Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kitsune no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 532]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

KITSUNE NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 24: "El peligro se acerca. La sombra que acecha":

 

En los bosques de Konoha, cerca del río, Naruto observaba fijamente al cielo sin verlo realmente. Como ya empezaba a ser costumbre, el pequeño zorrito, Naruto, había ido allí y estaba recostado en la hierba a unos pasos del rubio.

 

-Me pregunto... -comenzó a susurrar. -qué estará haciendo Sasuke ahora.

 

No era que extrañara a ese tonto teme. ¡Claro que no! Solamente sentía curiosidad por saber qué tipo de misión estaría desempeñando su amigo. Seguramente sería una muy emocionante.

 

Desde que había tenido esa rara conversación con Itachi durante la comida, no había podido sacarse a Sasuke de la cabeza. Sentía una necesidad urgente de verle y aclararlo todo.

 

-No deberías ir tan lejos por alguien como mi hermano, o saldrás herido.

 

No entendía qué quiso decir Itachi con aquello. Sasuke nunca le haría daño, ¿por qué Itachi estaba convencido de lo contrario?

 

Sasuke era su amigo, y estaba seguro de que creía en él, ya que fue la primera persona que le pidió ayuda para proteger Konoha. Aunque más que una petición, en un principio fue presionado. Pero ahora estaba en la aldea por su propia voluntad, realmente quería proteger ese lugar que era importante para Sasuke y donde estaban sus amigos y personas queridas.

 

No quería regresar al bosque, y tampoco quería marcharse para buscar a los demás kitsune.

 

Quién lo diría, él que desde siempre había evitado y aborrecido a los humanos y a la aldea de Konoha, ahora estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de protegerlos.

 

¿Qué pensarían los demás kitsune si supieran que estaba dispuesto a proteger la aldea que dejaron de lado hace cien años?

 

Pero no podía evitarlo, ya ignoró una vez a Konoha, cuando la aldea del Cielo atacó. En esa ocasión, los padres de Sasuke murieron, y no paraba de preguntarse si él habría podido evitar aquello ejerciendo su tarea de protección como kitsune y no mirando a otro lado como hizo en aquel momento.

 

-Sasuke... -susurró nuevamente.

 

El pequeño Naruto, todavía recostado a unos pasos de Uzumaki, bostezó y después gruñó levemente. No pasó ni un segundo cuando el rubio volteó a verle, algo enojado y con un tenue rubor en las mejillas.

 

-¡No me paso las horas pensando en Sasuke! Quiero decir... ¡es mi mejor amigo, es normal que a veces piense en él!

 

El zorrito alzó ambas orejas, alerta, y dirigió la mirada a una zona del bosque. Naruto le imitó, olfateando el ambiente. Alguien se acercaba, y el olor que percibía cada vez más cerca, era el mismo que sintió ayer cuando tenía la sensación de que alguien le seguía. Notaba el aroma muy cerca, había alguien ahí, pero no se mostraba.

 

-¿Quién anda ahí? -exigió saber.

 

Un reflejo metálico le alertó para apartarse a tiempo. Un kunai salió de entre los matorrales, quedando clavado en uno de tantos troncos. El pequeño zorro salió a correr al instante, asustado. Mientras que Naruto frunció el ceño y recogió el kunai, empuñándolo con decisión.

 

-¡Muéstrate! -ordenó.

 

Naruto vio con bastante confusión a un niño de cabello castaño y ojos negros caminar hacia él. Tenía una llamativa bufanda atada alrededor del cuello, y tenía más o menos la misma altura que él. Aquel desconocido le señaló con un movimiento de brazo exagerado mientras le gritaba.

 

-¡Por fin te atreves a luchar conmigo!

-¿Ah? -ante la confusión que sintió con aquellas palabras, dejó de lado su pose defensiva. -¿Luchar contigo?

-¡Sé quién eres, por eso pelearé contigo y te venceré!

 

Naruto no pudo evitarlo, una vez más se convenció de que los humanos eran raros. Aquel niño desconocido aparecía de la nada, gritándole cosas sin sentido.

 

-Tú sabes quién soy, pero yo no sé quién eres tú -fue todo lo que le contestó el kitsune.

 

El otro se sorprendió de que no supiera quién era él. Con decisión, caminó hacia el chico de marcas en las mejillas mientras le hablaba.

 

-¡Soy Sarutobi Konohamaru, futuro Hokage de Konoha, y nieto del gran Sarutobi Hiruzen!

-...ah -balbuceó. De pronto se sintió algo aburrido, y casi deja caer el arma al suelo al sentirse nada intimidado con aquel niño. -¿Quién es ese?

 

Konohamaru abrió los ojos de par en par, incrédulo por la pregunta del rubio.

 

-¡Sarutobi Hiruzen fue sandaime Hokage! -al ver que Naruto seguía observándole con aquella mueca confundida, como si no entendiera nada de lo que decía, agregó. -¡La tercera cara plasmada en la montaña, idiota!

-¡Ah! ¿Ese viejo?

 

El castaño explotó de coraje, y caminó casi corriendo hacia el otro para terminar de eliminar la distancia.

 

-¡Un respeto! ¡Estás hablando de...! -pero en su camino tropezó con una piedra, cayendo de boca al suelo, casi encima de los pies de Naruto. Se quejó algo adolorido, y enfurruñado alzó la cabeza para ver los ojos azules. -¡Has colocado una trampa!

-¿Qué trampa, idiota? -frunció el ceño. -¡No he colocado ninguna trampa! ¡Te has caído tú solo!

-¡Sí, querías hacerme caer! -rebatió poniéndose de pie. -¡Querías hacerme caer!

 

Uzumaki no lo meditó, solamente alzó un puño cerrado al aire y lo estrelló con todas sus fuerzas en la cabeza del otro.

 

Sarutobi se llevó ambas manos a la zona adolorida totalmente sorprendido. Nunca, nadie, se había atrevido a ponerle una mano encima por ser nieto del fallecido gran sandaime. Por más travesuras que hiciera, por más que gritara para llamar la atención o se escapara, nunca nadie le reprendía. Todos le sonreían, y le parecían sonrisas falsas, sin embargo ese rubio le había golpeado tan tranquilamente. Y al parecer sentía deseos de darle otro golpe.

 

-¿¡Tienes idea de lo que has hecho!? -gritó Konohamaru, más herido en su orgullo que físicamente. -¡Soy el futuro Hokage, nadie me pone una mano encima!

 

Y por segunda vez, Naruto estrelló el puño en la cabeza del otro con una expresión bastante aburrida adornando su rostro. Ese niño le estaba empezando a causar dolor de cabeza.

 

-Tú... no sé qué estás buscando aquí, pero me estás cansando con tus gritos. Y otra cosa, yo seré el próximo Hokage, no tú.

 

Konohamaru contuvo las lágrimas de dolor y frunció más profundamente el ceño. Ese niño rubio no le trataba como los demás aldeanos, y eso le hacía sentir extraño.

 

-¡Tú no puedes ser Hokage, eres un kitsune! -y mostró una sonrisa astuta al ver que Naruto se había delatado al mostrar una expresión de sorpresa ante su exclamación. -En la aldea todos hablan sobre ti. Dicen que has hechizado a Itachi-san y a su hermano para poder vivir en Konoha. ¡Dicen que planeas atacar a los aldeanos y destruir nuestra aldea! Pero yo he venido a detenerte. Pelearé contigo y todos me reconocerán por mi fuerza, no por mi apellido.

