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Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

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KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 20: "Celos":

 

Esa mañana Naruto despertó antes de las diez. Desde hacía rato había un ruido que penetraba en sus sensibles oídos y no le dejaba continuar durmiendo. Con pereza y el ceño ligeramente fruncido abrió los ojos y se incorporó hasta quedar sentado.

 

Se frotó los ojos con ambas manos mientras movía ligeramente las peludas orejas, intentando averiguar de dónde procedía aquel sonido. Venía de la cama de Sasuke. Bastante curioso apartó las manos y dirigió la mirada hacía allí. Su amigo dormía, pero tenía una respiración pesada y algo ruidosa, como pequeños jadeos ahogados. Además que un tenue sonrojo era apreciable en las mejillas normalmente blancas.

 

Siendo embargado por la preocupación al instante, de un salto se puso de pie y se sentó en la cama.

 

-Sasuke, despierta -le puso ambas manos en los hombros, moviéndolo un poco. -¿Estás bien?

 

El mencionado alzó los párpados con un desgano extraño en él. Lo primero que logró ver fueron un par de ojos azules. Unos constantes pinchazos de dolor en el brazo le hicieron salir completamente del ligero sopor que todavía sentía. Además, tenía calor y notaba las mejillas anormalmente calientes.

 

Con lentitud, alzó el brazo sano y se posó la mano en la frente, confirmando sus sospechas, tenía fiebre. Tal vez se había resfriado, pero se le hacía algo extraño que fuera así de repentino. Ayer por la noche se sentía perfectamente. Una nueva punzada de dolor en el brazo le hizo sospechar que no se trataba de un resfriado, sino que la herida se había infectado a pesar de que ayer la trató correctamente.

 

-¿Estás bien? -volvió a preguntar el rubio con mayor impaciencia.

-Perfectamente -respondió sentándose.

 

Uzumaki quiso creerle, pero notaba algo diferente en su amigo que le hacía sospechar que mentía.

 

-Naruto -le llamó con voz serena. -Busca a Sakura y tráela.

-¿A Sakura-chan? ¿Para qué?

-Tú sólo obedece.

-¡No soy tu mascota para que me estés ordenando cosas! -protestó poniéndose de pie de un salto. -Ve tú a buscarla.

 

Una venita palpitante saltó en la frente de Sasuke por el ataque de rebeldía del rubio. Aun así, intentó sonar tranquilo al hablarle.

 

-Debes ir tú -insistió Uchiha. -Creo que me he resfriado, y si salgo podría contagiar a alguien. Tú también te podrías resfriar, dobe.

 

Sasuke rodó la mirada cuando vio al rubio emocionarse con la idea de resfriarse, y enseguida recordó que Naruto era prácticamente inmune a ese tipo de cosas por su poderosa sangre. Lo bueno era que parecía haberse creído su mentira sobre el resfriado.

 

-Aunque acabo de recordar que los idiotas no se resfrían, así que es probable que aunque estés a mi lado no te contagies.

 

El rubio apretó los puños con coraje y formó un gracioso mohín infantil.

 

-Está bien, iré a buscarla. ¡Pero sólo porque yo quiero ir, no porque tú lo ordenes! -exclamó mientras salía de allí, dispuesto a ir al baño para asearse.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Sakura no tardó mucho en llegar, no estaba en su casa pero Naruto la había encontrado pronto gracias a su excelente olfato. La chica llegó totalmente preocupada, imaginando a Sasuke postrado en su cama, con las mejillas totalmente sonrojadas, bañado en sudor y sin camiseta para combatir el exceso de calor en su cuerpo.

 

La emoción de ver al pelinegro ligero de ropa, competía con la preocupación de encontrarlo mal por el resfriado. A lo largo de su vida, poquísimas habían sido las veces que había visto a Uchiha enfermo, así que seguramente su amigo de la infancia y amor de su vida lo estaría pasando mal debido a la falta de costumbre de sentirse débil y enfermo.

 

Pero cuál fue su sorpresa cuando al ingresar delante de Naruto en la habitación de Sasuke, lo encontró tranquilamente sentado en su cama y completamente vestido de negro con el típico uniforme ninja, sólo que sin el chaleco y el protector de la frente.

 

Se sintió decepcionada al no hallarlo semidesnudo, o al menos en pijama. Pero a la vez se sintió aliviada, ya que eso indicaba que Sasuke no se sentía tan mal.

 

-Sasuke-kun, ¿cómo te sientes?

 

El pelinegro no respondió, sólo observó a los recién llegados, prestando especial atención al kitsune.

 

-Naruto, ve y prepara té -instruyó. -Dile a Itachi que te explique cómo se hace.

 

Antes de que el rubio pudiera protestar por ser mandado una vez más, Sakura habló.

 

-Si es por mí no es necesario, Sasuke-kun. No quiero té -rechazó con una sonrisa amable.

-Pero yo sí. Dobe, haz ese té.

 

Bufando de forma sonora, Naruto salió de allí azotando la puerta con tal fuerza que asustó un poco a la chica.

 

-Ese Naruto... siempre tan burro -comentó ella con un suspiro.

-Sakura -la llamó Sasuke con cierta premura. -No hay tiempo que perder. No te he hecho venir por un resfriado.

-¿No? -interrumpió algo confundida.

 

En total silencio Sasuke se alzó una de las mangas, descubriendo una venda que le cubría desde el codo hasta la muñeca, la cual retiró con algo de prisa. Sakura observó con sorpresa cuatro largos arañazos con bastante mal aspecto, sin duda la herida estaba infectada.

 

-Anoche traté la herida correctamente, aun así se ha infectado -habló el pelinegro. -Sin duda, la fiebre es por culpa de la infección.

 

Ella no tardó en acercar las manos a la herida, y reuniendo chakra en éstas comenzó a curarla.

 

-¿Cómo te has hecho eso, Sasuke-kun?

-Anoche, peleando con Naruto -respondió escueto.

-¿¡Naruto te hizo esto!? -casi gritó con repentino enojo. -¡Ya verá cuando vuelva!

