fue hasta que abrieron la puerta que supo que había alguien más llegado.

-¡¿Qué demonios significa esto?!-era un chica pequeña, muy fina, de largas coletas a los costados de su cabeza e indicios de ser de origen chino.

La morena se separó de él de inmediato.

No hizo falta más para entender que era la pareja. Se vistió mientras ellas discutían y, al no hacerle caso, salió del cuarto, fue a la sala a revisar cajones hasta hallar algunos billetes.

-con esto basta-se dice contando la mitad del contenido pero llevándose todo.

Sale a la calle, revisando que son las 4 de la madrugada, decidiendo que es hora de ir a dormir. Pasa por el establecimiento donde trabaja y escucha que alguien le chifla.

-maldita sea-dice por lo bajo y gira la cabeza para ver a ese chico, cliente tan habitual y simple.

-buenas noches, Uryo-saluda besándolo en la boca-¿toda la noche o un par de horas?

-un par de horas pero te quedas a dormir, me gusta despertar contigo a un lado.

-bien, vamos-suspira sin ser escuchado, está cansado y sabe que dormirá como bebé cuando acabe ya que no se permite dejar insatisfecho a un cliente.

 

Por la mañana es despertado por el muchacho de lentes.

-despierta, pantera. Mi padre no debe tardar en llegar.

Bosteza, se levanta y mientras lava su rostro le espeta:

-págame.

-sí, sí, dame un segundo-concluye de vestirse y le dan su dinero, llegando a su casa hasta las 9 am.

Ya en su hogar lo primero que hace es darse una ducha para relajar sus músculos, después se hizo de comer y retiró a recostarse en la cama destendida. Antes de cerrar los ojos suena su celular.

-aja…-responde con desgana, tallándose un ojo.

-Grimmjow, parece que tuviste una noche muuuuy larga, jajaja.

-cállate, Starrk. Todavía debo ir a trabajar en la noche.

-está bien, en realidad quería saber qué te ha dicho Ulquiorra.

Se golpea la frente con la palma de la mano.

-¡verdad! Lo olvidé, mierda…. En la semana averiguo que ha pasado.

-eso espero. Hay que vernos para tomar unos tragos, “panterita”, sirve que dejas a tu anaconda descansar.

-el fin de semana-se despiden y ahora si duerme hasta que le toca ir al trabajo.

 

Cerca de media noche se encuentra en el escenario, habiendo dejado atrás el traje militar en tonos azul, permaneciendo solo con la ropa interior negra y las líneas azules bajo los ojos.

Mientras se movía flexiblemente frente a un par de sujetos alcanzó a divisar a un joven pagando unas rondas, lo divisó con mayor cuidado para ir a él, con esa música de fondo de ciberpunk que le daba un aire muy galante y sensual, dedicándose a cantarla por lo bajo. Le dio la vuelta a la silla del  pelinaranja que se impresionó de ver frente a su cara un musculoso vientre, se sonrojó inmediatamente y aún más cuando le tomaron las piernas, se las levantaron para quedar sobre los hombros de ese desnudista peliazul y peor cuando balanceó su cintura fingiendo una penetración, obligándole a tocar sus pectorales y brazos, chupándole los dedos.

Sus amigos se reían  y, en parte, envidiaban que lo hubieran escogido a él.

-dale dinero, Ichigo.

Empezó a buscar algo en sus bolsillos, no queriendo sentir su erección.

-¿Ichigo? Delicioso nombre-dijo al oído haciendo que el novato tirara el dinero.

Sonrió al jovencito,  se agachó para que quedara su rostro frente a la erección del chico con nombre de frutilla, dio una lamidita en su pantalón mientras recogía el dinero, se levantó y metió los billetes en la ropa interior frente a él, guiñó un ojo y se marchó a otra mesa.

Lo vio irse pero no calmaba su calentura.

-le gustaste, Ichigo-se burló su amiga Rukia.

-cállate… yo no quería venir.

-vamos, dijiste que no te arrepentirías.

-ya sé pero no esperaba… esto-responde avergonzado.

No contentos con su pena de ser la primera vez en ir a un lugar así le obligaron a hacer otra cosa, buscar un baile privado pero ya que no tenía opción decidió que quería al soldado peliazul.