 

El de ojos azules no supo bien cómo reaccionar con aquellas palabras. Él no tenía hechizado a nadie, y mucho menos pretendía dañar a los aldeanos o a Konoha. Pero algo más importante le llamó la atención, Konohamaru le recordó a él mismo, quería ser reconocido y también soñaba con ser Hokage.

 

Pero se vio obligado a salir de sus cavilaciones cuando el más pequeño saltó sobre él. Se hizo a un lado, esquivándole, y con su mano libre agarró un extremo de la bufanda del otro, haciéndolo caer al suelo de sentón. Konohamaru no parecía muy experto en la pelea, incluso era más torpe que él.

 

-¡Lo que dicen en la aldea no es cierto! ¡No pretendo dañar a nadie! ¡Yo sólo quiero convertirme en ninja, superar a Sasuke y ser Hokage!

 

En ese momento, de entre los matorrales apareció un hombre. Naruto se tensó al no haberlo olido por estar ocupado con Konohamaru. Pero reconoció a ese adulto con gafas oscuras y un pañuelo en la cabeza. Era el mismo con el que chocó cuando salió de la tienda de Ino y que observaba los pechos de las mujeres con muecas pervertidas.

 

-¡Konohamaru-kun! -gritó el recién llegado algo alarmado. -¿Estás bien? ¡No deberías estar aquí tú solo! ¡El chico del chakra siniestro es peligroso!

 

La paciencia de Naruto se estaba terminando con respecto a aquel estúpido apodo que le habían colocado los aldeanos. Olvidó a Konohamaru, y afilando la mirada de forma intimidante encaró al hombre.

 

-¡Ebisu sensei! -exclamó Konohamaru poniéndose de pie una vez más.

 

Pero el nombrado le ignoró al percibir la mirada que le dedicaba el rubio. Con pose presuntuosa se llevó una mano a la cintura y con la otra se acomodó las gafas. Era obvio que el chico del chakra siniestro quería pelear con él por la forma en cómo cerraba y abría los puños constantemente.

 

-¿Quieres atacarme? Adelante, sólo déjame decirte primero que nunca en mi vida he perdido una pelea.

 

En respuesta, Naruto soltó una suave y seca risita burlona, como las que le había escuchado anteriormente a Sasuke. Alzó ambas manos para hacer un sello.

 

-Kage bunshin no jutsu -musitó con una serenidad que rara vez poseía.

 

Dos clones perfectos aparecieron, uno a cada lado del original.

 

Ebisu se mostró ligeramente sorprendido al no saber que el chico del chakra siniestro tenía conocimiento sobre una técnica como esa, a pesar de eso, no se sintió intimidado.

 

-Interesante técnica. Así que pretendes ganarme con mayoría numérica, muy bien. Pero eso no te servirá de nada. Puedes crear todos los kage bunshin que quieras.

 

Uzumaki no contestó, concentrándose en mantener a los kage bunshin, y con una mirada de total decisión que nunca había mostrado, ni siquiera en las peleas de entrenamiento que había tenido anteriormente.

 

El adulto se mantuvo expectante cuando vio a los tres rubios alzar las manos para hacer unos sellos. ¿Qué técnica utilizaría ésta vez?

 

-¡Oiroke no jutsu! -gritaron los tres a la vez.

 

En unos segundos, tres chicas rubias de ojos azules, curvas pronunciadas y grandes pechos estaban abrazadas a Ebisu. Una le abrazaba de frente, otra aferrada al brazo izquierdo del hombre y la otra estaba abrazándole por detrás, casi colgada de su cuello.

 

El hombre se quedó en blanco y un hilito de sangre le escurrió por la nariz, sintiendo el constante roce de varias manos y de los pechos femeninos apretarse contra su espalda, su brazo y pecho. ¡Aquello era el paraíso! Y después colapsó, cayendo al suelo inconsciente y con una hemorragia nasal más pronunciada.

 

Los kage bunshin desaparecieron y el verdadero Naruto volvió a su forma de antes, pasándose el dedo pulgar bajo la nariz al tiempo que dedicaba una mirada de desprecio a aquel hombre.

 

-¡Hum! Pervertido cuatro ojos.

 

Konohamaru abrió los ojos totalmente fascinado. Nunca había visto derrotado a su sensei, y la forma en que había sido vencido había sido aun más impresionante. ¡Había sido fabuloso! Por primera vez observó a Naruto con admiración, como si fuese su modelo a seguir.

 

Pero la mirada enojada que Uzumaki le dedicó, le volvió a la realidad.

 

-Y tú... -masculló el de ojos azules. -si de verdad quieres convertirte en Hokage algún día, trabaja duro, esfuérzate y no te rindas. ¡Deja de hacer el idiota! Y sobre todo, tendrás que superarme a mí.

 

Tras decir aquello, Naruto se marchó sin mirar atrás. Volvería a casa. Por el camino, percibió constantemente el aroma de Konohamaru, lo que significaba que le estaba siguiendo... otra vez. Dejó escapar un suspiro cansado y le ignoró, pensando que tarde o temprano ese pesado se cansaría de perseguirle.

 

En una de las calles se encontró con Gai y su equipo, al parecer también salían de misión. No tuvo ni tiempo de abrir la boca, o alzar el brazo para saludarles, cuando Lee se lanzó hacia él saltando en el aire para darle una patada que logró esquivar. Aquello no le sorprendió, eran parte de sus "juegos". Lee y él varias veces habían tenido un enfrentamiento amistoso en plena calle, ante las miradas curiosas de los demás, las quejas de Tenten, los bufidos de Neji y los ánimos de Gai hacia su alumno.

 

-Bien, Naruto-kun, has sido rápido esquivando mi patada a pesar de tomarte desprevenido -felicitó el especialista en taijutsu, llevándose una mano a la espalda y alzando la otra al frente, poniéndose en posición.

 

Uzumaki sonrió y también se posicionó para pelear. Nunca había ganado a Lee, pero ahora que había vencido al pervertido cuatro ojos, sentía más confianza en sí mismo. Corrió hacia el pelinegro, atacándole con una serie de puñetazos y patadas que el otro bloqueaba sin moverse demasiado.

 

Gai observaba emocionado a ambos jóvenes pelear, mirando con detalle como atacaban, evadían y buscaban salir vencedores. Cuando vio a Lee aplicarle una llave al rubio que lo hizo caer boca arriba en el suelo, se sintió orgulloso de su querido alumno.

 

-¡Eso es, Lee! ¡Que no se apague el fuego de la juventud que hay en ti! -estiró el brazo y le alzó el dedo pulgar en señal de aprobación al tiempo que le dedicó una sonrisa tan amplia y blanca, que Naruto aun en el suelo, creyó verle un destello cegador en los dientes.

 

Lee le devolvió el gesto a su maestro, alzándole el dedo pulgar y enviándole otra amplia y radiante sonrisa que dejó ver un destello cegador. Después llevó la mirada a Naruto que se ponía de pie.

 

-Has mejorado, Naruto-kun, pero todavía no estás a mi nivel.

 

El kitsune no se quiso dar por vencido, y cuando pensó en atacarle de nuevo, Gai le dirigió la palabra, haciéndole detenerse.

