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Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

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KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 19: "Malentendidos y confusiones":

 

En la biblioteca de Konoha, Sasuke observaba algunos libros en las estanterías sin mostrar mucho interés. Se sentía idiota, o para ser más específicos, se sentía como el idiota de Sai buscando información en unos libros.

 

Aunque solo había ido allí en un intento de distraer su mente leyendo un poco y olvidar lo ocurrido en la torre Hokage.

 

Uno de los libros llamo su atención, era el que estaba buscando, ya lo había visto antes en manos del ANBU. Era el libro sobre zorros que Sai leyó el día de su cumpleaños. Ese libro tal vez le ayudaría un poco más para entender a Naruto, aunque no fuera un zorro ordinario. Sin pensarlo mucho, estiró un brazo y cogió el libro, abriéndolo y pasando las páginas con rapidez en cuanto lo tuvo en sus manos. Al azar se detuvo en una página que hablaba sobre la relación de los cachorros con sus madres, leyendo en voz baja, para sí mismo:

 

-Al igual que ocurre con los humanos, la madre zorra se "infantiliza" para jugar con sus crías. Al cachorro se le está permitido cualquier tipo de juego, desde morder, hasta saltar sobre su madre, y ésta siempre le seguirá el juego.

 

Bueno, al menos ahora comprendía un poco esa insistencia de Naruto en mencionar a cada momento que sus padres jugaban con él.

 

-Oh, Sasuke-kun.

 

El mencionado cerró el libro. Alzó la mirada con pereza y miró a su derecha al reconocer al dueño de aquella voz: Sai. El pelinegro se acercaba a él con un libro entre las manos del cual no logró distinguir el titulo.

 

-Nunca antes te había visto aquí -continuó hablando el ANBU sin borrar su sonrisa. Leyó el título del libro que Uchiha tenía en las manos. -Ese libro es bastante interesante, yo me lo llevé en Julio.

 

Ambos pelinegros se observaron, Sasuke con aburrimiento, esperando con paciencia a que el otro se marchara, y Sai con su eterna sonrisa fingida, esperando que Uchiha le dijera algo. Pero solo hubo silencio, así que siguió hablando él.

 

-Tengo un problema, Sasuke-kun. Necesito encontrar un libro donde se expliquen los sentimientos de una persona enamorada.

 

Al notar la insistencia del dichoso ANBU en iniciar una conversación, Sasuke suspiró con pesadez y contestó.

 

-¿Te has enamorado? Lo siento por la chica.

-No es una chica, es un chico.

 

Esa confesión sorprendió ligeramente a Uchiha, aunque no lo demostró.

 

-Es igual, en ese caso lo siento por el chico -habló mientras se daba la vuelta, dispuesto a marcharse.

-¿Me podrías ayudar a descubrir si estoy enamorado de Naruto? -preguntó en cuanto lo vio girarse, logrando que se detuviera en seco cuando apenas había avanzado un paso.

 

Sai no estaba seguro, pero casi juraría que cuando Uchiha giró lentamente para encararle, un fugaz destello rojizo del Sharingan había aparecido en sus ojos. Aun así, no se sintió intimidado, ni siquiera por la seria y fría mirada que el otro le dedicaba. Tan solo mantuvo su sonrisa leve con los ojos cerrados.

 

-¿Has dicho... de Naruto?

-Sí.

-Naruto... ¿El usuratonkachi?

-El mismo.

 

Un denso silencio quedó después. Sasuke fulminando con la mirada al otro, ansiando hacerlo desaparecer. Una gotita de sudor le bajó al ANBU por la mejilla, delatando su nerviosismo. Con gesto ligeramente incrédulo, recogió aquella diminuta gota con la punta de los dedos. No estaba acostumbrado a sentir emociones, y ahora mismo Sasuke le estaba provocando nervios y tensión.

 

-Sakura dijo ésta tarde que estoy enamorado de Naruto, y como yo no entiendo sobre los sentimientos y las emociones, no me siento seguro como para negarlo. Ella sí sabe sobre eso, y si dice que estoy enamorado de Naruto, debe de ser así.

-...y si yo te digo que eres estúpido, ¿me creerás ciegamente? -no recibió respuesta a su pregunta, así no supo cómo interpretarlo. -Créeme, eres estúpido.

-¿Me vas a ayudar, o no? Después de todo, Naruto y tú ya no sois amantes.

 

Sasuke se preguntó seriamente quien era el idiota que se encargaba de extender esos rumores sin sentido. Durante meses todos estuvieron diciendo que Naruto y él eran amantes, aunque lo negara hasta el cansancio. Y ahora de repente el nuevo rumor era que ya no eran amantes.

 

-¿Quién dice eso?

-Naruto dice que te incomoda su presencia y no quieres estar en el mismo lugar que él esté -al no recibir respuesta por parte de Sasuke, agregó. -Kiba ha pensado en buscarle una novia o un novio a Naruto, por eso necesito saber si estoy enamorado de él antes de que encuentre pareja.

 

Uchiha entrecerró los ojos con evidente molestia, aunque de inmediato recobró la compostura y mostró un rostro inexpresivo. ¿Quién se creía que era ese estúpido de Inuzuka para ir buscándole pareja a Naruto? Y para rematar, el odioso ANBU ahora le venía con que tal vez estaba enamorado del dobe.

 

-No tengo que ayudarte en nada. No estás enamorado de Naruto -sentenció tajante para dar el tema por finalizado.

-¿Cómo puedes estar seguro? -pero Sai no pensaba dejar ese tema a un lado hasta que lo tuviese todo claro.

 

Sasuke tan solo chasqueó ligeramente la lengua. Mientras que Sai de inmediato abrió el libro que sostenía en las manos, buscando entre las páginas hasta detenerse en una en específico.

 

-Hace un momento leí sobre la amistad. Decía que esos sentimientos a veces pueden terminar en amor, pero no decía nada si eran dos hombres -volvió a cerrar el libro y encaró los otros ojos negros. -Confieso que me gusta la compañía de Naruto, pero no sabría decir si es amor.

 

Al igual que le ocurrió con su hermano Itachi, sin pretenderlo Sasuke dejó ver sus celos, ese sentimiento que parecía no iba a abandonarle hasta la muerte.

 

-No es amor. Y si lo fuera, no serías correspondido porque soy yo quien le gusta a Naruto.

 

Al instante Uchiha se reprendió mentalmente por sus palabras. Suerte que Sai era un negado para los sentimientos y seguramente no había notado sus celos. Justo en ese momento, lo vio abrir de nuevo el libro y buscar entre las páginas.

 

-¿Podría ser que lo que sientes son celos, Sasuke-kun? -preguntó sin despegar la mirada del libro, por lo que no pudo contemplar la fugaz expresión sorprendida del mencionado. -Antes he leído que los celos son un sentimiento de temor a perder a la persona amada. Cuando mantienes, o has mantenido una relación con una persona, es probable que los celos actúen como un mecanismo de defensa... -pero no pudo terminar de hablar porque el libro le fue arrebatado de las manos.

-Ya has leído suficiente por hoy -y sin más se marchó de allí llevándose su libro y el de Sai.

 

Caminó directo a casa. Por un momento había pensado en dejar en la biblioteca el libro que le había quitado a Sai, pero se arriesgaba a que lo volviera a encontrar.

 

El mundo se había vuelto loco. Sai enamorado de Naruto, eso sí que era de risa. Aunque lo último que sentía después de recibir semejante noticia, eran ganas de reír. Y además le apetecía terriblemente retorcerle el cuello al entrometido de Kiba por andar de celestino.

 

Abrió y cerró la puerta de mala gana, se descalzó en el rellano de la entrada y no avisó que había llegado a casa por seguir dándole vueltas al mismo asunto. Ese cabeza hueca de Naruto se había vuelto tan sociable con el paso del tiempo, que no le extrañaba que de repente le saliera un posible enamorado, o más de uno. Y estaba seguro de que si Kiba le presentaba a Naruto algún chico o chica, sin problemas los podría enamorar con esa personalidad alegre y simple que poseía.