El dueño pronto supo a quién pedía, mencionándole que era muy requerido.

-búscame al pantera-mandó a un sujeto, llamando de aquella extraña forma al hombre.

Lo trajeron y les dieron una pequeña habitación que tenía únicamente una barra y un sillón.

-que gusto verte, Ichigo-le dijo acercándose mucho a su rostro-no esperaba tenerte otra vez.

-bu… bue…. Bueno

-gracias.

-¡no quise decir eso!

-¿de verdad?-empezó a contonearse provocadoramente frente a él al ritmo latino de la música, con mucha libertar, hacía mucho que no caía en sus garras un novato.

-… quise decir… que…. Y-yo…

-y-yo, y-yo, yo ¿Qué, fresita?-le pareció que saldría un reclamo de los labios del cliente pero lo calló acercándose, tomándolo por los muslos con fuerza-ni una palabra, chaparrito-pasó sus manos al cuello, acariciándole la nuca-¿esto te parece bien?

Rojo como tomate no podía siquiera responder, sus manos eran frías y suaves, su aliento mentolado, el cuerpo de un dios pero lo que no podía dejar de ver: esos ojos azules como el mar que resaltaban con las líneas bajo ellos.

Se le alejaron y eso, admitió, no le gustó para nada.

Volvió seducirlo con esos movimientos que le dieron el apodo de pantera, no sólo por el salvajismo en la cama sino porque tenía toda la elasticidad y elegancia de un felino.

-¿debo de…?-preguntó con enorme sonrisa al pelinaranja que no se movía ni un centímetro.

-¿de qué?-y en vez de respuesta recibió la seña de que se bajaría la única ropa que tenía puesta-ah…. ¡ah!-retrocedió lo más que pudo en el sillón rojo-¿también te lo quitas?-cuestionó tapándose con las manos.

-sí, siempre que me piden un privado ¿me lo quitó? ¿Te lo obsequio?-se acercó hasta el oído de ese estudiante que le daba gracia tantas reacciones de pena y curiosidad.

-….no lo sé….-fue no único que dijo, pegando su frente a la del desnudista, comenzando a sentirse mal y adolorido de la entrepierna.

-oh… disculpa-dijo cuándo noto que el pantalón negro comenzaba a mancharse al calentar tanto al otro-te ayudaré con eso-agarró ambas manos del menor y con la boca desabotonó el pantalón y sacó el miembro para hacerle un sexo oral.

Al principio se negó pero después se centró en la espalda desnuda del pantera, bien marcada, amplia, brillando en color rojo por el sudor y la luz clara rojiza; después sólo se pudo concentrar en la cabeza que subía y baja entre sus piernas, en el cabello que se hacía hacia atrás, en leves sonidos que salían de su garganta y el de la boca de Grimmjow mojando su joven pene.

-…ya… ah… ya…-decía en voz baja, sosteniendo las manos de ese sujeto, después cerrándolas fuertemente y cerrar los ojos hasta que se acabara el orgasmo y de correrse en la boca del ojiazul.

No bebió todo, dejo algo en sus labios para saborearlo frente al inexperto muchacho. Estaba excitado pero no debía coger en su lugar de trabajo, sin embargo se resignó a que lo vieran un rato con su erección en los calzoncillos negros balanceándose mientras camina.

-¿estás mejor, fresita?

-… ¿Por qué hiciste…. eso?

-¿no estás mejor?

-…sí-respondió bajando la cabeza y dándose cuenta de haberlo puesto duro decidió girar la cabeza a la puerta-pero no… se enojara….

-¿tu novia? ¿Novio?

-…novia… no debí venir-se levantó pero en la puerta fue detenido.

-escucha-dijo con una sonrisa amable-entre más tiempo estés aquí más me pagan así que te agradecería que me ayudes a pagar la renta. Tú elige si quieres otro baile, algo de sexo o lo que pocos eligen, platicar.

Se sorprendió de aquello pero no pudo evitar querer estar otro momento con alguien tan apuesto como ese hombre.

-platiquemos-declaró sentándose, dejando turbado al pantera que siempre bromeaba con esa opción. Sin embargo se sentó.

-bien, esto es extraño pero está bien ¿Qué te trajo a ver personas quitarse la ropa para comer?

-no fue mi idea, mis amigos me trajeron como “felicitación” por tener novia.

