Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Si quieres, lee mi nuevo fic SasukexNaruto. Se llama:

Los beneficios del sexo

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=56001

¡Y ahora, a leer el capitulo 11 de Kitsune no kokoro! xDD

 

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capitulo 11: "¡Te encontré, kitsune!":

 

-Así que vamos a buscar a Naruto de nuevo -comentó Sai con una de sus sonrisas.

 

Habían encontrado al ANBU a un par de calles de la casa de Sakura, cosa que Sasuke agradeció, ya que así no perderían más tiempo.

 

-Eso he dicho -contestó Uchiha.

-Pero ya lo buscamos hace un mes y no lo encontramos.

-Ésta vez buscaremos en un área más amplia. Eres un ANBU, así que tu capacidad para rastrear nos será de ayuda. Esta vez podrías buscar por el aire con tu choujuu giga.

-¿Me estas halagando, Sasuke-kun? -cerró los ojos, sin borrar su sonrisa. -Que amable de tu parte.

 

Sasuke apretó un puño, tentado a darle un puñetazo en ese pálido rostro que le hiciera cruzar Konoha por los aires. Pero no, Sai ahora era necesario. Así que a regañadientes les dio la espalda a ambos y empezó a caminar hacia la salida de la aldea.

 

-En marcha.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Hacía horas que buscaban al kitsune en el bosque, incluso en las zonas más alejadas de lo que Naruto frecuentaba normalmente.

 

Sai buscaba por el aire con un gran pájaro hecho de tinta, y con pequeños ratones de tinta por el suelo. Sakura buscaba por el río y los llanos. Y Sasuke buscaba por las montañas y las zonas densas del bosque.

 

Pero no lo encontraron. Ni el menor rastro de él, como la vez anterior.

 

Llegó al punto de encuentro, donde Sai y Sakura ya le esperaban, y por sus rostros serios, supo que no tenían noticias del kitsune.

 

La chica se adelantó un paso, observando fijamente a Uchiha.

 

-Sasuke-kun, ¿has encontrado algo?

 

Negó con la cabeza una vez como única respuesta. No había duda, Naruto no estaba en el bosque.

 

Sai observaba a su alrededor, pensativo. Repentinamente encaró al otro pelinegro.

 

-Sasuke-kun, ¿has buscado a Naruto en su cueva? Nosotros no sabemos dónde está, así que no hemos podido mirar allí -dijo, refiriéndose a ella y él mismo.

-¿Qué te hace pensar que está allí? Hace un mes miré, y no estaba.

-Bueno, en ésta ocasión hemos buscado en un área más amplia, pero yo no descartaría que tal vez esté en su cueva.

 

El ceño de Uchiha se frunció levemente, apartando la mirada de la sonrisa del otro. Era absurdo que después de estar horas buscándolo, Naruto resultara estar en su cueva. Sin querer hacerse falsas ilusiones, se encogió de hombros.

 

-Está bien. Miraremos en la cueva y después regresaremos, no hay nada más que podamos hacer.

 

Sakura y Sai se dejaron guiar por Sasuke hasta llegar a una cueva al pie de una montaña. Uchiha se adelantó varios pasos, aunque pensó que era algo inútil seguir acercándose, pues la luz del sol penetraba un poco en la cueva y se veía vacía.

 

Apoyó una mano en la pared rocosa de la entrada y sin quererlo un leve brillo nostálgico opacó su mirada un momento fugaz. ¿Quién diría que iba a extrañar, aunque sea un poco, a la bola de pelos? Frunció el ceño, alerta, al escuchar un suave sollozo apagado en el interior de la cueva, donde la luz del sol no llegaba. Con pasos seguros se adentró en ella, sintiéndose cegado un momento al pasar de un lugar luminoso a un lugar oscuro. Se frotó los ojos con una mano, sintiendo prisa por poder ver con claridad.

 

Paulatinamente consiguió ver cuando su vista se acostumbró a la penumbra del lugar. Y totalmente incrédulo, vio a Naruto sentado en el suelo, abrazándose las piernas flexionadas contra el pecho y con la frente apoyada en las rodillas, sollozando débilmente y con las peludas orejas gachas. Parpadeó un par de veces, intentando cerciorarse de que lo que veía era cierto.

 

-¿...Naruto?

 

Los lamentos cesaron un segundo después, de forma instantánea. Y como a cámara lenta vio al kitsune alzar la cabeza y mirarle sorprendido.

 

-¿Sasuke?

 

Le resultó realmente extraño que el rubio le llamara solamente por su nombre, pero mejor así. Ya empezaba a pensar que "teme" iba a pasar a ser su nombre.

 

Dejó esos pensamientos de lado al ver como Naruto se secaba las lágrimas con el brazo en un movimiento un tanto violento y después esbozaba una sonrisa, o al menos eso intentaba, porque sólo veía una mueca tensa en los labios del kitsune.

 

Ese idiota... siempre sonriendo.

 

Cortó la distancia, acercándose hasta quedar de pie frente al otro, observándole con seriedad.

 

-No sonrías.

 

Y automáticamente, el intento de sonrisa del rubio se esfumó y bajó el rostro para no ver esos ojos negros clavándose en los suyos.

 

Sasuke se agachó, apoyando una rodilla en el suelo, para buscar los ojos azules que se escabullían de los suyos.

 

-No sonrías cuando te sientes triste.

 

El kitsune hipó levemente, y al instante se mordió el labio inferior con firmeza, negándose a mirar a Sasuke y a dejar escapar el llanto que se atoraba en su garganta.

 

-Si quieres llorar, hazlo.

 

Naruto le observó de soslayo, algo ofendido. Ahora Sasuke pensaría que era un llorón. Su voz se escuchó quebrada cuando le contestó.

 

-N-no quiero... llorar -suspiró hondo, intentando calmarse. -Soy fuerte -aseguró algo más firme.

 

El pelinegro arqueó una ceja al notar que el orgullo del kitsune no le permitía llorar libremente frente a él. Le sorprendió un poco, no conocía esa parte de Naruto.

 

En realidad... apenas conocía a Naruto.

 

-Hasta los más fuertes necesitan llorar de vez en cuando.

 

Esa frase fue como un detonante para el rubio que sintió las lágrimas agolparse con violencia en sus ojos y descender rápido y sin control por sus mejillas. Por más que las secara, éstas volvían a mojarle el rostro.

 

Uchiha miró al ojiazul, preguntándose si querría que le dejara sólo para desahogarse. No tuvo que estar mucho tiempo debatiendo eso en su cabeza, ya que de forma inesperada sintió los brazos de Naruto rodearle en un abrazo necesitado, y poco después notó el hombro derecho ligeramente humedecido por las lágrimas.

