Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capitulo 18: "Distancia":

 

Naruto caminaba con paso extremadamente lento y casi desganado por las calles de Konoha. Su expresión estaba mezclada a partes iguales entre preocupación y tristeza. Iba tan perdido en sus pensamientos que no se molestaba en esquivar a las personas que venían de frente para no chocar con ellas, pero ese no era un gran problema ya que los demás le esquivaban incluso antes de llegar a él.

 

El motivo de su estado de ánimo era Sasuke.

 

Dos semanas habían pasado desde aquella noche en la que habían dormido juntos, y habían sido las dos semanas más largas de toda su vida. Desde el día siguiente a esa noche, algo había cambiado en Sasuke, lo notaba a cada momento más frío, esquivo y hasta malhumorado. Al principio pensó que a Uchiha eso se le pasaría pronto, pero con el paso de los días notó que ese trato tan seco solo se lo daba a él, con los demás se veía tan tranquilo como siempre.

 

El único momento en el que cada día podía compartir un rato con su amigo, era cuando le daba clase para enseñarle algo. El resto del día cada uno iba por su lado. A pesar de la presencia de Itachi, Naruto empezó a sentirse sólo, lo que provocó que buscara compañía y afecto en sus otros amigos.

 

Ino y Sakura tomaron costumbre de ir a menudo a buscarle para salir todos juntos, y así de paso poder ver a Itachi, a Sasuke, o a los dos y así recrearse la vista. Naruto aceptaba encantado, y a pesar de pedirle al pelinegro que saliera con ellos, éste siempre negaba alegando que tenía cosas que hacer.

 

Un día Sasuke le llevó a una tienda para comprarle ropa abrigadora, tal y como le dijo. Se sintió feliz y por un momento pensó que todo volvería a estar bien entre ellos. En la tienda, Naruto se enamoró a primera vista de un chándal de color naranja con un poco de azul en la chaqueta y un cuello alto y blanco. Sonrió ligeramente al recordar lo que le dijo su amigo cuando literalmente le suplicó que le comprara esa prenda, afirmando que con esa ropa parecería todo un shinobi:

 

-¿Qué mundo ha conocido un ninja vestido de naranja?

 

Aun así, el pelinegro terminó comprándole ese chándal, junto con otras prendas. Ambos tuvieron que salir casi corriendo de allí, excusándose con que tenían prisa, cuando la dependienta le sugirió con una sonrisa que se mirara en un espejo para que viera como le quedaba ese chándal naranja del que se había enamorado a primera vista.

 

El espejo hubiese reflejado su verdadera forma y eso habría sido todo un problema.

 

Sin dejar de caminar por la calle con el mismo desgano, se observó a sí mismo. La parte de él que podía ver no era mucha, pero Itachi le había dicho que ese chándal naranja, que casualmente ahora mismo también portaba, le quedaba bien. Aunque él prefería que se lo hubiera dicho Sasuke. Le había gustado tanto, que no quiso hacerle un agujero al pantalón. Siempre tomaría su apariencia humana para vestir esa prenda.

 

Dejó escapar un largo y sonoro suspiro al recordar que de repente su amigo se había vuelto más mandón que de costumbre. Sasuke ya no le dejaba dormir sobre su adorado cobertor y le había obligado a dormir adecuadamente en un futón, cosa que le enfureció y le hizo tener una larga discusión con el pelinegro que incluso llegó a los golpes y de la que salió perdedor, dejándole totalmente frustrado. No le dejaba comer nada con las manos, si desordenaba algo debía de ordenarlo al instante, y le obligaba a hacer parte de las tareas del hogar. Aunque lo último no le molestaba, era aburrido hacerlo, pero con el tiempo había aprendido que debía hacerlo. Al más mínimo error que cometía, ahí estaba Sasuke para reñirle.

 

Recordaba que hace tiempo, cuando empezó a vivir en Konoha, Sasuke le hizo saber esas reglas, pero después de un periodo de tiempo insistiéndole, dejó de intentar obligarle hacer esas cosas al no obtener resultado.

 

Un par de veces trató de besarle, cuando los ánimos entre ellos parecían estar calmados y le daban una falsa sensación de que todo estaba bien. Pero Sasuke le había rechazado con una mirada fulminante que le provocaba escalofríos a lo largo de la columna vertebral.

 

Por primera vez pensó que tal vez Sasuke le odiaba. Pero rápido descartó esa opción, ya que él no le había hecho nada al pelinegro para merecerlo.

 

Empezó a visitar el bosque cada vez con más frecuencia y pasaba horas enteras allí, correteando de aquí para allá, jugando él sólo como había hecho toda su vida, visitando a sus padres, bañándose en el río, o simplemente se quedaba sentado tranquilamente en su cueva. A pesar de que algunos días volvía a casa entrada la noche, su amigo nunca le preguntaba donde había estado, clara señal de que no le importaba lo más mínimo. Tan solo Itachi le decía cosas como:

 

-Naruto-kun, no deberías volver tan tarde.

 

-Estaba a punto de salir a buscarte, Naruto-kun, me tenías preocupado.

 

Después se descubría a sí mismo observando a Sasuke de forma suplicante, ansioso porque le preguntara dónde había estado y porqué regresaba tan tarde a casa, pero su amigo tan solo apartaba el rostro y prestaba atención a cualquier cosa que no fuera él.

 

Hace un par de días, estando en el bosque se le ocurrió una pequeña travesura: pasaría la noche en su cueva y no volvería a casa. Aprovecharía que Itachi había salido de misión y no estaba en la aldea. Estaba totalmente convencido de que ésta vez Sasuke sí se preocuparía por él y saldría a buscarle, tal y como hizo aquella vez cuando le buscó junto a Sai y Sakura para que volviera a Konoha. Y seguro que volvería a abrazarle como en aquella ocasión, para después insistirle en que regresara a Konoha. ¡Y entonces todo estaría bien entre ellos!

 

Pero su intento de llamar la atención del pelinegro fue un total desastre. Para colmo no pudo dormir bien, despertó innumerables veces para ver si por casualidad Uchiha estaba en la cueva, pero al no percibir su aroma sabía que no había rastro de él en el bosque, y precisamente por no sentir su aroma le costó dormir. A la mañana siguiente, al volver a casa encontró a su amigo desayunando tranquilamente en la cocina, y éste al notar su presencia tan solo le dedicó una breve mirada mientras decía:

 

-Mn... has vuelto.

 

A Naruto le dolió ese tono despreocupado que para él sonó más bien como un: "¿Ya estás aquí? Vaya por Dios".

 

No entendía porque Sasuke estaba tan distante. No lo entendía. ¡No podía entenderlo!

 

Lo que sí sabía es que no había hecho nada para merecer ese trato y ya se estaba cansando de permanecer en esa casa. A veces sentía deseos de volver a su querido bosque y no poner un pie en Konoha hasta que el Sonido atacara. Pero el solo pensar en alejarse de Sasuke, Itachi y todos los amigos que había hecho hasta ahora le provocaba una sensación desagradable.

 

Aunque bueno, con Sasuke no habría mucha diferencia. Ambos estaban tan distantes, que si no fuera porque vivían en la misma casa y dormían en la misma habitación, no se verían ni hablarían nunca.

 

-¡Oi, Naruto!

 

Aquella voz le sacó de sus recuerdos. Se detuvo y miró a su derecha, encontrándose con Teuchi-san. Parpadeó sorprendido al descubrir que estaba pasando junto a Ichiraku y ni se había dado cuenta. Ahora el aroma inconfundible del ramen le inundaba los sentidos y empezaba a provocarle hambre.

 

-Chico, ¿a qué viene esa cara tan larga? -preguntó el hombre. -Es raro no verte con una sonrisa.

-Ah... bueno... -balbuceó sin saber qué decir.

-Sé qué te animará: ¡un buen tazón de ramen!

-¡Woah, eso sería genial! -exclamó con una sonrisa, pero ésta se desvaneció rápido al darse cuenta de algo. -Pero no tengo dinero.

-Eso no importa. ¡Ven! -con un brazo le indicó que se acercara. Cuando tuvo al rubio lo suficientemente cerca, le dijo en un tono confidente. -Siéntate, invita la casa.

-¿De verdad? ¡Gracias! -casi gritó, sentándose en un taburete.

 

El rubio sonrió nuevamente, y ahora que tenía frente a él un suculento tazón de ramen, veía las cosas de otro modo. Desde ese momento dejaría de lamentarse y preguntarse porqué Sasuke se mostraba tan distante. Hablaría con ese teme y solucionarían las cosas.

 

-¡Que aproveche! -exclamó ensanchando su sonrisa.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Sasuke se dejó caer sentado en su cama con cierta pesadez. Se le hacía algo raro ver vacío el espacio donde antes siempre permanecía el adorado cobertor de Naruto. Espacio que ahora era cubierto únicamente por las noches con un futón en el que el rubio no se acostumbraba a dormir todavía. El pesado silencio que reinaba en la casa le desagradaba. No se escuchaba el más mínimo ruido, ni siquiera el miserable trinar de un pájaro. Itachi no estaba en casa, aunque de haber estado seguro que no habría mucha diferencia porque su hermano era una persona calmada y silenciosa.

 

Las dos últimas semanas habían sido las más largas de toda su vida. Recordar su comportamiento en ese periodo casi le daba ganas de reír. Todavía no había sido capaz de decirle a Naruto la decisión que había tomado sobre él, y eso le hacía enojarse consigo mismo. Lo único que había atinado a hacer era alejar al rubio dándole un trato frío y hasta desagradable. Eso era lo mejor, Naruto debía de alejarse, tenía que estar lejos. Lejos de él, de Konoha... Pero a pesar de ese trato, Uzumaki acababa regresando a él, y eso le alegraba y frustraba a partes iguales.