 

Lo mejor era dejar de pensar en todo eso. Como ya el clima no era tan caluroso por ser otoño, se bebería un vaso de té caliente y dejaría la mente en blanco por un rato. Pero antes de ir a la cocina a calentar agua, pasaría por la sala para dejar ahí los libros. A unos pasos de entrar, escuchó la inconfundible voz de Naruto, pero no sonaba jovial como siempre, sino que se escuchaba cansado y jadeante. Al parecer su hermano estaba con él.

 

-¿Ya estás cansado, Naruto-kun? -se escuchó la voz de Itachi provenir de la sala.

-Cla-claro -suspiró de forma sonora. -Después de todo es mi primera vez haciendo esto, ya te lo he dicho -después de una breve pausa que uso para recobrar el aliento, continuó -¿Podemos descansar... un momento?

-No. Debemos terminar rápido antes de que Sasuke regrese.

 

Al escuchar su nombre, Sasuke no pudo evitar apoyarse en la pared, junto a la entrada, para escuchar mejor qué estaban hablando y qué tenía que ver con él. Frunció ligeramente el ceño al preguntarse por qué demonios Naruto se escuchaba tan fatigado al hablar. Itachi también se escuchaba algo cansado, pero apenas se notaba en su voz. Sería muy fácil resolver sus dudas asomándose a la sala, pero una vocecita en su cabeza le decía que lo mejor era no hacerlo, pues estaba empezando a imaginar algo que no le estaba gustando para nada.

 

-¿Qué importa el teme? -cuestionó el rubio. -Si viene, le decimos que no entre. ¡Pero yo quiero descansar!

-No podemos dejar esto a medias, Naruto-kun.

-¡Me duele la espalda! -se quejó con cansancio. -E-eres cruel, igual que Sasuke.

-¿No me digas que ya has intentado hacer esto con mi tonto hermano menor?

-Sí... -respondió con un suspiro. -Ese teme mandón me quiso obligar por la fuerza a que hiciera esto. ¡Pe-pero yo huí!

 

En lugar de asomarse, Sasuke continuó sacando conjeturas a partir de lo que escuchaba: las voces fatigadas de Naruto y de Itachi, aunque en su hermano se notaba menos, y además escuchaba un sonido extraño, como si algo se frotara contra el suelo constantemente.

 

Naruto había dicho que le dolía la espalda. ¿Podía ser su espalda la que se frotaba contra el suelo una y otra vez? Y también había dicho que él, el teme mandón según el dobe, le quiso obligar por la fuerza a hacer lo que ahora hacía, pero que huyó. Como un latigazo, en su mente se formó una imagen demasiado nítida para su gusto de lo que pasaba ahí dentro, y era muy semejante a lo que ocurrió entre él y Naruto hacía unas semanas, cuando su razón se evaporó, se propasó con el rubio y éste huyó al borde del llanto por el miedo.

 

Su respiración se aceleró un poco de forma repentina, volviéndose rápida pero pesada.

 

Itachi no podía estar ahora entre las piernas de Naruto, desnudándole, haciéndole suyo como él trato de hacer semanas atrás. ¡No! ¡¡No podía!!

 

Su hermano no haría eso. No le haría eso.

 

-¿Y porqué conmigo no huyes, Naruto-kun?

-Mn, bueno... -dejó escapar un largo suspiro, delatando su cansancio. -No es que no sienta deseos, pero tú eres más amable que Sasuke y por eso no te he dicho que no.

 

La mandíbula de Sasuke se tensó al apretar los dientes con repentina fuerza. ¡Eso era el colmo! ¡Naruto estaba dejando que Itachi le hiciera suyo solo porque era más amable!

 

¡Oh, claro...! ¿Cómo no había pensado eso? ¡La próxima vez que quisiera meterle mano a Naruto tendría que ser amable para que éste se dejara! Nótese el sarcasmo.

 

Y además, ¿qué demonios hacía el dobe diciéndole a Itachi que él le quiso obligar cuando habían quedado en que todo sería un secreto? ¡Ese idiota no sabía guardar secretos! Fuera como fuera, no iba a dejar que esos dos llegaran más lejos de lo que ya habían llegado.

 

Algo indeciso en un principio, pero armándose de valor rápidamente, tomó aire e ingresó en la sala con pasos decididos. Notó el suelo ligeramente húmedo, pero no le prestó atención a eso. Su expresión de enojo fue sustituida por una de duda al no encontrar la escena desagradable que esperaba: Naruto estaba en el suelo a cuatro patas, con un trapo algo mojado entre las manos y frotando el suelo con ímpetu, de ahí el constante sonido de algo frotándose contra el suelo y la respiración agitada del rubio. Itachi estaba arrodillado en el suelo, algo alejado de Uzumaki y también con un trapo en las manos, pero él no frotaba pues le estaba mirando desde que entró. Y entre ellos había un cubo con agua.

 

Por eso el suelo estaba húmedo.

 

Parpadeó repetidas veces con incredulidad, aunque no se notó mucho en su expresión. ¿No se suponía que Itachi y Naruto estaban teniendo sexo a escondidas de él?

 

-Sasuke... -comenzó a decir el mayor. -¿Estás bien? Tienes mala cara.

-¿...habéis estado limpiando todo el tiempo? -fue lo único que atinó a decir, haciéndole sentir idiota.

-Sí. Hemos limpiado varias habitaciones, aprovechando que hoy Naruto-kun está tan colaborador con las tareas del hogar -cerró momentáneamente los ojos en una ligera sonrisa. -Pero como no está acostumbrado a éste tipo de cosas, está agotado.

 

Sasuke se sintió tan aliviado en ese momento que por fin fue consciente de lo tenso que había mantenido todo el cuerpo, y también la mente. Se prometió en ese mismo instante que no volvería a escuchar conversaciones ajenas nunca más.

 

El rubio levantó un poco las peludas orejas y ondeó la cola cuando olisqueó el aroma de Sasuke en el ambiente, pero aun así no alzó la cabeza para verle, ni dejó de lado su tarea. Con el trato actual que su amigo le daba, sentía que no merecía la pena siquiera levantar la cabeza y dedicarle una sonrisa. ¿Para qué? Seguramente le ignoraría y se marcharía, como últimamente hacía.

 

Aunque era algo complicado para él, porque realmente quería observar a Sasuke, dedicarle una de sus mejores sonrisas que no tenía que forzar ya que al ver a su amigo ésta aparecía sola, y hablar con él sobre cualquier cosa.

 

Aun así, interiormente esperaba que Sasuke le dedicara alguna palabra aprobatoria al verle por fin haciendo parte de las tareas del hogar por voluntad propia. Estando tan aburrido, y teniendo tanto tiempo para pensar, por su cabeza pasó la posibilidad de que el trato despectivo que le daba el pelinegro podría deberse a que no obedecía ninguna de las reglas que en su día su amigo le dijo que debía cumplir. Por eso, ahora, haría cualquier cosa que Sasuke le pidiera con tal de que todo volviera a ser como hasta hace unas semanas.

 

Movió levemente las orejas al escuchar a su amigo caminar hasta la mesa. Lo siguió disimuladamente con la mirada y vio que dejaba un par de libros sobre ella, para después caminar en silencio y salir de allí. Y justo en ese momento notó que había estado algo tenso desde el instante en que Sasuke había puesto un pie en la sala. Suspiró hondo por la nariz, y algo cansado de frotar el suelo, se sentó y observó a Itachi.

 

El más alto, al notar los ojos azules clavados en él, le devolvió la mirada.

 

-¿Ocurre algo, Naruto-kun? -cuestionó con voz suave. Y antes de recibir respuesta, agregó algo más. -De nuevo vas a decir que Sasuke es raro, ¿no? Confieso que yo alguna vez también he llegado a pensarlo.

-No es eso. De repente me estaba preguntando algo.

 

Itachi metió el trapo en el cubo de agua cuando finalizó su tarea, y se acomodó mejor para escuchar al rubio, sentándose con las piernas cruzadas en el suelo.

 

-¿De qué se trata?

-¿Alguna vez has besado a alguien en los labios?

 

El pelinegro arqueó un poco las cejas en señal de sorpresa y parpadeó un par de veces. Después observó fijamente a Uzumaki, cuestionándole de forma muda si aquella pregunta iba en serio, aunque después lo exteriorizó con palabras.

