Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 22: "La angustia del kitsune. ¡Quiero estar cerca de ti, Sasuke!":

 

 

A medida que Naruto se acercaba corriendo al portón de la villa, era perceptible para él el olor de Jiraiya. Recordó que el sannin le había dicho que no estaría un tiempo en Konoha y también que no se había despedido adecuadamente de él en el despacho de Tsunade, así que siguiendo el olor, cruzó el portón y encontró al hombre a un par de calles con una mochila a la espalda.

 

-¡Naruto! -lo saludó nada más verlo.

 

El mencionado corrió con una sonrisa hasta detenerse frente al adulto.

 

-¿Ya te marchas, ero sennin?

-Sí -contestó ignorando el apodo que ya sentía como su nombre. Reparó en que las ropas de Naruto estaban bastante polvorientas y el rubio cabello húmedo. -¿De dónde vienes?

-Del bosque. ¡He estado entrenando! -exclamó animado.

-¿Tú solo?

-¡Sí! -respondió sin perder el ánimo.

 

El sannin observó un momento a Uzumaki en silencio, y después sonrió por saber que Naruto se estaba esforzando por volverse más fuerte. Se agachó un poco para mirar los ojos azules desde más cerca.

 

-Cuando regrese, te enseñaré una técnica.

 

La mirada de Naruto emitió un brillo repentino de emoción.

 

-¿De verdad? ¿Qué técnica es?

 

Jiraiya se enderezó y se cruzó de brazos para darse un aire importante frente a la mirada de admiración que el rubio le dedicaba.

 

-Es una técnica que está a un nivel superior, incomparable con otras técnicas -hizo una breve pausa. -Una técnica de rango S.

-¡Woah! ¿Cómo se llama esa técnica?

-Lo sabrás cuando vuelva. Por ahora sólo recuerda estas palabras: rotación de chakra, poder y detención.

-¡Sí! ¡Sí! -agitó la cabeza una vez de forma brusca, asintiendo con emoción.

-Mientras tanto, sigue entrenando en mi ausencia, ¿de acuerdo?

 

Con una gran sonrisa, Naruto se llevó una mano a la frente, como si fuese un soldado.

 

-¡Sí, señor!

 

El hombre cerró los ojos y le devolvió la sonrisa, aunque fue una más leve. Finalmente continuó su camino a la salida de la villa al tiempo que alzaba una mano a modo de despedida.

 

-¡Ero sennin! -le llamó cuando apenas éste se había alejado unos pasos. Cuando el nombrado giró para verle, continuó hablando. -Con esa nueva técnica, ¿seré tan fuerte como Sasuke?

 

Naruto se sintió bastante decepcionado cuando vio a Jiraiya negar con la cabeza, pero lo que éste dijo después hizo que su decepción volara bien lejos.

 

-Serás más fuerte que Sasuke.

 

La sonrisa de Uzumaki se amplió de forma notable, llenó de emoción y felicidad. Ya estaba deseando que Jiraiya regresara para aprender esa nueva técnica. Pondría mucho más empeño en aprender el kage bunshin no jutsu, y después, al aprender la técnica que Jiraiya le enseñaría, se volvería increíblemente fuerte.

 

Totalmente ilusionado y con el ánimo por las nubes, se volvió a encaminar a casa cuando el sannin se perdió de vista el girar en una esquina.

 

Tras caminar unas calles, se percató de un grupo de ninjas. Todos eran hombres adultos que no le quitaban la mirada de encima mientras hablaban bastante alto, como queriendo que él los escuchara. Eran cinco en total.

 

-Ahí va ese chico... el del chakra siniestro -habló uno con un tono bastante más alto de lo normal, obviamente queriendo llamar la atención de Naruto.

 

El rubio frunció el ceño y les dedicó a todos una mirada enojada. Le molestaba ese apodo. Y aunque Sai le había dicho que los apodos eran un símbolo de amistad, cuando los aldeanos le llamaban de esa forma no lo sentía así.

 

-Oh, ¡qué miedo! -comentó otro con evidente burla. -¡Nos está mirando! No tenías que haberle llamado así, quizá prefiere ser llamado kitsune de Inari Kami-sama -comentó, sin dejar de lado su tono socarrón.

 

Un tercero llamó la atención de los que acababan de hablar.

 

-Dejadlo en paz, sólo es un chiquillo.

 

El primero que había hablado, le contestó.

 

-Oye, Tatsuto, tu mujer y tú queréis tener un hijo, ¿verdad?

 

El mencionado le miró algo confuso por el repentino cambio de tema.

 

-Sí, pero por más que lo intentamos no lo conseguimos -suspiró.

-Llévate al chico del chakra siniestro -le respondió. -Si ese chico es un kitsune, un enviado de Inari Kami-sama, seguro que tu mujer queda embarazada pronto y además, tendréis buenas cosechas.

 

Naruto retrocedió un paso de forma inconsciente, poniéndose a la defensiva.

 

-Yo... ¡no soy un kitsune! -casi gritó, sintiéndose en el fondo molesto por negar lo que era. -¡Así que dejadme en paz! -ordenó, señalándoles con firmeza.

 

Cuatro de ellos rieron con breves carcajadas, hasta que el de antes volvió a hablar.

 

-Está bien, mocoso. Te dejaré en paz si me traes cosas de valor... "kitsune" -pronunció la última palabra de forma marcada.

 

Uno de ellos, el que había estado en silencio hasta ahora, se decidió a hablar. Naruto lo reconoció, era un Uchiha, pues antes lo había visto caminando por el barrio.

 

-No. Si éste niño realmente es un kitsune, recuerda que son criaturas tramposas, bromistas y mentirosas. Las leyendas cuentan que los kitsune nunca pagan con cosas de valor. Probablemente te engañará y te dará cosas sin valor como hojas o ramas transformadas en dinero con un jutsu.

-Oh... tú sí que sabes sobre esas criaturas.

-Sé mucho -continuó hablando el del clan Uchiha. -Son peligrosos, no son de fiar, y para colmo vive en mi barrio. No sé como Itachi-san y Sasuke-kun consienten que esta criatura viva bajo su mismo techo, seguramente los tiene bajo un hechizo. Quizá algún día enloquezca e intente matarlos, como ocurrió hace años con nuestro antepasado Uchiha Madara.

 

Naruto ya no soportó más y apretó los puños totalmente enfadado.

 

-¡Dejadme en paz, yo no soy peligroso! -les gritó. -¡Cuando me convierta en Hokage, dejareis de hablar mal de mí y me tendréis que respetar!