-me suena a que hace bastante no tenías una.

Se giró un poco y declaró-es mi primera novia.

Se rio, molestando a su cliente.

-vaya, vaya, novato, quiere decir que te he tomado antes que tu chica.

-¡nadie dijo que no hubiera tenido se… se…. hecho eso antes!

Volvió a carcajear.

-no puedes decir ni la palabra mucho menos hacerlo. Dios, eres adorable. Debes traer a esa nena loca.

-…sí, supongo…

-¿supones? ¿Qué significa eso?

-hace mucho que le gusto… y…. ¡ya sé!-miró a los ojos al desnudista-tu puedes ayudarme.

-¿en qué?

-verás… hace tanto que me sigue que… se me hizo que ya… bueno. Mi pregunta es ¿Cómo sabes que amas a alguien?

-¿Qué te hace pensar que lo sé?-cuestionó recargándose en el sillón, tomando un poco de vino que estaba en el suelo, seguro de algún cliente olvidadizo.

-pues… debes tener novia o novio o lo que sea, debes de…

Sonrió con esa respuesta, muchos pensaban que por su aspecto sería muy popular pero la verdad es que había tenido sólo un par de relaciones serias y ambas terminaron de la peor manera.

-¿te gustaría ver a tu novia con otros hombres?

-¡no!

-eso mismo piensan mis parejas.

Se sonrojó por el consejo que le pidió.

-disculpa.

-no, no… escucha, yo tampoco sabía cuándo estaba enamorado pero un buen indicio es que cuando te marchas de ver a esa persona piensas en ella hasta volverla a ver y sonríes a la vez-dijo guiñándole el ojo.

-gracias…. ¿cómo te llama?

-dime pantera, lindo.

-pantera…-dio una risita y miró sin querer la entrepierna del sujeto. Ya no lo tenía parado pero se distinguía “un enorme paquete”, subió los ojos y sonrió-será mejor que vuelva con mis amigos.

-seguro, ya ha pasado suficiente tiempo y pensaran que nos la estamos pasando MUY bien.

Rio al hacerlo sonrojar de todo el rostro.

Al intentar abrir la puerta le sorprendió la fuerte mano del desnudista cerrándosela.

-¿Qué ocurre?-pregunta manteniendo la calma.

-es lo que te preguntó a ti-responde el peliazul-tienes que pagar.

-pero… ya page en la barra-dice creyendo que lo extorsionó el que consideró un desnudista agradable.

-sí, sí, claro, pagas en la barra el baile y el tiempo que pases solo tu conmigo pero no pagaste el sexo oral, aquí no es un burdel y eso que hago es un extra así que…-extiende la mano esperando el pago.

-…pero…-retrocede a pegarse a la puerta, ahora comprendía que su físico no era solo un elemento para excitar las hormonas sino que era para lastimar-… ya no… ya no tengo…

Le pareció que esos ojos de felino lo cazarían por lo cual se sorprendió cuando sonrió.

-entonces pídele a tus amigos, fresita-le abrió la puerta y pasados unos minutos se dieron cuenta que ya no se encontraban.

-¡no puedo creerlo! ¡Me dejaron…! ¡Hijos de su…!-los dedos del pantera le cerraron los labios.

-palabras fuertes para una fruta-vuelve a marcar su sonrisa de dientes filosos-te llevaré, se acabó mi turno-sin esperar una respuesta se marcha a recoger los jean y la chaqueta de cuero y pasar a la parte trasera por la motocicleta con poca gasolina que no movía desde hacía mucho tiempo. Le dio una leve limpieza con el antebrazo y pasó al frente con el chico pelinaranja.

-vámonos, Ichigo.

-no sé cómo agradecerte, pantera. Además no sé si pueda pedirle dinero a mi papá cuando llegue para pagarte-le dan el casco y se lo pone, subiendo a la parte trasera de una chopper negra.

-arreglemos eso cuando llegamos.

Durante el trayecto no dicen nada pero ambos disfrutaban del calor del cuerpo contrario.

Llega a una zona del otro lado de su hogar y baja el muchacho.

-déjame ver cuánto…-un beso en sus labios lo sorprende… y más increíble es que no lo rechaza aunque tampoco corrobora.