 

Todos sus pensamientos y sentimientos estaban revueltos, concentrados y retorciéndose constantemente.

 

El pesado silencio fue roto por el sonido de unos pasos dentro de su habitación. Rápido alzó la cabeza, pensando por un fugaz momento que era Naruto, pero al momento de hacerlo recapacitó en que el rubio nunca caminaba tan silencioso. Era como un torbellino, haciendo ruido y dejando destrozos a su paso. Y estos pasos que él escuchaba ahora eran suaves.

 

-Hermano -habló mirando al mencionado que vestía su uniforme ANBU, parado de pie frente a él. Acababa de llegar de su última misión. -Bienvenido.

-La quinta dice que quiere veros a Naruto-kun y a ti en su despacho -habló con su típica serenidad. Dio un breve vistazo general a la habitación, y agudizó el oído por si escuchaba algún ruido, pero solo había silencio. -¿Dónde está Naruto-kun?

-...no lo sé -fue todo lo que contestó.

-Cada vez está en casa con menos frecuencia -comentó, como si solo él hubiese notado ese detalle.

 

Sasuke tan solo se encogió de hombros, dándole a entender a su hermano que lo sabía pero que le daba igual.

 

El mayor observó fijamente al otro, como si así pudiese leer sus pensamientos. Pero Sasuke tan solo le devolvía una mirada impasible, hasta que segundos después le vio alzar con sutileza una ceja en señal de duda.

 

-¿Quieres algo más, Itachi?

-¿Recuerdas... la conversación que tuvimos sobre Naruto-kun en el verano? -cuestionó manteniendo el mismo tono de voz calmado. -Aquel día que Sakura vino a traerte un regalo por tu cumpleaños -especificó. -Me preguntaste que si por el bien de la aldea estaba bien tratar a alguien como una herramienta.

 

-Itachi... -le llamó, algo indeciso. -Si es por el bien de la aldea, entonces... ¿está bien tratar a una... -no sabía si decir "persona", "criatura" o como calificarle. -... a alguien como una herramienta?

 

Sasuke asintió una vez con un suave movimiento de cabeza, recordando aquello en silencio. Aunque se preguntaba interiormente a qué venía aquella duda.

 

-¿Todavía ves a Naruto-kun como un arma que ayudará a Konoha?

 

Al instante el menor frunció el ceño, sintiéndose entre desconcertado y molesto.

 

-¿Porqué me preguntas eso? -cuestionó con cierta seriedad.

-Aunque no haya dicho nada, en los últimos días he notado un evidente distanciamiento entre vosotros. Naruto-kun solo viene a casa para comer y dormir, y constantemente lo veo algo deprimido -explicó. -Os veíais bien juntos, como buenos amigos, y ahora de repente estáis como al principio, o incluso peor. Por eso quiero saber si todas tus atenciones hacia Naruto-kun en el pasado eran parte de algún plan tuyo para utilizarlo como un arma en el futuro.

 

El menor apretó los labios y empuñó ambas manos contra el colchón, logrando que sus nudillos se volvieran algo más blancos que el resto de su piel. Era normal que Itachi pensara eso de él teniendo en cuenta que hace unos meses él mismo le confesó que solo veía a Naruto como un arma, pero aun así odió enormemente que su hermano siguiera teniendo esa idea de él. Se sintió ofendido.

 

Por un momento se vio tentado a desahogarse y contarle a su hermano como se sentía, sus enredados pensamientos y el porqué de su actitud actual con Naruto. Decirle cual era su decisión sobre el rubio, que quería que éste volviera al bosque para que estuviera tranquilo y a salvo. Pero si el kitsune llegaba a enterarse de sus verdaderas intenciones, su plan no resultaría, Naruto no se alejaría, no volvería a su bosque.

 

Sin más se puso de pie y sacó del armario su chaleco chuunin, poniéndoselo mientras salía de su habitación.

 

-¿Sasuke?

-Voy a buscar a Naruto. No quiero hacer esperar más a la quinta o sino tendré que soportar su mal humor.

 

Itachi no siguió a su hermano y se mantuvo pensativo. Normalmente podía leer a través de ese rostro impasible en su hermano, y para él estaba claro que algo atormentaba a Sasuke. Podía asegurar casi con totalidad que ese "algo" era Naruto-kun.

 

Pero se sentía un poco confundido con aquella actitud de su hermano. De repente era como si Naruto-kun no le importara. En los últimos días el rubio había regresado realmente tarde a casa, y en ningún momento había visto en Sasuke la más ligera mueca de preocupación, ni el mínimo indicio de que quisiera salir a buscarle para cerciorarse de que nada le había pasado.

 

Era igual que aquella vez que Naruto-kun estuvo desaparecido un mes. Su hermano se veía relajado y tranquilo, mientras que todos los demás, incluido él mismo, estaban preocupados por el rubio:

 

-¡Si tanto te preocupa Naruto, ve a buscarlo tú mismo! -casi gritó, sin mirarle. -Ahora, ¿podemos hablar de otra cosa? -más que una sugerencia, sonó como una orden.

-Me he fijado en como sonreía Naruto-kun cuando te miraba -comentó tranquilo, ignorando descaradamente el enojo de su hermano. -Le agradabas mucho, más de lo que quería aparentar.

-Pues lo siento por él, se encariñó de la persona equivocada porque no es algo reciproco -contestó con frialdad, hastiado.

 

Había algo raro ahí, algo le pasaba a Sasuke y estaba claro que éste no quería decírselo.

 

Hace unas semanas había empezado a pensar que su tonto hermano menor estaba albergando sentimientos por Naruto-kun, cosa que no le disgustaba para nada, solo quería que Sasuke fuera feliz. Por eso, cuando aquella noche hace un par de semanas encontró a su hermano en el jardín interior y le preguntó qué haría él en su lugar, viéndose algo angustiado aunque intentara mostrar su rostro impasible, disimuladamente le aconsejó que aprovechara el momento, que fuera feliz con Naruto sin importar que éste fuera un kitsune o un chico. Aunque no se lo dijo claramente porque sabía que su tonto hermano menor se enojaría, alegando que él no necesitaba esos consejos porque no estaba enamorado del rubio.

 

-No importa si es un chico, o un kitsune. Está bien así mientras los dos sintamos lo mismo -contestó con sencillez.

 

-Precisamente por eso dejaría mis dudas a un lado y aprovecharía cada día, cada momento de mi vida junto a Naruto-kun. En comparación a un kitsune, la vida de los humanos es muy corta, y más la de un ninja que constantemente tiene que arriesgar su vida.

 

Pero tal vez sus pensamientos y suposiciones habían sido erróneos. A lo mejor Sasuke seguía "queriendo" a Naruto por interés, única y exclusivamente como un arma que ayudaría a Konoha, tal y como en un principio.

 

Aquel último pensamiento le hizo sentirse ligeramente decepcionado de su hermano. Era consciente que desde la muerte de sus progenitores, el carácter de Sasuke había cambiado a uno más frío, calmado y hasta algo antisocial, pero nunca imaginó que tuviera la sangre fría de utilizar a un niño para llevar a cabo sus planes, en éste caso: proteger Konoha.

 

Tanto su hermano, como él, sabían perfectamente que la aldea estaba llena de excelentes ninjas. Konoha tenía un buen poder militar. Por eso no entendía la insistencia de Sasuke en usar al kitsune de esa forma.

 

Naruto-kun no merecía aquello, y menos después de todo lo que había sufrido.

 

En ese caso, para él lo mejor era que Naruto-kun regresara a su bosque, lejos de las garras de su egoísta hermano.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Con una amplia sonrisa de felicidad plasmada en el rostro, Naruto se palmeaba el estómago con ambas manos. Al final, el bueno y generoso Teuchi-san le había invitado a dos tazones más de ramen.

 

Se detuvo en seco al percibir el aroma de Sasuke cada vez más cerca. Lo buscó con la mirada al instante. Dio un respingo al ver al pelinegro caer de pie frente a él tras haber saltado del tejado de una casa cercana.

 

Los ojos azules observaron con desconcierto al otro, esperando que tal vez Uchiha le ignorara como venía haciendo últimamente.

 

-Te estaba buscando -habló el pelinegro.

 

La sonrisa volvió a aparecer en los labios de Naruto al tiempo que se señalaba a sí mismo con gesto incrédulo.

 

-¿A mí?

-Vamos -instruyó, comenzando a caminar.

-¿Adónde? -preguntó con entusiasmo, siguiendo a su amigo.

-A la torre Hokage, la quinta quiere vernos.

 

El rubio tan solo asintió, algo decepcionado al saber que Sasuke solo le buscaba por ese motivo. No avanzaron mucho cuando a su nariz llegaron unos olores conocidos pero que le desagradaron. Intentó identificar a quienes pertenecían, y a unos pasos de ellos vio de quienes se trataban.

 

Uchiha se detuvo al sentir que de repente Naruto se había apegado demasiado a él. Pensó que lo hacía con intención de molestarle, pero lo sintió temblar ligeramente. Había algo que estaba incomodando al kitsune, pero él no veía nada fuera de lo común. Tal vez Naruto había sentido la presencia de un perro, después de todo esos animales y los zorros eran enemigos. Pero no, no había ningún perro a la vista.