 

-Te confesaré un secreto, Naruto -habló de pronto. -Te revelaré el motivo por el que Lee y yo somos tan fuertes.

 

Los ojos azules de Naruto brillaron con intensidad, emocionado con lo escuchado. Guardó silencio, viendo como Maito buscaba algo en la mochila que llevaba a la espalda, hasta que sacó un traje verde igual al que él y Lee lucían.

 

-¡Este es el secreto de nuestro increíble poder! -exclamó con orgullo, ignorando la vergüenza ajena que sentían Tenten y Neji con aquella escena.

-¿El secreto es la ropa? -cuestionó el rubio con total sorpresa, verificando que los dos pelinegros vestían igual y eran fuertes, así que quizá el secreto sí estaría en la ropa. Otra cosa más que era rara en los humanos.

-No es un traje cualquiera, Naruto -inspiró de forma sonora por la nariz, antes de continuar hablando con energía. -¡Es el definitivo traje fácil de poner y que se amolda totalmente a tu cuerpo! ¡Llévalo cuando entrenes y notarás la diferencia! ¡Es la pieza más importante para cualquier ninja! Está hecho de un tejido especial, es transpirable y ligero, permite una gran capacidad de movimiento, además de ser impermeable e isotérmico.

 

Como si fuera un tazón de ramen gigante, Uzumaki miró el traje que Gai le entregaba. Ese traje verde parecía brillar con luz propia. Se visualizó a sí mismo en su mente portando ese fabuloso traje junto a Gai y Lee, los tres juntos alzando el dedo pulgar y esbozando amplias sonrisas con brillos cegadores en los dientes. ¡Aquello era fantástico!

 

-¡Woah! ¡Ya quiero probarlo!

-En cuanto te lo pongas, notarás los resultados -reiteró el adulto.

 

Rock Lee se acercó, cerrando un puño con energía a la altura de su cara.

 

-¡Gracias a este traje me convertí en lo que soy ahora: "La bestia verde de Konoha"!

-¿Eres una bestia? -preguntó confundido el rubio. -Con razón nunca puedo ganarte, ¡una bestia contra un kitsune no es justo!

 

La única chica presente soltó un largo y cansado suspiro.

 

-Lee, deja de decir tonterías -reprendió. -Estás confundiendo a Naruto -después observó al de ojos azules, llevándose las manos a la cintura. -No lo tomes en sentido literal. Es una forma que tiene Lee de referirse a sí mismo, como si se dijese "Gran ninja" o "Gran guerrero". ¿Entiendes?

-Sí.

-Perfecto. Y ahora... -giró para observar a su maestro. -¿Nos podemos ir ya? Llevamos mucho retraso -se quejó.

 

Neji asintió en silencio a lo dicho por ella, dándole la razón.

 

Minutos después, Naruto los despedía con efusivos movimientos de brazos que solamente eran respondidos por Gai y Lee. Tenten sólo soltó un escueto "adiós" y Neji algo parecido a un breve bufido.

 

Cuando los perdió de vista, Naruto volvió su expresión más seria y caminó hasta un poste de la luz cercano, descubriendo tras él a un muy mal escondido Konohamaru. Chasqueó la lengua de forma sonora y frunció el ceño.

 

-¿Cuándo vas a dejar de perseguirme?

 

El de ojos negros le observó con una expresión fascinada que a Uzumaki le resultó fuera de lugar. Le estaba mostrando un rostro enojado a ese niño, y como respuesta recibía aquello.

 

-¡He sido descubierto! ¡No podía esperar menos de mi líder!

-¿...líder? -arqueó una ceja mientras observaba a su alrededor, pero Sarutobi seguía observándole fijamente. -¿Hablas de mí? -cuestionó con un repentino tono inocente, señalándose a sí mismo.

-¡Sí! ¡Sí! -asintió animado, saliendo de su escondite. -Desde ahora te nombro mi líder. ¡Has vencido a Ebisu sensei! ¡Eres increíble! -exclamó con emoción. -Dime, ¿cómo has aprendido esa técnica tan genial?

 

Naruto se sintió algo aturdido con tanta información repentina y halagos de alguien que no era su amigo.

 

-¿Kage bunshin?

-No. ¡La otra!

-¿Oiroke no jutsu?

-¡Esa!

 

El kitsune se encogió de hombros, rememorando como fue que aprendió aquella técnica. Cuando hizo aquel trato con Jiraiya: "Poder a cambio de protección", una tarde el sannin le había llevado al bosque, cerca del río, pero se negaba a entrenarle porque decía que estaba algo retrasado con el libro que escribía. Y de hecho, el adulto se había sentado sobre una roca, con unos papeles sobre las piernas y con un pincel en la mano, pero no escribía nada, solamente miraba el cielo, bastante pensativo:

 

-No se me ocurre nada -habló Jiraiya en voz alta, llevando una vez más la mirada a los papeles en blanco.

 

Naruto se sentía bastante enojado, por más que le pedía al adulto que le prestara atención, éste le ignoraba.

 

-¡Entréname! -demandó por sexta vez.

-No hasta que avance en mi novela. Todos esperan una buena continuación de la saga "Icha icha" y no pienso decepcionarles -dejó escapar un suave suspiro abatido. -¡Pero no se me ocurre nada! ¡Necesito algo que me inspire! -de pronto su rostro se tornó algo serio. Apoyó un codo en una de sus piernas y recargó la barbilla en la mano, observando fijamente al rubio. -Oye, Naruto...

-¿Qué? -masculló enojado.

-¿Es cierto que los kitsune os transformáis en hermosas mujeres?

 

El rubio no entendió a qué vino esa pregunta, pero igualmente respondió, dejando por un momento el enojo de lado.

 

-Sí, es cierto.

-¿Tú lo has hecho alguna vez?

-No. ¿Por qué lo preguntas?

-¿Podrías hacerlo ahora?

 

Los ojos azules se abrieron con sorpresa al escuchar aquello.

 

-¿¡Qué!?

-Si me muestras dos hermosas calabazas, dejaré mi novela de lado para entrenarte.

-¿Calabazas? -cerró los ojos y ladeó ligeramente la cabeza mientras fruncía ligeramente el ceño. -¡Oh, ya sé! ¡Tal vez hay en casa del teme! -estaba por marcharse corriendo a la aldea, pero la voz del otro le detuvo.

-¡Espera! Creo que no me has entendido -cuando los ojos contrarios le enfocaron nuevamente, alzó ambas manos y las pasó por su propio pecho, simulando la forma curveada de unos senos femeninos. -No me refería a esas calabazas, me refiero a "estas" calabazas.

 

Ahora sí que Naruto se sentía perdido. Cerró los ojos y arrugó el entrecejo por un momento, intentando comprender a qué se refería el sannin. Hasta que de pronto pareció entenderlo.

 

-¡Oh! ¿Cuándo dices "calabazas" quieres decir "tetas"?

-¡No seas tan vulgar! -masculló. -Y sí, me refería a eso. Si me muestras una hermosa mujer desnuda, te prometo que dejaré mi novela de lado.

-¡Eres un pervertido! -le señaló de forma acusadora.

 

Pero después nada ocurrió, ambos se quedaron observándose unos segundos sin decir nada, hasta que Jiraiya tomó la palabra.