 

Sin olvidar el odio que sentía el kitsune a que le tocaran, algo dudoso apoyó una mano en la espalda de éste, sin saber muy bien como confortarlo. Realmente no servía para eso. Aunque cuando él era un niño y se sentía triste por la pérdida de sus padres, un abrazo de Itachi siempre le hacía sentir mejor. No hacían falta palabras absurdas de consuelo, solo un abrazo.

 

Y como si Uzumaki le hubiera leído la mente, en ese momento habló, todavía con voz lánguida.

 

-Abrázame.

 

Sin necesidad de que Naruto tuviera que repetirlo, rodeó la espalda de éste entre sus brazos, apegándole más a su cuerpo, con la misma necesidad con la que el rubio le había abrazado antes.

 

Fuera de la cueva, Sai y Sakura esperaban. El ANBU recargado en un árbol con una expresión tranquila, y ella algo preocupada.

 

-Sasuke-kun está tardando mucho, ¿no crees, Sai?

-Sí, pero eso es buena señal -mostró una de sus sonrisas. -Quiere decir que Naruto está ahí dentro.

-¿Tú crees?

-No se me ocurre otro motivo por el que no haya salido ya.

-¿Y si hay un agujero en el suelo y ha caído en él? -se preocupó ella.

-Sinceramente, no veo a Sasuke-kun tan torpe como para eso.

-Bueno... tienes razón. Pero de todos modos voy a ir a echar un vistazo.

 

El pelinegro se encogió de hombros y siguió a la chica hasta la cueva. No se detuvo hasta que ella lo hizo. A unos pasos distinguió a dos sombras arrodilladas en suelo, abrazadas, descubriendo que se trataban de Sasuke y Naruto. Esbozó una poco usual, y muy leve, sonrisa sincera. Tomó del brazo a Sakura y tiró suavemente de ella para sacarla de ahí. Según había leído en un manga romántico, a los enamorados había que dejarlos solos.

 

Naruto se separó un poco cuando se sintió más tranquilo, volviendo a secarse por enésima vez las lágrimas. Quiso alejarse completamente, pero los brazos de Sasuke no le dejaron hacerlo. Le observó algo confundido, pero no le enojaba el hecho de que el pelinegro le abrazara, porque él mismo se lo había pedido y se sentía bien así.

 

La voz de Uchiha rompió el silencio de la cueva, hablando con un tono suave que nunca antes había utilizado.

 

-¿Dónde te habías metido, dobe?

-Tenías razón -contestó. Al notar el desconcierto del otro, continuó. -Cuando salí del bosque, había desierto.

 

Sasuke parpadeó confundido, sin apartar la mirada del otro, hasta que entendió a que se refería el rubio.

 

-¿Has estado en el desierto? -se sorprendió.

-Sí... Bueno, no -negó con la cabeza. -Apenas lo vi a lo lejos, tomé otro camino.

 

El pelinegro permaneció pensativo un momento. Si Naruto se había topado con el desierto, era seguro que se había encaminado en dirección a Suna. Repentinamente su expresión tranquila desapareció y frunció el ceño mientras soltaba al kitsune del abrazo.

 

-¿Sasuke...?

-Tú... ¡usuratonkachi!

-¿Ah? ¿Y ahora qué te pasa, teme? ¿Por qué te enojas de repente?

-¿Por qué te marchaste? ¡No puedes desaparecer sin decir nada, baka! -le reprendió con voz severa.

 

El rubio apartó el rostro, dudando en responder.

 

Había estado vagando por el bosque, totalmente perdido durante días, hasta que sin pretenderlo hace un par de días había llegado nuevamente a la zona del bosque que él frecuentaba y conocía como la palma de su mano. Y no pudo resistir el impulso de quedarse allí, después de todo sus padres estaban en ese lugar. Además... en su búsqueda no había hallado a ningún otro kitsune y eso únicamente le hizo sentirse más triste y sólo de lo que ya se sentía antes de marcharse.

 

-Me perdí y sin querer volví aquí. No pude encontrar a más kitsunes.

 

Al escuchar lo que dijo Naruto, frunció levemente el ceño en señal de desconcierto. Se suponía que los animales tenían un sentido de la orientación... ¿no? Ese kitsune sin duda era un gran idiota, pero en ese momento aquello le alegró, ya que gracias a eso Naruto había vuelto.

 

-¿Volviste... sin querer? ¡Idiota! ¿Acaso no pretendías volver?

-No -se cruzó de brazos, indignado.

 

Le sorprendió la sincera respuesta del ojiazul.

 

-¿Qué demonios estás diciendo? No querías volver por culpa de esos ninjas que te molestaron la ultima vez, ¿no? -quiso asegurar.

-¿Ellos...? -preguntó, observándole con curiosidad. -¿No están muertos? -su voz se escuchó algo aliviada.

-No. Están en el hospital. Y no volverán a molestarte.

-¿Y tú como sabes eso?

-Ya me encargué de eso. No te molestarán más, y si lo hacen... -dejó la frase incompleta.

 

En un primer momento no entendió que quería decir Sasuke con que se había encargado de eso. Y además había dejado esa frase a medias. Si esos humanos le molestaban de nuevo, podría ser que Sasuke...

 

-¿Me defenderás? -cuestionó, pero su única respuesta fue una fija mirada de Uchiha. Por más que quiso evitarlo, su cola empezó a agitarse con alegría y sus orejas se alzaron. Aunque su ceño se frunció levemente y se cruzó de brazos. -No necesito que me defiendas, teme. ¡Yo sólo puedo hacerlo perfectamente! ¡Hum!

 

Sonrió de lado al ver la escena tan contradictoria que hacía Naruto, con su rostro "enojado" mientras que su cola se movía de forma incansable, delatando su felicidad.

 

No sabía porque, pero ver a Naruto contento le hacía sentirse bien.

 

Se puso de pie, sintiendo las piernas algo entumecidas, aunque trató de ignorar eso. Le tendió la mano al kitsune.

 

-Vamos.

-¿Eh? ¿Adónde? -aun así, tomó la mano que le era ofrecida y que le ayudó a ponerse de pie.

-A Konoha -tiró suavemente de él para incitarle a andar, pero no consiguió mover al rubio de su lugar. -Vamos, dobe -instó.

-No -se soltó de la otra mano con cierta brusquedad. -¡No quiero ir allí!

 

Le sorprendió el repentino enojo de Naruto. Lo volteó a ver entre confundido y molesto.

