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Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

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KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capitulo 16: "La decisión de Sasuke":

 

Itachi dejó de prestar atención a la televisión al escuchar al rubio gritar. Se puso de pie para ir a ver qué ocurría, y apenas avanzó un paso cuando le tomó por sorpresa ver a Naruto en su forma animal pasar corriendo por su lado y agazaparse bajo la pequeña mesa.

 

Se colocó a cuatro patas junto a la mesa e inclinó un poco más la cabeza para poder ver.

 

-Naruto-kun, ¿qué haces ahí escondido?

 

Al verlo encogido y temblando, Itachi acercó una mano a él, pero la tuvo que alejar con rapidez cuando el zorro intentó morderle. Frunció levemente el ceño, desconcertado. Se sentó en el suelo cruzando las piernas, sin apartar la mirada de la mesa como si pudiese ver a Uzumaki a través de ella.

 

-¿Qué pasa? Sabes que no voy a hacerte daño -habló con su típico tono de voz calmado.

 

Minutos después, Naruto salió de debajo de la mesa cuando se sintió más tranquilo, con las orejas gachas y la cola entre las patas. Se acercó a Uchiha y se subió en sus piernas, lamiendo brevemente la mano más cercana en señal de disculpa por haber intentado morderle. Itachi pareció entenderle y con su otra mano le acarició un par de veces la cabeza.

 

-Te escuché gritar -comentó. -Supongo que has peleado con Sasuke -un leve gruñido de Naruto fue la respuesta que recibió. -El carácter de mi hermano a veces es algo complicado, pero fuera de lo que pretende aparentar, sé que él te aprecia demasiado, Naruto-kun. Sea lo que sea lo que ha ocurrido, no se lo tengas en cuenta. Sasuke nunca te haría daño, no al menos intencionadamente.

 

El zorro alzó la cabeza, encontrando que Itachi le observaba con una expresión serena y durante unos segundos le dedicaba una muy leve sonrisa alzando apenas las comisuras de los labios.

 

Aquello pareció animar a Naruto que levantó un poco las orejas. Era cierto, él había notado que Sasuke muchas veces se preocupaba por él y le cuidaba. Tal vez no tenía que haberle gritado de ese modo, pero se había asustado y no había sabido que otra cosa hacer. Agitó levemente la cola y se acomodó en las piernas del pelinegro, recostándose dispuesto a permanecer en esa forma un rato más para recuperar el chakra perdido.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Sasuke no salió de su habitación hasta que fue la hora de comer. Cuando Naruto se marchó corriendo, él se fue a darse un baño, cambió las sábanas de la cama llenas de pelos por unas limpias y se volvió a recostar. No se durmió, pero sí estuvo pensando en lo que había hecho, y lo que había pretendido hacer.

 

Seguramente ahora Naruto le odiaba de nuevo.

 

Aunque le sorprendía que el rubio tan solo le hubiese dado una patada y no le hubiese dejado en estado crítico como a los hermanos Takahashi.

 

No sabía qué hacer. Lo único que le pasaba por la mente era golpearse la cabeza contra algo lo suficientemente duro como para que le dejase inconsciente por un rato.

 

El no había deseado que aquello se saliera de control de esa forma. Es más, ni siquiera había pasado por su cabeza besar a Naruto. Pero...

 

-Además, te confesaré algo. En realidad pienso que tú eres mejor. Y me gustas mucho más.

 

-Y me gustas mucho más.

 

-... me gustas...

 

Era vergonzoso admitírselo a sí mismo, pero esas palabras le habían provocado un remolino de sensaciones en su interior. Todas ellas agradables.

 

Y entonces fue cuando sintió deseos de besar a Naruto.

 

Cuando un sutil aroma a comida le llegó, se decidió a bajar por fin para poder comer algo. Tenía hambre, no había desayunado y la noche anterior apenas cenó.

 

Al entrar en la sala encontró a Itachi que colocaba unos platos en la mesa. Buscó con la mirada a Naruto, y lo halló en su forma original sentado frente a la puerta abierta que daba al jardín interior, rascándose una oreja con una de sus patas traseras. Aprovechando que en ese momento su hermano salía, seguramente para ir a la cocina por más platos, se acercó al zorro y se arrodilló a su lado, llamando la atención de éste que al instante le miró y dejó de rascarse.

 

-...Naruto -le llamó, acercando una mano para acariciarle la cabeza, pero un gruñido de advertencia del animal le hizo desistir. -Entiendo que estés enfadado. Solo quería decirte que no pretendía hacerte daño.

 

Tras decir aquello, se puso de pie y caminó hasta arrodillarse frente la mesa, observando la televisión como si en ese momento mostrara algo que realmente le interesara. Vio un par de platos y un vaso, vacíos sobre la mesa. Al parecer el rubio había comido antes de que él bajara.

 

El kitsune observó fijamente a Uchiha, arrepentido por haberle gruñido, pero no se movió de su lugar.

 

Itachi entró con un plato y un vaso en las manos y los dejó en la mesa, arrodillándose después junto a su hermano menor.

 

-Le he dicho a Naruto-kun que comiera él primero, parecía estar hambriento.

 

Sasuke observó de soslayo los platos vacíos y casi relucientes, seguramente ese idiota los había lamido para comer hasta la última migaja. Siempre tan maleducado. Pero ese pensamiento le trajo una duda.

 

-¿No habrá comido en esa forma?

-No. Adoptó su forma semi humana para comer.

 

Itachi miró a su hermano menor, el cual tenía la mirada puesta en el kitsune en ese momento, viendo como Naruto de pronto saltaba fuera de la sala y corría al jardín interior para atrapar un par de pajarillos que se habían posado en el suelo, junto al estanque. Pero estos habían salido volando al instante y se habían vuelto a posar en poco más lejos. Naruto los volvió a perseguir, pero no con intención de cazarlos, sino de jugar.

 

-La bola de pelos se comporta más como un gato, o un perro -comentó.

-¿Algo va mal con Naruto-kun, Sasuke?

 

El menor dejó de mirar al zorro y llevó la mirada a su hermano un momento antes de desviarla a su propio plato de comida intacto todavía.

 

-Nada -fue todo lo que dijo.

-Lo escuché gritar, y después vino aquí totalmente asustado.

-...eso es asunto mío.

 

Itachi cerró los ojos un momento y guardó silencio unos segundos antes de hablar de nuevo.

 

-Deberías ser más paciente con Naruto-kun. Recuerda que solo es un niño, y hay muchas cosas sobre los humanos que todavía desconoce. Él quiere aprender, pero si le presionas le agobiarás.

 

Sasuke no contestó nada y empezó a comer.

 

-En cierto modo, Naruto-kun me recuerda a ti. A cuando eras un niño pequeño ansioso por aprender, siempre con una sonrisa entusiasta en los labios. Hace un rato me pidió que le enseñara a lanzar shuriken. Igual que tú cuando me pedías que te ayudara en tu entrenamiento con shuriken.

 

Sasuke arqueó una ceja con disimulo, de forma apenas perceptible y sin dejar de comer. ¿Por qué le había pedido Naruto eso a Itachi? Se suponía que él era su maestro ahora, si quería aprender algo tenía que pedírselo a él.

 

A no ser... que Naruto estuviera muy enojado por lo ocurrido hace rato y no le quisiera cerca.

 

-¿Y le vas a entrenar? -cuestionó con un fingido tono casual, como si no le importara.

-Hoy tengo la tarde libre, supongo que podría dedicarle un momento.

 

Sasuke ya no dijo nada más hasta que terminó de comer y dejó sus platos a un lado.

 

-Voy a salir -avisó poniéndose de pie.

 

Aquello captó la atención de Naruto que alzó las orejas e ingresó en la sala, sentándose nuevamente junto a la puerta que daba al jardín.