 

Repentinamente frunció el ceño al descubrir el motivo de que el kitsune estuviera nervioso. Esos tipos... como olvidar a ese castaño y ese rubio de ojos negros. Ambos con una cara, desde su punto de vista, horrenda. A unos pasos de ellos, estaban los hermanos Takahashi, observándoles de vuelta con el mismo odio que él les dedicaba. Los veía hablar entre ellos sin quitarles le mirada de encina, lo que le hizo suponer que estaban hablando de Naruto y él.

 

-Ukon, son ese chico Uchiha y el niño rubio -le habló su hermano en voz baja a pesar de saber que los mencionados no podrían escucharles a esa distancia.

-Lo sé.

-Esa estúpida Hokage nos ordenó que...

-¡También lo sé, Sakon! -masculló el castaño sin levantar el tono de voz.

 

¿Cómo no recordarlo? Un par de días después de que aquel mocoso Uchiha fuera al hospital y les amenazara con que no volvieran a acercarse a Naruto, la quinta se presentó con un aura maligna rodeándola, junto con su ayudanta Shizune. Por un momento ambos hermanos pensaron que aquella mujer les mataría, y ese pensamiento no fue del todo equivocado. Sobre todo cuando Tsunade comenzó a hablarles con ese tono de voz tan firme característico de ella:

 

-Me mentisteis, hermanos Takahashi. Lo sé todo.

 

Ambos hombres prefirieron guardar silencio para no meter la pata al no saber de qué hablaba.

 

-Naruto me ha contado lo que quisisteis hacerle en el bosque y que por eso os atacó. No se lanzó sobre vosotros sin motivo alguno como me habíais contado al ingresar aquí -el silencio fue la respuesta que recibió, por lo que se aclaró la garganta de forma exagerada y se crujió los nudillos de ambas manos en una clara señal de que si no hablaban los golpearía. -¿Y bien...?

-Bueno... fue... -balbuceó el hombre del pecho vendado, Sakon.

-Lo cierto es que ese día estábamos algo pasados de copas y no sabíamos qué hacíamos -se apresuró a excusarlos el otro. -Lo sentimos mucho, Tsunade-sama.

 

Los dos hermanos hicieron una muy leve reverencia tras aquellas últimas palabras, ya que al estar llenos de vendas no podían moverse muy bien.

 

La rubia los miró con el ceño ligeramente fruncido, delatando su desconfianza en aquellos hombres.

 

-Ambos sois nuevos en Konoha, no lleváis más de un año aquí y no se sabe mucho sobre vosotros, así que no esperéis que confíe en vosotros tan a la ligera. Pero no es a mí a quien le debéis una disculpa. Os disculpareis con Naruto, los dos. Y para asegurarme de que no se volverá a repetir algo como lo del bosque, ordenaré que un par de ANBU os vigilen las veinticuatro horas durante el periodo de tiempo que estime necesario.

-¿¡Qué!? -casi gritó el castaño. Si eran vigilados, no podrían pasarle información a Orochimaru-sama.

-¿Algún problema? -cuestionó con tono seco la rubia. -Si ese es el caso, decídmelo para tomar medidas... más drásticas. No quiero pederastas sueltos en mi aldea.

 

El rubio masculló un par de palabras mal sonantes y una que otra maldición a su hermano. Por culpa del capricho de su hermano con aquel rubio de marcas en las mejillas, ahora serían vigilados todo el tiempo, cosa que entorpecería su misión.

 

-¿¡Algún problema!? -volvió a preguntar la Hokage, ésta vez con un tono tan alto que casi deja sordos a los presentes.

-No -murmuraron los dos al mismo tiempo.

-Así me gusta. ¡Shizune, vámonos!

-S-sí, Tsunade-sama.

 

El castaño salió de sus recuerdos, gruñendo de forma sonora. Con disimulo miró a su alrededor, descubriendo a dos ANBU: uno espiándoles desde un callejón y otro sobre el tejado de una casa. ¡Maldita vieja Hokage! Escupiría sobre el cadáver de esa estúpida cuando Orochimaru-sama la matara.

 

Llevó otra vez la mirada al frente, atisbando nuevamente a Uchiha y Naruto. No le apetecía para nada, pero para no buscarse más contratiempos en la misión se disculparían con ese niño, tal vez así la vieja les retirase la vigilancia.

 

Sasuke adoptó una pose precavida al ver a los adultos acercándose. Alargó un brazo frente a Naruto para cubrirlo sin dejar de mirar a los otros dos con un ceño profundamente fruncido.

 

-No hace falta esa actitud tan recelosa, Uchiha -comenzó a decir el castaño, Ukon, deteniéndose a un par de pasos del mencionado con su hermano. -No voy a hacerle nada a tu amante.

 

El pelinegro chasqueó la lengua ligeramente, sin moverse un ápice a pesar de las palabras del otro. Se maldijo por haberle dicho en el hospital a esos estúpidos, mientras intentaba asfixiar al castaño, que Naruto era su amante.

 

-Eso... -secundó su hermano mayor, ahogando las ganas de toser que sentía por la falta de aliento. -¿N-no me digas que lo quieres para ti? O no... ¿tal vez será que ya es tu amante?

 

-Sí, lo es -afirmó en tono seco, aflojando ligeramente la presión en el cuello ajeno al ver que el rostro del hombre se empezaba a tornar azulado. -Y pobre del idiota que vea acercarse demasiado a Naruto.

 

Uzumaki frunció una ceja y arqueó la otra al sentir extraño que alguien fuera de su grupo de amigos dijera que él era amante de Sasuke, aunque no replicó para no tener la atención de aquellos hombres sobre él. Bajó ligeramente la mirada y se sintió feliz al ver como su amigo pelinegro interponía un brazo frente a él con aire protector. Eso quería decir que a pesar de todo le importaba a Sasuke y se preocupaba por él.

 

-¿Entonces qué queréis? -demandó Uchiha en tono seco.

-Solo disculparnos con tu amante -respondió el castaño con un repentino hablar cansino. -¿Verdad, hermano?

-Sí -nada más afirmar aquello, se inclinó levemente en una reverencia. -Sentimos lo ocurrido en el bosque, eh... -dudó un momento, haciendo memoria del nombre del chico de las marcas en las mejillas. -...Naruto.

-Lo sentimos -reiteró el castaño, haciendo otra ligera reverencia.

 

Ambos adultos fruncieron el ceño y entrecerraron los ojos con un brillo de odio intenso en ellos en el breve momento que se inclinaron. Los dos sintiendo las mismas ganas de retorcerles el cuello a esos niños y torturarlos hasta el cansancio.

 

Naruto parpadeó un par de veces, incrédulo. Mientras que Sasuke tan solo arqueó ligeramente una ceja con sorpresa, no esperando aquella escena de los hermanos. Sintiendo ganas de quitásemos pronto de encima, alzó una mano y la sacudió con desinterés antes de hablar.

 

-Sí, sí... Naruto os perdona. Ahora, no volváis a acercaros a nosotros nunca más.

 

Sin esperar respuesta de los otros dos, agarró al kitsune del brazo y tiró de él con firmeza, pero sin ser brusco, para que le siguiera.

 

El castaño apretó los dientes hasta el punto en que le chirriaron un poco, fulminando la espalda de Sasuke con la mirada. Realmente quería matar a ese niño por su maldita arrogancia y también por la humillación que le hizo pasar en el hospital. Ese maldito Uchiha se creía la gran cosa solo por poseer una técnica de línea sucesoria. Le frustraba el hecho de no poder hacer nada de momento, no hasta que Orochimaru-sama diera la orden de atacar, y eso les hacía quedar a su hermano y a él como un par de idiotas patéticos.

 

-Juro que mataré a ese idiota con mis propias manos -masculló con tono venenoso.

 

El otro formó una ligera expresión de confusión al no saber a ciencia cierta si su hermano se refería a Uchiha por lo que le hizo en el hospital, o a Naruto por lo que les hizo en el bosque y les tuvo empotrados en una cama de hospital durante semanas. Seguramente se refería al niño de ojos azules.

 

Hace una semana, ambos se las habían ingeniado para que él pudiera escapar a la vigilancia de los ANBU y abandonar la aldea para reunirse en un punto del bosque donde sabía que Orochimaru-sama y su inseparable ayudante le esperarían. Entre otras cosas referentes a Konoha, Sakon le habló al sannin sobre el poder de Naruto y sus sospechas de que posiblemente fuera un kitsune, sabiendo que seguramente le interesaría como nuevo cuerpo. Pero el pelinegro no se había mostrado tan interesado como esperó, exponiendo que lo más importante ahora era arrasar con la aldea de la hoja hasta los cimientos, y después, si ese niño rubio que presumiblemente era un kitsune lograba sobrevivir, entonces sería digno de convertirse en su nuevo cuerpo.

 

-Yo también tengo deseos de matarlo, Ukon -comentó con resentimiento, y a continuación siguió hablando con un tono muy bajo. -Orochimaru-sama cambiará de cuerpo en cuanto termine con ésta apestosa aldea. Dice que si el niño rubio tiene unos poderes tan sorprendentes como los que le comenté y sobrevive al ataque del Sonido, lo convertirá en su nuevo cuerpo.

 

El otro sonrió levemente de forma retorcida ante las palabras de su rubio hermano.