 

-¡Frunce el ceño todo lo que quieras, teme! ¡No voy a regresar allí nunca!

-¡Dobe ingrato! ¡Hay personas preocupadas por ti en la aldea!

-¡No me hagas reír!-

 

Naruto se sorprendió al escucharse a sí mismo utilizando ese tono sarcástico que siempre había escuchado en Sasuke y que antes nunca entendía.

 

Al pelinegro también le sorprendió un poco ese inesperado sarcasmo tan marcado. Se llevó una mano a la cintura, alzando una de las comisuras de los labios en un gesto levemente burlón.

 

-Oh, después de todo sabes ser sarcástico, kitsune.

-¡Por tu culpa! -le señaló de forma acusadora, como si ser sarcástico fuese un delito. -¡Se me está pegando lo teme!

 

La sonrisita divertida de Sasuke se transformó en todo lo contrario, y su ceño se frunció.

 

Sai y Sakura escuchaban a los chicos dentro de la cueva discutir, aunque no entendían muy bien que decían por el eco que había dentro de ésta.

 

El ANBU se cruzó de brazos y miró a la chica a su lado.

 

-Creo que eso es lo que se llama "pelea de enamorados", ¿no?

-Es una pelea normal y corriente, baka. No están enamorados.

 

Sai guardó un momento de silencio, y después sonrió mientras chocaba suavemente un puño en la palma de su otra mano.

 

-Oh, claro. Es cierto. No hace falta estar enamorado cuando hay una relación "amo-sirviente", ¿verdad?

-...idiota -susurró Sakura, negando con la cabeza.

 

Sus ojos verdes no dejaban de mirar la entrada de la cueva. Le había sorprendido ver a Sasuke y a Naruto abrazados, siendo que el pelinegro no era nada afectivo, y el kitsune menos todavía pues odiaba el contacto físico.

 

Poco después, vieron salir a Sasuke de la cueva y a Naruto tras él, algo indeciso.

 

Ya en la luz del sol, Uchiha se dio cuenta de que el rostro del kitsune estaba manchado de tierra y que tenía hojas en el cabello totalmente revuelto. Además que, parecía estar algo más delgado. Cosa que no notó cuando lo abrazó en la cueva porque él no había abrazado al kitsune anteriormente con frecuencia.

 

-Necesitas un baño.

 

Naruto se observó a sí mismo, viendo su preciada yukata totalmente polvorienta y algo deteriorada sobre todo en la zona de las mangas, pero no estaba rota por suerte.

 

Alzó la cabeza lentamente, percibiendo más olores allí además del de Sasuke. Los reconoció, sin duda pertenecían a Sai y Sakura. Y sonrió al verlos a unos pasos de ellos, en la sombra de uno de tantos árboles.

 

-Hola -saludó el pelinegro con su permanente sonrisa.

-¡Naruto, baka! -Sakura le señaló de forma acusadora, fulminándolo con la mirada. -¿¡Donde demonios te habías metido!? ¡Todos estábamos preocupados por ti!

 

El rubio no contestó, su semblante se volvió algo serio, preguntándose si la preocupación que Sakura decía que todos tenían era por el hecho de que él se hubiese marchado de Konoha antes de la supuesta y segura invasión del Sonido.

 

¡No! ¡No tenía que pensar mal! Sabía que no todos en Konoha lo estarían, pero tal vez sus amigos sí estaban realmente preocupados.

 

-¿Acaso eres sordo? -siguió hablando la chica, ya algo más calmada, aunque mantenía el ceño fruncido. -Vamos a la aldea, se alegrarán de verte.

 

Naruto negó con un movimiento firme de cabeza y al instante se dio la vuelta para correr dentro de su cueva, pero sintió una mano apresarle del cinturón de la yukata, por atrás, y eso le hizo detenerse.

 

-¡Teme, suéltame! -protestó.

-Ni hablar. ¿Has visto tu aspecto, bola de pelos? Te vas a dar ese baño.

 

El kitsune frunció el ceño, dispuesto a gritar que no iba a ir a Konoha, pero con sorpresa se vio siendo levantado y colocado con facilidad en uno de los hombros de Sasuke.

 

-Tú... ¡Maldito teme, déjame en el suelo! -pataleó, dándole golpes no muy fuertes en la espalda. Sólo quería llamarle la atención y que obedeciera su orden dejándole de buena manera en el suelo, no que Uchiha se enojara y le dejara caer al suelo sin cuidado alguno, eso dolería. -¡Sasuke! -gritó.

 

El aludido sujetó al rubio de la cintura con un brazo, y con tranquilidad empezó a caminar, dirigiéndose a donde sus compañeros estaban.

 

Sai contempló la escena casi sin parpadear. Se cruzó de brazos, pero al instante cambió de posición y se llevó una mano a la barbilla, sin dejar de mirar a Naruto hacer su berrinche, y a Sasuke.

 

-Mmn... ¿Te has fijado, Sakura? Los tiempos cambian.

-¿Ah -ella le observó algo confundida, sin entender. -¿Qué quieres decir?

 

El pelinegro recordó una escena de un manga romántico que leyó el otro día en un intento de comprender los sentimientos del amor y lo que provocaba en los "afectados".

 

-Me refiero a que... normalmente el chico carga a la chica en brazos al estilo nupcial, ¿no? Pero parece ser que ahora lo normal es echarse a la chica, o al chico, al hombro -cerró los ojos y esbozó su leve sonrisa. -Sí, sin duda los tiempos cambian.

 

Sakura entrecerró los ojos, deseando darle a Sai un puñetazo, pero sabiendo que no serviría de nada para eliminar su idiotez.

 

Por su parte, Sasuke caminaba con cierta dificultad, intentando ver el camino frente a él, pero la esponjosa cola de Naruto que se movía rápidamente por el enojo, no dejaba de golpearle en el rostro.

 

-¡Oye, dobe, para esa cosa!

 

El kitsune apoyó las manos en la espalda de Uchiha en un intento de erguirse, pero era difícil.

 

-¡No llames "cosa" a mi cola! -ésta vez la movió a posta, golpeando de forma certera el blanco rostro. Sonrió satisfecho, y algo divertido, pero un par de lagrimones se acumularon en sus ojos de forma instantánea al sentir un fuerte tirón en ella. -¡Teme, eso ha dolido! -se quejó.

-¿No me digas? -preguntó sarcástico. Con su mano libre seguía sujetando la esponjosa cola. -En ningún momento lo hice para que no te doliera -se tuvo que detener en seco al ver a Sai detenerse frente a él. Su expresión se volvió seria, contrastando totalmente con la del pelinegro sonriente. -¿Y tú ahora qué quieres?