-No, Sakura -la cortó al instante con voz firme, captando la atención de ella. -Estaba ayudando a la bola de pelos con el taijutsu. Ese idiota estaba totalmente preocupado, por eso no quería que estuviera aquí. Él piensa que estoy resfriado, nada más.

 

Haruno no agregó nada más a eso, aunque frunció el ceño al notar que había algo extraño en aquel arañazo, y eso no pasó desapercibido para Sasuke.

 

-¿Ocurre algo, Sakura?

-No puedo sanar la herida por completo. No lo entiendo, tan sólo es un arañazo.

 

Sasuke no dijo nada, pero tampoco le sorprendió aquello pues sabía que las heridas de los hermanos Takahashi habían tardado muchísimo tiempo en cerrarse. Tal vez Naruto no era tan débil como había estado pensando últimamente. Sólo era cuestión de que alguien le enseñara cómo usar ese poder. De ser así, quizá no sería necesario que Naruto se fuera de Konoha. Tal vez podría ingeniárselas para que el rubio no estuviera en Konoha durante la invasión y hacerle regresar cuando las cosas estuvieran nuevamente tranquilas. Aquella opción le gusta más que su primer plan de enviarlo definitivamente al bosque.

 

Por otro lado, la chica insistía en cerrar aquella herida, pero parecía imposible lograrlo. La mano y el resto del brazo de Sasuke no presentaban muy buen aspecto, además estaban ligeramente hinchados. Seguramente a Uchiha le dolería horrores, pero por su orgullo se obligaba a no mostrarlo.

 

-Al parecer el chakra de Naruto es tan fuerte que causó más daño del que se aprecia a simple vista, Sasuke-kun -comentó apartando las manos. -Al menos he podido eliminar la infección, la fiebre bajará pronto. Pero la herida tardará tiempo en cerrarse.

-Está bien -contestó con simpleza. -Gracias, Sakura.

-Debería ir por una venda limpia...

 

No terminó de hablar cuando la puerta se abrió, dando paso a Naruto que entraba sujetando el vaso de té con ambas manos y caminando excesivamente despacio sin despegar la mirada del líquido que se movía a cada paso que daba, temiendo que se derramara.

 

El pelinegro observó como Uzumaki dejaba el vaso en la mesa de noche. Y justo en el momento en que éste giraba para mirarle, recapacitó en que tenía la herida al descubierto. Si ese tonto la veía, de nuevo empezaría a mirarle con esa insistente preocupación. Así que en un acto terriblemente extraño en él, actuó sin pensar y pasó el brazo herido por la espalda de la chica, dando una especie de abrazo amistoso en un intento de ocultar el brazo.

 

-Aquí tienes tu té, teme mandón -habló con voz monótona.

 

Naruto parpadeó confuso con la escena que encontró: Sasuke estaba abrazando con un brazo a la chica por la espalda, y Sakura estaba sorprendida y sonrojada. Volvió a parpadear y pasó de forma insistente la mirada de los ojos negros a los verdes, hasta que la voz de Uchiha le llamó la atención.

 

-Perfecto. Ahora vete y déjanos solos.

 

Pero el rubio estaba inmerso en lo que veía. ¿Por qué estaban Sasuke y Sakura tan cerca? Y peor todavía, ¿por qué le molestaba? Esa sensación vagamente conocida era incómoda y extraña. No sabía qué hacer para desaparecerla.

 

Era como cuando veía a sus padres jugando con los niños humanos que iban al bosque, pero más intenso.

 

-Oi, dobe. Vete -insistió Uchiha.

 

Uzumaki frunció el ceño y formó una fugaz mueca de berrinche, pero finalmente salió de la habitación aunque en realidad no quisiera.

 

En cuanto la puerta se cerró, Sasuke suspiró brevemente. Sin él pretenderlo, su aliento chocó con el cuello de la chica, provocándole un escalofrío a ésta que le hizo pensar que tal vez quería que la soltara. Así que sin más lo hizo.

 

-Sakura, ve al baño y trae vendas, creo que las dejé sobre el lavabo. Date prisa, antes de que vuelva Naruto.

 

Totalmente sonrojada y casi sudando de la emoción, Sakura asintió en un movimiento mecánico de cabeza y rápido obedeció al pelinegro. No tardó ni un minuto en regresar, todavía con ese llamativo color en las mejillas que delataba su vergüenza a pesar de estar feliz. Apenas se sentó en la cama, Uchiha extendió el brazo lastimado hacia ella para que lo vendara, cosa que la kunoichi hizo al instante sin chistar.

 

Una sonrisa boba de enamorada se formó en sus labios. Tal vez... no todo estaba perdido con Sasuke-kun. Y si Ino iba a conquistar a Sai, ella también tendría el valor de conquistar al chico por el que suspiraba desde que era niña.

 

-Sasuke-kun -le llamó con una repentina voz tímida pero melosa. -Desde ayer... Ino dijo algo que me hizo pensar... -habló insegura, anudando la venda.

 

Sasuke la observó mientras se bajaba la manga de la camiseta, atento a lo que ella diría. Parecía ser algo importante, así que no la interrumpió.

 

-No estamos seguros de cuándo ocurrirá, pero sabemos que se avecina una batalla... -continuó balbuceando. Esbozó una sonrisa avergonzada mientras se pasaba un mechón de pelo detrás de la oreja. -No sabemos si sobreviviremos, tal vez sea nuestra última batalla juntos...

 

El pelinegro evitó chasquear la lengua al notar el rodeo de Haruno para decirle algo. Parpadeó al sentir una de las manos de Sakura posarse sobre su mano sana, y le descubrió un notable rubor en las mejillas. Cuando estaba por apartar la mano, ella entrelazó sus dedos en un gesto íntimo que a él no le agradó en absoluto.

 

-Sakura... -apenas pudo mencionar su nombre porque fue interrumpido.

-Por eso... aunque tú ya lo sabes, quiero decirte que lucharé por...

 

En ese momento la puerta se abrió con tal brusquedad que hizo un ruido sordo al chocar con la pared, sobresaltando a los chicos en la habitación, en especial a Sakura.

 

Naruto ingresó con pasos seguros y el ceño fruncido hasta pararse frente a ellos y señalarlos de forma acusadora.