 

-¿Qué pasa? -cuestionó ante la quietud de Uzumaki. -¿No me digas que no sabes cómo es el cuerpo de una mujer desnuda?

-¡Claro que sí! ¡Cuando era un cachorro, siempre me he bañado con mi madre y otras mujeres en el río!

 

Jiraiya arrugó el entrecejo, sintiendo envidia al imaginarse a Naruto bañándose en el río con un montón de mujeres desnudas. Pero esa expresión desapareció al ver al rubio cerrar los ojos, intentando concentrándose.

 

Tras unos escasos segundos, el rubio se vio envuelto en una nube de humo que cuando empezó a disiparse mostró a una chica de rubio cabello largo recogido en dos coletas, unos brillantes e inocentes ojos azules, y lo más llamativo de todo, sus grandes pechos y sus remarcadas curvas femeninas.

 

El adulto abrió la boca de par en par, embobado y con una ligera hemorragia nasal. Alzó ambas manos, ansiando ponerlas sobre aquellos senos de considerable tamaño. Mostró una sonrisa pervertida cuando vio a la chica llevarse un dedo a los labios, mostrando una expresión de timidez mientras le hablaba con una voz sedosa, dulce y muy femenina.

 

-Jiraiya-sama... ¿me entrenarás hoy?

-¡Claro, preciosa! ¡Lo que tú quieras! -dejó los papeles en el suelo, se puso de pie y estiró los brazos, ansiando tocarla. Cuando estaba por estrujar entre sus manos los carnosos senos, una nueva nube de humo cubrió a Uzumaki, y cuando ésta desapareció, tenía sus manos puestas sobre el plano pecho de Naruto. La sensación de observar un hermoso rostro femenino, a encontrarse de pronto con el rostro de un niño poco atractivo, fue desagradable. -¡No vuelvas a hacer eso! -le riñó apartando las manos de pronto. -Sólo por eso no te entrenaré -sentenció cruzándose de brazos y dándole la espalda.

-¿¡Qué!? -gritó alterado. -Tú... ¡viejo pervertido! ¡Me habías prometido entrenarme! ¿¡Qué clase de promesas haces que no duran ni cinco minutos!? -continuaba gritando, cada vez más enfadado.

-¡Hum! -únicamente dejó escapar un bufido. No pasó mucho tiempo cuando sintió unos delgados y estilizados brazos femeninos rodearle a la altura del estómago en un abrazo, y unos abultados senos estrujándose en su espalda. Mostró una sonrisa pervertida, reconociendo que nuevamente Naruto se había transformado en chica. -Uh, eres tú de nuevo. Sabía que volverías.

-Por favor, entréname... Jiraiya-sama. Si me haces esperar más, me sentiré triste.

-No te preocupes, encanto -al sentir como ella le soltaba y se alejaba, giró para verla al tiempo que seguía hablando. -Te prometo que te dedicaré todo mi tiempo... -pero tras él solamente estaba Naruto en su apariencia masculina, de brazos cruzados y observándole con un ceño profundamente fruncido -...completamente a ti -completó en un balbuceó decepcionado.

-¡Lo has prometido!

-¿...no puedes mostrarme esa técnica erótica durante el entrenamiento? Así me sentiré más motivado.

-¡Ni hablar! ¡Pervertido!

 

Volviendo al presente, Naruto dejó de recordar cómo fue que creó aquella técnica. Visualizó a Konohamaru frente a él, el cual todavía esperaba una respuesta. Pero no sintió ganas de contarle todo aquello a alguien que no le agradaba.

 

-Fue gracias a ero sennin -se limitó a decir.

-No sé quién es ero sennin, ¡pero esa técnica es fabulosa! ¡Tienes que enseñármela, así podré deshacerme de Ebisu sensei cuando se pone tan pesado y no me deja en paz!

-Sí, pero... -balbuceó, buscando a su alrededor una salida rápida. -¡Quizá otro día! -apenas exclamó aquello, de un gran salto se subió en el tejado de una casa cercana y salió a correr, huyendo de ese chico tan pesado y dirigiéndose a casa.

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

La noche llegó pronto, sin grandes contratiempos para Naruto, todo fue bastante tranquilo, incluso Itachi no insistió sobre la conversación que tuvieron hace horas sobre Sasuke, cosa que le hizo sentir más tranquilo.

 

Por otra parte, Kakashi y Sasuke no podían decir lo mismo. Poco antes de que el sol se ocultara, habían vuelto a ser atacados. En esta ocasión por cuatro ninjas vestidos igual que los anteriores. Al parecer eran un equipo de refuerzo para conseguir hacerse con el tesoro si el primer equipo fracasaba. Uchiha, sin poder mover el brazo, se sintió enormemente frustrado e inútil. Y para colmo, fue herido. Y mientras que los gennin una vez más se hacían cargo del caballo y el carro, Kakashi se ocupó él solo de los enemigos, reduciéndolos en un santiamén.

 

Cuando la noche calló, decidieron acampar cobijados entre la espesura de los árboles para estar ocultos y algo resguardados del frío nocturno. Sasuke se ofreció a quedarse de guardia esa noche, vigilando el tesoro, el fuego y los alrededores, pensando que quería ser útil de algún modo si no iba a poder pelear cada vez que intentaran ser asaltados.

 

Varias horas después de que todos excepto Sasuke se hubiesen ido a dormir, solamente se escuchaba el chirrido de algún grillo y el chasquido que de vez en cuando hacía la fogata.

 

El pelinegro se cobijó mejor con una manta que se había echado sobre los hombros al sentir un ligero escalofrío, y después echó al fuego un tronco mediano junto a él, preparado para no dejar que la llama se apagara. Escuchó un ruido a su espalda, pero no se molestó en girar.

 

-Kakashi, vuelve a dormir -habló tranquilo, pero evidentemente aquello era una orden.

 

El nombrado no obedeció y se sentó junto a su antiguo alumno, llevando también una manta que le cobijaba del frío. Observó a Sasuke, o más específicamente la venda alrededor de su cabeza y que le tapaba una herida en la frente.

 

-¿Qué tal la herida? -rompió el nuevo silencio.

-¿Cuál de las dos? -masculló arrugando ligeramente el entrecejo, pero una suave punzada en la frente le obligó a suavizar su expresión.

-¿Qué tal las heridas? -se corrigió, cerrando su ojo visible en una sonrisa.

-Bien -contestó de forma escueta.

 

Por supuesto el adulto no le creyó, pero conociendo como era de orgulloso el pelinegro, era consciente de que no iba a admitir ninguna dolencia. También estaba claro para él que Sasuke se sentía enojado por haber sido herido por unos ninjas que obviamente podía haber vencido él solo de no ser por su brazo dañado.

 

Suspiró con suavidad antes de hablar bajo para no despertar a los dos que todavía dormían.

 

-Deberías cambiar esa cara tan fea, Sasuke. Ambos sabemos que de haber estado en buenas condiciones, no te habrían alcanzado, y menos en la frente. Además, sólo fue mala suerte que tu protector se aflojara y se cayera justo en el momento en que uno de ellos te lanzó un kunai.

 

Sasuke se mantuvo en silencio un momento, afilando la mirada y sin sentirse siquiera algo animado tras las palabras de Kakashi.

 

-He sido herido en una absurda misión de rango C. Si la vieja se entera, seguro se burlará y me mandará a misiones de rango D, como si fuese un inútil gennin -masculló, apretando los dientes.