-¿Vas a bañar a Naruto de nuevo?

 

El rubio sonrió al instante, recordando aquella vez que sintió las manos de Sasuke frotar su cabeza con movimientos suaves y circulares, y como le rascaba detrás de la oreja. De repente no le parecía mala idea ir a Konoha, quería bañarse de nuevo en esa cosa llamada "bañera", con gel y champú para oler igual que el teme.

 

-¡Sí! -celebró Naruto con una sonrisa, alzando un puño todo lo que pudo.

-No -le contestó Sasuke a Sai, con una mueca malhumorada. -Lo llevaré al río, y se bañará él mismo -aclaró con desgano, solo porque no quería que hubiera más malentendidos.

-Bueno... -empezó a decir Sai, desviando la mirada levemente. -En-entonces Sakura y yo nos vamos... -se detuvo al recordar que una vez leyó que cuando una persona mentía, tendía a evadir la mirada de la persona con la que hablaba y a balbucear. Así que con decisión encaró a Sasuke y le observó de cerca, muy cerca, provocando un escalofrío en éste, y habló con rapidez. -Sakura y yo nos vamos a Konoha. Puedes estar tranquilo, Sasuke-kun, no te espiaremos.

-¿Qué demonios...? ¡Aléjate!

 

El sonriente pelinegro obedeció, sintiéndose satisfecho por haber mentido tan bien. Cuando vio a Sasuke alejarse y perderse entre los árboles cargando todavía a Naruto, se acercó a Sakura, la cual empezó a protestar diciendo que quería quedarse con Sasuke. Se acercó para susurrarle algo.

 

-No nos iremos, Sakura. Espiaremos a Sasuke-kun y a Naruto, siento curiosidad por saber que tan profundo es el lazo que los une.

-¿Lazo...? ¿Qué estas diciendo, Sai?

 

El ANBU alzo su dedo índice, sin dejar de sonreír.

 

-¿No sientes curiosidad por saber la verdadera relación de Sasuke y Naruto? Se dicen muchas cosas sobre ellos, ¿pero cual de todas es verdad?

 

La chica no quería caer en la tentación, pero no pudo evitarlo y asintió una vez con la cabeza. Ella también sentía curiosidad por saber qué de todo lo que se decía era verdad.

 

Nada más llegar a la orilla del río, en la zona donde el kitsune solía bañarse, Sasuke lanzó a Naruto al agua sin ningún cuidado, con la yukata puesta todavía. Se sacudió las manos un par de veces, como si acabara de finalizar la mayor hazaña de su vida. Apenas dos segundos después, vio al rubio emerger del agua con una mueca de espanto y tosiendo levemente. Aquello le causó gracia, y apretó los labios, dejando escapar el aire por la nariz para no reírse de forma audible.

 

-¡Sasuke teme! ¡Te mataré! -amenazó aun dentro del agua, alzando un puño.

 

Pero Uchiha no tomó la amenaza como tal, sino como una especie de juego. Acumulando chakra en los pies, caminó sobre el agua hasta detenerse frente al otro.

 

-Será divertido ver como lo intentas.

 

Naruto acumuló chakra en las manos y las apoyó en la superficie del agua. Chapoteó un poco hasta que consiguió salir y ponerse de pie, sintiendo la yukata algo pesada por estar mojada. Sin dudarlo, se deshizo de la pegajosa ropa, lanzándola a la orilla. No le avergonzaba mostrarse desnudo, después de todo Sasuke era otro hombre y él ya le había visto desnudo antes.

 

Para el pelinegro fue algo inesperado que el otro se quitara la ropa sin tapujos, aunque él ya había visto antes a Naruto desnudo. Lo observó de abajo a arriba, lentamente, incluso ignorando la expresión de enojo que todavía portaba el kitsune por haber sido lanzado así al agua.

 

El rubio se decidió y saltó sobre Sasuke como si fuera su presa, aunque en realidad en ese momento lo era, y cayó sobre él. Se sintió frustrado por no lograr tirar a Uchiha dentro del agua, ya que éste había acumulado chakra en la parte trasera de su cuerpo para no hundirse. Lo vio apoyarse sobre sus codos, con una expresión ahora también enojada.

 

-Creía que dijiste que ibas a matarme, no a saltarme encima, dobe.

 

Desvió levemente su mirada azulada del rostro bajo él. Se acomodó mejor sobre Sasuke, sentándose en el estómago de éste.

 

-¡Solo dije eso en un arranque de furia! No haría daño a un amigo.

 

Sasuke ni siquiera le escuchó, viendo el cuerpo desnudo y mojado sentado sobre el suyo. Un tic involuntario sacudió los dedos de su mano derecha, como si fuera una corriente eléctrica, tentado a empujarle para quitarse a Uzumaki de encima, pero sin atreverse siquiera a tocarle después de recordar lo ocurrido aquella vez en el baño, cuando después de tocar la morena piel su razón parecía haberle abandonado hasta que reaccionó al ver la peluda oreja de Naruto y lo dejó caer al suelo.

 

Al parecer, el kitsune le estaba diciendo algo ya que le veía mover los labios. Intentó esforzarse por prestar atención a lo que le decía y nada más.

 

-...no me molesta si eres tú quién lo hace. Así que, gracias.

-¿Eh?

 

Se reprendió mentalmente, pues su voz había sonado algo estúpida, y no sabía por qué demonios empezaba a sentir un ligero calor en el rostro y las orejas. ¡Era incómodo!

 

-¡Teme, estas sordo! -protestó. -Te decía que hacía tiempo que no lloraba, y que ahora me siento mejor. Me gustó ser abrazado por ti, sabes que no me gusta que me toquen, pero me he dado cuenta de que no me molesta si eres tú quien lo hace -sonrió algo avergonzado. -Gracias.

 

El pelinegro tan solo asintió en un movimiento mecánico de cabeza y nuevamente se dio a la tarea de examinar el cuerpo desnudo, reprendiéndose por hacerlo pero sin poder evitarlo. Pero cuando llegó a las peludas orejas, su sonrojo se evaporó y su palidez aumentó, siendo totalmente consciente de lo que estaba haciendo y sintiendo... ¡con un zorro!

 

Sin querer cortó el flujo de chakra y cayó al agua con Naruto sobré él, aunque ambos emergieron rápidamente por la poca profundidad que había. Tardó unos segundos en recuperarse de la impresión, y descubrió al rubio nadando tranquilamente, alejándose.