-te propongo los siguiente, Ichigo-dice una vez dejó su boca-págame mañana, te veo en el parque central a las 6 pm.

-… sí…

-excelente, nos vemos-se marcha aun pensando en ese novato de ojos seguros pero rostro angelical… tanto que no pensó en que no tendría suficiente gasolina para llegar a su casa y tener que caminar arrastrando el móvil por más de 6 Kms.

 

Llegó 15 mins antes de la hora acordada, bañado y con ropa que lo ocultara más, pantalón de mezclilla negro una camisa blanca, con unas botas negras de cuero, una muñequera, collar de perro y  los lentes oscuros sobre el cabello.

Aun pensaba que no vendría, era algo más que posible porque era para garle y además qué podía querer con un desnudista, él tenía novia… pero le gustó en automático ¿Quién platica con un humano-objeto? Era especial a sus ojos de felino.

Pasaron 10 minutos de la hora acordada y no aparecía. Empezó a decepcionarse y a odiarse por pedir el día aunque le faltaba el dinero.

-por una tonta cita con alguien que no va a pelarme-levantó la cara y encontró a el chico corriendo a él, con las mejillas rojas de cansancio, vestido con un pantalón entallado y una playera roja que dejaba muy bien marchada su delgada figura.

Se levantó y fue con él, escuchándolo respirar agitado.

-lo…lo… lo siento… se me… se me hizo tarde… en…

-cálmate, Ichigo, que me excita tu voz así.

-¡¿QUÉ?!

Deja que se ría de su propio chiste, saca el dinero que cree deberle y se lo entrega.

-parece que esto todo. Adiós-se da la vuelta y da unos pasos.

Ichigo no entiende pero finge que sí, dándose también la vuelta para irse.

-te invito a comer-le dicen con sonrisa burlona habiendo girado a encararlo, mostrando el dinero que le acaba de dar-tengo algo de cambio, jejeje.

Al principio cree que es una broma,  y al considerar lo contrario no pasa por su mente ni por un minuto Orihime, su novia.

Acepta y comen en un restaurante familiar, platicando amenamente de temas variados, saliendo de ahí vuelven al parque, riendo mucho.

-entonces, Grimmjow-le dice por el nombre que ya le han confesado-¿vacaciones en el mar o en las montañas?

-pregunta difícil…-abraza por el cuello a su acompañante y con picardía responde-depende de dónde te desnudes para mí.

-¡eres un cerdo!-lo empuja volviendo a reír-¿Dónde te desnudarías tú?-pregunta lago coqueto.

-¿yo?-se acerca al oído y dice-aquí mismo, nene.

-¡de verdad que eres lo que eres!-ese comentario, aunque normalmente no le molestaría, no quería que ese chico que tanto le agradó.

-ammh…-se aclara la garganta y ya no hace comentario-¿quieres jugar a algo?

-claro ¿Qué?

-espérame aquí-se marcha y vuelve después de unos minutos con un frisbee.

-¿listo?

-listo-responde levantándose de suelo donde se sentó a esperarlo.

Se unen a un sujeto que lanzaba el mismo artefacto pero a su perro. Empieza Grimmjow dejando que la atrape fácilmente el otro más Ichigo creyendo que lo subestima se atreve a retarlo, lanzándolo con todas sus fuerza y molestándole que con un brinco lo alcanzará.

-¡es todo lo que tienes, nene!-grita, devolviéndole el juguete.

-ya veremos-se dice, arrogándolo con más fuerza que el anterior.

En pocos minutos su pequeño espacio de juego se amplió bastante y un descanso pasa a una competencia; cada vez más alto, más lejos y más rápido. Ambos estaban agotados pero ninguno dispuesto a rendirse hasta que…

-disculpe-le llama un hombre al pantera, ese sujeto que ya conocía pues… le robo el frisbee de su picnic.

-hola…-dice mientras lanza el disco Kurosaki y corre al mismo tiempo-¡vámonos, Ichigo!

El muchacho, aunque no sabía por qué, igualmente corrió una vez atrapó el juguete, no fue mucho tiempo hasta que se les acabó el camino en la reja del parque.

Se quedaron juntos, mirando al hombre que bastante enojado les arrebató el disco y se marchó.

El primero en reírse fue el menor y eso provocó al peliazul a seguirle.