 

-¿Adónde vas? -preguntó Itachi.

-...a entrenar.

 

Sin agregar nada más, se dirigió a la salida y se sentó en las escaleras frente a la puerta para ponerse el calzado.

 

Naruto adoptó su apariencia semi humana y avanzó unos pasos con la intención de ir con su amigo, pero Itachi le interrumpió.

 

-¿También vas a salir, Naruto-kun?

-Voy con Sasuke.

-Había pensado que ésta tarde podría enseñarte el lanzamiento de shuriken.

 

El rubio dudó un par de segundos al escuchar eso, pero aun así prefirió ir con Sasuke.

 

-Otro día -fue todo lo que dijo antes de salir de la sala.

 

Sasuke terminó de ponerse la última sandalia cuando escuchó pasos acercarse a él. Sabía perfectamente que era Naruto, pero prefirió actuar como si no hubiera notado su presencia. Estaba por ponerse de pie cuando un par de brazos rodeándole desde atrás se lo impidieron. Parpadeó algo consternado, pero no volteó.

 

-Sasuke... siento lo de antes.

 

El pelinegro cerró los ojos, sabiendo que ese era el momento perfecto para admitir que la culpa había sido suya y disculparse con Naruto. Pero ni una palabra salió de sus labios. Como siempre, su orgullo era un estorbo.

 

Y Naruto en su eterna inocencia pensaba que la culpa era suya.

 

-No quise gritarte y golpearte, pero me asusté -de repente su voz se escuchó algo más animada. -Pero Sai me contó una vez que los amigos a veces también pelean, y que cuando se reconcilian son más amigos que antes. Entonces... ¡Entonces tú y yo ahora tenemos un lazo mucho más fuerte! -exclamó alegre.

 

Uchiha dejó escapar el aire por la nariz en un intento de risa suave. Sin duda Naruto era tan noble que rayaba en lo idiota. A tientas llevó una mano hacia atrás y palmeó la cabeza del rubio, revolviéndole ligeramente los cabellos después. Sus dedos se encontraron con algo suave y peludo, al instante lo identificó como una oreja. Rascó brevemente la zona, siendo recompensado al instante con unos suaves ronroneos complacidos que cesaron cuando apartó la mano.

 

-¿Puedo ir contigo?

-Vamos -respondió deshaciéndose con tranquilidad del abrazo para ponerse de pie. -¿Ya puedes adoptar tu apariencia humana?

-Puedo estar sin problema unas horas.

 

Sasuke giró para ver a Uzumaki y lo encontró vistiendo la yukata azul que le quedaba tan condenadamente bien a pesar de que le estaba grande y se le deslizaba por un hombro. Chasqueó la lengua y apartó la mirada con el ceño levemente fruncido.

 

-Pero primero cámbiate de ropa. Y no te pongas más ropa que no es tuya.

-Sí... sí... -sacudió la mano, provocando que la manga que le quedaba grande se agitara de forma graciosa.

-¡Y ponte ropa interior!

-...sí -reiteró con desgano, alejándose del pelinegro.

 

Minutos después, Naruto regresaba mostrando su apariencia humana, vistiendo una camiseta de manga corta de color negro, un pantalón que le llegaba un poco más abajo de las rodillas y una camiseta atada a la cintura.

 

-Vas a entrenar al bosque, ¿verdad? -afirmó entusiasmado, saliendo de la casa delante de su amigo. Y antes de que éste pudiera decir algo, volvió a hablar. -¡Bien! ¡Tenía ganas de ir allí!

-¿...echas mucho de menos el bosque? -preguntó mientras cerraba la puerta.

-Sí -confesó.

 

"¿Te gustaría volver allí?" Casi se le escapa preguntar eso. Pero por suerte se mordió la lengua a tiempo. Sabía que la respuesta que el rubio le daría sería afirmativa, y él después no podría decirle como si nada que regresara al bosque. No, definitivamente no quería dejar ir a Naruto.

 

Con total naturalidad se metió las manos en los bolsillos del pantalón y empezó a caminar junto a Uzumaki, como si el tema anterior de conversación nunca hubiese existido.

 

No caminaron mucho cuando un niño se detuvo frente a Naruto, observándole con una amplia sonrisa.

 

-Naruto nii-chan, ¿quieres jugar con nosotros?

 

El rubio se detuvo en seco para no chocar con el niño, mirándolo sorprendido por aquella repentina propuesta. Era la primera vez que un niño del clan Uchiha se le acercaba de esa forma.

 

-¡Vamos, di que sí! -le animó el pequeño, tomando a Uzumaki de una mano y tironeando levemente de él. -¡Jugaremos a los ninjas!

 

Naruto alzó la cabeza un poco confundido. Aquel niño hablaba en plural, pero no veía a nadie más. A unos pasos atisbó a otros cuatro niños más, invitándole a que se acercara con movimientos de brazos y amplias sonrisas.

 

Sasuke observó la escena en silencio. Aquellos niños no tendrían más de nueve o diez años, y por la apariencia física de Naruto lo estaban confundiendo con un niño un poco más grande que ellos. Vio al rubio sonreír lleno de emoción y con sus ojos azules brillando. Era obvio que Uzumaki iba a aceptar esa propuesta, y se sintió algo molesto al verse reemplazado por unos niños, aunque no lo demostró.

 

-Nunca te hemos visto jugar con otros niños, Naruto nii-chan, así que puedes jugar con nosotros.

-Yo... ¡Claro! ¡Sí quie...!

 

En ese momento una mujer tomó al niño de los hombros y lo alejó de Naruto.

 

-Se terminaron los juegos por hoy -habló ella, tomando al menor de la mano. -Papá te espera para enseñarte algunas técnicas de fuego.

-¡Ah! ¿En serio? -cuestionó lleno de alegría. -Ya jugaremos otro día, Naruto nii-chan -sin decir nada más, se soltó de la mujer y echó a correr.

 

El rubio se sintió algo decepcionado. Mientras que Sasuke tan solo frunció el ceño, viendo a la mujer que en ese momento se daba la vuelta para marcharse tras su hijo.

 

-¿Qué fue eso? -exigió saber con voz serena.

-Creo que está claro -respondió ella. -No quiero a mi hijo cerca del chico del chakra siniestro -agregó con un tono despectivo.

 

Uchiha frunció profundamente el ceño, fulminando a la mujer con la mirada y tragándose las ganas de soltarle alguna grosería. No quería tener problemas con el clan y que por culpa de eso la tomaran con Naruto todavía más.

 

-Deberías tener cuidado, Sasuke-kun, si éste chico es un kitsune podría enloquecer algún día y matarte.

-Naruto no haría daño a nadie.

-Entiendo que debe de ser emocionante tener a un kitsune por mascota, después de todo, estas criaturas se creían extintas...

-No es un kitsune -interrumpió. -Y no vuelvas a hablar de Naruto como si fuese mi mascota -advirtió con voz sumamente seria.

-Eso es lo que tú dices, Sasuke-kun, pero si se descubre que realmente es un kitsune, alguien lo capturará y probablemente lo matará para beberse su sangre sin importar que sea el protegido de la Hokage, o de Jiraiya-sama.

 

Sasuke cerró los ojos y apretó los labios para no golpearla y maldecirla mil millones de veces. Pero era difícil contenerse. En un arrebato tomó a Naruto de la muñeca y tiró levemente de él.

 

-¡Suficiente! Naruto, vamos.

 

Pero el kitsune no se movió ni un milímetro. Y ahora que pensaba, le extrañaba que Naruto no se defendiera de los comentarios de esa mujer. Lo volteó a ver, encontrando que el rubio observaba fijamente al frente sin parpadear, con una expresión entre triste y nostálgica. Llevó la mirada en la misma dirección para saber qué captaba su atención, y halló bastante alejado al niño de antes en brazos de un hombre, riendo y hablando sin parar. Poco después, la mujer que acababa de añadir a su lista de personas odiadas se unía a ellos sonriendo.