 

-¿Eso es lo que te estabas preguntando? -quiso asegurarse, todavía algo consternado aunque no lo aparentara.

-Sí. Quiero saberlo.

-Bueno... Sí, he besado a alguien en los labios.

-¿A más de una persona?

 

Itachi tan solo asintió una vez con la cabeza en ésta ocasión, y Naruto se irguió ligeramente, viéndose algo emocionado al recibir la respuesta afirmativa.

 

-¡Woah! ¿En serio? -agitó un poco la cola. -Entonces... ¿Entonces es cierto que sientes lo mismo sin importar a quién beses?

 

Uchiha se mantuvo en silencio un breve momento, sintiendo extraña aquella conversación con un niño que siempre había destacado por su extrema inocencia.

 

-¿Porqué tienes unas dudas como esas, Naruto-kun?

-Es que Sasuke me dijo que sentiría lo mismo sin importar a quién bese -de repente se cruzó de brazos, viéndose algo molesto. -Pero yo no creo que eso sea cierto. ¡Sería tan decepcionante...! -exclamó bajando las peludas orejas.

 

Una ligera sonrisa surcó por un segundo los labios del mayor. Pero ésta se borró al instante al pensar en algo.

 

-Naruto-kun, ¿en qué momento has tenido esa conversación con mi hermano?

-Aquella noche que os encontré a los dos en el jardín interior de la casa.

-Ya veo -casi murmuró. -Ahora soy yo quién tiene una duda.

-¿Cuál es? -preguntó esbozando una sonrisa.

-¿Has besado a alguien en los labios?

 

Nada más preguntar aquello, Itachi observó fijamente al rubio, esperando mayormente ver la respuesta de su cuerpo que escuchar su contestación. Con la boca se puede mentir, pero nuestro lenguaje corporal siempre nos acaba delatando. Internamente le resultó graciosa la inocencia de Naruto cuando le vio negar con la cabeza notoriamente tenso, sonrojado y esquivándole la mirada. Efectivamente, una clara señal de que mentía.

 

-¿En serio? -su voz sonó en un tono ligeramente inocente perfectamente fingido. -¿Entonces porqué Sasuke y tú tuvisteis esa conversación?

 

El rubio frunció apenas el ceño, pensando todo lo rápido que podía una excusa. Los besos entre Sasuke y él eran un secreto.

 

-Solo sentía curiosidad -seguidamente señaló la televisión con una mano. -En la caja negra se besan... y parece gustarles... -finalizó balbuceando.

-Ah, así que era eso -comentó, simulando creer la excusa del otro. -Bueno, todavía eres un niño, así que es mejor que lo descubras por ti mismo cuando llegue tu momento.

 

Sin más, Itachi se puso de pie y al instante escuchó unos pasos estrepitosos acercarse a él y un agarre en la camiseta a la altura del pecho. Bajó la mirada, encontrándose con los ojos azules de Uzumaki que le observaban con cierto tinte ansioso.

 

-¡No quiero esperar a que llegue mi momento! -le discutió. -Quiero saberlo ahora.

 

El pelinegro sujetó las manos de Naruto y con tranquilidad hizo que le soltara del agarre. Dejó escapar un corto suspiro al pensar que ni siquiera con su hermano menor había tenido una conversación como esa, y por eso no pudo evitar sentirse algo extraño.

 

-No sé cómo decírtelo para que lo entiendas. Cuando beses a alguien que amas, efectivamente sentirás cosas. Pero puede ser que por varios motivos con el tiempo ames a otra persona, y también sentirás algo al besarle -explicó lo más breve que pudo.

 

Naruto no dijo nada, pero se sintió algo decepcionado al escuchar aquello. Él seguía sin poder imaginarse besando a alguien que no fuera Sasuke y que le provocara lo mismo que su amigo le hacía sentir.

 

En un arrebato, se puso de puntillas y posó las manos en los hombros del mayor. Y notó que Itachi era incluso más alto que Sasuke cuando se percató de que no lograba alcanzar los labios del otro. Le empujó un poco por los hombros, instándole a que se agachara, pero Itachi parecía no entenderle, o no quería obedecerle.

 

Uchiha sabía perfectamente lo que Naruto quería hacer tan de repente, y eso sí que le tomó por sorpresa. Se negó a agacharse, a pesar de la insistencia del otro en tirar de él.

 

-Naruto-kun, detente.

-Solo quiero darte un beso -se excusó, como si eso fuese lo más natural del mundo. -Quiero saber qué se siente. Pero no alcanzo. ¡Agáchate!

 

Itachi negó suavemente con la cabeza y una vez más retiró las manos del rubio, dejando a éste confundido. Como todo niño, Naruto ansiaba experimentar y aprender cosas nuevas, era algo normal. Y a pesar de que él le había ayudado y enseñado varias cosas, no iba a hacer algo como eso. Se agachó a recoger el trapo de Naruto olvidado en el suelo, el cubo, y caminó a la salida mientras hablaba.

 

-No puedo ayudarte con eso. Deberás descubrirlo por ti mismo cuando encuentres a la persona indicada -fue todo lo que dijo, antes de salir de la sala.

 

Uzumaki frunció el ceño de forma notable e infló las mejillas en una mueca de enojo bastante infantil. No terminaba de comprender eso de "la persona indicada" o "especial". ¿Cómo rayos podía saber cual era esa persona? ¿Tenía que besarle para saberlo o qué? ¡No lo entendía!

 

Sin ser consciente, empezó a caminar de un lado a otro en la sala mientras se cruzaba de brazos y ondeaba la cola de forma incansable.

 

Los humanos siempre hablaban sobre "gustar" de otra persona, o estar "enamorados". ¿Pero como estar seguro de cuando te gusta o estás enamorado de alguien? Tal vez cuando él se comportara como Sakura-chan lo hacía cuando veía a Sasuke y empezara a suspirar, ruborizarse y hacer cosas extrañas, quizá lo entendería mejor.

 

Y ahora que precisamente pensaba en Sakura, a su mente llegó el recuerdo de la conversación que tuvo con ella justamente antes de que decidiese marcharse de Konoha y estuviera desaparecido un mes.

 

-¿¡Besaste a Sasuke-kun!?

-Suéltame -demandó serio.

 

Ella le soltó al instante al recordar el humor explosivo del kitsune, pero aun así le seguía fulminando con la mirada.

 

-¿Cómo te atreviste? -le reprochó. -Haces el papel de niño inocente, pero vas y besas a Sasuke-kun. ¡¡A Sasuke-kun!!

-¿Y qué hay de malo? Sólo fue un beso.

-No lo digas de ese modo, baka. No sabes lo que yo daría por poder besar a Sasuke-kun -refunfuñó.

-Pues hazlo, no es tan difícil -se encogió de hombros.

 

En aquella ocasión, Sakura-chan se enojó mucho con él por haber besado a Sasuke. Aunque ahora sabía que aquello no fue un beso, sino un lametón en la mejilla. En ese momento no le importó saber que su amiga ansiaba besar a Sasuke, pero por alguna razón ahora aquello le molestaba. Le molestaba bastante.

 

Se preguntó si desde que tuvieron esa conversación hasta ahora, Sakura-chan había besado a Sasuke. Sacudió con vehemencia la cabeza, deseando con fuerza que la respuesta fuera negativa.

 

-Naruto.

 

El llamado de su amigo le sacó de sus enredados pensamientos. Al instante giró para verle, y sin poder evitarlo le dedicó una sonrisa al tiempo que su cola comenzaba a agitarse. Notó un libro en las manos de Sasuke, y entonces entendió que el pelinegro le iba a dedicar un momento para enseñarle algo. En silencio se acomodó en el suelo, frente a la mesa, y el otro se sentó junto a él. Vio sobre la mesa los dos libros que anteriormente también había traído el pelinegro, pero no les prestó mayor atención.

 

-¿Qué me vas a enseñar hoy? -preguntó impaciente. Y antes de que el otro siquiera abriera la boca, continuó hablando. -¡Enséñame esa técnica rara!

-¿Rara? -reiteró con voz monótona, pero algo confundido. -¿Cuál?

-Eso que era... -intentó explicarse, inseguro. -¡Cuándo salía otro Sasuke!

-Oh, bunshin no jutsu.

-¡Esa!