Pasaron un rato más caminando hasta que tuvo que marcharse el estudiante.

-me divertí mucho, Grimmjow-dijo, no queriendo subirse al metro, jugando con sus manos.

-¿de verdad? Yo me aburrí demasiado, jejeje-le acaricia la mejilla-quiero verte mañana.

-¿a la misma hora?

-¿puedes antes?

-no… tengo clase.

-…bien-le importo poco si serían un par de horas y de ahí a su trabajo, quería verlo, necesitaba hacerlo-te veo mañana, lindo-iba a besarlo en la boca, sabiendo que nadie nunca le negó eso, pero prefirió hacerlo en la frente, sonriéndole como un completo enamorado.

El día siguiente se levantó ya muy tarde, teniendo un sueño con ese estudiante, aunque reconocía fue bastante pervertido.

 

Estaba muy contento así que se dio una larga ducha, al salir se puso los mismos pantalones pero en vez de colocarse la playera negra de Led Zeppelin se puso una azul celeste, algo de color, no tenía ganas de andar de cadenas y cara de matón.

Desayuno algo de cereal mientras miraba en las noticias un choque de autos sobre una importante carretera, realmente no ponía atención, escuchaba el segundero del reloj de la cocina, contando el tiempo para encontrarse con ese chico de ojos alegres ¿o era él quien se ponía feliz al verlo? Ya no sabía y ni importaba.

Dada la hora se marchó corriendo con bastante ánimo y una gran sonrisa. No se sentó aun cuando llegó temprano y al divisar al jovencito fue a él.

-siempre llegas temprano

-en realidad no, pero ahora es diferente-lo hizo sonrojar fácilmente.

Salieron a caminar a las afuera de la ciudad, a jugar algo de futbol, a correr entre los árboles, haciendo  niñerías como brincar, correr y empujarse.

Antes de que bajara el sol regresaron, lo tuvo que despedir antes, ahora no hasta su casa pero su descontento se disipó con un beso en los labios del otro que no esperaba por lo cual no pudo detenerlo cuando se marchó corriendo para que notara su vergüenza.

Fueron varios días saliendo, la mayoría aunque solo fueran un par de horas, sin embargo le encantaba, sobre todo porque con solo 1 semana dejó a su novia y claro, antes de saber eso ya lo había besuqueado como todo un profesional y esa noche, por fin, en su casa, se permitió cogerlo por primera vez y también la estrenada del muchacho, admitió que no fue lo más cuidadoso posible pero sabía cuándo alguien gozaba y ese chico nunca se separaría de él pues nunca nadie le daría de esa manera.

-Grimm-le hablaba de la cocina de este, calentándole los fideos de la noche anterior pues prefirieron comerse a comer.

-dime, lindo-dijo mientras se colocaba el bóxer negro entallado para ir a trabajar.

-ya está la comida.

-ya bajo.

Comieron viendo tv  y a las 7 p.m. se despidió con un beso.

-nos vemos mañana, Ichigo.

-sí, Grimm…-le detuvieron de la chaqueta-… ¿hoy solo bailas?-le preguntaron y fácilmente podía comprender que quería saber si vendería su cuerpo.

-sí, solo bailo-puso énfasis en lo último. Para tener el dinero para vivir tenía que hacer eso y su novio lo sabía, desde antes de ser su pareja y debía comprenderlo para ser diferente a las demás personas que estuvieron en su vida.

En la madrugada salió del lugar y escuchó unos pasos detrás. Se giró con violencia para encontrar a un muchacho con corte de chica, notándose narcisista, con un tipo de plumas en la ceja y en las pestaña.

-¿Qué quieres?-espetó a la defensiva.

-que grosero. Me dijeron que ofreces GRANDES servicios.

Gruñó y a punto de negarlo se mostraron bastantes billetes.

-sí, los ofrezco. El precio varía según lo que quieras-lo tomaron del brazo, bastante meloso y por obvia se dejó hacer.

-bien, necesito que pongas el lugar.

-hecho, vamos.

En mitad del camino le dejó muy en claro que solo en pocas ocasiones y por una gran suma se permitía ser el de abajo, cosa que casi nunca le pedían, aunque ese tipo que se llamaba Yumichika Ayasegawa deseaba que le diera y toda la noche o hasta que no pudiera más, además de pedirle las posiciones más pervertidas que conociera.