 

-¡Itachi dice que si estás resfriado, tienes que dormir, teme! -ordenó, y después miró a la chica. -Sakura-chan, hay que dejar solo al tonto de Sasuke. Tienes que irte.

 

Los otros parpadearon algo consternados, en especial Haruno que fue la única que dijo algo.

 

-¿Qué?

-¡Lo que has oído! Además, si no te marchas te resfriarás -con cierta brusquedad, sujetó a la chica de un brazo y la obligó a levantarse de la cama. -Por mí no te preocupes, Sakura-chan, Sasuke dice que los idiotas no se resfrían y él dice que soy idiota.

-Naruto, no entiendo qué estás... -atinó a decir entre el forcejeo.

-¡Vamos! ¡Vamos!

 

En total silencio, Sasuke observó entre confundido y sorprendido como Naruto sacaba a Sakura de la habitación con cortos e insistentes empujones. En menos de un minuto se quedó solo en la habitación. Atisbó el vaso de té, y tras encogerse ligeramente de hombros, lo cogió y dio un largo trago mientras pensaba qué mosca le había picado al rubio para comportarse así de pronto.

 

-Es idiota -dedujo finalmente, dejando el vaso en su lugar.

 

Escuchó pasos acercarse nuevamente, pensó que sería Itachi, o Naruto, pero no. Era Haruno quien de nuevo ingresaba en su habitación.

 

-¿Sakura?

 

La aludida cerró la puerta con cuidado y se acercó a la cama, sentándose donde antes estaba.

 

-¿Dónde está Naruto? -cuestionó Uchiha.

-Ah... no estoy segura. Creo que Itachi dijo que iba a comprar y Naruto se ofreció a ir con él.

 

El pelinegro notó que Sakura le observaba fijamente, de una manera algo rara, como si quisiera leer sus pensamientos. Tal vez esperaba que él le pidiera que retomara la conversación que quedó a medias por la interrupción de Uzumaki, cosa que no iba a hacer pues no le gustaba el rumbo que había empezado a tomar aquel monólogo de la chica.

 

-Sasuke -le llamó de pronto, y enseguida esbozó una sonrisa. -...kun -agregó rápidamente. -¿Qué piensas de Naruto?

-¿A qué viene esa pregunta tan de repente?

 

Ella tan sólo dejó escapar una risa floja al tiempo que agitaba una mano levemente.

 

-A nada en especial. Bueno, es sólo que últimamente Naruto piensa que te molesta su presencia.

-...es un idiota.

-¡Idiota tú! -gritó al instante alzando un puño, pero en un segundo recobró la compostura mientras soltaba otra risita floja. -Eso es lo que te habría contestado él si estuviera aquí, ¿verdad? Je, ese Naruto...

 

Sasuke la observó brevemente mientras arqueaba ligeramente ambas cejas por los ataques de risa tonta de Sakura. Finalmente asintió en un suave movimiento de cabeza, dándole la razón a la chica en lo último que dijo.

 

-Aunque me gusta su perseverancia -confesó él con voz serena. -Es bastante torpe, pero no se rinde. Sólo es hábil utilizando el kunai, para todo lo demás es un negado, y aun así sigue intentando mejorar -dejó escapar una suave risa jocosa y desvió la mirada, observando el lugar donde solía dormir Uzumaki. -¡Jum! Dice que quiere ser Hokage -tras un breve silencio, agregó. -Con lo terco que es, empiezo a pensar que seguramente lo conseguiría.

 

Como si saliera de una burbuja, Uchiha parpadeó un par de veces recapacitando en todo lo que había dicho. Una cosa era pensarlo y otra muy diferente decirlo en voz alta frente a alguien más. Aunque no lo demostró, se sintió avergonzado.

 

-Pero no se lo digas a ese usuratonkachi -habló de inmediato con voz más seria.

 

En lugar de recibir una respuesta de la chica, de pronto se vio siendo abrazado por ella con tal efusividad que casi cae de espaldas en el colchón. Con prisa la sujetó de los hombros y la intentó separar, pero parecía imposible y más con un brazo malherido.

 

¡Maldición! Sakura hoy estaba demasiado afectuosa, primero tomándole de la mano y ahora abrazándole con esa confianza.

 

Sintió erizarse todo el vello de su cuerpo cuando de forma inesperada la vio alzar el rostro dispuesta a besarle en los labios. ¡Eso sí que no!

 

-Sakura, para -ordenó con toda la frialdad que pudo reunir para frenarla. Al no obtener resultado, alzó el brazo sano y le tapó la boca con esa mano. -Para -reiteró.

 

Ella apartó el rostro de la mano que le tapaba la boca y rió levemente con diversión. El pelinegro frunció ligeramente el ceño, pues para él eso no era nada divertido. Arrugó más profundamente el entrecejo cuando sintió las manos de la chica posarse en sus hombros y sobarlos constantemente, irritándole. De repente era como si tuviera frente a él a esa Sakura de doce años multiplicada por dos.

 

-Dime, Sasuke-kun...

-¿Mn? -atinó a decir de mala gana.

 

Haruno ignoró el tono de voz que delataba el creciente mal humor del otro y le sonrió al tiempo que cerraba los ojos.

 

-¿Yo te gusto?

 

Sasuke pensó que eso era el colmo. Actualmente Sakura le agradaba bastante porque ya no le atosigaba como cuando eran unos niños, y ahora de repente sentía que el aprecio que le tenía a la chica se estaba evaporando con una velocidad increíble.

 

Con más brusquedad de la que quiso emplear apartó las manos de Sakura y sujetándola de los brazos la alejó lo más que pudo de él.

 

-Sakura, será mejor que te vayas.

 

La chica se cruzó de brazos y frunció ligeramente el ceño mientras cerraba los ojos y ladeaba ligeramente el rostro.

 

-¿Pero te gusto? ¿O no?

 

Uchiha ni siquiera escuchó la insistente pregunta cuando vio la postura que adoptó Sakura. Era la misma postura que ponía Naruto cuando no entendía algo. Inclinó ligeramente el rostro y entrecerró los ojos con total desconfianza.

 

-Sakura... te invito a comer ramen -habló de pronto.

 

Los ojos de la chica se iluminaron al instante y esbozó una amplia sonrisa.