 

¿¡Porque demonios pasaba eso!? No podía creer que se sintiera así por ver el cuerpo de un niño, que en realidad era un zorro, desnudo. Agradecía que el ver las peludas orejas le hubiesen hecho reaccionar de nuevo de aquel trance. Sobre todo agradecía que el idiota de Naruto de nuevo no se hubiese dado cuenta de nada. ¿De verdad no notaba que estaba observando todas las partes de su cuerpo excepto su rostro?

 

De nuevo se sentía miserable.

 

Por otra parte, Sai observaba escondido tras unos arbustos, mientras que Sakura tenía el rostro tapado con ambas manos por la vergüenza en el momento en que vio al rubio desnudarse. Habían ocultado su chakra lo máximo posible para no ser descubiertos.

 

-Parece que Naruto no sabe dominar del todo su transformación semi humana -comentó el ANBU.

-¿Por qué lo dices, Sai? ¿Pasa algo? -se preocupó, aunque no se destapó el rostro.

-Sí... Naruto la tiene demasiado pequeña -contestó serio. -¿Tú qué opinas? ¿Será un fallo en la transformación?

 

Sakura sintió su rostro arder de vergüenza, y juraría que de sus orejas había salido humo.

 

-¡Idiota! ¡No pretenderás que mire "eso"!

-No se llama "eso", Sakura -sonrió levemente. -Genitales, recuérdalo -explicó con brevedad.

-¡Ya lo sé, imbécil! -casi gritó, totalmente roja. -Todo esto es absurdo, ¡me voy a casa! -se dio la vuelta mientras se destapaba el rostro y salía a correr.

-Oh, espera, voy contigo -salió a correr tras ella.

 

Sasuke caminaba hacia la orilla para poder salir del agua. A diferencia de Naruto que le llegaba el agua a la altura del ombligo, a él le llegaba por los muslos. Apoyó las manos en la orilla para poder salir, pero la voz del kitsune le detuvo.

 

-¡Oe, Sasuke!

 

Giró despacio la cabeza, viendo al rubio algo alejado y con el agua hasta los hombros mientras le saludaba con un brazo con alegría, como si no le hubiese visto en mucho tiempo. Al parecer el agua en aquella zona era más profunda y la corriente tenía algo de fuerza.

 

-¡No salgas del agua! ¡Vamos a jugar!

 

Uchiha frunció levemente el ceño al recordar aquella vez que Naruto también quiso "jugar" mientras veían las estrellas fugaces, y lo que hizo fue saltarle encima y mordisquearle una oreja. Ahora que el kitsune estaba desnudo, de ningún modo lo quería cerca.

 

-No -contestó. -Ya conozco tus "juegos"

-¿Ah? -arqueó una ceja y frunció la otra. -No entiendo lo que quieres decir, teme.

 

El pelinegro se encogió de hombros, ignorándole, y salió del agua. Sentía la ropa pesada, pero él no iba a desnudarse completamente. Solamente se quitó la camiseta y la dejó extendida en el suelo para que se secara. Se recostó en la hierba y se llevó las manos detrás de la cabeza, cerrando los ojos. Dejó escapar un sonoro suspiro, sintiéndose extrañamente tranquilo y relajado, como si ya no llevara una pesada carga encima.

 

Tal vez sería porque... Naruto estaba ahí.

 

El kitsune siguió chapoteando un poco más en el agua, nadando de aquí para allá. Pero de repente sintió la ausencia de Sasuke, así que lo buscó con la mirada y sin darse cuenta empezó a olfatear el aire con cierta desesperación, queriendo captar su aroma inconfundible. Lo localizó a unos pasos de la orilla, recostado en la hierba. Sin pensarlo salió del agua y se acercó con sigilo, arrodillándose junto al otro. Sonrió, dispuesto a dar un grito para asustarle, pero se detuvo y empezó a observar a Sasuke por completo a medida que su sonrisa se iba desvaneciendo. Sintiendo algo de envidia, empezó a comparar su torso con el de su amigo.

 

Sasuke era alto y fuerte, sus músculos estaban levemente marcados, sin exagerar.

 

Volvió a compararse con Sasuke, y se sintió enclenque a su lado. Parecía que él era menor, cuando en realidad era al revés. Deseaba ser tan alto y fuerte como su amigo, pero todavía le faltaban muchos años para alcanzar su altura.

 

Uchiha permaneció expectante, sintiendo desde hace un momento el chakra de Naruto muy cerca, pero no escuchaba ningún ruido. Algo contrariado abrió los ojos, atisbando al rubio a su lado con una expresión parecida al enojo, o a la tristeza, no estaba seguro. Tenía los ojos entrecerrados y los labios apretados, curvados hacia abajo.

 

Se preguntó que estaría pensando Naruto como para tener esa expresión. Tal vez debería decirle, o hacer algo. Algo dubitativo comenzó a alzar una mano hasta alcanzar una de las orejas empapadas y rascar tras ella.

 

Al instante el rubio se sintió derretir y ladeó el rostro hacia aquella mano, ronroneando levemente. Como había extrañado aquello mientras estuvo vagando por el bosque, entre otras cosas.

 

-Naruto... los tomates... -comenzó a decir.

 

El kitsune balbuceó con voz temblorosa por el ronroneo, sin prestar verdadera atención a lo que había dicho el pelinegro, ni a lo que él mismo decía.

 

-¿Q-que son... tomates?

-Mn...

 

Sasuke entrecerró la mirada, con rostro serio. Repentinamente abandonó la oreja del kitsune para descender hasta la mejilla y pellizcarla, tirando de ella con algo de fuerza hasta que sintió su brazo ser alejado por un manotazo del rubio.

 

-¡Teme! -protestó mientras se acariciaba la zona que empezaba a cobrar un color rojizo.

-Los tomates... -insistió.

-¿Qué pasa con ellos?

-¿Cómo hiciste eso? Cuando vimos las estrellas fugaces, la planta... y al día siguiente...

 

El rubio cerró los ojos en una sonrisa y se llevó un dedo a los labios, como si le indicara silencio al otro.

 

-Es un secreto de kitsune.

 

Sasuke arqueó una ceja, notando la sonrisa de Naruto totalmente diferente a todas las que le había visto hasta ahora. Estaba convencido de que aquella sonrisa era totalmente sincera. Aunque él seguía sintiendo curiosidad por saber cómo demonios había hecho eso con su planta de tomates, y sabía cómo hacerle hablar.

 

-Y bien... -empezó a decir con desinterés, volviendo a rascar detrás de la oreja del kitsune. -¿Cómo lo hiciste? -repitió con voz tranquila.