 

-¡Jum! Me gustaría ver la cara de ese mocoso Uchiha cuando vea que Orochimaru-sama se ha apoderado del cuerpo de su amante, lo disfrutaría demasiado. Y después lo mataré, me vengaré... -se detuvo en seco cuando sus propias palabras cargadas de odio le dieron una idea mejor. Si mataba a Sasuke, terminaría pronto con su sufrimiento, y él quería aportarle el mayor daño posible, tanto moral como físico. Y para ver realizado su deseo, debía... -Matar al niño rubio -completó sus pensamientos en un susurró para sí mismo con una risita suave.

-¿Has dicho algo, hermano?

-Sí. Vamos, te lo contaré en casa.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Naruto abrió la puerta del despacho de la Hokage sin tocar previamente, siendo seguido por Uchiha que caminaba más tranquilo. El despacho, como casi siempre, estaba con el escritorio lleno de libros, pergaminos y papeles. Incluso en el suelo había algún que otro libro, pero ambos ignoraron ese desorden.

 

-¡Tsunade no baa-chan! -exclamó a modo de saludo con una sonrisa. -¿Querías vernos?

-¿Qué forma de entrar es esa? -cuestionó ella algo seria. -¡Y te he dicho mil veces que no me llames así!

-¡Pero si es un símbolo de amistad, baa-chan!

-¡¡Naruto!! -gritó tan fuerte que las paredes retumbaron ligeramente.

 

Sasuke ignoró el hecho de que los otros estuviesen discutiendo, y le habló a la mujer como si nada.

 

-Nos hemos encontrado con los hermanos Takahashi.

-¿Um? -la rubia puso toda su atención en Sasuke, evaporándose su ceño fruncido al instante. -¿Ahora?

-Sí. Se acercaron a nosotros, según ellos para disculparse con Naruto -explicó con voz serena, y llevándose las manos a los bolsillos del pantalón, prosiguió. -Aunque no me creo el repentino arrepentimiento de esos dos.

-Se disculparon con Naruto porque yo misma se los ordené poco después de saber qué pasó realmente. Aunque se han tardado bastante, hace dos semanas que salieron del hospital -se cruzó de brazos y se acomodó en el respaldo de la silla, dedicándole una mirada al kitsune. -Naruto, por si acaso, no quiero que vayas sólo a ninguna parte.

-¿¡Qué!? -casi gritó, desagradándole aquello.

-Es una orden -sentenció tajante. Ignoró la expresión de enojo del ojiazul mezclada con berrinche, en realidad esa mueca de ceño fruncido y mejillas infladas le resultaba graciosa, pero se obligó a mostrar un rostro inexpresivo para hacerse respetar. -Y ahora pasemos a otro asunto. Os he hecho llamar porque quería saber que tal os iba como maestro y alumno -los miró a ambos con interés. -¿Todo bien?

-Sería perfecto si me pagaras -opinó Sasuke.

-Ya hablamos sobre eso -fue todo lo que le contestó la quinta.

-De acuerdo. Si eso era todo... -reprimiendo sus ganas de hacer otro vistoso agujero en alguna pared con un Chidori, se dio la vuelta. -Naruto, vamos.

 

El rubio siguió a su amigo cuando éste abandonó el despacho, pero de forma inesperada se dio la vuelta e ingresó nuevamente en el despacho, donde descubrió a Tsunade murmurando una sarta de improperios hacia Sasuke por no respetarla como Hokage y dejarla con la palabra en la boca. Sin pensarlo azotó las manos con algo de fuerza en el escritorio, consiguiendo captar la atención de ella.

 

-¡No me parece justo, baa-chan! -protestó.

-¿Eh?

-¿Porqué no le pagas a Sasuke? Él me ha estado comprando muchas cosas, necesita el dinero.

-Sasuke destrozó una de las paredes de mi despacho hace tiempo con un Chidori, Naruto. Es su castigo.

-¡Pues entonces envíalo de misión! Desde que es mi maestro no ha vuelto a salir de misión.

-No lo entiendes, Naruto. No puedo asignarle a un shinobi dos misiones al mismo tiempo, y Sasuke ahora tiene una misión: ser tu maestro.

-¡Pues hasta donde sé, las misiones se pagan! -siguió reclamando, señalando de forma acusadora a la mujer e ignorando la explicación que ésta le había dado del porqué no le pagaba a su amigo por su trabajo. -¡Puedes castigar al teme de otro modo!

-Éste tema no es tu asunto, Naruto -fue todo lo que dijo.

 

El mencionado frunció el ceño y apretó ligeramente los labios. Sasuke era su amigo, su mejor amigo. ¡Claro que era su asunto!

 

-¡Cuando yo sea Hokage no seré tan mal Hokage como tú! -sentenció con tono firme, casi echando humo por la nariz.

 

La furia de la mujer se disipó casi por completo al recapacitar en las palabras de Naruto.

 

-¿Ser Hokage? ¿...tú?

-Así es -asintió repetidas veces con la cabeza. -¡Tienes frente a ti al próximo Hokage de Konoha!

 

Tsunade se mantuvo callada, imaginándose a Naruto en su apariencia semihumana vistiendo la capa y el sombrero de Hokage que le quedarían excesivamente grandes. Se le escapó una ligera risotada, pero la contuvo pronto al taparse la boca.

 

-¿Qué es tan gracioso, baa-chan? -cuestionó confundido, ladeando ligeramente la cabeza.

 

En ésta ocasión ella ignoró el insulto y apoyó los codos en el escritorio, recargando la barbilla sobre sus dedos entrecruzados.

 

-No me vas a dejar en paz hasta que acepte pagarle a Sasuke, ¿verdad? -afirmó con calma.

-¡Exacto! Haré lo que sea.

 

La quinta dejó escapar un largo y sonoro suspiro de resignación.

 

-Está bien. Le pagaré...

-¡Bien!

-Le pagaré las clases que dé desde hoy -completó lo que antes intentó decir.

-¿Qué? ¡Ni hablar! ¡Le pagarás todas las clases que me ha dado hasta ahora!

-No. Suficiente he hecho con ceder a tu capricho. Tsk... ¿qué Hokage hace eso? -preguntó más bien para sí misma.

-Le pagarás las dos semanas anteriores.

-Le pagaré las clases que dé desde ahora, más cinco días anteriores a hoy.

-¡Diez días!

-Seis.

-Siete. ¡Una semana!

 

Bastante hastiada con la terquedad del rubio, apoyó la frente sobre sus dedos entrecruzados en señal de derrota.

 

-De acuerdo, de acuerdo. Le pagaré las clases que dé desde ahora, más lo de la semana pasada. ¿Contento? -preguntó bastante aburrida.

-¡Mucho! -exclamó con una amplia sonrisa.

-Perfecto. Y ahora vete -ordenó haciendo un ademán desganado con una mano.

 

Recargado en la pared junto a la puerta del despacho, en el pasillo, Sasuke escuchaba la "charla" de Naruto con la quinta algo sorprendido por el empeño que le ponía ese dobe en que la Hokage le pagara.

 

Cuando se marchaba, al no sentir de repente los pasos del rubio siguiéndole, regresó para buscarle, llegando en el momento en que el kitsune exclamaba que Tsunade podía castigarle de otro modo. Eso le llamó la atención al no entender lo que quería decir exactamente, y le hizo recargarse en la pared para enterarse de qué hablaban.

 

Salió de sus pensamientos al escuchar al kitsune hablar, cerca de la puerta.

 

-Le diré a Sasuke que venga para que le des la noticia, baa-chan.

-¡Ni hablar! -contestó ella al instante. -Mejor díselo tú. No quiero ver su odiosa sonrisa prepotente cuando le diga que le pagaré.

-Como quieras -se encogió de hombros. -Adiós...

-Naruto -interrumpió. -Recuerda mi orden, no salgas sólo.

 

El rubio tan solo hizo un ligero mohín de disgusto y asintió porque sabía que esa era la respuesta que ella quería recibir. La despidió con un movimiento de mano y salió del despacho, cerrando la puerta tras él. Le resultó raro no ver a Sasuke en el pasillo pero sí percibir su aroma con intensidad.

 

-Ya era hora, bola de pelos.

 

Naruto casi grita por el susto al escuchar la voz de su amigo a su espalda, muy cerca. Con rapidez se dio la vuelta y encontró a Sasuke recargado en la pared, en el otro lado de la puerta del despacho.

 

-¡Me has asustado! -le reprochó.

 

El otro no dijo nada y comenzó a caminar, pasando junto a Naruto como si nada. El kitsune le siguió al instante.

 

-¡Adivina, Sasuke! ¡Adivina! -exclamó esbozando una amplia sonrisa impaciente, sin dejar de mirarle mientras caminaba a su lado. -¡Tsunade no baa-chan te pagará por ser mi maestro!

 

Uchiha se mantuvo todavía en silencio, preguntándose seriamente porqué a pesar del trato tosco que le había dado los últimos días a Naruto, éste hacía algo como insistirle a la Hokage que le pagara por su trabajo.

 

Una sensación conocida pero desagradable le embargó. Otra vez se sentía miserable.

 

-¡Sasuke! ¿No vas a decir nada? -protestó el rubio entre enojado y decepcionado. -Pensaba que como mínimo suspirarías, o dirías algo como: "Que alivio". ¡No sé! Se supone que necesitas dinero, ¿no?

 

El pelinegro dejó escapar un suspiro antes de hablar.

 

-Qué alivio -dijo, para después mirar al rubio. -¿Contento?

-No -murmuró ceñudo. De pronto se detuvo en seco en mitad del pasillo y se cruzó de brazos. -No estoy contento. ¡Hace días que no estoy contento!