 

Todos se quedaron mudos ante lo último que escucharon, totalmente sorprendidos.

 

-Hokage... ¿tú...? -pero no pudo terminar de hablar al ser interrumpido.

-¿Qué está pasando aquí?

 

Todos reconocieron aquella voz seria que exigía una respuesta, en especial Naruto que giró la cabeza a la derecha, viendo a Sasuke a unos pasos de ellos con una bolsa en la mano izquierda.

 

-Sasuke... -susurró.

 

El pelinegro se acercó hasta pararse a un lado del de ojos azules.

 

-Vamos a casa, Naruto.

 

El nombrado asintió, y antes de irse les sacó la lengua a los adultos en una mueca burlona e infantil. Sasuke se mantuvo quieto en su lugar, viendo al otro alejarse, y finalmente encaró a los adultos.

 

-Dejad a Naruto en paz -ordenó sumamente serio.

 

Cuatro de los adultos fruncieron el ceño, y el otro Uchiha fue el primero en hablar.

 

-Nosotros solamente hablábamos con él.

 

Sasuke se mantuvo en silencio, obviamente sin creer aquella mentira. Él había escuchado a lo lejos a Naruto gritar que le dejaran en paz, pero cuando llegó junto a ellos, todos estaban en silencio, al parecer sorprendidos por algo.

 

A lo lejos escuchó la voz de Uzumaki, llamándole.

 

-¡Sasuke, vamos!

 

Cuando apenas avanzó un paso, uno de los adultos le llamó también.

 

-Sasuke-kun, ese chico...

 

Pero se calló al ver de pronto los ojos negros del menor clavados en los suyos con una mirada fría. En un parpadeo, los ojos se tornaron rojos, adornados con las tres comas negras, y entrecerrándose con un brillo amenazante en la mirada.

 

Los otros no dijeron nada más y dejaron que Sasuke se marchara, notando que el adolescente estaba sumamente enfadado.

 

-Lo que os he dicho -comentó el Uchiha adulto con los demás. -Los tiene hechizados.

 

El kitsune esperó a Sasuke hasta que éste le alcanzó y caminaron uno al lado del otro.

 

-¿Qué ha pasado, Naruto? -le preguntó sin dejar de mirar al frente. Antes había notado las ropas del rubio bastante polvorientas, y eso le preocupó un poco. -¿Te han hecho algo?

-Eso no importa -le restó peso a lo ocurrido, haciendo un ademán con una mano. Y aunque le alegraba que Sasuke hubiera llegado de forma tan oportuna, le molestaba y avergonzaba no haber logrado por sí mismo que aquellos hombres le dejaran tranquilo.

-Tu ropa... -comenzó a decir.

-¿Qué le pasa?

-Está toda sucia -respondió.

-¡Oh, eso! Es que he estado en el bosque, entrenando -y antes de que Sasuke siquiera pudiera pensar algo al respecto, agregó. -¡Ah, eso me recuerda algo! Tsunade no baa-chan quiere verte para mandarte de misión.

 

Sasuke rodó la mirada al escuchar lo que dijo el otro.

 

-Ya lo sé, idiota. Tendrías que habérmelo dicho hace horas. Ahora mismo vengo de allí.

 

Cuando apenas él y su hermano habían terminado de comer, un chuunin llegó diciendo que la Hokage quería verle. Y una vez allí, la mujer le comentó que le había ordenado a Naruto decirle que quería verle, sintiéndose bastante molesta por ver que al rubio se le había olvidado. También le comentó que ya no era necesario que fuera el maestro de Naruto, por lo que le asignó una misión. Pero no cualquier misión, sino una miserable misión de rango C que le puso de mal humor. Obviamente, al instante Sasuke notó que aquello era parte del castigo de Tsunade. Y aunque sintió ganas de discutir para conseguir una misión más acorde a su nivel, no lo hizo pues sabía que no lograría nada, y además necesitaba el dinero. Pero eso no eliminaba el hecho de que hacer una misión de rango C le pusiera de mal humor.

 

-Lo siento, me ocurrió algo desagradable que me hizo olvidarlo por completo -se excusó, recordando lo ocurrido con Sai.

 

Sasuke no prestó atención a la excusa de Uzumaki y abrió la puerta de casa en cuanto llegaron. Se quitó el calzado ayudándose con sus propios pies.

 

-Estamos en casa -habló por los dos, sabiendo que al cabeza hueca de Naruto se le olvidaría avisar como siempre.

 

El pelinegro se encaminó a la cocina, siendo seguido por el otro, donde encontraron a Itachi bebiendo un vaso de agua. Dejó sobre la mesa la bolsa que llevaba en la mano.

 

-Bienvenidos -habló el mayor con voz tranquila. -¿Qué quería la Hokage, Sasuke?

-Salgo de misión -fue su escueta respuesta. No quería decirle a su hermano que le enviaban a una mediocre misión de rango C.

-¿Sabes cuánto tiempo estarás fuera?

-Entre tres y cuatro días si no hay ningún problema. Salgo mañana a primera hora.

-Bien -respondió, y entonces llevó la mirada al rubio que les observaba curioso mientras ellos hablaban. -¿Dónde estabas, Naruto-kun? No has venido a comer.

 

El rubio se llevó una mano a la cabeza, riendo levemente.

 

-Estaba practicando una técnica genial en el bosque.

 

Los hermanos le miraron con un leve tinte de interés al escuchar la respuesta de éste. Hasta que la mirada de Sasuke se tornó algo burlona junto con su tono de voz.

 

-¿Qué técnica? ¿Cómo comer más ramen en menos tiempo?

-¡No! -exclamó repentinamente ruborizado y ceñudo. -¡Es un secreto!

-Mn.

-¿Qué significa "mn"? ¡Sasuke teme!

 

Itachi observó a los dos que daban la impresión de que en cualquier momento empezarían una larga discusión. En silencio salió de ahí, tenía cosas que hacer.

 

Pero contrario a lo que Itachi pensó al irse, Sasuke no continuó hablando para no iniciar una pelea, dejando a Uzumaki algo desconcertado. El pelinegro tan sólo se acercó a la bolsa que anteriormente había dejado sobre la mesa y la abrió para sacar su contenido.

 

-No quiero que le causes problemas a Itachi en mi ausencia, ¿entendido? Y eso incluye no decirle que te lleve a Ichiraku a comer ramen -cuando vio al rubio fruncir los labios dispuesto a protestar, continuó hablando. -Por eso he comprado esto.