 

Un perfecto cuadro de familia feliz.

 

-Naruto...

-Sasuke -interrumpió, mirándole por fin. -Adelántate, te alcanzaré después. Quiero estar sólo un rato.

-Ni hablar. Olvida lo que esa idiota dijo y...

-¿Lo que dijo de qué? -preguntó confundido.

-¿No la escuchaste?

-Estaba algo distraído -se excusó esbozando una leve sonrisa nerviosa. -¿Qué dijo?

-Nada importante -respondió afirmando un poco el agarre que mantenía en la muñeca. -Y olvídate de tu rato a solas, te vienes conmigo -sentenció tirando del rubio para que le siguiera.

 

Naruto se dejó llevar. Su mirada seguía clavada en aquella familia que se alejaba, pero sobre todo en la cara de felicidad de aquel niño en brazos de su padre. Su expresión se volvió nostálgica una vez más, recordando a sus padres. Como le gustaba ir a cazar con su padre, o lanzarse sobre él para jugar. La sonrisa de su madre que conseguía animarle cuando se sentía triste, y como le gustaba dormir acurrucado a ella, sintiendo su calor.

 

Cuando salió de sus recuerdos, notó que ya habían salido del barrio Uchiha y Sasuke todavía tiraba de él con firmeza pero sin ser brusco. Él seguía dejándose llevar y caminaba por inercia.

 

Unos olores conocidos llegaron a su nariz y le hicieron detenerse, logrando que el pelinegro también lo hiciera.

 

-Huelo a Sai y a Sakura-chan -comentó. -Quiero verlos -sin esperar a que Sasuke dijera algo, se soltó del agarre y echó a caminar.

-Espera. Voy contigo.

-¡Sígueme! Están un poco lejos.

 

Uchiha dejó escapar un breve suspiro y siguió al rubio que caminaba delante. A varias calles de distancia por fin divisó a Sakura cargando una bolsa de papel llena hasta arriba de cosas que no se molestó en estudiar, y a Sai con una revista entre manos, aparentemente leyendo sin dejar de caminar.

 

Naruto esbozó una sonrisa y corrió hacia ellos, arrebatándole por sorpresa la revista a Sai y empezando a hojearla con la emoción de saber que entendería la mayoría de lo que ahí estaba escrito.

 

-Naruto, que sorpresa -comentó Sakura por la repentina aparición de Uzumaki. Y si el rubio estaba ahí, estaba claro que Uchiha no andaría muy lejos. Efectivamente, el pelinegro se acercaba a ellos. -¡Sasuke-kun! -exclamó con una sonrisa.

 

El kitsune seguía concentrado en leer una condenada frase resaltada en negrita en el inicio de la página y que se le resistía.

 

-L-los mejores... tru-trucos para atraer... a... a un... hombre.

 

Sai se acercó y leyó de un tirón todo lo que ahí ponía.

 

-Dice: "Los mejores trucos para atraer a un hombre. ¡Prestad atención!"

-Sí, eso -asintió Naruto, y después miró al pelinegro con el ceño levemente fruncido por el desconcierto. -Mn... ¿Atraer a un hombre?

-Estoy leyendo una revista que Ino le prestó a Sakura para así poder entender el arte de seducción de las mujeres. Me parece algo realmente complejo.

-¿Eh...?

-Las mujeres dicen que quieren sinceridad, pero si les dices lo que piensas, se enojan.

-Ah, ¿sí?

-Por ejemplo, si le digo a Sakura lo que pienso sinceramente y le digo que es fea...

-¡¡Sai!! -gritó la chica, casi echando humo por la nariz de la furia.

-...se enoja -completó el ANBU la frase.

 

Sakura intentó darle un merecido puñetazo al pelinegro, pero éste se escabulló con maestría y sin apenas moverse, con su típica sonrisa plasmada en los labios a pesar de ver el agujero que hizo la chica en el lugar donde antes estaba él.

 

Naruto asintió con la cabeza, notando que Sai tenía razón. Hojeó nuevamente las páginas de la revista, y vio que alguien había escrito algo al final de la página izquierda:

 

"Sasuke-kun sería de éste tipo."

 

Eso era lo que decía. Arqueó una ceja, confuso, y leyó con más detenimiento:

 

"Tipos de hombre: ¿A cuál pertenece él?:

 

Don Juan:

 

Siempre andan de flor en flor endulzando oídos. ¡A ver cuál cae! Sus tácticas son palabras bonitas y detalles significativos. Saben que sentados nunca van a conseguir novia, así que buscan acción y visten a la moda para no pasar desapercibidos.

 

Los lentos:

 

Son muy tímidos y poco osados. Ni en broma mueven un dedo para flirtear y si alguien les atrae, lo más probable es que se conviertan en sus mejores amigos y confidentes para estar más cerca. Su táctica consiste en alejarla de los demás y persuadirla.

 

Los cavernícolas:

 

No te sorprendas si un día alguien te empuja y luego te declara su amor. Es la manera que utilizan estos chicos para conquistar. Ellos son muy rudos y poco expresivos, no están acostumbrados a lo cursi y se avergüenzan de aceptar sus sentimientos."

 

Justamente al lado de "Los cavernícolas" era donde estaba escrito "Sasuke-kun sería de éste tipo."

 

Alzó la mirada y visualizó a Uchiha a unos pasos de ellos, el cual estaba en silencio y observando con tranquilidad los intentos fallidos de Sakura por golpear a Sai con una mano mientras seguía sujetando la bolsa con la otra. Se acercó a él.

 

-Sasuke, aquí dice que eres un cavernícola.

-¿Mn?

-Mira, aquí -alzó la revista y la extendió de modo que el pelinegro pudiera leer sin tener que sujetarla.

 

El rostro tranquilo de Sasuke cambió paulatinamente a uno de leve ceño fruncido con un ligero tic nervioso en una ceja. Y cuando pensó en arrebatarle la revista a Naruto y lanzarla bien lejos, éste alejó la revista y continuó leyendo tan tranquilo mientras se acercaba al otro pelinegro.

 

-Sai, toma. No entiendo las cosas que ponen aquí.

-¡Claro que no! -se unió Haruno a la conversación. -Son cosas para chicas después de todo. ¡Un hombre no debería leer eso!

-¿Porqué no? -cuestionó Sai cerrando los ojos en una leve sonrisa. -Ponen muchas cosas interesantes. Dice que las mujeres pueden seducir a través de la mirada.

-¿Seducir? -reiteró el rubio.

 

Sai pensó que sería un buen momento para llevar a cabo lo aprendido en aquella revista femenina y saber si era cierto lo que ahí estaba escrito. Acercó el rostro al del kitsune hasta el punto de sobrepasar su espacio personal, provocándole un escalofrío a Uzumaki.

 

-Dice que tienes que mirar fijamente a la persona que quieres seducir, y cuando sientas que tienes su atención, apartas la mirada para después volver a mirarle. Algo así como un juego -esperó un par de segundos y continuó hablando. -¿Y bien...? Dime, ¿te sientes seducido?

 

Naruto permanecía estático, con los ojos bien abiertos del miedo y sintiendo incontables gotas de sudor deslizarse por su rostro. Esos ojos negros inexpresivos tan cerca de los suyos le provocaban escalofríos.

 

-So-solo siento miedo -balbuceó.

-¿En serio? -preguntó el ANBU al tiempo que se alejaba y se llevaba una mano a la barbilla. -Creo que no entendí bien la información de la revista.

 

Pero Uzumaki no le prestó mucha atención y se fue a buscar refugio detrás de Sasuke que observaba a Sai con una pequeña gota de sudor deslizándose por su sien. Ese tipo se volvía más idiota por días. ¿A quién demonios pretendía seducir con esa mirada? Casi mata a Naruto del susto.