 

Al escuchar eso, el más alto se detuvo y volteó a mirar los ojos azules. Alzó una ceja de forma apenas perceptible al ver que de pronto Naruto le señalaba de forma acusadora, preparándose para gritarle.

 

-¡Si tienes algún problema conmigo, dímelo de frente! -exigió, ignorando totalmente que otros shinobi que caminaban por el pasillo le miraban al pasar, toda su atención estaba puesta en Sasuke, pero éste no contestó nada. -¡No lo entiendo! ¿¡Porqué de repente eres así conmigo!?

-...no sé de qué hablas.

-¡Sí que lo sabes! -aseguró tajante, sintiéndose cada vez más enojado. -Últimamente, todo el tiempo me tratas como si te estorbara. Sé que piensas que no me daré cuenta porque soy estúpido, ¡pero no lo soy!

 

Sasuke se sintió descubierto, y no sabía qué respuesta darle a la exigencia de Naruto. Disimuladamente miró a su alrededor, notando que por culpa del griterío del rubio, un par de ANBU, algún que otro jounnin y chuunin se habían detenido a observarles.

 

-Naruto, mejor seguimos hablando en casa...

-¿¡Hablar!? -le interrumpió con un grito tan sarcástico que se escuchó extraño proviniendo de él. -¡Pero si estoy hablando yo sólo, teme!

 

El pelinegro bufó de forma sonora y frunció ligeramente el ceño. No pensaba seguir dando el espectáculo frente a esos tipos. Sin más se dio la vuelta y empezó a alejarse con caminar tranquilo, esperando que Uzumaki dejara de gritar y le siguiera.

 

-¡Sasuke! -le gritó, pero fue ignorado. Con furia apretó los puños, frunció profundamente el ceño y sus dientes chirriaron levemente. En sus ojos azules se percibían fugaces destellos rojizos y las marcas en sus mejillas amenazaban con acentuarse más. Sentía tantas ganas de gritarle, golpearle, exigirle una respuesta para saber por qué demonios de repente Uchiha era así con él. Solo quería que todo fuera como antes. -¡¡...Sasuke, cobarde, no me ignores!!

 

Justo en el momento en que el pelinegro volteaba para verle, Naruto echó a correr hacia él con un puño en alto, ansiando darle un buen golpe. A un par de pasos de él, en un parpadeo se vio inmovilizado por los dos ANBU y un jounnin. Mientras que otro jounnin y un chuunin se colocaban frente a Sasuke a modo de escudo.

 

El rubio se sintió tan desconcertado que su enojo se evaporó de golpe. Lo estudió todo con la mirada, descubriendo que efectivamente estaba siendo retenido con rudeza por tres hombres, mientras que a Sasuke tan solo lo estaban protegiendo.

 

Sasuke parpadeó con la misma confusión que sentía Naruto, solo que en su típico rostro inexpresivo no se notó. La voz del chuunin que le cubría le llamó la atención.

 

-Sasuke-kun, márchate tranquilo. Nosotros nos encargaremos del chico del chakra siniestro.

 

El shinobi al lado del chuunin asintió con un movimiento de cabeza y continuó hablándole.

 

-Lo llevaremos ante Tsunade-sama, por muy protegido suyo que sea, no creo que se quede de brazos cruzados cuando sepa que éste chico pretendía atacarte sin motivo alguno, Sasuke-kun.

 

El pelinegro se sintió enojado en un segundo. Hablaban del rubio como si fuese un demonio, y odiaba terriblemente el apodito que los aldeanos le habían colocado a Naruto: "El chico del chakra siniestro".

 

En un arrebato, con brusquedad empujó a ambos ninjas que le estaban cubriendo. Le sorprendió encontrar que Uzumaki no estaba forcejeando por liberarse, tan solo estaba ligeramente cabizbajo, con una expresión resignada. Con decisión se acercó a él, pero antes siquiera de poder tocarle, la mano libre de uno de los ANBU se cerró en torno a su muñeca mientras le hablaba.

 

-Es mejor que te marches, Sasuke. Nosotros nos haremos cargo del chico.

 

Con un movimiento brusco, Uchiha se liberó del agarre firme del ANBU.

 

-Se llama Naruto, y no me voy de aquí sin él -sentenció. Ante el silencio de todos, agregó. -Soltadlo.

 

El mismo ANBU de antes le contestó nuevamente.

 

-Si lo hacemos seguramente intentará atacarte de nuevo. Lo mejor será llevarlo ante Hokage-sama.

-Yo provoqué a Naruto primero, por eso quería atacarme -explicó con cierto desgano, aunque sintiendo prisa porque liberaran al rubio. -No fue su culpa, y tampoco veo necesario informar a Tsunade-sama de la pelea de un niño y un adolescente, imagino que ella tendrá asuntos más importantes de los que ocuparse. Así que soltadlo ya.

 

Los tres shinobi que retenían a Uzumaki se observaron un momento, hasta que finalmente asintieron y soltaron al rubio, el cual se acarició uno de los brazos con una ligera mueca de dolor.

 

Intentando no verse más preocupado de lo que estaba, Sasuke posó una mano en uno de los hombros del más pequeño.

 

-¿Estás bien, Naruto?

 

Al instante los ojos azules se posaron en él, fulminándole con una mirada fría que no veía desde que conoció al dueño de estos.

 

-Déjame en paz -masculló alejando con un manotazo el contacto de Sasuke antes de marcharse de allí corriendo.

-¡Naruto! -a pesar de que intentó detenerlo llamándolo esa única vez, no lo siguió. Por la mirada que le había dedicado, era obvio que el rubio estaba furioso, y si lo seguía tal vez darían otro espectáculo en la calle que causaría más problemas. Lo mejor sería dejarlo sólo para que se calmara. Y él también necesitaba estar sólo un momento para pensar.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Naruto no dejó de correr hasta que se alejó unas calles de la torre Hokage. Pasó saliva de forma dolorosa, sentía la garganta cerrada y sus ojos hormigueaban un poco por las lágrimas que empezaban a formarse en ellos, así que para desaparecer esa sensación los frotó con un brazo de forma violenta, eliminando cualquier indicio de llanto. No iba a llorar, ese idiota de Sasuke no merecía que se sintiera triste por su culpa.

 

Entre la gente, vio acercarse al equipo 10. Shikamaru caminaba con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, Chouji comiendo una bolsa de patatas fritas e Ino le saludaba desde la distancia con un enérgico movimiento de brazo mientras le sonreía.

 

-¡Naruto! -exclamó ella.

 

El mencionado cortó la distancia acercándose a ellos casi corriendo.

 

-Hola, chicos -les sonrió levemente. -Hacía días que no sabía nada de vosotros.

-Hemos estado de misión diez días. Tenía tantas ganas de volver a casa... -con un gesto presumido hizo su larga coleta rubia hacia atrás. -¿Sasuke-kun no está contigo? -como respuesta tan solo vio a Naruto negar una vez con la cabeza. -Habíamos ido a casa de Sasuke-kun a buscaros, pero Itachi nos dijo que estabais en la torre Hokage. Íbamos allí ahora.

-¿Para qué nos estabais buscando? -cuestionó curioso el kitsune.

-Para celebrar nuestro regreso exitoso de la misión, vamos a ir todos a comer barbacoa -juntó ambas manos a la altura de su pecho con expresión animada. -¿No es genial?

 

Chouji asintió a lo dicho por la chica, masticando con prisa lo que tenía en la boca para poder hablarle al rubio.

 

-Sí. Solo faltáis Sasuke y tú. Y lo mejor de todo es que Shikamaru paga.

 

Por primera vez en toda la conversación, Nara perdió ese gesto apático tan típico de él, siendo sustituido por uno de leve ceño fruncido pero sorprendido a la vez.

 

-¿Qué? ¿Porqué yo?

 

Naruto agarró ambas manos de Shikamaru y las agitó con una expresión de total felicidad. Anteriormente había probado la barbacoa cuando competía con Chouji para ver quién de los dos comía más, y le encantaba.

 

-¡Woah! ¡Shikamaru, que generoso eres!

-Tsk... sí, qué remedio. Solo falta Sasuke. ¿Dónde está?

 

El rubio soltó las manos de Nara y su expresión quedó bastante seria tras aquella pregunta. Por un momento pensó en decir una mentira para que desistieran en buscar a Sasuke, pero finalmente no lo hizo.

 

-Se quedó en la torre Hokage cuando yo me fui. No sé dónde está ahora -dejó escapar un breve suspiro antes de continuar. -Pero creo que es mejor que no lo busquemos, ya sabemos que no va a venir con nosotros porque estoy yo.

 

Los otros tres parpadearon confusos ante esas palabras, incluso Chouji dejó de comer un par de segundos para hablarle.

 

-¿Qué estás diciendo, Naruto?

-No puede ser que no hayáis notado que últimamente Sasuke nunca va al mismo lugar donde estoy yo, o donde sabe que iré.

 

Los integrantes del equipo 10 se miraron un momento, hasta que Ino le dedicó una breve sonrisa conciliadora al rubio.

 

-Naruto, eso no puede ser posible. Sasuke-kun no te evita. Vivís juntos, y hasta donde sé, dormís juntos.

-Sois tan problemáticos... -masculló Shikamaru. -Seguro son cosas tuyas.

-Pero desde hace unos días, Sasuke siempre dice estar ocupado cuando los llamamos para salir a él y a Naruto -agregó Akimichi. -¿No es sospechoso?