 

-¡Sí! ¡Vamos!

-¿...o debería decir Naruto?

-¿Ah?

 

Haruno apenas tuvo un segundo para saltar de la cama y esquivar un certero puñetazo dirigido a su rostro.

 

-¿¡Qué haces, idiota!? -protestó ella.

-Tú... ¡usuratonkachi! ¡Deshaz ahora mismo ese henge! -se puso de pie, ansiando darle un golpe. -¿¡Qué pretendes haciéndote pasar por Sakura!?

-¡Só-sólo bromeaba! -se excusó retrocediendo a cada paso que el otro daba, hasta que inevitablemente chocó con la pared. En un intento de bajar el enfado del pelinegro deshizo la transformación, mostrándose en su forma humana. -No te enojes, teme -pidió con una sonrisita nerviosa.

 

Inevitablemente Naruto se tensó cuando Sasuke se detuvo a un paso de él, demasiado cerca para su gusto, y lo vio inclinarse mientras apoyaba un brazo en la pared para estar más o menos a su altura.

 

-Dime qué pretendías conseguir con eso.

 

Uzumaki desvió la mirada con evidente nerviosismo, pero eso no eliminaba el hecho de que Sasuke estaba tan cerca que hasta sentía la respiración de éste chocando en su cara.

 

-Naruto -insistió con voz seria.

 

De pronto el rubio arrugó el entrecejo y alzó la cabeza de forma tan repentina que Uchiha no pudo evitar echar la cabeza ligeramente hacia atrás.

 

-¡Me molestó que me echaras de aquí para que tú pudieras abrazar tranquilamente a Sakura-chan y tomaros de las manos! -protestó. -¡Esta habitación también es mía, y si quiero estar aquí tú no me puedes echar!

 

Sasuke se quedó sin palabras, mayormente porque no entendió lo que había dicho Naruto.

 

-¿...abrazar? -atinó a decir.

 

El rubio no dijo nada durante unos segundos, tan sólo siguió observando con enojo al más alto.

 

-Te gusta Sakura-chan, ¿verdad? -afirmó molesto.

-¿Qué estás diciendo, dobe?

-¡Yo lo vi cuando vine a dejar el té! ¡La estabas abrazando, y después estabais tomados de las manos!

 

La respiración de Naruto se volvió errática. Se sentía tan enojado... No, era algo mucho más intenso que eso y no sabía cómo exteriorizar ese sentimiento, cosa que le enojaba más. Sólo sabía que no quería ver a Sakura cerca de Sasuke nunca más.

 

Y de repente, algo pareció tomar sentido para Uzumaki.

 

-¡Claro, ahora lo entiendo! ¡Por eso quieres que vuelva al bosque, para que puedas estar a solas con Sakura-chan!

 

Sasuke frunció el ceño al no entender qué demonios le ocurría a Naruto. De repente se estaba comportando como un novio celoso con todo ese griterío sin sentido.

 

-¡Y por eso aquella noche me dijiste que ya no me vas a besar más, porque prefieres besar a Sakura-chan! ¿¡Verdad!? -continuó gritando, sin importarle demasiado si Uchiha le estaba escuchando o no, pero al menos decir todo lo que pensaba le estaba aliviando un poco. -¡No quiero que Sakura-chan vuelva aquí nunca más!

 

El pelinegro parpadeó totalmente incrédulo. Lo que menos esperaba ver desde que conoció a ese cabeza hueca. ¡Naruto estaba celoso! Y aunque estuviera totalmente fuera de lugar, una sonrisa de satisfacción luchaba por mostrarse en sus labios. En lugar de ordenarle que dejara de gritar y se callara de una vez, se mantuvo en silencio para seguir disfrutando de los celos de ese usuratonkachi. Por una vez sentiría todo lo que él había estado sintiendo desde hacía tiempo.

 

Recordó que en un intento de ocultar la herida de los ojos de Naruto, había abrazado a Sakura, pero únicamente fue por ese motivo.

 

-¿¡Qué es tan gracioso!? -exigió saber el rubio con un creciente mal humor. -Tú... ¡Teme!

 

Sasuke ya no se pudo resistir y alzó una de las comisuras de los labios en una sonrisita que provocó en Naruto ganas de darle un puñetazo para borrarla.

 

-Estás celoso -afirmó con una tranquilidad aplastante.

 

Nunca imaginó que algo así le provocaría tanta satisfacción. Si hasta tenía la sensación de que en cualquier momento Naruto se iría corriendo a buscar a Sakura para amenazarla o algo semejante. Pero esas dos palabras parecieron ser mágicas, ya que calmaron a Uzumaki al instante.

 

Los ojos azules se abrieron un poco más por la sorpresa que esas palabras le causaron. ¿Lo que sentía eran... celos? Celos de Sakura. ¿Y por qué a Sasuke eso le resultaba tan gracioso? Hace un momento le miraba con ganas de matarle, y ahora tenía una sonrisita en los labios que le seguía fastidiando.

 

-¡No sonrías!

 

La sonrisita del pelinegro se convirtió en una pedante, pero no desapareció. Todo eso era demasiado divertido como para dejarlo pasar.

 

-¿Y qué piensas hacer si Sakura viene a casa?

 

Uzumaki se comenzó a sentir algo avergonzado y arrepentido de sus gritos anteriores, así que por eso no contestó la pregunta del otro. Algo sonrojado, alzó un puño y frunció el ceño.

 

-¡Deja de burlarte de mí!

 

Sasuke pensó que ya se había divertido bastante molestando al rubio, así que finalmente borró su sonrisa y suspiró dispuesto a enderezarse. Pero antes de poder separar el brazo de la pared, sintió ambas manos de Naruto sujetarle de la muñeca, impidiéndoselo.

 

-No quería decir... eso -titubeó brevemente, mostrándose de repente calmado. De pronto había recordado que le prometió a Sasuke que no causaría más problemas, y no lo estaba cumpliendo. -Esta es tu casa, y si tú deseas que Sakura-chan venga yo no puedo quejarme.

-...olvida eso.

 

Una vez más, Uchiha intentó alejarse, pero el agarre de Naruto no desaparecía. Al parecer quería decirle algo más.