 

Con desinterés, Sasuke abrió el libro que tenía en las manos, buscando algo en específico.

 

-Es una técnica básica, y bastante sencilla. No te vendría mal aprenderla.

-¡Exacto! ¡Exacto! -asintió con energía. -¡Así seré un ninja genial!

-Pero no idealices esa técnica. Bunshin no jutsu sólo crea copias de la persona que la realiza, pero no son cuerpos reales. Su finalidad es engañar al enemigo y desorientarlo.

-¿Ah...? -cerró los ojos y frunció el ceño, desconcertado y desilusionado. -¿Sólo eso? ¿Los clones sólo son adornos?

-Te acabo de decir que no son cuerpos reales -apoyó un codo en la mesa y descansó una mejilla en la palma de la mano. -Pero con el kage bunshin no jutsu es distinto.

-¿Por qué?

-Esa técnica requiere más nivel, por eso no aparece en los libros de la academia. Es ofensiva, defensiva y además puede confundir al enemigo. Kage bunshin crea cuerpos reales con una cantidad de chakra equivalente en cada uno. Si el cuerpo real sufre algún daño, pierde la consciencia, o cae en un genjutsu, los clones se deshacen o sufren el mismo daño. Pero para ésta técnica se requiere de una gran cantidad de chakra.

-¡Eso no es problema! ¡Yo tengo mucho! -exclamó al instante, y segundos después agregó más tranquilo. -...al menos eso me dijo ero sennin.

-Eso es cierto. Pero deberías de ser capaz de distribuirlo en partes iguales entre los clones, y tú todavía a duras penas sabes ocultar completamente tu chakra de vez en cuando.

 

El rubio frunció el ceño y los labios, sintiéndose ofendido. De pronto le arrebató el libro a Sasuke, buscando entre las páginas hasta que encontró dónde estaban escritos y dibujados los sellos necesarios para el bunshin no jutsu.

 

-No tan rápido, dobe -habló, llamando la atención de éste. -Primero debes concentrarte. Si lo haces a lo loco no te va a salir, y menos si es la primera vez.

 

Naruto se puso de pie de un salto e intentó hacer lo que Sasuke le había dicho, pero no sabía qué tenía que hacer exactamente para estar concentrado, así que se limitó a permanecer quieto y tranquilo, esperando que su amigo le dijera que más hacer.

 

-Concentra tu chakra -alzó las manos e hizo tres sellos con lentitud para que Uzumaki los viera bien. -Los sellos son: hitsuji, mi y tora -al instante un clon apareció junto a él. -Ahora inténtalo tú -habló al tiempo que la copia desaparecía en una nube de humo.

-Bien... -alzó las manos y con evidente torpeza imitó los sellos hechos por su amigo. -¡Bunshin no jutsu! -una versión deformada y pálida de él mismo apareció a su lado, asustándole. -¿¡Qué demonios es eso!?

 

Un segundo después el clon desapareció, aliviando al rubio. Mientras que Sasuke se limitó a seguir hablando con calma, ya que había previsto que obviamente no lo haría bien.

 

-No has utilizado el chakra suficiente -explicó.

-¡Jo! -protestó bajando las orejas con cierto desanimo que terminó casi cuando empezó. -¡Otra vez! -casi gritó con renovada energía, levantando las orejas.

 

Uzumaki lo intentó varias veces, siendo el resultado el mismo. Incluso en alguna ocasión ni siquiera había aparecido un clon. A Sasuke le gustaba la perseverancia del rubio cuando quería aprender algo, pero aun así dejó de prestarle atención al noveno intento y prefirió observar el libro. Unos minutos después, apenas moviendo ligeramente los ojos observó a Naruto en el justo momento en que éste se dejaba caer sentado en el suelo, algo cansado.

 

-No lo entiendo, Sasuke. ¿Qué hago mal? -preguntó frustrado.

-Supongo que te falta concentración y manipular mejor el chakra. A veces utilizas demasiado, y en ocasiones muy poco. Tienes un duro camino por delante, bola de pelos.

-¡No me llames así! -protestó indignado alzando un puño al aire.

 

Sasuke contestó alzando de forma efímera una de las comisuras de los labios, pero Naruto notó ese sutil movimiento y se sintió contento, pues desde que su amigo había empezado a comportarse tan distante con él, no le había visto esbozar ni un miserable intento de sonrisa.

 

-Oi, Naruto.

-Dime -respondió al instante.

-...últimamente sales mucho -comentó en un tono casual, sin apartar la mirada del libro.

 

El rubio frunció una ceja y arqueó la otra, sintiéndose desconcertado. Pero un segundo después sonrió ampliamente al percatarse de que Sasuke sí había notado que ya no pasaba tanto tiempo en casa.

 

-Sí -fue todo lo que dijo, reafirmando las palabras de su amigo.

-¿Sai se ha comportado extraño contigo recientemente?

-¿A qué te refieres con extraño?

 

Tras un momento de silencio, Sasuke por fin contestó.

 

-Nada. Olvídalo.

 

Sabiendo que por más que insistiera, Sasuke no le diría porqué le había preguntado aquello, Naruto no insistió y aunque fuera raro en él, asintió dócilmente en un movimiento de cabeza.

 

-Oh, ahora que mencionas a Sai... -comenzó a decir el rubio, llamando la atención del chico a su lado. -Ino dijo esta tarde que Sai se parece mucho a ti. Pero por más que yo te miro, no encuentro parecido.

-Ese idiota y yo no tenemos parecido alguno.

-¿Verdad que no? Tú eres mejor. ¡Mucho mejor!

 

Uchiha observó el brillo en los ojos azules de Naruto cuando exclamó eso último con total emoción. Y aunque un comentario petulante se quedó bailando en sus labios, no lo dijo y se limitó a apartar la mirada de la forma más natural posible.

 

-Además, las chicas suspiran cuando te ven. Con Sai nunca he notado que hagan eso, a excepción de Ino. Y creo que algunos chicos te tienen envidia.

-¿Cómo tú? -cuestionó algo jocoso.

-¡No te tengo envidia! -protestó al instante.

-Eso ni tú te lo crees, dobe.

-¡Tú...! ¡Creído!

 

Aquello no molestó a Sasuke lo más mínimo, de hecho le entretenía bastante estar teniendo esa discusión absurda con Naruto. Por primera vez en varios días, no sentía el ambiente tenso entre ellos.

 

-¿Y si no me tienes envidia por qué varias veces te he sorprendido espiándome cuando he ido yo solo a entrenar al bosque?

 

El kitsune apartó la mirada y no dijo nada. Recordaba aquellas ocasiones en las que Sasuke le había sorprendido espiándole, después él salía de su escondite y se lanzaba sobre su amigo, pero al instante éste le tiraba al suelo con una rapidez increíble haciéndole morder el polvo.

 

Tal vez en un principio sí, pero ahora no era envidia lo que sentía.

 

Le admiraba.

 

Sasuke era fuerte, seguro de sí mismo, prácticamente todo lo hacía bien, desde luchar, hasta cocinar, era inteligente, y sin hacer nada provocaba los suspiros de las chicas y la envidia de los chicos.

 

Quería ser como su amigo, y aunque era consciente de que todavía le quedaba un largo camino por recorrer para lograrlo, no le importaba. Tenían mucho tiempo por delante.

 

Uchiha permaneció en silencio, viendo como poco después de que Naruto desviara la mirada, volvía a mirarle. Por la expresión de su rostro, parecía estar pensando en algo. Los segundos pasaban y los ojos azules seguían clavados en él. Frunció ligeramente el ceño, ordenándole de forma muda que dejara de mirarle, pero el rubio parecía estar inmerso en sus cavilaciones. Algo hastiado estrelló de forma un poco tosca la palma de la mano derecha contra la cara de Naruto, empujándole ligeramente hacia atrás.

 

-En lugar de estar mirándome, podrías hacer algo más productivo como leer o practicar ese jutsu.

 

Con brusquedad, Uzumaki apartó la mano del otro y se llevó ambas manos al rostro, cubriéndose especialmente la nariz al sentirla adolorida.

 

-¡Idiota! -le gritó en respuesta. Y después agregó para sí mismo algo más en voz baja. -Podrás ser perfecto, pero tu carácter es insoportable.