 

Nara y la chica se llevaron una mano a la cara ante la metedura de pata del otro. Ellos habían intentando que Naruto no se preocupara por la actitud de Sasuke. Actitud que sí habían notado en el pelinegro, pero no querían hacer sentir mal al rubio y por eso habían dicho aquello. Pero al parecer, Chouji ni se había dado cuenta de lo que pretendían hacer.

 

-Chouji... -mascullaron ambos con un largo suspiro.

-¿Lo veis? -habló Uzumaki al instante. -Chouji también lo ha notado. No son cosas mías.

 

Ino pensó que lo mejor era cambiar de tema, así que de forma amistosa pasó un brazo por los hombros del rubio y lo incitó a andar.

 

-Mejor vamos a comer barbacoa, ¿eh, Naruto? Los demás nos esperan.

-¡Sí, vamos! ¡Tengo hambre! -contestó, contagiándose del ánimo de la chica.

-¿Tú cuando no? Me recuerdas a Chouji.

 

Akimichi y Shikamaru observaron a los rubios alejarse, y un par de segundos después se decidieron a seguirlos.

 

-Chouji, eres muy problemático.

 

El aludido no le dio importancia a aquello al ser una frase que su amigo decía con bastante frecuencia. Tan solo se encogió de hombros.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Cuando llegaron al local, ya todos estaban allí. Como eran muchos, para no sentarse en mesas separadas se sentaron bastante juntos. Naruto se sentó en un extremo, teniendo a su lado a Kiba, y frente a él al equipo 10.

 

Sakura fue la primera en notar que Uchiha faltaba.

 

-¿Dónde está Sasuke-kun?

 

Ino dejó escapar una leve sonrisita burlona antes de contestarle.

 

-Lo siento por ti, frontuda. Sasuke-kun no vendrá.

-¡Cállate, Ino cerda!

 

Kiba se cruzó de brazos, recargándose mejor en el respaldo del asiento pero sin apartar la mirada de Yamanaka al escucharla decir aquello.

 

-No me lo digas... ¿Sasuke está ocupado otra vez? -cuestionó con un ligero toque jocoso.

-No es eso. No sabemos dónde está -se encogió de hombros.

 

Naruto cogió un filete de carne con los palillos y lo colocó en la parilla, aunque no le hubiese importado comérselo crudo. Escuchaba la conversación de los otros y no pudo evitar decir algo.

 

-De cualquier forma, el teme no habría venido si yo también venía -afirmó.

-¿Eh? -fue lo único que Kiba atinó a decir.

-A Sasuke le molesta mi presencia, lo he notado.

 

Inuzuka meditó las palabras de Naruto, notando que efectivamente hacía días que no veía a esos dos juntos, cuando antes lo raro era ver a Naruto o a Sasuke por su lado.

 

-¿Qué clase de amante es Sasuke? Lo normal es estar con tu amante -se cruzó de brazos con cierto disgusto. -¿No será qué...? -comenzó a decir.

-¿Qué? -preguntó con interés Uzumaki.

-¿No será que Sasuke se ha cansado de ti? ¡Ese bastardo...! Tratándote como si fueses un objeto del que deshacerse cuando se cansa.

-Sa-Sasuke y yo no somos... amantes -contestó el rubio con una sonrisita nerviosa.

-No es necesario que lo niegues, Naruto. Todos los sabemos. Aunque es comprensible que lo niegues, después de todo ese Uchiha es un idiota, seguro te avergüenza tener un amante como él.

-No entiendo nada de lo que... -intentó hablar, pero fue interrumpido por Sakura que escuchaba la conversación casi desde la otra punta de la larga mesa.

-¡¡Kiba!! ¡Vuelve a hablar mal de Sasuke-kun y no vivirás para contarlo!

 

Inuzuka la miró con el ceño levemente fruncido y después la ignoró.

 

Por su parte, Naruto acercó los palillos a la parrilla para coger su filete de carne, pero no lo encontró. Aquello le extraño, pero tal vez en realidad no había puesto ninguno y solo lo había imaginado. Sin más se encogió de hombros y volvió a coger otro filete crudo, dejándolo en la parilla.

 

Sai, sentado junto a Sakura, dio un sorbo a su té y después observó a Kiba con su acostumbrada sonrisa.

 

-Creo saber porqué Sasuke-kun se ha cansado de ser amante de Naruto -antes de que el castaño siquiera abriera la boca para preguntarle el porqué, continuó hablando. -Seguramente Sasuke-kun se ha cansado de terminar sin chakra cada vez que lo hace con Naruto -comentó tranquilamente.

 

Ino escupió el té que estaba bebiendo en ese momento, salpicando un poco la cara de Kiba sentado enfrente y que la fulminó con la mirada. Neji se atragantó ligeramente con el pedazo de carne que estaba a punto de tragar, sintiendo al momento unas enérgicas palmadas de Lee en la espalda que en lugar de ayudarle a pasar la comida, le hacían sentir peor. Hinata se sonrojó y bajó la cabeza con vergüenza. Y Sakura le dio una sonora bofetada en la mejilla a Sai que lo derribó del asiento y le dejó una roja marca bastante llamativa de los dedos en la blanca piel.

 

-¡Sai, idiota! ¿¡Como se te ocurre decir algo como eso!? -le recriminó sintiendo deseos de darle otra bofetada.

 

El ANBU tomó asiento con cierta torpeza en su lugar mientras se acariciaba la zona afectada por el golpe sin borrar su típica sonrisa leve con los ojos cerrados, como si nada hubiera pasado.

 

-Pero no he dicho nada malo.

 

Kiba terminó de secarse la cara con una servilleta y le habló a Sai.

 

-¿Y cómo sabes eso? Lo has leído en un libro, ¿no? -afirmó con hablar cansino.

-No, me lo dijeron unos ancianos de la aldea un día que buscaba información sobre los kitsune. Aseguran que estas criaturas pueden absorber tu chakra a través del contacto sexual.

-¿¡En serio!? -gritó abriendo los ojos de par en par.

 

Todos, o la mayoría, observaron al instante a Naruto, como esperando que éste dijera si la explicación de Sai era verdadera o falsa. Pero el rubio no se percató de las miradas sobre él, ya que nuevamente había notado que su filete había desaparecido de la parrilla y ésta vez no lo había imaginado, estaba seguro de que había dejado uno cocinándose. Con desconfianza, tomó otro filete crudo y lo volvió a dejar en la parrilla. Ésta vez no le quitaría la mirada de encima en ningún momento. Pero sorpresivamente sintió que Kiba le abrazaba con un brazo por los hombros en un gesto amistoso y eso le hizo dejar de prestar atención a su comida.

 

-Vaya, Naruto, ¿quién lo diría? Tan inofensivo que te veías...

-¿Qué? -preguntó confundido por aquel comentario.

-Si Sasuke ya no quiere ser tu amante, él se lo pierde. Además, mejor para ti, así podrás buscarte alguien mucho mejor.

-¡Pero si el teme y yo no somos amantes! -protestó, aunque fue ignorado por el castaño que siguió hablándole tan tranquilo.

-Y dime, Naruto, ¿hay alguien que te guste?

 

Uzumaki ésta vez estaba preparado y con el tiempo había aprendido que para los humanos, "gustar" era algo semejante a "amar", así que en ésta ocasión podía responder sin temer a equivocarse como ya le había ocurrido anteriormente.

 

-No -respondió con simpleza.

-¡Pues entonces estás de suerte por tener un amigo como yo! Conozco a muchas chicas guapas que puedo presentarte. Um... ¿o tal vez prefieres un chico? Digo, como estabas con Sasuke...

-¿Presentármelas para qué?

-¿Para qué va a ser? -cuestionó en tono obvio. -Para que alguna sea tu novia.

-Oh, entiendo. ¿Pero como hago para que alguna sea mi novia?

-Ey, no tan rápido, Naruto -esbozó una sonrisa. -Primero te presento a las chicas, y si alguna te entra por los ojos, la cortejas, después le confiesas tus sentimientos y si eres correspondido, ya tienes novia -explicó como si fuera algo que se conseguía de un día para otro. Al ver la cara de leve desconcierto del rubio, agregó. -Ya sabes, Naruto. Le juras amor eterno, un par de besos, y ya es tuya.

 

Sakura no estuvo de acuerdo con Kiba y nuevamente habló.

 

-No presiones a Naruto, Kiba. Ya encontrará una novia cuando llegue su momento.

-¿Eh...? -entrecerró los ojos, observándola con cierta burla. -Lo dices precisamente tú que nos buscaste una cita a casi todos con Naruto, engañándonos al decirnos que solo era una salida de amigos. Y me apuesto lo que sea a que lo hiciste pensando en alejar a Naruto de Sasuke.

 

Haruno enrojeció completamente. No sabía cómo, pero habían descubierto su plan de aquella vez. Tan solo atinó a esbozar una leve sonrisa nerviosa, aunque una venita palpitaba en su sien, ansiando golpear al castaño.

 

-Yo solo lo hice porque Naruto es muy inocente y sé que nunca tomaría la iniciativa para comenzar un romance con alguien -se defendió.

-Aja -respondió con burla.

-¿Y quiénes son todas esas chicas que según tú conoces y le presentarás a Naruto? Hasta donde sé, con la única chica que te he visto hablar desde que te conozco, es con Hinata -le sacó la lengua.

 

Kiba enrojeció ligeramente y frunció el ceño. Era cierto que no conocía a ninguna chica, solo quería presumir un poco frente a Naruto y causarle envidia, reacción que no había logrado pues solo vio los ojos azules tornarse confundidos.