 

Kakashi volteó a ver a los dos que dormían por si habían escuchado la parte de "inútil gennin", pero todo seguía tranquilo. Nuevamente llevó la mirada al pelinegro.

 

-No creo que eso suceda. Por otra parte, recuerdo que hasta siendo un gennin, eras bastante competente. Ser un gennin, no es sinónimo de ser inútil -explicó con calma, pero fue totalmente ignorado, o eso creyó él, ya que no vio la más mínima expresión en el rostro del adolescente. Únicamente vio a Sasuke sujetarse con suavidad el brazo derecho. -¿Todavía te duele? -al no recibir respuesta, lo tomó como una afirmativa. -¿Ahora sí me dirás cómo te has hecho eso?

-...fue Naruto.

-¿Naruto? -reiteró con cierta sorpresa.

-Anteanoche pensé en ayudarle con su entrenamiento de taijutsu, pero le hice enojar y me atacó.

-Pero eso no explica el hecho de que aun siendo una herida poco profunda, sangre tanto. Y cuando la vi, daba la sensación de que era reciente a pesar de haber pasado dos días.

 

Tras un breve silencio, Sasuke le contestó.

 

-¿Has escuchado hablar de los hermanos Takahashi?

-Sí. ¿Pero qué tienen que ver ellos en esto?

-Hace un tiempo, Naruto los atacó en defensa propia y quedaron bastante malheridos. Yo fui a verles un mes después de que ingresaran al hospital, y daba la sensación de que solamente había pasado una semana, todavía se veían adoloridos.

 

Hatake se mostró algo sorprendido al escuchar aquello, pensando que Uzumaki era más fuerte de lo que aparentaba.

 

-Habrá que pedirle a Tsunade que te revise cuando lleguemos.

 

Sasuke negó con la cabeza, pensando que si la quinta sabía que Naruto le había atacado, quizá le causaría problemas al cabeza hueca cuando en realidad fue su culpa por haber provocado a Naruto.

 

-No.

-No seas terco. Ella seguramente sabrá qué hacer para...

-He dicho que no -sentenció serio. -Sakura puede encargarse de revisarme.

-Sakura es muy buena en ninjutsu médico, pero todavía no se compara a Tsunade. Se lo diré cuando lleguemos, es por tu bien.

 

Uchiha frunció el ceño, molesto de la insistencia del adulto.

 

-Si le hablas a Tsunade sobre esto, yo le contaré la secreta relación que mantienes con Iruka sensei.

 

Kakashi se sintió tan sorprendido que no pudo disimularlo tras su rostro normalmente inexpresivo y tranquilo. Y antes de que pudiera decir algo, Sasuke volvió a hablar.

 

-Te estás preguntando cómo lo sé. No sólo yo lo sé. Sai, Sakura y Naruto también lo saben.

-¿Pero cómo...? -susurró atónito.

-Naruto os descubrió un día en casa de Iruka sensei... haciendo... -dejó la frase a medias a posta, sin sentir deseos de completarla.

 

A pesar de intentar ocultarlo, la máscara no fue suficiente para esconder el rubor que se extendió por toda la cara de Kakashi. Ellos que siempre habían sido tan cuidadosos para llevar su relación, y el saber de pronto que habían sido descubiertos nada más y nada menos que en un momento íntimo fue impactante. Pero seguramente lo fue más para el pobre Naruto.

 

Sasuke después suspiró, arrepentido de la amenaza que antes había dicho sin meditarlo.

 

-Puedes estar tranquilo, Kakashi sensei, no diré nada.

-Te lo agradezco -susurró con alivio.

-Aun así, no quiero que la quinta sepa nada. Sé que Sakura puede revisarme sin problemas.

-Como quieras.

 

Después todo quedó en silencio. Sasuke pensó que el adulto ya se iría a dormir, pero no fue así, siguió sentado a su lado y momentos después volvió a hablarle.

 

-Sasuke, ¿no te parece extraño que Iruka y yo...? -dejó la pregunta al aire.

-Sí -confesó sin rodeos. -Sobre todo cuando Naruto me lo contó. Pero eso no tiene nada que ver conmigo, así que no tengo nada que opinar.

 

La ceja visible de Kakashi se arqueó hacia abajo al tiempo que cerraba el ojo en una sonrisita leve.

 

-¿Y qué me dices de ti, Sasuke?

-¿Yo qué, Kakashi?

-Desde que te tomé como mi alumno, siempre te he visto como un chico tranquilo, responsable y bastante solitario. Pero me imagino que eso no significa que no haya alguien por ahí que te quita el sueño.

-Pues no, no lo hay -respondió. -Tengo cosas más importantes de las que ocuparme.

 

Una gotita de sudor resbaló por la frente de Kakashi al escuchar aquella fría respuesta.

 

-Hablas como si estar enamorado fuese un contratiempo.

-¿Y no lo es? -respondió con una leve ironía, sin despegar la mirada de las llamas frente a ellos. -Mi meta ahora es convertirme en un ANBU, Kakashi. Tener esa clase de sentimientos entorpecería mi ambición, me volvería débil. Todo el tiempo preocupado de la persona que ocupe mis pensamientos.

-¿De verdad crees eso? -cuestionó con una ligera sorpresa, recibiendo una mirada seria que reafirmaba lo antes dicho. -Yo pienso... No, estoy totalmente seguro de que tener esa clase de sentimientos te vuelve más fuerte, Sasuke. No sólo estar enamorado, sino el tener lazos en general. Si tienes personas que aprecias a tu alrededor, querrás volverte más fuerte, no por ti mismo, sino para proteger a aquellas personas que te importan.

 

Pero Sasuke parecía no estar de acuerdo, como si no le entendiera o no quisiera entenderle.

 

-Cuando Itachi y yo nos quedamos solos, por un tiempo tuvo que dejar de lado su cargo como ninja para cuidar de mí. Únicamente podía hacer misiones que finalizaran en un día. Era pequeño para valerme por mí mismo en varias cosas, y sé que sólo fui un estorbo. Por mi culpa, por culpa de los sentimientos de mi hermano hacia mí, tuvo que dejar de lado sus ambiciones hasta que me creyó capacitado para valerme por mí mismo mientras él salía a misiones. Y fue sólo entonces cuando pudo empezar a hacerse fuerte.

-Itachi lo hizo porque te quiere. Y además, ¿no ha cumplido Itachi sus metas desde hace tiempo? Estoy seguro de que su meta no era únicamente ser un ANBU, sino sacarte a ti adelante, cosa que hizo de forma admirable.

 

Sasuke suavizó su expresión y estuvo a punto de mostrar una ligera sonrisa, sintiéndose orgulloso de su hermano mayor, su modelo a seguir desde que tenía uso de razón.

 

-Estoy seguro de que el amor de Itachi hacia ti le hizo volverse más fuerte con mayor rapidez, para así poder hacer misiones de mayor rango y por tanto recibir una mayor paga.

-...tal vez -susurró.

 

Hatake, al notar que estaba convenciendo a Sasuke, continuó insistiendo para eliminar de su mente ese frío pensamiento de que el amor era un estorbo.