 

Con repentina curiosidad, el kitsune se acercó a su amigo, descubriendo dentro de la bolsa varios vasos alargados tapados por arriba. Sin saber qué era eso, cogió uno y leyó lo que ponía. Su mirada se iluminó de felicidad al leer las palabras "ramen instantáneo". Contó los vasos, había diez en total.

 

Se sintió tan feliz de que su amigo le hubiese comprado tanta cantidad de algo que le gustaba, que se lanzó hacia él, abrazándole con ímpetu.

 

-¡Gracias, Sasuke!

 

El pelinegro trastabilló con el inesperado abrazo, y su pierna izquierda chocó con la pequeña mesa de la cocina, cayendo sentado sobre ésta y con Naruto todavía abrazado a él.

 

-Usuratonkachi... ¡suéltame!

 

Y aunque su orden no sonó muy firme, Uzumaki le soltó y empezó a abrir el bote de ramen instantáneo que no había soltado en ningún momento.

 

-Me lo comeré ahora. ¡Que aproveche!

-¡Espera!

 

Naruto estaba por ir a por unos palillos, pero la voz de Sasuke le detuvo.

 

-¿Qué pasa?

-No los puedes comer así, idiota. Primero tienes que calentarlos.

 

Uchiha se puso de pie y se acercó al rubio que le observaba algo curioso.

 

-Primero tienes que calentar agua. Igual que lo hiciste esta mañana cuando me hiciste el té, después lo echas en el ramen instantáneo, lo tapas y esperas tres minutos a que se haga -explicó lo más breve posible.

-¡Woah! ¡Ya entiendo!

 

El rubio hizo todo lo que su amigo le había explicado, bajo la mirada vigilante de éste. Los tres minutos que tuvo que esperar se le hicieron eternos. Pero cuando por fin pudo degustar su adorado ramen, sus mejillas se sonrojaron muy levemente debido a la emoción.

 

-No sabe como en Ichiraku. ¡Pero está delicioso! -aprobó mientras tomaba más fideos con los palillos.

-Hay diez vasos -comenzó a decir Sasuke. -Bueno, había -se corrigió al ver el que Uzumaki se estaba comiendo. -Esos vasos te tienen que durar los días que esté fuera.

 

El kitsune frunció los labios y las cejas en señal de disgusto. Era imposible que algún vaso de ramen le durara intacto hasta que Sasuke regresara.

 

-¿Cuántos días dijiste que estarías fuera?

-Entre tres o cuatro. Así que tú sabrás cómo te organizas para no quedarte sin esa cosa que tanto te gusta antes de que yo regrese -avisó. Conociendo a Naruto, era capaz de dejar a Itachi sin dinero de tanto pedirle a todas horas que le llevara a Ichiraku a comer ramen.

 

Naruto suspiró al ver el vaso ya vacío en su mano, tenía más ganas de ramen. Quizá sería mejor terminar de saciar su apetito comiendo otra cosa, tal vez carne.

 

-Iré a preparar todo para mañana -avisó el pelinegro saliendo de la cocina.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Después de que Uzumaki calmara su hambre, nuevamente se fue al bosque. Sasuke estaba ocupado preparando su equipo para el día siguiente, y al parecer Itachi se estaba bañando, ya que cuando pasó frente a la puerta del baño escuchó el sonido del agua correr. Así que se encogió de hombros y se marchó sin avisar. De cualquier forma, no tenía costumbre de avisar a dónde iba en cada momento.

 

Siguió insistiendo en su entrenamiento con el kage bunshin, y aunque notaba una ligera mejoría en sus intentos, no creaba clones perfectos.

 

Nuevamente, cuando descansaba un poco sentado bajo la sombra de un árbol, el pequeño zorrito volvió a visitarle y a incitarle para que jugara con suaves mordiscos y saltos juguetones de un lado a otro. Naruto de nuevo no jugó con él al estar más preocupado pensando una forma para conseguir crear clones perfectos, pero sí le puso un nombre al pequeño zorro en un símbolo de amistad.

 

-Desde ahora serás Naruto. ¿A que es un nombre genial? -una sonrisa presumida surcó sus labios, pero desapareció al escuchar un suave gruñido disconforme del animal. -¡No es un nombre feo! -protestó.

 

No se marchó a casa hasta bien entrada la tarde, y además, ahora oscurecía un poco más temprano que hacía unas semanas. Nada más cruzar la puerta de casa, olvidando por supuesto avisar que había llegado, Sasuke le recibió con una mirada fulminante.

 

-¿Se puede saber dónde estabas, bola de pelos?

 

Naruto no se enfadó por el insulto, sino que sonrió al notar un ligero tinte de preocupación en aquella exigencia de Sasuke. Hace un tiempo, cuando su amigo le había estado ignorando sin motivo aparente, por más que desaparecía de casa durante horas, Sasuke nunca le preguntaba dónde había estado, ni mostraba el mínimo interés por saberlo. Por eso ahora le alegraba que quisiera saberlo.

 

Cerró la puerta y subió de un salto las dos escaleras que le separaban de su amigo.

 

-He estado entrenando mi técnica secreta. Y también he estado con Naruto.

-¿Naruto? -dejando a un lado el tono de enfado, habló con su habitual calma. -No entiendo.

-¿Recuerdas el cachorro de zorro que heroicamente salvé de aquella pareja de ancianos? -infló el pecho, lleno de orgullo.

-Ah, hablas del zorro que le robaste a esos ancianos.

 

El porte orgulloso de Naruto se evaporó, dando paso a una venita palpitante en su frente.

 

-¡No lo robé! ¡Lo salvé! -le corrigió. Ante el silencio de Sasuke, continuó hablando con más calma. -Le he llamado Naruto, así seremos amigos -explicó.

 

Sasuke tampoco dijo nada en esta ocasión, no tenía nada que comentar al respecto. Pero el rubio continuó.

 

-Naruto cree que tienes cara de amargado.

-¿Mn? -musitó enviándole una seria mirada a Uzumaki.

-Qui-quiero decir... -se apresuró a hablar al ver aquella mirada. -Naruto, el zorrito del bosque, no yo -aclaró. Pero aquella seria mirada seguía sobre él, inmutable. -¡Es cierto! ¡El me lo dijo cuando le pregunté si te recordaba!

 

El pelinegro apartó la mirada, entendiendo que al parecer la bola de pelos podía hablar con los zorros. Pero claro, ¿por qué no podría hacerlo? Después de todo Naruto también era un zorro. Sólo que su cerebro parecía estar empeñado en olvidar a veces ese "pequeño" detalle.