 

-No me has contestado si te gusta Sakura-chan.

-Tsk... Naruto... -intentó hablar, pero fue interrumpido.

-¡Sólo contesta! -exclamó impaciente. -Si quieres, te guardaré el secreto. ¡Sé guardar secretos!

 

El otro cerró los ojos un momento, sintiéndose repentinamente cansado y sin ganas de contestar algo tan obvio. Finalmente enfrentó los ojos azules antes de hablar.

 

-No me gusta.

-¿Y por qué estabais cogidos de las manos? -preguntó, desconfiando de la respuesta que le había dado su amigo.

-Ella me cogió la mano -fue todo lo que dijo.

-Pero tú la abrazabas -comentó. -Aunque ahora que lo pienso, Kiba, Lee y a veces Ino me abrazan como tú abrazabas a Sakura-chan. ¿Era un abrazo amistoso?

-Sí... -y en un susurro para sí mismo agregó. -Algo así.

 

De repente Naruto cerró los ojos y esbozó una gran sonrisa de felicidad. Aquella desagradable sensación había desaparecido de su interior y se sentía increíblemente aliviado. De forma inesperada, soltó el brazo de Sasuke y lo abrazó con efusividad por el pecho mientras dejaba escapar una suave risita. Como respuesta sintió una mano de su amigo palmearle una vez de forma sutil la cabeza.

 

-¿Y ahora me puedo ir, dobe? -cuestionó con hablar cansino.

 

El rubio le soltó del abrazo y le reprendió con la mirada.

 

-¿Irte? ¡Ni hablar! Itachi dijo que debías quedarte en la cama al menos por hoy.

 

Sin darle tiempo a Sasuke de decir algo, le cogió de la mano y tirando de él lo guió a la cama, donde lo hizo sentarse con un suave pero firme empujón en el pecho. Escuchó al pelinegro dejar escapar un sonoro y breve bufido de inconformidad.

 

-Naruto, ya estoy bien. Sakura ha curado mi resfriado, no tengo que estar en la cama.

 

Uzumaki se llevó ambas manos a la cintura y se inclinó ligeramente, enfrentando los ojos negros a corta distancia, como si así pudiese comprobar por él mismo si realmente Sasuke ya se sentía bien. La verdad era que lo veía mucho mejor que cuando despertaron. Le dedicó una sonrisa, dándole a entender que le creía. Y antes de incorporarse, eliminó la corta distancia que les separaba y rozó de forma sutil los labios contrarios.

 

Lo más probable era que su amigo le dedicase una mirada fulminante como últimamente hacía, aunque no le importaba, extrañaba sentir el tacto de los labios de Sasuke sobre los suyos.

 

Pero no, cuando se separó un poco no encontró rastro alguno de mirada fría o ceño fruncido. Y eso le animó para acercarse nuevamente, ansiando imaginar que el pelinegro también había añorado sentir sus labios juntos. Posó ambas manos en las mejillas del chico frente a él y cerrando los ojos unió nuevamente sus bocas. Todavía se sentía avergonzado por su inexperiencia, a pesar de eso ésta vez se atrevió a besarle de forma superficial, friccionando sus labios con suavidad.

 

Sin detenerse, entreabrió ligeramente los ojos cuando notó las manos de Sasuke posarse en su cintura, y por un momento pensó que le iba a alejar, ya que no le estaba correspondiendo el beso. Pero lo que ocurrió fue que aquellas manos se deslizaron hasta que se detuvieron en sus nalgas, abarcándolas con las palmas. Repentinamente avergonzado y con la cara completamente roja, terminó el beso, aunque las manos del pelinegro le impidieron alejarse.

 

-¡Woah! -gritó sorprendido. -¿¡Qué haces tocándome ahí!?

 

Pero Sasuke ni reparó en el grito que exigía una respuesta obvia. Tal sólo atrajo el cuerpo más pequeño, obligándolo con un pie a que separara ligeramente las piernas para que se sentara sobre él.

 

Notablemente nervioso, Naruto se acomodó mejor con las piernas a cada lado de la cintura de Uchiha. Y aunque se mostraba algo reacio, su amigo se empeñaba de forma silenciosa en que sus cuerpos estuviesen en mayor contacto posible. No es que le desagradara estar tan cerca de Sasuke, pero se sentía muy inquieto y de repente tenía calor, bastante calor.

 

Uchiha deslizó una de las manos hasta el muslo izquierdo del rubio, buscando el final de la tela de la yukata para colar la mano dentro. Pero había llegado a la rodilla y no sentía aquella piel bronceada contra su palma. Entonces recapacitó en que Naruto no vestía la yukata, sino ese chándal naranja que tanto le gustaba a éste. Chasqueó la lengua de forma sonora. Sin rodeos llevó las manos a la cremallera de la chaqueta hasta bajarla completamente, descubriendo bajo ésta una camiseta negra. En ésta ocasión rodó los ojos con cierto desespero por no poder tocar piel. De haber vestido el rubio la yukata todo sería más fácil.

 

Salió de sus pensamientos cuando notó el cuerpo más pequeño temblar ligeramente. Encaró a Naruto, encontrándolo totalmente sonrojado y sin saber hacia dónde mirar de los nervios que sentía.

 

Siendo embargado por la frustración al instante, apoyó las manos en el colchón y alzó la cabeza, enfocando el techo al tiempo que reprimía un suspiro.

 

Ese idiota... primero le provocaba y luego se asustaba.

 

Pero los segundos pasaban y Naruto no se había levantado. Algo consternado le volvió a mirar a la cara.

 

-El miedo te ha dejado paralizado -afirmó Sasuke sin ningún tono en especial.

 

Uzumaki reaccionó al instante y negó rápidamente con la cabeza.

 

-¡No tengo miedo! -replicó azorado, y un segundo después regresó su timidez de hace un momento. -M-me siento nervioso -confesó. -Estamos tan cerca... y tocándome así...

 

El rubio dejó escapar un largo suspiro, intentando calmarse. Le gustaba estar cerca de Sasuke, pero no podía evitar ponerse a temblar de los nervios y que el corazón le latiera con tanta fuerza que le hiciera sentir que se le saldría del pecho. Además, su amigo le tocaba mucho y él no sabía qué hacer. ¿Tenía que tocarle también?