-Deja de murmurar y lee -ordenó.

 

De mala gana, el rubio se acarició el puente de la nariz por última vez antes de tomar el libro con ambas manos y empezar a leer. Paulatinamente, su expresión de disgusto se suavizó y de soslayo observó a su amigo.

 

-...Sasuke -a pesar de no recibir respuesta, continuó hablando. -Gracias.

 

El aludido al instante posó la mirada sobre el rubio al no entender aquel repentino agradecimiento.

 

-¿Por qué?

-Lo que pasó en la torre Hokage... Bueno, en realidad por todo -habló sin apartar la mirada del libro en sus manos. -Ésta tarde me sentía muy enojado por la forma en que me tratabas últimamente, pero en el fondo pienso que debe de ser muy molesto estar todo el tiempo ocupándose de mí -alzó una mano y se la pasó por la nuca, delatando su repentino nerviosismo. -Has gastado mucho dinero en mí, y al principio no le di importancia porque no sabía lo importante que es para los humanos. Desde que estoy en Konoha he aprendido muchas cosas, y eso me hace feliz. Además, aceptaste ser mi maestro a pesar de que no te iban a pagar por ello. Por eso, desde ahora prometo no dar problemas y obedeceré las reglas que me dijiste hace tiempo. ¡Aunque lo de llevar calzado sigue sin gustarme!

 

Sasuke permaneció en silencio, procesando las palabras escuchadas. Tanto tiempo intentando que Naruto obedeciera alguna de las reglas que en su día le puso, con pésimo resultado, y ahora de la nada el rubio aceptaba todo en una actitud demasiado dócil nada típica de él.

 

Pero algo en su interior se activó y le indicó que aquella actitud sumisa en el kitsune era peligrosa. No, Naruto no debía rendirse y hacer una convivencia más grata. Eso sólo empeoraba las cosas. Él había decido semanas atrás que debía mantener a Naruto lejos. Lejos de él y sobre todo de Konoha. Y ahora de repente se sentía con el valor suficiente para hacérselo saber. Era el momento perfecto.

 

-Naruto... Echas de menos el bosque, ¿no?

 

El mencionado no entendió aquella repentina pregunta que no tenía nada que ver con lo que él había dicho anteriormente. Aun así contestó.

 

-Sí.

 

El pelinegro separó los labios, pero ni el más mínimo sonido escapó de ellos, cosa que le hizo sentir algo estúpido. Lo intentó una vez más, pero el resultado fue el mismo. Era como si de repente se hubiese quedado mudo. Enfadado consigo mismo, cerró la boca y frunció ligeramente el ceño.

 

-Es la segunda vez que me preguntas eso, Sasuke -comentó Uzumaki. -¿Sabes lo que más extraño del bosque? -sin esperar respuesta del otro, habló con cierto entusiasmo repentino. -¡Bañarme en el río! -exclamó alzando los brazos con una amplia sonrisa. -Allí puedo nadar y chapotear todo lo que quiera. Pero en la bañera no puedo hacerlo, y eso es aburrido -finalizó cruzándose de brazos.

 

De repente Sasuke pareció haber recuperado la voz.

 

-Si tanto extrañas el bosque, vuelve allí.

 

Los ojos azules se abrieron un poco más debido a la sorpresa que aquellas palabras le causaron. Extrañaba el bosque, sin duda, pero no tanto como para regresar. Se conformaba con estar un rato allí cada día.

 

-¿Qué? -fue lo único que atinó a decir.

 

Uchiha se puso de pie y le dedicó una breve mirada inexpresiva al rubio que le observaba notablemente nervioso todavía sentado en el suelo, con las peludas orejas completamente erguidas.

 

-Dudo que con esos sensibles oídos no me hayas escuchado.

 

Cuando Naruto vio que el pelinegro se encaminaba a la salida, se puso de pie de forma estrepitosa.

 

-¡Pe-pero yo no he dicho que quiera regresar! -exclamó con torpeza por querer decirlo tan rápido. -¡Además, ahora eres mi maestro! Si me marcho...

 

Sasuke encaró al otro al tiempo que se llevaba una mano a la cintura, como si aquella situación le resultara aburrida.

 

-¿Qué? -su voz sonaba impasible. -Yo no quería ser tu maestro, lo sabes.

-Pero tú... -intentó hablar, pero fue interrumpido.

-Sólo acepté porque la quinta me amenazó con suspenderme de mi cargo durante tiempo indefinido.

 

Dando aquella conversación por finalizada, prosiguió con su camino hacia la salida. Pero al parecer Naruto no quería zanjar el tema todavía, ya que volvió a hablar.

 

-¡Espera, Sasuke! Si no quieres ser mi maestro, está bien, por mí no hay problema. Hablaré con Tsunade no baa-chan para que me busque otro maestro -explicó con rapidez, temiendo que su amigo se marchara y le dejara con la palabra en la boca. -Shikamaru sería un buen maestro. O tal vez podría volver con Jiraiya, aunque ahora que lo pienso últimamente no lo he visto por la aldea. ¡O podría aprender solo!

 

No recibió respuesta y vio en silencio como Sasuke salía de la sala, dejándole bastante frustrado y confundido. No comprendía qué había ocurrido. Sólo le había dado las gracias a su amigo por todo lo que había hecho por él hasta ahora, y de la nada éste le dice que regrese al bosque.

 

A lo mejor Sasuke había malinterpretado sus palabras y cuando dijo que echaba de menos el bosque, pensó que quería regresar. Sí, eso tenía sentido. Seguramente había malinterpretado sus palabras. Además, no podía regresar al bosque con la amenaza de ataque del Sonido. Todavía recordaba aquella conversación en el bosque que tuvieron Sasuke y él, donde su amigo le insistía que regresara a Konoha y él se negaba:

 

-Nos vamos a Konoha.

 

Nada más pronunciar el nombre de la aldea, Sasuke recibió una mirada fulminante al tiempo que el kitsune tomaba impulso y se sentaba.

 

-No -replicó.

-Ya te he dicho que esos ninjas no te molestarán, así que deja de hacerte el difícil.

 

Por eso ahora no le veía sentido a lo que acababa de ocurrir. No podía ser que un día su amigo prácticamente le obligara a ir a la aldea, y después le ordenara marcharse al bosque.

 

Sin querer darle más importancia a lo ocurrido, desde su lugar observó los libros sobre la mesa. Uno de ellos ya lo había visto antes en manos de Sai, era ese libro que hablaba sobre zorros. El otro era un libro bastante grueso que tenía por título: "Conocer la mente y el corazón." Finalmente se encogió de hombros y salió de allí.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Una hora después, Sasuke salió de baño vistiendo ropa cómoda para estar por casa. Tenía una toalla sobre los hombros y el cabello algo húmedo a pesar de que ya no hacía calor como para dejarlo así. Se había tomado su tiempo bañándose, evitando pensar algo y haciendo tiempo para que Naruto se marchara. Seguramente el rubio ya estaría en el bosque. Pensar eso le provocaba una ligera sensación desagradable, pero la ignoró porque sabía que eso era lo mejor. El lugar de Naruto era el bosque, allí estaría a salvo.

 

Se encaminó a la cocina para picar algo, no tenía tanta hambre como para comer gran cosa. A varios pasos, se detuvo al percibir el chakra de Naruto, y no lo estaba imaginando. Aceleró el paso, y al entrar encontró a Uzumaki hablando animadamente con Itachi, ambos haciendo algo que no pudo ver pues le estaban dando la espalda. Pero parecía ser que estaban cocinando, cosa que le resultó totalmente extraña. ¿Naruto cocinando?

 

-Creo que no me ha quedado bien, Itachi -comentó el de ojos azules, bajando las peludas orejas algo afligido. -¿Y si a Sasuke no le gusta?

 

El recién llegado avanzó unos pasos, acercándose a los otros dos.

 

-¿Gustarme qué?

 

Itachi y Naruto giraron para verle. Y al instante el rubio sonrió y alzó algo en sus manos.

 

-¡Mira, Sasuke! ¡Te he preparado esto!