 

Volvió la mirada al rubio, notando que sus ropas estaban incluso más polvorientas que antes. Se preguntó qué técnica estaría entrenando Naruto como para llegar así de sucio a casa.

 

-De acuerdo. Mejor ve a darte un baño, cenaremos pronto.

-¡Sí! -sonrió. -¿Me bañas tú? -cuestionó siguiendo al pelinegro cuando éste comenzó a caminar.

-No.

-¿Y si nos bañamos juntos?

-No.

 

Siguiendo a Uchiha, llegó hasta la habitación de éste. Las negativas de Sasuke no le molestaron, de hecho las esperaba, pero no estaba de más intentarlo.

 

-¿Y si tú me haces compañía mientras yo me baño?

 

El más alto emitió un sonoro suspiro de fastidio ante la insistencia del otro.

 

-Te bañarás tú solo. Y deja de insistir.

 

El kitsune se cruzó de brazos con un mohín de disgusto notable en su rostro.

 

-Naruto tiene razón -masculló Uzumaki. -No sólo tienes cara de amargado, lo eres.

-¿Qué dices?

 

Una sonrisa nerviosa bailó en los labios del rubio al instante, notando una mirada fulminante en su persona.

 

-Es que de repente me preguntaba si ya no tienes fiebre -inventó con rapidez mientras se acercaba a su amigo. Alzó una mano y la posó en la frente de éste. No estaba muy seguro de cómo se hacía, hasta donde sabía lo mejor era poner la mano en la frente.

-¿Y bien...? -cuestionó con desinterés.

-No sé. ¿Cómo sé si tienes fiebre?

-Tsk... si mi piel está caliente, tengo fiebre -explicó con brevedad.

-¡Oh! Entonces no tienes -sonrió aliviado.

-Ya lo sé, idiota -respondió en tono obvio, pues se sentía bien a excepción de un ligero dolor en el brazo vendado.

-¡Deja de llamarme así! -protestó.

-Entonces deja de comportarte como uno.

 

Uzumaki fulminó con la mirada los ojos negros, mientras que Sasuke le sostuvo la mirada con porte inexpresivo. Poco a poco, la expresión enojada del rubio se suavizó hasta volverse serena, pero no por eso dejó de mirar los ojos contrarios.

 

Recordó que cuando Sasuke le insistió para que volviera a Konoha, en el pasillo de casa su amigo de pronto había comenzado a delinear su rostro con un dedo, hasta que Itachi les interrumpió. Sintió deseos de hacer lo mismo, y no se contuvo. Separó ligeramente la mano de la frente de Sasuke y con la yema del dedo índice trazó la nariz hasta llegar a la punta.

 

Notó la mirada entre curiosa y desconcertada que el pelinegro le envió, pero tan sólo le dedicó una ligera sonrisa y deslizó la yema del dedo por el labio inferior, dirigiéndose a la mejilla derecha. No estaba haciendo nada especial, pero se sintió un poco nervioso, y ahí estaba de nuevo ese "algo" que provocaba el golpeteo rápido de su corazón contra el pecho.

 

Dejándose llevar por aquella sensación y un repentino deseo, se puso de puntillas con la intención de posar sus labios en los contrarios, pero no logró alcanzarlos y esas sensaciones se desvanecieron de pronto cuando Uchiha cortó el contacto al retroceder un paso. Lo vio encaminarse como si nada al armario, abriéndolo y buscando dentro de el en silencio.

 

Lo siguió con la mirada, observándolo también en silencio y sin darle demasiada importancia al hecho de que hubiera rechazado su beso. Los segundos pasaban y ninguno decía nada. Cuando vio a Sasuke enderezarse un poco, finalmente dijo algo.

 

-Oe, Sasuke... ¿Te gustan las mujeres de grandes senos como Tsunade no baa-chan? ¿O las prefieres planas como Sakura-chan?

 

Ante semejante pregunta, Sasuke casi cae de cabeza dentro del armario. ¿A qué venía esa pregunta tan de repente? Naruto había mencionado a Sakura, tal vez... ¿estaba celoso otra vez? Con curiosidad, aunque sin reflejarlo en su rostro, se enderezó con un pijama limpio para Naruto en las manos.

 

-¿...qué? -su voz sonó casi en un susurro.

-Ya sabes... ¡senos! -imitando lo que le había visto hacer a Jiraiya, movió las manos de forma curva sobre su propio pecho, como si fueran los de una mujer.

 

El pelinegro se mantuvo en silencio, cuestionándose si la pregunta de Naruto era en serio, o solamente era una broma. Al no recibir respuesta, el kitsune continuó hablando.

 

-Sakura-chan está plana como una tabla, pero tiene su encanto. Sus ojos son bonitos -al recapacitar en que estaba hablando bien de ella y que aquello quizá podría hacer que Sasuke sintiera interés en Sakura, se mordió la lengua para silenciarse. -Bueno... ¡en realidad sólo sus ojos son bonitos!

 

Uchiha le observó casi sin parpadear y en silencio, sin entender qué demonios hablaba Naruto tan de repente.

 

-O a lo mejor te gusta algo más normal, así como Ino. ¡Ah, ya sé! A lo mejor te gusta así.

-¿Así? -reiteró.

 

Dejando escapar una risita traviesa, Naruto alzó ambas manos e hizo unos sellos.

 

-¡Oiroke no jutsu!

 

Sasuke observó con cierta expectación como Uzumaki se veía envuelto en una nube de humo. Aunque el nombre de la técnica le provocó un escalofrío y un mal presentimiento. Cuando el humo comenzó a desvanecerse, descubrió a una chica de cabello rubio y largo recogido en dos coletas. Y aunque algunos rastros de humo seguían cubriendo las partes íntimas de ella, eran notables sus grandes pechos.

 

Un tic le sacudió la ceja derecha al ver a Naruto concluir la técnica con una pose sensual, llevándose una mano detrás de la cabeza, guiñándole un ojo y mandándole un sonoro beso. Otro tic más le hizo temblar la ceja y apretó ligeramente los dientes. No sabía dónde demonios había aprendido Naruto algo así, ni en qué momento ese tonto había empezado a observar el tamaño de los pechos de las chicas, pero lo que era obvio es que "ese" no era el dobe con exceso de inocencia que él había conocido meses atrás.

 

¡Estar entre los humanos lo estaba corrompiendo!

 

De pronto escuchó a Naruto hablarle con una voz sedosa y femenina que le resultó desagradable e irritante. Prefería mil veces la voz aniñada, algo chillona y obviamente masculina de Uzumaki.

 

-¿Te gusta más así... Sasuke-kun?