 

-Yo... -volvió a hablar Naruto. -¿Tengo que hacer algo?

 

El silencio reinó un momento después de aquella pregunta. Sasuke solamente atinó a parpadear al comprender que Naruto realmente quería corresponderle, pero no sabía cómo hacerlo, de ahí que estuviera nervioso. Además que no olvidaba que era la primera persona que llegaba tan lejos con el rubio, así que su excesiva timidez era normal. Su frustración se desvaneció, sintiéndose de nuevo tranquilo. Finalmente contestó la duda del otro.

 

-No "tienes" que hacer algo, no te sientas obligado. Si haces algo, debe ser porque así lo deseas -explicó brevemente.

 

Naruto asintió en silencio. Y recordó unas palabras que le dijo Sasuke aquella vez que le besó y le tocó de tal forma que le pateó para que le dejara en paz antes de salir corriendo al borde del llanto.

 

-Confía en mí, dobe. Sólo déjate llevar.

 

-¿Sólo tengo que dejarme llevar? -medio afirmó en una pregunta.

 

Ésta vez fue el pelinegro quien asintió en un movimiento de cabeza antes de hablar. Aunque su voz sonaba serena, interiormente se sentía algo avergonzado.

 

-¿Qué es lo que deseas hacer?

 

El rubor se apoderó por completo del rostro de Naruto que tan solo atinó a bajar ligeramente la cabeza, recordándose a sí mismo por un momento a la tímida Hinata.

 

-Quiero besarte -confesó casi en voz baja, y un segundo después añadió algo más. -Pero quiero que tú también me beses.

 

Sasuke agradeció que Uzumaki se mantuviera todavía cabizbajo, o sino habría notado el tenue sonrojo en sus mejillas. Odiaba esa sensación, pero no podía evitar sentirse abochornado. Después de todo, él tampoco era ningún experto en la materia. De todos modos alzó el brazo sano, el izquierdo, y llevó la mano a la nuca de Naruto, toqueteando los rubios cabellos. Sin soltarle, con un movimiento firme pero suave, le atrajo hacia él, viéndose obligado a inclinarse ligeramente por la diferencia de altura. Apoyó la frente en la contraria.

 

Cuando vio al kitsune alzar lentamente la cabeza, inconscientemente se humedeció de forma fugaz los labios en un gesto de anticipación. Ahora los ojos azules le observaban con expectación y un toque de decisión. Y en el momento en que pensó eliminar la escasa distancia entre sus bocas, Naruto se le adelantó.

 

No tardó ni un segundo en responderle ésta vez y en marcar el ritmo del beso.

 

Ladeó un poco más la cabeza, queriendo profundizar el contacto a pesar de recordar perfectamente que una vez Naruto le gritó que eso era algo sucio y raro.

 

Ese dobe quería que le besara, ¿no? Pues eso iba a hacer.

 

Ayudándose con la lengua, consiguió separar esos labios que realmente no opusieron resistencia alguna y se abrió paso entre ellos a la boca contraria. Pudo notar como la lengua de Naruto, contraria a otras ocasiones, aguardaba a la suya impaciente. Así que no la hizo esperar y se enredó con ella con ansia disimulada, tanteando ligeramente el paladar e incluso rozando el contorno de los dientes. No quería dejarse nada sin recorrer. Olvidando el dolor que todavía sentía en el brazo derecho, posó esa mano en la cintura del rubio.

 

Naruto intentaba seguirle el ritmo a Sasuke, y en un principio no fue muy complicado ya que no era la primera vez que él le besaba así, pero después sí lo fue ya que la lengua contraria se movía por toda su boca de forma impredecible. Incluso juraría que quería llegarle hasta la campanilla. Y cuando pensaba que moriría asfixiado, el pelinegro se separó respirando con cortas y rápidas bocanadas de aire. Completamente agitado, Uzumaki se abrazó a su amigo, intentando también recuperar el aire.

 

Cuando se sintió más tranquilo cerró los ojos y esbozó una ligera sonrisa de satisfacción. Después de haber estado varios días sin poder besar a Sasuke porque éste le rechazaba, por fin había podido sentir sus labios una vez más. Se sentía feliz. Ahora de repente no importaba el trato despectivo que el pelinegro le había dado todos esos días. Dejó escapar un leve suspiro, ya totalmente calmado. Pero esa sensación no le duró mucho y fue sustituida por un escalofrío a lo largo de la espalda cuando sintió la lengua de su amigo deslizarse por el contorno de su oreja derecha. E incluso antes de pensar en separarse en un poco, los brazos de Uchiha le rodearon la espalda y le obligaron a permanecer así de cerca, como adivinando que se alejaría si no le retenía.

 

Sasuke alzó de forma apenas perceptible una de las comisuras de los labios al comprobar que su pensamiento sobre que Naruto se intentaría alejar era correcto. Pero ahora lo tenía abrazado, y no lo soltaría a menos que el otro se lo pidiera claramente. Cuando notó que el rubio abandonó su pobre intento por apartarse y nuevamente permaneció quieto entre sus brazos, alzó una mano para deslizarle la chaqueta por uno de los hombros, dejando el cuello más expuesto. Sin rodeos se inclinó lo suficiente hasta posar los labios en la bronceada piel, dando roces y besos muy sutiles, esperando la reacción que tendría Naruto.

 

Una vez más lo sintió temblar ligeramente.

 

-E-eso hace cosquillas -balbuceó Uzumaki casi en un susurro.

 

El pelinegro no dijo nada y continuó con lo que hacía, presionando de vez en cuando un poco más sus labios contra aquella piel, o simplemente aspirando su aroma. Separó ligeramente los labios y a continuación los volvió a cerrar en un roce húmedo contra el cuello que le provocó una breve agitación al cuerpo entre sus brazos.

 

Aun así, Naruto no le estaba deteniendo, cosa que le animaba a avanzar un poco más.