 

-Oh, por cierto, Naruto -volvió a hablar el ANBU.

-¿Q-qué?

-Bueno... ya que en ningún libro he encontrado información sobre los kitsune, he buscado información por mí mismo preguntándole a las personas más ancianas que he encontrado por la calle. Y me han dicho cosas sorprendentes.

 

El rubio nuevamente se sintió confiado y salió de detrás de Sasuke, acercándose al otro pelinegro que sacaba de entre sus ropas una pequeña libreta y la abría más o menos por la mitad.

 

-Algunos aseguran que los kitsune tienen poderes realmente extraños: posesión de personas pero sin poder esconder su cola la mayoría de las veces, lanzar fuego por la boca, transformación, volar, invisibilidad, creación de ilusiones mejores que cualquier genjutsu. Incluso hay quien afirma que un kitsune con forma humana no puede reflejarse en un espejo, que tiene el poder de curvar el tiempo y el espacio, volver locas a las personas... Y lo más desconcertante que me han dicho es que los kitsune se alimentan de la energía vital de los humanos a través del contacto sexual.

 

Sasuke sintió un corrientazo por toda la espina dorsal que lo hizo permanecer estático durante unos segundos. Mientras que Sakura arqueó ambas cejas en una mueca sorprendida.

 

-Ahora comprendo, Naruto -comenzó a decir Sai con su acostumbrada sonrisa. -Por eso no has escapado de las garras de Sasuke-kun y has aceptado ser su amante, así puedes robarle la energía. Después de todo, los Uchiha están dotados con un gran chakra.

 

Naruto y Sakura enrojecieron, y Sasuke lo fulminó con la mirada.

 

Haruno de repente se imaginó a su pobre Sasuke-kun tendido en una cama, totalmente desnudo, sin energía y con el alma a punto de salirle por la boca de la extenuación. Y a su lado a un Naruto igualmente desnudo, entusiasmado mientras agitaba su esponjosa cola y rebosante de energía.

 

...energía que le había robado a Sasuke-kun después de hacer...

 

¡No! ¡No! ¡Tenía que dejar de pensar tonterías! Para empezar Sasuke-kun ni siquiera era gay.

 

-¿Qué estupideces son esas? -contestó Uchiha con voz seria.

-No son estupideces, Sasuke-kun -respondió el ANBU. -La gente anciana está llena de sabiduría y conocen muchos secretos -llevó la mirada al rubio. -Naruto, dinos si todo lo que he dicho es cierto.

 

Uzumaki no tuvo tiempo ni de abrir la boca para responder cuando nuevos aromas conocidos llegaron a su nariz. ¡Iruka sensei y Kakashi se acercaban!

 

Totalmente azorado sujetó uno de los brazos de Sasuke y tironeó de él. No quería ver a Iruka sensei, se moriría de vergüenza en cuanto le mirase a los ojos.

 

-Oi, ¿qué haces? -cuestionó Uchiha.

-Vámonos, Sasuke. ¡Rápido! Iruka sensei y Kakashi están cerca. ¡Muy cerca!

-¿Y qué con eso? -habló calmado, sin moverse un ápice a pesar de que el rubio no dejaba de tirarle del brazo.

-¡No quiero encontrármelos después de...!

-Oh, Naruto -se escuchó la voz de Iruka algo alejada.

 

Los cuatro jóvenes miraron en dirección a aquella voz, atisbando a Iruka y Kakashi acercándose con libros y pergaminos entre los brazos.

 

Umino se detuvo frente a ellos con una sonrisa y Kakashi a su lado.

 

-Hola, chicos.

 

Sakura y Sai contestaron, mientras que Uchiha ni siquiera abrió la boca. El rubio se mantuvo cabizbajo, sintiendo las mejillas levemente acaloradas al rememorar en su mente aquella escena en la cocina y los gemidos de su ex sensei.

 

-Naruto... la quinta habló conmigo ayer y... ¿Había algo que te molestara de mis clases? Cuando Tsunade-sama me informó que dejaría de ser tu maestro, me dijo que era para que pudiera dedicar mi tiempo completamente a la academia. Me comentó también que te buscaría un nuevo maestro y que no me preocupara. Pero no sé... siento que hay algo raro.

-¡No! ¡No es eso, Iruka sensei! -contestó alzando la cabeza para verle, pero al hacerlo su rubor aumentó y volvió a bajar el rostro.

 

Los dos adultos observaron algo confundidos aquella reacción.

 

-Bueno, si lo dices de esa forma... -sonrió levemente. -Y bien, ¿quién es tu nuevo maestro?

 

Uzumaki cerró los ojos y sonrió feliz al tiempo que soltaba el brazo del pelinegro y lo rodeaba en un abrazo efusivo que hizo trastabillar a Uchiha.

 

-¡Es Sasuke! -exclamó estrujando entre sus manos la camiseta del mencionado para afirmar el abrazo.

-¿Sasuke-kun? -reiteró Sakura, sorprendida.

-Tsk... Tú, ¡suéltame!

-Bueno, se te ve feliz, Naruto, así que supongo que no tengo que preocuparme -comentó Iruka. -Pero podemos juntarnos de vez en cuando para comer ramen, ¿te parece?

-Hun -asintió el rubio en un suave movimiento de cabeza.

 

Hatake observaba todo en silencio, pero notaba algo raro en el ambiente y no era precisamente el ver que aquel kitsune que odiaba el contacto físico hubiera abrazado a Sasuke de esa forma tan efusiva. No, no era eso. Se sentía vigilado. Y al mirar al frente sintió un escalofrío al ver que Sakura y Sai le observaban fijamente, casi sin parpadear. Ella con el ceño levemente fruncido y expresión curiosa y el ANBU con su típica expresión neutra.

 

-¿Ocurre algo? -atinó a decir cerrando su ojo visible en una sonrisita nerviosa.

 

Pero no recibió respuesta, y se percató que también Sasuke le miraba de vez en cuando de una forma algo extraña mientras intentaba sacarse a Naruto de encima.

 

Sakura, Sai y Sasuke habían empezado a observar a Kakashi para poder descubrir si su sensei hacía algo que delatara que mantenía una relación con Umino. Pero todo se veía aparentemente normal. Hatake estaba parado a una distancia prudencial del otro adulto y no se dedicaban miradas cómplices, ni sonrisas.

 

Pero ellos estaban seguros de que su sensei tendría algún descuido. Por eso le miraban sin parpadear siquiera.

 

-Si quieres podemos ir en unas horas a comer ramen, Naruto -seguía hablando Iruka, ajeno a aquellas miradas en su compañero. -Pero primero Kakashi y yo tenemos que ir a dejar esto en la academia.

 

Naruto finalmente soltó a Sasuke del abrazo que mantenía en él para poder ver mejor al adulto.

 

-Hoy no. Pero otro día aceptaré siempre y cuando no venga el erizo pervertido -contestó con una sonrisa.

 

Sakura y Sasuke se tensaron al escuchar aquello último que dijo Uzumaki. Y ambos se lanzaron a la misma vez sobre el rubio para taparle la boca con una mano.

 

-¿Erizo pervertido? -reiteró el ex profesor del rubio. -¿Quién es el erizo pervertido? -esbozó una sonrisa nerviosa al ver lo que hacían Sakura y Sasuke. En Uchiha aquello se le hizo algo raro. -¿Chicos...?

 

Naruto frunció el ceño al verse con la boca tapada, pero eso no impidió que señalara a Kakashi con ambas manos para darle más énfasis.

 

-¿Eh? ¿Yo? -cuestionó curioso Hatake.

 

Iruka reprendió con la mirada al otro adulto al tiempo que hablaba.