 

Lo que ocurrió después fue demasiado rápido. Se escuchó un sonoro golpe acompañado de un fuerte "usuratonkachi". Y un segundo después, Naruto estaba agachado en el suelo en su forma humana, sujetándose un gran chichón que le había salido en la cabeza tras el golpe que el pelinegro le había dado. Un par de lagrimones luchaban por abandonar sus ojos.

 

-¡Teme! ¿Por qué me golpeas?

-¡Deja de hacer el idiota de una vez y ve a bañarte! -ordenó dejando el pijama del rubio sobre la cama para después salir de allí con el ceño fruncido.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

Murmurando cosas como "maldito teme", "bruto", "bastardo" o cosas por el estilo, Naruto fue a bañarse. Ero sennin decía que las mujeres de grandes senos eran el sueño de todo hombre. ¿Entonces por qué Sasuke teme se había mostrado violento? ¡Los humanos eran extraños! Solamente había sentido curiosidad por saber cómo le gustaban al teme.

 

Más tarde, aunque quiso cenar ramen instantáneo, Sasuke no le dejó y tuvo que comer lo que Itachi había preparado, que aunque estaba bueno, no se comparaba con el delicioso sabor de su querido ramen. Y además, no podía evitar apartar las verduras a un lado del plato.

 

Durante la cena, de vez en cuando Sasuke observó de soslayo a Naruto, disimuladamente, meditando que de repente Uzumaki estaba perdiendo su característica inocencia a pasos agigantados.

 

No sabía si eso era bueno, o malo.

 

Ahora ese tonto observaba el tamaño de los pechos de las chicas, ¿y qué vendría después? ¿No se supone que era un niño? ¿Qué diablos hacía entonces haciendo ese tipo de cosas? Incluso había inventado una estúpida técnica erótica. Aunque si lo pensaba más detenidamente, según las leyendas los kitsune se transformaban en hermosas mujeres para seducir a los hombres humanos.

 

Quizá... ¿ese había sido un vano intento de Naruto para seducirle?

 

No. Sacudió la cabeza al instante, descartando esa posibilidad.

 

O a lo mejor ahora Naruto se estaba empezando a sentir interesado por las mujeres. Eso sería lo normal. Un hombre interesado en una mujer, no en alguien de su mismo sexo.

 

Pero entonces... ¿por qué se había sentido Naruto celoso esa mañana? Y de pronto, pensó que quizá estaba equivocado, a lo mejor el kitsune no quería ver a Sakura en casa porque temía que él se la quitara.

 

No, eso era todavía más ridículo. A Naruto le gustaba él, ¿...verdad? O al menos eso aparentaba.

 

La siempre tranquila voz de Itachi le sacó de sus pensamientos.

 

-Naruto-kun, comete también la verdura.

 

El de ojos azules observó con una mueca de desagrado los trozos de cebolleta verde.

 

-¡Pero no me gusta! -protestó éste, agachando ligeramente las peludas orejas.

-Si no lo comes todo, no apreciarás el verdadero sabor del teriyaki.

-¡Claro que lo aprecio! -con los palillos, cogió el mayor número de trozos de cebolleta y miró a Sasuke con una sonrisa muy amistosa. -A ti te gustan mucho estas cosas, Sasuke. Eh... verduras. ¿Quieres? -y a pesar de que le estaba preguntando, sin esperar respuesta dejó las verduras en una esquina del plato cuadrado de su amigo, sonriendo satisfecho por su hazaña.

 

Itachi emitió un suave suspiro, pensando que sería imposible hacer que Naruto comiera verduras algún día. Mientras que Sasuke no respondió, y dejando su comida inacabada, se puso de pie.

 

-Estaba muy bueno -habló con voz mecánica. -Voy a dormir. Buenas noches.

 

Los otros observaron a Sasuke abandonar la sala. Naruto ladeó la cabeza sin entender porqué de repente se marchaba sin terminar de comer. Todavía quedaba un poco de pollo en su plato, y también las cebolletas que acababa de darle.

 

-¡Oe, Sasuke! -pero no recibió respuesta, así que observó a Itachi. -¿Qué le pasa?

-No lo sé -respondió. -Tal vez quiere estar descansado para la misión de mañana -comentó para no preocupar al rubio. Era consciente de que la más mínima cosa que le ocurriera a su hermano menor, a Naruto le afectaba.

 

Siendo menos educado que Sasuke, el kitsune se comió con una velocidad increíble lo que quedaba en su plato, manchándose con un poco de salsa la camiseta del pijama y el muslo derecho. Se puso de pie y sin decir nada se fue tras su amigo. Pasó por el baño para lavarse los dientes con cierta prisa. Y entonces, fue a la habitación, encontrando a Uchiha recostado en la cama boca arriba, con la mano izquierda tras la cabeza y la otra acomodada sobre el estómago. Las sábanas le cubrían hasta la cintura.

 

Sonrió al descubrirlo todavía despierto.

 

-Sasuke, te has marchado de repente -comentó lo obvio en un intento de iniciar una conversación.

-¿Qué haces aquí? -fue todo lo que dijo.

 

Naruto no le tomó mucha importancia a aquella pregunta.

 

-Ya he cenado, vengo a estar contigo.

-Yo quiero dormir. Mejor ve con Itachi, está solo.

 

El de ojos azules abrió el armario y sacó el futón y la colcha, extendiéndolos en el suelo mientras hablaba.

 

-Pero prefiero estar contigo. Además, mañana te vas.

 

Uchiha giró la cabeza lo suficiente para ver al rubio acomodando el futón, dándole la espalda.

 

-¿No me digas que me vas a echar de menos, bola de pelos? -cuestionó ligeramente socarrón. -Solamente serán unos días.

 

El otro no quiso girar, pero frunció el ceño ligeramente.

 

-¿Quién te extrañaría, Sasuke teme? Estaré mejor sin ti, así podré comer todo el ramen que quiera, podré dormir en mi adorado cobertor otra vez, y no tendré a nadie que me esté mandando constantemente.

 

Sasuke no dijo nada esta vez, así que Naruto pensó que le había creído. En silencio se puso de pie y empezó a despojarse de su pijama sucio. Por primera vez se preguntó si su amigo le estaría observando mientras se desnudaba. Despacio giró la cabeza, descubriendo que efectivamente el pelinegro le estaba mirando, aunque con un rostro inexpresivo.

 

De pronto los ojos azules y los negros chocaron, y un segundo después ambos habían apartado la mirada. Naruto con un rápido giro de cabeza y Sasuke de forma más disimulada, como si de pronto algo en el techo le hubiera llamado la atención.

