Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 5: "¿Al kitsune le asustan las tormentas?":

 

Casi tres meses habían pasado desde que Naruto comenzó a entrenar con Jiraiya. En un principio al kitsune le había costado adaptarse, y era algo torpe, pero últimamente había mejorado bastante para alivio del sannin que ya empezaba a pensar que no podría sacar nada bueno del rubio.

 

Los aldeanos habían seguido con su caza de zorros para venderlos, hasta el punto de que era más fácil encontrar un zorro en Konoha que un perro. La mayoría de los aldeanos presumían de tener en su poder a un kitsune, provocando que Naruto pensara que lo humanos eran la raza más tonta que habitaba en la tierra. ¿Es que no se daban cuenta de que eran unos zorros ordinarios?

 

El humor irritable del kitsune se había suavizado un poco después de que La Quinta prohibiera la caza de zorros, asegurando un terrible castigo a quien osara desobedecerla.

 

En ese tiempo, Naruto había conocido a la generación de ninjas de la edad de Sasuke y Sakura, y también a Lee y Sai, que eran un año mayores que los demás.

 

Una mañana, cuando buscaba al sannin para empezar el entrenamiento, Naruto se volvió a encontrar con Kiba y Akamaru. Nuevamente el enorme perro empezó a ladrarle y gruñirle sin parar, sin hacer caso a Kiba que le pedía que se callara. En esta ocasión Naruto no quiso verse como un cobarde, así que se plantó frente a Akamaru y mirándole muy de cerca, con los ojos entrecerrados, empezó a gruñirle también.

 

Kiba intentó excusar a su perro, diciéndole al de ojos azules que éste le ladraba porque percibía algo raro en él: su aroma y su chakra. Después intentó entablar una conversación amistosa con él, pero el centro de atención de ese niño era Akamaru. Así que, hastiado por sentirse ignorado, se acercó al rubio y le tomó con violencia de la yukata, por el pecho, obligando al otro a que le encarara.

 

─¡Oye, haz el favor de escuchar cuando te hablan!

 

Pero su enojo se esfumó al ver aparecer unas peludas orejas en puesto de las humanas. Y en lugar de sentirse asustado por el enojo del kitsune que tenía sus ojos en una tonalidad entre azul y rojiza, casi se puso a saltar de alegría. Desde niño, cuando Sandaime les contaba historias sobre estas criaturas, siempre había soñado con encontrar uno.

 

Y casi habría robado a Naruto para él de no ser porque recordó algo. Hace un tiempo había visto a Sasuke a menudo con ese rubio, y una duda le asaltó.

 

─¿Eres el sirviente de Sasuke? ─casi afirmó en una pregunta─. Por eso siempre estás en la aldea, ¿verdad?

 

El kitsune negó totalmente alarmado de tan sólo pensar en eso. Algo más calmado, ocultó sus rasgos animales antes de que alguien más le descubriera.

 

Kiba pensó que el rubio había negado aquello porque se sentía avergonzado de admitir que era un sirviente, así que no insistió con el tema. Aunque quién lo diría, precisamente Sasuke que era el único incrédulo en toda Konoha, fue quien capturó un kitsune y lo convirtió en su sirviente.

 

¡Maldito Uchiha con suerte!

 

Sí… ya podía imaginarse al pobre rubio en manos de Sasuke, con un collar al cuello, siendo obligado a limpiar la casa, quitar las malas hierbas del jardín, cocinar, masajear a un agotado Sasuke después de una misión… ¡Incluso bañarle! Y seguro que tenía que llamarle "amo", "mi señor", o si Uchiha estaba de buenas tal vez le permitiría llamarle "Sasuke-san"

 

Compadecía al pobre kitsune.

 

Y lo que más coraje le daba, era que para un kitsune que encontraba, era propiedad de Sasuke.

 

─¡Deja a Uchiha y ven conmigo! ¡Akamaru y yo te trataremos mejor!