 

-¿Ves? Te advertí que leer ese tipo de libros delante de menores no crearía una muy buena impresión de ti.

-Erizo... pervertido... -susurró el jounnin con aire deprimido.

 

Sasuke agradeció a todos los cielos que los adultos pensaran que la acusación de Naruto era por el tipo de libros que leía Kakashi. De pronto separó a Sakura, sin ser brusco, y con prisa se echó al rubio sobre un hombro.

 

-¿Sasuke-kun? -preguntó ella confundida.

-¡Woah! ¡Teme! ¿Qué haces? ¡Suéltame!

-Nos vamos -fue todo lo que dijo Uchiha, empezando a caminar con cierta prisa antes de que el bocazas de Uzumaki dijera algo más.

 

Sai sonrió cerrando los ojos cuando Sasuke pasó por su lado sin dedicarle siquiera una mirada.

 

-Sasuke-kun, sigo pensando que quedaría más romántico si cogieras en Naruto en brazos al estilo nupcial en vez de echártelo al hombro.

 

Un par de venitas palpitantes aparecieron en la sien de Sasuke, pero prefirió ignorarle y seguir caminando como si nada. No dejó al rubio en el suelo hasta que se alejaron tres o cuatro calles.

 

-¡Usuratonkachi! ¿¡En qué estabas pensando!?

-Solo quería que Kakashi sepa lo que es -cerró los ojos y se cruzó de brazos, indignado.

 

Sasuke cerró los ojos brevemente, recordando las palabras de su hermano.

 

-Deberías ser más paciente con Naruto-kun.

 

Paciencia. Ésta bien, lo intentaría de otro modo que no fuera regañándole.

 

-Naruto... Iruka sensei y Kakashi sensei no pueden saber que los viste... en un momento... íntimo -habló sereno, pero balbuceando levemente al no saber como decirlo para que el rubio lo entendiera. -Debe de ser un secreto.

 

Uzumaki frunció levemente el ceño y ladeo la cabeza en señal de duda.

 

-¿Porqué?

-Ah... -suspiró de forma breve. -Les provocarías la misma vergüenza que tú sentiste al verles.

-Oh, entiendo.

 

Uchiha casi sonríe de alivio por haber logrado que Naruto entendiera algo tan pronto. Sí, tal vez su aniki tenía razón y tan solo tenía que ser más paciente con ese cabeza hueca.

 

Por el contrario el kitsune casi aplaude emocionado dando un par de saltitos.

 

-¡Cada vez tenemos más secretos, Sasuke! ¿No es genial? ¡Nuestro símbolo de amistad es cada vez más grande!

-Hn.

 

Prefirió no responderle y dejar al rubio en su mundo de felicidad. Solo esperaba que Naruto supiera guardar los secretos. Aunque bien dicen que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.

 

Sintió como Uzumaki le agarraba de un brazo y tiraba de él, instándole a caminar.

 

-¡Vamos! Ya quiero ir al bosque.

 

El pelinegro no contestó una vez más, tan solo se dejó llevar. Caminaron en silencio hasta que cruzaron el portón de la villa, y el kitsune nuevamente habló.

 

-Hey, Sasuke, ¿después de que entrenes podemos jugar?

-¿...jugar?

-¿A qué jugáis los niños humanos? -sin dejarle al otro decir algo, continuó. -¡Woah! ¿Te puedes creer que esos niños querían jugar conmigo? -cuestionó totalmente emocionado.

-No vamos a jugar, Naruto.

-¿Porqué no? -protestó desilusionado.

-Ya no soy un niño. Hace mucho que perdí interés en los juegos.

-¡Jo...! Eres aburrido. Papá y mamá siempre jugaban conmigo.

 

Paulatinamente Uchiha caminó más despacio hasta que finalmente se detuvo, recordando la expresión de tristeza de Naruto cuando había visto a aquella familia alejarse. Y no era la única vez. Cuando Naruto le mostró el lugar donde sus padres yacían, también le vio aquella expresión. Uzumaki se detuvo y volteó al no escuchar a su amigo caminar tras él.

 

-¿Sasuke?

-...sé que extrañas a tus padres, pero no puedes vivir eternamente en el pasado.

-¿Eh...? -fue lo único que atinó a decir ante aquellas palabras.

-No estoy diciendo que te olvides de ellos, pero es hora de que mires al frente, Naruto. Tus padres no volverán por muy triste que te pongas. No puedes estar deprimido para siempre.

 

El rubio bajó la mirada, esquivando la de Sasuke.

 

-...ya sé que no volverán. Pero me gusta recordarles, me hace sentir menos sólo.

-Te hace sentir triste -corrigió. -Y no estás sólo, idiota.

-¡Ya lo sé! -exclamó frunciendo el ceño. -Pero aun así... a veces... -balbuceó. -No tengo familia, ni hay nadie de mi especie aquí. ¡Estoy sólo entre humanos!

-Naruto...

 

Sin más Uzumaki se dio la vuelta y caminó algo rápido, casi corriendo, y se perdió tras unos árboles.

 

Sasuke no le siguió, concediéndole a Naruto su momento a solas como le había pedido en un principio. Y además, estaban en el bosque, e irónicamente tenía la sensación de que el rubio estaba más seguro ahí que en Konoha. Y más ahora que los aldeanos habían dejado de colocar trampas.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

El área del bosque donde había estado intentando entrenar estaba hecha un desastre. Troncos con cortes o parcialmente quemados, ramas por el suelo, algún que otro árbol tirado, agujeros en el suelo...

 

Había pretendido entrenar, pero había terminado descargando toda su frustración, o al menos parte de ella.

 

De repente se sentía enojado, frustrado, agobiado...

 

Recordando el continuo trato de desprecio que su clan le daba a Naruto, lo que había intentado hacerle esa mañana al rubio, esa expresión de tristeza y nostalgia que no lograba eliminar de Naruto y su estúpido deseo que se empezaba a tornar en obsesión por ver al kitsune con una maldita apariencia adolescente.

 

¡Todo estaba mal!

 

Y para rematar, las últimas palabras que le había dicho a Uzumaki sobre sus padres, y que ahora que lo meditaba tal vez habían sido crueles. Naruto solo era un niño, era normal que extrañara a sus padres. Si hasta él extrañaba a los suyos todavía.

 

Empezó a hacer los sellos para un katon, pero se detuvo. Dirigió la mirada a uno de los troncos en específico y habló algo alto para asegurarse de que era escuchado.

 

-Naruto, sé que estás ahí.

 

Uzumaki salió de su escondite y saltó a una rama del árbol de al lado para poder ver mejor a Sasuke.

 

-Siempre me descubres -se quejó con un puchero infantil, sentándose en la rama.

-No ocultas tu chakra completamente y puedo sentirte.

 

El rubio se cruzó de brazos, un poco frustrado. Apenas había llegado y Sasuke le había descubierto.

 

Había ido a visitar a sus padres, pero el escuchar bastante estruendo en el bosque le hizo dirigirse hacia allí para encontrarse con que el causante de semejante destrozo era Sasuke.

 

-Si sigues maltratando de ésta forma el bosque, me enojaré -advirtió balanceando las piernas hacia delante y atrás, cosa que hizo que su advertencia perdiera toda credibilidad.

-Tsk... -chasqueó la lengua y apartó la mirada. Ahora no podía ni descargar su frustración. Aunque le tranquilizaba un poco el ver que el ojiazul se veía más animado a simple vista. -Oi, Naruto.

-¿Qué?

-¿Lo que dijo Sai sobre los kitsunes es cierto?

 

El rubio se llevó una mano a la boca para sofocar una risilla divertida, sin dejar de balancear las piernas.