-La sa-sangre... -murmuró algo embobado, pero segundos después reaccionó y apartó la cabeza con las mejillas levemente sonrojadas mientras empezaba a señalar al otro de forma acusadora. -¡Sasuke teme, te aprovechas de mi debilidad!

-¿Sangre? -reiteró con interés.

 

El rubio suspiró por la nariz y se despeinó los húmedos cabellos de la nuca con una mano.

 

-¿Para qué quieres saberlo? Eres el humano más incrédulo que conozco.

-Habla -instruyó.

-Tsk... teme mandón -murmuró algo ceñudo. Pero finalmente decidió hablar. -Con nuestra sola presencia, los kitsunes atraemos las buenas cosechas, pero eso lleva algo de tiempo. Como yo tenía prisa, utilicé unas gotas de mi sangre. Espero que la planta todavía dé tomates, como solo soy un sanbi, mi sangre no es tan poderosa.

 

Sasuke parpadeó inevitablemente sorprendido. La planta no había dejado de dar tomates desde aquel día, y ahora Naruto decía que su sangre no era tan poderosa. ¿Entonces qué habría pasado si hubiese sido un kyuubi?

 

-No me extraña que la gente se vuelva loca y obsesiva con la idea de beber sangre de un kitsune -comentó el pelinegro para sí mismo en voz baja, pero fue escuchado por las sensibles orejas del kitsune.

-Nuestra sangre es muy poderosa. Aunque bueno, ninguna puede compararse con la de un kyuubi. Cuanto más fuerte te haces, más colas tienes y más poderosa es tu sangre.

-Si tu sangre pudo revivir al remedo de planta que había en mi jardín, creo que tu sangre es bastante poderosa a pesar de que seas un sanbi.

 

El rubio se rascó la nuca con una sonrisa algo boba en los labios.

 

-¿Eso ha sido un cumplido?

-No. Fue un simple comentario, dobe.

-Oh... -atinó a decir, algo decepcionado.

-Ya que tengo ese tema algo más claro, ponte la ropa -instruyó.

-¿Por qué? Estoy bien así -se dejó caer en la hierba de espaldas, con los brazos y piernas extendidos. -Hace mucho calor -suspiró.

-Nos vamos a Konoha.

 

Nada más pronunciar el nombre de la aldea, Sasuke recibió una mirada fulminante al tiempo que el kitsune tomaba impulso y se sentaba.

 

-No -replicó.

-Ya te he dicho que esos ninjas no te molestarán, así que deja de hacerte el difícil -estiró el brazo para recoger la yukata naranja que oportunamente estaba a su lado, y la lanzó sobre las piernas del rubio. -Ahora que lo pienso... ellos...

-¿Qué -preguntó curioso, tomando lo que el otro le daba y empezando a vestirse.

-Me dijiste que uno de ellos empezó a tocarte demasiado.

-Sí -se encogió de hombros, anudándose la prenda.

-¿Qué te hicieron exactamente?

-¿Tengo que hablar de eso otra vez? -preguntó exasperado. Por la mirada que Sasuke le enviaba, sabía que su respuesta era un obvio "sí". Se cruzó de brazos, sintiéndose disgustado. -Esos humanos hablaron sobre beberse mi sangre, luego uno de ellos dijo que me convertirían en su sirviente, su arma...

-¿Qué? -interrumpió.

-...y amante.

-¿¡Qué!?

-Y después de eso fue cuando uno empezó a abrazarme y a tocarme demasiado -se removió en su lugar, pasándose una mano por el cuello como si todavía pudiera sentir el aliento de aquel hombre golpeándole en la piel. -¡Arg! ¡Qué asco! Me dijo que cuando llegáramos a la aldea, iba a gemir como nunca. Después de escuchar eso fue cuando perdí el control...

 

El kitsune dejó de hablar al ver como de forma mecánica, Sasuke se ponía de pie con la mirada oculta tras el flequillo y empezaba a caminar.

 

-¡Oe, teme! -protestó. -Insistes en que te cuente esto y ahora me ignoras. ¡No es justo! -estiró un brazo, logrando retener a Uchiha al sujetarle del pantalón, en la pierna derecha.

 

Por inercia, el pelinegro se detuvo al sentir un tirón en el pantalón, pero su mente estaba bien lejos, planeando mil formas de matar que fueran lentas y dolorosas. Muy dolorosas. ¡Tenía que haber castrado a ese tipo cuando lo tuvo enfrente!

 

-¡Sasuke! -le llamó por enésima vez, pero era ignorado y eso le frustraba. -¡Tú, bastardo!

 

Ese grito provocó que Sasuke reaccionara y se dignara a hablar por fin, todavía dándole la espalda.

 

-Tengo algo que hacer. Mañana volveré.

-¿Qué? -se sorprendió. -Espera, no...

-Ahora mismo no puedo perder el tiempo aquí. Tengo que irme.

 

Naruto abrió la boca para decir algo, pero finalmente la cerró y soltó al otro del agarre. Se puso de pie, caminando en dirección contraria. No sabía qué era eso que sentía, pero cuando Sasuke había dicho que no podía perder el tiempo ahí, algo había dado un vuelto en su interior. No entendía porque Sasuke había ido a buscarle a la cueva si no podía perder el tiempo allí.

 

Pero era mejor así, de ese modo Sasuke dejaría de presionarle para que fuera a Konoha.

 

-Naruto, ¿dónde vas?

 

Se detuvo y giró para encarar a Uchiha, notando que éste le observaba fijamente. Se encogió de hombros ligeramente, antes de contestar.

 

-A casa -fue todo lo que dijo, para después seguir su camino.

 

El pelinegro se dio la vuelta para volver a Konoha, pero sus pies no se movieron y en cambio volvió a girar hasta ver al rubio. Tenía pensado ir a la aldea, matar a esos tipos con sus propias manos y regresar mañana con Naruto como si nada hubiera pasado, pero por su cabeza cruzó la posibilidad de que nuevamente podría encontrar la cueva y el bosque sin rastro del kitsune.

 

Con pasos largos, cortó la distancia que le separaba del kitsune y ésta vez fue él quien le retuvo, sujetándole del codo.

 

-¿Mn?

-Pensándolo mejor... puedo hacer eso en otro momento.

 

Naruto le miró un momento, sin saber que decir. Sin ser brusco se soltó del agarre, pero no porque le molestara ser tocado por Sasuke.

 

-Está bien. De todas formas, yo voy a...

-Tú no vas a ningún lado -interrumpió.

 

El rubio iba a protestar, gritándole a Sasuke que dejara de darle ordenes, pero de repente sintió como éste se sentaba en la hierba y le llevaba con él, obligándole a sentarse porque le había vuelto a sujetar del codo.