─¿Eh? ─Parpadeó confundido.

 

Naruto no le hizo mucho caso. ¡Tenía que entrenar y casi lo olvida por culpa de aquel humano y su mascota! Sin más, se marchó corriendo mientras gritaba:

 

─¡Por favor, no me delates!

 

Kiba asintió, pero al día siguiente, toda su generación ya sabía sobre el kitsune. Naruto sintió deseos de darle un buen zarpazo en la boca por no haberle hecho caso, pero el castaño sólo se defendió gritando:

 

─¡Yo creí que no querías que te delatara diciendo que eres el sirviente de Sasuke!

 

Y así fue como en ese tiempo los conoció. Aunque Shino le ponía nervioso, Neji le parecía demasiado arrogante, por lo que apenas había cruzado palabra con él; y también estaba Hinata, que no entendía por qué le chica hablaba tan bajito hasta el punto de que tenía que pegar prácticamente la oreja en la boca de ella para escucharla, pero entonces la kunoichi se marchaba corriendo algo sonrojada mientras decía cosas inentendibles.

 

Pero por otra parte, a veces le gustaba recostarse con Shikamaru a observar las nubes, desafiaba a Lee para ver quién corría más rápido, competía con Chouji para saber quién de los dos podía comer más, y le gustaba molestar a Kiba diciéndole que tenía mejor olfato que él.

 

También estaba Sai. Y aunque en un principio le trató con la misma desconfianza que a los demás, cuando un día escuchó al pelinegro leyendo un libro en voz alta, no pudo evitar acercarse a él para que le explicara lo que estaba diciendo sobre amistades y cómo relacionarse con las personas. Desde entonces, muchas veces buscaba a Sai para que le leyera.

 

Y en ese momento no era la excepción. Ese día no había entrenado porque Jiraiya le había dicho que tenía asuntos que tratar con la Hokage sobre la villa de El Sonido, así que había ido a Konoha a buscar a Sai. Lo encontró sentado en un banco, bajo la sombra de un árbol con un libro en las manos.

 

─¿Qué estás leyendo hoy? ─preguntó de repente el rubio, arrebatándole el libro nada más llegar a su lado. Observaba las páginas como si en realidad estuviera leyendo lo que ahí estaba escrito─. ¿Otro libro sobre amistades?

─Leía sobre los apodos ─contestó tranquilo, alzando un brazo para tomar el libro de las manos morenas.

─¿Apodos? ¿Qué son apodos? ─cuestionó tomando asiento junto al otro, aunque no muy cerca.

─Mn… es cuando llamas a alguien sin utilizar su verdadero nombre ─explicó inseguro, intentando hacerlo de forma sencilla para que el otro entendiera─. Como por ejemplo, cuando Sasuke-kun te llama "dobe" o "usuratonkachi". Eso son apodos. ─Cerró los ojos en una sonrisa leve─. Aquí dice que utilizar apodos es una forma rápida de entablar una amistad.

─¡Oh! Entonces, ¿cuando quieres ser amigo de alguien debes ponerle un apodo?

─No tienes la obligación, pero dice que facilita el hacer amigos. Es algo así como un símbolo de amistad, supongo.

─Símbolo de amistad… ─repitió en voz baja, y después sonrió─. ¡Aah! ¿Eso quiere decir que el teme quiere ser mi amigo?

 

Sai no estaba muy seguro con Sasuke, ese chico se le hacía complicado. Más bien parecía que Uchiha había apodado así al rubio porque disfrutaba molestándolo, y no con intenciones de formar un lazo.

 

Apenas abrió la boca para responder, fue interrumpido.

 

─¡Entonces a mi me gustaría poner un apodo también!

─¿A Sasuke-kun?

─No. A Jiraiya-sama.

─Pues piensa en las características de esa persona, su físico… Cosas llamativas sobre él. Eso ayuda. Por ejemplo, Jiraiya-sama es viejo, pervertido, le gusta mucho el dinero, beber y sobre todo las chicas jóvenes.