Al llegar a su hogar le sorprendió la puerta sin seguro, siempre que salía su novio la cerraba. Ya que el cliente lo obligaba a entrar dio por sentado que seguro solo lo olvidó.

No fue toda la noche pero así cobraría, cerca del amanecer se desmayó su cliente y así lo dejó, hasta que al despertar le dijo que pronto deseaba encontrarlo nuevamente.

Al medio día compró comida italiana y mandó un mensaje a su chico invitándolo a comer. Al regresar Ichigo estaba ya en la sala, dejó las bolsas fuera y caminó en las puntas de los pies, dispuesto a hacerle dar un brinco. Sin embargo a menos de un metro le escuchó aguantar un llanto.

-Ichigo ¿Qué ocurre?-el susodicho volteó en automático con las lágrimas aun en los ojos.

-… no es…

-no digas que no es nada. Cuéntamelo-se hincó agarrándole las manos y besándoselas juntas.

Sin aguantar el llanto le dijo entre este:

-es que… eres tan lindo pero… pero… ¡no soporto la idea de que cualquiera con dinero te toque!-se llevó las manos a la cara, tratando de olvidar que la noche anterior quería darle una sorpresa: quedarse a hacerlo cuanto y como su pareja quisiera; sin embargo no imaginó que llegaría con un hombre y que lo vería actuar en la cama de una manera tan convincente.

-Ichigo…

-no puedo, lo siento… ¡lo siento!-se levantó y salió de ahí corriendo, le dolía verlo y saber que terminaron.

Grimmjow no pudo procesarlo más si creerlo, pues ¿Qué no sus anteriores parejas terminaron con él por lo mismo? Se retiró a la cama a pensar pero no tuvo ninguna idea hasta ir a su trabajo.

Subió en la pista bailando algo de rock con otros tres sujetos, vestía esta vez como le era más cómodo, un kimono blanco por fuera y negro por dentro, con la parte de arriba abierta y recortada de la barriga, sin embargo su mente estaba en otro lado, todas las imágenes que se venían a su mente eran de Ichigo, aquel día que para aprobar que lo tomara le izaron la mano sin permiso pero con tanto cariño.

Sacudió la cabeza queriendo sacar a flote en su memoria otros tiempos, sus hermanos, sus amigos, el sexo con mujeres bellas, travesuras, aventuras… más nada había, únicamente él e Ichigo saltando con el cielo y la tierra. Se quedó quieto, se cuclillas, mirando sus manos.

-¡baila, para eso te pagan!-le gritaron eso y muchas otras cosas más nuevamente la voz y los recuerdos del moreno lo enloquecían.

-su mano-se dijo recordándola sobre la suya y sin querer derramando un par de lágrimas sobre ella.

Se levantó secando sus ojos y llegando a la puerta lo detuvo su jefe notablemente molesto.

No lo escuchaba, estaba en paz por dentro, y sobre todo decidido.

-renuncio-interrumpió brutamente.

-¿Qué?

-renuncio, jeje. Al demonio con este empleo-lo empujó, recogió su moto y se marchó a gran velocidad a ver a su novio aunque su padre no lo conocía.

Era tarde pero notó la ventana abierta, trepó como pudo y cayó sobre la cama, sobresaltando a Kurosaki.

-¡¿Qué?! … eh, Grimmjow…

-Ichigo-lo abrazó con fuerza y sonriendo casi riendo.

-¿Qué ocurre?

-renuncié.

-¿Qué?

-renuncié. Soy tuyo ahora. Soy todo tuyo.

No contestó y le devolvió el abrazo, no hacía falta decir que eso le hacía totalmente feliz.

Al día siguiente, después de sexo clandestino, la fresa se le ocurrió preguntar la razón por la cual su novio no podía ser totalmente de él.

-¿de qué vas a vivir?

Abrazó más al pequeño para no caer de esa pequeña cama y hacer más ruido del que seguro hicieron anoche.

-no te preocupes, tengo un plan-le sujetó la mano y pensó en Ulquiorra, ese hermano que le daría la vida perfecta a él y su chico, costara lo que costara.

Notas finales:

Gracias por leer.

P.D: la canción con una letra muy profunda es de Eddie Vedder.


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