 

Uzumaki se sintió algo ridículo al recapacitar en que por primera vez sentía cierta vergüenza de que su amigo le viera desnudo. Sasuke le había visto desnudo tantas veces que hasta había perdido la cuenta. ¡Era absurdo sentirse así de repente! De todas formas no pudo evitar coger con cierta rapidez otro pijama limpio, ansiando esconder su infantil cuerpo. Tiró el pijama sucio a un rincón de la habitación, sin ser notado eso por el pelinegro que seguía muy entretenido con la mirada clavada en el techo.

 

Todos sus pijamas tenían un agujero en el pantalón para que pudiera adoptar su apariencia semi humana al dormir, y ya que estaba en su forma semi humana, pasó la cola por el agujero del pantalón.

 

Se sentó sobre el futón con las piernas cruzadas, observando al pelinegro fijamente mientras movía lentamente la cola.

 

-Sasuke -le llamó con voz suave, pero el mencionado no se movió un ápice y tampoco le contestó. -¿Cómo crees que seré cuando sea un adolescente como tú?

 

Ahora sí, los ojos negros volvieron a encontrarse con los azules, levemente curiosos por aquella pregunta.

 

-¿Físicamente?

-Sí.

 

El pelinegro recordó aquella vez que intentó imaginarse a Naruto como un adolescente humano, y no pudo evitar hacerlo otra vez. Sustituyó la cara redondeada por una alargada con la barbilla ligeramente más afilada, los grandes ojos azules se convirtieron en unos más pequeños y quizá algo rasgados, reflejando un aire más maduro en su mirada. Su sonrisa seguiría siendo amplia, pero dejarían de ser sonrisas infantiles lo que mostrara. Su cuerpo más alto y con una ligera musculatura como la que él poseía. Su voz no sería estridente...

 

-¿Sasuke? -ladeó la cabeza ligeramente, curioso por el mutismo de su amigo.

-No lo sé. No puedo imaginarte.

 

Sin más volvió la mirada al techo. No pensaba decirle a Naruto que lo imaginaba como un adolescente con tal vehemencia que casi podía palparlo. Sería vergonzoso.

 

El rubio frunció un poco el entrecejo y los labios, decepcionado. Pero al instante sonrió con cierta emoción mientras hablaba.

 

-¡Pues yo sí me imagino! Seguro seré alto como tú, ¡pero más fuerte! ¡Woah...! ¡Ya puedo verlo, hasta los demás hombres sentirán envidia al ver mi genial cuerpo! -cabeceó varias veces, convencido de sus palabras. -Y sumando mi increíble cuerpo con mi gran conocimiento sobre técnicas ninja, seré un Hokage perfecto.

 

Sasuke dejó escapar el aire por la nariz de forma seca en una ligera y breve risa burlona al escuchar tanta tontería.

 

-¡Hum! Lástima que no viviré para verlo, habría sido entretenido ver tu "perfección".

 

Naruto salió de su mundo de fantasía ante aquellas palabras y su sonrisa se evaporó al instante, quedando en un largo silencio. El movimiento de su cola se detuvo en seco, las peludas orejas se agacharon, inclinó ligeramente la cabeza y sus ojos reflejaron cierta tristeza repentina sin dejar de observar al más alto. Algo estaba haciendo presión en su pecho de forma incómoda, dificultándole un poco la respiración.

 

-Yo... mi sangre... -susurró en un balbuceo.

-¿Mn? -musitó.

-No sé si serviría de algo, pero a lo mejor... ¡si bebes mucha, mucha cantidad de mi sangre, quizá tu vida se alargue un poco! -exclamó de forma atropellada.

-¿...qué? -atinó a decir, arqueando las cejas totalmente sorprendido con lo escuchado.

-Nunca he visto a un kitsune dándole su sangre a un humano, pero podríamos intentarlo. ¡A lo mejor funciona! -finalizó bastante ansioso.

 

Sasuke ni siquiera parpadeó tras escuchar aquello, todavía siendo embargado por la sorpresa. Él sabía gracias a leyendas, que si un humano bebía sangre de kitsune se volvería increíblemente poderoso, pero nunca había escuchado nada sobre que su vida se alargara ni siquiera un minuto.

 

Observó la determinación en los ojos azules de Naruto y el cómo apretaba los puños sobre sus piernas, totalmente dispuesto a dejarle beber de su sangre todo lo que quisiera con tal de alargarle la vida aunque sea un poco. Pero no le parecía agradable la idea de beber sangre, y además, no era seguro que algo así funcionara.

 

-¿Lo intentamos ahora? -quiso saber el rubio de inmediato, buscando con la mirada algún objeto cortante. -¿Y el estuche donde guardas tus kunai?

-No.

-Pero Sasuke... -intentó protestar, mirándole confundido por su negativa.

-...quizá en otro momento -agregó tras un segundo de silencio, y aquello pareció calmar a Naruto que asintió con la cabeza. -Ahora quiero dormir.

-De acuerdo. ¡Pero antes de eso...!

-¿Qué?

-Gracias por ayudarme esta tarde.

 

Para Sasuke seguía sonando extraño un agradecimiento de los labios de Naruto, ya que antes nunca decía "gracias" ni "por favor". Se encogió de hombros antes de contestarle.

 

-¿Ahora sí me dirás qué te estaban haciendo?

 

El rubio exhaló un largo suspiró, recordando.

 

-Sólo me estaban molestando -contestó. Sintiéndose frustrado, bajó un poco la mirada. -Se supone que yo debería cuidar de ti y protegerte, no al revés.

-¿Qué estás diciendo?

-¡Soy un kitsune! Mi misión es proteger, no ser protegido. Y yo solo no he podido deshacerme de esos humanos, y tú con tu presencia los has hecho callar. ¡Quiero ser yo quién te proteja a ti!

 

Sasuke parpadeó, notando que al parecer a pesar de que Naruto estaba agradecido por haberle ayudado, también se sentía herido en su orgullo.

 

-Naruto, tienes la apariencia de un niño. Sería imposible que ellos te tomaran en serio ni aunque les amenazaras con matarlos.

 

Aunque el pelinegro intentó quitarle importancia al asunto, aquello hizo sentir a Uzumaki más frustrado.

 

-¿Entonces se trata de eso? ¡Los humanos sois crueles! No paran de molestarme porque soy un niño. Si fuese un adulto, me dejarían en paz.

-Así son las cosas.