 

El kitsune se cruzó de brazos y cerró los ojos, en una seria expresión pensativa que duró tanto tiempo, que Sai volvió a sumergirse en su lectura.

 

─¡Ya lo tengo! ─exclamó de pronto, asustando un poco al pelinegro─. Ero sennin.

 

Sai rió muy levemente, quedando opacada por las carcajadas del rubio.

 

─No me parece un mal apodo.

─Y, esto… ─balbuceó─. Hablando del teme… hace semanas que no le veo ─comentó con aire despreocupado, observando las nubes como a veces solía hacer con cierto shinobi del clan Nara.

─Sasuke-kun está esforzándose mucho para poder llegar a convertirse en un ANBU como su hermano mayor Itachi-san.

─¿Qué es eso? ─preguntó ladeando ligeramente la cabeza, no queriendo prestarle atención al nombre del Uchiha mayor.

─Am… resumiéndolo mucho, son los ninjas que trabajan directamente para el Hokage, en este caso, Tsunade-sama.

─Oh ─fue todo lo que dijo.

─Tienen pocas misiones, pero suelen ser muy peligrosas y de larga duración, por eso deben ir con el rostro tapado por una máscara, para que el enemigo no sepa su identidad.

─¡Oh! Ero sennin me dijo una vez que tú eres un ANBU.

─Así es.

─En ese caso, debes de ser muy fuerte, ¿verdad?

 

No prestó atención a la respuesta que le daría Sai y empezó a olfatear el aire al percibir unos aromas conocidos.

 

─Huelo a Sakura-chan y al teme ─le dijo, sin dejar lo que hacía─. Se acercan.

 

El otro prestó atención, sintiendo el chakra de los mencionados algo débil, eso quería decir que todavía estaban lejos de ellos.

 

─Tienes tus sentidos muy desarrollados ─comentó.

─¡Sí! ─respondió orgulloso─. Después de todo soy un zorro, a pesar de que casi siempre tomo esta apariencia humana.

─Entonces, ¿naciste siendo un zorro?

─¡Así es! ─Sonrió.

─Mmn… ─Se detuvo a pensar unos segundos y cerró el libro que tenía en las manos─. Iré a pedir prestado otro libro a la biblioteca.

─¿Sobre amistades?

─No. ─Le sonrió, cerrando los ojos─. Sobre zorros.

─¡Woah! ¿Hay libros sobre zorros? ─preguntó emocionado.

─Hay libros sobre todo prácticamente.

 

Minutos después pudieron escuchar la voz de Sakura cada vez más cerca de ellos. Ambos miraron hacia allí. La kunoichi caminaba muy cerca de Sasuke mientras le contaba algo, según ella, gracioso. Por su parte, el pelinegro caminaba tranquilamente sin apartar la mirada del frente, hasta que vio a los otros dos sentados en un banco, bajo la sombra de un árbol.

 

─Oh, son Sai y Naruto ─comentó Sakura como si sólo ella se hubiese dado cuenta.

 

Se acercaron, llegando ella primero.

 

─Hola, chicos. ─Les sonrió, hasta que ésta se tornó en una leve risita divertida─. De nuevo estáis juntos. Os habéis hecho muy buenos amigos, ¿eh? ─preguntó con segundas intenciones, pero ni Sai, ni Naruto, entendieron ese tono.

─¡Sí! ─Sonrió el rubio─. Me gusta que Sai me lea esos libros raros sobre amistades y esas cosas.

─En serio, Sai, no puedo creer que todavía leas ese tipo de cosas. ─Suspiró la chica de forma sonora, llevándose las manos a la cintura.

─¿Qué tiene de malo? ─preguntó con su típica sonrisa.

─Ya te he dicho que no puedes hacer caso a todo lo que diga un libro. Debes aprender a relacionarte con los demás por ti mismo, con la experiencia adquirida poco a poco.