 

-¡Oh, sí! -exclamó con un falso tono entre dramático y sarcástico, sofocando su risa. -Deberías alejarte de mí antes de que te haga enloquecer. Si pudiésemos volar, mi padre nunca habría deseado ser un pájaro para poder volar si pudiera volver a nacer. Lo que casi me hace reír fue lo último que Sai dijo.

-¿...lo de que os alimentáis de la energía vital de los humanos a través del contacto sexual?

-Sí, eso -asintió riendo levemente. -¿Te imaginas?

 

Uchiha casi se pone a imaginarlo, pero sacudió la cabeza para evitarlo.

 

-Es cierto que no podemos reflejarnos en un espejo en nuestra forma humana y semihumana. Si me pongo frente a un espejo reflejará mi forma original. También es cierto que muchas veces al transformarnos no podemos ocultar la cola. Como te dije hace tiempo, las orejas y la cola es lo más difícil de esconder. También podemos hacer ilusiones, pero te confieso que yo no sé. Nunca he sido bueno con eso.

 

Uzumaki saltó a pesar de la altura y cayó con agilidad al suelo.

 

-¿Me enseñas a lanzar shuriken? -preguntó de pronto con una sonrisa.

 

Sasuke relajó su expresión al notar que efectivamente Naruto se veía mejor. Asintió con la cabeza y le indicó al rubio con una mano que se acercara, mientras la otra buscaba algunos shuriken de cuatro puntas en su bolso trasero.

 

-¡Genial! -celebró.

-Bueno, observa -comenzó a decir. Tenía un par de estrellas ninja en la palma de la mano izquierda y cogió una con la mano derecha. -No sujetes el shuriken utilizando todos los dedos. Preferentemente hazlo con el pulgar, índice y corazón. Puedes hacer lanzamiento horizontal o vertical. -sujetó la estrella ninja como le había explicado. Y después de asegurarse de que los ojos azules le habían visto, se posicionó separando ligeramente las piernas, con la izquierda más adelantada que la otra, al tiempo que alzaba el brazo derecho echándolo un poco hacia atrás hasta que la mano quedó a la altura de la oreja. -Observa tu objetivo, calcula la distancia y la fuerza que debes emplear en el lanzamiento -lanzó el arma a un tronco algo alejado y en un parpadeo estaba clavada en el centro.

-¡Woah! ¡Quiero probar yo ahora! -exclamó con entusiasmo e impaciencia.

 

El rubio sujetó la estrella que su amigo le dio tal y como había visto, se posicionó pisando con firmeza el suelo, con las piernas separadas y la izquierda más adelantada. Tragó duro, divisando el tronco donde quería clavar al shuriken. En el mismo donde Sasuke lo había hecho. Sin más lanzó, pero fue tan débil que a mitad de camino el shuriken cayó al suelo y para colmo el arma ni siquiera se dirigió al lugar que Naruto quería.

 

Ambos sintieron una gota de sudor escurrirles por la sien. Y al ver que el más pequeño frunció el ceño y hacía un mohín de berrinche y decepción mezclados, Uchiha carraspeó, ofreciéndole después otra estrella a Naruto.

 

-Como son tus primeros intentos, deberías buscarte un objetivo grande, que sea fácil de golpear y que esté cerca. El lanzamiento vertical sería mejor para ti -comentó. Divisó un tronco a unos cuatro o cinco pasos de ellos. -Lanza hacia allí.

 

Naruto lo volvió a intentar con el mismo entusiasmo, pero no tenía muy buenos resultados y empezó a desesperarse con cada intento. Quería hacerlo bien al menos una vez y que Sasuke le elogiara.

 

-No te desesperes, dobe. No vas a aprender en unos minutos. Ahora solo te queda practicar y practicar.

 

Al escuchar aquello el rubio cerró los ojos gruñendo levemente y con cierto enojo lanzó el shuriken sin siquiera fijarse. Abrió los ojos al escuchar el inconfundible sonido del arma clavándose en la madera. Y sonrió feliz al ver la estrella clavada en uno de los troncos.

 

-Bueno... ese lanzamiento no ha estado mal. Aunque fuese con los ojos cerrados.

-¡No los he cerrado! Solo los había entrecerrado un poco para fijar mejor mi objetivo.

-Mn... ¿a quién no le gustaba mentir?

 

Uzumaki se llevó una mano a la boca y después sonrió avergonzado mientras se rascaba la cabeza. Sin darse cuenta, mentir se estaba convirtiendo en algo habitual que hacía sin darse cuenta.

 

Recogió una de las estrellas que yacían en el suelo y se preparó para lanzar nuevamente. Cuando alzó el brazo dispuesto a lanzar, sintió que Sasuke le sujetaba la muñeca con suavidad desde atrás.

 

-No lo estás haciendo bien -explicó con voz serena. -Flexiona un poco más la rodilla izquierda y también inclínate ligeramente hacia delante. No apartes la mirada en ningún momento del objetivo.

-Aja -respondió obedeciendo dócilmente a las explicaciones.

 

Sasuke todavía no había soltado la muñeca de Naruto, así que le instó a que doblara un poco más el brazo con un movimiento suave.

 

-Ahora lanza moviendo el brazo en línea recta hacia abajo con un movimiento rápido y fuerte. Con firmeza, como si tu brazo fuera una espada.

 

Uzumaki asintió moviendo apenas la cabeza y frunciendo el ceño con un brillo de determinación en sus ojos. Sentía que ahora era capaz de hacerlo. Cuando Sasuke le soltó la muñeca y lo escuchó retroceder un par de pasos, lanzó tal y como le había indicado. La estrella golpeó en el centro del tronco y quedó débilmente clavada en el, amenazando con caerse, pero finalmente no lo hizo.

 

-¡Lo conseguí! -celebró el rubio alzando un puño al cielo con alegría.

-Ahora solo resta que lo intentes una y otra vez -comentó alzando levemente una de las comisuras de los labios en una media sonrisa. -Siempre debes recoger las estrellas con la mano izquierda, y solo sujetarlas con la mano derecha cuando vayas a lanzar. Sujetar el shuriken con la mano derecha te dará un aire ofensivo aunque en realidad no pretendas atacar.

-¡Entendido! -asintió.

-Bien -permaneció unos segundos en silencio, hasta que se decidió a seguir hablando. -...Itachi me dijo que le habías pedido que te enseñara a lanzar shuriken.

-Oh... sí -respondió algo inseguro. Recogió todos los shuriken y se los entregó a su amigo que los guardó en su bolsillo trasero. -Como estaba algo enfadado contigo, preferí pedírselo a él antes de que bajaras a comer. ¡Pero...! -agregó rápidamente. -Pero si tú me enseñas soy más feliz.

-...idiota -susurró para sí mismo, cerrando los ojos con una expresión tranquila que no duró mucho tiempo porque una duda le asaltó de pronto. -Naruto...

-Dime.

-¿Porqué dormiste anoche conmigo? ¿Tenías frío? ¿O simplemente... querías estar conmigo?

-Anoche tuve un sueño horrible -ante el silencio de su amigo, continuó hablando. -Estaba en el barrio Uchiha, y de repente había muchos ojos rojos mirándome de forma extraña. ¡Y luego, de la nada apareció Uchiha Madara y me mató clavándome su espada en el corazón! -casi gritó agitando los brazos con nerviosismo.

-Cálmate, solo fue un mal sueño.

-Ya lo sé -contestó más tranquilo. -En mi sueño quería ir contigo para estar a salvo, pero tenía tanto miedo que no me pude mover, y Madara me mató.

 

A la mente de Sasuke llegaron las palabras de su hermano dichas la noche anterior.

 

-El miedo provoca varias reacciones: quienes se sienten más fuertes, atacan lo que les asusta, unos se quedan paralizados y otros huyen. En Naruto-kun predomina la segunda opción, en alguna ocasión la tercera y casi nunca la primera.