 

-También puedo utilizar como ejemplo a Sai. Está enamorado de Naruto, pero eso no le ha vuelto más débil, sigue siendo un excelente ANBU. Y con un poco de suerte, quizá Naruto lo vuelva más... humano. No puede haber nada malo en estar enamorado, Sasuke, todo son pros.

 

La tranquila expresión de Sasuke se evaporó, cambiando a un ceño fruncido que no desapareció a pesar de sentir una punzada en el corte de la frente. Apretó los dientes y tensó la mandíbula, dedicando una cortante mirada al otro. Respiró algo agitado por nariz, intentando calmarse un poco y apaciguar el fuego que de pronto sentía concentrado en sus entrañas.

 

-Sai no está enamorado de Naruto -masculló, afirmándolo con una seguridad aplastante. -Además, ¿qué puede tener de ventajoso estar enamorado de una bola de pelos? -apenas pasaron dos segundos de silencio desde que formuló aquella pregunta, y como no recibió respuesta, se sintió frustrado. -¡Nada! No tiene nada de ventajoso.

-...Sai será feliz, eso ya es una ventaja.

-¡No me hagas reír, Kakashi! -levantó el tono de voz más de lo que hubiese deseado, y a pesar de sus palabras anteriores, su rostro estaba sumamente serio, sin mostrar el más mínimo amago de risa. -¿Feliz hasta cuándo? ¿Hasta que todos le tachen de zoofílico? ¿De pederasta? ¿O tal vez hasta que algún aldeano intente dañar al idiota de Naruto de nuevo?

-Si están juntos, superarán los problemas y serán felices.

 

Sasuke sintió el estómago revuelto, y tuvo la sensación de que la cena de horas antes quería ir a parar a su boca al imaginarse lo que Kakashi había dicho. Sai y Naruto, juntos y felices.

 

-¿Juntos cuánto tiempo? -vociferó. -¡Los humanos no llegamos ni a los cien años, y los kitsune viven diez mil años! ¿¡Y entonces qué!? ¡Ese dobe se quedará solo otra vez! Joder... ¡no hay nada ventajoso en eso!

 

Kakashi se mantuvo en silencio, percibiendo la angustia que Sasuke sentía. Su ceño fruncido, sus pupilas contraídas por el enojo y brillantes por el reflejo del fuego en ellas, su cuerpo tenso y su respiración agitada.

 

-Estás preocupado por Naruto, ¿no es así, Sasuke? -al notar que la mirada del pelinegro se relajaba y mostraba una ligera sorpresa, agregó. -Te preocupa que vuelva a estar solo como en un principio, te preocupa que alguien le haga daño. Te preocupa Naruto -reiteró.

 

El adulto lo meditó un momento, recordando que cada vez que había mencionado los nombres "Sai" y "Naruto" en la misma frase, había recibido una mirada mortífera de Uchiha. Mostró una leve mueca de preocupación.

 

-Sasuke... ¿cómo es de importante Naruto para ti?

 

Aquella pregunta tomó por sorpresa al pelinegro, el cual suavizó totalmente la expresión de su cara y volvió a observar el fuego que danzaba entre chasquidos. Se pasó una mano por la nuca y suspiró con suavidad, delatando sin querer que de pronto se sentía algo inquieto.

 

Recordó a ese tonto kitsune, su cabello rubio y corto que siempre lucía como si estuviera algo despeinado, sus ojos azules de mirada alegre, sus bobas sonrisas, desde las traviesas hasta las inocentes. Sus peludas orejas, siempre erguidas cuando estaba alegre y animado, o gachas cuando se sentía asustado o triste. Su esponjosa cola que se agitaba frenética e incansable cuando su dueño se sentía feliz, o que se ocultaba entre las piernas del rubio cuando éste tenía miedo. Esa facilidad que poseía para perdonar y volver a sonreír como si nada después de sus discusiones, esa absurda costumbre de gritar "¡Woah!" cada vez que algo le sorprendía o le asustaba, su rara obsesión por comer ramen, esa inocencia que poseía y que rayaba en lo ridículo, sus ronroneos al dormir y cuando le rascaba detrás de las peludas orejas, esa manía de ladear la cabeza al tiempo que cerraba los ojos y fruncía el ceño cuando no entendía algo.

 

Y podría seguir recordando tantas cosas...

 

La retorcida sensación de regocijo que le invadía al ser consciente del interés que Naruto tenía en él. Tenerlo cerca, sólo mirándole a él, sonriéndole y hablándole sobre cualquier tontería... todo aquello de alguna forma le gustaba. Por otra parte, también era divertido hacerle enojar y escucharlo llamándole "¡Sasuke teme!" con su voz algo gritona y aniñada.

 

Y lo placentero que era besar sus labios cuando ese cabeza hueca de pronto le asaltaba con besos inexpertos y torpes, a veces tímidos y otras veces ansiosos.

 

Hasta ahora no había sido consciente de que conocía todo de Naruto, hasta el más mínimo de sus gestos o de sus costumbres. Prefería pensar que aquello era producto de los meses de convivencia, a meditar que había estado estudiando demasiado a Naruto cuando estaban juntos.

 

Se sintió un poco ridículo al tener de pronto la necesidad de estar cerca a ese dobe, y también por tener pensamientos tan... cursis.

 

¿Que cómo era Naruto de importante para él?

 

Prefería obligarse a no responderse esa pregunta.

 

El adulto esperó una respuesta, pero Sasuke se mantuvo totalmente quieto, observando las llamas mientras, al parecer, estaba sumergido en sus pensamientos. Tal vez meditando la respuesta a la pregunta que le había hecho sobre Naruto. Varios minutos habían pasado, y no recibió una contestación, por lo que continuó hablando.

 

-He escuchado rumores por la aldea que dicen que Naruto quiere ser un ninja.

 

Sasuke parpadeó, saliendo de sus pensamientos y observando al adulto sin decir nada. Sólo asintió en un suave movimiento de cabeza, viéndose más tranquilo.

 

-Los aldeanos parecen no estar muy contentos con eso -siguió hablando Kakashi.

-Eso no le importa a la bola de pelos, quiere ser ninja y lo será.

-¿Crees que será un buen ninja?

-Mn... quién sabe -se encogió de hombros. -Con bastante entrenamiento, tal vez sí.

-Aunque Naruto viva diez mil años, o incluso más, al convertirse en ninja corre el riesgo de morir incluso antes que cualquier humano si algo sale mal en alguna misión, hasta podría morir cuando el Sonido decida atacarnos.

 

El pelinegro endureció la mirada, reconociendo en el fondo que Kakashi tenía razón. Naruto tenía una larga vida, pero no era inmortal. Por otro lado, sus palabras le recordaron a las que Itachi le dijo una vez:

 

-Si yo fuera tú... -habló por fin sobre lo que realmente quería decir. -no dejaría que Naruto-kun ayudase a la aldea. Konoha siempre se las ha sabido arreglar sin él. Siendo sincero, pienso que Naruto-kun no sobreviviría si participase en la pelea que se avecina.

 

-Por eso, Sasuke, pienso que el asunto de que Naruto viva muchísimos más años no es tan relevante si lo miras de ese modo. Lo que deberían de hacer ellos dos, es aprovechar cada momento juntos.

 

Con movimientos un tanto bruscos, Sasuke se puso de pie sin apartar la mirada del fuego. Su expresión se veía tranquila, sin mostrar cómo se sentía realmente por dentro. Había una molesta punzada en su interior, y no sabía decir si eran celos, dolor, o cualquier otra cosa. No quería siquiera reparar en esa sensación.