 

Mientras Sakura y Sai hablaban, Naruto se puso de pie y se acercó a Uchiha hasta detenerse frente a él.

 

Sasuke observó con disimulada curiosidad al rubio, sintiendo extraño que el kitsune iniciara por su cuenta un acercamiento entre ellos. Desde que logró su propósito de que el kitsune se quedara para ayudar a Konoha, hacía semanas que no lo había visto, tal vez dos meses, o más, y parecía que Naruto ahora se encontraba más relajado entre los humanos.

 

─¿Qué? ─preguntó al tener la fija mirada azulada sobre sí.

─Si querías ser mi amigo, haberlo dicho antes, teme.

 

El pelinegro parpadeó confundido por ese comentario, y más todavía por la sonrisa con la que Naruto había dicho aquello. Está bien, ese no era para nada el Naruto que él vio hace semanas, su carácter estaba muy cambiado. Esa típica desconfianza suya y ese ceño fruncido parecían haberse evaporado.

 

─¿Amigo?

─¡Sí! Sai lo leyó en su libro. Por eso me llamas "dobe" y "usuratonkachi", ¿verdad?

─¿Libro? ─Entornó los ojos con seriedad, llevando la mirada al otro pelinegro que seguía hablando con la chica─. Tsk… ese idiota y sus libros ─masculló para sí mismo.

─Creo que yo también quiero ser tu amigo… teme.

 

El mencionado mostró una fugaz expresión de sorpresa y volvió a pensar lo mismo, ese que frente a él sonreía feliz, pero apenado a la vez, no era Naruto. ¿Sería algún tipo de broma?

 

─¿Te has golpeado la cabeza, dobe? ─fue lo único que atinó a decir.

─No. ¿Por qué?

─Nada. Olvídalo.

─¿Y qué hacemos? ─preguntó llevándose las manos detrás de la cabeza.

─¿Qué hacemos de qué?

─Sí. Los amigos humanos… ¿qué hacéis? ¡Yo solía jugar con mis amigos cuando era un cachorro! ─Sonrió alegre, pero con un leve toque de nostalgia.

─¿Pretendes que nos pongamos a jugar? No seas infantil. ─Rodó la mirada. Aunque recapacitó en que Naruto con su apariencia humana no aparentaba más de unos trece años, a lo mucho catorce. Eso hablando físicamente, porque su comportamiento era más bien el de un niño de doce años.

─¿Ah? Los humanos sois aburridos ─fue lo único que le dijo antes de darse la vuelta─. Sai, me voy a casa.

─¿Tan pronto? No hace ni una hora que estás aquí.

─Es que… ¿Sabes?, me cansa estar siempre escondiendo mis orejas y mi cola. Desde que empecé a entrenar con Ero sennin, continuamente tengo que estar así ─dijo señalándose─. Y como hoy es mi día libre, no quiero ocultar mi apariencia. Pero puedes venir conmigo a mi casa.

─No es una casa, usuratonkachi, es una cueva ─habló, dejando a Sai con la palabra en la boca.

─¡Para mí, eso es mi casa!

─¡Una casa es eso! ─contestó señalando la vivienda más cercana a ellos con cierta exasperación.

─¡Teme!

─¡Dobe!

─Ya, chicos… calma ─intervino la de cabellos rosas con una sonrisa nerviosa. Se le hacía muy rara la escena de Sasuke entrando en el juego de un niño. Bueno, Naruto no era un niño, pero se comportaba y tenía la apariencia de tal.

 

En el momento en que el kitsune salió a correr en dirección a la salida de la aldea después de despedirse, se escuchó un trueno lejano, advirtiendo la cercanía de una tormenta. Sobre la montaña con las caras de los Hokages plasmadas en ella, se apreciaban unas nubes negras que avanzaban con lentitud hacia Konoha.

 

─Creo que lo mejor será ir a casa ─comentó ella.