 

Sasuke descubrió su camiseta a unos pasos de ellos. Con la prisa casi se va a Konoha y se la deja allí.

 

-Teme, quiero ir a casa -masculló ceñudo. -Suéltame.

-Claro, en un momento nos vamos a la aldea. Ahora que lo pienso, Itachi tal vez esté preocupado, acabo de recordar que me fui sin avisar.

 

El kitsune se mordió levemente el labio inferior, temblando de enojo ante la insistencia de Sasuke en que volviera a la aldea.

 

-¿¡Cómo tengo que decirte que no voy a volver a Konoha!? ¡No quiero ir! No... ¡No me quieren allí!

 

Los gritos de Naruto quedaron en un segundo plano para Sasuke al escuchar lo que dijo. Le miró casi sin parpadear.

 

-¿Qué...? ¿Quiénes?

-La última vez que nos vimos... cuando me fui con Sakura-chan, después quise volver a tu casa para darte un dibujo que Sai había hecho de mí. Cuando estaba cerca, escuché que hablaban mal de los kitsunes, estaban diciendo mentiras, y eso me hizo enojar porque... hablaban de mi padre y su asesino -casi susurró lo último. -Y después todos esos ojos negros se volvieron rojos, y sentí miedo. Me dijeron que no les gustaba verme cerca de ti y que no volviera a Konoha.

-¿El clan Uchiha...? -casi susurró, incrédulo.

 

Repentinamente el rubio sonrió y volvió a hablar, interrumpiendo al otro.

 

-Pero no importa, de cualquier forma no pensaba regresar allí.

 

El ceño del pelinegro se frunció, furioso con los hermanos Takahashi, con el clan Uchiha y con la falsa sonrisa que de nuevo volvía a ver en los labios de Naruto. ¿Por qué el idiota se lo callaba todo y seguía sonriendo como si nada? Se le secaba la boca de saliva diciendo que eran amigos, pero luego se lo guardaba todo para él.

En un movimiento rápido encaró al rubio y le tomó del rostro con ambas manos con tal firmeza que los ojos azules se cerraron durante unos segundos.

 

-¿Qué parte de "no sonrías cuando te sientes triste" no has entendido, usuratonkachi? -afiló levemente la mirada, intentando controlarse al menos un poco. -¡No sonrías!

-Sa-Sasuke... -intentó hablar, pero fue interrumpido.

-Vas a volver a Konoha, aunque tenga que arrastrarte hasta allí -afirmó el agarre de forma dolorosa al ver que el kitsune negaba levemente con la cabeza e intentaba soltarse. Apoyó la frente en la contraria. -Nadie te hará sentir mal de nuevo, te lo prometo. Pero promete tú también algo. No sonrías más así, sólo hazlo cuando de verdad sientas que quieres hacerlo. No tienes que fingir que eres feliz. No tienes que demostrar nada a nadie.

 

Los ojos azules se cerraron con pesadez y las peludas orejas se agacharon un poco, sintiéndose repentinamente agotado. Desde que se quedó sólo, no había encontrado otro modo de combatir un poco su soledad y sufrimiento, más que sonriendo y asegurándose a sí mismo que era fuerte. Pero desde que llegó a Konoha, esos sentimientos negativos habían crecido y ya no sabía como combatirlos. Sentía que sonreír no era suficiente, y ya no creía en su propia fortaleza, esa de la que tanto había presumido.

 

No quería volver. Regresar a Konoha significaba que esos sentimientos negativos crecerían, y no quería eso. Quería dejar de sentirse triste y sólo.

 

El pelinegro esperó paciente una respuesta, o al menos un movimiento de cabeza, pero Naruto tan solo había cerrado los ojos y nada más. Los mechones húmedos de su flequillo se habían entremezclado con los rubios al tener sus frentes todavía juntas. A él le gustaba el silencio, pero en ese momento le resultaba exasperante.

 

-¡Di algo, dobe!

 

El kitsune suspiró por enésima vez en ese día. Permanecía todavía con los ojos cerrados. Sasuke le estaba diciendo que regresaría a Konoha, aunque fuera a la fuerza, así que no sabía que esperaba que le contestara.

 

-¿Qué quieres que diga? -susurró.

 

El pelinegro sintió cosquillas en los labios cuando el aliento del rubio le golpeó tras aquel suspiro. Pero más importante que eso, volvía a notar el desánimo del otro, y eso no le gustaba, le hacía sentirse frustrado y con una ligera presión incómoda en el pecho.

 

-Lo que sea. ¡Maldición...! Sólo dices estupideces, y las cosas importantes te las guardas para ti sólo. ¿Acaso olvidas que no estas sólo? Si te sientes mal, o tienes problemas, puedes hablar con alguien.

-Ah, entiendo -susurró. Con desgano abrió los ojos, encontrando la negra mirada muy cerca de la suya, y a pesar de que seguía pensando que esa mirada era muy similar a la de Uchiha Madara, los ojos de Sasuke le gustaban. -Me siento mal, y si me obligas a volver a Konoha, me sentiré peor -confesó.

 

El agarre que Sasuke mantenía en el rostro del kitsune tembló levemente, sorprendido por escuchar eso. Ésta vez fue él quien cerro los ojos, derrotado. Más o menos sabía todo lo que había sufrido el kitsune, había notado las miradas que muchos en la villa le dedicaban, y era consciente del estado de ánimo de Naruto.

 

Aun así... lo quería de vuelta en Konoha.

 

Sabía que era egoísta. ¡Lo sabía! Y a pesar de todo su cerebro solo podía pensar en formas para hacer regresar al rubio, aunque fuera atado y amordazado. Pero no podía evitarlo.

 

Sintió una mano de Naruto posarse en uno de sus hombros desnudos y prefirió ignorar la sensación que eso le provocó. No abrió los ojos todavía, aunque escuchó lo que él otro tenía que decirle.

 

-Hey, Sasuke, ¿puedo pedirte algo? ¿Puedo?

-¿Qué es?

-Ven a verme a diario -no entendía por qué, pero después de aquella petición se sintió terriblemente avergonzado, así que alejó su rostro del otro, logrando deshacerse del agarre que Sasuke mantenía en él y que éste abriera los ojos. -Bu-bueno... solo si quieres -desvió la mirada, rascándose con un dedo una mejilla.

 

El pelinegro estuvo a punto de aceptar sin rodeos, pero sin quererlo su egoísmo nuevamente salió a flote.

 

-Solo si tú vas de vez en cuando a la aldea.

 

Los ojos azules perdieron su brillo tímido y se volvieron serios al tiempo que enfocaban los negros.