 

Y como siempre, su hermano tenía razón. Nunca se equivocaba. Si hasta el mismo Naruto reconocía que el miedo le había paralizado.

 

-Siendo sincero, pienso que Naruto-kun no sobreviviría si participase en la pelea que se avecina.

 

La expresión de su rostro se volvió sombría por momentos. Apretó los labios hasta que formaron una delgada línea recta, y ocultó la mirada tras el flequillo.

 

-Pero mi miedo se fue cuando me dejaste dormir contigo...

-Naruto -interrumpió con un llamado serio.

-¿Um?

-Pelea conmigo. Ahora.

 

Naruto ignoró el irritante tono demandante que tanto odiaba en Sasuke y asintió con una sonrisa, preparándose para saltarle encima al pelinegro como otras veces había hecho. Pero la voz de su amigo le detuvo.

 

-Ésta vez será diferente. Quiero que me ataques con todo lo que tengas, si quieres liberar alguna cola, hazlo. Está bien.

-¿Qué...? -intentó preguntar algo, pero fue interrumpido.

-Atácame como atacaste a los hermanos Takahashi -instruyó.

 

Uzumaki abrió un poco más los ojos por la sorpresa y después parpadeó incrédulo. Sasuke le estaba pidiendo que le hiciera daño de verdad. Sus "peleas" siempre habían sido breves y sencillas, más bien eran algo así como un juego, cuando iba a espiar a su amigo en su entrenamiento, le saltaba encima a Sasuke y éste le tiraba al suelo haciéndole morder el polvo. Eso era todo. Negó con un movimiento firme de cabeza.

 

-¡No voy a hacer eso!

-Hazlo -ordenó serio.

-¡No! -insistió tajante. -Es más, ni siquiera sé que le hice a esos humanos. Ya te dije que tenía tanto miedo que perdí el control.

-Tsk...

 

Sasuke frunció más profundamente el ceño sin mirar al rubio. Otra vez esa condenada palabra: "Miedo". Hasta ahora no había notado lo ligada que estaba esa palabra a Naruto.

 

-Si vas a ayudar a Konoha en la invasión, no pienses que el enemigo simplemente te lanzara al suelo y se marchará. Intentará matarte.

 

Naruto bajó la cabeza y frunció levemente el ceño, como si meditara algo.

 

-Pues entonces pelearé con el enemigo con todo lo que tengo. ¡Pero no contigo!

 

El pelinegro bufó de forma breve pero audible, hastiado por la terquedad del rubio.

 

-Naruto... ¿recuerdas la noche que dormí en tu cueva por primera vez? En aquella ocasión te enfureciste, liberaste una cola además de la que siempre muestras y me atacaste -alzó una mano y se señaló el protector de la frente con el dedo pulgar, concretamente el arañazo horizontal que atravesaba todo el símbolo de la hoja. -¿Te acuerdas?

 

-Es más... desde mi punto de vista te ves bastante débil.

 

Naruto asintió con una clara mueca de arrepentimiento. Recordaba que el detonante de su enfado fue que Sasuke le golpeó y le llamó "débil". Pero por suerte en ese momento se encontraba sin fuerzas tras lo que Itachi le hizo en el bosque, y también estaba hambriento, así que no pudo hacerle más que aquel arañazo en el protector al pelinegro. Cosa que ahora le aliviaba inmensamente.

 

-Si en aquella ocasión no te importó pelear en serio conmigo, no debería importarte ahora.

-¡No es lo mismo! -discutió. -¡En aquel momento no eras importante para mí!

 

Algo dio un fugaz vuelco en el interior de Uchiha tras esas palabras que admitían que era importante para Naruto. Pero alejó rápido esa sensación y se posicionó separando ligeramente las piernas, percibiendo al momento que los ojos azules le observaban con cierta desconfianza que desde hace tiempo no veía.

 

-Durante la pelea el enemigo puede hacerse pasar por alguien conocido para ti con un henge para engañarte. ¿Y...? ¿Qué harás entonces? ¿Esperarás paciente a que te mate?

-N-no... Yo...

 

Dejó de balbucear al ver desaparecer a Sasuke en un pestañeo. Algo nervioso paseó la mirada a su alrededor, pero no había rastro de él. De pronto sintió una suave brisa fugaz acompañada del aroma de su amigo, y medio segundo después, una respiración tenue golpeando contra su oreja izquierda desde atrás. Se tensó completamente cuando el pelinegro tras él comenzó a hablarle al oído.

 

-El enemigo no siempre atacará de frente -metió un pie entre las piernas de Uzumaki para hacerle trastabillar. -¡Vigila también tu espalda! -completó dándole una patada en un costado al más pequeño que le hizo rodar un poco por el suelo.

 

Naruto se arrodilló algo adolorido, llevándose una mano a la zona golpeada. Frunció el ceño, fulminando a Sasuke con la mirada.

 

-Con esa mirada no vas a conseguir nada -dijo con voz algo seria al tiempo que caminaba lentamente hacia el rubio. -Siempre has presumido de ser fuerte. Ésta es tu oportunidad para demostrar si realmente lo eres y hacer que no sean simples palabras huecas.

 

El kitsune se puso de pie y retrocedió un paso sin abandonar la mirada que le dedicaba al otro. Apretó los puños y se decidió a lanzarse sobre Uchiha, pero una vez más el pelinegro había desaparecido en un parpadeo y apareció frente a él, muy cerca, sobresaltándole.

 

-¡Es rápido! -masculló para sí mismo.

 

Sasuke le propinó un fuerte puñetazo en el estómago al rubio, sacándole el aire y un ahogado quejido de dolor, seguido de una patada en la mejilla derecha que lo derribó al suelo de forma aparatosa.

 

Naruto jadeó adolorido y apoyó las manos en el suelo para incorporarse. Pero al ver que Uchiha se había acercado de nuevo y se había detenido frente a él, alargó los brazos y agarró al otro de los tobillos con fuerza, dando un sorpresivo tirón que lanzó al pelinegro de espaldas al suelo. Se habría reído en otro momento por una caída tan tonta de parte del perfecto Uchiha Sasuke, pero en lugar de eso se puso de pie lo más rápido que pudo y se lanzó sobre él. Pero a medio camino ambos pies de Sasuke impactaron contra su pecho, siendo él ahora quien caía de espaldas al suelo e incluso rodando una vez.

 

Sasuke se puso de pie sin mayor dificultad y curvó ligeramente los labios hacia arriba en una sonrisa satisfecha al ver que por fin lograba lo que quería. Por fin Naruto iba a pelear. Adoptó una pose defensiva al verlo ponerse de pie, tal vez el rubio liberaría un par de colas y había que añadir a eso que era bastante rápido.

 

Escuchó a Uzumaki toser brevemente mientras se sobaba el pecho y respiraba de forma jadeante. Sin darle tiempo a reponerse, corrió hacia él y le lanzó un puñetazo en la cara, pero Naruto consiguió esquivarlo por poco saltando hacia atrás para apoyar fugazmente los pies en el tronco de un árbol cercano y así tomar impulso para saltar sobre Uchiha, pero no esperó que Sasuke también saltara hacia él.

 

-¿¡Qué crees que haces, Naruto!? ¡Muéstrame tu poder!

 

Después de ese grito, el kitsune solo sintió una fuerte patada en la espalda que lo envió con rapidez al suelo, golpeándose duramente el pecho.

 

El rubio se quejó de forma ahogada, sintiendo incluso falta de aire por un momento fugaz. Respirando de forma pesada, se incorporó y giró buscando encontrar al pelinegro.

 

-¿Esta es toda tu fuerza? -cuestionó Uchiha, serio y burlón. -Muéstrame tu poder -reiteró con un tono demandante.

 

Sasuke permaneció quieto a unos pasos del otro, sus ojos se encontraron con los azules tan solo un par de segundos. Después de eso, observó totalmente sorprendido como el rubio se daba la vuelta y salía a correr. ¡Un momento! ¡...estaba huyendo!