─Sí. ─Sai se puso de pie, colocándose el libro bajo el brazo─. Por cierto, ¿creéis que a Naruto le asusten las tormentas?

─No debería. Según dijo Sasuke-kun, vive en una cueva, así que ahí no se mojará y estará protegido. Aun así, ese es su problema. ─Se encogió de hombros, haciendo un ademán con la mano─. Aunque si tanto te preocupa deberías ir y pasar la tarde con él, después de todo, parece que le agradas.

 

Sai ignoró el tono con segundas intenciones de la kunoichi, pero mostró su característica sonrisa.

 

─No me parece mala idea. Pero primero quiero ir a la biblioteca a buscar un libro sobre zorros.

─¿Sobre zorros? ¿Ya no vas a leer sobre cómo entender a las personas y hacer amistades?

─Sí. Pero también me interesa saber sobre esos animales, siendo que Naruto es un zorro. Tiene unas características increíbles, su olfato es incluso más agudo que el de Kiba.

─Su capacidad auditiva también es muy aguda ─agregó Sasuke con voz monótona.

─Pero… ─habló ella─. Naruto no es un zorro común, no sé si te servirá de algo leer esa información.

─Tal vez pueda servirme, aunque sea un poco.

─¡Oh! Voy contigo a la biblioteca, acabo de recordar que tengo que buscar unos libros de medicina. ─Miró a Uchiha con una sonrisa─. ¿Vienes con nosotros, Sasuke-kun?

─No. Voy a casa.

─Como quieras ─contestó algo decepcionada─. Vamos, Sai. Parece que en cualquier momento lloverá ─agregó mirando al cielo─. ¡Nos vemos, Sasuke-kun! ─Le despidió con la mano, recibiendo como respuesta una mirada del mencionado.

 

Uchiha observó con brevedad las nubes grisáceas, antes de meterse las manos en los bolsillos del pantalón y caminar hacia su hogar.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Una tormenta no tardó en desatarse. Llovía de forma copiosa, con fuerza, mientras que los truenos y relámpagos, con algún que otro rayo, daban un aspecto feroz a aquella tormenta.

 

Naruto olfateó el aire por enésima vez. Estaba seguro de haber escuchado un ruido lejano que se acercaba a su cueva, pero la lluvia le dificultaba percibir aromas, y el insistente ruido de ésta al caer al suelo le hacía difícil el poder escuchar algo con claridad.

 

Pensó que tal vez sería un animal buscando refugio de la tormenta, aun así, no quería confiarse. Se puso de pie y se adentró un poco más en la cueva, refugiándose en la oscuridad. Afiló la mirada al ver una sombra detenerse en la entrada de su cueva un par de segundos antes de ingresar. Era una persona. Pero gracias al destello de un relámpago, pudo ver que era un humano conocido para él, así que sin dudar salió de las sombras, acercándose al pelinegro.

 

─Teme, ¿qué haces aquí? Estás totalmente empapado.

─¿Qué hacías escondido ahí dentro? ─contestó con otra pregunta─. Estás asustado de la tormenta, ¿verdad? ─afirmó tranquilo.

─¿Eh…? A mí no me asustan las tormentas.

─¿No? ─preguntó contrariado.

─No ─reiteró. Avanzó hasta sentarse cerca de la entrada de la cueva, observando el exterior con emoción─. ¡De hecho, me encantan!

 

Sasuke no pudo ni siquiera pensar que el otro estaba mintiendo, ya que cada vez que un relámpago iluminaba el cielo, veía cómo la peluda cola de Naruto se agitaba con insistencia al tiempo que escuchaba una exclamación sorprendida y feliz.

 

─¡Woah! Teme, ¿has visto eso? ¿¡Lo has visto! ─casi gritó, señalando el cielo nuboso.