 

Sin mirar al adulto que le observaba curioso, habló bastante serio.

 

-Ya que no tienes sueño, relévame, me voy a dormir. Hace horas que estoy vigilando.

 

Aunque no lo dijera en voz alta, Kakashi era consciente de que había tocado algo dentro de Sasuke que lo había alterado. Aunque como siempre, el pelinegro no era muy dado a reflejar cómo se sentía en las expresiones de su rostro, y menos con palabras. Al parecer, a su antiguo alumno le molestaba la posibilidad de que Sai y Naruto pudieran ser pareja, sentía gran preocupación por el kitsune, y aversión hacia Sai.

 

¿Podrían ser celos? Varias veces se había encontrado con Sasuke y Naruto por las calles de Konoha, y los veía comportarse como buenos amigos, cada uno a su manera, uno más expresivo que el otro.

 

Y dicho sea de paso, ahora comprendía porqué durante un tiempo Naruto le había estado observando como si fuese un asesino en serie, y Sakura, Sai y Sasuke le habían estudiado con la mirada con más atención de la acostumbrada en ellos.

 

¿Pero podría ser que detrás de aquella amistad, Sasuke sintiera algo más? Quizá Uzumaki le gustaba, y seguramente por eso se había sentido molesto cada vez que había hablado sobre la posibilidad de que actualmente Sai y Naruto fueran pareja.

 

A pesar de que nunca hubiera visto al pelinegro mostrar alguna clase de sentimiento parecido al enamoramiento, la idea no le parecía descabellada. De ese modo sí podía comprender la repentina angustia de Sasuke y sus enojos que parecían salir de la nada.

 

Sasuke sentía algo por Naruto, lo que no sabía, era cómo de profundo era aquel sentimiento. Y era consciente de que si le preguntaba algo al pelinegro, no recibiría respuesta.

 

Despacio giró la cabeza, observando a los tres que dormían a su espalda, pero detuvo la mirada en Uchiha, mirándole con preocupación.

 

-Sasuke, tú... -musitó para sí mismo, dejando la frase al aire.

 

Los minutos pasaban, y por más que Sasuke permanecía con los ojos cerrados no sentía nada de sueño. Al contrario, estaba muy despierto. Aunque por lo menos ahora no tenía que escuchar a Kakashi hablando tonterías.

 

¿Sai y Naruto juntos y felices? ¡Menuda estupidez! Casi, casi siente deseos de esbozar una sonrisa irónica. Pero se limitó a arrugar ligeramente el entrecejo. Para que ese kitsune fuera feliz, debería de estar con los de su especie, y Sai con una mujer tan rara como él.

 

Inconscientemente se puso en el lugar de Sai, imaginándose a sí mismo como el novio de ese tonto kitsune, y se detuvo a analizar todos los pros y los contras de esa situación.

 

Pros había pocos, y muchos contras.

 

Pros: Ambos serían felices al estar juntos, y... no se le ocurría nada más.

 

Contras: Él sería tachado de zoofílico y pederasta, ya que Naruto era un niño tanto física como mentalmente, y además un zorro, aunque esto último no estaba muy claro para todos los aldeanos. Los más incrédulos veían a Naruto como un chiquillo normal y corriente, pero con un chakra algo extraño. Con semejantes insultos, probablemente el hecho de ser gay pasaría a un segundo plano. Los ataques de los aldeanos sobre Naruto serían más continuos, y puede que algunas veces pudiera defenderle, pero no siempre estaría junto al rubio para protegerle. Además, según había dicho Uzumaki, los kitsune tenían prohibido estar con humanos en ese sentido. La diferencia abismal con respecto al tiempo que vivirían era mejor ni mencionarla. Ni siquiera reparar en el hecho de que inevitablemente envejecería mientras que Naruto seguiría viéndose como un niño. Y también, según contaban las leyendas, los kitsune absorbían tu energía vital al través del contacto sexual. ¿Entonces cómo demonios iban a...? Bueno, quizá podrían limitarse a besos y un poco de contacto físico. Si estaba al lado de Naruto, cualquier cosa estaba bien. Además, mejor eso que nada.

 

De pronto abrió los ojos de par en par, totalmente sorprendido.

 

-¿Qué demonios...? -masculló con los dientes apretados.

 

¿Qué demonios estaba haciendo imaginándose a sí mismo como el novio de Naruto y barajando los pros y los contras que esa relación podría traerles?

 

Definitivamente se estaba volviendo loco, o a lo mejor otra vez tenía fiebre a pesar de que se sentía bien. Sí, eso era, tenía fiebre.

 

Él no... ¡No estaba enamorado de Naruto!

 

.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.

 

En los límites de Konoha, abrigados por la oscuridad de la noche que se intensificaba al introducirse en la espesura del bosque, dos sombras saltaban por las ramas de los árboles con sigilo. Ambos hombres de ojos negros podían pasar perfectamente desapercibidos en la oscuridad debido a sus ropajes del mismo color de sus orbes.

 

Los hermanos Takahashi tenían una sonrisa torcida en sus rostros, como si estuvieran entusiasmados con lo que iban a hacer a continuación. Ambos iban sin los protectores de Konoha, los habían dejado en el "hogar" que allí tenían.

 

El castaño, Ukon, le hizo una muda seña a su hermano menor con un brazo, indicándole que bajaran. Habían llegado al punto indicado.

 

Ambos saltaron al suelo, en un pequeño claro que estaba ligeramente iluminado. Y enseguida una sombra se mostró, saliendo detrás de un tronco y caminando hacia ellos con lentitud. Era un hombre que vestía una túnica y tenía la cara oculta por una capucha.

 

Los hermanos inclinaron ligeramente la cabeza en una pequeña reverencia.

 

-Orochimaru-sama -habló el rubio.

 

El hombre salido de las sombras, dejó escapar una sutil risa soltando aire por la nariz. Después se retiró la capucha, mostrando un rostro joven, de cabellos grisáceos recogidos en una coleta baja, ojos negros y gafas redondeadas.

 

Sakon y Ukon se sorprendieron ligeramente al alzar la cabeza.

 

-¿Kabuto-san? -pronunció el castaño mientras observaba a su alrededor. -Pensé que sería Orochimaru-sama quién se presentaría. Después de todo, eso fue lo acordado la última vez que vinimos a pasar información de Konoha.

 

Kabuto alzó una mano, acomodándose las gafas con expresión tranquila mientras respondía.

 

-Sí, eso fue lo acordado -asintió en un suave movimiento de cabeza. -Pero el estado de Orochimaru-sama es delicado, está llegando a su límite. Si continúa así, pronto tendré que administrarle medicación de rango 10, o su cuerpo no lo resistirá.

-¿Entonces qué pasa con el plan de ataque a Konoha? -volvió a hablar Ukon. -¿Queda anulado hasta que Orochimaru-sama cambie de cuerpo?

-No subestimes a Orochimaru-sama -Kabuto frunció ligeramente el ceño. -Aun en su estado de debilidad, es capaz de reducir Konoha a escombros y terminar con su patética Hokage -y recordando el motivo por el que se habían reunido allí, agregó. -La fecha del ataque será el día 10. Estad preparados.