 

El aludido arqueó ligeramente una ceja. Lo que Uzumaki tenía en las manos era un intento de onigiri, ya que no tenía el tamaño y la forma correcta, sino que era total y perfectamente esférico. A Sasuke le pareció más una bola de nieve de tamaño mediano. Y algo que le resultó gracioso, aunque no lo exteriorizó, fue que tenía varios trozos de alga Nori por toda la bola de arroz.

 

Aunque al instante frunció ligeramente el ceño. ¿Qué rayos estaba haciendo ahí Naruto? Se suponía que ahora mismo debía de estar en el bosque y no volver a verlo en mucho tiempo, o en su defecto, nunca. Pero al parecer había sido un iluso al pensar que Uzumaki se marcharía así como así sólo porque se lo dijera una vez.

 

Esa sensación amarga en su interior se evaporó al instante, siendo sustituida por alivio, en cuanto vio la sonrisa cálida e infantil del rubio.

 

-¡Toma, Sasuke! Dime si está bueno. ¡Me he esforzado mucho!

 

Con un suspiro, el pelinegro tomó el onigiri cuando el otro se lo dio, cogiéndolo con ambas manos para que no se rompiera por su tamaño más grande de lo normal. Algo dubitativo, le dio un primer bocado, y tras saborearlo brevemente pensó que no estaba nada mal. Se notaba que Itachi le había ayudado, sino estaba seguro de que no sería comestible.

 

Por su parte, Naruto esperaba con emoción que Sasuke dijera algo.

 

-¿Está bueno? ¿Está bueno?

-No está mal -comentó en voz alta lo que pensaba.

-¡Me alegro! Aunque no le he podido dar la forma que quería -se quejó.

-La forma no importa, dobe.

 

A pesar del conocido insulto, Naruto sonrió al ver que Sasuke se comía el onigiri relleno de atún que tanto trabajo le había costado hacer. De repente, la voz de Itachi le llamó la atención.

 

-Naruto-kun, espero que no hayas olvidado lo más importante.

-¿El qué? ¿La sal? -cuestionó al instante, totalmente curioso.

-No. ¿Te has lavado las manos antes de comenzar a cocinar?

-Oh, eso... -esbozó una ligera sonrisa nerviosa. -No.

 

En ese instante Sasuke dejó de masticar lo que tenía en la boca, inseguro sobre si tragarlo o escupirlo. Y por un momento se debatió entre fulminar a Naruto con la mirada por no haberse lavado las manos, o a Itachi por haber preguntado aquello.

 

-Pero no pasa nada -agregó el kitsune, ésta vez con una sonrisa sincera. -Sasuke teme se lo está comiendo.

 

Sasuke decidió comerse el último bocado. Total, ya se había comido el resto.

 

-La próxima vez, no olvides lavarte las manos, idiota.

-Sí -respondió con una sonrisa, ignorando el insulto.

 

El resto del día fue bastante raro. Naruto estaba extrañamente hacendoso: ayudó a Itachi a preparar la cena y a poner a mesa, cuando terminaron de cenar se ofreció a quitar la mesa, rompiendo un vaso en el proceso debido a su falta de experiencia para manejar cosas frágiles. Incluso lavó los platos negándose a recibir ayuda, pero temiendo que el rubio no los dejara adecuadamente limpios, Sasuke le echó una mano.

 

Se preguntó si el afán de Uzumaki por hacer las tareas domésticas era debido a que temía que le echara de casa y le dijera una vez más que se fuera al bosque. Era cierto que antes de que eso ocurriera, el kitsune le había dicho que cumpliría las reglas que hace tiempo le puso, pero no esperaba que lo hiciera tan estrictamente.

 

Era raro no escuchar a Naruto quejándose por algo. Y lo más extraño fue cuando llegó la hora de dormir. Normalmente Uzumaki solía protestar diciendo que extrañaba su adorado cobertor y que no le gustaba dormir en el futón. Pero esa noche tan sólo dijo:

 

-No está tan mal dormir en el futón -comentó con una leve sonrisa, metiéndose en éste por primera vez de forma adecuada. -Es bastante cómodo.

 

Lógicamente Sasuke no le creyó cuando vio a Naruto arroparse con una mueca de incomodidad. Estaba claro que al rubio le seguía desagradando el futón. Pero prefirió no decir nada y cerró los ojos dispuesto a dormir.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Eran aproximadamente las cuatro de la madrugada cuando Uzumaki abrió los ojos y sin meditarlo se puso de pie, apartando en el proceso la colcha del futón con total desagrado.

 

Se detuvo a un par de pasos de la cama del pelinegro, observándole por primera vez con una mirada inexpresiva. Su cola no se movió sola como normalmente acostumbraba a hacer cuando veía a Sasuke, tan sólo permaneció caída y la corriente boba sonrisa no apareció en sus labios.

 

No había podido dormir casi nada. Todo el tiempo había estado pensando sobre lo que Sasuke hizo esa tarde. Le había sorprendido mucho que de repente le dijera que se fuera al bosque, así como así, sin darle ningún motivo. Cuando el pelinegro le insistió aquella vez en el bosque que fuera a Konoha, se sintió necesitado, y aunque realmente no quería ir, se sintió feliz al saber que era necesario para alguien. Por eso había estado pensando que si ahora de repente el pelinegro no le quería allí, debía de ser porque no era tan fuerte como Sasuke imaginó y probablemente no sería de ayuda a Konoha. Seguramente Sasuke le consideraba alguien débil. O tal vez era porque no había obedecido ninguna de las reglas que le puso hace tiempo y le estaba causando muchos problemas.

 

Fuera como fuera, no se iba a quedar quieto para esperar a descubrirlo. Se volvería fuerte por su cuenta y no causaría problemas. Apretó los puños en señal de determinación y salió de la habitación sin hacer ruido.

 

Media hora después Sasuke despertó, extrañado por no escuchar el constante ronroneo que Naruto emitía cuando dormía. Todo estaba en silencio. Para asegurarse giró la cabeza, descubriendo entre la penumbra de la habitación que el futón estaba vacío.

 

Tal vez había ido al baño, así que no se preocupó.

 

No fue consciente de en qué momento se había vuelto a quedar dormido esperando a que el rubio regresara del baño, pero podría jurar que había pasado más de media hora desde entonces. Sin pensarlo retiró las sábanas y se puso de pie, caminando de la forma más silenciosa posible para no despertar a su hermano. Revisó todas las habitaciones, pero todas estaban con la luz apagada, lo que indicaba que ahí no estaba. Aun así dio la luz en cada una de ellas para asegurarse.

 

Sólo le quedaba por revisar el jardín interior y la habitación de Itachi. Y más le valía a esa bola de pelos estar en el jardín.

 

Encontró abierta la puerta corredera que daba al jardín, así que desechó la idea de que Uzumaki estuviese con Itachi. Con sigilo se dirigió hacia allí, descubriendo que Naruto estaba, al parecer, entrenando. Aquello le sorprendió, no era hora para hacer eso. No tuvo que esperar mucho para saber qué era lo que hacía exactamente el rubio. Estaba practicando bunshin no jutsu, pero el resultado no era muy diferente del primer intento que hizo Naruto. Cada clon que creaba, era una versión deformada y pálida de Uzumaki. A pesar de eso, éste no se rendía y seguía intentándolo una y otra vez sin descanso. Eso era admirable.

 

Aprovechando que Naruto no había reparado en su presencia, activó el sharingan, pues todavía recordaba que el rubio le temía a ese doujutsu. Una vez que sus ojos se volvieron rojos y las tres comas negras aparecieron, pudo ver el flujo de chakra de Uzumaki. Siempre había sabido que Naruto estaba dotado con una gran cantidad de chakra, pero aquello que veía era demasiado. Gracias a su técnica ocular pudo descubrir cuál era el problema del otro: Naruto no concentraba el chakra en un mismo punto, por lo que tenía que tomar en cada intento una cantidad considerable de éste, desperdiciándolo. El chakra fluía a su propio aire en el cuerpo de Uzumaki.

 

En un segundo, vio los iris azules posados en él, por lo que se apresuró a cerrar los ojos. Al abrirlos, estos volvían a ser negros.

 

-¿Qué haces aquí, Sasuke?

-¿Entrenando a estas horas? -respondió con otra pregunta, como si no hubiese escuchado la de Naruto. -¿Qué mosca te ha picado?

