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COUNTING CROWS por sleeping god

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Notas del capitulo:

Último capítulo. Gracias a los que leyeron.

P.D: canción de la banda Counting crows.

Despertó.

Y no fue un sueño ni una pesadilla.

Después de más de un año aun soñaba con el sirviente que le abandonó, fue extraño ver a su antiguo amor contando aves negras.

Nadie nunca le preguntó por qué se fue o si sabía dónde estaba, simplemente siguieron con sus actividades cotidianas con el nuevo sirviente, únicamente su hermana y Abarai no podían ocultar la curiosidad y eso, lejos de hacerle sentir mejor por ser importante para alguien, sólo lo reducía más, llenándole la mente de ideas como :“si no hubiera indagado en su vida seguiríamos juntos”, “quizá un día el mismo me lo hubiera dicho y para entonces ya no tendría importancia” y “si no hubiera aceptado lo que pidió bajo la lluvia, si hubiera sido igual de obstinado como fui con la investigación él seguiría aquí y yo no me sentiría tan solo”; sin embargo siempre que en las noches le asaltaban esas cuestiones volvía a llegar a la misma resolución: hizo lo que debía hacer, fue Ulquiorra quien no hizo suficiente.

Se marchó a trabajar.

 

Guardó sus libretas y salió de la biblioteca, siendo el único en ella pues el sol ya bajaba y prefería estudiar ahí a estar en casa de Starrk, con ese insistente olor a tabaco y la televisión a todo el volumen por ser temporada de futbol americano.

El camino de regreso a casa de su hermano siempre le traía ese recuerdo que algunos días le hacia sonreír pues era de Kuchiki que le hizo saber lo que era ser amado pero otros era el triste recuerdo de noviembre, hacia casi un año que se alejó porque no podía ser honesto consigo mismo, dar la cara con la vergüenza del error y luego hacer lo mismo con su familia, simplemente prefirió ignorar aquello, pensando que sería lo mejor. Aunque fue peor de lo que esperaba, si el no tuvo el valor de abandonarlos si lo tuvo Grimmjow que le confesó apenado y humillado que lo utilizó a pesar del fuerte lazo que los unía, todo por un chico que conoció hacía meses y que se mudaba con él, ahora lo veía de vez en cuando con todos sus hermanos ya que él sí tuvo el valor de aceptar la reprimenda, el aislamiento y finalmente esperó la aceptación. Le tenía envidia a su fortaleza.

Entró a la casa y ahí estaba el coyote fumando y gritándole órdenes a la t.v. Fue al cuarto del fondo y sacó la laptop para seguir con su proyecto, deseaba adelantar un año y salir lo antes posible, irse de la casa que no sentía un hogar y abandonar la ciudad que siempre le parecería lluviosa y con clima de finales de año.

 

Pensó en ir a buscar al murciélago pero no lo hizo, ese chico gastó su vida por propia voluntad, era un vergüenza volver con quienes había deseado sacar de su vida, más en cambio lo hecho a él.

 

Al despertar encontró en la cocina a Starrk con Grimmjow e Ichigo.

-buenos días, Ulquiorra-saludó el pelinaranja, sentado a un lado de su novio.

-¿todavía dormido, flojo?-cuestionó el espada, burlándose de su hermanito.

-dormí hasta tarde por terminar un proyecto-contestó, pasando a la cocina por un poco de leche.

-¡va a matarte la escuela!-le gritan. Termina de beberla y responde Coyote por él.

-lo que va a matarlo es no comer.

-sí me alimento-dice al salir, tomando asiento en un sillón para uno, sin apenarse de llevar aun la ropa del día anterior arrugada por dormir con ella y el cabello revuelto-el que morirá eres tú, si no estoy no cocinas y te la pasas fumando.

Únicamente se ríen.

-bueno, veníamos nada más a saludar. Iremos con la familia de Ichigo-dice Grimmjow levantándose y tomando de la mano a su pareja.

Los despiden en la puerta pero Kurosaki se acerca al murciélago y le susurra al oído para que nadie más los escuche.