 

Uchiha notó que la expresión frustrada mezclada con enojo no desaparecía del otro. En silencio alzó una mano, indicándole con un sutil movimiento que se acercara. Cuando el rubio se acomodó arrodillado junto a la cama y con los brazos flexionados sobre el colchón, acercó la mano a una de las peludas orejas, rascando detrás con suavidad.

 

-Dobe... deja de preocuparte por eso.

 

Naruto quiso protestar, diciendo que haría lo que fuera para que todos le respetaran. Pero cualquier pensamiento racional se esfumó de su mente, y tan sólo pudo emitir suaves ronroneos complacidos y ladear un poco la cabeza hacia aquella mano, ansiando más contacto.

 

Cuando dejó de rascar, se notaba que el rubio estaba más tranquilo.

 

-Ahora sí, bola de pelos, quiero dormir.

 

El kitsune asintió y se dirigió a su cobertor después de haber apagado la luz, metiéndose en éste y cubriéndose hasta el pecho.

 

-Buenas noches, Sasuke.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

La noche estaba algo fría, evidenciando la llegada del otoño. Soplaba un suave viento y en el cielo se podían apreciar pequeñas nubes que no llegaban a ocultar la luna creciente.

 

Naruto no sabía la hora que era, tampoco le importaba ya que ni se había molestado en mirarla. Solamente quería observar a Sasuke dormir hasta que se aburriera o el sueño le venciera, lo que primero ocurriera. Pero ninguna de las dos cosas pasaba por más que el tiempo transcurría.

 

De nuevo estaba arrodillado junto a la cama, con los brazos flexionados y apoyados en el colchón. No había dado la luz por temor de despertar a su amigo, pero la luz lunar le servía para distinguirle mínimamente y con eso se conformaba.

 

Sasuke se veía diferente al dormir, su expresión tranquila le gustaba.

 

Respiraba con la boca entreabierta, de forma pausada y silenciosa. Y ese par de labios captó la atención de sus ojos azules, observándolos medio hipnotizado, apenas parpadeando. De pronto una ligera sonrisa se dibujó en sus labios, recordando cada vez que ellos se habían besado. Siempre era agradable ser besado por Sasuke, a pesar de que él siempre tuviera que tomar la iniciativa y los nervios le volvieran repentinamente torpe a la hora de responderle.

 

Sintió un súbito calor en el rostro al ser consciente de que quería besarle. Un beso como el de esa mañana. Pero no sólo quería besarle, también tocarle, aunque fuera un poco. No se atrevió a besarle, pero sí posó la mano sobre la de su amigo que se hallaba encima de la almohada. Cuando ambas palmas se unieron, se entretuvo estudiando la diferencia de tamaño de ambas manos. La piel de Sasuke era blanca, y su mano un poco más grande que la suya.

 

Pero apenas estuvo unos segundos así, hasta que un trozo de vendaje en la muñeca de Sasuke sobresaliendo por la manga le llamó la atención. Recordó el arañazo que le hizo, y se preguntó si realmente en unos días estaría sanada la herida. No sabía cómo de rápido se curaban los humanos, sólo lo que Sasuke le dijo la noche anterior. Se sintió tentado a subirle la manga y retirar la venda para ver el estado de la herida, pero apenas separó su mano de la otra y la acercó a la manga, Uchiha había movido el brazo hasta esconderlo bajo las sábanas. Entre sueños lo vio arroparse un poco más. Parecía tener frío.

 

Prefirió dejar de tentar a la suerte y volvió a limitarse a apoyar los brazos en el colchón y observarle.

 

Se sentía tonto por no haber reparado antes en la vida miserablemente corta de Sasuke. Es decir, sabía que los humanos no vivían más de cien años gracias a que su amigo se lo dijo, pero le había dado igual en aquel momento y no había pensado detenidamente en ello. Sin embargo ahora le parecía muy injusto. ¿Por qué tan poco tiempo? Y peor todavía, ¿por qué Sasuke tenía que ser un humano?

 

¡Definitivamente no era justo!

 

Tenía una rara sensación. Sasuke estaba ahí, a su lado, pero lo sentía lejano, muy lejano. Como si hubiera una especie de barrera invisible entre ellos que los distanciaba.

 

¿Qué sería de él cuando Sasuke muriera? Estaba seguro de que lo extrañaría tanto, o incluso más que a sus padres.

 

Y no sólo Sasuke, también Itachi, ero sennin, Tsunade no baa-chan, los amigos que había hecho hasta ahora.

 

¿Otra vez se quedaría solo? No podría soportar un dolor como ese de nuevo.

 

Un desagradable nudo se estancó en su garganta, impidiéndole tragar saliva y respirar. Sus ojos empezaron a hormiguear al humedecerse.

 

No quería que Sasuke...

 

No quería volver a perder a alguien importante para él.

 

Un corto sollozo se le escapó y alzó el brazo para cubrirse a tiempo los ojos, antes de que alguna lágrima escapara de ellos. Con la mano libre estrujó su camiseta, sobre el área del corazón. Le dolía, y sabía que era un dolor que su poderosa sangre no podría curar en unos minutos porque no era un dolor físico. Intentando serenarse, se puso de pie con cierta torpeza y de sus labios brotó un suspiro lánguido. Se frotó los ojos con el brazo para asegurarse de retirar las lágrimas, y entonces bajó ambos brazos.

 

Salió de la habitación y se encaminó a la cocina para servirse un vaso de agua, o los que hicieran falta para eliminar el nudo asfixiante que sentía en la garganta.

 

Ahora más que nunca sentía la necesidad de estar al lado de Sasuke. No quería estar lejos de él, y si no quedaba más remedio, quería que estuviesen alejados lo menos posible.

 

Cuando se sintió mejor tras beber unos vasos de agua, pensó en regresar. Dirigió la mirada a la ventana de la cocina cuando creyó ver un destello, y comprobó que no había sido su imaginación. Alcanzó a ver una estrella fugaz al final de su estela, y aquello le extrañó. Era raro poder ver una estrella fugaz.

 

De pronto sonrió, recordando pedir un deseo. Pero apenas abrió la boca para decirlo en voz alta, recordó que Sasuke le dijo aquella noche que vieron la lluvia de estrellas fugaces que si pedía su deseo en voz alta, no se cumpliría.

 

-Quiero... -susurró muy bajito.

 

Al instante cerró la boca y los ojos, pidiendo su deseo mentalmente. Frunció un poco el entrecejo, como si así realmente pudiese lograr que aquella estrella cumpliera su deseo.

 

Segundos después, abrió los ojos y se fue a la habitación con paso rápido pero intentando no hacer ruido.