 

Naruto se dispuso a coger con los palillos por enésima vez su trozo de carne, y justo en ese momento, otros palillos le arrebataron su comida. Totalmente furioso alzó la mirada, descubriendo que era Chouji, sentado frente a él, quien le estaba quitando la comida. Con rapidez tomó el filete por el otro extremo con los palillos, deteniendo al otro.

 

-¡Ese filete es mío! -exclamó Naruto, tironeando de la carne.

-Lo estabas cocinando demasiado, no podía permitir que se quemara -protestó Akimichi, negándose a dejar libre la comida.

-¡Lo cocino como yo quiero! ¡Es mío!

-¡Yo lo cogí primero!

-¡Pero yo lo puse a cocinar!

-¡Yo lo vi en cuanto nos sentamos!

-¡Y yo lo olí mucho antes de entrar aquí!

 

Neji suspiró ligeramente, sintiendo vergüenza ajena por los gritos de Kiba y Sakura peleando, y los de Chouji y Naruto.

 

-Todos nos están mirando -comentó sin subir el tono de voz, siendo solo escuchado por los dos integrantes de su equipo sentados a su lado, y siendo Tenten la única que le dio la razón, asintiendo una vez con la cabeza con desgano.

-¡Sí! ¡Esa es la llama de la juventud! -casi gritó Lee alzando un puño. -¡Vamos, Naruto-kun, pelea por lo que es tuyo!

-Lee, cállate -le ordenó Tenten con un tic en la ceja derecha.

 

Por su parte, Kiba y Sakura seguían enzarzados en su pelea, incluso Akamaru había entrado al escuchar los gritos de su amo y había empezado a ladrar. Naruto, al sentir la presencia del animal, se sintió más alterado y se puso nervioso, alzando mucho más su tono de voz en consecuencia.

 

-¡A ti lo que te pasa es que le tienes envidia a Naruto porque te ha quitado a Sasuke! -exclamó Inuzuka con varias venitas palpitantes en la frente.

-¡Naruto no me ha quitado nada porque Sasuke-kun no es gay!

 

Ino no pudo evitar meterse en aquella discusión.

 

-¡Frontuda, afronta la realidad! Sasuke y Naruto viven juntos, se bañan juntos y duermen juntos. ¡Son amantes! ...o lo eran.

-¡Tú no te metas, Ino cerda!

 

Sai también se metió al escuchar lo que la rubia dijo.

 

-Yo solo he visto a Sasuke-kun abrazar a una persona, y ese es Naruto, aquella vez en la cueva cuando fuimos a buscarle porque llevaba un mes desaparecido. Y después se bañaron juntos en el río, Naruto totalmente desnudo. Y recuerdo perfectamente que un día Sasuke-kun se acercó a mí expresamente para preguntarme en qué época era el celo de los zorros.

 

Sakura, Ino y Kiba parpadearon incrédulos ante las palabras del ANBU. Segundos después, Inuzuka y la rubia estallaron en sonoras carcajadas.

 

-Ahora no me quedan dudas -comenzó a decir el castaño. -¡Sasuke es gay!

-Es una lástima que un chico tan atractivo sea gay -comentó Ino llevándose una mano a la mejilla, brevemente desolada. -Pero no todo está perdido. Sai se parece mucho a Sasuke-kun.

 

Naruto, que todavía tironeaba de su filete de carne, se alteró un poco más al escuchar las palabras de Ino.

 

-¡Ni hablar! ¡Sai no se parece a Sasuke en nada! -exclamó al instante, sorprendiendo a la rubia que no esperaba que él hablara. -¡Sasuke es mejor! ¡Mucho mejor!

 

Kiba arqueó ambas cejas, también sorprendido por la intromisión del rubio en su discusión.

 

-¿Te pones de parte de Sasuke aunque él te ignore?

 

Por primera vez en toda la tarde, Shino sentado junto a Inuzuka, abrió la boca con su habitual tono de voz tranquilo.

 

-Es normal que Naruto defienda a Sasuke. ¿Por qué? Porque el amor es ciego.

 

A Uzumaki le aparecieron un par de venitas palpitantes en la frente al no entender la última frase que éste dijo, cosa que le hizo sentir algo ofendido.

 

-¡No estoy ciego, Shino! ¡Veo perfectamente! ¡Sasuke es mejor que Sai!

 

Sakura se puso de pie, azotando ambas manos en la mesa y haciéndola crujir un poco por su fuerza sobrehumana.

 

-¡Naruto! ¡No digas eso tan a la ligera, hieres los sentimientos de Sai! -le reprendió. -¡Recuerda que a él le gustas!

 

Las palabras anteriores lograron que el ANBU borrara su permanente fingida sonrisa, formando una leve pero verdadera expresión confundida.

 

-¿Me gusta Naruto? -reiteró verdaderamente interesado. Se llevó una mano a la barbilla y lo meditó. Como él no sabía mucho sobre los sentimientos, no se sentía seguro como para negar las palabras de la chica. Sakura sí sabía sobre los sentimientos, así que si ella decía que a él le gustaba Naruto, era porque así era. Sin más se puso de pie. -Iré a la biblioteca un momento -comentó, aunque solo fue escuchado por Neji, Tenten y tal vez Shino. Los demás estaban discutiendo, y los que no, estaban pendientes de la discusión o demasiado cerca de los gritos como para escuchar la voz tranquila del pelinegro. -Nos veremos después -fue todo lo que dijo antes de salir de allí.

 

Ino se llevó ambas manos a la cabeza, como si hubiera recibido la peor noticia de toda su vida.

 

-¿¡Qué!? ¿¡Le gusta Naruto!? -gritó.

-Así es, Ino cerda -Sakura sonrió totalmente satisfecha, llevándose ambas manos a la cintura. -Tal vez yo he perdido a Sasuke-kun, pero tú tampoco tendrás a Sai.

-¡Eso lo veremos!

 

Shikamaru chasqueó la lengua, bastante hastiado. Se suponía que esa iba a ser una reunión de amigos, divertida y tranquila. No un circo. ¿En qué momento aquello se había salido de control? Ino y Sakura gritándose y fulminándose con la mirada como cuando eran unas chiquillas de doce años, Akamaru ladrándole y gruñéndole a Naruto con insistencia, Naruto y Chouji tironeando con los palillos de un pobre filete que ya seguramente estaría frío y en cualquier momento se partiría, Lee animando como poseso a Uzumaki para que no perdiera su comida, y Kiba discutiendo con cualquiera que tuviera al alcance. Mientras que Hinata, Neji y Tenten parecían estar deseando mentalmente que la tierra se los tragara. De Shino no sabía qué decir porque con su ropa y las gafas no podía ver su expresión. Sai no estaba ahí, y ni había notado en qué momento se había ido. Tal vez él debería hacer lo mismo y marcharse, así de paso no pagaría esa enorme cuenta. Se recargó en su asiento, sintiendo un ligero dolor de cabeza.

 

-Tsk... que problemáticos.

 

Ino también se llevó las manos a la cintura, sin despegar su mirada de la chica de cabellos rosas.

 

-¡Ya verás que conseguiré tener a Sai! ¡Le confesaré mis sentimientos antes de la invasión del Sonido!

-¿Y por qué tanta prisa, Ino cerda? -cuestionó burlona. -¿Estás desesperada por conseguir a Sai antes de que Naruto te lo quite ahora que no está con Sasuke-kun?

-¡Claro que no! Por si no lo has notado, frontuda, se aproxima una pelea. No sabemos si saldremos vivos de ésta, por eso quiero aprovechar el tiempo con Sai.

 

Aquellas palabras dejaron muda a Sakura e hicieron desaparecer su expresión de burla mezclada con enojo. Despacio se sentó en su asiento con rostro pensativo, como si la pelea con Ino nunca hubiera existido.

 

Naruto casi se pone a llorar cuando finalmente Akimichi consiguió quitarle el filete.

 

-¡No! ¡Mi comida!

 

El otro le ignoró, y con calma remojó un extremo del filete en la salsa antes de comérselo de un bocado. Cuando se lo tragó, torció los labios en un gesto de disgusto.

 

-Estaba frío -comentó bastante serio. Con los palillos tomó tres filetes crudos y los dejó en la parrilla. -Por tu culpa, Naruto, no he podido saborear éste exquisito filete.

-¿¡Por mi culpa!? -gritó irritado, con un par de lagrimones de frustración amenazando con abandonar sus ojos.

-Comer barbacoa es un ritual -continuó hablando el otro sin inmutarse ante los lagrimones del rubio y dándole tranquilamente la vuelta a sus filetes con ayuda de los palillos. -Hay que esperar a que la carne se cocine hasta su punto óptimo. Ni muy crudo, ni muy hecho. Entonces... -sus ojos emitieron un brillo ansioso, y con una rapidez increíble pescó los tres filetes en los mismos palillos y los remojó abundantemente en salsa para después llevárselos todos de golpe a la boca, apenas masticándolos. -Así es como se disfruta de una verdadera barbacoa.

 

Naruto apretó los puños con total frustración al ver que ya no quedaban filetes crudos. ¡Y no había podido comer ninguno!

 

-¡No me vengas con esas estupideces! -le gritó señalándole de forma acusadora. -¡Te has comido todos los filetes! ¡¡Gordo!!

 

Al instante todos abrieron los ojos de par en par, con miedo y sorpresa, y los que estaban discutiendo enmudecieron en ese momento, observando con varias gotitas de sudor deslizándose por sus rostros a Chouji.