-Pensé que sería bueno entrenar un poco.

 

Después tan sólo hubo silencio. Sasuke esperando a que el rubio continuara entrenando, y éste esperando a que Uchiha se fuera para poder entrenar solo. Viendo que el pelinegro no tenía intenciones de marcharse de momento, el de marcas en las mejillas esbozó una sonrisa forzada.

 

-¿Quieres algo?

-No.

-¿Entonces por qué no te vas a dormir?

-Quiero verte entrenar.

-Eso no te importa. Ya no eres mi maestro.

 

Naruto alzó ambas manos y cuando hizo dos de los tres sellos que necesitaba la técnica, fue interrumpido.

 

-¿Estás practicando bunshin no jutsu? -cuestionó con voz serena y un ligero tinte de falsa curiosidad.

-...sí.

-Si no te concentras y concentras tu chakra no lograrás nada.

-¡Ya lo sé, listo! -exclamó con cierto sarcasmo, frunciendo ligeramente el ceño.

-Pues si tan bien lo sabes, muéstrame un clon -habló con la misma tranquilidad de antes.

 

El kitsune apartó la mirada. No quería que Sasuke le viera haciéndolo mal de nuevo, quería demostrarle que aunque entrenara solo podría conseguir dominar la técnica. Ese tonto de Sasuke no le hacía falta para mejorar, era sólo que necesitaba un poco más de tiempo para dominar la técnica.

 

Con total naturalidad fingida, se llevó las manos a la nuca en una pose despreocupada y le dio la espalda al otro.

 

-No tengo porqué mostrarte nada. Además, ya he dominado la técnica perfectamente, puedo crear hasta dos clones a la misma vez.

-¿Mn? ¿En tan poco tiempo ya lo has dominado hasta ese punto? -preguntó con falsa sorpresa. -Muéstramelo.

 

El rubio se tensó notablemente ante aquella demanda. Fingiendo no haberle escuchado, caminó unos pasos todavía dándole la espalda al otro.

 

-Ya he terminado por hoy -comentó con plena tranquilidad. -Ahora practicaré algo de taijutsu.

 

Nada más decir eso, escuchó pasos tras él acercándose con velocidad. Totalmente curioso dio media vuelta, y tuvo el tiempo justo para cubrirse el rostro con ambas manos cuando vio que un puño estaba por golpearle. Retrocedió unos pasos con torpeza, y bastante consternado observó a Sasuke.

 

-¿¡Por qué has hecho eso!? -protestó.

-Has dicho que vas a practicar taijutsu -fue todo lo que contestó, con total tranquilidad, como si lo anterior nunca hubiera ocurrido.

-¡Sé lo que he dicho! ¡Pero querías golpearme!

-Si practicas tú solo no vas a lograr nada.

 

Naruto parpadeó, confuso en un principio, pero después comprendió qué quiso decir Sasuke. Quería ayudarle a entrenar.

 

-No necesito tu ayuda -sentenció girando la cara a un lado en un gesto orgulloso.

 

El pelinegro no dijo nada más. Con rapidez se acercó a Uzumaki y sujetándolo de un brazo lo alzó para después lanzarlo al suelo, cayendo éste boca arriba al tiempo que emitía un ahogado quejido de dolor.

 

A Naruto aquello le recordó horriblemente a esa ocasión en el bosque donde Uchiha le golpeó mientras le insistía que le mostrara su poder.

 

-¿¡Qué pretendes!? ¿¡Darme otra paliza!? -preguntó con irritación repentina.

-Sólo si no te defiendes.

 

Cuando Naruto vio que un pie de su amigo estaba por impactar de lleno en su estómago, con rapidez rodó un poco por el suelo para esquivarlo y seguidamente se puso de pie lo más veloz que pudo. Gruñó de forma audible, enojado. No sabía porqué, pero en ésta ocasión no sentía temor, al contrario, tenía unas ganas irrefrenables de darle un buen puñetazo al idiota de Sasuke. Tal vez era por todo lo ocurrido las últimas semanas. Pues bien, si ese teme quería pelea, se la daría. No volvería a verse con un débil llorón frente a él nunca más.

 

Haciendo uso de su extraordinaria velocidad, corrió hacia Sasuke y saltó sobre él, propinándole consecutivos puñetazos y patadas que el otro detenía con una facilidad que le fastidiaba. Pero en un parpadeo las tornas cambiaron y ahora era él quien a duras penas lograba detener un torrente de puñetazos dirigidos a su rostro. Tan sólo atinó a cerrar fuertemente los ojos y a cruzar los brazos frente su cara para protegerse.

 

-¡No cierres los ojos! -instruyó Sasuke con una seria voz demandante.

 

De pronto los golpes se detuvieron y Naruto entreabrió los ojos, desconfiado. En un segundo sintió una certera patada en el estómago que le hizo quedarse sin aire por un fugaz momento y caer de espaldas al suelo en un ruido seco. Se incorporó un poco, apoyando un codo en el suelo y secándose con la mano libre un delgado hilo de saliva que descendía por una de las comisuras de sus labios.

 

La voz del pelinegro nuevamente le llamó la atención.

 

-Nunca cierres los ojos cuando te están atacando. Mantenlos abiertos -mandó con voz firme. -Necesitas estar atento, ver de dónde proviene y dónde recibirás el ataque para poder defenderte y contraatacar.

 

Naruto no contestó. En cambio arrugó el entrecejo de forma notable, apretó los dientes y en sus ojos se mostraron unos reflejos rojizos al tiempo que las marcas de sus mejillas se volvían más definidas y las uñas de sus manos se convertían en unas largas y afiladas, semejantes a unas garras.

 

De un salto se puso de pie y le propinó un arañazo al pelinegro en el torso, pero cuál fue su sorpresa cuando traspasó trastabillando aquel cuerpo. Y entendió qué ocurría cuando Uchiha desapareció en una nube de humo.

 

-¡Era un clon!

 

Antes de que el humo terminara de disiparse por completo, recibió un golpe por detrás que le volvió a enviar al suelo. Pero en ésta ocasión se puso de pie de inmediato y giró para darle un zarpazo al pelinegro, siendo el resultado el mismo. Era otro clon. Cuando el bunshin volvió a desaparecer en otra nube de humo, supo que el verdadero Sasuke aprovecharía ese lapso de tiempo para atacarle, así que se previno. Alzó completamente las peludas orejas para adivinar por donde vendría el pelinegro, ya que el humo le dificultaba utilizar el olfato.

 

Escuchó unos pasos. ¡Por detrás otra vez! Con agilidad giró y lanzó un zarpazo a la silueta que logró atisbar entre el humo medio desaparecido. ¡Le había dado! Cuando el poco humo restante desapareció, descubrió a Sasuke cubriéndose el rostro con un brazo, donde tenía cuatro largas rayas ensangrentadas que llegaban desde el codo hasta la muñeca. Cuando lo vio apartar el brazo, sin reparar en la ligera mueca de dolor reflejada en su rostro, le lanzó un puñetazo en la mejilla derecha con todas sus fuerzas, logrando desestabilizar momentáneamente a Uchiha, cosa que aprovechó para lanzarse sobre él y derribarlo al suelo de espaldas.

 

Raudo, sujetó los brazos de Sasuke a la altura de su rostro mientras se sentaba en el estómago de éste, fulminándole con la mirada.

 

-¡Derribado! -exclamó el rubio, todavía con ese ligero brillo rojizo empañando sus ojos azules.

 

Sasuke no dijo nada, pero era consciente de que había subestimado más de la cuenta a Naruto, ya que en esa ocasión en el bosque no quiso darle una pelea seria, asumió que en ese momento tampoco lo haría.

 

Por otro lado, sentía un escozor insufrible en el brazo. Había sido herido con anterioridad por armas y nunca había sentido escozor semejante. Era como si la herida quemara de forma insoportable y ese calor se propagara también por la mano y el resto del brazo, a pesar de que esas zonas no estaban lastimadas.

 

Fue por eso que Naruto pudo darle aquel puñetazo. Esa sensación repentinamente abrasadora en el brazo le había desconcentrado momentáneamente.

 

Se obligó a apretar ligeramente los labios, ya que Uzumaki le sujetaba de los brazos y estaba presionando de forma insoportable la herida.