─Mn ─fue toda su contestación, mientras se dejaba caer sentado con desgano en el suelo─. ¿Para esto me he empapado? ─masculló de mal humor, apoyando el codo en una de sus piernas cruzadas y la mejilla en la palma de su mano.

─¡Mira, otro relámpago! ─Volteó, comprobando que el otro no le prestaba atención─. ¡Hey, te estás perdiendo la tormenta!

─Es sólo una tormenta ─dijo sin mirarle.

 

Naruto arqueó una ceja, mirándole confundido durante un par de segundos. Gateando se acercó al otro, que no estaba muy lejos, y se arrodilló a su lado.

 

─Na, teme, todavía no me has dicho a qué has venido. Hace semanas que no te veía aquí.

─Tsk… ─Apartó la mirada, intentando no mostrar su enojo. Estaba enfadado consigo mismo, y se sentía estúpido por haber estado tan preocupado desde el momento en que el idiota de Sai preguntó si a Naruto le asustarían las tormentas─. Jiraiya-sama… ─balbuceó.

─¿Qué? ─Al no recibir respuesta se preocupó─. ¿¡Le ha pasado algo!? ─Su cola y orejas se pusieron rígidas al instante.

─Claro que no. ─Le miró de soslayo, pero ceñudo─. Jiraiya-sama… me envió para ver… cómo estabas ─mintió─. Pensó que te asustaban las tormentas.

─Ah, eso. ─Se sintió aliviado, sonriendo y moviendo la cola─. Pues estoy bien.

─Sí… Ya te veo. ─Con tranquilidad se retiró la camiseta empapada para poder escurrirla un poco─. Parece que Jiraiya-sama te importa mucho ─comentó en un tono casual.

─Sí ─asintió─. Aunque me molesta un poco que sea un pervertido. ¡Pero… es muy bueno conmigo, y casi siempre me invita a ramen! Además, me está entrenando.

─¿…cómo vas con eso?

─¿Hablas del entrenamiento? ¡Muy bien! Ero sennin dice que últimamente he progresado mucho.

─¿Ero… sennin? ¿Te refieres a Jiraiya-sama? ─afirmó en una pregunta.

─Sí. Le puse un apodo porque quiero que seamos amigos.

─No entiendo tu razonamiento, idiota. ─Suspiró de forma lenta pero sonora.

─Sai lo leyó en su libro. También he pensado uno para Tsunade-sama. ─Rió levemente─. Desde ahora será Tsunade baa-chan.

─Dile eso, y te romperá el cuello.

 

El rubio dejó escapar una suave risa jovial antes de responder, todavía en un tono alegre.

 

─No, seguro que no.

─Sí, tienes razón. Creo que esperará a que nos ayudes a vencer a la aldea de El Sonido y entonces te romperá el cuello.

─Creo que tienes un mal concepto de Tsunade no baa-chan. ─Se cruzó de brazos.

─…claro ─susurró─. Y… ¿ahora no desconfías de los humanos? Te noté muy relajado esta tarde.

─Claro que sí. Hay algunos que no paran de hacerme preguntas raras y de mirarme de forma extraña, pero como Ero sennin siempre está conmigo, no pueden hacerme nada. ─Sonrió con repentina nostalgia, bajando la mirada─. Es tan fuerte… me recuerda a mi padre.

 

Sasuke no dijo nada. Era normal que Jiraiya fuera tan fuerte, después de todo era uno de los sannin legendarios, y por un muy breve periodo de tiempo fue el cuarto Hokage, hasta que se cansó del cargo y buscó a Tsunade para que se ocupara de eso, ya que él prefería seguir recorriendo el mundo y dedicarse a escribir.

 

Notó la expresión afligida del otro que continuó hablando.