 

-¿Qué demonios...? -

 

Sin perder más tiempo hizo unos rápidos sellos y al instante un clon apareció frente a Naruto, cortándole el paso y haciéndole detenerse con su sola presencia.

 

El kitsune miró reiteradas veces tras él y al frente, viendo totalmente pasmado a los dos pelinegros. Era la primera vez que veía un bunshin. Cuando Jiraiya le entrenaba, le prometió que le enseñaría a crear clones cuando aprendiera a moldear y ocultar su chakra, pero eso nunca llegó a ocurrir.

 

¿Y ahora qué? Como si no tuviera suficiente con Sasuke, ahora también su clon seguramente se uniría a golpearle.

 

Sorpresivamente un brazo le rodeó el pecho desde atrás, atrapando también sus brazos. Al instante se removió con fuerza.

 

-¡¡Suéltame!! -demandó en un grito furioso.

 

Los ojos azules empezaban a cobrar leves reflejos rojizos por momentos. Sintió la mano libre de Uchiha posarse en su frente, y después se vio siendo atraído al cuerpo tras él, quedando su cabeza casi recostada sobre uno de los hombros del más alto. Su nerviosismo y enojo disminuyeron al sentir el acelerado golpeteo de los latidos del corazón del pelinegro chocando contra su espalda. Aunque no entendía porque latía así si apenas se había movido y en todo momento se había mostrado calmado. El corazón de Sasuke latía tan fuerte como el suyo.

 

-Calma, Naruto -habló con voz serena.

 

El aludido se permitió relajarse entre los brazos de Uchiha a pesar de lo ocurrido, y más después de que el bunshin desapareciera en una nube de humo.

 

-¿Estás bien? -cuestionó Sasuke con el mismo tono de voz.

-Sí. El dolor se pasa pronto gracias a mi poder de sanación.

 

Sasuke tan solo cerró los ojos, queriendo limitarse solamente a ese momento y no pensar ni decir nada. Solo sentir a Naruto cerca y nada más. Pero inevitablemente una de las comisuras de sus labios se alzó ligeramente y dejó escapar el aire por la nariz en un intento de sonrisa resignada.

 

No sabía si Naruto había reaccionado así por miedo, o quizá no quería dañarle porque era él quien le atacaba. Pero lo que estaba claro era que de haber sido esa una pelea real, el rubio habría muerto antes del primer minuto.

 

Se preguntó como demonios había podido Naruto dejar en ese estado a los hermanos Takahashi y a todos aquellos aldeanos que iban al bosque a cazar zorros. Tal vez el odio tan intenso que antes tenía a todos los humanos era un buen impulsor para que Naruto atacara.

 

Su sonrisa resignada aumentó un poco.

 

-¿Y así pretendes convertirte en ninja de Konoha? -preguntó con un tono de voz desapasionado.

 

El rubio bajó la mirada, ya que por culpa de la mano en su frente no pudo bajar la cabeza. Él quería ser ninja, realmente quería serlo. Pero cuanto más tiempo pasaba junto a los humanos, más le sorprendía lo increíblemente fuertes que eran. Él siempre pensó que los humanos eran una raza débil y patética. Todos excepto Uchiha Madara. Y por eso no les temía, tan solo los odiaba pero a parte de eso no le inspiraban nada más.

 

Pero después conoció a Itachi y tras intentar dañarlo creyendo que él era Madara, quedó en un estado lamentable. También estaba Jiraiya, quien había comprobado que también era fuerte tras haberle estado entrenando unos meses, aunque estaba seguro de que no había visto ni la mitad de la fuerza del sannin. También estaba Lee que aunque siempre tuviera peleas amistosas con él, le era imposible ganarle. Sakura, que a pesar de ser una chica poseía una fuerza monstruosa. Shikamaru y sus extrañas técnicas con sombras. Incluso en la pelea amistosa que tuvo con Itachi en el jardín interior de la casa, o con Sasuke cada vez que iba a espiarle al bosque para verle entrenar, tampoco había podido ganarles nunca, ni siquiera darles un buen golpe.

 

Y con el tiempo se dio cuenta de que los humanos no eran precisamente una raza débil y patética. Y cuando menos lo esperó el miedo había empezado a ganar terreno en él y no tenía idea de cómo combatirlo. Últimamente se sentía intimidado a cada momento cuando recapacitaba en que vivía entre humanos, los enemigos de los kitsunes, quienes anhelaban cazarles para beberse su sangre. No todos eran así, pero sí la gran mayoría.

 

A veces se preguntaba seriamente porqué seguía permaneciendo en Konoha, cuando sabía de sobra que estaría más seguro en su amado bosque, pero entonces recordaba la promesa que le hizo a Sasuke sobre ayudar a la aldea el día que éste le encontró llorando en su cueva.

 

Y él siempre cumplía lo que prometía.

 

Además, debía confesar que le gustaba mucho estar con Itachi y Sasuke. Se había encariñado demasiado con ellos y los sentía como si fuesen su nueva familia.

 

-Yo quiero ser ninja -contestó al fin la pregunta de Sasuke. -¡Lo seré! Quiero poder proteger a las personas que quiero.

 

Sasuke quiso creer en las palabras decididas que aseguraban que sería ninja, pero no pudo. Y en su cabeza una odiosa vocecita le estaba susurrando algo que el quería ignorar pero que en el fondo sabía que era lo mejor.

 

Era lo mejor, pero él no quería eso.

 

Pero por una vez en su vida dejaría de ser un egoísta. Haría lo que debía y no lo que quería.

 

Estaba decidido.

 

Soltó a Naruto del abrazo que todavía mantenía en él y empezó a caminar tranquilamente en dirección a la aldea, escuchando al instante los pasos de Uzumaki tras él, siguiéndole.

 

Había tomado una decisión y no se echaría atrás.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^

 

Siento no haber actualizado antes. Como sé que a nadie le interesa mi vida, no pondré excusas y me limitaré a decir que me fue totalmente imposible actualizar.

 

¿Adelanto del capitulo 17? Bien, aunque no estaba segura de qué parte poner:

 

"Pensó que ese era el momento adecuado para hacerle saber al rubio la decisión que había tomado con respecto a él. Ya podía visualizar en su mente la estúpida expresión feliz que pondría al saberlo.

-Naruto...

-¿Tampoco me vas a besar más?

Sasuke parpadeó una vez con clara confusión. La voz de Naruto no había sonado aliviada al preguntarle aquello, al contrario. Giró la cabeza para encarar al kitsune, encontrándolo con las orejas gachas y una expresión de tristeza y decepción mezcladas, como si acabara de darle la peor noticia de su vida.

-¿Qué tonterías preguntas? Claro que no.

-¿Porqué no? -cuestionó al instante. -¡A mí me gusta cuando me besas! 

El corazón del pelinegro se aceleró brevemente, aunque pudo mantener una expresión impasible."

 

¿Sabías qué...?

Otras habilidades sobrenaturales que se le atribuyen comúnmente al kitsune incluyen la posesión, la aparición de fuego o luz en la boca o en las colas (son conocidos como kitsune-bi; literalmente "zorro de fuego"), la manifestación voluntaria en los sueños de otros, la capacidad de volar, invisibilidad, y creación de ilusiones bien elaboradas que son casi indistinguibles de la realidad.

En algunas historias se menciona al kitsune con poderes más grandiosos, como curvar el tiempo y el espacio, volver locas a las personas, o tomar formas fantásticas como un árbol de considerable altura o una segunda luna en el cielo. Otros kitsune tienen características similares a los vampiros o los súcubos y se alimentan de la energía vital o del espíritu de los seres humanos, generalmente a través del contacto sexual.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capitulo!


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