 

Movió una de las manos por la espalda del rubio, apenas tocándole con la yema de los dedos, esperando una vez más la reacción del otro. Al no recibir una respuesta negativa por su acción, paseó la mano por uno de los costados y después por el pecho, haciendo algo más de presión. Le estaba acariciando sobre la camiseta, y no es que no deseara colar la mano por esa prenda, pero sabía que si lo hacía, probablemente Naruto le patearía de nuevo. Arriesgándose un poco más, deslizó la lengua por toda la longitud del cuello al tiempo que con el dedo índice presionaba levemente uno de los pezones del rubio. Y sin esperarlo, en ese momento un corto gemido ahogado se escuchó de Naruto.

 

Uzumaki se removió un poco, y como respuesta sintió nuevamente un dedo haciendo presión en su pezón con el roce levemente áspero de la camiseta de por medio, mientras los labios contrarios nuevamente volvían a pasearse por su cuello, ésta vez succionándole ligeramente la piel. Jadeó por la sorpresa ante el cúmulo de sensaciones que le inundaron.

 

En un arrebato, aunque sin ser brusco, con ambas manos sujetó la de Sasuke, deteniéndole.

 

-Ya... -musitó con voz apenas audible, totalmente abochornado. Esa situación era demasiado para él. Había más contacto físico del que estaba acostumbrado a tener, y las sensaciones que sentía le abrumaban. -Confío en ti... pero no puedo dejarme llevar más.

 

Uchiha obedeció, aunque sin muchas ganas, y se detuvo. Segundos después, sin soltarse del agarre que Naruto mantenía en su mano, posó la palma en el pecho de éste, percibiendo al instante los alocados latidos del corazón. La voz del rubio le llamó la atención.

 

-Ahora sólo quiero abrazarte.

 

Y antes de que Sasuke pudiera decir algo, los brazos del kitsune le rodearon en un afectivo abrazo. Casi al instante, una expresión afable se formó en su rostro ante ese cálido contacto. Sólo cerró los ojos, dispuesto a permitir que Naruto estuviera sobre él, abrazándole todo el tiempo que quisiera.

 

Mientras tanto, Itachi caminaba por el pasillo en dirección a la habitación de Sasuke. Hacía bastante rato, Naruto había llegado a la cocina pidiéndole que le enseñara a hacer un té para Sasuke, ya que como éste estaba resfriado no podía bajar él mismo a hacérselo. Aquello le extrañó, pues el día anterior había visto a su tonto hermano menor perfectamente. Y poco después de subirle el té a Sasuke, el rubio regresó a la cocina con una visible mueca de enojo, murmurando varios "Sasuke teme" que para él fueron audibles. Ignorando con tranquilidad el enfado de Uzumaki, tan solo dijo:

 

-Iré a decirle a Sasuke que si se ha resfriado no salga de la cama y duerma un poco.

 

Y al instante el kitsune le había frenado gritándole que él lo haría, y sin más se perdió corriendo por el pasillo como alma que lleva el diablo.

 

Y ahora, los minutos pasaban y el rubio no había vuelto a bajar, por lo que no había podido preguntarle sobre su tonto hermano menor.

 

Cuando estaba por abrir la puerta, escuchó un golpe seco y la voz inconfundible de Naruto quejándose. Al ingresar, encontró al kitsune sentado en el suelo y a Sasuke sentado en la cama. Itachi no sabía decir quién de los dos estaba más sonrojado.

 

-¡Sasuke teme! -protestó Uzumaki con indignación. -¿Por qué me empujas de repente?

-Te has caído tú solo, idiota -contestó con voz seca, o eso intentaba.

 

Naruto tan sólo fulminó a Sasuke con la mirada, sin poder entender que su amigo le había empujado de esa forma tan repentina para que Itachi no les descubriera abrazados. Pero dejó de pensar en eso cuando el recién llegado se acercó a él y se agachó a su lado.

 

-¿Todo bien, Naruto-kun?

 

Pero antes de que éste pudiera siquiera abrir la boca, Sasuke contestó de forma escueta.

 

-Perfectamente.

 

Itachi ayudó a Naruto a ponerse de pie, y después encaró a su hermano con una mueca curiosa apenas perceptible.

 

-Así que te has resfriado -comentó. Y al verlo algo sonrojado, añadió. -¿Tienes fiebre?

 

Apenas hizo el amago de levantar la mano para posarla en la frente de su hermano, éste giró el rostro a un lado con el ceño ligeramente fruncido.

 

-Sakura ya se ha encargado de eso. Estoy bien.

 

En ese momento, Naruto caminó hacia la puerta, llamando la atención de los hermanos.

 

-Me voy -avisó.

-Un momento -le detuvo Sasuke con sus palabras. -¿Adónde?

-A pasear -fue todo lo que dijo.

-Nada de eso -sentenció casi al instante. -La quinta ha dicho que tienes prohibido salir solo.

 

El rubio curvó los labios hacia abajo en un mohín de disgusto y cierto berrinche infantil.

 

-No pienso estar todo el día encerrado -le discutió.

 

Uchiha sintió un fugaz tic en una ceja. ¿Todo el día encerrado? Pero si no hacía ni una hora que ese tonto había salido para buscar a Sakura. ¿Qué no había sido suficiente paseo?

 

Chasqueó la lengua de forma sonora y arrugó un poco el entrecejo cuando vio a la bola de pelos salir de la habitación. Se puso de pie y avanzó unos pasos para detenerle, ignorando por completo a su hermano mayor. De pronto sintió un agarre en la muñeca lastimada que le hizo cerrar un ojo y dejar escapar una apagada y seca queja de dolor. Giró la cabeza, fulminando a Itachi con la mirada a pesar de ser consciente de que su hermano no le había querido hacer daño a posta, pues no sabía sobre su herida en el brazo.

 

-No vas a salir, Sasuke -sentenció con voz serena, sin prestar atención a la mirada que el aludido le dedicaba. Sin soltarle, alzó la otra mano y la posó en la frente del menor. -Tienes algo de fiebre.

 

Apretando los dientes para aguantar el dolor, Sasuke movió el brazo con más brusquedad de la que quiso para soltarse del agarre de Itachi, haciéndose más daño.

 

-No me voy a morir por eso -le discutió evidentemente molesto, aunque sin subir el tono de voz. Segundos después, su expresión se suavizó un poco y dejó escapar un corto suspiro. -La fiebre no es por un resfriado -confesó.