 

─Mi padre era mi héroe. Era fuerte en todos los sentidos, y sobre todo, era muy bueno. ¡Siempre he soñado con ser como él! ─Su voz se escuchó algo más animada─. Mi madre no era un kyuubi, pero era muy valiente. También era muy bonita, sobre todo su sonrisa. ─Salió abruptamente de su burbuja de recuerdos al no escuchar nada por parte del pelinegro, y podría jurar que se había marchado de no ser porque percibía perfectamente su aroma a su lado. Alzó la cabeza, comprobando que los ojos negros le observaban con fijeza─. Una vez me dijiste que tú tampoco tienes padres, ¿verdad?

─…así es. ─Asintió.

─¿Qué les pasó?

 

Uchiha permaneció varios segundos en silencio, aunque finalmente contestó de la forma más resumida posible.

 

─Murieron en la última invasión de una aldea a Konoha.

─¿Qué aldea? ¿El Sonido?

─La aldea de El Cielo. Hace diez años.

─¡Ah! Recuerdo hace un tiempo que… escuché un gran estruendo en la aldea. Salía humo desde varios lugares, y estaba todo destrozado. Lo vi desde una colina.

─Viste la invasión, y no ayudaste aunque esa es tu misión, ¿cierto?

 

El silencio del otro fue la respuesta obviamente afirmativa para Sasuke.

 

─¿Y qué recuerdos tienes de tus padres? ¿Cómo eran? ─habló el de ojos azules, queriendo desviar un poco el tema.

─Yo pasaba más tiempo con mi madre. El centro de atención de mi padre, era Itachi.

 

Naruto asintió, esperando que Sasuke continuara hablando, pero éste no dijo nada más. Era como si no quisiera hablar de sus progenitores, aunque lo entendía, seguramente era tan doloroso recordarlo como le ocurría a él.

 

─¿Por eso quieres ser un ANBU como tu hermano?

 

Sasuke le observó durante largos segundos, hasta que se decidió a hablar.

 

─¿Cómo sabes eso?

─Sai me lo dijo. ─Sonrió levemente.

 

El pelinegro apartó la mirada de los ojos azules, observando el exterior con seriedad. Pasaron unos segundos de silencio hasta que volvió a decir algo.

 

─…ya no llueve.

 

Al llevar la mirada a la entrada de la cueva después de escuchar el comentario de Sasuke, Uzumaki comprobó que era cierto. De hecho, ya había salido el sol de nuevo y apenas quedaban nubes en el cielo.

 

─¡Esa tormenta ha estado genial, ¿verdad?! ─aseguró con entusiasmo.

─Fantástica ─concordó con un serio sarcasmo.

─¡Otra vez ese tono! ─Le señaló de forma acusadora.

─¡Jum! ─una leve risita burlona se le escapó ante la reacción del otro. Sin decir nada, se puso de pie y caminó para salir de allí.

─¿Te vas? ─preguntó siguiéndole.

─No sé si lo has notado, pero estoy completamente empapado. Me gustaría secarme.

─En el sol te secarás rápido ─afirmó, parándose frente a él con una sonrisa.

 

Sasuke se detuvo a observar al chico frente a él, y arqueó una ceja.

 

─¿Me estás diciendo… que me quede, o algo así? ─quiso asegurarse.

─Mn… ─Desvió un momento la mirada, rascándose levemente la mejilla derecha con el dedo índice─. Tampoco es eso.

─Entonces me voy a casa. ─Avanzó para rebasar al rubio que se interpuso de nuevo en su camino─. Tsk… Dobe, apártate.

─¿Por qué tanta prisa?

─¿Por qué tanta insistencia?

 

Azul y negro chocaron durante varios segundos, negándose a contestar la duda del otro. Hasta que finalmente, Sasuke suspiró cerrando los ojos mientras se ponía la camiseta, y Naruto se hizo a un lado, dejando que el otro se marchara.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola de nuevo!

 

¡Gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito o alerta! ^^

 

Tengo poco más que decir. Si crees que este fanfic debe seguir publicándose, tan sólo deja un review. Como leí una vez por ahí: "Los fanfics se alimentan de los reviews del lector."

 

Jajaja… Bueno, ¡nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).