 

Los hermanos asintieron con una seria expresión, agradándoles la idea de por fin poder dejar de fingir un buen comportamiento forzado, y de paso vengarse de cierto muchacho del clan Uchiha por la humillación que les hizo pasar en el hospital.

 

Al rubio le surgió una duda en ese momento.

 

-Kabuto-san, ¿qué hacemos con Uzumaki Naruto? Aunque lo hemos estado espiando a veces, no sabemos con certeza si es un kitsune. Pero sí estamos seguros de que en su interior guarda un inmenso poder.

-Tal y como Orochimaru-sama dijo en un principio, si ese supuesto kitsune es tan poderoso como decís y sobrevive a la invasión, inmediatamente después será secuestrado para ser el nuevo cuerpo de Orochimaru-sama si resulta ser compatible -explicó con tranquilidad.

 

Ukon, el castaño, se pasó la lengua por los labios en un discreto movimiento al tiempo que un brillo malicioso cruzaba por su mirada de forma fugaz.

 

-¿Y si el chico zorro muere...? -comenzó a hablar, ocultando un tono ansioso. -No habrá problema, ¿cierto?

-Ninguno -respondió Kabuto. -Si no tiene un mínimo de fortaleza, no es digno de ser un cuerpo de Orochimaru-sama. Ésta batalla servirá para mostrar su fuerza.

 

Como si hubiesen escuchado una buena noticia, los hermanos se observaron de soslayo, escondiendo una sonrisa macabra que quería formarse en sus labios.

 

Ya podían saborear su venganza. Ese estúpido Uchiha se arrepentiría de por vida por la humillación que les hizo pasar cuando estaban ingresados en el hospital por culpa del rubio. Y a Naruto le cobrarían con creces el daño que les causó.

 

Tendrían su venganza. Ya deseaban que ese día llegara, y aunque faltaba poco, a ellos les parecía una eternidad.

 

Kabuto se colocó la capucha mientras se daba media vuelta y comenzaba a alejarse con la misma lentitud con la que llegó.

 

-No nos volveremos a ver hasta el día del ataque. Aunque si surge un cambio de última hora, me pondré en contacto con vosotros.

 

El de gafas se adentro en la espesura de los árboles, acelerando ligeramente el paso. A media hora de llegar a la guarida que actualmente les servía de escondite, se puso alerta y sacó un kunai al escuchar el ruido que hacían unos arbustos a su izquierda. Permaneció expectante un momento, y cuando estaba a punto de lanzar el arma, dos largas serpientes salieron arrastrándose sinuosas por las hierbas, siseando de vez en cuando al sacar la lengua. Ambas pasaron entre los pies de Yakushi hasta perderse de vista.

 

Dejó escapar un suspiro, guardando el arma y relajándose. Tal vez se estaba preocupando demasiado, pero por un momento había jurado sentir la presencia de Orochimaru cerca cuando vio esas serpientes.

 

-Kabuto...

 

El nombrado alzó la cabeza al instante al reconocer aquella voz perfectamente. Después de todo no lo había imaginado. Orochimaru estaba a unos pasos de él, de brazos cruzados y recargando la espalda cómodamente en el tronco de un árbol.

 

Con preocupación, se acercó a él hasta pararse a su lado.

 

-Orochimaru-sama, no debería salir. Su estado es delicado.

-Tú siempre preocupándote de más, Kabuto -comento, como si no hubiese escuchado lo anterior. -Por eso has ido tú en mi lugar a encontrarte con nuestros subordinados a escondidas.

-No era mi intención desobedecer sus ordenes -escuchó una ronca y breve risa del otro ante sus palabras. -Ya está todo a punto. Como acordamos, la fecha indicada es el día 10 de octubre.

 

Orochimaru dejó ver parte de su larga lengua, relamiéndose con ganas ante aquella buena noticia y después mostró una sonrisa torcida, afilando la mirada.

 

-Se acerca el momento, Kabuto -comentó, girando para empezar a caminar despacio en dirección a la guarida, siendo seguido de cerca por su fiel subordinado. -Derrocaré a Tsunade y destruiré Konoha, no quedarán ni los cimientos -apenas dijo aquello, estalló en roncas y sonoras carcajadas que pronto se vieron acalladas por un golpe de tos que le obligó a taparse la boca.

-¡Orochimaru-sama!

-Estoy bien, Kabuto. Todavía no... Todavía no estoy en mi límite -y de nuevo una sonrisa torcida adornaba sus labios, casi saboreando su venganza antes de haberla conseguido.

 

El de gafas emitió un ligero suspiro, siguiendo al pelinegro hasta que ambos se perdieron de vista en la oscuridad de la noche.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Este capítulo está especialmente dedicado a K-SIS.

 

Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejarme un review, favorito, o alerta ^^

 

Hay una nueva encuesta en mi profile de Fanfiction: "¿De qué pareja quieres que sea mi próximo fanfic?":

http://www.fanfiction.net/u/1063740/Takaita_Hiwatari

 

Fira Lili, aquí está tu dibujo del capítulo 11 de "KnK" ^^

Http://takaita.deviantart.com/art/Kitsune-no-kokoro-Request-206263247

 

Después de algunos... contratiempos, aquí estoy. Bien, Sasuke regresará en el próximo capítulo.

 

Adelanto del capítulo 25: "La inocencia del Kitsune":

 

"Buscando estar más cómodo, Naruto se movió un poco hasta quedar sentado sobre Sasuke, específicamente en el vientre de éste. Sintió claramente tenso el cuerpo de su amigo al contacto entre ellos, y entonces pensó que sí, efectivamente Sasuke era muy tímido. Más que él mismo. Cuando apenas se inclinó un poco para poder besarle, la mano izquierda del pelinegro se posó en su pecho deteniéndole.

 

-¿Qué haces? -cuestionó Uzumaki con confusión.

-Eso debería preguntarlo yo.

 

Naruto sonrió, intentando disipar la supuesta timidez en el otro antes de responderle.

 

-Te ayudo para que seas más afectivo.

-¿...eh? -balbuceó, reprendiéndose al instante por lo tonta que había sonado su voz.

-Vamos a tener sexo, ¿no?

 

La seguridad con la que Naruto afirmó aquello, dejó pasmado a Sasuke. Y además, ¿cómo demonios conocía el dobe la palabra "sexo"? Uchiha estuvo seguro en ese instante de que ese rubio sentado sobre él, no era la misma bola de pelos que le despidió con un casto beso en los labios y una sonrisa avergonzada antes de marcharse a la misión.

 

¡Ese no era Naruto!"

 

Pues sí, Sasuke teme, sí es Naruto. Y no, lectoras (no sé si tendré algún lector), no es un sueño de Sasuke, ni de Naruto, ni de nadie.

 

¿Sabías qué...? 

El kitsune tiene en Japón varias categorías o niveles, estos van representados por el número de colas que se van incrementado con la edad, alcanzando las nueve en su etapa final. En sus primeros niveles tenemos a los zenko, o zorros celestiales, asociados con el Dios Inari y la lluvia; y los yako o zorros de campo, zorros salvajes que tienden a ser traviesos e inclusive malvados. Conforme crecen sus habilidades adquieren el poder sobre el fuego, sus bocas y colas se pueden encender, son conocidos en este nivel como kitsune-bi o zorros de fuego, inspiradores del moderno navegador Firefox.

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).