 

El mayor formó una expresión de duda apenas perceptible, viendo como su hermano se alzaba una de las mangas para descubrir que tenía el brazo vendado desde la muñeca hasta el codo.

 

Aunque Sasuke no acostumbraba a dar explicaciones, Itachi a veces era una excepción, como en ese momento.

 

-Anoche ayudé al dobe en su entrenamiento de taijutsu, y me arañó. A pesar de que traté bien la herida, esta mañana estaba infectada, de ahí la fiebre.

-Por eso Sakura estaba aquí -comentó lo obvio, viendo el asentimiento de cabeza del menor. -¿Puedo ver la herida?

 

Sasuke negó suavemente con la cabeza mientras se bajaba la manga de la camiseta. No quería preocupar a su hermano.

 

-No es nada del otro mundo, sólo un arañazo.

-Si tú lo dices... -se conformó, sabiendo que no obtendría más explicaciones de su hermano. En silencio, alzó una mano y golpeó la frente de Sasuke con los dedos índice y corazón, notando como al instante éste cerraba los ojos y chasqueaba la lengua. -Vigila ese arañazo, tonto hermano menor.

 

Sasuke dejó escapar un breve pero sonoro bufido al tiempo que se acariciaba la frente y se dejaba caer sentado en la cama. Cuando supo que Itachi había salido, dejó de fingir que le molesta que su hermano le hiciera aquello y relajó su expresión. Realmente no le molestaba ese gesto de su hermano, pero nunca se lo diría.

 

Recapacitó de pronto en que Naruto se había marchado y no lo había podido detener. Pero sabía que ahora sería inútil salir a buscarlo, con el olfato que poseía el rubio, podría huir de él con facilidad.

 

De pronto rememoró lo ocurrido hacía unos minutos, y su mano izquierda se movió apenas un poco, tentada a alzarse y tocarse los labios. Pero antes siquiera de hacerlo, agitó la cabeza, pensando que hacer eso era algo estúpido y que sólo una tonta chiquilla enamorada haría. A pesar de eso, siguió recordando hasta el momento en que los celos del rubio hicieron aparición.

 

Aquello fue tan... raro.

 

Y no era que le desagradara saber que era celado por Naruto, al menos un poco, pero nunca imaginó que algo así ocurriría.

 

-Te gusta Sakura-chan, ¿verdad? -afirmó molesto.

 

Pero si Naruto se había sentido celoso de que Sakura estuviera cerca... ¿eso quería decir que sentía algo por él?

 

Se obligó a descartar aquella posibilidad al instante. Ese tonto siempre había odiado a los humanos.

 

-Y tengo una duda. ¿No habías dicho que nunca te enamorarías de un humano? Y ahora estás hablando de tener pareja.

-S-sí -admitió, sabiendo que no serviría de nada negarlo. -Pero... he estado pensándolo mucho, Sasuke. ¿Y si nunca más encuentro a otro kitsune? Sé que Inari Kami-sama me castigará después, pero aun así, quiero tener a alguien a mi lado, no quiero pasar mi larga vida solo.

 

Aunque aquella noche en el jardín interior de la casa, Naruto dijo que le gustaba lo que sentía cuando se besaban.

 

-¿Yo? ¡Woah! ¡Siento tantas cosas...! -exclamó con cierta emoción. Con una sonrisa se llevó una mano al estómago, recordando esa extraña sensación de hormigueo intenso en aquella zona. -No sé por donde empezar. ¡Pero definitivamente sé que me gusta!

 

Pero también había que tener en cuenta que él era una nueva experiencia para ese cabeza hueca. Así que era entendible que aquello le gustara, ¿no? Por eso ese dobe insistía cada vez que podía en besarle, porque le gustaban aquellas nuevas sensaciones, pero no porque él le gustara.

 

Pero aun así, había sido bastante satisfactorio ver al menos una vez a Naruto celoso, dispuesto a hacer lo que sea con tal de que Sakura no volviese a acercarse.

 

Aunque en realidad no le importaba lo que el rubio sintiera por él. A él no le gustaba ese usuratonkachi, claro que no. Era sólo que... ¡maldición, estaba en la edad! Nunca había tenido ese tipo de experiencia, y Naruto no paraba de tentarle y ofrecérsele con esa tonta sonrisa inocente a cada momento.

 

Si perdía el control, no era su culpa, era culpa del dobe.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^ ¡Me animan mucho a seguir escribiendo!

 

Siento el retraso, pero ahora mismo estoy editando los capítulos pasados del fic para corregir unos detalles ortográficos ^/^U

 

Bueno, ya tocaba que un capítulo de la historia se llamara así, ¿no? xD Este capítulo fue un SasukexNaruto íntegro, ¿alguien lo notó? jaja...

 

Adelanto del capítulo 21:

 

"Uzumaki cerró un ojo y chasqueó la lengua ante la brusquedad de aquel abrazo tan sorpresivo, pues Sai nunca en la vida le había abrazado. Frunció ligeramente el ceño, encarándole.

 

-¿Se puede saber qué haces tan de repente?

 

Y si Naruto tuvo intención de decir algo más, lo olvidó en el instante en que notó los ojos negros fijos en los suyos, causándole un escalofrío a lo largo de la espalda. ¿Y era su imaginación, o el rostro de Sai se acercaba lentamente al suyo? Sintió todo el vello de su cuerpo erizarse de golpe y abrió los ojos de par en par.

 

¿¡Sai iba a besarle en los labios!?

 

Totalmente horrorizado con aquel descubrimiento, comenzó negar de forma frenética con la cabeza e intentó alejarse, pero aquel brazo sobre sus hombros le acercó un poco más. Dejó de respirar de pronto y un par de lagrimones de puro horror adornaron sus ojos cuando sintió el aliento del pelinegro chocar en sus labios."

 

¡Y hasta ahí!

 

¿Sabías qué...?

Los kitsune son mensajeros del Dios shinto Inari-sama 稲荷神さま, Dios zorro patrón de las cosechas, la fertilidad y los negocios. Un Dios muy venerado y que cuenta con multitud de templos por todo Japón.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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