 

Akimichi se puso de pie, echando humo por la nariz como si de un toro furioso se tratase.

 

Shikamaru fue el primero en reaccionar, abalanzándose sobre su amigo e intentando retenerlo.

 

-Chouji, ¡contrólate! -instó con esfuerzo.

 

Ino también saltó sobre su corpulento amigo para ayudar a Nara.

 

-¡Vamos, Naruto no sabía que no podía decir "esa" palabra!

 

Naruto era el único que no se sentía intimidado ante el enojo de Akimichi, pues no entendía la situación. Tan solo ladeó ligeramente la cabeza, cerrando los ojos y frunciendo un poco el ceño en una expresión confusa.

 

-¿Qué palabra? -quiso saber el rubio. -¿Gordo?

 

Todos, excepto Naruto, temieron por su vida en el momento en que Chouji se quitó de encima a sus compañeros de equipo con una fuerza bruta. Su rostro estaba rojo de furia, y sus pequeños ojos estaban entrecerrados en una mirada asesina que intimidaría a cualquiera.

 

-¡¡No estoy gordo, solo tengo los huesos anchos!! -gritó al tiempo que alzaba las manos para hacer un jutsu. -¡¡Nikudan sensha!!

 

En menos de cinco segundos, entre gritos de dolor y asustados, medio local se vino abajo. Y minutos después, cuando todos consiguieron salir de entre los escombros del lugar, se podía ver a los culpables del desastre haciendo insistentes reverencias al dueño del local que los miraba con enfado y de brazos cruzados. Le dieron todo el dinero que llevaban encima en ese momento para compensar los daños, excepto Naruto que no tenía dinero.

 

Sakura puso una mano en la nuca del rubio y con brusquedad lo obligó a hacer varias reverencias a una velocidad increíble, dejándolo casi mareado.

 

-¡Discúlpate tú también! ¡Naruto idiota! -le exigió soltándole. -¡Todo esto es tu culpa!

-¡Pero si no he hecho nada! -se quejó sobándose la nuca con una mueca adolorida. -Fue Chouji quien tiró el local abajo, ¡no yo!

 

Yamanaka suspiró de forma pesada, sacudiéndose el polvo de la ropa mientras le contestaba a su amiga y rival.

 

-Fue culpa de Naruto por decir la palabra tabú, pero él no sabía que no podía decir esa palabra. Que yo sepa, nadie le advirtió que esa palabra estaba prohibida.

-Bueno, tal vez tienes razón -se conformó la de ojos verdes, y después miró a Uzumaki. -Recuerda, Naruto, nuca, pero nunca jamás, llames así a Chouji. Ya has visto que no es bueno hacerle enfadar.

 

El rubio tan solo asintió con la cabeza mientras se sacudía el rebelde cabello con ambas manos para retirar el exceso de polvo.

 

Tras el incidente, Neji, Tenten, Chouji, Shikamaru, Hinata y Shino se marcharon a sus respectivas casas.

 

Inuzuka se acercó a Naruto, sujetándolo del brazo con cierta prisa, aunque con una sonrisita divertida.

 

-Bueno, tú y yo nos vamos.

-¿Adónde, Kiba? -preguntó algo reticente a dejarse llevar por el castaño.

-A conocer chicas, obviamente.

 

Ino se acercó a ellos con curiosidad.

 

-Me parece bien que quieras buscarle una novia a Naruto, Kiba, pero...

-¿Qué? -contestó éste.

-Naruto es un niño, así que no creo que deba conocer a chicas de nuestra edad. Lo mejor para él sería conocer a niñas de su edad.

 

El castaño rodó la mirada y después dejó escapar una risotada estridente.

 

-Eso sería ideal, pero no hay niñas de ciento... -miró al rubio. -¿Cuántos años dijiste que tenías?

-Ciento dieciséis -respondió contento.

-Oh, cierto - volvió su atención a Yamanaka. -No hay niñas de ciento dieciséis años.

 

Haruno se acercó a Naruto y lo tomó del otro brazo para evitar que se fuera con Kiba.

 

-Pero Ino tiene razón. Naruto debería conocer a niñas de su edad, bueno... de la edad que aparenta y su edad mental. Como ella bien ha dicho, es un niño. Lo mejor para Naruto sería buscarle una compañera de unos... doce o trece años -esbozó una ligera sonrisa y sacudió una mano. -Pero con esa edad una niña no puede saber cuando está enamorada de alguien.

 

Kiba arqueó ambas cejas cuando ella dijo eso último. Y no pudo resistir las ganas de molestarla un poco más.

 

-¿Hablas por experiencia, Sakura? -se burló. -Porque recuerdo que con esa edad, tú ya afirmabas amar a Sasuke con todas tus fuerzas. Y no solo tú, Ino también. Todavía recuerdo que cuando algún idiota extendió el rumor de que a Sasuke le gustaban las chicas de pelo largo, vosotras os lo dejasteis crecer por "amor" a él.

 

Las dos chicas se ruborizaron de forma notable y fruncieron ligeramente el ceño. Estaban a punto de lanzarse sobre Kiba para abofetearlo, pero la voz curiosa de Naruto las detuvo.

 

-¿Al teme le gustan las niñas con el pelo largo? -se cruzó de brazos con confusión, y antes de recibir respuesta, volvió a hablar. -Pero se supone que solo besas en los labios a la persona que te gusta, ¿verdad? Entonces... -alzó una mano y tomó entre sus dedos uno de sus cortos mechones rubios. Estuvo por decir algo más, pero recordó que los besos entre Sasuke y él debían de ser secreto, así que se mantuvo en silencio.

-¿Entonces qué? -preguntaron ellas al unísono.

-No, nada -se llevó ambas manos detrás de la cabeza en una pose despreocupada. -Prefiero no conocer a ninguna niña.

-No hay problema, te presentare a unos chicos entonces -contestó el castaño. -Aunque será más difícil para mí.

 

Uzumaki arrugó la nariz ligeramente y negó con la cabeza, desagradándole también aquella opción. Hasta donde sabía, solo podía besar a su persona especial, y esa persona especial sería su novio, o novia. De solo imaginarse besando en los labios a cualquier persona, una sensación desagradable se concentraba en su estómago.

 

-Tampoco quiero.

-¿Entonces qué vas a hacer? -cuestionó el otro con evidente duda y cierta preocupación. -¿Quedarte sólo el resto de tu vida?

 

Naruto abrió ligeramente los ojos ante esa opción. Precisamente había empezado a asimilar la posibilidad de tener una pareja humana para no pasar el resto de su larga vida sólo. Pero era algo difícil para él cuando solo podía imaginarse siendo besado, acariciado y abrazado por Sasuke.

 

Después de todo era su mejor amigo y la persona con la que más tiempo pasaba, exceptuando las dos anteriores semanas, así que era algo normal que se sintiese tan apegado a Sasuke.

 

Como Inuzuka todavía esperaba una respuesta, tan solo se encogió de hombros y se alejó caminando tranquilamente, aunque le dedicó una mala mirada a Akamaru cuando pasó por su lado.

 

-Me lo pensaré, Kiba.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^ ¡Me animan mucho a seguir escribiendo!

 

Como prometí, a primeros de Enero traigo la actualización. ¡Espero que recordéis el hilo de la historia! Traigo un capitulo extra largo para compensar la tardanza. Ojalá que hayáis pasado unas felices fiestas, y os deseo un feliz año 2011, lleno de salud, dinero, amor y mucho yaoi (sobre todo si es de Naruto), jajaja...

 

Bueno, creo que ya sí está más o menos claro cuál es la decisión que tomó Sasuke capítulos atrás, ¿verdad? Aun así, muchas chicas lo adivinaron hace tiempo, me sorprende XD

 

Y ahora, adelanto del capítulo 19:

 

"-Tengo un problema, Sasuke-kun. Necesito encontrar un libro donde se expliquen los sentimientos de una persona enamorada.

 

Al notar la insistencia del dichoso ANBU en iniciar una conversación, Sasuke suspiró con pesadez y contestó.

 

-¿Te has enamorado? Lo siento por la chica.

-No es una chica, es un chico.

 

Esa confesión sorprendió ligeramente a Uchiha, aunque no lo demostró.

 

-Es igual, en ese caso lo siento por el chico -habló mientras se daba la vuelta, dispuesto a marcharse.

-¿Me podrías ayudar a descubrir si estoy enamorado de Naruto? -preguntó en cuanto lo vio girarse, logrando que se detuviera en seco cuando apenas había avanzado un paso.

 

Sai no estaba seguro, pero casi juraría que cuando Uchiha giró lentamente para encararle, un fugaz destello rojizo del Sharingan había aparecido en sus ojos. Aun así, no se sintió intimidado, ni siquiera por la seria y fría mirada que el otro le dedicaba. Tan solo mantuvo su sonrisa leve con los ojos cerrados.

 

-¿Has dicho... de Naruto?

-Sí.

-Naruto... ¿El usuratonkachi?

-El mismo."

 

¿Sabías qué...?

Otra de las propiedades del zorro japonés es que puede vivir miles de años, pero a veces mueren más jóvenes (tal vez porque en alguna de sus aventuras les capturan y les matan). Los que llegan a semejantes edades milenarias, suelen tener 9 colas y poderes iguales a los de un dios (kyuubi kitsune 九尾狐, zorro de nueve colas; también llamado tenkoz88;天狐, zorro celestial).

 

Me estoy quedando sin datos sobre kitsune u.ùU ¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).