 

Tras varios segundos, la respiración ruidosa de Naruto se fue suavizando al sentirse más tranquilo. Sus ojos recobraron el color azul, la expresión de su rostro se suavizó, y las uñas junto con las marcas en las mejillas volvieron a la normalidad. Empezó a estudiar con la mirada al chico bajo él, o al menos lo que podía ver. Descubrió un pequeño corte que apenas sangraba en el labio inferior, cerca de la comisura. Sentía una de las manos húmedas, y de inmediato supo que era la sangre de la herida del brazo anteriormente agredido. Se observó la palma de la mano, empapada totalmente de sangre. Tembló de forma fugaz.

 

-Sa-Sasuke... yo no... -balbuceó arrepentido, poniéndose de pie.

 

Uchiha alzó el brazo, observando los cortes. Eran algo profundos, pero no tanto como para que saliera tanta sangre como en ese momento. Al parecer el daño había sido mayor del que se apreciaba a simple vista.

 

De repente vio ambas manos de Naruto frente a él, una de ella empapada de líquido rojizo, ofreciendo su ayuda para que se pusiera de pie. Buscó los ojos del rubio, notando en su mirada arrepentimiento y temor. Empezaba a pensar que si no decía algo, Naruto comenzaría a llorar de un momento a otro debido a la culpa de haberle dañado.

 

Negó en un movimiento suave de cabeza y se puso de pie sin ayuda. Debía curarse. Se retiró la camiseta y tapó ligeramente la herida que goteaba para no manchar el suelo de la casa. Mientras caminaba, el rubio se colocó a su lado sin quitarle la mirada intranquila de encima.

 

-¡L-lo siento, Sasuke! ¡Lo siento mucho! ¿Te duele?

 

El pelinegro suspiró brevemente, cerrando la puerta del jardín con la mano libre una vez ingresaron en el hogar. Le dolía como mil demonios, pero presentía que si le decía la verdad, entonces sí que vería a ese rubio cabeza hueca llorando a todo pulmón. Negó nuevamente con la cabeza.

 

-¿Crees que éste insignificante arañazo me molesta? He tenido heridas peores, dobe.

 

Aquella verdad a medias logró tranquilizar al kitsune. Realmente había tenido heridas peores, pero no que le hicieran sentir que hasta su piel se derretiría por semejante ardor.

 

Su camino al baño se vio truncado al sentir un repentino abrazo efusivo que le hizo apretar los labios una vez más para ahogar un quejido de dolor cuando notó su brazo lastimado aprisionado entre ambos cuerpos.

 

-¡Que alivio! ¡Me alegro! -celebró con una amplia sonrisa, agitando la esponjosa cola de un lado a otro con insistencia.

-Bien -atinó a decir con voz algo ahogada, pero con rostro inexpresivo. -Pero alégrate lejos de mí, bola de pelos -finalizó alejándolo con la ayuda de su mano libre.

 

Naruto siguió a su amigo al baño, donde con total atención lo observó lavar, desinfectar y vendar la herida. Sasuke no se había quejado en ningún momento, así que realmente no le dolería, o sería un dolor tan insignificante que ni lo sentía. Por una vez en su larga vida se alegró de ser débil.

 

Por otro lado, Uchiha se preguntó si los hermanos Takahashi habían sentido algo parecido cuando Naruto los atacó. Recordó que esos dos tenían vendas por casi todo el cuerpo, y si a él se le hacía terriblemente molesto ese arañazo, no quería imaginarse lo que habían pasado esos dos. Aunque no los compadecía. Si por él fuera, esos dos no estarían en Konoha desde el mismo día en que le pusieron un dedo encima al rubio.

 

-Eh, Sasuke -le llamó con voz suave.

-¿Mn? -contestó mientras intentaba anudar la venda ayudándose con la mano libre y los dientes.

-¿Cuánto tiempo tarda en curar una herida en los humanos?

 

Uchiha se irguió una vez que finalizó su tarea, prestando atención al rubio.

 

-Depende -fue todo lo que dijo.

-¿De qué?

-Del tamaño y profundad de la herida. También hay que cuidar que no se infecte...

-¿Infectar? -interrumpió repentinamente alarmado. -¡Eso no suena bien!

-...sí. Si la tratas adecuadamente no hay problema. En unos días mi herida estará completamente curada.

-¿Unos días? -reiteró, y segundos después sonrió ampliamente cuando una idea se le ocurrió. -Yo puedo ayudarte a que se cure más rápido. ¡Curará ahora mismo!

-¿Cómo? -quiso saber, interesado en la posibilidad de dejar se sentir aquella quemazón más pronto.

-Sólo necesito algo que corte -contestó observando a su alrededor, buscando algún objeto afilado.

-¿Para qué? -preguntó escueto.

-Necesito cortarme -habló con una calma que tomó por sorpresa al otro. -¡Ah! En la cocina hay cuchillos.

 

Naruto avanzaba seguro hacia la puerta del baño, hasta que sintió un firme tirón en la cola que le arrancó un leve quejido de dolor y le hizo retroceder unos pasos.

 

-¡Eso duele, teme! -casi gritó, olvidando que Itachi dormía.

-Olvida los cuchillos. No vas a cortarte -ordenó con un ligero ceño fruncido.

-Pero yo sólo quería...

-No me hagas repetirlo -interrumpió. -Vamos a dormir.

-¡Que no me des ordenes!

 

El pelinegro le ignoró y se encaminó a su habitación. Aunque no podía evitar preguntarse para qué demonios quería Naruto un cuchillo y cortarse. Una vez en su habitación, se metió en la cama cuidando de mover lo menos posible el brazo herido. Estaba seguro que de haber tenido un hueso roto, le habría dolido menos que esos arañazos.

 

Notó un ligero peso extra en el colchón cuando se disponía a cerrar los ojos. Al abrirlos, vio a Naruto arrodillándose a su lado en la cama, nuevamente con esa mirada de preocupación.

 

Sasuke chasqueó la lengua de forma sonora.

 

-Quita ya esa mirada, pareces idiota.

-¡No soy idiota! -protestó, aunque de inmediato continuó hablando con más calma. -Sólo estoy preocupado por ti.

-Era una pelea, obviamente alguien debía de resultar herido -explicó con un tono de voz obvio pero a la vez cansino. -Ahora vete a dormir.

 

Bastante renuente, Naruto asintió en un movimiento de cabeza y se fue a su futón. No podía evitar estar preocupado porque Sasuke era importante para él, y por eso no entendía porqué había estado a punto de perder el control en el jardín. Si eso hubiese ocurrido, probablemente habría atacado a su amigo sin compasión alguna hasta que no se pudiera mover.

 

No se lo perdonaría nunca si eso hubiese ocurrido.

 

Finalmente, cerró los ojos mientras dejaba escapar un largo bostezo que delataba su sueño. A pesar de su preocupación, no tardó mucho en quedarse dormido.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^ ¡Me animan mucho a seguir escribiendo!

 

Y quiero darle un especial agradecimiento a Coco Cu. Muchas gracias, niña, ya estoy corrigiéndolo todo ^^

 

Adelanto del capítulo 20. Se llamará: "Celos":

 

"El rubio no dijo nada durante unos segundos, tan sólo siguió observando con enojo al más alto.

 

-Te gusta Sakura-chan, ¿verdad? -afirmó molesto.

-¿Qué estás diciendo, dobe?

-¡Yo lo vi cuando vine a dejar el té! ¡La estabas abrazando, y después estabais tomados de las manos!

 

La respiración de Naruto se volvió errática. Se sentía tan enojado... No, era algo mucho más intenso que eso y no sabía cómo exteriorizar ese sentimiento, cosa que le enojaba más. Sólo sabía que no quería ver a Sakura cerca de Sasuke nunca más."

 

Ahora seguro que todas os habéis quedado en blanco porque pensabais que el celoso (una vez más) sería Sasuke teme, ¿verdad? Jajaja... Pues no, es Naruto dobe. ¿Sorprendidas?

 

¿Sabías qué...?

Un kitsune puede tomar la forma humana, una habilidad que se aprende a cierta edad, usualmente a los 100 años, aunque otras historias mencionan que a los 50 años.


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