-Rukia me dijo que aún piensa en ti-le sonríen y se marchan en el auto de la empresa donde trabaja Jeagerjaquez.

Los observa mientras se van, en particular al peliazul. La sonrisa de Grimmjow  le decía que gastó su vida, todo el tiempo, que es lo único que hizo. Por algo se disolvían, por buscar la fortuna que su padre les enseñó. Pensaba en cuantos significados tendría “fortuna” y regresó a su cuarto, sintiéndose como ese día que llegó con el primera espada aguantando el llanto, diciendo que le dejara quedarse, sólo para ir a un cuarto y romper a llorar por la perdida.

No salió por ser domingo, su hermano ni lo notó, todo el día se lo llevó entre llorar, meditar, reír de los recuerdos y dormir, mientras una suave sábana blanca y fría caía sobre la ciudad sin que hiciera ruido.

 

Conducía para no volver a su hogar, una simple distracción. Pasó por una colonia de clase media donde por poco atropella a un hombre de cabello castaño con un cigarrillo en la mano que tiraba la basura, este le insultó pero no dijo nada por recordar a ese sujeto. Se estacionó para ver donde entra, sin razonar nada sale del auto con sólo una ligera gabardina, escuchando los pasos en la nieve pero centrando su atención en una ventana donde puede verse por el cristal congelado un chico dormido sobre sus brazos. Saltó la reja mientras el murciélago se despierta por el ruido de la vieja madera siendo usada para llegar al otro lado, abre los ojos y es sorprendido con la figura de un caballero caminado en su dirección, al fin lo reconoce y no puede creerlo, abriendo la ventana rápidamente, dejando entrar el frio a la habitación.

-Kuchiki ¿Qué hace aquí?

-nada en particular-responde sin mostrar emoción, aun sin comprender que lo ha encontrado, que esta hablando con quien no pudo olvidar.

-debería irse, a Starrk no le gustaría verlo aquí.

Bajó el rostro sintiendo pena ajena. ¿Quién era el equivocado? ¿Quién realmente daba pena? Quería preguntar sin hacerlo.

-sólo quiero hablar un poco ¿Cómo estás?

Con prisa respondió, queriendo no se escuchara dentro de la casa donde su hermano mayor miraba televisión.

-bien.

-¿sigues en la escuela? ¿Pronto sales?

-de verdad que no puedo hablar ahora.

Los ojos del noble parecían sentir lastima por él. Eso le dolía pero no tanto como la misma vergüenza que sentía cada día que el mismo se causó.

Se fue por donde vino.

Cerró la ventana y se acostó en la cama.

¿Realmente era tan patético con su miedo a su familia? ¿Y cuál era realmente ese miedo? ¿El de separarse y que le juzguen? ¿Quién y por qué deberían opinar sobre su decisión?

Estaba encerrado, amarrado por sí mismo.

Su vida era una vergüenza.

Soñó con el sueño que fue su amor.

Se cambió y en vez de ir a la derecha, a la escuela, fue a la izquierda. Aún estaba la mansión idéntica pero los arboles estaban secos por el invierno. Rodeó el lugar hasta llegar al jardín trasero, subió una de las colinas y miró al cielo, con algunos pájaros volando.

Lo vio subiendo una colina cubierta de nieve, reflejando su sombra mientras miraba a la nada.

Llegó por detrás y antes de ser recibido le interrumpió diciendo.

-deberías estar avergonzado-agregando-piensa en ellos una vez más porque no volverás a verlos.

Se quedó ahí, contando a cada uno, colocándolos como los veía: cuervos.

Contando cuervos.

El uno le dolió.

El segundo lo recordó con alegría.

Tres eran las chicas.

Cinco el del dinero.

Seis  el más apreciado

Y el siete se modificó para decirse que debió hablar ese secreto.

 

Aun con el frio parecía arder en su vida gastada en vano. Era una vergüenza.

Dejó de contar cuervos.

-está bien-extendió la mano y la cerró en la palma de Kuchiki.

Byakuya contó el 4 cuervo, un niño abriendo las alas y permitiendo por primera vez que alguien entrara.

Notas finales:

Gracias por leer.

Nos vemos en la próxima.


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