 

-No puedes pedirme algo como eso. ¿Por qué no puedes entenderme? -preguntó frustrado. -Sai leyó en un libro que los amigos se...

-No me interesa saber lo que ese idiota leyó en uno de sus libros -interrumpió, también con una mirada seria.

-Sasuke... sé que te preocupa que deje a tu aldea sin protección, pero te prometo que ésta vez no será así. Permaneceré en el bosque, y si hay peligro en Konoha iré a ayudar... porque tú estas allí. ¡Prometo que ayudaré! -bajó levemente el rostro. -Desde aquel día de la tormenta, cuando me contaste que tus padres habían muerto en una invasión de otra aldea... no dejo de preguntarme si tal vez yo hubiese podido...

-Basta -demandó.

 

Solo eso le faltaba ahora, que Naruto se sintiera culpable por la muerte de sus padres. Se llevó una mano a la frente, acariciándola levemente. Además, su empeño por tener al kitsune en Konoha no era porque estuviese preocupado por la invasión de la aldea del Sonido. Konoha había sufrido otras invasiones antes, y se las había arreglado bien sin ayuda del kitsune. Pero le resultaba muy embarazoso decirle de frente que le quería en Konoha porque le echaba de menos. No era parte de su personalidad ser una persona abierta y habladora, y él ya había hablado demasiado.

 

-Siempre serás un idiota -casi susurró.

-Pero, Sasuke, yo... no fui a ayudar y...

-No fue tu culpa. Fin del asunto.

 

Tras decir aquello se puso de pie y recogió su camiseta que todavía yacía en el suelo totalmente arrugada. Después de colocársela, comenzó a caminar, alejándose. Ya no tenía nada más que hacer allí, ese dobe no quería regresar, y cuanto más le presionaba, más tenso se volvía el ambiente.

 

Naruto permaneció sentado, sintiendo crecer un desagradable nudo en el estómago conforme veía la espalda de Sasuke alejarse más y más, hasta perderse de vista tras unos árboles. De repente se sentía algo ansioso, y su respiración se agitó un poco. Y como si Uchiha fuera una especie de imán para él, en el momento en que sus ojos no pudieron verle se puso de pie casi de un salto y corrió hacia él. De repente sentía el bosque demasiado grande para él sólo. No le gustaba esa sensación.

 

En cuanto vio a su amigo a unos pasos de él, se detuvo y le gritó:

 

-¡Sasuke!

 

El aludido detuvo su andar y giró despacio, parpadeando al ver que Naruto le había seguido.

 

-¡No te vayas! Quédate... conmigo.

-¿Qué...?

-Si te quedas... ¡te prometo que volveré a Konoha contigo! Pero hoy quédate aquí.

 

Uchiha le miró fijamente, sin parpadear siquiera, notando que el kitsune le observaba de forma suplicante, con los puños apretados. Una expresión afable se formó en su rostro, caminando despacio hacia el rubio que no le quitaba la mirada de encima, ansioso por recibir una respuesta.

 

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, apresó la morena muñeca con una mano y tiró de él con un movimiento seguro, pero suave, hasta sentir a Naruto chocar con cierta torpeza contra su pecho, y le abrazó, rodeándole la espalda con ambos brazos.

 

Si hubiese sabido que el kitsune cedería así de fácil al verle a él alejarse, se habría marchado desde el principio.

 

-Recuerda que lo has prometido.

 

Los ojos azules permanecían abiertos por la sorpresa, apenas parpadeando. Le había tomado totalmente desprevenido recibir ese abrazo, y aunque todavía se sentía algo extraño al estar tan cerca de alguien, no negaba que también sentía una sensación agradable y cálida al estar entre los brazos de Sasuke.

 

Su cola comenzó a agitarse incansable de un lado a otro, y las orejas se agacharon un poco al sentirse algo avergonzado. Olfateó levemente el aroma que el pelinegro desprendía y sus manos fueron a dar a la espalda del otro, respondiendo el abrazo.

 

-Mañana volveremos -habló Sasuke nuevamente.

 

El kitsune alzó la cabeza para decir algo, pero frunció los labios al notar de forma más evidente la diferencia de altura de ambos al estar tan cerca. Le empezaba a resultar molesto que Sasuke fuera más alto. ¡Él era mayor! ¡Mucho mayor!

 

Y apenas le llegaba a Sasuke a los hombros.

 

-Lo de los tomates... -comenzó a decir Uchiha, deshaciendo el abrazo y desviando la mirada con disimulo. -Estuvo bien.

-¿Eh? -preguntó, sin entender el intento de agradecimiento de su amigo.

 

Sasuke caminó por donde había venido, yendo nuevamente al río y sentándose en la hierba a la sombra de los árboles. No pasó ni un segundo cuando de soslayo vio al rubio sentarse a su lado con una sonrisa animada.

 

Al final, todo había terminado bien.

 

CONTINUARÁ... 

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^ Cada vez que leo un review, me pongo a escribir, son un verdadero aliciente para seguir escribiendo xDD ¡Gracias!

 

Para las que ansiaban ver a Sasuke y a Naruto teniendo algún tipo de acercamiento, espero que con éste capitulo hayáis quedado más o menos satisfechas xD

 

¿Quieres un adelanto del capitulo 12? ¿Sí? Pues lee lo que hay entre comillas aquí abajo xD

 

"Naruto le observaba expectante, y se sintió algo cohibido cuando un dedo comenzó a pasearse por su rostro. Los ojos negros estaban fijos en los suyos, y no sabía qué hacer, era como si Sasuke esperara que él hiciera algo, pero no sabía qué. Sintió sus mejillas algo calientes cuando Uchiha se inclinó un poco y notó el blanco rostro más cerca del suyo. Sin saber porque, recordó cuando en casa de Sakura vio a esos dos jóvenes bailando dentro de "la caja negra", y como después el chico besaba a esa chica que le recordó a Hinata por lo tímida que era.

Pero... ¡Pero Sasuke no haría algo como eso! Ambos eran hombres. Un kitsune y un humano. ¡Eso sería algo demasiado raro!"

 

Un dato sobre kitsunes: 

La palabra japonesa Kitsune (狐) significa zorro, un animal que constituye un elemento de singular importancia en la cultura Japonesa, hasta el punto en que dicha palabra se utiliza tradicionalmente para nombrar a aquel espíritu del bosque con forma de zorro, cuya función clásica es la de proteger bosques y aldeas. Cabe aclarar que con kitsune se denomina al zorro independientemente de si éste posee o no poderes mágicos.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capitulo! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).