 

Más dormido que despierto, Sasuke creyó escuchar la puerta de su habitación siendo cerrada. Algo estaba tocando sus piernas, palpando torpemente, y ascendiendo por éstas hasta la cintura. Entreabrió los ojos, y en un segundo los abrió por completo al comprobar que no era un sueño, realmente habían unas manos palpándole, ahora ascendiendo desde su vientre hasta el pecho.

 

Algo alarmado, tomó el kunai que ocultaba bajo la almohada y apoyó su peso en el codo del brazo izquierdo para incorporarse un poco. No tuvo tiempo de hacer nada más, cuando de bajo las sábanas apareció una alborotada cabellera rubia y unos ojos azules que se abrieron impactados al ver el filo del kunai tan excesivamente cerca.

 

-¡Woah! ¡Sasuke teme! -exclamó espantado. -¿¡Qué haces!?

 

Uchiha reaccionó a tiempo y volvió a ocultar el arma en su lugar, dedicándole una mirada ceñuda al otro que estaba prácticamente recostado sobre él.

 

-Eso debería preguntarlo yo.

-Solamente quiero dormir contigo.

-No. Y quítate de encima.

 

Naruto rodó la mirada y emitió un ligero bufido hastiado. Sasuke sólo sabía decir "no".

 

-No. Esta vez no te voy a hacer caso.

 

El pelinegro se sintió irritado al instante. Tenía que levantarse casi con la salida del sol, y ese idiota no podía haber escogido una mejor noche para incordiarle con sus niñerías y sus ataques de rebeldía.

 

-No lo diré de nuevo, dobe. Quítate de encima -ordenó con la poca paciencia que le quedaba, pero el otro no se movió ni un ápice. -Dijiste que no causarías problemas -le recordó.

 

Ante eso, Naruto bajó un poco la mirada. No quería causarle problemas, solamente quería dormir con él. Era culpa de Sasuke por complicarlo todo con sus "no". Si le hubiese dicho que sí le dejaba dormir con él, nada de eso estaría pasando.

 

El más alto entrecerró los ojos, notando el semblante que ahora mostraba Uzumaki. Chasqueó suavemente la lengua.

 

-¿Qué pasa? -cuestionó con hablar cansino.

-...no quiero causarte problemas. ¡Sólo quiero dormir contigo!

 

Sasuke continuó observando al otro en la penumbra de la habitación, preguntándose el porqué del repentino interés de Naruto por dormir con él. Suavizó la expresión de su rostro al pensar que tal vez era porque el rubio ya le estaba echando de menos a pesar de no haberse marchado. Ignorando que el verdadero motivo era que el kitsune quería estar cerca de él para dejar de sentir ese nudo en la garganta y esa presión en el pecho. Finalmente asintió en un movimiento de cabeza, permitiéndole a Naruto dormir con él.

 

-Sólo no te muevas mucho, o te patearé fuera de la cama -ayudándose de su brazo sano, empujó al rubio a un lado para quitárselo de encima. -Y no estés tan cerca. Necesito mi propio espacio para dormir.

-Está bien -contestó dócilmente.

 

Pero a pesar de que esa había sido su respuesta, en cuanto Sasuke cerró los ojos dispuesto a continuar durmiendo, Naruto se acurrucó tan cerca de él, que apoyó la cabeza en el hombro derecho de Uchiha. El pelinegro abrió los ojos al instante al sentir un latigazo de dolor recorrerle todo el brazo herido. Apretó los dientes para ahogar un quejido de dolor.

 

-¿Q-qué te acabo de decir, bola de pelos? -gruñó, empujándolo un poco con el otro brazo.

 

Naruto se sintió frustrado, pero a pesar de eso se dio por vencido y se acomodó acurrucándose otra vez para dormir, ésta vez sin apegarse a su amigo.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Teriyaki: Pechugas de pollo fritas con su piel hasta que ésta quede crujiente, salsa teriyaki y semillas de sésamo. Se puede acompañar el plato con arroz blanco y/o cebolleta verde.

 

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^

 

¡Siento mucho la tardanza! No es mi intención estar con excusas, pero bueno, un familiar mío ha estado muy mal de salud, y como entenderéis, no me sentía con ánimos para dedicarme al fanfic.

 

Y cambiando de tema, también quería agradecer los comentarios en el dibujo de "San Valentín". Me estaba preguntando si hacer más dibujos referentes a esta historia, algunas chicas me han pedido anteriormente que hiciera dibujos sobre el fic, y pensé que me podríais sugerir escenas que os hayan gustado hasta ahora de "Kitsune no kokoro" para dibujarlas (si no es alguna muy complicada, supongo que puedo hacerla. Tampoco soy una experta dibujando XD) Acepto cualquier sugerencia, y después veré si se me da bien dibujarla, o no X//DU

 

Adelanto del capítulo 23:

 

"Itachi quedó sin palabras por unos segundos, tiempo que Naruto aprovechó para seguir hablando.

 

-Por favor, deja de decir que no estoy preparado. Confía en mí como lo hacen Tsunade no baa-chan y ero sennin.

-¿...y Sasuke? ¿Crees que él confía en ti?

-¡Claro que sí! -respondió al instante, lleno de una firmeza que sorprendió una vez más al pelinegro. -Sino no me habría pedido con tanta insistencia que protegiera Konoha.

-Entonces no me equivoco, estás aquí por Sasuke -insistió. -Soy consciente de tus miedos, Naruto-kun. El sharingan te aterra, en una pelea seria te quedas paralizado, pensar en la muerte te causa pavor, y tu conocimiento de ninjutsu es bastante pobre. Necesitarías al menos tres años para alcanzar un nivel decente -hizo una breve pausa antes de continuar. -No deberías ir tan lejos por alguien como mi hermano, o saldrás herido.

-¿Qué estás diciendo?

 

Naruto no comprendió si Itachi se refería a una herida física, o herido emocionalmente. O quizá se refería a ambas cosas. Lo que sí comprendía, era que Itachi quería advertirle algo sobre Sasuke, y al parecer no se atrevía a decírselo claramente. Al no recibir respuesta del más alto, frunció el ceño.

 

-¿Qué me estás intentando decir sobre Sasuke? -exigió saber."

 

¿Sabías qué...?

Los avariciosos piden un pago o recompensa que incluía dinero o bienes materiales, pero el kitsune pagará con papel viejo, hojas, ramitas, piedras u objetos similares sin valor que están bajo un hechizo que los hace aparentar bienes con valor. Los verdaderos regalos del kitsune son intangibles, como la protección, el conocimiento, etc.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).